Bueno, antes de continuar con la segunda parte de mi relato quiero agradecerles a todos los que se tomaron el tiempo de leer y de comentar, sé que es larga la historia pero les aseguro que todo lo que les cuento acá es 100% real y quiero compartirla con ustedes.
Agradecería mucho sus opiniones, qué parte fue la que más les gustó y todo lo que quieran escribir si se les apetece.
Queda una tercera y última parte que si les interesa la posteo en los siguientes días, bueno ahora sí acá va la segunda parte de mi historia. Que la disfruten.
PARTE 2:
PENSAMIENTOS PROFUNDOS
La verdad es que toda esa situación donde ella cortó conmigo y dio por finalizada nuestra relación me dejó muy bajoneado, tenía mucha bronca, estaba sorprendido y muy angustiado. Mientras tanto analizaba, pensaba y trataba de buscarle una explicación razonable y con todos esos sentimientos cruzados fue entonces cuando caí en la cuenta de que hubo cambios en ella de un tiempo a esa parte más que nada en su autoestima, la notaba un poco más segura de sí misma y creo que fue eso, en parte, lo que la llevaba a que en varias oportunidades me cuestionara muchas cosas como por ejemplo que terminara de estudiar la carrera terciaria que estaba haciendo, que consiguiera un mejor laburo para que ganara un mejor sueldo (sabiendo que lo que yo ganaba mucho se lo dedicaba a ella con regalos de toda índole como ser ropa, calzados, salidas, etc. o sea todo lo que un novio normal hace, no?). Ok, está bien lo entendería si todos esos reclamos viniesen de una persona que predica lo que dice y pide en este caso, pero no. Ella no era eso que me pedía a mí, sino más bien todo lo contrario ya que no laburaba, su estudio iba a paso lento y vivía con sus viejos y hermanos al igual que yo. A todo esto yo me había empezado a preguntar si esta mina no será que quería que yo la sacara de su casa y la llevara a vivir conmigo en un lugar para nosotros dos… Mmm, mmm, mmm, mmm, puede ser igual a esa altura yo todavía no estaba en condiciones económicas de hacerlo y a ella no la veía con mucha cara de querer trabajar y compartir gastos.
Después de dos días todavía no podía entender por qué decidió dejarme.
HAGAMOS DE CUENTA QUE NO PASÓ NADA Y SIGAMOS.
Al tercer días me llama llorando y, según ella, muy arrepentida de lo que me había dicho y por haber cortado conmigo. Hablamos como dos horas donde, en resumen, me dice que quería volver conmigo, que la perdonara y que lo volviéramos a intentar. Está bien, le dije, volvamos al mismo tiempo que algo dentro de mí me decía: “¡Dude, watch out!” obviamente ni le hice caso a mi voz interior, la mina me gustaba y cogíamos lindo cosa que extrañaba mucho.
Los primeros días de nuestra reconciliación fueron un poco cautelosos por así decirlo, yo estaba con dudas y con un poco de bronca por toda esa situación anterior y ella, al mismo tiempo, se sentía perseguida.
El primer fin de semana después de volver quedamos en que ella iba a venir a casa el sábado a la tarde pero nunca vino, se hizo de noche y al llamarla preguntándole qué onda a lo que obtuve un: “no me animé a ir” como respuesta, me calmé, le dije que no pasaba nada y que el domingo, si le parecía bien, yo iría a su casa a visitarla. Trato hecho. Ah, por cierto, yo cargaba una leche que ni se imaginan…
Ese domingo hablamos mucho de nosotros como pareja y ese tipo de cosas hasta que le pregunté si podíamos ir a su habitación, no quería porque estaba toda su familia en la casa y le daba cosa. Ok.
