Buenas gente de P!.
Nuevamente andamos por estos lares, les traigo la prometida parte 2 de la saga, espero que les guste tanto como la primer parte.
¡¡Espero sus comentarios!!
IMPORTANTE: Todos los personajes son ficticios y cuentan con la mayoría de edad.
Parte 1 [La hija de mi jefe]
Mi perfil
Saga "Me garché a la mamá de mi mejor amigo".
Natalia, la hija de mi jefe [Parte 2]
Como dije anteriormente tener a semejante mujer al lado mío y con la fortuna de estar tocándome la pija y apoyándome todo su orto era algo irreal.
Tras escuchar lo que me pareció era una evidente confusión de su parte no supe qué hacer, el “demonio” interior mío me pedía a gritos que me aproveche de la situación, que le levante el camisón y se la meta hasta el fondo antes de que la realidad vuelva a dejar de estar a mi favor, pero la conciencia, “el ángel” me decía que no, que si salía mal iba a perder todo y que si jugaba bien las fichas podría garcharla no una vez sino muchas veces.
Antes de que pudiera tomar una decisión ella se mueve en la cama y comienza a girar cambiando así de posición, al notar que íbamos a quedar cara a cara cierro los ojos y me hago el dormido, como quién dice que no me di cuenta de nada.
Tras sentir que giró por completo siento un pequeño “sobresalto” de su cabeza que aún estaba apoyada en mi brazo y tras unos cortos segundos se levanta de la cama.
Entreabro los ojos para ver sus movimientos, veo que rodea la cama dando pasos de manera silenciosa y se pone al lado mió al otro lado de la cama, siento su respiración cerca mío por lo que creo que estaba inspeccionando si yo aún dormía, y tras eso escucho sus pasos perderse junto al sonido de la puerta del baño cerrándose.
Al parecer mi idea no era errónea, a quién ella creía estar tocándole la pija era a su novio, pero en su lugar para mi fortuna, estaba yo.
Tras semejante escena que había vivido minutos antes no había forma posible de que me vuelva a dormir y mi pene se resistía a salir del estado de erección total en el que estaba, pocas veces había sentido tanta calentura junta en mi vida.
No sé cuanto tiempo habrá pasado hasta que salió del baño, yo había cambiado de posición para tener una mejor visión al momento de que ella salga.
Salió envuelta en una toalla acompañada del vapor que provenía del baño. Pasa por adelante mío y vuelvo a la estrategia de entrecerrar los ojos, se detiene un segundo y mueve sus manos en clara muestra de comprobar si aún dormía, y al no haber tenido respuesta mía de estar despierto abre el placard y toma algo de ropa que no logré distinguir.
Tras eso, y previa mirada por sobre su hombro hacia donde estaba yo suelta la toalla que estaba sostenida arriba de sus pechos y cae libre al suelo.
En ese momento vi por lejos el mejor cuerpo femenino de mi vida. Bajo la toalla estaba solamente un corpiño y una tanga de color negro cubriéndole la piel.
La cola que tenía era algo majestuoso, la tanga se perdía al 100% entre medio de los cachetes, era toda una obra de arte. Su piel era blanca, con un leve color “tostado” el tono justo, se notaba un cuerpo trabajado, tenía horas de gimnasio puestas pero sin perder la elegancia femenina, sin estar marcada y la cintura era lo que completaba el combo, una cintura pequeña que hacía resaltar toda su belleza al máximo.
Tras verla en ese estado unos segundos se agacha poniéndose lo que era una calza deportiva de color gris permitiéndome ver su culo en plenitud, dejando a la vista no solamente eso, sino que podía notarse en la parte de abajo una leve “montaña” formada por su concha, algo majestuoso.
Mi pija estaba que estallaba y en la posición en la que me encontraba formaba una carpa imposible de disimular en caso de que vuelva a voltear a verme, aunque teniendo en cuenta que por “confusión” ya la había tocado y sentido de punta a punta, ya no me generaba pudor alguno.
