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Compendio II
😏
“Oye, mi amor, ¿Qué debería hacer yo para poder empezar a trabajar aquí?” le pregunté, sentándome sobre sus piernas, súper regalona.
“No sé, Marisol. No soy de ese tipo de jefes. Las contrataciones las ve recursos humanos…” me respondió él, súper honesto…
😃
¡Me dio un poquito de risa, porque no me estaba entendiendo el juego!
Y me puse más coquetona, jugando con su corbata y acercándome más a su carita…
“Pero si tú tuvieras que hacer eso. Si tú, mi amor, tuvieras que contratarme, ¿Cómo lo harías?”
Él puso esa carita tierna, bien pensativa…
😍
“No sé. Creo que tendría que evaluarte…”
“¿Y cómo me evaluarías?” le pregunté, jugando con su pelito y dándole besitos en la mejilla.
“Yo creo que tendría que tomarte exámenes, para ver tus habilidades…” me respondió, con mucha honestidad.
Ahí, yo vi mi oportunidad…
😈
Le tomé de su corbatita, súper coqueta, así como me iba a comérmelo rico a besos y con la voz más putita que pude sacar, le pregunté, bien despacito…
“¿Y no te podría dar un “examen oral”?... porque yo, en lo más hábil que soy, es con mi boca…”
Él, como que tragó seco… y yo, pues bien contenta, por ver su carita así de preocupada…
😰
“¿Te gustaría… darme un “examen oral”…?” preguntó, recién empezándome a entender el juego.
Su cosita se iba poniendo bien rapidito, durita en mis manos…
“Sí, mi amor. Tú sabes lo mucho que me encantan ese tipo de exámenes…”
😘
Lo empecé a besar, bien suavecito y a masturbarlo de a poquito, por encima del pantalón…
Lo más rico era que parecía no parar ni de crecer ni de endurecerse…
Aparte que a él, se le ponían los ojitos en blanco y yo no me podía sentir más contenta.
“¡Lo siento, mi amor, pero ya no me aguanto! ¡Por favor, chúpamela un poquito! ¿Quieres?”
😏
Empezaba mi “entrevista de trabajo”…
Y vaya trabajito que me esperaba…
😅
No sé si era porque me había puesto de rodillas, a sus pies o porque él estaba súper excitado…
Pero cuando se bajó sus pantalones y calzoncillos, su cosota se veía enorme…
😱
Y yo me considero una esposa bien, pero bien satisfecha, porque mi marido, por las mañanas, me da bastante para tragar…
Porque sus bolitas crecen al porte de unas naranjas enormes y su cosota se para y se pone dura, con unas tremendas venas, tomando el porte y grosor parecido a las mamaderas de mis peques…
Por eso, me encanta chupársela tanto… 😉
😋
Y ahí, me llegaba ese olorcito rico, como a fiambre, que me bajaba un hambre tremenda, que ni me acordaba del ramen que me comí…
Entonces, se la agarré con las 2 manos y lo empecé a masturbar…
😫
A él le encantaba, porque empezó a suspirar bien despacio y es algo que no se lo hago tanto, tanto…
Es que como les digo, yo prefiero usar más mi boca, para no perder el sabor de su rico juguito…
“¡Ay, mi amor, qué rico!” me decía él, súper agradecido…
😆
Pero yo pensé que como era una entrevista de trabajo, no tenía que darle la misma mamada que le doy casi todas las mañanas…
Porque una tiene que esforzarse, para mostrar lo mejor de una misma, ¿No?
😈
Así que empecé a chuparle más sus enormes bolitas y dándole besitos por los costados, cosa que no hago todas las veces y que a él parecía volverle loquito, mientras que lo miraba con mi carita más putita y calentona, pasándole la lengua por la puntita…
😛
¡Estaba riquísima!
La encontré hasta como con sabor a pollo…
XD
Y el olorcito, pues me estaba volviendo loca…
Porque se veía tan pegajosa e imponente, que nada…
Me bajaba toda el hambre.
XD
😩 😲 😩 😲
Me la empecé a acomodar, bien despacito en mi boca…
Y su juguito, tiene un sabor estupendo…
🤤
Como dice su jefa, la madre de Bastían, “Tiene un saborcito a sopa, muy rico”…
Y es que es la verdad.