Pasó el fin de semana y durante la semana siguiente, pongámosle miércoles, fui a su casa de nuevo y esta vez estaba sola, ni bien llego me recibe con un beso mientras me agarraba de la mano y me llevaba su habitación, en mitad del camino la agarro de la cintura y ahí en medio de la sala le saco la remera que llevaba puesta, le chupé las tetas e hice que me chupara la pija y sin darle tiempo acabé en su boca. Ahí recién dejé que me llevara a su habitación donde se bajó el jean y la tanga que llevaba puesta entregándome de nuevo su conchita felpudita, me puse velozmente el preservativo y cogimos bien fuerte durante un buen rato. Seguía con esa actitud medio sumisa que me encantaba, salvo el otro que no me llegó a entregar por problemas e incomodidades que ya se imaginarán, salvo eso no se oponía a nada que yo le hiciera.
Volvió a ir a mi casa, un fin de semana en particular vino con sus viejos a compartir un asado con mi flia, cuando llegó el momento de la sobremesa nos levantamos, la llevo a mi habitación, la siento en mi cama y estando yo parado la invito sutilmente a que me la chupe muy lentamente hasta que la agarro de los pelos inclinando su cabeza hacia atrás, le digo que saque su lengua para así poder acabar mucha leche contenida durante días, todo este momento placentero mientras escuchábamos que nuestros viejos que se reían y compartían un buen rato afuera.
En su casa cuando yo me quedaba tampoco había problemas para coger, por lo general yo me quedaba cuando sus viejos y hermanos iban de visita a la casa de sus abuelos y volvían al otro día, entiéndase domingo a la noche. Yo iba a la tarde cuando justo estaban terminando de armar el viaje y los saludaba con un “hasta mañana, pásenla lindo”. No había apuro, mirábamos algo en la compu y antes de cenar cogíamos en la sala sin problema, a esa altura me las ingeniaba para aguantar todo lo posible, sacarme el forro y acabar en su boca.
UN INTENTO DE FELICIDAD
La pasábamos bien juntos, no había muchos sobresaltos, nuestras peleas si se quiere eran por boludeces y no pasaban a mayores, de todos modos yo trataba de estar alerta a otro “brote-de-confianza-y-alta-autoestima-provocadora-de-ruptura-amorosa”. A todo esto, una cosa nueva que noté es que ella empezó a tener una actitud mezquina o egoísta si se quiere en cuanto a realizar regalos, se pagara algo o detalles de esa índole. Está bien ella no tenía trabajo así que no le iba a pedir que me regale algo caro para navidad o mi cumpleaños o el motivo que sea pero un día me di cuenta que en dos años de estar saliendo lo único que me había regalado era una remera de Homero Simpson (?) para una navidad… No pasa nada, me dije por lo ya antes dicho. Pero un día consiguió un trabajito en un lugar X, cobraba poca cosa, está bien, pero en ningún momento mientras estuvo trabajando me hizo un regalo, invitó algo o tuvo un detalle conmigo, nada. No importa me decía yo, tratando excusarla de alguna manera, que se compre cosas para ella mejor así no me jode con que mi sueldo es poco o cosas por el estilo.
Volviendo a la cuestión sexual (que es lo que importa acá), si bien ella no me decía nada cuando acababa en su boca, cosa que es muy placentera, yo seguía extrañando poder cogérmela sin forro y acabar adentro de su conchita. Algo que empezamos a hacer muy seguido era el 69, yo empezaba a desnudarla y estando recostados después de jugar con mis dedos en su conchita y tomarme su juguito la empujaba hasta mi pija y la acomodaba encima de mí quedando yo abajo y ella arriba. Le chupaba la conchita muy lentamente mientras ella me chupaba la pija también muy despacio y sin apuros,aprovechaba para apretar y acariciar sus nalgas y cola hasta que yo empezaba a acabar y ella me la chupaba más rápido dejándome muy loco metiendo mi lengua lo más profundo que podía teniéndola en esa posición hasta que me sacaba toda la leche, ahí aprovechaba para jugar con su clítoris, hacerla acabar y me diera un poco más de su juguito.
