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La Señora G

Era un dia como todos en la oficina, chato, aburrido sin miras a mejorar, cerca de las 13 hs cuando todo esta mas o menos acomodado me llega un mail.

Asunto: Podes ahora? Remitente: Sra Grace.
La Sra Grace es un hermosísima dama, pienso que en la calle es un señora como cualquier otra, pero tal vez puertas adentro sea como el mismísimo demonio. Aun no la conozco pero estoy tratando de debatir si es un demonio muy angelical o un angel endemoniado.
Abro el mail y me informa escuetamente: “Hoy, 13.30 hs te esperamos con Ignacio en ….” Nada mas que eso.
Miro la hora y solo faltan 10 minutos, la dirección por suerte es a 5 cuadras de la oficina. Como sea invento alguna excusa y salgo a conocerla. Es una oportunidad que no puedo dejar pasar, tanto que la deseaba, tanto tiempo intentando contactarlos hasta que lo logre y luego de eso pude entablar conversación con ellos, por lo tanto si o si iba a ir a verlos. Llego el edificio, minutos mas tarde baja ignacio, un tipo pinto con porte con presencia, nos saludamos y me esboza una sonrisa que me tranquiliza. Subimos al ascensor, charlamos trivialidades que me distienden mas. El abre la puerta, me mira diciéndome todo con la sonrisa. Entro lentamente, un dpto. chico, la Sra Grace sale de la habitación sonriente, irradiando sensualidad impunemente y para mi sorpresa no esta “producida” sino que esta vestida con una remera y una calza y la verdad que verla asi me calienta mas, ella es hermosa con producción o de entrecasa, y verla asi de entrecasa me calentó 25 veces mas. ME mira, sonríe y se acerca a saludarme pero va directo, a la boca, la pija se me pone mas dura, casi que me duele. Ella lo nota y me la toca. “Ignacio, esta al palo, lo voy a ayudar, te parece?”
Ignacio sonríe, ya esta sentado el sillón preparándose a disfrutar, y me gusta porque ya tiene la pija afuera. La situación me calienta aun mas. La Sra Grace me sigue besando y con una mano me abre la bragueta, busca, encuentra y me la saca afuera. Mientras me besa tan dulce y hermosamente me empieza a pajear solo como ella sabe. No aguanto quiero tocarla pero justo que iba a tomar su culo ella se separa se arrodilla y me empieza a lamer. Miro a Ignacio y me sonríe, “ahora vas a ver lo que es…” me dice mientras se toca un poco, lentamente. Cierro los ojos y me entrego al placer de esa lengua. Sus manos desabrochan mi cinturón, mi pantalón y este cae, cae el slip también, me empiezo a sacar el saco, la corbata y la camisa. Las manos de la Sra G recorren mis muslos y se posan en mi culo, me toca los cachetes y se traga un poco mas mi pija.
Una mano empieza a jugar con mis huevos mientas que sigue chupándome sin usar las manos, un placer de los dioses. No aguanto mas, la tomo del pelo, medio haciéndome el reo, la obligo a mirarme, aun arrodillada y me sonríe libidinosamente. Como puedo me despojo del pantalón y la hago parar. La doy vuelta, la tomo de la cintura, le apoyo mi pija por detrás, mis manos en sus tetas y mi boca a su cuello para ir subiendo y buscar su boca.
Ella busca la mia, gime, y se apoya mas contra mi. Mis manos buscan levantar su remera y lo consigo, se la saco y su espalda me atrae automáticamente. Hay una mesa cerca por lo tanto la paro delante de ella y hago que apoye su pecho sobre la mesa con los brazos extendidos. Dios que situación, ella parada de piernas abiertas, la calcita se tensa y demarca una tanguita chica, su torso sobre la mesa con brazo extendidos, casi sumida por asi decir. Le paso le lengua por la espalda pero voy al grano. Le bajo la calza y la tanga juntas, le saco todo excepto el corpiño, mi mano a su sexo, lo noto húmedo, no aguanto. Me arrodillo y no se si empezar a chuparle el culo o la concha humeda. Me arrodille y mi cara se hundió en ella, en su humedad, en su jugos, en su olor a sexo en sus carnes. Disfrute cada lengüetazo, cada centímetro y la Sra G se estremecía.Ignacio miraba disfrutando el espectáculo, impaciente esperando ver como iba a poseer su tesoro mas preciado, ansiaba que alguien mas la posea.No aguante mas, me pare, y suavemente la tome de la cintura y fue parte de ella. La Sra G gimio suvamente agarrándose fuerta de los bordes de la mesa. La escena parecia algo sadica ya que ella estaba parada de piernas abiertas y el torso sobre la mesa con sus manos extendidas agarrando el borde con la mejilla en la mesa y yo detrás suyo disfrutando de su ser, poseyendo a esa mujer que tantas horas pase deseándola y admirando sus fotos. Lentamente entrab y salía de la Sra G pero empece a aumentar mi frecuencia al momento que ella aumentaba la intensidad de sus gemidos.
Sentirla, poseerla, disfrutarla, acariciarla, besarla, tocarla….x dios que placer inmenso. Ignacio estaba tocándose frenticamente, yo bombeaba rápido, la Sra G gemia y gemia, no me pude contener mas y explote sobre su cola y espalda, la Sra G gimio con placer al sentir mi lecha caliente sobre ella. Yo exhausto repose unos minutos sobre ella sintiendo sus manos en mi cabeza acariciándome. Ignacio acabo lanzando un buen chorro de semen al piso, me calentó ver eso. Los tres sonreímos complices de lo que paso. La Sra G me sonríe (aun con mi leche en su espalda) me besa suave y dulcemente y me dice “ahora te cambias y te vas relajadito a la oficina…” Reimos los tres de nuevo. Minutos mas tarde bajando en el ascensor con Ignacio le agradezco la invitación y el me agradece por poseer a la mujer.
Nos despedimos y me vuelvo a la oficina pensando que quiero mas con ellos, que quiero mas, mucho mas de la Señora G.

1 comentarios - La Señora G

Marupi2 +1
maravilla de aventura!