La continuación del relato "Encerrada con los albañiles"
http://www.poringa.net/posts/relatos/2961662/Encerrada-con-los-albaniles.html
El calor pasó a ser el segundo problema a partir de lo que pasó esa noche. Lo que soñé en realidad pero yo me sentía tan sucia como si hubiera pasado de verdad. De hecho no le dije nada a nadie sobre ese excitante sueño que tuve pensando en esos tres rústicos.
Tenía que sacarme eso de la cabeza. No podía pasar. No iba a pasar. Ya para mis padres era toda una deshonra que trabaje como promotora, siendo hija de un prestigioso médico y una abogada respetada. Sólo lo respetaban porque valoraban que quisiera tener mis propios ingresos sabiendo que no me faltaba nada de todos modos.
Pero no me imagino la reacción de mis padres y nuestros conocidos si se enteran que me meto con alguno de estos tipos que harían que cualquiera de ellos se crucen de calle por miedo. La verdad hasta a mi me costaba entender lo que estaba pasando. Si lo hubiera vivido como una pesadilla como parecía al principio hasta lo hubiera contado a mis amigos del complejo para reírnos pero no fue así, lo gocé
Lo mejor que podía hacer era dejar que los días pasaran, sin llamar la atención de los albañiles y cuando las reformas en la casa de los abuelitos terminara todo volvería a la normalidad. Esas ideas de meterme con esa clase de personajes desaparecería de mi mente y podría volver a centrar mi atención en los chicos del club de rugby amigos de Peter por ejemplo.
- Que pensás morocha? - me preguntó Peter que salió de la pileta y me encontró con cara pensativa
- Nada, me quedé colgada - le dije para no admitir mis pecaminosos deseos por esa gentuza
- Mirá ahí andan tus admiradores, los frikis - comentó mientras pasaban los trabajadores con unos baldes y unas maderas al hombro.
- Como te miran boluda! Son re paja los villeritos estos. En cualquier momento vienen a pasarte crema - se burlaba mi amigo. En algo tenía razón, los tipos no se molestaban en disimular. Me violaban con la vista.
Me empezó a dar mucho calor y no era por el sol esta vez. El corazón me latía fuerte y no podía sostenerles la mirada por miedo a que notaran algo. Suponía que si eso pasaba estaba perdida.
Para disimular, ya que entraban y salían cargando materiales, decidí meterme a la pile con Peter.
Le dije y nos metimos juntos. Creo que se dio cuenta de que lo estaba usando porque no se me alejaba dentro de la pileta. Aprovechó y en los movimientos de brazos aparentemente accidentales, me tocó un par de veces la cola. Como no quería que se note que era solo un amigo, no quise retarlo frente a los tipos esos
- Queres dejar de tocarme la cola? - le dije en voz muy baja
- Perdón, fue sin querer pasa que es difícil no chocarla, mirá lo que es - me responde el muy zarpado.
- No te hagas el vivo - le respondí aunque el comentario me provocó una sonrisa.
- Dale, si queres que sea tu noviecito para los grasas esos tengo que ser creíble - me dice sorprendiéndome. No creí que mi numerito fuera tan obvio
- Te dan miedo los villeritos Ivi? - Me pregunta, abrazándome de la cintura
- Me ponen un poco nerviosa, vos me pones un poco nerviosa ahora - le dije fingiendo una risa.
- Que te pone nerviosa? Lo que haga yo o lo que puedas hacer vos? - me dijo acercándose mucho a mi cara
Con el número de novios juguetones en el agua no hacía más que llamar más la atención de los marginales.
Incluso creí ver a uno tocarse el bulto mientras miraba para acá.
Debí haberme detenido viendo que causaba el efecto contrario a lo que había planeado pero no lo hice. Contrariamente a lo que debería haber hecho decidí llevar al juego un paso mas adelante.
