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Compendio II
😆
Y bueno, les contaba que me sacó a bailar.
Estaban tocando un tema bien lentito, así que aprovechó de tomarme bien rico de la cintura y abrazarme como toda una dama.
“Oye, ¿Y dónde estabas? ¡Te andaba buscando!”
“¡Estaba en el baño!” le dije así, bien coqueta y femenina, para que no se enojara tanto.
Pero lo más lindo es que se preocupó.
😟
“¿Te sientes enfermita? ¿Quieres que nos vayamos?”
“¡Noo! Es que habían unas mujeres corriéndose mano en el baño…” le dije en español.
¡Y él me miró más preocupado todavía!
😰
“¿Y una de ellas no eras tú?”
¡Obvio que me enojé un poquito!
😠
“¡Noo! ¿Cómo piensas eso? No conozco a nadie por aquí.”
Y él se rió más todavía…
😡
“¡Perdóname, ruiseñor! Pero nunca hubiese imaginado cuando te conocí, que te terminarías besando con otras mujeres…” dijo él algo así, porque no me acuerdo bien del enojo que tenía.
Pero lo que dijo él lo encontré tan cierto, porque aparte de eso, ni siquiera yo me habría imaginado lo rico que sería verle besándose y enamorando a otras.
😊
Y bueno… ahora que lo pienso, tampoco le dije ahí que una de ellas andaba con calentura por él.
Pero en mi defensa, pienso que estaba encantada y cariñosa por la forma en que él me miraba y me tomaba la cintura.
😅
“¡No seas tonto! ¿Cómo piensas que te voy a dejar aquí, solito?” le dije, para sacarme el sofoque.
Y él me miró con esos ojitos lindos de enamorado y humilde…
😍
“Es que eres tan bonita y tan sensual. ¡Mírate! Tienes esos ojitos preciosos, esa carita de niñita inocente y esa figura tan preciosa, que podrías irte con cualquiera… y prefieres quedarte conmigo, que estoy tan viejo…”
Y la forma que me lo dice, me hace palpitar rico mi corazón, que siento hasta agüita adentro.
💗 💗 💗
“¡No, yo prefiero quedarme contigo, porque tú me gustas mucho!” le dije, abrazándolo más fuerte y apoyando mi cabeza en su pechito de valiente…
Y podía sentir cómo sus manos me tocaban compuestitas por la cintura, pero estaban más que deseosas de agarrarme del trasero y también podía darme cuenta que mi pecho lo estaba entusiasmando, por la forma que se apegaba más a mi cintura y ¿Para qué mentir? Yo también lo deseaba…
😍 😍
Y es que eso siempre me ha gustado de él, desde la primera vez que lo conocí.
Porque como les digo, los hombres que conocí antes de él, eran bastante penca.
Y hasta mi papá no se salva de esa, porque para él, yo era solamente un gasto más.
Nunca me animó a nada, ni me dijo que me quería o me felicitó por algo.
Por más que me esforzara y me esforzara, nunca me sentí querida o que se interesara por mí.
Cosa muy diferente a mi marido, que él era todo abrazos…
😆
Que si algo me costaba mucho, él me hacía porras y me ayudaba y de verdad, verdad, que no lo hacía por querer correrme mano o algo así.
¡Para nada!
¡Solo por ser un súper buen amigo!
😊
“Mira, Marisol… estaba pensando que… no sé… podríamos adelantarnos unos días… y empezar a probar hoy si podemos tener un hijo… ¿Qué te parece?... total, las niñas están durmiendo… la niñera las está cuidando... y no sé… podríamos pasar a un motel… si tú quieres, claro…” me dijo en secretito, mientras bailábamos pegaditos.
😍 😍 😍
Y eso también me encanta de él, porque me pregunta todas esas cosas, haciéndome cariñito y besándome en el cuello, que son las cositas que más me gustan.
Y me va pintando y me va pintando el cuadro, hasta que una siente las cositas por dentro todas revolucionadas.
Y al poquito rato, que le dije que bueno y él se puso súper contento, nos tiran de un foco una luz blanca súper fuerte y tocan la melodía del “Shake it off”, que a mis pequeñas les gusta tanto.
😕
“¡Ay, no! Le dije que no ahora…” reclamó él.
“¿Qué pasa?”
“Es que T… (Nombre de la mamá de Bastían) dijo que quería vernos bailando y ya sabes… ¿Te animas?”
Y me preguntó con una carita tan preocupada, que me dio pena.
😕
O sea, obvio que me daba plancha hacer la rutina que les hacemos a las peques entre tanta gente que no conocía…
Pero aparte de mi marido, es mi mejor amigo en todo el mundo y no podía dejarlo solo haciendo el ridículo…
😆 😆 😆
Y la cosa fue que empezamos a bailar y nos salió tan genial, que la gente nos empezó a apoyar con las palmas y hasta pensaron que era como un espectáculo que habíamos practicado para eso, cuando la verdad era que lo hacíamos para hacer reír a nuestras chiquititas.