La calza había nacido para lucir en esas piernas y cola, era la perfección hecha mujer, podría asegurar que la tierra se partía segundo a segundo.
Luego sin cambiar de posición se puso una remera y tras eso una vez cambiada volvió a mi lado.
Puso una mano en mi hombro y me sacudió suavemente. Continuando con la simulación de mi estado de sueño abrí lentamente mis ojos.
– Buen día dormilón – dijo con un tono jocoso.
– Buen día… ¿Qué hora es? – Mi pija seguía dura como una roca.
– Es la hora de que te levantes jaja. Son las 9:30hs.
– Me quedé completamente dormido… No me digas que ronqué mucho.
– Para nada, al menos yo ni te escuché, también estaba un poco cansada.
– Bueno, menos mal.
– No te quiero apurar pero preparate rápido porque nos vamos a quedar sin desayuno.
– Uh, sí, es verdad, bueno me pego un baño rápido y salimos – tras esto me puse rápidamente de pie y la carpa que había en mi entrepierna en este punto era cuando más se notaba.
– Bueno, pero tené cuidado con eso jajaja – tras este comentario señaló hacia mi pene y largó esa típica mirada pícara de ella.
– Uh… no me di cuenta, perdoname, que vergüenza – mentí.
– No pasa nada, es normal, mi novio a veces también se levanta así – tras eso se dió vuelta hacia un espejo que había junto a una mesa al costado del placard y yo me fuí a bañar.
La verdad es que toda la situación me desbordaba, me superaba, y ese último comentario me volvió a descolocar por completo. La realidad es que me superaba ella, era una mujer que ni en mi mejor sueño podía tener y que minutos antes me estuvo tocando la pija, apoyándome y refregando su cola, era demasiado para procesar en poco tiempo. No lo podía creer de ninguna forma.
Tuve que descargar todo mientras me duchaba porque puedo jurar que iba a explotar si no lo hacía.
Una vez listos ambos salimos hacia al comedor a donde íbamos a tomar el desayuno. Todos y cada uno de los pocos afortunados hombres que había en el lugar se detenían a mirarla a ella pasar con esas calzas grises enterradas en el orto junto con una remera también deportiva y un saco.
Mientras desayunábamos y hablábamos de cosas sin importancia volvió a hablar de Matías.
– Ahora sí que debo parecer una puta… ¿Vos viste como me miraban todos? – la conversación que estábamos teniendo hasta ese momento nada tenía que ver con el tema, me descolocó como ya era costumbre.
– Ya te lo dije, sos una mujer hermosa… explicame qué ser humano no se detendría a verte.
– Jaja, basta, no me digas esas cosas – nuevamente se sonrojó.
– No es para menos, no puedo evitarlo.
– Y pensar que si estaba mi novio y me vestía así seguro terminábamos peleados.
– Nati, no te lo tomés a mal, pero está a 400km, no te puede ver ni escuchar, dejá de hacerte problemas y disfrutá de estos días.
– Tenés razón, no sé porque pienso en él que lo único que hace es menospreciarme.
<<Luego del desayuno me preguntó si la acompañaba a un par de lugares por la ciudad. Accedí sin problemas, ya que yo no conocía Mar del Plata. Tras pasar por distintos lugares y recorrer un poco tanto a pie como en el auto se hizo la hora del almuerzo a lo que paramos en un conocido restaurant a almorzar >>
– Te voy a ser sincera, cuando mi papá me dijo que iba a viajar acompañada me enfurecí, pero nunca pensé que me iba a divertir tanto con vos.
– No es para tanto, pasa que una mujer como vos no amerita a menos.
– Basta che, siempre igual, tampoco soy la gran cosa.
– ¿Tampoco soy la gran cosa? Vos me parece que no te valorás ni un poco.
– Si vos lo decís… ¿Vos la estás pasando bien o soy muy pesada?
