Esta es un historia corta diría yo pero estoy seguro una vez empieza a relatarla será más larga de lo que recuerdo.
Era un día como cualquier otro y mis padres se encontraban en el trabajo yo por esos días estaba de vacaciones de mi segundo año de universidad, así que en casa solo nos encontrábamos mis dos hermanas menores (en ese entonces unas niñas muy pequeñas) y la empleada. Esa exquisita empleada que a pesar de mi desprecio por sus historias cansinas, y estresantes sobre las múltiples enfermedades de su hijo.
(Pueden decirme lo que quieren y juzgarme como les plazca pues no me siento mal en lo más mínimo la verdad creo que esos cuentos ella misma se los inventaba para simplemente dar lastima).
Bueno eso es redundar, mejor nos describiré un poco a ella y a mí que somos los que importamos en este relato. Ella era en esa época una morena de piel bastante oscura pero era maltrato por el mismo sol y su posición económica humilde (si bien la mía no era alta pero no estábamos tan mal como ella), tenía un lunar muy característico en el ojo que daba la impresión de tener una contusión. Muy a pesar de estos poco agraciados rasgos para algunos (para mi obvio no… 3:)) ella tenía un lindo cuerpo si no el más escultural una muy apetecible, más aun para alguien como yo que era muy inexperto por aquellos días, sus caderas eran anchas tenía la cintura muy bien definida unos pechos pequeños pero tiernos al tanto y tibios para aquellos días tan fríos, un culito resignadito y unas piernas bien hechas de esas que parecen hechas a mano y sin ayuda de máquinas.
Yo por mi parte no soy guapo ni nada por el estilo y menos con un cuerpo atractivo soy regordete pero chele (jajaja que racista de mierda) mi test de piel no es pálida pero se asemeja bastante a alguien blanco, ojo cuando digo regordete me refiero a mi como un gordito gracioso y simpaticón, no es por dármelas ni nada por el estilo pero si sé que puede ser atractivo tal vez no en un sentido erótico pero al menos en el suficiente para que mi labia y mi lengua completen en resto del trabajo.
Habiendo acabado con esta describió previa pasemos a los hechos, así como dije al principio un día cualquiera estando solos los cuatro importando poco mis hermanas pues una era una bebe en ese entones y la otra estaba embobada con dora la exploradora. Ese día me tenía desesperado con otra de las historias de su hijo y de que ella se sentía sola:
María: hay viera!!! Este niño me tiene triste hoy me amaneció con gripe y tos y creo que hasta fiebre me le estaba queriendo dar, le dije a mi mama y ella me dijo que iba a ver cómo resolvérmele.
Diego (yo -_-): mmm…! Que cagada, oiga su hijo solo enfermo pasa.
María: si es que él siempre ha sido así y el papa pues ahí vive pendiente del pero no es lo mismo, además que la familia del papa del niño a mí no me quieren.
Diego: y eso porque? Ud les hizo algo?
María: no, nada ellos que son incomodos y me tienen mala gana. Hasta enferma me siento ya.
Diego: sabe eso es que esta estresada, el trabajo y el niño la tienen así…
María: cree ud?
Diego: si, así lo creo hace cuanto que no se divierte? No sé si me explico?! (Yo ya con segundas intenciones)
María: como divertirme? Es que a mí nunca me ha gustado ir a fiestas, y pues no se no tengo otra cosa que hacer aparte de trabajar…
Diego: jajaja… no me entiende lo que le quiero decir, a ver si me entiendo con este dicho de mi abuela. “esa es falta de hombre” (más directamente deaverga no se podía ser…).
María: mmm… ahora sí!!!! Jajaja huy lo que me dice, ud no me respeta (lo dice mientras ríe nerviosa y pícaramente).
Diego: veee!!! No le digo nada malo, todo lo contrario eso ya es algo de lo más normal para un adulto.
