Precede de:
http://www.poringa.net/posts/relatos/2985408/Mi-esposa-y-la-depiladora.html
Ahí estaba yo en la cama, recién bañado esperando a mi esposa que se encontraba dándose una ducha reparadora por todas las exigencias de la semana. Escucho que corta el agua.
L- Amor!
F- Si?
L- Fijate mi teléfono que está en la mesita de luz.
F- Si, que pasa?
L- Desbloquealo y dale play.
Intrigado obedezco. Una música muy sensual comienza a sonar. Un velador en una esquina alejada iluminaba el ambiente. La puerta del baño se abre y mi señora comenzó a salir despacio al compás de los sonidos. Un velo transparente de color verde la cubría. Danza por la habitación con mucho erotismo y se ubica frente a la cama. Yo disfruto del espectáculo.
Baila con total soltura y sensualidad. De un sólo movimiento arroja el velo. Un bello conjunto de ropa interior la viste, de un color verde agua haciendo juego con la prenda anterior. Con sus manos recorre su cuerpo y siento que son las mías las que la acarician. Me da la espalda y se desprende el corpiño mientras su cadera de mueve serpenteante.
Su sostén vuela a un sillón contra la ventana. Giró abrazandose con pasión y luego elevó sus manos al techo. Allí quedaron al aire sus pechos turgentes, firmes, hermosos, con esas aureolas rosadas, picaronas y súper apetecibles. Sentía ganas de avalanzarme sobre ella como un predador sobre su presa pero debía contenerme. Era su momento, su showerótico para el marido que está re caliente y siempre fantaseo con la escena que estaba viviendo.
Siguió su baile sensual y bajando sus manos hasta su cintura. Lentamente bajo su tanga y volvió a voltearse dejando su culo maravilloso frente a mis ojos. La quitó de un pie, luego del otro y me la tiro a la cara. Su perfume a mujer excitada me puso más al palo todavía. No podía mantenerme quieto. ¡Ya quería hacerla mía! Vuelve a girar y me ofrece la frutilla del postre: observo su pubis totalmente depilado, sin un rastro de vellos. Mi boca se abre y se desploma ante la imagen. ¡Lo hizo! Se depiló para mí.
Sube a la cama y se acerca como una gata en celos. Nos besamos con mucha calentura y ella me acomoda a su gusto. Las sábanas caen al piso y yo cubro la extensión del colchón. Ella me quita el boxer con dificultad ya que hay una traba bastante dura del lado de adentro que le corta el paso. Logra despojarme de la prenda y vuelve gateando sobre mi. Me besa por todo el cuerpo y yo me dedico a disfrutar de ese dulce sometimiento. Su boca pasa por mi cuello y saborea mi boca. Sigue avanzando, sus tetas chocan mi cara. Ella sabe que eso me vuelve loco. Juega un poco en esa posición y avanza un poco más. Esta vez es para hundir mi boca en su concha. Muchas veces le pedí hacerlo y siempre se rehusó. Me encanta estar en ese lugar, sin escapatoria, con una vista privilegiada de todo su torso. La lujuria me gana y agarro sus pechos mientras le como la raja. ¡Que ricura por favor! No se si es por la terrible calentura o lo mucho que esperaba este momento pero esa concha era lo más delicioso que he probado en mi vida.
Mi lengua hizo mil dibujos hasta que Ludmila se corrió y me emborracho con sus flujos, que trague sin desperdiciar ni una sola gota. Mi mástil seguía erguido y ella lo sabía. Ahora puso marcha atrás y lentamente se dirigió hacia mi pene. Nuevamente sus tetas pasaron por mi cara y sus pezones duros fueron rozando mi torzo hasta que su boca llegó a mi miembro. Se lo metió entero hasta su garganta y luego se largó a recorrerlo en toda su anatomía. Lo lamia, lo besaba, lo mordisqueaba, lo pellizcaba y sus manos se largaron a hacerme una paja colosal. Con la voz entrecortada le advertí que estaba llegando al clímax y ella permaneció allí con mi palo en su boca. Nunca antes me dejó acabarle en la boca. Evidentemente hoy sería la primera vez de muchas cosas. Ni en mis más rebuscadas fantasías habia imaginado toda esta locura.
Mi pija exploto varias veces y los lechazos fueron contenidos en la boca de mi amada como un tesoro. Demoró unos segundos, se acomodó , lo saboreo y se lo tragó todo. Alzo sus manos y dio un grito de victoria.
