Un día estaba haciendo trámites por donde vive Christian. Tenía que hacer tiempo hasta mi clase de inglés, y se me ocurrió la idea de escribirle para saber si estaba libre. Hacía mucho que no nos veíamos, y yo en particular, mucho que no garchaba así que estaba con bastantes ganas. Solo estar por la zona donde varias noches había pasado en el auto mientras le hacía un pete me mojaba mucho.
Su respuesta no tardó en llegar, pero no fue lo que esperaba. En el departamento estaba la hermana. Me pidió que esperara, que iba a hablar con ella para saber si nos dejaba solos. En cuestión, la mina se re empacó y no quiso saber nada. "Tengo que estudiar" le dijo la pendeja caprichosa. Aunque ya era bastante grande, tenía 25 años la conchuda.
Christian se enojó tanto con la actitud de la hermana que me preguntó si a mí me molestaba que ella estuviera estudiando mientras nosotros garchábamos. Yo ya tenía el morbo y la calentura por las nubes, así que le puse que no me importaba, mientras ya estaba caminando hacia su casa. Cuando llegué nos comimos la boca y metimos manos en el ascensor hasta que llegamos al piso.
Entré, la saludé con un "hola" seco, al que ella contestó casi susurrando sin levantar la cabeza del libro. Christian me agarró de la mano y me llevó a su habitación. Cerró la puerta y empezamos a desvestirnos. Se nos notaba la desesperación. Estábamos los dos re calientes y necesitábamos un buen polvazo desde hacía tiempo.
Me tiró en la cama con las piernas abiertas, él se arrodilló en el piso y empezó a chuparme la concha de manera desesperada. Abría la boca y se metía todo lo que podía en ella, cerrándola y apretando mi clítoris contra sus labios. Me volvía loca.
Sentí como empezaba a escarbar con sus dedos en mi concha. Metió uno, después dos... "Mirá lo mojada que estás" me dijo poniéndomelos en la boca. Le lamí los dedos como si de su pija se tratara. Luego, volvió a meterlos. Su chupada era acompañada por el garche cortito y rápido de sus dedos.
No tardé en explotar en un orgasmo que me hizo temblar todo el cuerpo. Cuando me recuperé, Christian se levantó y sin mediar palabra me la clavó. Largué un suspiro de placer al sentir la punta de su pija en el fondo de mi concha. Sentía como se resbalaba la verga dentro de mi vagina. Estaba excitadísima. Muy mojada.
Levantó mis piernas hasta sus hombros y empezó a cogerme como él sabe. Con sus embestidas empujaba mi cuerpo, que ya estaba contra la pared. El ruido de la cama y mis gritos eran incontenibles. Nos olvidamos por completo de la hermana. Me siguió dando duro, se frenó de golpe para chuparme un poco la concha y ponerme a mil nuevamente; para después darme vuelta y empezar a cogerme en 4. Me arrodillé en la cama, con las manos en la pared, mientras él se paraba atrás.
La clavó de una, me agarró de las caderas y me pegó una sacudida magistral. "Aayy siii dale más... más fuerteeeeeaaahhh" gritaba yo mientras él no paraba de taladrarme. Me tenía agarrada de los pelos mientras me pegaba cada vez más fuerte en la cola. "Te gusta? Te gusta?", me repetía con cada embestida. Yo no le contestaba. No porque no quisiera, sino porque no podía.
Cuando no le dieron más las piernas, se dejó caer en la cama. Yo también me tiré y me acomodé en 4. Abrí mi culito para que él pudiera disfrutarla con la lengua. Me fue clavando despacito la lengua en la cola, mientras metía dos dedos en mi concha, totalmente abierta por la garchada de recién.
Mi cuerpo empezó a temblar, nuevamente. Cada vez que rozaba su lengua en mi ano, mi cuerpo se estremecía. Él lo notó, y siguió haciéndolo mientras me ponía los dedos en la concha. Después se levantó y me la clavó, pero ahora metiéndome un dedo en el culo. Dos embestidas fueron suficientes para hacerme acabar como una bestia.
