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Mis memorias sexuales II - El lunar de mi Prima

Mis memorias sexuales II - El lunar de mi Prima

Pasen por mi post anterior para que estén al tanto de lo que ha pasado hasta ahora, acá les dejo el link

http://www.poringa.net/posts/relatos/2973611/Mis-memorias-sexuales-I.html


El Lunar de mi Prima


Desde el evento que sucedió hace tres semanas con mi querida prima mis deseos habían aumentado, y yo que creía que eso no era posible.

La chupada de pene que ella me dio aquella tarde mientras mi tía dormía, me tenía como loco. la imagen de sus labios abrazando la punta de mi pene, y su nariz deslizandose por el tronco de mi verga para de esa forma aspirar su olor, se apoderaban de mi mente en todas partes.

En ocasiones cuando iba en el autobus, o cuando estudiaba; incluso cuando estábamos comiendo en familia, y la veía abrir su boquita para llevarse algo a la boca.

acariciando mi pene con cuidado debajo de la mesa procurando que no me vieran, pensaba...Yo estuve allí dentro, y quiero volver a estarlo.

Durante las noches no me quedaba opción más que masturbarme pensando en ella, y aunque en ese entonces aún no había olvidado a la deliciosa de mi tía, por ahora veía más factible tener un encuentro con mi prma. En varias ocasiones le pedí que me la volviera a mamar, le pedía que se la metiera en su boquita, que la rozara con su lengua, que la llenara de su saliba... que la oliera. Pero cada intento fue en vano.

Mi prima se seguía rehusando, y yo no entendía el por qué. Le preguntaba por que no quería si anteriormente me había dicho que le gustó, pero simplemente apartaba su mirada y me dejaba con la incertidumbre. Yo debía saberlo, tal vez podía cambiar alguna cosa, y así volver a sentir el placer de meter mi verga en su pequeña boca hambirenta de carne venosa.

En unos días mi tía mi tío y mi primo se irían a visitar a mi abuela por tres días, nosotros nos teníamos que quedar ya que la casa no podía quedar sola, y mis tíos no confiaban en que yo me quedara solo, por lo tanto dejaron a mi prima quien era más responsable... yo feliz con esa decisión, esos días serían los que debía de aprovechar para convencer a mi prima de abalanzarce nuevamente sombre mi miembro.

El primero de esos días, me escabullí a su cuarto en la noche, y terminó todo con una patada en los huevos. No me importó mucho, una patada en los huevos no me detendría en mi busqueda por introducir mi pene en ese agujerito de gloria.

A la mañana siguiente estaba muy callada, seguramente se había enojado por que me metí a su cuarto sin permiso. tampoco le di mucha importancia, me gustaban las mujeres con carácter fuerte. Ese día recuerdo claramente que se veía más linda que en días anteriores. Después de desayunar, se fue a meter al baño a bañarse. Esta era mi segunda oportunidad.

Obviamente al entrar le puso el seguro a la puerta del baño, lo que no sabía es que yo tenía la llave de esa puerta escondida hace varios meses ya que la usaba para espíar a mi tía cuando se bañaba. Tenía la costumbre de bañarse con la cortina del baño abierta, y si tenía suerte, mi prima tendría la misma costumbre heredada por su rica madre.

Esperé un momento a que la ducha comenzara a sonar, y silecioso y con calma abrí la puerta del baño... Gloriosa vista me encontré, mi prima al igual que mi tía mantenía la cortina abierta mientras se bañaba. Estaba de espaldas con sus nalgas dando a mi cara. Tremendas nalgas de aspecto firme pero suave a la vez, su color de piel moreno me atraía en desmedida, la division de su culo me atraía aún más. Como me hubiera gustado que con ambas manos se abriera sus morenas nalgas y me dejara ver su delicioso ano.

Seguí observando y ella aún no me notaba, mi pene ya estaba erecto al máximo, fue ahí cuando se volteó, y sus tetas me apuntaron directamente. !QUE TETAS! lo suficientemente grandes como para ahorcar mi pene entre ellas, y esos pezones por Dios... esos pezones oscuros, de tamaño mediano y un poco salidos recuerdo que eran como los que había soñado que tenía mi Tía.

