Tercera y última parte de este relato donde les cuento mi historia con mi ex. Espero les guste. Gracias por leer y comenten.
QUE COMIENCEN LOS JUEGOS MENTALES
Sí, ya sé lo que estará penando la mayoría: “Sos un boludo, esta mina te deja por segunda vez ¿y volvés? Jodete”. Pero uno es humano, le tenía cierto cariño, el sexo me encanta y errar es de bolu… perdón, humano.
Trataba de pasar los días haciendo mis cosas enfocándome en lo mío, superar esto no iba a ser fácil aparte de que (le) tenía una bronca muy grande.
A la semana, más o menos, me manda un mensaje diciéndome que quería verme para hablar, acepté y nos encontramos. Su imagen era de puro arrepentimiento (para variar), la saludé en el aire o sea sin beso. Hablamos un poco, me cuenta que fueron a tal lado con su familia y me pregunta si quería ver fotos de ella que había sacado con su celular, me respuesta fue un no seco demostrando que muy poco me importaba lo hizo durante esos días ya que estaba más interesado en saber qué quería de ¿esta relación? O lo que quedaba de ella. Básicamente me pidió volver, se sentía mal (otra vez) por todo lo que pasaba entre nosotros, se sentía insegura y muchas cosas más por el estilo. Por supuesto yo estaba con mucha bronca y si bien no es recomendable dar una respuesta con ese sentimiento acepté que volviéramos más que nada porque me dije para mis adentros: “Bueno, no pierdo nada, ya sé lo que es esta mina pero esta vez no me va a joder más, me la voy a coger hasta donde pueda y seguro después de un tiempo me va a dejar de nuevo.” Y claro los reclamos eran los de siempre y todos con un mismo fin que yo deducía rápidamente: que la saque de su casa, labure para ella, la mantenga y sea una base económica para que ella haga su vida. Sí, claro, si fuera Araceli González, Tori Black o Natalia Poklónskaya no lo dudaría ni un segundo pero créanme no era nada de eso. Igual yo: “Sí, sí, sí, voy a poner de mi parte para esta relación.”
Volvimos de nuevo pero mi cautela era tal que el cariño que le tenía se fue al lado de la calentura y ganas de seguir cogiéndomela, ¡ojo! tampoco es que la tretáse mal o humillara, no, no, no, nada de eso sino que yo actuaba como si todo estuviese bien pero en el fondo sabía que esto no iba a funcionar por mucho tiempo más.
En mi casa fue el famoso sexo de reconciliación, tenía una calentura que ya se imaginan, para mi sorpresa se depiló la conchita que disfruté con un rico 69, sin aguantar la puse de cuatro, me la cogí un rato sin forro (sí los sé, muy irresponsable) y ella tratando de pararme me dice: “No, no, por favor ponete el preservativo”, cuando salí le acabé en la boca y ahí recién me puse el forro y me la cogí de nuevo. A la mañana siguiente mientras nos despertábamos la empecé a acariciar y me dice; “por favor ahora no, me deja muy cansada.” Y mientras la seguía acariciando se fue bajando la tanga dejándome entrar muy lentamente, ahora en posición cucharita y lento.
Ya no salíamos tanto a tomar o comer algo, uno porque no me incentivaba a hacerlo y segundo porque bastó con una vez al ir a tomar algo y que me hiciera una escena infantil porque le planteé un hipotético caso de nuestro futuro para que yo la llevara hasta la parada de colectivo, se suba en uno y se dirigiera a su casa.
Cada vez que iba yo a su casa o ella venía a la mía trataba de cogérmela sabiendo que podía ser la última vez. Esta época para mí fue de mucho descargue, en el sentido eyaculativo del término, empezábamos con unos mimos y terminaba llevándola a mi pija para que me la chupara y tragara mi leche, esa actitud sumisa que tenía como ya se los había dicho me dejaba loco.
Un fin de semana largo sus viejos me invitaron para ir con ellos a la casa de los abuelos, acepté pero como eran un despelote organizándose la cuestión fue que terminé yendo con ella en colectivo hasta la dichosa casa de los abuelos y cuando llegamos nos quedamos solos en la casa porque los nonos no sé qué tenían que hacer y venían cerca del mediodía. Nos acomodamos, picamos y tomamos algo mirando la tele cuando le insinúo si se animaba a coger ahí, en medio de la sala, “¡No, mirá si llegan todos!”, le hice acordar que iban a llegar para el mediodía, dudó un poco y cuando menos se dio cuenta yo ya le estaba amasando las (chiquitas) tetas de ella. El sillón era muy cómodo y especial para el garche, la puse de cuatro, con saliva la lubriqué y cuando le metí mi pija me pregunta si tengo forros, “no, no tengo pero salgo antes”, “no, no, no…” Sin mucha preocupación y escuchando los suspiros de ella esa cuestión quedó de lado, ahí no hubo delicadeza ni suavidad, me la cogí bien fuerte parando de a ratos para volver a cogerla de nuevo, cuando iba a acabar me salí, la senté y le dije: “Sentí el olor de tu concha y tragá mi leche” mientras ella asentía y me miraba. Posta estaba muy caliente y no me importaba nada, sabía que podía ser lo último.