Grité, agarré las sábanas, mordí la almohada, me dejé caer en la cama... Todavía me temblaban las piernas cuando Christian me agarró de la panza y me volvió a acomodar en 4. Me la puso y siguió garchándome como si nada.
Yo seguía con la cara sobre el colchón, mientras él no se detenía. Sacaba la pija casi por completo y la clavaba hasta el fondo mientras sus manos me tiraban del pelo. Su cuerpo chocaba contra mi cola, cada vez más fuerte. Me volvió a girar, tirándome en la cama boca arriba y apuntando su pija a mi concha la metió. Me chupó las tetas mientras se movía, ahora un poco más despacio, aunque me encantaba. Podía sentirla entrar y salir en toda su extensión.
Me puso de costado, sin sacarla, y ahí si empezó a cogerme fuerte nuevamente. En esa posición me la hacía sentir muy adentro. Se acomodó y se aferró a mis piernas para empezar a darme como un animal. Sus manos ahora me apretaban el cuello, generando una excitación que me hacía gritar desesperada. "Ayyy no parés no parés!" decía desencajada, olvidándome que eran las 6 la tarde y la hermana estaba estudiando a unos metros. Él tampoco se acordaba, porque me daba más y más fuerte.
Hasta que no aguantó más y acabó en mi panza. Le agarré la pija para terminar de pajearlo y podía sentir como aún le latía. Tenía mucha leche cargada. Me desparramé todo por mi cuerpo, pero era tanto que llegué a cubrirme casi hasta mis pechos y el costado.
Nos tiramos en la cama, y él seguía con la pija al palo. "Estoy re caliente" me dijo mientras se pajeaba. No podía dejar eso así. Se la chupé un rato, sin parar de pajearlo y pasarle la lengua por las bolas, la cabeza, el tronco. Seguía durísima. Y yo re caliente. Así que ni lo dudé, y me trepé arriba de esa pija y lo cabalgué. Primero de frente, luego giré y me puse ofreciéndole la vista de mi cola.
Después de un rato de estar cabalgándolo, me hizo salir y arrodillar en el piso apuntando su pija en mi cara. Se pajeó y apoyando la verga en mi mejilla dejó salir un par de chorros de leche que bañaron mi cara desde la frente hasta la pera.
Ya se había hecho la hora de partir, así que fui al baño y traté de arreglar el desastre que me había quedado. Me cambié y me fui a mi clase de inglés. Al salir, la saludé cordialmente a la hermana. No recibí respuesta. Seguramente no había podido estudiar mucho, gracias a los ruidos y gritos que salían de la habitación.
Durante la clase, no pude concentrarme. Me acordé de cuando, unos años atrás, me pasó algo parecido con mi hermano. Sentía mi piel pegajosa, sucia. Podía aún oler la leche de Christian en mi cuerpo. "Todavía siento tu lechita calentita en mis tetas", empecé a torturarlo con los mensajes. Después de varios mensajes que hicieron volar nuestra imaginación nuevamente, me dijo que me pasaba a buscar. "Por favor", le respondí.
Me quedé parada en la esquina hasta que apareció con su auto. Al parecer la hermana se había enojado en serio, pero creo que era más por envidia que otra cosa. Por supuesto no podíamos volver al departamento. Encaró para una plaza que hay en la zona. En el camino, se bajó los pantalones y yo me puse a chuparle la pija. Estacionó en la cuadra más oscura. Ya había anochecido, pero las luces aún no se habían encendido.
Él me metió mano por debajo del pantalón acariciándome la cola. Mi concha se mojaba con cada caricia. Su pija ahogaba mis gemidos. "Quiero que me sigas chupando la cola como hoy", le dije sacándome la pija de la boca, y volviéndola a meter. "Solo chupar?" me preguntó. Me detuve. Me senté nuevamente, lo miré y le dije: "No. Haceme la cola. Es todo tuyo hoy". Se levantó el pantalón y encaramos para el hotel más cercano.
En la recepción pidió algo para tomar, y un lubricante. Se me aflojaron las piernas cuando lo pidió. Entramos a la habitación, menos calientes que a la tarde, pero aún con muchas ganas. Me acosté boca arriba, pero ya de entrada me dio vuelta. Puso un par de almohadas bajo mi panza y me sacó el pantalón. Empezó a jugar con mi tanguita, pasando sus dedos por los bordes. Con los dientes la fue bajando, hasta dejarme en bolas.