Así y todo lo que les cuento igualmente yo tenía muchísimas ganas de volver a cogérmela sin forro y acabar adentro de su conchita. Pasó entonces una noche que hablando de cosas de la vida le pregunto si ya le había pasado su período, yo tenía unas ganas bárbaras de coger, me dice que sí hacía un día y le pregunto si en algún momento podríamos volver a coger sin forro y ella me dice que si yo me animaba podíamos coger así en ese momento ya que según ella no había riesgo, no les voy a mentir, la duda me duró un microsegundo. Me tomé mi tiempo, hice todas las poses que quise, de cuatro bien fuerte, se la sacaba, se la mandaba a su boca para que me la chupe un rato y se la volvía a meter en la concha, para el final ella estaba de cuatro y le acabé bien adentro, cuando terminé de acabar seguí bombeando un buen rato más disfrutando lo más que podía.
Y esa noche no terminó ahí porque una vez que terminamos de coger nos pusimos a dormir pero yo quedé bastante ansioso y caliente. Habrán pasado un par de horas, pongámosle las 3 de la madrugada, ella estaba dormidísima entonces la destapo muy despacio y como estaba durmiendo boca abajo levanto sus caderas, la pongo de cuatro, le saco la tanga, la mojo un poco con mi saliva y me la empiezo a coger muy lentamente, ella empezó a suspirar pero se quedaba ahí como si nada, me encantaba que se hiciera la dormida. Acabé muy placenteramente y eso lo volví a repetir antes de levantarnos a las 7 e la mañana. Riquísimo.
Eso lo volvimos a repetir solamente dos veces más después que le pasaba su período porque una amiga le recomendó que no lo haga porque igual había riesgo de quedar embarazada. ¡Puta carajo, me cagaron la fiesta! me dije yo.
INSEGURIDADES
Aunque suene como una obviedad, nunca vamos a saber qué pasa por la cabeza de los demás, primero porque todos mentimos, a veces más a veces menos pero lo hacemos, y también porque siempre estamos actuando frente a los demás, ¿a qué voy con todo esto? bueno pasaba que empezaba a haber en esta relación un aire de cierto descontento por parte de ella y creo a que se debía a que yo no tomaba muy en serio sus mambos con sus viejos, su relación con ellos desvariaba bastante, con sus hermanos o con sus amistades. A mí me parecían cosas que no eran tan serias como para hacer berrinche o deprimirse, más que nada me parecía que todo pasaba por dejarse influir por lo que dicen los demás muy exageradamente. Yo hablaba con ella, la aconsejaba, la animaba y en definitiva era yo la única persona que le daba ánimos y alentaba en todo lo que hacía, todo bien salvo que en ese momento no me daba cuenta que alimentaba su ego de tal manera que me iba a jugar en contra.
Yo me sentía muy a gusto con esta relación, esa primera vez que ella me dejó y volvimos quedó muy atrás, cogíamos mucho, es más ella tenía orgasmos todas las veces que lo hacíamos y se notaba que le gustaba coger conmigo. Pero de un día para el otro empezó a distanciarse, ya no me mandaba mensajes tan de seguido e incluso empezó a hacer otras cosas los fines de semana, al principio no me molestaba porque entendía que teníamos que tener nuestros espacios pero cuando empezaron a ser fines de semana seguidos en los que no nos veíamos me empecé a preocupar y le pregunté qué onda y como adivinarán volvió la archiconocida frase: “tenemos que hablar”…
Y sí, fue un domingo a la noche, nos encontramos en un lugar neutro para hablar. Ella muy segura y yo sorprendido y angustiado (para variar) nos pusimos a hablar pero fue en vano cualquier cosa que yo le dijera ya que ella no quería seguir conmigo, básicamente porque alegaba que no veía un futuro juntos, me decía que yo estaba estancado, me sorprendió tanto que me dijera eso que no me dio la fuerza para decirle que ella tampoco era la persona más trabajadora, con futuro prometedor y asegurado del planeta. Le pedí por favor que no me dejara y lo único que pude conseguir de ella fue un: “dame unos días para pensarlo”
“Ok, tomate tus días…” Y me fui a mi casa de nuevo con esa sensación de mierda.
CONTINUARÁ
Opinen, comenten qué les pareció esta segunda parte y si quieren saber el final en la tercera y última parte de esta historia que comparto con ustedes y que me pasó hace un par de años.