Me abracé del cuello de mi amigo y le lleve sus dos manos a mi cola
- Así te parece más creíble - le pregunté con una sonrisa picara que me conoce bien
- Creo que esto va a funcionar mejor - me dijo me tomó de la nuca y me metió un beso mandándome la lengua hasta el fondo de la boca yo respondo al beso y nuestras lenguas juegan juntas un poco.
A mitad del beso me di cuenta de lo que estaba haciendo y lo empujé alejándome de él.
- No fue tan molo o si? - me pregunta al ver mi reacción.
- No te aproveches - le advertí agitada. Y salí de la pileta en búsqueda de mi toalla
Mi amigo salió detrás de mi. Estábamos llamando la atención más de lo que quería
- Para no te enojes, hagamos una cosa. Vamos a mi departamento y charlamos sin todo el morochaje mirándonos - me sugirió. Me pareció lo mejor antes de que los vecinos empiecen a comentar.
Nos secamos un poco y entramos. Esperabamos el ascensor y cuando se abrió, 2 de los albañiles venían bajando. Me asusté un poco ya que como estaba mojada iba en bikini con la ropa en la mano. Así que me pegué a Peter, que entendió todo y me abrazó.
Los dos pasaron y pude ver en el espejo del ascensor como se dieron vuelta para mirarme de atrás.
- Viste lo que son? - le dije indignada a mi amigo
- Vos viste lo que es eso? - me dice señalándome el espejo
- Esos crotos no suelen tener una mina con un lomo como el tuyo más que en fotos - me trataba de explicar
Llegamos al departamento de mi amigo, en el tercer piso y entramos rápido
- Hay alguno que te guste? - me preguntó mientras tomaba un vaso de jugo
- No. Como me van a gustar? - le dije haciéndome la ofendida mientras lo seguía a la cocina.
- Andas rara Ivana, no soy tan tonto, te conozco - me insistía
No podía confesar mi sueño ni el deseo que me producían esos tipos.
- Porque podes confiar en m... - intentó insistir con el tema pero antes de que termine de hablar lo interrumpí con un beso. No cualquier beso, un beso intenso, húmedo, con la lengua entrando sugerente pero no tanto, como para que retome él la iniciativa. Me alejé unos centímetros y me quedé mirándolo a los ojos. No tardó nada en volver a besarme.
Crucé mis manos detras de su cuello y él me agarró fuerte de la cola y me levantó poniéndome sobre la mesada. Lo abracé con mis piernas de la cintura y con mis dedos recorría su espalda, que como buen jugador de rugby es amplia y fuerte. Nos besabamos cada vez con más pasión, nuestras bocas cada vez más abiertas y nuestras lenguas cada vez mas activas. Sentí sus manos subir por mi espalda y desatar mi bikini
En seguida nuestro beso se cortó y él bajo desesperado para encontrar mis pechos desnudos. Los apretaba entre sus grandes manos y empezó a dar largas lamidas sobre mis pezones que se endurecían con cada contacto. Ya no había marcha atrás. Tire del cordón de su traje de baño y lo abrí metiendo mis manos y tomando su pija totalmente erecta. Era la primera vez que agarraba la pija de mi atrevido vecino.
La sentí entre mis dedos dura y húmeda. Lo empecé a masturbar lentamente y veía como como disfrutaba del movimiento de mi mano. Me lamí la palma de la otra mano y acariciaba la punta de ese cargado pedazo. Se bajó el bañador hasta las rodillas y movió su cabeza hacia abajo como indicándome que baje. La verdad a esa altura de tanto acariciarla ya me habían dado ganas de chupar así que me arrodillé frente a él y la envolví entre mis labios.
Mi lengua rozaba cada rincón de la redonda e hinchada punta de su pija. Lo mantuve así delirando de placer y deseoso de meterla más durante un buen rato. Sentía como todo su cuerpo se estremecía con el recorrido de mi lengua. De pronto puso su mano en mi cabeza y me di cuenta de que iba a tomar el control.
Afirmado fuertemente de mi cabeza empujó su verga hasta mi garganta ahogándome por primera vez.