Primero, fue su lengua la que recorrió mi culito de arriba a abajo. Cuando lo dejó bien húmedo, pasaba sus dedos haciendo círculos en mi ano que se dilataba cada vez que los sentía cerca. Dejé escapar un suspiro cuando sentí la puntita de uno de sus dedos meterse. Agarré fuerte las sábanas y cerré mis ojos. Un chorro de lubricante cayó sobre mi cola. El frío del líquido con lo caliente de mi piel me hizo estremecer.
Ahora, era todo juego con los dedos. No se detuvo hasta tener 3 dedos abriendo mi cola.
- Me trajiste acá solo para romperme el culo? - le pregunté entre gemidos
- Si, putita... algún problema?
- No... Metela - dije, casi susurrando
- Queé?
- Que la metas - llegué a decir más fuerte
- Que cosa - me respondía mientras seguía escarbando con los 3 dedos clavados en mi
- La pija... TU pija
- Extrañás mi pija en tu colita? sus dedos no paraban de penetrarme
- Ayyy siii no sabés como la extraño!
- Qué tenés que decir para tenerla.
- Ayyy no seas hijo de puta, estoy re caliente!!! Dale metemela por favor, rompeme el culoo!!!
Christian se acomodó arriba mío, y sentí la cabeza de su pija empujar en mi ano ya dilatado por sus dedos. "Al fondoo!" gritaba yo mientras él cuidadosamente iba enterrando todo su pedazo de carne dentro mío. Cuando llegó, sentí su cuerpo chocar contra mi cola. Christian arrancó la culearme, primero despacio, pero con embestidas firmes y duras. Luego, empezó a agregarle velocidad.
Yo ya estaba acomodada en 4 con la cola totalmente parada, expuesta y abierta a los deseos de mi macho, que no se detenía ni un segundo. Me dejé caer apoyándome en un hombro para poder llevar una mano a mi concha y pajearme mientras él me seguía castigando por la cola.
Me masturbé tocando mi clítoris y metiéndome un dedo en mi concha empapada. Extrañé por un instante esos tríos donde me cogían por todos lados. Fue demasiado. Se me cruzaron por la cabeza varias de esas situaciones y acabé pegando un alarido que se sintió en todo el hotel. Casi al mismo tiempo, Christian sacó la pija de mi cola y acabó en mis nalgas. Aun tenía mucha leche guardada el guacho.
Nos bañamos juntos, nos acostamos un rato. Ahora si, tardó un poco más en que se le pare de nuevo, pero me dejó con las patitas temblando de la chupada de concha que me dio. Luego, fue mi turno y se la chupé hasta dejarla dura como una roca.
En medio del polvo, llamaron para informar que se había terminado el turno. Con la voz entrecortada, Christian le dijo que iba a pedir otro más. Colgó y me siguió cogiendo. Cuando nos dimos cuenta, estábamos por empezar a coger de nuevo. Llamó a la recepción y le dijo que nos íbamos a quedar toda la noche.
Lo abracé y lo besé, mientras le pajeaba la pija. "Mmmm ya está lista para otra vuelta?" le dije mientras recorría el tronco con la punta de mis dedos. Él me miró y asintió. Me di vuelta y me puse en 4, paré mi cola y le dije: "Bueno, dale... pero arranquemos por la cola de nuevo".
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La historia completa:
#0 Mis 50 sombras
#1 Sometida y entregada
#2 Pagando deudas
#3 Atame y haceme tuya
#4 Suplicando que me hagan la cola
#5 Sacandome las ganas acumuladas
#6 La mucamita
#7 Recibiendo regalos navideños
#8 Festejando San Valentín
#10 Nena con juguete nuevo
#11 Hasta el eXtremo
#12 Porno Star
#13 Esclava y sumisa
#14 Disfrutando el mundial
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Indice
Su respuesta no tardó en llegar, pero no fue lo que esperaba. En el departamento estaba la hermana. Me pidió que esperara, que iba a hablar con ella para saber si nos dejaba solos. En cuestión, la mina se re empacó y no quiso saber nada. "Tengo que estudiar" le dijo la pendeja caprichosa. Aunque ya era bastante grande, tenía 25 años la conchuda.