Acá les dejo la primera parte:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2993904/Pasen-les-cuento-mi-historia-con-mi-ex-Parte-1.html
Agradecería mucho sus opiniones, qué parte fue la que más les gustó y todo lo que quieran escribir si se les apetece.
Queda una tercera y última parte que si les interesa la posteo en los siguientes días, bueno ahora sí acá va la segunda parte de mi historia. Que la disfruten.
PARTE 2:
PENSAMIENTOS PROFUNDOS
La verdad es que toda esa situación donde ella cortó conmigo y dio por finalizada nuestra relación me dejó muy bajoneado, tenía mucha bronca, estaba sorprendido y muy angustiado. Mientras tanto analizaba, pensaba y trataba de buscarle una explicación razonable y con todos esos sentimientos cruzados fue entonces cuando caí en la cuenta de que hubo cambios en ella de un tiempo a esa parte más que nada en su autoestima, la notaba un poco más segura de sí misma y creo que fue eso, en parte, lo que la llevaba a que en varias oportunidades me cuestionara muchas cosas como por ejemplo que terminara de estudiar la carrera terciaria que estaba haciendo, que consiguiera un mejor laburo para que ganara un mejor sueldo (sabiendo que lo que yo ganaba mucho se lo dedicaba a ella con regalos de toda índole como ser ropa, calzados, salidas, etc. o sea todo lo que un novio normal hace, no?). Ok, está bien lo entendería si todos esos reclamos viniesen de una persona que predica lo que dice y pide en este caso, pero no. Ella no era eso que me pedía a mí, sino más bien todo lo contrario ya que no laburaba, su estudio iba a paso lento y vivía con sus viejos y hermanos al igual que yo. A todo esto yo me había empezado a preguntar si esta mina no será que quería que yo la sacara de su casa y la llevara a vivir conmigo en un lugar para nosotros dos… Mmm, mmm, mmm, mmm, puede ser igual a esa altura yo todavía no estaba en condiciones económicas de hacerlo y a ella no la veía con mucha cara de querer trabajar y compartir gastos.
Después de dos días todavía no podía entender por qué decidió dejarme.
HAGAMOS DE CUENTA QUE NO PASÓ NADA Y SIGAMOS.
Al tercer días me llama llorando y, según ella, muy arrepentida de lo que me había dicho y por haber cortado conmigo. Hablamos como dos horas donde, en resumen, me dice que quería volver conmigo, que la perdonara y que lo volviéramos a intentar. Está bien, le dije, volvamos al mismo tiempo que algo dentro de mí me decía: “¡Dude, watch out!” obviamente ni le hice caso a mi voz interior, la mina me gustaba y cogíamos lindo cosa que extrañaba mucho.
Los primeros días de nuestra reconciliación fueron un poco cautelosos por así decirlo, yo estaba con dudas y con un poco de bronca por toda esa situación anterior y ella, al mismo tiempo, se sentía perseguida.
El primer fin de semana después de volver quedamos en que ella iba a venir a casa el sábado a la tarde pero nunca vino, se hizo de noche y al llamarla preguntándole qué onda a lo que obtuve un: “no me animé a ir” como respuesta, me calmé, le dije que no pasaba nada y que el domingo, si le parecía bien, yo iría a su casa a visitarla. Trato hecho. Ah, por cierto, yo cargaba una leche que ni se imaginan…
Ese domingo hablamos mucho de nosotros como pareja y ese tipo de cosas hasta que le pregunté si podíamos ir a su habitación, no quería porque estaba toda su familia en la casa y le daba cosa. Ok.
Pasó el fin de semana y durante la semana siguiente, pongámosle miércoles, fui a su casa de nuevo y esta vez estaba sola, ni bien llego me recibe con un beso mientras me agarraba de la mano y me llevaba su habitación, en mitad del camino la agarro de la cintura y ahí en medio de la sala le saco la remera que llevaba puesta, le chupé las tetas e hice que me chupara la pija y sin darle tiempo acabé en su boca. Ahí recién dejé que me llevara a su habitación donde se bajó el jean y la tanga que llevaba puesta entregándome de nuevo su conchita felpudita, me puse velozmente el preservativo y cogimos bien fuerte durante un buen rato. Seguía con esa actitud medio sumisa que me encantaba, salvo el otro que no me llegó a entregar por problemas e incomodidades que ya se imaginarán, salvo eso no se oponía a nada que yo le hiciera.