Lo que más les gustaba (al igual que nuestras peques) eran la parte donde nos aplaudíamos las manos, como cuando uno jugaba cuando chico con los amigos, porque salían al mismo tiempo que las de la canción original (y que igual nos tomó su buen tiempo en coordinar).
😏
Y bueno, les confieso que en esa parte, donde dicen que “los que odian, odiarán…” (Haters gonna hate, hate, hate), me sentía súper contenta, pensando en la rubiecita que vi en el baño, que me la imaginaba mordiendo las servilletas de molesta.
Pero entonces, cuando llegó ese solo del final, mi marido fue corriendo hasta donde estaba el DJ y trajo a la mamá de Bastían, tomada de la cintura, para que bailara también con nosotros y como en esa parte, lo único que hace mi marido es darnos vueltas como cuando uno baila rock and roll, lo pasó súper bien…
😉
Yo sé que ella no lo hizo en mala, porque aunque no hemos hablado tanto, tanto, igual siento que la conozco, por todo lo que ha dicho mi marido de ella y no me parece una de esas mujeres que hace ese tipo de cosas para burlarse.
Aparte de todo, que está la forma como sigue mirando a mi marido… que es algo así como súper claro que todavía le gusta, pero que igual le entiende que me quiera más a mí y cuando me miró a mí, como para darme las gracias, no sentí como que hubiera celos o malas vibras.
¡La verdad, hasta sentí como que fuéramos amigas!
Y bueno… ya sabrán ustedes que me gusta compartir mucho mis cosas con mis amigas…
😏
Pero como les dije, nosotros andábamos ya con la calentura sobre 9000, así que le pedimos disculpas y nos fuimos al ascensor, derechito pensando yo en los estacionamientos...
“Oye… ¿Y no te gustaría hacerlo en otro lugar, mejor?” me pregunta, antes que se cierren las puertas.
Y aprieta entonces, el botón del 9º piso, que es donde está su oficina.
😳 😳
Y les prometo que cuando bajábamos, yo andaba bien mojadita y pegajosa, porque él no es así.
O sea, la verdad que a él le cuesta un poco improvisar las cosas…
Pero cuando las hace, le salen enteramente magistrales.
😕
Y a lo mejor, ustedes se preguntan ¿Por qué no tonteamos en el ascensor?
Y bueno, como les conté, era el edificio donde trabaja mi marido y obviamente, hay cámaras ahí.
Aparte que era uno de los 3 accesos a la azotea (si uno no buscaba entrenar, subiendo y bajando las escaleras hasta el piso 17), por lo que si alguien más se iba, podía igual pillarnos en algo que podría costarle el trabajo a mi marido…
😰
Pero ya me voy por las ramas.
Obvio que su piso, aparte del acceso a la escalera, estaba súper oscuro y tuvo que usar su celular como linterna.
Pero aunque igual me daba como un poquito de miedo, también lo encontraba súper excitante que fuera así, como tan secreto y pervertido todo…
😈
La cosa fue que llegamos a su oficina, él prendió la luz y empezó a darme esos besitos magistrales, mientras me lo llevaba para su escritorio.
Yo sé que él quería comerme en el sofá, como la otra vez…
Pero con lo prendida que estaba y la pica que le tenía a la rubiecita de recursos humanos, tenía una calentura especial, porque me hiciera su fantasía a mí primero…
¿Me entienden?
😉
“¡Te ves linda! Esta ropita te queda maravillosa…” me decía él, comiéndome tan, pero tan rico el cuello…
😫 😖 😫 😖
Y es que por eso me encanta tanto, tanto que él me corra mano…
Porque pienso que es igual, así como distinto.
O sea, él sabe que soy su esposa y que estábamos a solas…
Pero esa manerita que tiene, de apretarte y presionarte los pechos, así como cariño y con respeto, no creo que muchos la hagan.
Y la forma que él me iba recorriendo la mano por la cintura, así como estirando mi vestido, me prendía cada vez más todavía.
Y ¿Qué les digo de esa manera de mover la lengua?
Porque así como que con todos esos movimientos y chupetones dentro de mi boca, me decía las cositas que quería hacerme…
😩 😖 😩 😖
“Mi amor… mi amor… pero yo quiero que me lo hagas más violento…” logré suplicarle, antes que se pusiera a sacarme la ropa.
“¿Más violento?” preguntó, lamiéndome la oreja y derritiéndome a morir…
😫 😫 😫
“¡Sí, porfa! Quiero que… como que me violes… que te pongas más salvaje conmigo…” le pedí lo que realmente necesitaba.