Mi arcada al parecer lo excitó bastante como la sensación de su pija abriéndose camino en el fondo de mi boca. La mantuvo un momento así. Sentía sus huevos apretados contra mi cara. Seguramente alguno de los amigos suyos con los que tuve sexo le habló de mi habilidad para el sexo oral porque lo disfrutaba como quien espera ansioso algo y al fin lo prueba.
Finalmente aflojó y la sacó de mi boca. Una buena cantidad de saliva y líquidos pre seminales salieron de mi boca mientras tosía. Lo miré con los ojos llorosos y la volví a meter a mi boca. La trague completa otra vez pero ahora a mi ritmo. Movía la cabeza y acariciaba el inferior de esa verga jugosa con mi lengua. Sin duda era más placentero que la tosca embestida que probó al principio.
Todo su cuerpo me decía que lo estaba gozando en grande. Tanto que volvió a subirme a la mesada y me arrancó la tanga del bikini desesperado. Se mojó los dedos para pasarlos por mi concha y para su sorpresa ya estaba totalmente húmeda. No lo pensó dos veces. Supongo que temía que me arrepintiera.
Totalmente apurado y excitado se acomodó y comenzó a metermela . Estaba totalmente descontrolado, cuando sintió como su pija entraba en mi y yo estaba como una fiera en celo en ese momento. Con todo el estimulo previo, lo besaba y clavaba mis uñas en su espalda. Sentía como sus embestidas eran cada vez más fuertes y más rápidas.
Me estaba cogiendo uno de mis mejores amigos con las ansias con las que me hubiera cogido a...
No sabía como terminar esa frase, lo cierto es que como si hubiera leído mi mente Peter dijo
- Mira que trola que sos, ves como te calentaste con esos cabezas? - hablando de los albañiles
- No nada que ver - le seguía mintiendo y lo interrumpí con un beso de los más candentes.
Sentí como aceleró el bombeo animal sobre mi empapada concha. Esas pocas palabras me excitaron más.
- Si Ivi, pensá que soy uno de esos grasas que te estos dando entre las bolsas de cemento - me arengaba notando como me ponía de caliente cada vez que los nombraba.
- Sos un hijo de puta - le respondí mientras mi cadera instintivamente se movía al ritmo de la suya, dándole toda la razón.
Me tiré toda sobre la mesada y mi espalda sudada quedó totalmente acostada sobre el frió mármol.
Peter se dio cuenta de que estaba al borde del orgasmo. Me veía como apretaba mis pechos rendida al placer y decidió que ese orgasmo tenía que ser suyo. Se afirmó de mi cintura y con todas sus fuerzas empezó a darme como un bestia.
No pude contenerme más me agarré con fuerza de la mesada y di un fuerte grito al alcanzar
ese delicioso orgasmo. Mi cuerpo se sacudió por completo y luego quedé rendida, mojada por completo.
Peter disfrutó cada instante de su obra pero no quiso quedarse ahí.
- Veni morocha, te portaste muy bien ahora solo te falta tomar la leche - me avisó
Me giró en la amplia mesada, así recostada como estaba y mi cabeza quedó colgando
Se afirmó con sus dos manos de mis mejillas y empezó a meter su pija en mi boca con la velocidad frenética con la que me cogía unos segundos atrás. Podía sentir como su pija entraba por mi garganta.
De golpe se agarró de mis tetas y sin siquiera avisar comenzó a brotar la caliente leche en mi garganta.
No eran los litros del sueño que tuve pero era realmente bastante. Tuve que tragar varias veces.
Escuchaba los gemidos ya que por mi posición no podía ver mucho. La sacó de mi boca, un poco de semen mezclado con mi saliva, salió recorriendo toda mi mejilla.
Me limpié con un trapo que había por ahí. Nos miramos unos segundos y ninguno dijo nada.
