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Diversion en familia parte 3

Parte 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/2960126/Diversion-en-familia.html
Parte 2: http://www.poringa.net/posts/relatos/2963231/Diversion-en-familia-parte-2.html

Esa noche, mamá y papá salieron en una cita "especial". Por el
gran guiño que ella me hizo cuando se fueron, supe que mamá iba a comentarle de
los "acontecimientos". Eso nos dejó a Sofi y a mí en casa solos, y ahora que mis
pensamientos se encaminaban al el sexo intrafamiliar, empecé a evaluar mis posibildades
de hacerlo con mi hermana.
Sabía que ella estaba caliente por mí, pero su naturaleza la llevaria a rechazar cualquier
avance manifiesto que yo hiciera. Sofía y yo siempre habíamos tenido una fuerte
rivalidad de hermanos y, aunque nos queríamos, rara vez rechazábamos la oportunidad de darnos
unos empujones.
"Pensamiento lateral es lo que hace falta acá", me dije.
Me decidí por la táctica más antigua del mundo: canalizar la rivalidad en un desafío "strip-".
strip-poker, strip-loquesea, ese tipo de cosas. Una vez que nos hubiéramos sacado algo de ropa,
tal vez podríamos perder algunas inhibiciones también...
Pero esta trampa sólo funciona cuando la presa está tan ansiosa por desnudarse como el cazador,
como había aprendido en la escuela, pero estaba bastante seguro de mi presa en este caso.
"¡Eh!" Le dije: "Queres perder en un juego de pool?
"Gracias por la oferta" replicó dulcemente desde arriba, "pero tengo una mejor."
"Tengo una cita", anunció mientras bajaba las escaleras. Yo estaba asombrado.
Si su minifalda de jean hubiera estado más alta tendría que haber sido un sombrero.
Y si la parte superior del top debajo de la campera era hubiera estado mas baja, tendría que ser
una media. Su cabello rojo normalmente desaliñado se alzaba en brillante alrededor de su cabeza,
enmarcando un rostro resaltado por los labios rosados ​​que decían "Andate a la mierda" sin moverse.
"¿Quién es la víctima?" dije sin mucha convicción.
"Jorge", dijo, "el capitán del equipo de fútbol del colegio".
"Ah, sí, es un tonto que no juega tan bien, de lo contrario él estaría en una buena escuela."
"Estás celoso", dijo ella.
"¿¿De vos??"
"De él", dijo, con un extraño énfasis en su voz.
Afuera sonó una bocina.
"Hasta luego, mandale saludos a Manuela."
Diez en punto: hay 7 millones de historias en la ciudad, y yo no era una de ellas.
Si, estaba desnudo, pero estaba solo. Mamá llamó desde el restaurante para decir que ella y papá estaban
saliendo a tomar un café. Mi hermana estaba con algún neanderthal.
Por La forma en que estaba vestida estaba seguro de que ya estaría garchando. Todo lo que tenía era
una serie en television y un par de cervezas.
Por lo menos estaban frías.
Once y veinte: la puerta se cerró de golpe, sacudiéndome de un leve sueño.
Todavía estaba desnudo, pero ya no estaba solo. "¡HOMBRES!, gritó Sofi volando por las escaleras.
Me acerqué a ella. "¿Qué?", pregunté, "¿qué hicimos ahora?"
Ella se dio vuelta en la puerta de su dormitorio. Un lado de su top estaba caído, exhibiendo
una teta redonda, pesada, coronada por un pezón rojo brillante.
Su lápiz de labios estaba corrido y su cabello revuelto. "¿Trató de violarte?", le grité,
"¡Lo voy a matar al hijo de puta!"
Pero estaba muy equivocado...
"¡No, no, boludo!", me gritó, "¡Yo lo quería!."
"¿Pero entonces cual es tu problema?."
"¡Que el idiota termino en 10 segundos, y yo todavia estoy caliente!."
Me empecé a reir. Ahi estaba la putita en una cita, regalada...
Mientras me reía noté que no se reía. Ni estaba maldiciendo. De hecho, no hacía nada más que mirar fijamente.
Mirandome fijamente, ¡Yo todavía estaba desnudo! Y ahí estaba Sofía, medio desnuda, lamiéndose Sus labios y mirandome la...
BOINNNGGG !!!!!
"Guau" suspiró, "Lindo pedazo tenés ahí Nico."
"Y dura bastante más de 10 segundos", no pude evitar el comentario.
"Seguro que sí", dijo, medio para sí misma. "¿Puedo tocarlo?"
¿Que si podía tocarlo? ¿Qué le iba a decir, que no?!
No dije nada. Me limité a tomar su mano y la invité a arrodillarse.
La guié hacia mi pija y la dejé allí para que se arregle sola. Ella lo sostuvo por un rato, luego lo
acarició ligeramente con una dedo.
"Sabía que sería grande", dijo, "simplemente lo sabía".
Por extraño que parezca, antes de ese día Sofía y yo no nos veíamos desnudos en años. Ella tenía su propio baño fuera de su dormitorio, y nunca se había presentado la oportunidad de espiarla.