– Para nada, si pudiera elegir otra persona para compartir este viaje te elegiría de vuelta a vos sin dudarlo – noté que volvió a sonrojarse, al parecer el novio ni en sus mejores días le decía algo “lindo” y aprovechando sus reacciones, yo no iba a parar de hacerlo.
– No parás un minuto eh jajaja.
– Y bueno, es lo que nace de uno, vos generás esas cosas…
El almuerzo siguió su curso con normalidad al igual que la charla, seguía insistiendo con “palazos” en cuanto podía y podía notar como de a poco ella buscaba eso, le gustaba sentirse “mimada” o al menos eso me parecía.
Ya de regreso al hotel el reloj marcaba las 15:45hs, la hermosa mañana soleada se había transformado en una tarde nublada y con mucho viento, por lo que le dimos fin al “paseo” por la ciudad.
Una vez en el mismo me preguntó por el mensaje que me había enviado antes de empezar el viaje. Me acordé automáticamente de la “ropa de playa” y entendí el por qué, en uno de los últimos pisos del edificio había una pileta gigante climatizada abierta a todo aquel que quiera usarla.
En mi mente apareció automáticamente la imagen de ella en bikini y otra vez mi amigo se puso a punto de estallar.
Le dije que sí lo había leído y que tenía lo que me pidió en el bolso. Así que tras eso me dijo que me cambie y valla a disfrutar de la pileta que ella enseguida me alcanzaba.
No entendía muy bien el por qué del misterio, pero accedí a su petición, me cambié y salí hacia el lugar.
La pileta era realmente grande, el espacio era todo cerrado con una temperatura hermosa que te hacía olvidar que afuera hacían 8ºC, alrededor de la pileta abundaban las sillas, reposeras y mesas, todas de plástico muy elegantes.
La esperé unos cuantos minutos y la espera se me estaba haciendo eterna, además de que se me iba la imaginación y no podía ocultar la erección, aunque por fortuna al estar fuera de temporada y con un clima tan feo (además de la “exclusividad” del lugar) en el hotel había muy poca gente y como consecuencia la pileta estaba totalmente sola para mí.
Decidí entonces meterme al agua, para intentar despejar la mente y acelerar el paso de los minutos hasta que ella llegue. El agua estaba hermosa, a una temperatura ideal, juro que podría quedarme a vivir allí adentro sin ningún problema, me puse a “nadar” tranquilo de una punta a la otra, desde pequeño había ido a natación, por lo que sabía moverme en el agua y además eso me había perfeccionado bastante mi físico, característica que siempre destacó de mí gracias a dicha actividad.
No sé cuantos minutos habrán pasado, pero en una de esas “tiradas” que estaba haciendo de croll, y llegando a la parte más baja de la pileta escucho que alguien aplaude.
– ¡Bravo, andas muy bien para la natación! – Tras eso largó una pequeña carcajada.
– Jaja, me defiendo.
– ¿Cómo está el agua?
– Está hermosa. Perdón por no esperarte pero me ganó la tentación.
– No hay problema, yo me demoré un poco de más.
<<Hasta ese momento no me había detenido a verla, estaba agachada en cuclillas con un short de jean cortito y la parte de arriba del bikini de color blanco.
Desde mi ángulo no podía ver mucho, pero las tetas resaltaban de una manera impresionante. >>
– Lástima que acá no vas a poder broncearte mucho jaja.
– Si, es verdad, pero eso no importa, ya voy a tener oportunidad en el verano.
– No te quiero apurar, pero el agua se va a enfriar de tanto esperarte – no aguantaba más las ganas de verla en bikini.
– ¿Te digo la verdad? Me da como “cosa” que me veas en mi traje de baño.
– Bueno, no hay motivos, no sería nada que no haya visto antes… o tal vez sí, creo que nunca vi a una mujer tan hermosa salvo en la televisión.
