Mi nombre es Daniel tengo 22 años y les contare sobre mi vida amorosa y sexual.
Mi historia comienza cuando frente a mi departamento llegó a vivir una de las muchachas más hermosas que he visto en mi corta vida.
Su piel era muy clara, su cabello liso castaño, y su rostro de ángel, pero lo que de verdad me llamaba la atención era el cuerpo que tenia, unos pechos que resaltaban en su ajustaba camiseta de tirantes y un trasero firme los cuales se denotaban gracias a su ajustado pantalones de mezclilla. Quería acercarme a saludar pero ella y su madre se estaban mudando así que me pareció que solo molestaría al ir.
Pasaron los días y no podía dejar de pensar en ella, lo que me tenía confundido y a decir verdad un poco molesto, ya que ni siquiera la conocía, así pasaron los días hasta que por fin tuve el placer de conocerla. Iba subiendo las escaleras en dirección a mi departamento después de estar jugando un partido de fútbol con mis amigos, estaba de vacaciones así que no tenia nada mas que hacer en esos días, cuando estaba a punto de entrar por la puerta escuche su voz.
-Hola
Me di media vuelta y ahí estaba ella…
-Hola – le respondí
– ¿Como estas? – Me preguntó
– ¿Bien y tu?
-Estoy bien…
Yo estaba algo extrañado con la situación ya que en todo este tiempo no había hablado con ella y de repente, ahí estaba.
-Soy tu vecina, me mude hace unos días atrás, mi nombre es Andrea Gallardo– dijo ella
-Si, lo había notado, yo soy Daniel Vasquez, un placer… (De verdad era un placer el mirarla)
Estaba vestida con unos short ajustados y una blusa de tirantes que hacían relucir sus atributos.
-Bueno eso seria todo, solo vine aquí para presentarme.
No podía dejar pasar esta oportunidad de conocerla, así que…
-Estas apresurada o ¿puedes pasar por algo de beber?, por supuesto si tu madre no tiene problema con eso.
-Creo que tengo algo de tiempo, ademas ella no está – me dijo mientras sonreía
Entramos en mi departamento y le dije que se sentara donde quisiera, mientras yo iba a mi cuarto a dejar el bolso que traía del entrenamiento de futbol.
– ¿Qué te gustaría beber? – le pregunté…- tengo coca cola, sprite, y bueno cerveza.
-Creo que la escudo me vendría bien – me dijo con una sonrisa picara en su rostro
-Ok… solo no te pases de copas, no querrás darle una impresión equivocada a tu nuevo vecino jajaja
Tomé confianza rápido jaja.
-obvio que no – me volvió a sonreír
Su mirada y su sonrisa me estaban matando.
-Bueno… ¿porque no me cuentas un poco de ti? – me preguntó
-Eh…Tengo 22 años, estudio en la universidad, me gusta el fútbol y como puedes ver vivo solo…
No sabia que mas decirle en ese momento, al tenerla frente a mi vestida solo con un diminuto short y una blusa que apenas la cubría, no podía pensar claro, estaba demasiado nervioso.
¿Y que me dices de ti? – le pregunté
-Yo tengo 20 años y…– comenzó a sonar su celular, y al tomarlo se le cayó al suelo, haciendo que ella se incline enseñándome sus grandes senos.
-Hola amor… ¿donde estas? – respondió ella
Eso acabo con casi todas mis ilusiones, como iba a poder estar con una mujer con novio, seria difícil pero no imposible.
-Disculpa me tengo que ir, mi novio me espera – me dijo, pero noté que la idea de irse no la entusiasmaba mucho.
-Pero debemos repetir esto porque no nos pudimos conocer muy bien – me dijo.
-No te preocupes, puedes volver cuando quieras – le sonreí
-Gracias, luego nos vemos.
Y así sin mas salió por la puerta, en cuestión de segundos corrí a mi notebook para buscarla en facebook… la encontré enseguida y una erección comenzó a aparecer en mis pantalones cuando vi sus fotos, todas con unos tremendos escotes, y con amigas igual de buenas que ella, no aguante la tentación y simplemente comencé masturbarme mirándola, me vine en cuestión de minutos, nunca había terminado tan rápido, esa chica de verdad me calentaba.
El resto del día continúo sin mayores incidentes por lo que solo me fui a dormir.
Al próximo día tenia un partido de fútbol contra nuestro principal rival (juego en un equipo de mi pequeña ciudad) cual fue mi sorpresa al verla entre el publico pero animando al equipo contrario :(… una vez terminado el partido y con la victoria en mis manos, me acerque un poco a ella.
-Hola, ¿que haces aquí?
-Ah, hola dani (claramente ya me había agarrado confianza al decirme dani) vine a apoyar a mi novio pero tu le ganaste.
-En serio, y… ¿cual es?
-Él – Índico con su dedo señalando al arquero del equipo contrario, que venia en dirección a nosotros.