Christian se enojó tanto con la actitud de la hermana que me preguntó si a mí me molestaba que ella estuviera estudiando mientras nosotros garchábamos. Yo ya tenía el morbo y la calentura por las nubes, así que le puse que no me importaba, mientras ya estaba caminando hacia su casa. Cuando llegué nos comimos la boca y metimos manos en el ascensor hasta que llegamos al piso.
Entré, la saludé con un "hola" seco, al que ella contestó casi susurrando sin levantar la cabeza del libro. Christian me agarró de la mano y me llevó a su habitación. Cerró la puerta y empezamos a desvestirnos. Se nos notaba la desesperación. Estábamos los dos re calientes y necesitábamos un buen polvazo desde hacía tiempo.
Me tiró en la cama con las piernas abiertas, él se arrodilló en el piso y empezó a chuparme la concha de manera desesperada. Abría la boca y se metía todo lo que podía en ella, cerrándola y apretando mi clítoris contra sus labios. Me volvía loca.
Sentí como empezaba a escarbar con sus dedos en mi concha. Metió uno, después dos... "Mirá lo mojada que estás" me dijo poniéndomelos en la boca. Le lamí los dedos como si de su pija se tratara. Luego, volvió a meterlos. Su chupada era acompañada por el garche cortito y rápido de sus dedos.
No tardé en explotar en un orgasmo que me hizo temblar todo el cuerpo. Cuando me recuperé, Christian se levantó y sin mediar palabra me la clavó. Largué un suspiro de placer al sentir la punta de su pija en el fondo de mi concha. Sentía como se resbalaba la verga dentro de mi vagina. Estaba excitadísima. Muy mojada.
Levantó mis piernas hasta sus hombros y empezó a cogerme como él sabe. Con sus embestidas empujaba mi cuerpo, que ya estaba contra la pared. El ruido de la cama y mis gritos eran incontenibles. Nos olvidamos por completo de la hermana. Me siguió dando duro, se frenó de golpe para chuparme un poco la concha y ponerme a mil nuevamente; para después darme vuelta y empezar a cogerme en 4. Me arrodillé en la cama, con las manos en la pared, mientras él se paraba atrás.
La clavó de una, me agarró de las caderas y me pegó una sacudida magistral. "Aayy siii dale más... más fuerteeeeeaaahhh" gritaba yo mientras él no paraba de taladrarme. Me tenía agarrada de los pelos mientras me pegaba cada vez más fuerte en la cola. "Te gusta? Te gusta?", me repetía con cada embestida. Yo no le contestaba. No porque no quisiera, sino porque no podía.
Cuando no le dieron más las piernas, se dejó caer en la cama. Yo también me tiré y me acomodé en 4. Abrí mi culito para que él pudiera disfrutarla con la lengua. Me fue clavando despacito la lengua en la cola, mientras metía dos dedos en mi concha, totalmente abierta por la garchada de recién.
Mi cuerpo empezó a temblar, nuevamente. Cada vez que rozaba su lengua en mi ano, mi cuerpo se estremecía. Él lo notó, y siguió haciéndolo mientras me ponía los dedos en la concha. Después se levantó y me la clavó, pero ahora metiéndome un dedo en el culo. Dos embestidas fueron suficientes para hacerme acabar como una bestia.
Grité, agarré las sábanas, mordí la almohada, me dejé caer en la cama... Todavía me temblaban las piernas cuando Christian me agarró de la panza y me volvió a acomodar en 4. Me la puso y siguió garchándome como si nada.
Yo seguía con la cara sobre el colchón, mientras él no se detenía. Sacaba la pija casi por completo y la clavaba hasta el fondo mientras sus manos me tiraban del pelo. Su cuerpo chocaba contra mi cola, cada vez más fuerte. Me volvió a girar, tirándome en la cama boca arriba y apuntando su pija a mi concha la metió. Me chupó las tetas mientras se movía, ahora un poco más despacio, aunque me encantaba. Podía sentirla entrar y salir en toda su extensión.