Cuando lo desayuno a él por las mañanas, no me da hambre, de lo espesa que es y aguanto de lo más bien hasta el mediodía, sin tomar desayuno…
Y como es rosadita, grande y súper brillosita, pues parece como un tremendo salchichón…
😆
Pero lo que más me gusta son las cositas que me dice cuando se la chupo…
“¡Sí, mi vida! ¡Chupa más! ¡Por favor! ¡Ay, lindísima! ¡Con esa boquita tan suave y tierna me besas!”
Y lo más rico, es que me hace cariñito en la cabeza…
XD
Pero yo quería volverlo loco esa tarde, así que mientras subía y le bajaba, usando solo la cabeza, me desabrochaba la camisa con mis manos…
Cuando quedé con el sostén afuera y él cerraba los ojitos para aguantar más, le pregunté…
“Mi amor, ¿Lo estoy haciendo bien?”
“¡Sí, mi vida! ¡Lo estás haciendo excelente!” me respondió, respirando súper agitado…
“Porque puedo hacerlo todavía mejor…”
😋
Y ahí, hice uso de mis “súper pechugas”, enganchando su palote entre medio de ellas, pero sin sacarme el sostén…
¡Hubiesen oído el suspirito que se pegó él!
XD
Y su pene es súper atrevido…
Porque aunque era uno de mis ataques especiales, que probaba por primera vez, no se ahogaba para nada entre ellos y la puntita seguía subiendo y bajando, sin parar, tentándome todavía como un pegajosito helado de carne, que quería ser probado…
Lógico que una guerrera de la luna como yo, tenía que frenarlo, usando la única herramienta a mi disposición…
😩 😖 😩 😖
“¡Ay, mi amor! ¡Qué boquita tienes! ¿Tenías hambre, mi linda? Y tus pechitos están tan suaves…”
Yo tragaba bocanadas, prendida a morir… y me sentía recontra puta.
A lo mejor, deben creer que estoy loca, pero quería ver qué tan rápido podía hacerle acabar…
Y es que claro, mi marido, en esas cosas, no tiene problemas, porque puedo pasar unos 20 minutos chupándosela y todavía se aguanta…
O como los domingos por la tarde, mientras dormimos la siesta, que yo uso su pene como chupete.
Y es que se lo he chupado tanto, tanto, tanto, que sé bien las partes que lo prenden al toque y si no las uso, es porque es más entretenido chupárselo un buen rato, ¿No?
😏
Así que le empecé a dar mordiscos despacio por los costados…
Unos apretones fuertes con mis brazos, para estrujársela re bien con mis pechos…
Y lo más importante de todo, atender esa cabecita grande y palpitante, del porte de una nuez, que ya empezaba a tiritar…
😫 😖 😫 😖
“¡Ay, mi amor! ¡Ay, mi amor! ¡Ya acabo! ¡Ya acabo! ¡Por favor, trágatela toda!”
Y ahí, tuve que combinar 2 de mis técnicas especiales…
La primera, mi “vacío de súper aspiradora”, que a mi marido definitivamente, le encanta y dice que no hay otra chica que se la chupe tan re bien como lo hago yo…
Y la segunda, la de mi “súper garganta profunda”, que es cuando me la trago hasta más allá de la campanilla…
Y bueno, su corrida es fenomenal…
💦
El primer chorro casi me ahoga, pero aun así, ni loca la solté de mi boca…
💦
El segundo, fue un poquito más despacio y me pegó en la garganta, súper ardiente…
💦
El tercero, fue un poquito más despacio y pude probar un poquito de su jugo con mi lengua…
💦
Y el cuarto, fue el más largo y relajado…
Aproveché de sacarlo de a poquito y rellenarme las mejillas con su leche…
😆
Sentía que su olorcito rico se salía hasta por dentro de mi nariz…
🙂
Y él, tranquilito, mirándome súuuuper contento…
La saqué debajo de mi sostén y todavía la veía parada y bien durita…
Aproveché de paladear su juguito otro poquito más…
“¿Para qué habré almorzado?” pensé, con ese tibiecito y rico consomé en la boca…
Y me lo tragué, como niña buena, para subir a sus brazos y besarlo…
“¿Te gustó, mi amor?” le pregunté, todavía tierna.
“¡Me encantó, mi vida!... pero yo todavía te tengo ganas…”
🤤 🤤 🤤
Cuando me dice esas cosas, algo dentro de mí fluye y fluye y crece, palpitando con sus palabras…
“¿Qué te parece si probamos los 2 ese silloncito de allá, mi vida?” me preguntó él, con esos ojitos brillantes, que hasta el día de hoy, no he aprendido a decirles que no…
😉
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2 comentarios - En su oficina… (II)