– ¿Otra vez? ¡Basta! Me hacés poner colorada – la estrategia de los halagos seguía funcionando.
– Jaja, dale, me aburro acá solo.
– Bueno, pero no me veas, date vuelta – largó una pequeña sonrisa.
– ¿Tan fea es tu ropa de baño? Te presto algo mío si querés jaja – me la estaba poniendo difícil pero no podía aflojar.
– Jaja, no seas tonto, bueno, date vuelta dale.
<< Me di vuelta como mucho 15 segundos y no pude contra la tentación, giré mi cabeza por sobre mi hombro y vi la imágen más espectacular de mi vida. Tenía el short a la altura de los tobillos, me daba la espalda, el bikini que tenía era mínimo y por alguna razón la veía aún más hermosa que cuando la “espié” mientras se preparaba antes de desayunar.
El orto era algo de otro planeta, el hilo blanco de la maya se perdía ante la inmensidad de ese suculento culo. >>
Por desgracia o tal vez no tanto, fue tal el impacto de verla así que me perdí completamente en el tiempo y el espacio, quedé completamente colgado ante semejante imagen, ante semejante mujer.
Obviamente bajo el agua yo ya estaba completamente duro. Su pelo lacio hasta la mitad de la espalda, su cuerpo bien cuidado, esa cintura majestuosa, su perfecta cola y su altura ideal para mi gusto era un combo que me terminaba de explotar el cerebro.
El cuelgue al verla así fue tal que no me percaté siquiera de que ella me hablaba.
– ¡Ey! Tierra a Damián….
– ¿Q…. qué?
– ¿Estás bien? Como que de golpe te perdiste.
– Sí, estoy bien, perdón, colgúé pensando en banalidades sin importancia – mentí nuevamente.
– ¿Será eso o que te perdiste viéndome a mí? – me guiño un ojo y largó una carcajada.
– Un poco de ambas, si tengo que ser sincero, sos tan perfecta que me volvés loco Nati…
– ¡Y no parás ni aunque te lo pida de rodillas eh! Jaja.
– Ya te dije, nace de mí, vos lo provocás constantemente….
– Bueno, haceme un lugar que voy… – su sonrisa seguía demostrando que todo iba bien.
<<Corrió por el borde de la pileta hasta el medio, mientras yo la seguía en un nado ligero, una vez a la altura de la mitad saltó con la típica “bomba” al agua salpicándome. >>
– ¡Woow! De verdad que está hermosa.
– ¿El agua o vos?
– Jajaja sos tonto eh. ¡El agua nene!
– Ah si, el agua también está hermosa – Yo también le guiñé el ojo.
<< Su pelo rubio, lacio mojado en combinación con su rostro era perfecto, ni hablar de el resto de su cuerpo en ese bikini. >>
Una vez en el agua y con la pileta para nosotros solos nos pusimos a jugar como dos adolescentes, a tirarnos agua a “competir” a ver quién nadaba más rápido, a hundirnos unos a otros (yo aprovechando siempre para meter un poco de mano de más), hasta que en un momento entre tanto jugueteo casi infantil ella se detiene y estando frente a frente se pone a hablar.
– Che nene, vos te hacés el tonto pero se te escapan las manos jaja.
– ¿Enserio? Juro que no me dí cuenta, perdón – mentí.
– Sí, igual, no te pasés porque yo también tengo manos eh.
– ¿Ah sí? – Tras eso la hundí en el agua nuevamente aprovechando para tocarle “disimuladamente” un pecho.
– ¡Casi hacés que me ahogue! Jaja.
– Perdón me tenté.
– ¡Mi teta te tentó atrevido! – largó una carcajada.
<< Tras ese comentario ella le dio un muy casual toque a la zona de mi pija y me hundió en el agua.>>
– Bueno, veo que no soy el único al que se le escapan las manos.
– ¡Te advertí que yo también tengo manos nene! já.