María: puede ser, pero a mí no me sale ninguno bueno, y además los hombres solo quieren eso y yo también quiero algo de amor. (Obvio 😑 me dio pena pero a la vez cólera como se puede ser tan tonto)
Diego: pues si yo sé pero sabe no se fije tanto en lo sentimental que eso solo problemas le va atraer yo le digo desde el punto de vista físico que solo sea para que ud se divierta un poco. (Yo ya plantando la semilla)
María: mmm…!!! Pues no se todavía y con quien podría yo si además nadie se fija en mi…
Pues nuestra conversación acabo ahí porque recibí una llamada y tuve que salir pero tenía su número de telf. Así que continuamos nuestra conversación por chat ese mismo día más noche:
Diego: hola, hoy nos quedamos a media en la plática y la verdad quería decirle otras cosas, no sé si quiere que sigamos por chat? (obvio que quería seguir si ya le iba a proponer que echásemos un polvo).
María: si! Hoy nos quedamos a media, pero aja dígame que más me iba a decir me tiene con curiosidad.
Diego: pues regresando a lo de que se siente estresada yo le quería proponer algo para solucionarlo.
María: ajam!? Dígame que…
Diego: pues sinceramente ud está muy guapa (mentira solo me la quiero tirar) y tiene un lindo cuerpo y me encantaría que pasáramos un buen rato (obvio que esto sí es cierto, me la quiero tirar).
María: no le creo….
Diego: créame se lo digo muy en serio...
María: pero está seguro y su novia, y sus papas y además donde podríamos?
(jajajaj… ya pico y ya va a caer…)
Diego: mi novia me mando a comer mierda, mis padres no tienen por qué saber, y pues el lugar ahí resolvemos.
María: igh!!! Pero me da pena y después como voy a ver a sus papas…!?
Diego: jajaja con los ojos… obvio que normal como que no ha pasado nada aunque solo vamos a echar un palo…
María: hay!!! Es que no se…
Diego: mañana hablamos no se preocupe… buenas noches…!
(No hay que presionarla mucho)
María: ok buenas noches!
Esa noche se me hizo larga pues no aguantaba las ganas de hacerlo con ella es que me volvía loco no se poco y pues no quedo más remedio que pajearme, pensando en todas las cosas que mi pobre imaginación en el sexo me permitía hasta ese momento. Así fueron tres pajas de las mejores que me he hecho y me dormí esperando el siguiente día muy emocionado por todo lo que podía pasar.
Así se llegó la mañana siguiente y una vez despachados a mis padres a su trabajo las niñas en casa de la abuela (no podía ser mejor), solo los dos ahí no podía dejar que se escapara. Entonces me fui a la caza de la empleada, ese día me sentía más deseoso que nunca de poder gozar con el cuerpo entero de aquella muchacha, al fin la encontré en la concina como era de esperar haciendo quehaceres, dejando de lado las ganas que le llevaba yo sabía muy bien que era muy trabajadora muy a pesar de su defecto (según yo) de sacar platicas cansinas. Cuando me ve llegar ella ya sabía a lo que iba pues me miro nerviosa y con una leve sonrisa que esbozaba claramente su nerviosismo.
Diego: hola y entonces como amesio?
(Yo inusualmente entusiasmado y comentó)
María: pues aquí bien y Ud.
Diego: yo bien descansado y con ánimo.
María: que bueno yo hoy siento que tengo bastante trabajo.
(Ya desde aquí note que ya se me quería zafar, y yo no lo iba a permitir)
Diego: mmm… es que sigue estresada le doy un mansaje?
Atrevidamente yo me posicione por sus espalda dándole un ligero arrimón con mi miembro ya erecto, y deslice mis manos sobre sus hombros masajeándolos libidinosamente hasta que deslice suave mente una de mis manos hasta dentro de su blusa sintiendo aquel pequeño pero exquisito seno tierno y suave como me lo imaginaba, a esto ella solo se reía nerviosamente la verdad no estaba seguro en ese momento si le gustaba o simplemente no hallaba como salir de esa situación, a mí en lo personal me daba igual yo iba a llegar hasta donde ella me lo permitiera.