-Ah… él – respondí de mala gana…– yo me tengo que ir a cambiar, luego tal vez nos veamos.
-De acuerdo, luego hablamos – se despidió dándome un beso en la mejilla.
Luego de eso tomé una ducha en los camerinos y salí con mis compañeros de equipo por unas cervezas para celebrar el triunfo.
Al volver a mi departamento ya era algo tarde y estaba oscureciendo, vi a Andrea en las escaleras con notorias lágrimas en los ojos y me acerque a ella.
– ¿Que te pasa?
-Nada – me decía entre lágrimas.
-Vamos dime, no puedes estar llorando solo porque si.
-Es que…mi novio terminó conmigo – lo dijo mientras me miraba con sus mejillas con lagrimas.
– ¿¡Él! termino contigo?, pero acaso esta loco.
Ella solo se acercó a mí lentamente, algo dudosa y me abrazo suavemente, a pesar de solo conocerme hace un día sentía que ella por algún motivo confiaba en mí, y yo lo único que pude hacer fue abrazarla.
– ¿Donde están tus papas? – le pregunté.
-Trabajando – me dijo angustiada.
-Entonces vamos a mi departamento, ven.
-Ok – me dijo aún con lágrimas en los ojos.
Al entrar a mi depar, le indique que se siente el sofá mientras yo iba a la cocina para hacerle un café y también fui a mi habitación a buscar pañuelos desechables, para así volver con ella.
-Aquí tienes – le dije, pasandole los pañuelos y luego la taza de café.
-Gracias – respondió con su voz un poco mas calmada.
-Entonces… ¿qué paso con tu ex?… Se que no nos conocemos casi nada, pero tienes que hablar con alguien.
-Es que él siempre ha sido en extremo celoso, y se molesto porque me vio darte un beso en la mejilla
– ¿Solo por eso?
-Si – me dijo mientras me miraba directo a los ojos, su mirada me derretía, la hubiera besado en ese preciso momento pero ella estaba vulnerable y no quería que las cosas se dieran de esa forma.
-Toma tu café, y no te preocupes, después de todo esta es su perdida, no la tuya.
– ¿A que te refieres?
-Que eres demasiado linda para él – me puse nervioso, lo dije sin pensarlo.
Pasaron unos 3 segundos de silencio que se me hicieron eternos.
-Gracias – me dijo con una leve sonrisa
– ¿Entonces porque no continuamos donde lo dejamos ayer? – dije intentando subirle el animo.
– ¿De que?
-Me ibas a hablar de ti cuando te llamaron por teléfono.
-Verdad lo había olvidado, pero antes disculpa por venir a llorar a tu casa como tonta, dani.
-No hay problema.
– ¿No te molesta que me tome tanta confianza al venir a tu casa y decirte dani?
-Obvio que no, pero mejor dime Alex.
– ¿Por qué?
-Mi segundo nombre es Alexander y todos mis amigos cercanos me dicen Alex, siempre me ha gustado más ese nombre.
Ok Alex… entonces yo tengo 20 años, estudio en la universidad, siempre me tomo mucha confianza con las personas como te habrás dado cuenta jaja.
Luego de eso siguió hablando de ella y todo, pero apenas podía escuchar, lo único que quería hacer era mirarla como cada momento se veía mas alegre. Luego de eso su madre la llamó a su teléfono para que vaya a casa, ella se despidió de mí con un beso en la mejilla muy cerca de la boca y se fue.
Siguieron pasando los días y sin darme cuenta ya habían pasado unas 4 semanas desde que nos vimos por primera vez, ella pasaba gran parte del día conmigo, me preguntaba cosas más privadas como por ejemplo de mi familia también de amigos y amigas. Así como ella también me hablaba de su vida.
Hasta que un día las cosas se dieron. Fui a su casa y su mamá me abrió la puerta saludándome, nos llevábamos bien.
-Hola, hijo.
-Hola tía, ¿esta Andrea?
-Si claro, voy a buscarla.
Ahí estaba ella con su hermoso cuerpo y su carita de ángel.
-Hola bebe. (Así es como ella me dice, nuestra relacion era muy cercana a pesar del corto tiempo)
-Hola, ¿estas ocupada?
-No, ¿por qué?
-Estoy aburrido… ¿Quieres ir al cine?
-Si, claro – me sonreía –Dame un minuto voy a arreglarme.
En cuanto salió se veía simplemente hermosa, jeans ajustados y blusa ajustada (aunque ella se vería bien incluso vestida de vagabundo)
-Bien, vamos – me dijo.
En cuanto llegamos al cine ella escogió una película romántica que no estaba muy animado en ver, pero no se puede discutir con una mujer, ellas siempre ganan.
En medio de la película los protagonistas se besaban y yo tome confianza para poner mi brazo alrededor de ella, con algo de nerviosismo por ser rechazado, pero mi sorpresa fue tremenda cuando ella se acerco más a mí y puso su cabeza entre mi hombro y mi pecho.