Seguimos en ese juego que cada vez iba subiendo más de tono hasta que en un momento dado todo se volvió tranquilidad, mientras ambos nos reíamos quedamos “clavados” mirándonos cara a cara. Nuestros ojos se perdían uno en la profundidad del otro, sin decir nada sentía que decíamos muchas cosas.
<< Tras eso, noté que había una conexión y me jugué entero, si me salía mal iba a quedar como un idiota y tenía muchas chances de perderlo todo, pero como quién dice, el que no arriesga no gana. Me acerqué a ella lo más posible manteniendo la mirada, tomé con una mano su rostro que aún estaba firme mirándome, la acerqué un poco a mi y puse mi boca a escasos centímetros de la suya para ver su reacción, ella cerró sus ojos y completó la distancia que faltaba. Nos fundimos en un beso casi de “amor // pareja”, diría que en un beso romántico bien de película que poco a poco se fue transformando en un beso apasionado, nuestras lenguas se fundían, peleaban una con otra para ver quién vencía en esa lucha, no podía creer estar viviendo algo así, me volvió el alma al cuerpo, por primera vez en mi vida las cosas me estaban saliendo las cosas bien.>>
Ni lento ni perezoso bajé mis manos a su cintura y luego a esa cola que había tocado “accidentalmente” mientras jugábamos y me volvía loco. Tal como se veía, se sentía, firme, dura, redonda, perfecta.
Comencé con un roce leve que terminó en un apretón y un jugueteo muy feroz, tal como si estuviera amasando una masa, realmente me desquiciaba ese orto, cuando sintió mis manos tocándola de esa forma pude notar como dio un “saltito” como si no se esperaba esa reacción.
La verdad es que no podía contenerme, la acerqué desde la cola pegando su zona púbica a mi cuerpo, mi erección tapada por mi short de baño era inmensa, la pegué a mi para que sienta como estaba, como me ponía, lo que generaba en mi. Ni bien sintió esa “jugada” despegó su cara de mi terminando así el “primer beso”.
– Epa… Qué rápido que te encendés.
– Nati, me volvés loco. Sos un infierno.
– ¿Te soy sincera? Todavía no sé como terminamos así.
– Yo tampoco, lo único que sé es que está pasando y me volvés loco.
<< Volví a besarla con furia, respondió de igual manera. >>
Lentamente fuimos “corriéndonos” hacia un borde de la pileta, la tenía a ella apoyada contra dicho borde mientras la besaba. El agua me llegaba a la altura del pupo (a ella por la pequeña diferencia de altura un poquito más) de pronto sentí algo tocándome la pija.
– Nene, eso te va a explotar jaja. ¿Tan caliente te pongo?
– Me ponés mucho más que caliente.
Comenzó así un jugueteo con su mano en mi pija por sobre la tela de mi short, me hacía recordar a lo vivido cuando me desperté en la mañana abrazado a ella.
No podía caer en la situación que estaba viviendo, ahora no había confusiones de por medio, ella estaba tocándome la pija jugando con la misma y provocándome a conciencia, sabía bien lo que hacía y evidentemente lo disfrutaba.
Aproveché la situación y corrí mi mano que estaba obviamente apoyada en su orto hacia abajo, lentamente llegué al límite, tomé suavemente la delgada tela de su bikini corriéndola a un costado y acaricie su concha.
Ella dio otro leve saltito, se la acariciaba con total delicadeza, todo por fuera sin siquiera “penetrarla” con mis dedos. A medida que pasaban los segundos notaba como su jugueteo en mi pija iba perdiendo intensidad y sus movimientos se volvían torpes.
Pequeños suspiros iban saliendo de su boca aunque no se rendía y seguía jugueteando, salí un poco también del trance en el que yo estaba y mientras seguía yo en mi trabajo me detuve a mirarla un poco, su cara mostraba evidente placer, le gustaba las caricias que estaba recibiendo su concha y sus tetas estaban completamente tensas, los pezones se marcaban en la tela como si fueran dos pequeñas piedras. Evidentemente ambos teníamos una calentura impresionante.