Las semanas pasaban y cada oportunidad que tenía me la cogía, parece una cosa egoísta lo que cuento pero no me olvidaba de hacerla acabar a ella, no, no, no. Nos conocíamos bien en ese aspecto, sabía cómo hacerla llegar al orgasmo y pasó algo que no había pasado hasta ese momento, resulta que estábamos cogiendo y se pone a cabalgarme bien fuerte y aunque yo estaba usando un preservativo siento que la conchita de ella se ponía un poco caliente hasta que mientras acaba la hija de puta me larga un squirting, sí eso, un acuífero squirting y se queda tirada sobre mí. Empiezo a tantear y era eso sí, le pregunto qué onda y ella no entendía nada, le digo que se mojó o algo parecido y lo único que me dice fue: “Ah…” a lo que me sequé, la puse de cuatro y me la cogí hasta que acabé, ella ya estaba out of this world. A todo esto yo tampoco entendía qué había pasado, o sea, cómo llegamos a un squirting. Genial.
Ya no hablábamos de cosas nuestras ni de nuestro futuro juntos, dejé de interesarme en sus cosas y cuando me contaba algo era como Homero escuchando a Flanders explicándole la diferencia entre la sidra con alcohol y sin alcohol. Pero claro cada acción tiene su reacción.
Mi plan fue entonces dejar que todo siguiera su curso y que bajo ninguna circunstancia yo cortara con ella (porque eso era lo que ella quería, ya me lo había insinuado), no le iba a dar ese gusto. Que deje de llamarme o mandarme mensajes, no nos veamos por días, llamáme o mandáme mensajes sí pero te respondo al otro día, cosas por el estilo.
LA PRIMA LEJANA
Un día me cuenta que en una cena familiar que tuvieron con unos parientes que no veían hace mucho conoció a lo que sería una prima lejana, que hacía esto y esto otro, nada raro. Sus comentarios sobre esta prima empezaron a hacerse más recurrentes, hasta que empieza a ir a visitarla. Resulta que tenía su propio departamento, su auto pero un pequeño detalle: no trabajaba porque como sus padres son de un buen pasar económico puede tomarse su tiempo para decidirse qué hacer o sea estaba al pedo todo el día si bien lo intentaba con una carrera x para luego dejarla, ir a trabajar a tal lado gracias a la influencia de su padre para luego dejar ese trabajo obviamente. Ah, y otro pequeñísimo detalle: era lesbiana.
Y claro también aparecieron preguntas como: ¿vas a tener algún día tu propia casa? ¿y el auto para cuándo? Etc. Etc. Etc.
Fue a partir de entonces cuando en lugar de estar juntos todo el fin de semana eso se limitó a vernos el domingo por la tarde, con suerte, o durante la semana ya que se la pasaba en la casa de su prima y si yo no le pedía para vernos no nos veíamos, incluso los mensajes o llamados dejaron de ser algo de todos los días.
Por supuesto que esto termina como se lo imaginan, a veces somos muy predecibles y hacemos cosas para lograr cierto cometido, yo no lo dudé un segundo cuando me hablaba de las cosas que esta prima tenía y yo no. Adentro mío sabía que esta mina era capaz de hacerse lesbiana con tal de tener todo servido y no hacer nada.
Muy decidido continué con mi plan de no cortar yo con ella sino que fuera ella la que hiciera eso (otra vez).
A esa altura nos veíamos muy poco, yo hacía la mía y ella no sé, poco me importaba. Ya no iba a mi casa y cuando yo iba a la suya era solo para terminar yendo a su habitación y tratar de lechearla en la boca.
Una tarde mientras la acompañaba a la parada del bondi le pregunté qué le pasaba que estaba muy callada a lo que me dice con el intento de llanto más falso con el que me crucé en la vida que sería lo mejor si nos separáramos pero esta vez para siempre, la detuve y mirándola a los ojos le dije: “Ok, no te voy a preguntar por qué o a qué se debe, sólo te voy a decir una cosa: sos una malagradecida. Listo, eso nomás.” Intentó sacar unas lágrimas más pero no le salió, me pidió un “abrazo de despedida” me reí en su cara y se fue sola a la parada. A los minutos me manda un mensaje de texto diciéndome que a pesar de todo contara con ella y el verso que ya conocemos muchos pero no le respondí.
