Lima, está siendo azotada por huaycos, Chosica y Huachipa la están pasando mal y no dejo de pensar si después de que todo acabe el prostíbulo LAS CONEJAS seguirá estando en su lugar, ¡pobres conejas!
Mi coneja, recuerdo cuando la vi por primera vez, le echamos el ojo yo y un compañero mío. Yo no aguante más y me acerque, no soy de hablar con las mujeres, soy tonto para eso; pero ese día estaba inspirado y casi corrí a donde estaba, acompañada de dos amigas, no me importo y mirándole a los ojos pregunte: "amiga, ¿a haces anal?". Sonrió y mientras las demás se reían dijo: "si cariño, pero no eres muy pequeño para esto, no quieres que te lea un cuento; te cobro menos. ¿Vienes?".
Sonreí y entre a su cuarto, tenía el cabello largo color negro, la nariz respingada que acompañaba esos dos ojos color café claro, y mientras bajaba la vista esos dos senos que no cabían en una mano daban una previa a lo que tenía más abajo.
- primero te pongo el pre y te la chupo - sonreía mientras se recogía el cabello.
- yo creo que primero te pago como para que te motives.
Ya estaba sin ropa y recostado sobre la cama, abrió la boca, parecía que quería rascarse el cerebro con mi miembro, no sabía que cara poner.
- quiero tocarte, ¿puedo?
No respondió y me puso el culo en la cara, olía rico. Le besaba las nalgas, las apretaba y me las sobaba con la cara. Tiene un trasero descomunal, es muy grande, creo hay más carne en una de sus nalgas que en todo mi cuerpo; su piel blanca hacia resaltar ese aro de carne marrón que se escondía ligeramente entre esos dos globos de carne que mientras los separaba quedaba boquiabierto como queriendo pronunciar la vocal "o".
- eres tímido verdad, nunca has tenido a una chica así - se reía.
- la verdad, no - estaba avergonzado.
- no tengas miedo, eso parece una boca pero no muerde - se recogía el cabello y se tragaba otra vez mi entrepierna.
Quiza hice mal pero escupí en mis dedos y sumergí uno dentro ese anillo amarronado, bruscamente sumergí el otro; que agujero tan suave, caliente y húmedo por mi saliva, los sumergí aún más.
- ¡au! - gritó - usa el lubricante almenos
- está bien - cogí el frasco que estaba a mi costado, embarre mis dedos y seguí jugando con su ano.
Para cuando cambiamos de pose yo estaba muy emocionado, la vi en cuatro, esa pequeña boca semiabierta entre sus nalgas, quería que se abra más. Separe sus nalgas y poco a poco nos hicimos uno.
-soy tu perra - gritaba - mételo mas
-sepárate las nalgas - le dije - quiero ver cómo queda abierto
-papi mira mi huequito - mientras estiraba su culo
Cambiamos a misionero, sentía su aliento, mi mirada se perdía en sus ojos mientras mis manos sujetan su cabello, el reloj marcaba las 23:00pm y mientras caía otro huayco en quién sabe dónde le dije "te quiero".
Su cuerpo se puso duro, mi pene ya no entraba con tanta facilidad en su culo, pero igual, yo no dejaba de moverme. Sujetó mi cabeza me miro a los ojos y dijo "bésame que esta noche yo también te quiero".
Al terminar la sesión de todas maneras me cobro y mientras me miraba coqueta se acomodaba el hilo, me dijo "alégrate, te dado el servicio premiun y no te cobre de más".
Mi coneja, recuerdo cuando la vi por primera vez, le echamos el ojo yo y un compañero mío. Yo no aguante más y me acerque, no soy de hablar con las mujeres, soy tonto para eso; pero ese día estaba inspirado y casi corrí a donde estaba, acompañada de dos amigas, no me importo y mirándole a los ojos pregunte: "amiga, ¿a haces anal?". Sonrió y mientras las demás se reían dijo: "si cariño, pero no eres muy pequeño para esto, no quieres que te lea un cuento; te cobro menos. ¿Vienes?".
Sonreí y entre a su cuarto, tenía el cabello largo color negro, la nariz respingada que acompañaba esos dos ojos color café claro, y mientras bajaba la vista esos dos senos que no cabían en una mano daban una previa a lo que tenía más abajo.
- primero te pongo el pre y te la chupo - sonreía mientras se recogía el cabello.
- yo creo que primero te pago como para que te motives.
Ya estaba sin ropa y recostado sobre la cama, abrió la boca, parecía que quería rascarse el cerebro con mi miembro, no sabía que cara poner.
- quiero tocarte, ¿puedo?
No respondió y me puso el culo en la cara, olía rico. Le besaba las nalgas, las apretaba y me las sobaba con la cara. Tiene un trasero descomunal, es muy grande, creo hay más carne en una de sus nalgas que en todo mi cuerpo; su piel blanca hacia resaltar ese aro de carne marrón que se escondía ligeramente entre esos dos globos de carne que mientras los separaba quedaba boquiabierto como queriendo pronunciar la vocal "o".
- eres tímido verdad, nunca has tenido a una chica así - se reía.
- la verdad, no - estaba avergonzado.
- no tengas miedo, eso parece una boca pero no muerde - se recogía el cabello y se tragaba otra vez mi entrepierna.
Quiza hice mal pero escupí en mis dedos y sumergí uno dentro ese anillo amarronado, bruscamente sumergí el otro; que agujero tan suave, caliente y húmedo por mi saliva, los sumergí aún más.
- ¡au! - gritó - usa el lubricante almenos
- está bien - cogí el frasco que estaba a mi costado, embarre mis dedos y seguí jugando con su ano.
Para cuando cambiamos de pose yo estaba muy emocionado, la vi en cuatro, esa pequeña boca semiabierta entre sus nalgas, quería que se abra más. Separe sus nalgas y poco a poco nos hicimos uno.
-soy tu perra - gritaba - mételo mas
-sepárate las nalgas - le dije - quiero ver cómo queda abierto
-papi mira mi huequito - mientras estiraba su culo
Cambiamos a misionero, sentía su aliento, mi mirada se perdía en sus ojos mientras mis manos sujetan su cabello, el reloj marcaba las 23:00pm y mientras caía otro huayco en quién sabe dónde le dije "te quiero".
Su cuerpo se puso duro, mi pene ya no entraba con tanta facilidad en su culo, pero igual, yo no dejaba de moverme. Sujetó mi cabeza me miro a los ojos y dijo "bésame que esta noche yo también te quiero".
Al terminar la sesión de todas maneras me cobro y mientras me miraba coqueta se acomodaba el hilo, me dijo "alégrate, te dado el servicio premiun y no te cobre de más".
0 comentarios - Me enamore de una puta