Viendo la situación acompañé al manoseo en su vagina con besos que pasaron de su boca a su cuello, recorría con mi lengua todo lugar cuanto podía y con mi otra mano libre que aún estaba en su cola empecé a acariciarle las tetas.
Tal como se veían estaban, duras y firmes. Con la yema de mis dedos acariciaba sus pezones por sobre la tela lo que generaba que se retuerza de placer.
Dejé de sentir su mano en mi pija, volví a mirarla y ella estaba con sus ojos cerrados, su boca abierta emitiendo gemidos en voz baja y suspiros, su espalda estaba arqueándose. Definitivamente yo estaba haciendo bien las cosas, estaba logrando lo que quería, calentarla a full, en mi cabeza desde un principio estaba la idea de que su novio no la hacía gozar y yo tenía que usar eso a mi favor y hacerla explotar (además, era algo que yo también disfrutaba, siempre me gustó hacer sentir placer a las mujeres sin importar cómo ni cuanto tiempo lleve la tarea).
<< Yo también estaba a mil, eso no puedo negarlo, quería sentirla, que me sienta, quería penetrarla, agradecía al cielo una y mil veces que la pileta esté sola para nosotros dos. >>
La tomé nuevamente de la cintura con una mano y con suavidad la invité a girar para que quede de espaldas a mi. Accedió al instante, una vez en la posición buscada desabroché los abrajos de mi bermuda y liberé a mi pija. El agua ayudaba a que todos los movimientos sean más fáciles.
Se la apoyé en el medio del orto y ella al sentirlo sacó más cola y la movía con suavidad para sentirla.
En ese mismo momento casi exploto, sentir su cola aunque bikini de por medio tocando mi pija y sentirla a ella caliente y disfrutando era lo mejor que me pasó en la vida.
La tentación era demasiada y ante semejante situación casi tiro todo por la borda, estuve a punto de correrle la tela y metérsela en ese mismo momento, no me importaba el hecho de no tener preservativos ni nada, pero volví a enfriar mi cabeza y volví a mi plan original de calentarla a morir, ya había avanzado bastante y no me quería conformar con tal vez un solo polvo, seguía convencido de que haciendo las cosas bien me iba a cansar de garcharla tantas veces quiera.
El jugueteo de su orto con mi pija siguió unos breves segundos, puse una mano por delante de su cuerpo, la pasé por debajo de su bikini y le toqué por primera vez su teta piel a piel.
Al sentir eso noté como se erizó, sacó un poco más de cola junto con un leve gemido, besaba su cuello, su espalda, acariciaba su teta, pellizcaba con suavidad su pezón y al mismo tiempo llevé mi otra mano directamente a su concha. Pasé mi mano por toda su zona púbica notando apenas una linea delgada de pelos lo que me volvió aún más loco, su concha tal como lo había notado cuando se cambió delante mío por la mañana era gorda, carnosa, volví al jugueteo con mis dedos por afuera, se los frotaba de punta a punta y fue cuando decidí subir un nivel. Con tranquilidad y delicadeza atravesé sus labios con mi dedo índice a lo que respondió con otro gemido que cada vez eran más fuertes.
Intercalaba mis besos y chupadas en su cuello, espalda con palabras al oído, con lo hermosa que era, con como me calentaba, le decía guarradas sobre mi pija y ella respondía demostrando que estaba cada vez más caliente.
Poco a poco la iba “penetrando” con mi dedo y no sé en que momento pasó de ser uno a ser dos, el índice y el mayor estaban totalmente adentro como si de nada se tratara.
Ella estaba totalmente agitada, sus gemidos ya eran audibles creo yo que de punta a punta de la pileta y sumado a mi impresionante calentura decidí que era momento de garcharla.