-Te habías demorado, bebe, estaba esperando esto. – dijo a mi oído
– ¿Es en serio?
-Si, amor
Fue entonces cuando no aguante más y simplemente me abalance sobre ella besándola suavemente en un comienzo, para luego empezar a meter mi lengua a juguetear con la de ella, con mi mano derecha la seguía abrazando mientras que con la izquierda le tocaba el vientre subiendo lentamente a sus pechos para excitarla de a poco.
– ¿Quieres seguir viendo esta película o ya quieres irte? – le pregunté, totalmente excitado
-Quiero irme mi amor, vamonos ahora – me respondió con su voz entrecortada
-Ok… tú mandas.
Salimos prácticamente corriendo del cine directo a mi auto.
-Maneja rápido mi amor – me dijo algo desesperada.
-Ya voy tranquila, tranquila – lo dije entre risas porque nunca la había visto así.
Durante todo el camino a mi departamento ella no dejaba de besarme el cuello y pasar sus manos por mis piernas hasta llegar a la entrepierna, me tenía a mil.
Una vez que llegamos hicimos el menos ruido posible al pasar por fuera de su departamento para entrar al mio.
Dentro del departamento le saque la blusa de un tirón haciendo que los botones se desprendieran de ella, dejando esos dos monumentos frente a mi, también le saque el brasier para comenzar a chupar esos pechos que me tenían obsesionado, mientras lo único que ella hacia era gemir de placer.
-Ah…Ah…Amor sigue así – decía entre gemidos
– ¿Te gusta así mi amor? – decía yo, mientras me quitaba la camisa.
-Si…Ah… sigue… No pares.
Luego subí a besar sus labios mientras le desabrochaba su pantalón ajustadito, saliendo a relucir esas tremendas nalgas que todos los días yo me comía con los ojos, arroje el pantalón frente al televisor y solo la levante de las piernas llevándola directo a mi habitación, todo esto lo hacia sin dejar de besarla.
Una vez ahí, solo la puse sobre mi cama, ella se sentó en la orilla frente a mí, desabrochando mi pantalón y mirándome con sus preciosos ojitos.
-Esta es la primera vez que hago esto, así que por favor sé paciente – me dijo, nerviosa
– ¿Primera vez queee…? – pregunte, algo confundido
-Es… la primera vez… que tendré sexo – me dijo, mientras dirigía su mirada al piso, algo apenada.
Yo no lo creía por la forma en que me beso en el cine, por como me seducia en el auto y cuando entramos en el departamento supuse que ya tenía experiencia
– ¿Es en serio mi amor? – le decía mi amor, como si fuéramos una pareja desde hace tiempo.
-Si, en serio – me miraba con esos ojos llenos de ternura.
-Quédate tranquila, lo voy a hacer con cuidado, ¿está bien? – le dije mientras la besaba, quería que su primera vez fuera especial ya que había decidido darme a mí, su virginidad.
-Ok mi amor, pero despacito, ¿ya?
La recosté despacio en la cama, mientras besaba sus labios, luego lentamente fui bajando por su cuello, hasta sus pezones mientras besaba uno el otro lo acariciaba con mi mano, así comenzaron a aparecer nuevamente sus gemidos, seguí bajando por su cuerpo hasta llegar a su coñito el que se veía claramente que ya estaba mojado, le baje las bragas y sin dudarlo le comencé a dar besos, para luego comenzar a usar mi lengua y satisfacerla, ella empezaba a mover un poco sus piernas llenas de placer, junto con el aumento de su respiración y de sus gemidos.
– ¿Te gusta así mi amor? – pregunté
-Si…Ah…así…me gusta…Ah – me respondió con sus palabras entrecortadas
Luego de eso subí a besarle los labios, mientras lentamente apoyaba mi mano derecha en su coñito completamente mojado, volvían a aumentar sus gemidos cada vez más rápidos y más fuertes, a medida que aumentaba el ritmo de frotación.
-Amor… creo…que me voy…a venir…Ah… – ella gemía.
-Esta bien mi amor deja que tu cuerpo haga el resto.
Ella comenzó a retorcer su cuerpo y gemía como loca, casi gritando, en señal de que había tenido un orgasmo, se veía algo agotada por lo que yo no la iba a presionar con continuar.
– ¿Ahora vas a entrar en mi? – preguntó con cierta picardia, yo me sorprendí pero como veía que todavía tenia ganas de continuar tenia que dejarla satisfecha.
-Solo si tú me lo permites amor.
-Si, pero despacito, ¿ya?
-Como tú digas amor.
Volví a besarla, bese sus pechos y una vez mas comence a tocar su coño para excitarla de nuevo, sus gemidos volvían a escapar de su boca y mi verga estaba en su punto máximo de erección.
– ¿Estas lista amor?