María: no es correcto.
Diego: porque? Dígame que no le gusta? Dígame que no siente ganas?
María: no se trata de eso si no que después me va a dar pena, con sus papás con Ud.
Diego: no sea tonta, mis papas son los que menos vela tienen en este entierro (obvio entierro porque se la quiero enterrar asta al fondo), y por mí no se preocupe pues si soy yo el que se lo pide, a mí solo me hace falta que ud acceda.
María: pero y el trabajo que?
Diego: yo le ayudo después a terminar más rápido, ahora solo déjese llevar.
Posterior a eso dejo lo que estaba haciendo yo la gire hacia mí, y la bese introduciendo mi lengua y jugueteando con la de ella, provocando que se diese un duelo des espadas o más bien serpientes en la que las protagonistas eran nuestras lenguas que eran las mejores representantes del deseo que nos embargaba en ese momento de lujuria y perversión.
Ella no era de tomar iniciativas, así pues yo dispuse a continuar con mi asalto a su cuerpo, a pesar de que ella estaba excitada (lo notaba en su beso), ella seguía oponiendo cierta resistencia, con eso en mente desvié mi mano de su cadera a su culo, ese culo que me volvía loco, firme y caliente, ese culo que ardía por probar mi hombría aun cuando su dueña se empeñaba en ocultar la exquisita verdad, y mi otra mano se dirigió a su parte delantera ese rincón reservado solo para los atrevidos y los deseosos de hundirse en el placer y las agonías más placenteras. Subiendo una minifalda color café que usaba en esa ocasión mi mano empezó a deslizarse entre la tela y sus muslos que deseaban resistirse a mis dedos juguetones pero que aun así en ligeros deslices les invitaban a invadir ese territorio prohibido, mis dedos lograron su cometido logrando palpar aquellos labios que se encontraban oculto por la tela de sus bragas y al mismo tiempo logrando notar una humedad que daba a entender aún más los deseos que su cuerpo tenia por dejar que me adentrase a los más profundo de sus ser.
Mis denos se hicieron lugar entre sus bragas y haciéndolas a un lado para que no estorbasen uno de mis dedos (mi dedo medio para ser más exactos, y todo esto mientras seguíamos dándonos ese beso incansable e inagotable) se fue abriendo camino a través de sus labios primeramente notando algo de resistencia, (lo cual era de aplaudir y más para una madre que dio a luz de manera natural) pero igualmente era notable la humedad que invadía aquella zona luego fue subiendo avanzando por su estreso útero sintiendo el calor abrasante de las paredes de su útero. Moviendo mi dedo note como ella se retorcida de placer había tocado un punto clave y era inconfundible aquella reacción tan notable. Fue cuando me aparte de ella y le dije que fuésemos a mi cuarto ella intento negarlo pero no pudo, así nos dirigimos a mi cuarto una vez ahí nos encerramos para dar rienda suelta a lo que ya nos moríamos por concluir como cómplices de un crimen allí estábamos los dos a punto de hundirnos en el pecado el uno al otro.
En aquel momento ya no eran necesarias las palabras, era como si nos entendiéramos solo por el fuego de nuestras miradas, sabiendo esto hice una de las cosas que si bien no es lo más excitante que allá hecho en mi vida si es una de las que más disfruto cada que puedo. Y ese desvestirla poco ha poco mirando cada espacio de su cuerpo y grabándolo perpetuamente en mi memoria, desabotone su blusa y empecé a quitarla luego con una destreza de la que siempre estuve orgulloso le desabroche el sostén con una mano. Después de hacer esto ella se me pego dándome un beso mientras me levantaba la camiseta, fue increíble la sensación de sentir su cuerpo y el mío juntos estar piel con piel era lo mejor, fue entones que levante su minifalda por completo y procedí a quitarle sus bragas, las cuales eran muy llamativas pues eran de ositos. Y entonces me arrodille y no puede contener mi deseo de lamer la comisura de sus labios pues están bañados en sus jugosos fluidos vaginales propios de la ocasión, entonces me di un festín con las mieles que me había esforzado por hacer emerger.