Saqué mi mano de su concha, con esa mano corrí el delgado hilo de su bikini a un costado y con la otra tomé mi pija para colocarla en posición. Jugué un poco más con su concha pero ahora con mi miembro, hasta que escuché lo que tanto esperaba.
– ¡Cogeme Damian, por favor, cogeme!
Como quién dice, los deseos son órdenes, ella estaba con sus manos apoyadas al borde de la pileta, sacando cola a más no poder, aunque no tenía buena visión culpa del agua que nos tapaba sentir piel con piel con esa mujer era algo fuera de serie. Arrimé la cabeza de mi chota directamente a la entrada de su concha y lentamente empecé a empujar para penetrarla, ya tenía adentro ¼ de mi pija cuando de pronto la puerta de la pileta se abre de par en par.
Ella al escuchar eso se corrió hacia adelante sacando así mi pene completamente de su vagina, ambos vimos como lentamente una pareja de ancianos entraba a la pileta.
Puteé en todos los idiomas a esa pareja y a mí mismo por haber hecho todo tan lento, aunque seguía convencido que era lo correcto.
Ella se gira nuevamente quedando de frente a mi y se acomoda la bikini, su respiración seguía agitada y sus cachetes estaban completamente rojos.
Noto su mirada un poco perdida y se pone completamente seria. Evidentemente todo lo que había avanzado se cortó en un segundo.
Tras unos minutos y una vez mi pija un poco más calmada ambos salimos del agua sin siquiera mediar palabras, inclusive notaba que ella desviaba su mirada, me esquivaba, realmente no entendía bien la situación.
Nos secamos un poco y emprendimos el regreso a nuestra habitación. En el ascensor la situación seguía igual de tensa, no por mi parte, pero la actitud de ella había cambiado al 100%.
Ya dentro de la habitación me dispuse a cambiarme, pero al notarla tan distante y rara a ella, teniendo en cuenta que hacía no mucho más que 20 minutos casi estábamos garchando me dispuse a hablarle.
– Nati… ¿estás bien? ¿Qué te pasa? – no tenía ni idea de cómo encararla.
– Nada, pasa que…
– ¿Que….?
– Que yo no soy así no sé qué me pasó, cómo nos pasó, pero no soy así.
– ¿Así cómo?
– Infiel Damian, infiel. Nunca le fui infiel a mi novio.
– Vos sentiste lo mismo que yo en la pileta, no me podes salir con algo así.
– Sí, si tengo que ser sincera y a lo guarra estaba re caliente y te juro que dispuesta a todo, quería que me hagas tuya, pero por algún motivo nos interrumpieron, por algo no se dan las cosas.
– ¿Vas a seguir pensando en el tipo ese que te forrea como la hace y perderte de vivir nuevas experiencias sólo por eso? – realmente estaba completamente descolocado.
– No es por él, es por mí, yo no soy así, nunca lo fuí entendeme.
La conversación siguió sin nada destacable, tras bañarnos lamentablemente por separado ya se acercaba la hora de la cena.
Realmente quedé sin rumbo, perdí todo mi norte, no sabía como “remontar” la situación, lo único que me tranquilizaba era el hecho de que aún me quedaban dos días con ella y esa noche al igual que las demás ella iba a tener que dormir junto a mí en la misma cama.
[Continuará...]
Bueno he aquí el fin de la segunda parte, pronto continuará esta historia.
Espero que les guste y como siempre críticas y sugerencias son bienvenidas.
Hasta la próxima!!!
Espero que les guste y como siempre críticas y sugerencias son bienvenidas.
Hasta la próxima!!!
15 comentarios - La hija de mi jefe [Parte 2]
Próximamente sale la parte 3 a pista!! 😃
Y si la verdad cagaron todo!! -.-
Dentro de poco sale la parte 3 a la luz!
Saludos!
+10
saludos.
Saludos!
pero te dejó recaliente..ja! Sigo leyendo..