Volvió a ir a mi casa, un fin de semana en particular vino con sus viejos a compartir un asado con mi flia, cuando llegó el momento de la sobremesa nos levantamos, la llevo a mi habitación, la siento en mi cama y estando yo parado la invito sutilmente a que me la chupe muy lentamente hasta que la agarro de los pelos inclinando su cabeza hacia atrás, le digo que saque su lengua para así poder acabar mucha leche contenida durante días, todo este momento placentero mientras escuchábamos que nuestros viejos que se reían y compartían un buen rato afuera.
En su casa cuando yo me quedaba tampoco había problemas para coger, por lo general yo me quedaba cuando sus viejos y hermanos iban de visita a la casa de sus abuelos y volvían al otro día, entiéndase domingo a la noche. Yo iba a la tarde cuando justo estaban terminando de armar el viaje y los saludaba con un “hasta mañana, pásenla lindo”. No había apuro, mirábamos algo en la compu y antes de cenar cogíamos en la sala sin problema, a esa altura me las ingeniaba para aguantar todo lo posible, sacarme el forro y acabar en su boca.
UN INTENTO DE FELICIDAD
La pasábamos bien juntos, no había muchos sobresaltos, nuestras peleas si se quiere eran por boludeces y no pasaban a mayores, de todos modos yo trataba de estar alerta a otro “brote-de-confianza-y-alta-autoestima-provocadora-de-ruptura-amorosa”. A todo esto, una cosa nueva que noté es que ella empezó a tener una actitud mezquina o egoísta si se quiere en cuanto a realizar regalos, se pagara algo o detalles de esa índole. Está bien ella no tenía trabajo así que no le iba a pedir que me regale algo caro para navidad o mi cumpleaños o el motivo que sea pero un día me di cuenta que en dos años de estar saliendo lo único que me había regalado era una remera de Homero Simpson (?) para una navidad… No pasa nada, me dije por lo ya antes dicho. Pero un día consiguió un trabajito en un lugar X, cobraba poca cosa, está bien, pero en ningún momento mientras estuvo trabajando me hizo un regalo, invitó algo o tuvo un detalle conmigo, nada. No importa me decía yo, tratando excusarla de alguna manera, que se compre cosas para ella mejor así no me jode con que mi sueldo es poco o cosas por el estilo.
Volviendo a la cuestión sexual (que es lo que importa acá), si bien ella no me decía nada cuando acababa en su boca, cosa que es muy placentera, yo seguía extrañando poder cogérmela sin forro y acabar adentro de su conchita. Algo que empezamos a hacer muy seguido era el 69, yo empezaba a desnudarla y estando recostados después de jugar con mis dedos en su conchita y tomarme su juguito la empujaba hasta mi pija y la acomodaba encima de mí quedando yo abajo y ella arriba. Le chupaba la conchita muy lentamente mientras ella me chupaba la pija también muy despacio y sin apuros,aprovechaba para apretar y acariciar sus nalgas y cola hasta que yo empezaba a acabar y ella me la chupaba más rápido dejándome muy loco metiendo mi lengua lo más profundo que podía teniéndola en esa posición hasta que me sacaba toda la leche, ahí aprovechaba para jugar con su clítoris, hacerla acabar y me diera un poco más de su juguito.
Así y todo lo que les cuento igualmente yo tenía muchísimas ganas de volver a cogérmela sin forro y acabar adentro de su conchita. Pasó entonces una noche que hablando de cosas de la vida le pregunto si ya le había pasado su período, yo tenía unas ganas bárbaras de coger, me dice que sí hacía un día y le pregunto si en algún momento podríamos volver a coger sin forro y ella me dice que si yo me animaba podíamos coger así en ese momento ya que según ella no había riesgo, no les voy a mentir, la duda me duró un microsegundo. Me tomé mi tiempo, hice todas las poses que quise, de cuatro bien fuerte, se la sacaba, se la mandaba a su boca para que me la chupe un rato y se la volvía a meter en la concha, para el final ella estaba de cuatro y le acabé bien adentro, cuando terminé de acabar seguí bombeando un buen rato más disfrutando lo más que podía.