Note como su respiración se estaba volviendo forzada, ella trataba de ocultarlo pero no podía entonces abandone mi posición y le hice seña para que ella me devolviese el favor, pero ella se miraba renuente a hacerlo lo cual me molesto un poco pero no demasiado, así que decidí dejarlo total era mayor mi deseo por penetrarla la agarre y la tire sobre mi cama, pude notar en su rostro un poco de miedo por mi gesto de fuerza y tan repentino, pero se le paso al ver cómo me hacer capa poco a poco con lentitud mientras besaba sus piernas subiendo por sus muslos, rosando su exquisita intimidad, avanzando por su ombligo y dirigiéndome a esos erguidos pezones que se movía de arriba hacia abajo por si respiración. Entonces con mis manos me abrí espacio entre sus muslos a lo que ella solo me miró fijamente a los ojos sin decir ni media palabra entonces sujetando mi miembro lo encaminen hacia ese glorioso lugar que tanto anhelaba llegar, cuando al fin mi cometido se había hecho penetre despacio pero firmemente aquella cavidad húmeda y caliente, parecía que mi pene se iba a derretir en aquellos fuegos, mi mirada estaba fija en la de ella y vi el momento preciso en el que ella giraba sus ojos para arriba, y ahogaba un gemido mordiéndose los labios para no hacer ruido.
En ese instante me quede así por unos segundos quería sentir por un momento con clama su intimidad en todo su esplendor, entonces poco a poco comencé con el moviente al principio solo era yo pero después de unos 5 minutos ella tímida y torpemente empezó a mover sus caderas junto con las mías, apozar de su poca experiencia lo cual se me hizo raro, al menos lo fue para mí en aquellos años. Pero no importaba la experiencia en su momento fue exquisita y digna de recordar para toda la vida. Yo empecé a jadear y ella también mire como abría su boca y su lengua se asomaba a la salida de sus labios por instinto propio ataque y fue directo a introducir mi lengua en su boca enfrascándonos en otro frenético beso.
Después de finalizar la voltee de espaldas a mí y ella parecía renuente a esa posición, en ese momento ella me dijo que por “por ahí no”, lo dijo con cierto tono de exaltación pronto entendí que ella ya había tenido experiencia a con el sexo anal, y para rematar había sido una experiencia traumática tristemente, pero en ese momento ni se me había ocurrido yo solo quería poder cabalgarla, ponerla en 4 y sentirme dueño, amo y señor de ese cuerpo.
Entonces le dije al oído que se calmara que no era lo que pensaba, sin decir ninguna otra palabra volví a clavar mi miembro en ella fue entonces que pude oír un gemino, como debía ser fuerte y claro con debía de ser, seguí dándole por en cuatro y ella lo gozaba más que nunca lo sabía al ver su rostro en el espejo que se encontraba enfrente, podía ver sus ojos serrados y su boca abierta jadeante ella lo disfrutaba y yo también, después me harrecoste en la cama boca arriba y le dije que se subiera en mi ella no estaba muy segura de esto pero la tome del brazo y la forcé a hacerlo, afín ella misma se introdujo mi pene y empezó su frenética faena subiendo una y otra vez note que empezaba a hacerlo cada vez más rápido entonces la detuve un poco y le dije que se a recostara sobre bien entonces con su cuerpo pegado al mío empecé a moverme yo también los dos al mismo tiempo dando lo último que teníamos estamos poseídos por la lujuria no había vuelta atrás solo estaba el final del camino ese que culminaba con nuestro éxtasis en el que nuestros orgasmos se encontrarían el uno al otro, cuando por fin ella dio un grito ahogado y yo apretando mis dientes culminamos juntos aquella danza de placer y erotismo que habíamos comenzado.