Me puso de costado, sin sacarla, y ahí si empezó a cogerme fuerte nuevamente. En esa posición me la hacía sentir muy adentro. Se acomodó y se aferró a mis piernas para empezar a darme como un animal. Sus manos ahora me apretaban el cuello, generando una excitación que me hacía gritar desesperada. "Ayyy no parés no parés!" decía desencajada, olvidándome que eran las 6 la tarde y la hermana estaba estudiando a unos metros. Él tampoco se acordaba, porque me daba más y más fuerte.
Hasta que no aguantó más y acabó en mi panza. Le agarré la pija para terminar de pajearlo y podía sentir como aún le latía. Tenía mucha leche cargada. Me desparramé todo por mi cuerpo, pero era tanto que llegué a cubrirme casi hasta mis pechos y el costado.
Nos tiramos en la cama, y él seguía con la pija al palo. "Estoy re caliente" me dijo mientras se pajeaba. No podía dejar eso así. Se la chupé un rato, sin parar de pajearlo y pasarle la lengua por las bolas, la cabeza, el tronco. Seguía durísima. Y yo re caliente. Así que ni lo dudé, y me trepé arriba de esa pija y lo cabalgué. Primero de frente, luego giré y me puse ofreciéndole la vista de mi cola.
Después de un rato de estar cabalgándolo, me hizo salir y arrodillar en el piso apuntando su pija en mi cara. Se pajeó y apoyando la verga en mi mejilla dejó salir un par de chorros de leche que bañaron mi cara desde la frente hasta la pera.
Ya se había hecho la hora de partir, así que fui al baño y traté de arreglar el desastre que me había quedado. Me cambié y me fui a mi clase de inglés. Al salir, la saludé cordialmente a la hermana. No recibí respuesta. Seguramente no había podido estudiar mucho, gracias a los ruidos y gritos que salían de la habitación.
Durante la clase, no pude concentrarme. Me acordé de cuando, unos años atrás, me pasó algo parecido con mi hermano. Sentía mi piel pegajosa, sucia. Podía aún oler la leche de Christian en mi cuerpo. "Todavía siento tu lechita calentita en mis tetas", empecé a torturarlo con los mensajes. Después de varios mensajes que hicieron volar nuestra imaginación nuevamente, me dijo que me pasaba a buscar. "Por favor", le respondí.
Me quedé parada en la esquina hasta que apareció con su auto. Al parecer la hermana se había enojado en serio, pero creo que era más por envidia que otra cosa. Por supuesto no podíamos volver al departamento. Encaró para una plaza que hay en la zona. En el camino, se bajó los pantalones y yo me puse a chuparle la pija. Estacionó en la cuadra más oscura. Ya había anochecido, pero las luces aún no se habían encendido.
Él me metió mano por debajo del pantalón acariciándome la cola. Mi concha se mojaba con cada caricia. Su pija ahogaba mis gemidos. "Quiero que me sigas chupando la cola como hoy", le dije sacándome la pija de la boca, y volviéndola a meter. "Solo chupar?" me preguntó. Me detuve. Me senté nuevamente, lo miré y le dije: "No. Haceme la cola. Es todo tuyo hoy". Se levantó el pantalón y encaramos para el hotel más cercano.
En la recepción pidió algo para tomar, y un lubricante. Se me aflojaron las piernas cuando lo pidió. Entramos a la habitación, menos calientes que a la tarde, pero aún con muchas ganas. Me acosté boca arriba, pero ya de entrada me dio vuelta. Puso un par de almohadas bajo mi panza y me sacó el pantalón. Empezó a jugar con mi tanguita, pasando sus dedos por los bordes. Con los dientes la fue bajando, hasta dejarme en bolas.
Primero, fue su lengua la que recorrió mi culito de arriba a abajo. Cuando lo dejó bien húmedo, pasaba sus dedos haciendo círculos en mi ano que se dilataba cada vez que los sentía cerca. Dejé escapar un suspiro cuando sentí la puntita de uno de sus dedos meterse. Agarré fuerte las sábanas y cerré mis ojos. Un chorro de lubricante cayó sobre mi cola. El frío del líquido con lo caliente de mi piel me hizo estremecer.