Y él, obvio que se quedó pensando un poco, porque me quiere un montón.
Y es que claro, es obvio que cuando te “hacen el amor”, es suavecito y tierno y una que de verdad lo disfruta…
Pero también, una pasa por momentos donde quiere que él sea como más animal e impulsivo…
¿Me entienden?
😕
Pero ojo, que no estoy diciendo que una tiene fantasías de que la viole cualquier tipo en la calle…
(O al menos, yo no soy de esas…)
Yo soy más de las que me viole él, porque lo quiero y sé que no me va a doler tanto y que tampoco, lo hará siempre, siempre.
Y ojo que tampoco significa que él se vaya cortado primero y yo me quedo ahí, de piernas abiertas, con las ganas…
¡Para nada!
Porque igual le conozco y con lo obsesivo que es él, por hacerme acabar a mí primero, ya me hacía como con unos 4 o 5 orgasmos en la cintura, antes que me llenara con su juguito tibiecito.
😛
Entonces, me da vuelta y me deja con el traserito afuera…
Me lo sobó con sus 2 manos, así, como haciendo una cuna con mis cachetitos…
“¡Marisol, qué trasero más soberbio tienes!”
😩 😖 😩 😖
¡Obvio que me gustaría más que le dijera “culo” o algo así, porque me prende caleta!
Es que es en esos momentos donde él me saca mi lado de puta a la superficie, pero no puedo quejarme tanto, porque es el hombre que yo amo.
Me empezó a levantar la falda despacio… y yo sabía que tendría algo que decir cuando llegara a mis muslos…
😏
“¡Qué putita eres, Marisol! Te pusiste medias y portaligas…”
“Sí… es que tú sabes que las pantys y yo no nos llevamos bien…” le respondí con harta vergüenza.
Y me empezó a pasar las manos entremedio de los muslos…
😩 😖 😩 😖
Yo casi sentía que me moría.
“Parece que alguien ya pensaba en ser putita desde antes que nos fuéramos de la casa…”
Y me empezó a lamer y lamer…
😫 😖 😫 😖
¡Era delicioso!
Si antes tenía ganas, ahí estaba ya desesperada porque me la metiera…
Me desabrochó los seguros y les prometo que esos azotes chiquititos que me dieron los elásticos me hicieron que me mojara un poco más…
😩 😲 😩 😲
“¿Estás segura que lo quieres así, putita? ¡Dime la verdad!”
Sé que es el hombre de mi vida…
Que lo amo y es mi mejor amigo…
😍 😍
¡Pero qué gustazo me estaba dando, al hacerme suplicar!
“¡Sí, sí la quiero!” le respondí, poniendo el alma en mi voz…
Y sentí esa clavada impetuosa, deformándome de a poquito…
😫 😖 😫 😖
O sea, les encargo la calentura que sentía en esos momentos.
Me abría de una manera increíble y me sentía espectacular cómo se empezaba a acomodar perfectamente en mí.
Me sentía así, como en el nirvana o en la iluminación absoluta, sintiendo su potente cosita, entrando en mi mojadísima conchita…
😩 😲 😩 😲
Ensanchándome de la manera maravillosa que él hace…
Sintiendo su calor y su deseo, combinándose dentro de mí.
Y lo que me dejaba así, pero loca, loca, eran sus manos en mis pechos.
😵 😲 😵 😲
Es que de la cintura para abajo, estaba piluchita…
Pero todavía me agarraba de los pechos sobre mi vestido y eso ya definitivamente me quemaba de calentura.
Los estiraba y amasaba de una manera magistral, siempre lamiéndome el cuello y sin parar de bombearme.
En mi cabeza loca, empezaba a pasarme el rollo que así estaría luego la rubiecita, jadeando y gozando por él…
Que al igual que me pasó a mí, andaría las primeras veces usando el condón con ella, pero al poquito tiempo, él le empezaría a pedir que se tomara la pastilla… o si no, no tendrían más sexo…
😖😲 😖😲
Y eso me prendía tremendamente, no sé por qué y no me paraba de correr, pero mi marido, dale que dale, bombeando poderoso y obvio, disfrutando del sexo conmigo…
“¡Sí, mi putita! ¡Sí, mi putita! ¿Te gusta? ¿Verdad que te gusta que te dé así?”
😵 😲 😵 😲
“¡Sí! ¡Me encanta! ¡Me encanta!” le respondí yo, gozando de sus poderosos pistonazos a morir.
Pero así y todo, igual se le salió ese lado de amigo fiel y pololo tierno que él tiene…
😍 😍 😍
“¡Ya, mi amor! ¡No aguanto más! ¡Me voy a correr bien en ti! ¡Te la voy a dar toda, para que tengamos nuestro bebé! ¡Te amo, Marisol! ¡Te amo! ¡Te amo! ¡Te amo!”