Después de eso cumplí mi promesa y le ayude con los quehaceres de la casa estuvo muy callada todo el resto del día pero a mí me importaba poco ya se lo había hecho y estaba seguro de que esa no sería la última vez…
Era un día como cualquier otro y mis padres se encontraban en el trabajo yo por esos días estaba de vacaciones de mi segundo año de universidad, así que en casa solo nos encontrábamos mis dos hermanas menores (en ese entonces unas niñas muy pequeñas) y la empleada. Esa exquisita empleada que a pesar de mi desprecio por sus historias cansinas, y estresantes sobre las múltiples enfermedades de su hijo.
(Pueden decirme lo que quieren y juzgarme como les plazca pues no me siento mal en lo más mínimo la verdad creo que esos cuentos ella misma se los inventaba para simplemente dar lastima).
Bueno eso es redundar, mejor nos describiré un poco a ella y a mí que somos los que importamos en este relato. Ella era en esa época una morena de piel bastante oscura pero era maltrato por el mismo sol y su posición económica humilde (si bien la mía no era alta pero no estábamos tan mal como ella), tenía un lunar muy característico en el ojo que daba la impresión de tener una contusión. Muy a pesar de estos poco agraciados rasgos para algunos (para mi obvio no… 3:)) ella tenía un lindo cuerpo si no el más escultural una muy apetecible, más aun para alguien como yo que era muy inexperto por aquellos días, sus caderas eran anchas tenía la cintura muy bien definida unos pechos pequeños pero tiernos al tanto y tibios para aquellos días tan fríos, un culito resignadito y unas piernas bien hechas de esas que parecen hechas a mano y sin ayuda de máquinas.
Yo por mi parte no soy guapo ni nada por el estilo y menos con un cuerpo atractivo soy regordete pero chele (jajaja que racista de mierda) mi test de piel no es pálida pero se asemeja bastante a alguien blanco, ojo cuando digo regordete me refiero a mi como un gordito gracioso y simpaticón, no es por dármelas ni nada por el estilo pero si sé que puede ser atractivo tal vez no en un sentido erótico pero al menos en el suficiente para que mi labia y mi lengua completen en resto del trabajo.
Habiendo acabado con esta describió previa pasemos a los hechos, así como dije al principio un día cualquiera estando solos los cuatro importando poco mis hermanas pues una era una bebe en ese entones y la otra estaba embobada con dora la exploradora. Ese día me tenía desesperado con otra de las historias de su hijo y de que ella se sentía sola:
María: hay viera!!! Este niño me tiene triste hoy me amaneció con gripe y tos y creo que hasta fiebre me le estaba queriendo dar, le dije a mi mama y ella me dijo que iba a ver cómo resolvérmele.
Diego (yo -_-): mmm…! Que cagada, oiga su hijo solo enfermo pasa.
María: si es que él siempre ha sido así y el papa pues ahí vive pendiente del pero no es lo mismo, además que la familia del papa del niño a mí no me quieren.
Diego: y eso porque? Ud les hizo algo?
María: no, nada ellos que son incomodos y me tienen mala gana. Hasta enferma me siento ya.
Diego: sabe eso es que esta estresada, el trabajo y el niño la tienen así…
María: cree ud?
Diego: si, así lo creo hace cuanto que no se divierte? No sé si me explico?! (Yo ya con segundas intenciones)
María: como divertirme? Es que a mí nunca me ha gustado ir a fiestas, y pues no se no tengo otra cosa que hacer aparte de trabajar…
Diego: jajaja… no me entiende lo que le quiero decir, a ver si me entiendo con este dicho de mi abuela. “esa es falta de hombre” (más directamente deaverga no se podía ser…).
María: mmm… ahora sí!!!! Jajaja huy lo que me dice, ud no me respeta (lo dice mientras ríe nerviosa y pícaramente).
Diego: veee!!! No le digo nada malo, todo lo contrario eso ya es algo de lo más normal para un adulto.