- Voy al baño a limpiarme bien - le dije para cortar ese silencio y él todavía jadeando por la
acabada me hizo la seña con las dos manos de que pase. Apenas salí del baño junté mis cosas para irme
- No digas nada de lo que pasó, al menos por ahora, puede ser? - le dije cuando estábamos en la puerta
- Nada de lo que hicimos o nada de tus fantasías con el gremio de la construcción - me dijo con tono burlón.
- Nada de nada, si queres que se repita - le dije riéndome y le metí un beso para convencerlo
Salí sin que nadie me vea y al llegar el ascensor agradecí que estuviera vacío.
Llegue a mi piso y la puerta del 6to B estaba abierta, adentro los morochos, como los llama Peter, estaban trabajando al ritmo de la cumbia. Uno de ellos se dio vuelta y notó que me había quedando mirando.
Me puse muy nerviosa y busqué las llaves en mi bolsito pero las saqué tan apurada que se me cayeron,
me agaché a buscarlas y escuché como dos o tres voces distintas decían por lo bajo
- Nooo! - al ver mi cola en bikini expuesta en pompa para ellos mientras recogía las llaves con mis manos temblorosas. Me paré y abrí la puerta desesperada y cuando miré de nuevo, y uno de esos tipos
estaba apoyado en el marco de la otra puerta viéndome con la camisa desabrochada y una mirada de depravado que me dio escalofríos.
Cerré la puerta. Mi corazón latía tan fuerte como en la previa del orgasmo y apreté bien mis piernas
La adrenalina que recorría todo mi cuerpo al tener cerca a esos sucios tipos era como una droga
Ya no lo podía negar, Peter tenía razón, me calentaban mucho esos grasas que tenía cruzando el pasillo.
No sabía como pero sabía que todo este deseo no podía quedar así, algo más iba a pasar...
Y si, otra vez, para saberlo tendrán que esperar la tercera parte jijiji
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El calor pasó a ser el segundo problema a partir de lo que pasó esa noche. Lo que soñé en realidad pero yo me sentía tan sucia como si hubiera pasado de verdad. De hecho no le dije nada a nadie sobre ese excitante sueño que tuve pensando en esos tres rústicos.
Tenía que sacarme eso de la cabeza. No podía pasar. No iba a pasar. Ya para mis padres era toda una deshonra que trabaje como promotora, siendo hija de un prestigioso médico y una abogada respetada. Sólo lo respetaban porque valoraban que quisiera tener mis propios ingresos sabiendo que no me faltaba nada de todos modos.
Pero no me imagino la reacción de mis padres y nuestros conocidos si se enteran que me meto con alguno de estos tipos que harían que cualquiera de ellos se crucen de calle por miedo. La verdad hasta a mi me costaba entender lo que estaba pasando. Si lo hubiera vivido como una pesadilla como parecía al principio hasta lo hubiera contado a mis amigos del complejo para reírnos pero no fue así, lo gocé
Lo mejor que podía hacer era dejar que los días pasaran, sin llamar la atención de los albañiles y cuando las reformas en la casa de los abuelitos terminara todo volvería a la normalidad. Esas ideas de meterme con esa clase de personajes desaparecería de mi mente y podría volver a centrar mi atención en los chicos del club de rugby amigos de Peter por ejemplo.
- Que pensás morocha? - me preguntó Peter que salió de la pileta y me encontró con cara pensativa
- Nada, me quedé colgada - le dije para no admitir mis pecaminosos deseos por esa gentuza
- Mirá ahí andan tus admiradores, los frikis - comentó mientras pasaban los trabajadores con unos baldes y unas maderas al hombro.
- Como te miran boluda! Son re paja los villeritos estos. En cualquier momento vienen a pasarte crema - se burlaba mi amigo. En algo tenía razón, los tipos no se molestaban en disimular. Me violaban con la vista.
Me empezó a dar mucho calor y no era por el sol esta vez. El corazón me latía fuerte y no podía sostenerles la mirada por miedo a que notaran algo. Suponía que si eso pasaba estaba perdida.