L- ¡Que rico! ¿¡Como no te lo trague antes!?
Se acostó a mi lado y se puso de cucharita. Yo la abrazo y ella me empuja con el culo. Con voz de nena caprichosa me dice:
L- Papi
F- ¿Que mi amor?
L- Quiero que me la metas y me des duro.
F- ¿Por la cola mi amor?
L- ¡No! ¡Por la conchita! La tengo re mojada por tu culpa y me pide pija. ¿Se la vas a dar?
F- ¡Si mi vida! Toda se la voy a meter. Bien hasta el fondo. ¿Querés?
L- Si, porque tiene mucha hambre mi conchita. No la dejes con ganas, eh! Llenamela bien de pija y después le das tu lechita.
Acato la orden y la penetro hasta el fondo muy despacio. Una vez que hice tope en sus nalgas comienzo a bombear. La velocidad aumenta y sus gemidos aparecen. Cada vez más fuertes se oyen sus jadeos y los míos acompañan. Podemos hacer todo el ruido que se nos cante. Ahí estamos solos y la próxima cabaña con gente está a 50 metros.
Tomaba con fuerzas todo lo que estaba a mi alcance. Los cachetes de su culo, la cadera, los brazos, su pelo, sus tetas... Todo me servía para clavarla con vehemencia. Al cabo de unos minutos siento que me apireta el pito con su concha porque está acabando con todo su ser, me lo va a quebrar! Y automáticamente un torrente de semen salió para aplacar todo ese fuego. Le entregue toda la leche que tenía. Le deje mi vida en esa acabada.
Ella se inclinó y nos besamos con mucho amor.
L- Buenas noches mi vida. Gracias por tu rica lechita. Mi conchita está contenta. Que descanses.
F- Gracias a vos mi amor. El espectáculo fue único y la trama hasta el final fue super excitante. Te amo con todo mi corazón.
L- Yo también. Buenas noches.
Así nomas seguimos durmiendo. Debíamos descansar bien. El casamiento arrancaba a las 10 de la mañana y no debíamos perder tiempo de sueño.
Continuará...
http://www.poringa.net/posts/relatos/2991506/El-casamiento-de-Paula-y-Roberto-V.html
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Ahí estaba yo en la cama, recién bañado esperando a mi esposa que se encontraba dándose una ducha reparadora por todas las exigencias de la semana. Escucho que corta el agua.
L- Amor!
F- Si?
L- Fijate mi teléfono que está en la mesita de luz.
F- Si, que pasa?
L- Desbloquealo y dale play.
Intrigado obedezco. Una música muy sensual comienza a sonar. Un velador en una esquina alejada iluminaba el ambiente. La puerta del baño se abre y mi señora comenzó a salir despacio al compás de los sonidos. Un velo transparente de color verde la cubría. Danza por la habitación con mucho erotismo y se ubica frente a la cama. Yo disfruto del espectáculo.
Baila con total soltura y sensualidad. De un sólo movimiento arroja el velo. Un bello conjunto de ropa interior la viste, de un color verde agua haciendo juego con la prenda anterior. Con sus manos recorre su cuerpo y siento que son las mías las que la acarician. Me da la espalda y se desprende el corpiño mientras su cadera de mueve serpenteante.
Su sostén vuela a un sillón contra la ventana. Giró abrazandose con pasión y luego elevó sus manos al techo. Allí quedaron al aire sus pechos turgentes, firmes, hermosos, con esas aureolas rosadas, picaronas y súper apetecibles. Sentía ganas de avalanzarme sobre ella como un predador sobre su presa pero debía contenerme. Era su momento, su showerótico para el marido que está re caliente y siempre fantaseo con la escena que estaba viviendo.
Siguió su baile sensual y bajando sus manos hasta su cintura. Lentamente bajo su tanga y volvió a voltearse dejando su culo maravilloso frente a mis ojos. La quitó de un pie, luego del otro y me la tiro a la cara. Su perfume a mujer excitada me puso más al palo todavía. No podía mantenerme quieto. ¡Ya quería hacerla mía! Vuelve a girar y me ofrece la frutilla del postre: observo su pubis totalmente depilado, sin un rastro de vellos. Mi boca se abre y se desploma ante la imagen. ¡Lo hizo! Se depiló para mí.