María: puede ser, pero a mí no me sale ninguno bueno, y además los hombres solo quieren eso y yo también quiero algo de amor. (Obvio 😑 me dio pena pero a la vez cólera como se puede ser tan tonto)
Diego: pues si yo sé pero sabe no se fije tanto en lo sentimental que eso solo problemas le va atraer yo le digo desde el punto de vista físico que solo sea para que ud se divierta un poco. (Yo ya plantando la semilla)
María: mmm…!!! Pues no se todavía y con quien podría yo si además nadie se fija en mi…
Pues nuestra conversación acabo ahí porque recibí una llamada y tuve que salir pero tenía su número de telf. Así que continuamos nuestra conversación por chat ese mismo día más noche:
Diego: hola, hoy nos quedamos a media en la plática y la verdad quería decirle otras cosas, no sé si quiere que sigamos por chat? (obvio que quería seguir si ya le iba a proponer que echásemos un polvo).
María: si! Hoy nos quedamos a media, pero aja dígame que más me iba a decir me tiene con curiosidad.
Diego: pues regresando a lo de que se siente estresada yo le quería proponer algo para solucionarlo.
María: ajam!? Dígame que…
Diego: pues sinceramente ud está muy guapa (mentira solo me la quiero tirar) y tiene un lindo cuerpo y me encantaría que pasáramos un buen rato (obvio que esto sí es cierto, me la quiero tirar).
María: no le creo….
Diego: créame se lo digo muy en serio...
María: pero está seguro y su novia, y sus papas y además donde podríamos?
(jajajaj… ya pico y ya va a caer…)
Diego: mi novia me mando a comer mierda, mis padres no tienen por qué saber, y pues el lugar ahí resolvemos.
María: igh!!! Pero me da pena y después como voy a ver a sus papas…!?
Diego: jajaja con los ojos… obvio que normal como que no ha pasado nada aunque solo vamos a echar un palo…
María: hay!!! Es que no se…
Diego: mañana hablamos no se preocupe… buenas noches…!
(No hay que presionarla mucho)
María: ok buenas noches!
Esa noche se me hizo larga pues no aguantaba las ganas de hacerlo con ella es que me volvía loco no se poco y pues no quedo más remedio que pajearme, pensando en todas las cosas que mi pobre imaginación en el sexo me permitía hasta ese momento. Así fueron tres pajas de las mejores que me he hecho y me dormí esperando el siguiente día muy emocionado por todo lo que podía pasar.
Así se llegó la mañana siguiente y una vez despachados a mis padres a su trabajo las niñas en casa de la abuela (no podía ser mejor), solo los dos ahí no podía dejar que se escapara. Entonces me fui a la caza de la empleada, ese día me sentía más deseoso que nunca de poder gozar con el cuerpo entero de aquella muchacha, al fin la encontré en la concina como era de esperar haciendo quehaceres, dejando de lado las ganas que le llevaba yo sabía muy bien que era muy trabajadora muy a pesar de su defecto (según yo) de sacar platicas cansinas. Cuando me ve llegar ella ya sabía a lo que iba pues me miro nerviosa y con una leve sonrisa que esbozaba claramente su nerviosismo.
Diego: hola y entonces como amesio?
(Yo inusualmente entusiasmado y comentó)
María: pues aquí bien y Ud.
Diego: yo bien descansado y con ánimo.
María: que bueno yo hoy siento que tengo bastante trabajo.
(Ya desde aquí note que ya se me quería zafar, y yo no lo iba a permitir)
Diego: mmm… es que sigue estresada le doy un mansaje?
Atrevidamente yo me posicione por sus espalda dándole un ligero arrimón con mi miembro ya erecto, y deslice mis manos sobre sus hombros masajeándolos libidinosamente hasta que deslice suave mente una de mis manos hasta dentro de su blusa sintiendo aquel pequeño pero exquisito seno tierno y suave como me lo imaginaba, a esto ella solo se reía nerviosamente la verdad no estaba seguro en ese momento si le gustaba o simplemente no hallaba como salir de esa situación, a mí en lo personal me daba igual yo iba a llegar hasta donde ella me lo permitiera.
María: no es correcto.
Diego: porque? Dígame que no le gusta? Dígame que no siente ganas?