Para disimular, ya que entraban y salían cargando materiales, decidí meterme a la pile con Peter.
Le dije y nos metimos juntos. Creo que se dio cuenta de que lo estaba usando porque no se me alejaba dentro de la pileta. Aprovechó y en los movimientos de brazos aparentemente accidentales, me tocó un par de veces la cola. Como no quería que se note que era solo un amigo, no quise retarlo frente a los tipos esos
- Queres dejar de tocarme la cola? - le dije en voz muy baja
- Perdón, fue sin querer pasa que es difícil no chocarla, mirá lo que es - me responde el muy zarpado.
- No te hagas el vivo - le respondí aunque el comentario me provocó una sonrisa.
- Dale, si queres que sea tu noviecito para los grasas esos tengo que ser creíble - me dice sorprendiéndome. No creí que mi numerito fuera tan obvio
- Te dan miedo los villeritos Ivi? - Me pregunta, abrazándome de la cintura
- Me ponen un poco nerviosa, vos me pones un poco nerviosa ahora - le dije fingiendo una risa.
- Que te pone nerviosa? Lo que haga yo o lo que puedas hacer vos? - me dijo acercándose mucho a mi cara
Con el número de novios juguetones en el agua no hacía más que llamar más la atención de los marginales.
Incluso creí ver a uno tocarse el bulto mientras miraba para acá.
Debí haberme detenido viendo que causaba el efecto contrario a lo que había planeado pero no lo hice. Contrariamente a lo que debería haber hecho decidí llevar al juego un paso mas adelante.
Me abracé del cuello de mi amigo y le lleve sus dos manos a mi cola
- Así te parece más creíble - le pregunté con una sonrisa picara que me conoce bien
- Creo que esto va a funcionar mejor - me dijo me tomó de la nuca y me metió un beso mandándome la lengua hasta el fondo de la boca yo respondo al beso y nuestras lenguas juegan juntas un poco.
A mitad del beso me di cuenta de lo que estaba haciendo y lo empujé alejándome de él.
- No fue tan molo o si? - me pregunta al ver mi reacción.
- No te aproveches - le advertí agitada. Y salí de la pileta en búsqueda de mi toalla
Mi amigo salió detrás de mi. Estábamos llamando la atención más de lo que quería
- Para no te enojes, hagamos una cosa. Vamos a mi departamento y charlamos sin todo el morochaje mirándonos - me sugirió. Me pareció lo mejor antes de que los vecinos empiecen a comentar.
Nos secamos un poco y entramos. Esperabamos el ascensor y cuando se abrió, 2 de los albañiles venían bajando. Me asusté un poco ya que como estaba mojada iba en bikini con la ropa en la mano. Así que me pegué a Peter, que entendió todo y me abrazó.
Los dos pasaron y pude ver en el espejo del ascensor como se dieron vuelta para mirarme de atrás.
- Viste lo que son? - le dije indignada a mi amigo
- Vos viste lo que es eso? - me dice señalándome el espejo
- Esos crotos no suelen tener una mina con un lomo como el tuyo más que en fotos - me trataba de explicar
Llegamos al departamento de mi amigo, en el tercer piso y entramos rápido
- Hay alguno que te guste? - me preguntó mientras tomaba un vaso de jugo
- No. Como me van a gustar? - le dije haciéndome la ofendida mientras lo seguía a la cocina.
- Andas rara Ivana, no soy tan tonto, te conozco - me insistía
No podía confesar mi sueño ni el deseo que me producían esos tipos.
- Porque podes confiar en m... - intentó insistir con el tema pero antes de que termine de hablar lo interrumpí con un beso. No cualquier beso, un beso intenso, húmedo, con la lengua entrando sugerente pero no tanto, como para que retome él la iniciativa. Me alejé unos centímetros y me quedé mirándolo a los ojos. No tardó nada en volver a besarme.