Del mismo modo, aunque ella había mirado de reojo mi bulto en el pasado, este fue su primer vista al natural.
La forma en que lo acariciaba, sin embargo, pronto la entusiasmó.
No queriendo perder la oportunidad y terminar en ese momento, me aparté y la puse de pie. "Eh, que todavía
no terminé con vos", dijo haciendo pucheros.
"No, por supuesto, hermanita", dije, "ni te imaginás."
Tomándola de la mano, la llevé a su dormitorio. Como de costumbre era un desorden, pero al menos la cama estaba hecha y relativamente acomodada. La di vuelta, la tomé por los hombros y la besé profundamente, sintiendo primero su lápiz de labios en los mios, saboreándolo con mi lengua, sondeando profundamente en su boca. Nuestras lenguas se entrelazaban en un profundo beso.
Con los labios todavía pegados, empujé la campera de sus hombros, luego tiré del top hacia abajo hasta que su pecho derecho se liberó. Mis manos rodearon esas tetas, apretando, pellizcando los pezones. Tal como mamá supuso que el tamaño de mi pija era heredado de ella, estoy seguro que las tetas de Sofía vinieron del lado de papá, igual que su pelo rojo. la madre de mi papá había tenido el pelo rojo, pero era difícil de decir lo de las tetas porque la abuela estaba gorda por todos lados.
La pausa desde el vestíbulo hasta el dormitorio había me había calmado un poco, y yo estaba listo para la acción de nuevo.
Mis manos se deslizaron hasta que su minifalda y debajo de esta, donde su bombachita blanca de algodón esperaba ser
removida. Su entrepierna estaba empapada por mis atenciones y, supongo también, por los de Jorge. Mientras trataba de llegar a su cintura, Sofi me detuvo y se retiró.
Mi decepción duró una fracción de segundo, ya que vi aliviado como ella desabrochó el lado su minifalda y la dejó caer al suelo.
También se quitó el top de su vientre y se sacó la bombacha. Ahora estaba tan desnuda como yo, y era realmente un espectáculo maravilloso de contemplar.
Ella me rodeó, puso sus manos alrededor de mi cuello y me atrajo hacia abajo, encima de ella en la cama. Nos besamos profundamente de nuevo, luego me fui moviendo hacia abajo por su cuello, y pase algún tiempo en sus pechos, lamiendo y chupando esos maravillosos pezones. Me puse de nuevo en movimiento, empezando a besar su vientre camino a su conchacuando ella de repente tiró de mi cabeza hacia atrás y me besó.
"Ahora no, hermanito", dijo con ternura, "yo ya estoy lista, te necesito dentro de mi ahora."
"Claro", dije. Levanté mis caderas mientras apoyaba las rodillas, la cabeza de mi pija contra su concha, listo para entrar.
Dejó caer una mano, apretó mi poronga y la guió hacia su concha húmeda y caliente.
Ambos gemimos profundamente mientras me hundía hasta el fondo. Fue el desenlace de la atracción que se había estado construyendo desde la adolescencia.
Por un momento nos quedamos inmóviles, y pude sentir sus músculos estirándose y relajándose alrededor de mí acostumbrándose a mi tamaño. Entonces, con un estremecimiento, me detuve y comencé a coger a mi hermana con movimientos lentos, profundos y largos.
"Oh, sí,", suspiró "sí. Cogéme. Profundo. Si."
Ella igualó su ritmo con el mío, la intensidad del movimiento proporcional a la de su placer. Empezamos a movernos más rápido, empezó a hablar más rápido.
"Sí ... sí ... Oh ... Sí ... SI... AHH..."
Esto continuó durante unos 15 minutos, momento en el que yo estaba pistoneando cada vez con más fuerza.
Ya los dos estábamos al borde del orgasmo, la cabeza de Sofi moviéndose de una lado a otro, su cabellera azotando hacia atrás y delante sobre la almohada. Sus pechos se movían y sacudían con cada arremetida.
Finalmente con un espasmo, sentí que me venía, y agregué mi voz a la suya, "Oh, si Sofi, estoy por acabar!"
Su letanía iba in crescendo con la mía "¡Si! ¡Si! ¡Acabo! ¡Si!"
¡Oleadas elécticas recorrieron nuestros cuerpos! Disparé chorro tras chorro de semen dentro de ella, gruñendo con cada uno.
Finalmente Sofi se quedo sin voz, rodó la cabeza hacia adelante y hacia atrás, lanzando silenciosos gemidos de éxtasis. Con un último gran estremecimiento y un suspiro pesado, me desprendí de ella y comencé a relajarme y quedarme sueño.
Con un último suspiro, más enfático que el resto de los sonidos, Sofi se acurrucó y nos quedamos dormidos.
Una luz apuñaló mis ojos, despertándome rudamente. Sin embargo mi enojo duró poco, cuando oí la voz de mi mamá sonar a través de la habitación... "Bueno, ¿pero qué tenemos acá?

Continuará...

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