María: no se trata de eso si no que después me va a dar pena, con sus papás con Ud.
Diego: no sea tonta, mis papas son los que menos vela tienen en este entierro (obvio entierro porque se la quiero enterrar asta al fondo), y por mí no se preocupe pues si soy yo el que se lo pide, a mí solo me hace falta que ud acceda.
María: pero y el trabajo que?
Diego: yo le ayudo después a terminar más rápido, ahora solo déjese llevar.
Posterior a eso dejo lo que estaba haciendo yo la gire hacia mí, y la bese introduciendo mi lengua y jugueteando con la de ella, provocando que se diese un duelo des espadas o más bien serpientes en la que las protagonistas eran nuestras lenguas que eran las mejores representantes del deseo que nos embargaba en ese momento de lujuria y perversión.
Ella no era de tomar iniciativas, así pues yo dispuse a continuar con mi asalto a su cuerpo, a pesar de que ella estaba excitada (lo notaba en su beso), ella seguía oponiendo cierta resistencia, con eso en mente desvié mi mano de su cadera a su culo, ese culo que me volvía loco, firme y caliente, ese culo que ardía por probar mi hombría aun cuando su dueña se empeñaba en ocultar la exquisita verdad, y mi otra mano se dirigió a su parte delantera ese rincón reservado solo para los atrevidos y los deseosos de hundirse en el placer y las agonías más placenteras. Subiendo una minifalda color café que usaba en esa ocasión mi mano empezó a deslizarse entre la tela y sus muslos que deseaban resistirse a mis dedos juguetones pero que aun así en ligeros deslices les invitaban a invadir ese territorio prohibido, mis dedos lograron su cometido logrando palpar aquellos labios que se encontraban oculto por la tela de sus bragas y al mismo tiempo logrando notar una humedad que daba a entender aún más los deseos que su cuerpo tenia por dejar que me adentrase a los más profundo de sus ser.
Mis denos se hicieron lugar entre sus bragas y haciéndolas a un lado para que no estorbasen uno de mis dedos (mi dedo medio para ser más exactos, y todo esto mientras seguíamos dándonos ese beso incansable e inagotable) se fue abriendo camino a través de sus labios primeramente notando algo de resistencia, (lo cual era de aplaudir y más para una madre que dio a luz de manera natural) pero igualmente era notable la humedad que invadía aquella zona luego fue subiendo avanzando por su estreso útero sintiendo el calor abrasante de las paredes de su útero. Moviendo mi dedo note como ella se retorcida de placer había tocado un punto clave y era inconfundible aquella reacción tan notable. Fue cuando me aparte de ella y le dije que fuésemos a mi cuarto ella intento negarlo pero no pudo, así nos dirigimos a mi cuarto una vez ahí nos encerramos para dar rienda suelta a lo que ya nos moríamos por concluir como cómplices de un crimen allí estábamos los dos a punto de hundirnos en el pecado el uno al otro.
En aquel momento ya no eran necesarias las palabras, era como si nos entendiéramos solo por el fuego de nuestras miradas, sabiendo esto hice una de las cosas que si bien no es lo más excitante que allá hecho en mi vida si es una de las que más disfruto cada que puedo. Y ese desvestirla poco ha poco mirando cada espacio de su cuerpo y grabándolo perpetuamente en mi memoria, desabotone su blusa y empecé a quitarla luego con una destreza de la que siempre estuve orgulloso le desabroche el sostén con una mano. Después de hacer esto ella se me pego dándome un beso mientras me levantaba la camiseta, fue increíble la sensación de sentir su cuerpo y el mío juntos estar piel con piel era lo mejor, fue entones que levante su minifalda por completo y procedí a quitarle sus bragas, las cuales eran muy llamativas pues eran de ositos. Y entonces me arrodille y no puede contener mi deseo de lamer la comisura de sus labios pues están bañados en sus jugosos fluidos vaginales propios de la ocasión, entonces me di un festín con las mieles que me había esforzado por hacer emerger.