Y esa noche no terminó ahí porque una vez que terminamos de coger nos pusimos a dormir pero yo quedé bastante ansioso y caliente. Habrán pasado un par de horas, pongámosle las 3 de la madrugada, ella estaba dormidísima entonces la destapo muy despacio y como estaba durmiendo boca abajo levanto sus caderas, la pongo de cuatro, le saco la tanga, la mojo un poco con mi saliva y me la empiezo a coger muy lentamente, ella empezó a suspirar pero se quedaba ahí como si nada, me encantaba que se hiciera la dormida. Acabé muy placenteramente y eso lo volví a repetir antes de levantarnos a las 7 e la mañana. Riquísimo.
Eso lo volvimos a repetir solamente dos veces más después que le pasaba su período porque una amiga le recomendó que no lo haga porque igual había riesgo de quedar embarazada. ¡Puta carajo, me cagaron la fiesta! me dije yo.
INSEGURIDADES
Aunque suene como una obviedad, nunca vamos a saber qué pasa por la cabeza de los demás, primero porque todos mentimos, a veces más a veces menos pero lo hacemos, y también porque siempre estamos actuando frente a los demás, ¿a qué voy con todo esto? bueno pasaba que empezaba a haber en esta relación un aire de cierto descontento por parte de ella y creo a que se debía a que yo no tomaba muy en serio sus mambos con sus viejos, su relación con ellos desvariaba bastante, con sus hermanos o con sus amistades. A mí me parecían cosas que no eran tan serias como para hacer berrinche o deprimirse, más que nada me parecía que todo pasaba por dejarse influir por lo que dicen los demás muy exageradamente. Yo hablaba con ella, la aconsejaba, la animaba y en definitiva era yo la única persona que le daba ánimos y alentaba en todo lo que hacía, todo bien salvo que en ese momento no me daba cuenta que alimentaba su ego de tal manera que me iba a jugar en contra.
Yo me sentía muy a gusto con esta relación, esa primera vez que ella me dejó y volvimos quedó muy atrás, cogíamos mucho, es más ella tenía orgasmos todas las veces que lo hacíamos y se notaba que le gustaba coger conmigo. Pero de un día para el otro empezó a distanciarse, ya no me mandaba mensajes tan de seguido e incluso empezó a hacer otras cosas los fines de semana, al principio no me molestaba porque entendía que teníamos que tener nuestros espacios pero cuando empezaron a ser fines de semana seguidos en los que no nos veíamos me empecé a preocupar y le pregunté qué onda y como adivinarán volvió la archiconocida frase: “tenemos que hablar”…
Y sí, fue un domingo a la noche, nos encontramos en un lugar neutro para hablar. Ella muy segura y yo sorprendido y angustiado (para variar) nos pusimos a hablar pero fue en vano cualquier cosa que yo le dijera ya que ella no quería seguir conmigo, básicamente porque alegaba que no veía un futuro juntos, me decía que yo estaba estancado, me sorprendió tanto que me dijera eso que no me dio la fuerza para decirle que ella tampoco era la persona más trabajadora, con futuro prometedor y asegurado del planeta. Le pedí por favor que no me dejara y lo único que pude conseguir de ella fue un: “dame unos días para pensarlo”
“Ok, tomate tus días…” Y me fui a mi casa de nuevo con esa sensación de mierda.
CONTINUARÁ
Opinen, comenten qué les pareció esta segunda parte y si quieren saber el final en la tercera y última parte de esta historia que comparto con ustedes y que me pasó hace un par de años.
Acá les dejo la primera parte:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2993904/Pasen-les-cuento-mi-historia-con-mi-ex-Parte-1.html
2 comentarios - Pasen les cuento mi historia con mi ex (Parte 2)