No les miento, me sentí aliviado, durante esa semana, me dije listo ya fue, a una persona interesada por lo material por sobre todas las cosas y sin indicios de un mínimo esfuerzo no vale la pena, las cosas en pareja deben ser compartidas o te deben generar desde el afecto que uno haga todo por el otro, créanme que este caso no lo era.
Llegó el sábado y me llega un mensaje de ella pidiéndome que la llame, ok seguro debe ser para reproches pero esta vez no me voy a callar total ya fue. Moqueándose me decía lo mal que yo me había portado y que lo nuestro no funcionaba, que ella al levantarse (relativamente) temprano también quería decir que ya estaba trabajando (sí, así como lo leen yo lo escuché por el celular en vivo y en directo); en el medio de su perorata le pedí que se callara y tomé la palabra para decirle que estaba todo bien, que no hacía falta que se excusara tanto y que yo veía que ella necesitaba a alguien que la banque más que nada económicamente como por ejemplo su prima, sí eso, ante su asombro, le volví a decir que eso ya me lo veía venir, que ellas iban a terminar saliendo. “Pero no te preocupes, sin rencores, si a vos te hace bien…” Cortamos, la conversación y al tiempo me enteré que sí, estaba “saliendo” con su prima, de la noche a la mañana mi ex se volvió lesbiana, sí claro.
SEE YOU (NEVER) LATER ALIGATOR
Como un año después la volví a ver caminando por ahí, muy dejada físicamente aunque nunca fue un camión, parecía una señora grande, aparentando más años de los que tiene. De la que me salvé me decía para mí mismo.
Y bueno amigos esa es mi historia con mi ex. Espero que hayan disfrutado de mi relato que es real quiero aclararlo de nuevo aunque no lo parezca por momentos. Espero sus comentarios. Gracias.
Parte 1:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2993904/Pasen-les-cuento-mi-historia-con-mi-ex-Parte-1.html
Parte 2:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2994972/Pasen-les-cuento-mi-historia-con-mi-ex-Parte-2.html
QUE COMIENCEN LOS JUEGOS MENTALES
Sí, ya sé lo que estará penando la mayoría: “Sos un boludo, esta mina te deja por segunda vez ¿y volvés? Jodete”. Pero uno es humano, le tenía cierto cariño, el sexo me encanta y errar es de bolu… perdón, humano.
Trataba de pasar los días haciendo mis cosas enfocándome en lo mío, superar esto no iba a ser fácil aparte de que (le) tenía una bronca muy grande.
A la semana, más o menos, me manda un mensaje diciéndome que quería verme para hablar, acepté y nos encontramos. Su imagen era de puro arrepentimiento (para variar), la saludé en el aire o sea sin beso. Hablamos un poco, me cuenta que fueron a tal lado con su familia y me pregunta si quería ver fotos de ella que había sacado con su celular, me respuesta fue un no seco demostrando que muy poco me importaba lo hizo durante esos días ya que estaba más interesado en saber qué quería de ¿esta relación? O lo que quedaba de ella. Básicamente me pidió volver, se sentía mal (otra vez) por todo lo que pasaba entre nosotros, se sentía insegura y muchas cosas más por el estilo. Por supuesto yo estaba con mucha bronca y si bien no es recomendable dar una respuesta con ese sentimiento acepté que volviéramos más que nada porque me dije para mis adentros: “Bueno, no pierdo nada, ya sé lo que es esta mina pero esta vez no me va a joder más, me la voy a coger hasta donde pueda y seguro después de un tiempo me va a dejar de nuevo.” Y claro los reclamos eran los de siempre y todos con un mismo fin que yo deducía rápidamente: que la saque de su casa, labure para ella, la mantenga y sea una base económica para que ella haga su vida. Sí, claro, si fuera Araceli González, Tori Black o Natalia Poklónskaya no lo dudaría ni un segundo pero créanme no era nada de eso. Igual yo: “Sí, sí, sí, voy a poner de mi parte para esta relación.”
Volvimos de nuevo pero mi cautela era tal que el cariño que le tenía se fue al lado de la calentura y ganas de seguir cogiéndomela, ¡ojo! tampoco es que la tretáse mal o humillara, no, no, no, nada de eso sino que yo actuaba como si todo estuviese bien pero en el fondo sabía que esto no iba a funcionar por mucho tiempo más.