-Si papito, estoy lista.
Comencé metiendo la cabeza de mi verga lentamente en su coño y note como ella se ruborizaba, seguí entrando un poco más y su respiración iba en aumento, hasta un momento en que casi entro por completa, sentí algo que me impedía continuar. Mi amorcito decía la verdad, ese delicioso coño todavía era virgen y yo seria el primer hombre que ella sentiría dentro.
-Amor probablemente esto te va a doler un poquito, ¿quieres que siga?
-Si…sigue, me duele un poquito pero sigue – me respondió ella con sus ojos cerrados pero con cara de excitación.
Retire un poco mi verga y volví a meterla una y otra vez hasta que no aguante mas y se la metí completa, en lo que ella pegó un grito que probablemente lo debían escuchar del resto de los departamentos.
– ¿Estas bien?
-Ah…Ah…si…estoy…bien…
Así seguí aumentando de a poco el ritmo, haciendo cambiar sus pequeños gritos de dolor en deliciosos gemidos de placer.
-Ahí…ah…ah amor sigue así…ah…No puedo creer…cuanto tiempo perdimos…Ah
-Lo se amor… mucho tiempo – le decía mientras volvía a lamer sus pezones, los cuales no podia dejar de mirar, manosear y besar aunque quisiera.
-Ah…Ah…Me vengo….de nuevo amor…de nuevo…ah – me decía con sus gemidos.
-Yo también amor…– con el simple hecho de escuchar el sonido de sus gemidos que me tenían tan excitado, sabía que no iba a durar mucho más…
Pero yo aun no quería terminar de cojerla, así que me fui deteniendo lentamente para luego ponerla en posición del perrito.
Ahora te voy a dar por detrás mi vida.
-Si… quiero por detrás – decia completamente sumisa a mi.
Le metí mi verga de un tirón y ella volvió a gritar como la primera vez.
– ¿Estas bien? – pregunté
-Si, pero no tan fuerte que no estoy acostumbrada.
Seguí sus ordenes y comencé a bombearla despacio para luego aumentar el ritmo de mis embestidas y también el de sus gemidos.
-Ah…así mi amor…así – decía ella entre gemidos.
Yo la miraba por un espejo pequeño que tengo en mi habitacion pero suficientemente grande para ver su rostro, el cual tenia con sus ojos cerrados pero con una sonrisa llena de placer.
– ¿Lo disfrutas? – pregunté
– Mucho…ah…ah…no creo que pueda… aguantar mucho más.
-Yo tampoco amor – en eso comence a aumentar mis embestidas a un ritmo frenetico.
-Ahh…Sigue así – gritaba ella llegando al orgasmo.
-Ahhh…– esta vez ambos gemimos juntos, terminando nuestros orgasmos al mismo tiempo, aunque yo saque mi verga y espací todo mi semen en sus nalgas y su espalda para no correr riesgos.
Luego ella se giro sonriendo y me quede unos segundos sobre ella mirandola directo a sus hermosos ojos, en eso noté como había salido sangre de su coño sin que siquiera me diera cuenta, manchando las sabanas.
-Amor…eso es normal, ¿cierto? – me preguntaba ella al ver la sangre.
-Si princesa, no te preocupes – le dije mientras me acostaba junto a ella y no pude evitar ver que sus piernas tenían ciertos espasmos.
Ella se acostó junto a mí, apoyando su cabeza en mi pecho mientras yo la abrazaba e intentábamos recuperarnos.
Me siento un poco débil, ¿eso también es normal? – dijo ella.
-Si, porque has perdido fluidos, ven conmigo.
– ¿A donde?
-A la ducha amor, ven a bañarte conmigo.
En camino al baño noté que sus piernas temblaban un poco, ya en la ducha ella seguia un poco agotada, así que no la presione con tener relaciones de nuevo, le quite la sangre que tenia y mi esperma porque aún quedaban residuos sobre sus deliciosas nalgas y espalda.
Al salir de la ducha le dije que llame a su madre, le dijera que se encontró con una amiga y que se iba a quedar a dormir en casa de ella, y sin cuestionar nada, hizo exactamente lo que le dije. Al regresar a la habitación quitamos las sabanas manchadas y las cambiamos por unas limpias, luego solo nos metimos a la cama, ella apoyando su cabecita en mi pecho.
-Oh… es cierto se me había… olvidado preguntarte – dijo ella
– ¿Que pasa, amor? – le respondí
– ¿Somos… novios? – levantó su cabeza y me miró directo a los ojos, algo nerviosa.
-Ja ja ja – reí.
-No te rias – dijo ella
-Bueno, eso depende amor, ¿Te gustaría ser oficialmente mi novia? – le pregunte mientras la besaba.
-Si…- me dijo ella con su hermosa sonrisa
-Yo también quiero eso amor.
Y nos fundimos en un último beso apasionado antes de caer rendidos en las sabanas de “nuestra” cama.