Sube a la cama y se acerca como una gata en celos. Nos besamos con mucha calentura y ella me acomoda a su gusto. Las sábanas caen al piso y yo cubro la extensión del colchón. Ella me quita el boxer con dificultad ya que hay una traba bastante dura del lado de adentro que le corta el paso. Logra despojarme de la prenda y vuelve gateando sobre mi. Me besa por todo el cuerpo y yo me dedico a disfrutar de ese dulce sometimiento. Su boca pasa por mi cuello y saborea mi boca. Sigue avanzando, sus tetas chocan mi cara. Ella sabe que eso me vuelve loco. Juega un poco en esa posición y avanza un poco más. Esta vez es para hundir mi boca en su concha. Muchas veces le pedí hacerlo y siempre se rehusó. Me encanta estar en ese lugar, sin escapatoria, con una vista privilegiada de todo su torso. La lujuria me gana y agarro sus pechos mientras le como la raja. ¡Que ricura por favor! No se si es por la terrible calentura o lo mucho que esperaba este momento pero esa concha era lo más delicioso que he probado en mi vida.
Mi lengua hizo mil dibujos hasta que Ludmila se corrió y me emborracho con sus flujos, que trague sin desperdiciar ni una sola gota. Mi mástil seguía erguido y ella lo sabía. Ahora puso marcha atrás y lentamente se dirigió hacia mi pene. Nuevamente sus tetas pasaron por mi cara y sus pezones duros fueron rozando mi torzo hasta que su boca llegó a mi miembro. Se lo metió entero hasta su garganta y luego se largó a recorrerlo en toda su anatomía. Lo lamia, lo besaba, lo mordisqueaba, lo pellizcaba y sus manos se largaron a hacerme una paja colosal. Con la voz entrecortada le advertí que estaba llegando al clímax y ella permaneció allí con mi palo en su boca. Nunca antes me dejó acabarle en la boca. Evidentemente hoy sería la primera vez de muchas cosas. Ni en mis más rebuscadas fantasías habia imaginado toda esta locura.
Mi pija exploto varias veces y los lechazos fueron contenidos en la boca de mi amada como un tesoro. Demoró unos segundos, se acomodó , lo saboreo y se lo tragó todo. Alzo sus manos y dio un grito de victoria.
L- ¡Que rico! ¿¡Como no te lo trague antes!?
Se acostó a mi lado y se puso de cucharita. Yo la abrazo y ella me empuja con el culo. Con voz de nena caprichosa me dice:
L- Papi
F- ¿Que mi amor?
L- Quiero que me la metas y me des duro.
F- ¿Por la cola mi amor?
L- ¡No! ¡Por la conchita! La tengo re mojada por tu culpa y me pide pija. ¿Se la vas a dar?
F- ¡Si mi vida! Toda se la voy a meter. Bien hasta el fondo. ¿Querés?
L- Si, porque tiene mucha hambre mi conchita. No la dejes con ganas, eh! Llenamela bien de pija y después le das tu lechita.
Acato la orden y la penetro hasta el fondo muy despacio. Una vez que hice tope en sus nalgas comienzo a bombear. La velocidad aumenta y sus gemidos aparecen. Cada vez más fuertes se oyen sus jadeos y los míos acompañan. Podemos hacer todo el ruido que se nos cante. Ahí estamos solos y la próxima cabaña con gente está a 50 metros.
Tomaba con fuerzas todo lo que estaba a mi alcance. Los cachetes de su culo, la cadera, los brazos, su pelo, sus tetas... Todo me servía para clavarla con vehemencia. Al cabo de unos minutos siento que me apireta el pito con su concha porque está acabando con todo su ser, me lo va a quebrar! Y automáticamente un torrente de semen salió para aplacar todo ese fuego. Le entregue toda la leche que tenía. Le deje mi vida en esa acabada.
Ella se inclinó y nos besamos con mucho amor.
L- Buenas noches mi vida. Gracias por tu rica lechita. Mi conchita está contenta. Que descanses.
F- Gracias a vos mi amor. El espectáculo fue único y la trama hasta el final fue super excitante. Te amo con todo mi corazón.
L- Yo también. Buenas noches.
Así nomas seguimos durmiendo. Debíamos descansar bien. El casamiento arrancaba a las 10 de la mañana y no debíamos perder tiempo de sueño.
Continuará...
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