Note como su respiración se estaba volviendo forzada, ella trataba de ocultarlo pero no podía entonces abandone mi posición y le hice seña para que ella me devolviese el favor, pero ella se miraba renuente a hacerlo lo cual me molesto un poco pero no demasiado, así que decidí dejarlo total era mayor mi deseo por penetrarla la agarre y la tire sobre mi cama, pude notar en su rostro un poco de miedo por mi gesto de fuerza y tan repentino, pero se le paso al ver cómo me hacer capa poco a poco con lentitud mientras besaba sus piernas subiendo por sus muslos, rosando su exquisita intimidad, avanzando por su ombligo y dirigiéndome a esos erguidos pezones que se movía de arriba hacia abajo por si respiración. Entonces con mis manos me abrí espacio entre sus muslos a lo que ella solo me miró fijamente a los ojos sin decir ni media palabra entonces sujetando mi miembro lo encaminen hacia ese glorioso lugar que tanto anhelaba llegar, cuando al fin mi cometido se había hecho penetre despacio pero firmemente aquella cavidad húmeda y caliente, parecía que mi pene se iba a derretir en aquellos fuegos, mi mirada estaba fija en la de ella y vi el momento preciso en el que ella giraba sus ojos para arriba, y ahogaba un gemido mordiéndose los labios para no hacer ruido.
En ese instante me quede así por unos segundos quería sentir por un momento con clama su intimidad en todo su esplendor, entonces poco a poco comencé con el moviente al principio solo era yo pero después de unos 5 minutos ella tímida y torpemente empezó a mover sus caderas junto con las mías, apozar de su poca experiencia lo cual se me hizo raro, al menos lo fue para mí en aquellos años. Pero no importaba la experiencia en su momento fue exquisita y digna de recordar para toda la vida. Yo empecé a jadear y ella también mire como abría su boca y su lengua se asomaba a la salida de sus labios por instinto propio ataque y fue directo a introducir mi lengua en su boca enfrascándonos en otro frenético beso.
Después de finalizar la voltee de espaldas a mí y ella parecía renuente a esa posición, en ese momento ella me dijo que por “por ahí no”, lo dijo con cierto tono de exaltación pronto entendí que ella ya había tenido experiencia a con el sexo anal, y para rematar había sido una experiencia traumática tristemente, pero en ese momento ni se me había ocurrido yo solo quería poder cabalgarla, ponerla en 4 y sentirme dueño, amo y señor de ese cuerpo.
Entonces le dije al oído que se calmara que no era lo que pensaba, sin decir ninguna otra palabra volví a clavar mi miembro en ella fue entonces que pude oír un gemino, como debía ser fuerte y claro con debía de ser, seguí dándole por en cuatro y ella lo gozaba más que nunca lo sabía al ver su rostro en el espejo que se encontraba enfrente, podía ver sus ojos serrados y su boca abierta jadeante ella lo disfrutaba y yo también, después me harrecoste en la cama boca arriba y le dije que se subiera en mi ella no estaba muy segura de esto pero la tome del brazo y la forcé a hacerlo, afín ella misma se introdujo mi pene y empezó su frenética faena subiendo una y otra vez note que empezaba a hacerlo cada vez más rápido entonces la detuve un poco y le dije que se a recostara sobre bien entonces con su cuerpo pegado al mío empecé a moverme yo también los dos al mismo tiempo dando lo último que teníamos estamos poseídos por la lujuria no había vuelta atrás solo estaba el final del camino ese que culminaba con nuestro éxtasis en el que nuestros orgasmos se encontrarían el uno al otro, cuando por fin ella dio un grito ahogado y yo apretando mis dientes culminamos juntos aquella danza de placer y erotismo que habíamos comenzado.
Después de eso cumplí mi promesa y le ayude con los quehaceres de la casa estuvo muy callada todo el resto del día pero a mí me importaba poco ya se lo había hecho y estaba seguro de que esa no sería la última vez…
3 comentarios - la empleada y yo