Mi historia comienza cuando frente a mi departamento llegó a vivir una de las muchachas más hermosas que he visto en mi corta vida.
Su piel era muy clara, su cabello liso castaño, y su rostro de ángel, pero lo que de verdad me llamaba la atención era el cuerpo que tenia, unos pechos que resaltaban en su ajustaba camiseta de tirantes y un trasero firme los cuales se denotaban gracias a su ajustado pantalones de mezclilla. Quería acercarme a saludar pero ella y su madre se estaban mudando así que me pareció que solo molestaría al ir.
Pasaron los días y no podía dejar de pensar en ella, lo que me tenía confundido y a decir verdad un poco molesto, ya que ni siquiera la conocía, así pasaron los días hasta que por fin tuve el placer de conocerla. Iba subiendo las escaleras en dirección a mi departamento después de estar jugando un partido de fútbol con mis amigos, estaba de vacaciones así que no tenia nada mas que hacer en esos días, cuando estaba a punto de entrar por la puerta escuche su voz.
-Hola
Me di media vuelta y ahí estaba ella…
-Hola – le respondí
– ¿Como estas? – Me preguntó
– ¿Bien y tu?
-Estoy bien…
Yo estaba algo extrañado con la situación ya que en todo este tiempo no había hablado con ella y de repente, ahí estaba.
-Soy tu vecina, me mude hace unos días atrás, mi nombre es Andrea Gallardo– dijo ella
-Si, lo había notado, yo soy Daniel Vasquez, un placer… (De verdad era un placer el mirarla)
Estaba vestida con unos short ajustados y una blusa de tirantes que hacían relucir sus atributos.
-Bueno eso seria todo, solo vine aquí para presentarme.
No podía dejar pasar esta oportunidad de conocerla, así que…
-Estas apresurada o ¿puedes pasar por algo de beber?, por supuesto si tu madre no tiene problema con eso.
-Creo que tengo algo de tiempo, ademas ella no está – me dijo mientras sonreía
Entramos en mi departamento y le dije que se sentara donde quisiera, mientras yo iba a mi cuarto a dejar el bolso que traía del entrenamiento de futbol.
– ¿Qué te gustaría beber? – le pregunté…- tengo coca cola, sprite, y bueno cerveza.
-Creo que la escudo me vendría bien – me dijo con una sonrisa picara en su rostro
-Ok… solo no te pases de copas, no querrás darle una impresión equivocada a tu nuevo vecino jajaja
Tomé confianza rápido jaja.
-obvio que no – me volvió a sonreír
Su mirada y su sonrisa me estaban matando.
-Bueno… ¿porque no me cuentas un poco de ti? – me preguntó
-Eh…Tengo 22 años, estudio en la universidad, me gusta el fútbol y como puedes ver vivo solo…
No sabia que mas decirle en ese momento, al tenerla frente a mi vestida solo con un diminuto short y una blusa que apenas la cubría, no podía pensar claro, estaba demasiado nervioso.
¿Y que me dices de ti? – le pregunté
-Yo tengo 20 años y…– comenzó a sonar su celular, y al tomarlo se le cayó al suelo, haciendo que ella se incline enseñándome sus grandes senos.
-Hola amor… ¿donde estas? – respondió ella
Eso acabo con casi todas mis ilusiones, como iba a poder estar con una mujer con novio, seria difícil pero no imposible.
-Disculpa me tengo que ir, mi novio me espera – me dijo, pero noté que la idea de irse no la entusiasmaba mucho.
-Pero debemos repetir esto porque no nos pudimos conocer muy bien – me dijo.
-No te preocupes, puedes volver cuando quieras – le sonreí
-Gracias, luego nos vemos.
Y así sin mas salió por la puerta, en cuestión de segundos corrí a mi notebook para buscarla en facebook… la encontré enseguida y una erección comenzó a aparecer en mis pantalones cuando vi sus fotos, todas con unos tremendos escotes, y con amigas igual de buenas que ella, no aguante la tentación y simplemente comencé masturbarme mirándola, me vine en cuestión de minutos, nunca había terminado tan rápido, esa chica de verdad me calentaba.
El resto del día continúo sin mayores incidentes por lo que solo me fui a dormir.
Al próximo día tenia un partido de fútbol contra nuestro principal rival (juego en un equipo de mi pequeña ciudad) cual fue mi sorpresa al verla entre el publico pero animando al equipo contrario :(… una vez terminado el partido y con la victoria en mis manos, me acerque un poco a ella.
-Hola, ¿que haces aquí?
-Ah, hola dani (claramente ya me había agarrado confianza al decirme dani) vine a apoyar a mi novio pero tu le ganaste.
-En serio, y… ¿cual es?
-Él – Índico con su dedo señalando al arquero del equipo contrario, que venia en dirección a nosotros.