Crucé mis manos detras de su cuello y él me agarró fuerte de la cola y me levantó poniéndome sobre la mesada. Lo abracé con mis piernas de la cintura y con mis dedos recorría su espalda, que como buen jugador de rugby es amplia y fuerte. Nos besabamos cada vez con más pasión, nuestras bocas cada vez más abiertas y nuestras lenguas cada vez mas activas. Sentí sus manos subir por mi espalda y desatar mi bikini
En seguida nuestro beso se cortó y él bajo desesperado para encontrar mis pechos desnudos. Los apretaba entre sus grandes manos y empezó a dar largas lamidas sobre mis pezones que se endurecían con cada contacto. Ya no había marcha atrás. Tire del cordón de su traje de baño y lo abrí metiendo mis manos y tomando su pija totalmente erecta. Era la primera vez que agarraba la pija de mi atrevido vecino.
La sentí entre mis dedos dura y húmeda. Lo empecé a masturbar lentamente y veía como como disfrutaba del movimiento de mi mano. Me lamí la palma de la otra mano y acariciaba la punta de ese cargado pedazo. Se bajó el bañador hasta las rodillas y movió su cabeza hacia abajo como indicándome que baje. La verdad a esa altura de tanto acariciarla ya me habían dado ganas de chupar así que me arrodillé frente a él y la envolví entre mis labios.
Mi lengua rozaba cada rincón de la redonda e hinchada punta de su pija. Lo mantuve así delirando de placer y deseoso de meterla más durante un buen rato. Sentía como todo su cuerpo se estremecía con el recorrido de mi lengua. De pronto puso su mano en mi cabeza y me di cuenta de que iba a tomar el control.
Afirmado fuertemente de mi cabeza empujó su verga hasta mi garganta ahogándome por primera vez.
Mi arcada al parecer lo excitó bastante como la sensación de su pija abriéndose camino en el fondo de mi boca. La mantuvo un momento así. Sentía sus huevos apretados contra mi cara. Seguramente alguno de los amigos suyos con los que tuve sexo le habló de mi habilidad para el sexo oral porque lo disfrutaba como quien espera ansioso algo y al fin lo prueba.
Finalmente aflojó y la sacó de mi boca. Una buena cantidad de saliva y líquidos pre seminales salieron de mi boca mientras tosía. Lo miré con los ojos llorosos y la volví a meter a mi boca. La trague completa otra vez pero ahora a mi ritmo. Movía la cabeza y acariciaba el inferior de esa verga jugosa con mi lengua. Sin duda era más placentero que la tosca embestida que probó al principio.
Todo su cuerpo me decía que lo estaba gozando en grande. Tanto que volvió a subirme a la mesada y me arrancó la tanga del bikini desesperado. Se mojó los dedos para pasarlos por mi concha y para su sorpresa ya estaba totalmente húmeda. No lo pensó dos veces. Supongo que temía que me arrepintiera.
Totalmente apurado y excitado se acomodó y comenzó a metermela . Estaba totalmente descontrolado, cuando sintió como su pija entraba en mi y yo estaba como una fiera en celo en ese momento. Con todo el estimulo previo, lo besaba y clavaba mis uñas en su espalda. Sentía como sus embestidas eran cada vez más fuertes y más rápidas.
Me estaba cogiendo uno de mis mejores amigos con las ansias con las que me hubiera cogido a...
No sabía como terminar esa frase, lo cierto es que como si hubiera leído mi mente Peter dijo
- Mira que trola que sos, ves como te calentaste con esos cabezas? - hablando de los albañiles
- No nada que ver - le seguía mintiendo y lo interrumpí con un beso de los más candentes.
Sentí como aceleró el bombeo animal sobre mi empapada concha. Esas pocas palabras me excitaron más.
- Si Ivi, pensá que soy uno de esos grasas que te estos dando entre las bolsas de cemento - me arengaba notando como me ponía de caliente cada vez que los nombraba.
- Sos un hijo de puta - le respondí mientras mi cadera instintivamente se movía al ritmo de la suya, dándole toda la razón.