En mi casa fue el famoso sexo de reconciliación, tenía una calentura que ya se imaginan, para mi sorpresa se depiló la conchita que disfruté con un rico 69, sin aguantar la puse de cuatro, me la cogí un rato sin forro (sí los sé, muy irresponsable) y ella tratando de pararme me dice: “No, no, por favor ponete el preservativo”, cuando salí le acabé en la boca y ahí recién me puse el forro y me la cogí de nuevo. A la mañana siguiente mientras nos despertábamos la empecé a acariciar y me dice; “por favor ahora no, me deja muy cansada.” Y mientras la seguía acariciando se fue bajando la tanga dejándome entrar muy lentamente, ahora en posición cucharita y lento.
Ya no salíamos tanto a tomar o comer algo, uno porque no me incentivaba a hacerlo y segundo porque bastó con una vez al ir a tomar algo y que me hiciera una escena infantil porque le planteé un hipotético caso de nuestro futuro para que yo la llevara hasta la parada de colectivo, se suba en uno y se dirigiera a su casa.
Cada vez que iba yo a su casa o ella venía a la mía trataba de cogérmela sabiendo que podía ser la última vez. Esta época para mí fue de mucho descargue, en el sentido eyaculativo del término, empezábamos con unos mimos y terminaba llevándola a mi pija para que me la chupara y tragara mi leche, esa actitud sumisa que tenía como ya se los había dicho me dejaba loco.
Un fin de semana largo sus viejos me invitaron para ir con ellos a la casa de los abuelos, acepté pero como eran un despelote organizándose la cuestión fue que terminé yendo con ella en colectivo hasta la dichosa casa de los abuelos y cuando llegamos nos quedamos solos en la casa porque los nonos no sé qué tenían que hacer y venían cerca del mediodía. Nos acomodamos, picamos y tomamos algo mirando la tele cuando le insinúo si se animaba a coger ahí, en medio de la sala, “¡No, mirá si llegan todos!”, le hice acordar que iban a llegar para el mediodía, dudó un poco y cuando menos se dio cuenta yo ya le estaba amasando las (chiquitas) tetas de ella. El sillón era muy cómodo y especial para el garche, la puse de cuatro, con saliva la lubriqué y cuando le metí mi pija me pregunta si tengo forros, “no, no tengo pero salgo antes”, “no, no, no…” Sin mucha preocupación y escuchando los suspiros de ella esa cuestión quedó de lado, ahí no hubo delicadeza ni suavidad, me la cogí bien fuerte parando de a ratos para volver a cogerla de nuevo, cuando iba a acabar me salí, la senté y le dije: “Sentí el olor de tu concha y tragá mi leche” mientras ella asentía y me miraba. Posta estaba muy caliente y no me importaba nada, sabía que podía ser lo último.
Las semanas pasaban y cada oportunidad que tenía me la cogía, parece una cosa egoísta lo que cuento pero no me olvidaba de hacerla acabar a ella, no, no, no. Nos conocíamos bien en ese aspecto, sabía cómo hacerla llegar al orgasmo y pasó algo que no había pasado hasta ese momento, resulta que estábamos cogiendo y se pone a cabalgarme bien fuerte y aunque yo estaba usando un preservativo siento que la conchita de ella se ponía un poco caliente hasta que mientras acaba la hija de puta me larga un squirting, sí eso, un acuífero squirting y se queda tirada sobre mí. Empiezo a tantear y era eso sí, le pregunto qué onda y ella no entendía nada, le digo que se mojó o algo parecido y lo único que me dice fue: “Ah…” a lo que me sequé, la puse de cuatro y me la cogí hasta que acabé, ella ya estaba out of this world. A todo esto yo tampoco entendía qué había pasado, o sea, cómo llegamos a un squirting. Genial.
Ya no hablábamos de cosas nuestras ni de nuestro futuro juntos, dejé de interesarme en sus cosas y cuando me contaba algo era como Homero escuchando a Flanders explicándole la diferencia entre la sidra con alcohol y sin alcohol. Pero claro cada acción tiene su reacción.
Mi plan fue entonces dejar que todo siguiera su curso y que bajo ninguna circunstancia yo cortara con ella (porque eso era lo que ella quería, ya me lo había insinuado), no le iba a dar ese gusto. Que deje de llamarme o mandarme mensajes, no nos veamos por días, llamáme o mandáme mensajes sí pero te respondo al otro día, cosas por el estilo.