-Ah… él – respondí de mala gana…– yo me tengo que ir a cambiar, luego tal vez nos veamos.
-De acuerdo, luego hablamos – se despidió dándome un beso en la mejilla.
Luego de eso tomé una ducha en los camerinos y salí con mis compañeros de equipo por unas cervezas para celebrar el triunfo.
Al volver a mi departamento ya era algo tarde y estaba oscureciendo, vi a Andrea en las escaleras con notorias lágrimas en los ojos y me acerque a ella.
– ¿Que te pasa?
-Nada – me decía entre lágrimas.
-Vamos dime, no puedes estar llorando solo porque si.
-Es que…mi novio terminó conmigo – lo dijo mientras me miraba con sus mejillas con lagrimas.
– ¿¡Él! termino contigo?, pero acaso esta loco.
Ella solo se acercó a mí lentamente, algo dudosa y me abrazo suavemente, a pesar de solo conocerme hace un día sentía que ella por algún motivo confiaba en mí, y yo lo único que pude hacer fue abrazarla.
– ¿Donde están tus papas? – le pregunté.
-Trabajando – me dijo angustiada.
-Entonces vamos a mi departamento, ven.
-Ok – me dijo aún con lágrimas en los ojos.
Al entrar a mi depar, le indique que se siente el sofá mientras yo iba a la cocina para hacerle un café y también fui a mi habitación a buscar pañuelos desechables, para así volver con ella.
-Aquí tienes – le dije, pasandole los pañuelos y luego la taza de café.
-Gracias – respondió con su voz un poco mas calmada.
-Entonces… ¿qué paso con tu ex?… Se que no nos conocemos casi nada, pero tienes que hablar con alguien.
-Es que él siempre ha sido en extremo celoso, y se molesto porque me vio darte un beso en la mejilla
– ¿Solo por eso?
-Si – me dijo mientras me miraba directo a los ojos, su mirada me derretía, la hubiera besado en ese preciso momento pero ella estaba vulnerable y no quería que las cosas se dieran de esa forma.
-Toma tu café, y no te preocupes, después de todo esta es su perdida, no la tuya.
– ¿A que te refieres?
-Que eres demasiado linda para él – me puse nervioso, lo dije sin pensarlo.
Pasaron unos 3 segundos de silencio que se me hicieron eternos.
-Gracias – me dijo con una leve sonrisa
– ¿Entonces porque no continuamos donde lo dejamos ayer? – dije intentando subirle el animo.
– ¿De que?
-Me ibas a hablar de ti cuando te llamaron por teléfono.
-Verdad lo había olvidado, pero antes disculpa por venir a llorar a tu casa como tonta, dani.
-No hay problema.
– ¿No te molesta que me tome tanta confianza al venir a tu casa y decirte dani?
-Obvio que no, pero mejor dime Alex.
– ¿Por qué?
-Mi segundo nombre es Alexander y todos mis amigos cercanos me dicen Alex, siempre me ha gustado más ese nombre.
Ok Alex… entonces yo tengo 20 años, estudio en la universidad, siempre me tomo mucha confianza con las personas como te habrás dado cuenta jaja.
Luego de eso siguió hablando de ella y todo, pero apenas podía escuchar, lo único que quería hacer era mirarla como cada momento se veía mas alegre. Luego de eso su madre la llamó a su teléfono para que vaya a casa, ella se despidió de mí con un beso en la mejilla muy cerca de la boca y se fue.
Siguieron pasando los días y sin darme cuenta ya habían pasado unas 4 semanas desde que nos vimos por primera vez, ella pasaba gran parte del día conmigo, me preguntaba cosas más privadas como por ejemplo de mi familia también de amigos y amigas. Así como ella también me hablaba de su vida.
Hasta que un día las cosas se dieron. Fui a su casa y su mamá me abrió la puerta saludándome, nos llevábamos bien.
-Hola, hijo.
-Hola tía, ¿esta Andrea?
-Si claro, voy a buscarla.
Ahí estaba ella con su hermoso cuerpo y su carita de ángel.
-Hola bebe. (Así es como ella me dice, nuestra relacion era muy cercana a pesar del corto tiempo)
-Hola, ¿estas ocupada?
-No, ¿por qué?
-Estoy aburrido… ¿Quieres ir al cine?
-Si, claro – me sonreía –Dame un minuto voy a arreglarme.
En cuanto salió se veía simplemente hermosa, jeans ajustados y blusa ajustada (aunque ella se vería bien incluso vestida de vagabundo)
-Bien, vamos – me dijo.
En cuanto llegamos al cine ella escogió una película romántica que no estaba muy animado en ver, pero no se puede discutir con una mujer, ellas siempre ganan.
En medio de la película los protagonistas se besaban y yo tome confianza para poner mi brazo alrededor de ella, con algo de nerviosismo por ser rechazado, pero mi sorpresa fue tremenda cuando ella se acerco más a mí y puso su cabeza entre mi hombro y mi pecho.