Me tiré toda sobre la mesada y mi espalda sudada quedó totalmente acostada sobre el frió mármol.
Peter se dio cuenta de que estaba al borde del orgasmo. Me veía como apretaba mis pechos rendida al placer y decidió que ese orgasmo tenía que ser suyo. Se afirmó de mi cintura y con todas sus fuerzas empezó a darme como un bestia.
No pude contenerme más me agarré con fuerza de la mesada y di un fuerte grito al alcanzar
ese delicioso orgasmo. Mi cuerpo se sacudió por completo y luego quedé rendida, mojada por completo.
Peter disfrutó cada instante de su obra pero no quiso quedarse ahí.
- Veni morocha, te portaste muy bien ahora solo te falta tomar la leche - me avisó
Me giró en la amplia mesada, así recostada como estaba y mi cabeza quedó colgando
Se afirmó con sus dos manos de mis mejillas y empezó a meter su pija en mi boca con la velocidad frenética con la que me cogía unos segundos atrás. Podía sentir como su pija entraba por mi garganta.
De golpe se agarró de mis tetas y sin siquiera avisar comenzó a brotar la caliente leche en mi garganta.
No eran los litros del sueño que tuve pero era realmente bastante. Tuve que tragar varias veces.
Escuchaba los gemidos ya que por mi posición no podía ver mucho. La sacó de mi boca, un poco de semen mezclado con mi saliva, salió recorriendo toda mi mejilla.
Me limpié con un trapo que había por ahí. Nos miramos unos segundos y ninguno dijo nada.
- Voy al baño a limpiarme bien - le dije para cortar ese silencio y él todavía jadeando por la
acabada me hizo la seña con las dos manos de que pase. Apenas salí del baño junté mis cosas para irme
- No digas nada de lo que pasó, al menos por ahora, puede ser? - le dije cuando estábamos en la puerta
- Nada de lo que hicimos o nada de tus fantasías con el gremio de la construcción - me dijo con tono burlón.
- Nada de nada, si queres que se repita - le dije riéndome y le metí un beso para convencerlo
Salí sin que nadie me vea y al llegar el ascensor agradecí que estuviera vacío.
Llegue a mi piso y la puerta del 6to B estaba abierta, adentro los morochos, como los llama Peter, estaban trabajando al ritmo de la cumbia. Uno de ellos se dio vuelta y notó que me había quedando mirando.
Me puse muy nerviosa y busqué las llaves en mi bolsito pero las saqué tan apurada que se me cayeron,
me agaché a buscarlas y escuché como dos o tres voces distintas decían por lo bajo
- Nooo! - al ver mi cola en bikini expuesta en pompa para ellos mientras recogía las llaves con mis manos temblorosas. Me paré y abrí la puerta desesperada y cuando miré de nuevo, y uno de esos tipos
estaba apoyado en el marco de la otra puerta viéndome con la camisa desabrochada y una mirada de depravado que me dio escalofríos.
Cerré la puerta. Mi corazón latía tan fuerte como en la previa del orgasmo y apreté bien mis piernas
La adrenalina que recorría todo mi cuerpo al tener cerca a esos sucios tipos era como una droga
Ya no lo podía negar, Peter tenía razón, me calentaban mucho esos grasas que tenía cruzando el pasillo.
No sabía como pero sabía que todo este deseo no podía quedar así, algo más iba a pasar...
Y si, otra vez, para saberlo tendrán que esperar la tercera parte jijiji
11 comentarios - Encerrada con los albañiles 2
Son las 8 de la mañana, preparo el desayuno de las nenas y leo a hurtadillas.
Eso no impide sentir una punzada en el vientre, previo a la formación de una erección en el lugar y horario más inesperado.
Eso hace tu relato.
Me hacés acordar a una amiga muy cheta que tenía antojos parecidos, y se fue a un baile de La Mona en Forja de mini y tacos altos... terminó contra una pared con la cola llena de leche!!