Sus ojos estaban cerrados mientras se enjabonaba el cabello, y sus tetas bailaban al compas del movimiento de sus brazos, su vagina no se apreciaba muy bien debido a que el vapor ya se había hecho presente, pero logré observar que la tenía un poquito peludita, aunque no mucho... lo que quería decir que se la rasuraba constantemente. Rapidamente me saqué el tuco y lo empecé a masajear, a acarciar, a sobar. me tocaba los huevos me imaginaba bañandome con ella, rozando mi pene en sis nalgas, en su vientre, en su ombligo. Eyaculé sobre toda la puerta del baño, feliz de lo que había logrado. Suavemente cerré la puerta, y la limpié antes de que mi prima saliera del baño.

Estaba contento, al menos por lo que quedaba del resto del día.

Pero las ganas de un joven de esa edad son insaciables y ustedes mis amigos lo saben... en la noche ya sentía esas ganas de nuevo. No me podía dormir, intenté masturbarme pero nada pasó, no me funcionó... tenía que tener a mi prima, tenía que hacerla masturbarme ella a mí, solo así me saciaría nuevamente.

No me importó arriesgarme a otra patada en los huevos, decidido me metí en su cuarto, y cuando llegué, estaba bien dormidita, pero descobijada... me acerqué un poquito de puntillas para no despertarla y poder masturbarme frente a ella, y cuando vi bien, se habiá dormido con las piernas bien abiertas, y su calzoncito estaba corrido mostrando uno de sus labios. Su moreno y gordo labio.

Tomé la cobija y la aparté totalmente, sus piernas estaban tan abiertas que todo mi cuerpo cabía entre ellas. me subi a la cama con cuidado, tratando de no hacer ningun ruido y posicioné mi cara justo sobre su vagina. El dulce aroma inundaba mis pulmones, parecía que ese labio carnoso me hacía un llamado para que lo mordiera suavemente, no aguanté más... de lleno, hundí mi nariz en su panocho.

Mi lengua bailaba como loca saboreando su carne, los pocos bellos que tenía no me molestaban en lo absoluto, al contratio, me encantaban. Atreviendome un poco más aparte su tanga por completo para revelar ambos labios y su clitoris, esta fue la primera vez que admiré un clitoris, aunque estaba un poco oscuro, pase mi lengua por el, lo chupé, lo aspiré, lo besé. Fue entonces cuando mi prima dejó salir un gemido de placer.

La muy perra estuvo despierta todo el tempo, y se estaba aguatando las ganas de dejar salir sus alaridos de placer.

- Uy que rico. Me dijo con una voz sexy y bajita.
- ¿Ya no está enojada prima? Le pregunté.
- ¡Mientras me la siga lamiendo así no me voy a enojar jamás!. Si esto era lo que quería hace días y usted solo en que se la mamara pensaba, yo también quería.
- Delo por hecho entonces

Como un vagabundo sediento seguí chupando y tragando los jugos que brotaban de su vagina. Sabían a gloria.

- ¿Puedo encender la luz?. Le pregunté.
- Quiero conocer bien esta panochita.

Entre gemidos y quejidos me dio permiso con un movimiento de la cabeza.

Al encender la luz, recuerdo que inmediatamente me llamó la atención el pequeño lunar que tenía en su panochita, justo en su labio mayor izquierdo, parecía como si hubiera sido pintado por las manos de un artista, estaba allí esperando a que lo acariciara, a que lo besara, a que lo lamiera.

Y eso hice.

Pasaron cinco, diez, quince minutos de estar en un encuentro sexual protagonizado por mi boca y su vagina virgen. Jamás había saboreado algo tan delicioso. No quería parar, y por las cosas que me decía mi prima, ella tampoco quería que me detuviera.

Fue después de subir un poco y jugar con su clitoris, que sin avisar su cuerpo comenzó a realizar movimientos extraños, y al fin los gritos de placer surgieron, acompañados con un liquido preciado que salía de su hermosa conchita. La cama quedó mojada, pero a ella no le importó.

Yo fui quien otorgó a mi primita su primer orgasmo, y esto ella nunca lo olvidaría, y estaba más que seguro, que pronto me lo agradecería con una rica mamada. Me encontraba satisfecho, quería dormirme allí mismo, sobre su panochita ligeramente peludita, pero ella no me dejó.

Me ordenó irme a mi cuarto sin titubear. Pero antes de irme me guiñó el ojo y me dijo:

- Ya estamos a mano, ahora vayase a dormir, que mañana quiero que me chupe la panochita y el culito, y a cambio va a ver lo que le voy a hacer.

Nunca había dormido tan feliz como esa noche, imaginandome lo sabroso que sería lo que estaba por venir.




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Espero seguir contándote mis memorias sexuales más adelante. Nos vemos




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