-Te habías demorado, bebe, estaba esperando esto. – dijo a mi oído
– ¿Es en serio?
-Si, amor
Fue entonces cuando no aguante más y simplemente me abalance sobre ella besándola suavemente en un comienzo, para luego empezar a meter mi lengua a juguetear con la de ella, con mi mano derecha la seguía abrazando mientras que con la izquierda le tocaba el vientre subiendo lentamente a sus pechos para excitarla de a poco.
– ¿Quieres seguir viendo esta película o ya quieres irte? – le pregunté, totalmente excitado
-Quiero irme mi amor, vamonos ahora – me respondió con su voz entrecortada
-Ok… tú mandas.
Salimos prácticamente corriendo del cine directo a mi auto.
-Maneja rápido mi amor – me dijo algo desesperada.
-Ya voy tranquila, tranquila – lo dije entre risas porque nunca la había visto así.
Durante todo el camino a mi departamento ella no dejaba de besarme el cuello y pasar sus manos por mis piernas hasta llegar a la entrepierna, me tenía a mil.
Una vez que llegamos hicimos el menos ruido posible al pasar por fuera de su departamento para entrar al mio.
Dentro del departamento le saque la blusa de un tirón haciendo que los botones se desprendieran de ella, dejando esos dos monumentos frente a mi, también le saque el brasier para comenzar a chupar esos pechos que me tenían obsesionado, mientras lo único que ella hacia era gemir de placer.
-Ah…Ah…Amor sigue así – decía entre gemidos
– ¿Te gusta así mi amor? – decía yo, mientras me quitaba la camisa.
-Si…Ah… sigue… No pares.
Luego subí a besar sus labios mientras le desabrochaba su pantalón ajustadito, saliendo a relucir esas tremendas nalgas que todos los días yo me comía con los ojos, arroje el pantalón frente al televisor y solo la levante de las piernas llevándola directo a mi habitación, todo esto lo hacia sin dejar de besarla.
Una vez ahí, solo la puse sobre mi cama, ella se sentó en la orilla frente a mí, desabrochando mi pantalón y mirándome con sus preciosos ojitos.
-Esta es la primera vez que hago esto, así que por favor sé paciente – me dijo, nerviosa
– ¿Primera vez queee…? – pregunte, algo confundido
-Es… la primera vez… que tendré sexo – me dijo, mientras dirigía su mirada al piso, algo apenada.
Yo no lo creía por la forma en que me beso en el cine, por como me seducia en el auto y cuando entramos en el departamento supuse que ya tenía experiencia
– ¿Es en serio mi amor? – le decía mi amor, como si fuéramos una pareja desde hace tiempo.
-Si, en serio – me miraba con esos ojos llenos de ternura.
-Quédate tranquila, lo voy a hacer con cuidado, ¿está bien? – le dije mientras la besaba, quería que su primera vez fuera especial ya que había decidido darme a mí, su virginidad.
-Ok mi amor, pero despacito, ¿ya?
La recosté despacio en la cama, mientras besaba sus labios, luego lentamente fui bajando por su cuello, hasta sus pezones mientras besaba uno el otro lo acariciaba con mi mano, así comenzaron a aparecer nuevamente sus gemidos, seguí bajando por su cuerpo hasta llegar a su coñito el que se veía claramente que ya estaba mojado, le baje las bragas y sin dudarlo le comencé a dar besos, para luego comenzar a usar mi lengua y satisfacerla, ella empezaba a mover un poco sus piernas llenas de placer, junto con el aumento de su respiración y de sus gemidos.
– ¿Te gusta así mi amor? – pregunté
-Si…Ah…así…me gusta…Ah – me respondió con sus palabras entrecortadas
Luego de eso subí a besarle los labios, mientras lentamente apoyaba mi mano derecha en su coñito completamente mojado, volvían a aumentar sus gemidos cada vez más rápidos y más fuertes, a medida que aumentaba el ritmo de frotación.
-Amor… creo…que me voy…a venir…Ah… – ella gemía.
-Esta bien mi amor deja que tu cuerpo haga el resto.
Ella comenzó a retorcer su cuerpo y gemía como loca, casi gritando, en señal de que había tenido un orgasmo, se veía algo agotada por lo que yo no la iba a presionar con continuar.
– ¿Ahora vas a entrar en mi? – preguntó con cierta picardia, yo me sorprendí pero como veía que todavía tenia ganas de continuar tenia que dejarla satisfecha.
-Solo si tú me lo permites amor.
-Si, pero despacito, ¿ya?
-Como tú digas amor.
Volví a besarla, bese sus pechos y una vez mas comence a tocar su coño para excitarla de nuevo, sus gemidos volvían a escapar de su boca y mi verga estaba en su punto máximo de erección.
– ¿Estas lista amor?
-Si papito, estoy lista.