¡¡¡Y qué gozo fue recibir su juguito, por cada te amo que me dio!!!
💦 💦 💦 💦
O sea, 4 corridas súper generosas, que me dieron justo, justo en el interior de mi útero, punteándome hasta el fondo, algo que él ya domina súper bien en llegar.
Y no sé… me sentía súper contenta y riéndome como una tonta.
Porque por un lado, me había dado el lujo de ser una putita, pero por el otro, había disfrutado de mi marido y en el fondo, de las 2 maneras la había pasado chancho…
Pero igual, de puro golosa, quería gozar un poquito más de ser putita…
“Mi amor… ahora, hazme la colita, porfa…” le pedí, aunque igual estaba cansada.
La maravillosa sensación de sentir a tu marido recuperar las fuerzas dentro de ti…
😵 😲 😵 😲
“¿Quieres que te dé por detrás?” Preguntó él, sin poder creerlo, pero igual metiéndome el dedo…
Y yo, ahí sí que me retorcía y me empezaba a mojar otra vez, porque sabía que después, cuando llegásemos al depa o al motel, haríamos lo mismo y de más que de nuevo me rompería la cola a mi placer…
Pero también pensé que tendría un fin de semana largo para recuperarme.
😆
Así que, cuento corto, la sacó de entre mis piernas y la empezó a meter por mi colita, de una manera maravillosa y espectacular, que me la dejó felizmente partida.
Obvio que estuvimos ahí como unas 2 horas perdidos, besándonos y gozándonos súper rico, porque es siempre con él con quien quiero estar.
Y como mi excelente amigo que es, me llevó al baño, me lavó y nos arreglamos los 2, para volver a la casa y sin preocuparnos de nada, nos fuimos hacia el ascensor…
😳 😳 😳
¡Adivinen mi sorpresa al escuchar un grito de mujer cuando se abrieron las puertas!
¡Era la morenaza que se había comido a la rubiecita, que creía que nosotros éramos prácticamente fantasmas!
Me contó mi marido que trabaja en el Departamento de Informática o algo así, un par de pisos más abajo.
😂
¡Y lo más genial de todo es que iba acompañada por el rubiecito de ojos pardos, que me trajo los mojitos!
Entonces, empezó a preguntarle a mi marido qué hacía ahí, a esas horas…
“¡Cristina, relájate! Le propuse a mi esposa si quería hacer el amor ahí, aprovechando que estábamos a solas…” le dijo él, súper calmado.
Y la morenaza me pegó una de esas miradas mandonas, súper molestas…
😠
Pero si algo aprendí de la relación que tuve con mi excelente amiga Lara, es que al igual que decía Sakuragi, “Una tiene que matar con la mirada…”
Y claro, la muy patuda trató de intimidarme, pero yo también sabía lo que hizo en el baño, pero aun así, no decía nada y eso como que la complicó…
Pero por ayudar a mi marido y para matar 3 pájaros de un tiro, les dije.
“¡Fue culpa mía! ¡Estoy ovulando y le pedí a mi esposo que lo hiciéramos en un lugar diferente!”
😂 😂 😂
En realidad, no sé si era verdad o no, porque nunca me he fijado, pero los 3 me miraron tan gracioso, que quise seguir con mi cuento…
“¡Es que quiero embarazarme de nuevo, porque amo mucho a mi marido y es excelente en la cama!... pero ya no tienes que preocuparte. Estamos entre que nos vamos a un motel o nos devolvemos al depa, para seguir intentando, así que no tienes que enojarte más con él…” le expliqué, poniéndome cariñosa con mi esposito.
😈 😈 😈
La cara de la morenaza era genial, porque mi marido, con lo humilde que es él, apenas se notaba cansado…
Y nosotros llevábamos como 2 horas perdidos, así que demás que podía imaginarse la buena sesión que me llevé en ese rato…
Pero al final, decidimos volver para el depa.
En parte, porque me preocupaban las peques, pero más que nada, porque estaba curiosa si acaso la vecinita habría tomado la palabra de mi marido de traer a su pololo y hacer cochinadas en una casa ajena…
😕
Pero no, la lolita fue súper decente.
Llegamos así como a las 2 de la mañana, pero aunque estábamos cansados, igual los 2 queríamos seguir jugando, pero ya no aguanto más…
😆
Hace un buen rato, mi marido me llamó, pidiéndome permiso para salir con unas amigas de su trabajo, (entre ellas, la rubiecita y la morenaza) a tomar unas copas, pero prometiéndome que volvería luego.
Y conociendo cómo es mi marido, es más que seguro que le calentará a más de una la sopa y tratarán de la mejor manera, ganar la apuesta de quién se lo lleva a la cama primero… por lo que estoy súper recontra prendida.
¡Bye!
😉
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3 comentarios - En su fiesta de trabajo… (III y final)