LA PRIMA LEJANA
Un día me cuenta que en una cena familiar que tuvieron con unos parientes que no veían hace mucho conoció a lo que sería una prima lejana, que hacía esto y esto otro, nada raro. Sus comentarios sobre esta prima empezaron a hacerse más recurrentes, hasta que empieza a ir a visitarla. Resulta que tenía su propio departamento, su auto pero un pequeño detalle: no trabajaba porque como sus padres son de un buen pasar económico puede tomarse su tiempo para decidirse qué hacer o sea estaba al pedo todo el día si bien lo intentaba con una carrera x para luego dejarla, ir a trabajar a tal lado gracias a la influencia de su padre para luego dejar ese trabajo obviamente. Ah, y otro pequeñísimo detalle: era lesbiana.
Y claro también aparecieron preguntas como: ¿vas a tener algún día tu propia casa? ¿y el auto para cuándo? Etc. Etc. Etc.
Fue a partir de entonces cuando en lugar de estar juntos todo el fin de semana eso se limitó a vernos el domingo por la tarde, con suerte, o durante la semana ya que se la pasaba en la casa de su prima y si yo no le pedía para vernos no nos veíamos, incluso los mensajes o llamados dejaron de ser algo de todos los días.
Por supuesto que esto termina como se lo imaginan, a veces somos muy predecibles y hacemos cosas para lograr cierto cometido, yo no lo dudé un segundo cuando me hablaba de las cosas que esta prima tenía y yo no. Adentro mío sabía que esta mina era capaz de hacerse lesbiana con tal de tener todo servido y no hacer nada.
Muy decidido continué con mi plan de no cortar yo con ella sino que fuera ella la que hiciera eso (otra vez).
A esa altura nos veíamos muy poco, yo hacía la mía y ella no sé, poco me importaba. Ya no iba a mi casa y cuando yo iba a la suya era solo para terminar yendo a su habitación y tratar de lechearla en la boca.
Una tarde mientras la acompañaba a la parada del bondi le pregunté qué le pasaba que estaba muy callada a lo que me dice con el intento de llanto más falso con el que me crucé en la vida que sería lo mejor si nos separáramos pero esta vez para siempre, la detuve y mirándola a los ojos le dije: “Ok, no te voy a preguntar por qué o a qué se debe, sólo te voy a decir una cosa: sos una malagradecida. Listo, eso nomás.” Intentó sacar unas lágrimas más pero no le salió, me pidió un “abrazo de despedida” me reí en su cara y se fue sola a la parada. A los minutos me manda un mensaje de texto diciéndome que a pesar de todo contara con ella y el verso que ya conocemos muchos pero no le respondí.
No les miento, me sentí aliviado, durante esa semana, me dije listo ya fue, a una persona interesada por lo material por sobre todas las cosas y sin indicios de un mínimo esfuerzo no vale la pena, las cosas en pareja deben ser compartidas o te deben generar desde el afecto que uno haga todo por el otro, créanme que este caso no lo era.
Llegó el sábado y me llega un mensaje de ella pidiéndome que la llame, ok seguro debe ser para reproches pero esta vez no me voy a callar total ya fue. Moqueándose me decía lo mal que yo me había portado y que lo nuestro no funcionaba, que ella al levantarse (relativamente) temprano también quería decir que ya estaba trabajando (sí, así como lo leen yo lo escuché por el celular en vivo y en directo); en el medio de su perorata le pedí que se callara y tomé la palabra para decirle que estaba todo bien, que no hacía falta que se excusara tanto y que yo veía que ella necesitaba a alguien que la banque más que nada económicamente como por ejemplo su prima, sí eso, ante su asombro, le volví a decir que eso ya me lo veía venir, que ellas iban a terminar saliendo. “Pero no te preocupes, sin rencores, si a vos te hace bien…” Cortamos, la conversación y al tiempo me enteré que sí, estaba “saliendo” con su prima, de la noche a la mañana mi ex se volvió lesbiana, sí claro.
SEE YOU (NEVER) LATER ALIGATOR
Como un año después la volví a ver caminando por ahí, muy dejada físicamente aunque nunca fue un camión, parecía una señora grande, aparentando más años de los que tiene. De la que me salvé me decía para mí mismo.
Y bueno amigos esa es mi historia con mi ex. Espero que hayan disfrutado de mi relato que es real quiero aclararlo de nuevo aunque no lo parezca por momentos. Espero sus comentarios. Gracias.
Parte 1:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2993904/Pasen-les-cuento-mi-historia-con-mi-ex-Parte-1.html
Parte 2:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2994972/Pasen-les-cuento-mi-historia-con-mi-ex-Parte-2.html
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