Comencé metiendo la cabeza de mi verga lentamente en su coño y note como ella se ruborizaba, seguí entrando un poco más y su respiración iba en aumento, hasta un momento en que casi entro por completa, sentí algo que me impedía continuar. Mi amorcito decía la verdad, ese delicioso coño todavía era virgen y yo seria el primer hombre que ella sentiría dentro.
-Amor probablemente esto te va a doler un poquito, ¿quieres que siga?
-Si…sigue, me duele un poquito pero sigue – me respondió ella con sus ojos cerrados pero con cara de excitación.
Retire un poco mi verga y volví a meterla una y otra vez hasta que no aguante mas y se la metí completa, en lo que ella pegó un grito que probablemente lo debían escuchar del resto de los departamentos.
– ¿Estas bien?
-Ah…Ah…si…estoy…bien…
Así seguí aumentando de a poco el ritmo, haciendo cambiar sus pequeños gritos de dolor en deliciosos gemidos de placer.
-Ahí…ah…ah amor sigue así…ah…No puedo creer…cuanto tiempo perdimos…Ah
-Lo se amor… mucho tiempo – le decía mientras volvía a lamer sus pezones, los cuales no podia dejar de mirar, manosear y besar aunque quisiera.
-Ah…Ah…Me vengo….de nuevo amor…de nuevo…ah – me decía con sus gemidos.
-Yo también amor…– con el simple hecho de escuchar el sonido de sus gemidos que me tenían tan excitado, sabía que no iba a durar mucho más…
Pero yo aun no quería terminar de cojerla, así que me fui deteniendo lentamente para luego ponerla en posición del perrito.
Ahora te voy a dar por detrás mi vida.
-Si… quiero por detrás – decia completamente sumisa a mi.
Le metí mi verga de un tirón y ella volvió a gritar como la primera vez.
– ¿Estas bien? – pregunté
-Si, pero no tan fuerte que no estoy acostumbrada.
Seguí sus ordenes y comencé a bombearla despacio para luego aumentar el ritmo de mis embestidas y también el de sus gemidos.
-Ah…así mi amor…así – decía ella entre gemidos.
Yo la miraba por un espejo pequeño que tengo en mi habitacion pero suficientemente grande para ver su rostro, el cual tenia con sus ojos cerrados pero con una sonrisa llena de placer.
– ¿Lo disfrutas? – pregunté
– Mucho…ah…ah…no creo que pueda… aguantar mucho más.
-Yo tampoco amor – en eso comence a aumentar mis embestidas a un ritmo frenetico.
-Ahh…Sigue así – gritaba ella llegando al orgasmo.
-Ahhh…– esta vez ambos gemimos juntos, terminando nuestros orgasmos al mismo tiempo, aunque yo saque mi verga y espací todo mi semen en sus nalgas y su espalda para no correr riesgos.
Luego ella se giro sonriendo y me quede unos segundos sobre ella mirandola directo a sus hermosos ojos, en eso noté como había salido sangre de su coño sin que siquiera me diera cuenta, manchando las sabanas.
-Amor…eso es normal, ¿cierto? – me preguntaba ella al ver la sangre.
-Si princesa, no te preocupes – le dije mientras me acostaba junto a ella y no pude evitar ver que sus piernas tenían ciertos espasmos.
Ella se acostó junto a mí, apoyando su cabeza en mi pecho mientras yo la abrazaba e intentábamos recuperarnos.
Me siento un poco débil, ¿eso también es normal? – dijo ella.
-Si, porque has perdido fluidos, ven conmigo.
– ¿A donde?
-A la ducha amor, ven a bañarte conmigo.
En camino al baño noté que sus piernas temblaban un poco, ya en la ducha ella seguia un poco agotada, así que no la presione con tener relaciones de nuevo, le quite la sangre que tenia y mi esperma porque aún quedaban residuos sobre sus deliciosas nalgas y espalda.
Al salir de la ducha le dije que llame a su madre, le dijera que se encontró con una amiga y que se iba a quedar a dormir en casa de ella, y sin cuestionar nada, hizo exactamente lo que le dije. Al regresar a la habitación quitamos las sabanas manchadas y las cambiamos por unas limpias, luego solo nos metimos a la cama, ella apoyando su cabecita en mi pecho.
-Oh… es cierto se me había… olvidado preguntarte – dijo ella
– ¿Que pasa, amor? – le respondí
– ¿Somos… novios? – levantó su cabeza y me miró directo a los ojos, algo nerviosa.
-Ja ja ja – reí.
-No te rias – dijo ella
-Bueno, eso depende amor, ¿Te gustaría ser oficialmente mi novia? – le pregunte mientras la besaba.
-Si…- me dijo ella con su hermosa sonrisa
-Yo también quiero eso amor.
Y nos fundimos en un último beso apasionado antes de caer rendidos en las sabanas de “nuestra” cama.
3 comentarios - La primera vez de Andrea