Ahora, era todo juego con los dedos. No se detuvo hasta tener 3 dedos abriendo mi cola.
- Me trajiste acá solo para romperme el culo? - le pregunté entre gemidos
- Si, putita... algún problema?
- No... Metela - dije, casi susurrando
- Queé?
- Que la metas - llegué a decir más fuerte
- Que cosa - me respondía mientras seguía escarbando con los 3 dedos clavados en mi
- La pija... TU pija
- Extrañás mi pija en tu colita? sus dedos no paraban de penetrarme
- Ayyy siii no sabés como la extraño!
- Qué tenés que decir para tenerla.
- Ayyy no seas hijo de puta, estoy re caliente!!! Dale metemela por favor, rompeme el culoo!!!
Christian se acomodó arriba mío, y sentí la cabeza de su pija empujar en mi ano ya dilatado por sus dedos. "Al fondoo!" gritaba yo mientras él cuidadosamente iba enterrando todo su pedazo de carne dentro mío. Cuando llegó, sentí su cuerpo chocar contra mi cola. Christian arrancó la culearme, primero despacio, pero con embestidas firmes y duras. Luego, empezó a agregarle velocidad.
Yo ya estaba acomodada en 4 con la cola totalmente parada, expuesta y abierta a los deseos de mi macho, que no se detenía ni un segundo. Me dejé caer apoyándome en un hombro para poder llevar una mano a mi concha y pajearme mientras él me seguía castigando por la cola.
Me masturbé tocando mi clítoris y metiéndome un dedo en mi concha empapada. Extrañé por un instante esos tríos donde me cogían por todos lados. Fue demasiado. Se me cruzaron por la cabeza varias de esas situaciones y acabé pegando un alarido que se sintió en todo el hotel. Casi al mismo tiempo, Christian sacó la pija de mi cola y acabó en mis nalgas. Aun tenía mucha leche guardada el guacho.
Nos bañamos juntos, nos acostamos un rato. Ahora si, tardó un poco más en que se le pare de nuevo, pero me dejó con las patitas temblando de la chupada de concha que me dio. Luego, fue mi turno y se la chupé hasta dejarla dura como una roca.
En medio del polvo, llamaron para informar que se había terminado el turno. Con la voz entrecortada, Christian le dijo que iba a pedir otro más. Colgó y me siguió cogiendo. Cuando nos dimos cuenta, estábamos por empezar a coger de nuevo. Llamó a la recepción y le dijo que nos íbamos a quedar toda la noche.
Lo abracé y lo besé, mientras le pajeaba la pija. "Mmmm ya está lista para otra vuelta?" le dije mientras recorría el tronco con la punta de mis dedos. Él me miró y asintió. Me di vuelta y me puse en 4, paré mi cola y le dije: "Bueno, dale... pero arranquemos por la cola de nuevo".
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La historia completa:
#0 Mis 50 sombras
#1 Sometida y entregada
#2 Pagando deudas
#3 Atame y haceme tuya
#4 Suplicando que me hagan la cola
#5 Sacandome las ganas acumuladas
#6 La mucamita
#7 Recibiendo regalos navideños
#8 Festejando San Valentín
#10 Nena con juguete nuevo
#11 Hasta el eXtremo
#12 Porno Star
#13 Esclava y sumisa
#14 Disfrutando el mundial
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Indice
31 comentarios - #9 Polvazo inesperado, con algo de morbo
gracias por pasar!
gracias por pasar!
Además bien escrito, lo cual hace que me guste más.
Besos y puntos.
gracias pasar!
Dejo puntos
Van diez puntos
Nannananna, hermoso!! Sublime!! Gracias por tanto Juli!
Como me encanta hacerle esto a las chicas, es una delicia!!
Muy buen relato como siempre amiga...FELICITACIONES!! 👏 👏 +10
Besitos linda 💋
LEO
gracias por pasar!
Besitos linda!!💋
La hermana no andara necesitando algo de eso tambien? jajaja
Gracias por volver 🙂
gracias por pasar!