Un sábado el verano pasado volví a casa después de un partido de tenis al mediodía y
encontré a mi mamá lavando su coche.
Con algo de culpa recordé que le había prometido hacer eso por ella antes del juego.
Corrí por el camino, dejé caer mis cosas y empecé a disculparme.
"Olvidate", dijo, "estoy bastante acostumbrada a tu cabeza vacía.
Honestamente, no sé cómo te va tan bien en la universidad."
Tomé una esponja y empecé a ayudarla. Era un día caluroso y húmedo y yo todavía tenía
puestos los pantalones cortos de nylon que había usado para jugar al tenis.
Me saqué la remera para broncearme un poco, y muy pronto mi pecho brillaba de sudor.
"Epa", dijo mi con tono de aprobación, "¿Estuviste haciendo ejercicio?.
Tenés un cuerpo bastante atlético.
Miré a mi mamá, sorprendido de que ella mencionara algo como eso. Estaba inclinada
sobre la auto, observándome con aprecio.
Ella también estaba vestida con pantalones cortos y una remera blanca bastante escotada,
que dejaba ver la parte superiorde de sus pequeñas pero bien formadas tetas.
Tratando de no mirar demasiado, murmuré algo sobre el gimnasio de la universidad,
y me concentré en el lavado.
Terminamos de lavar y comencé a recoger los baldes y esponjas mientras mamá manguereaba
el coche. Mientras movía la manguera de un lado a otro me roció inadvertidamente me roció.
"¡Ey!" grité, "me estás mojando!"
"Oh, en serio," ella sonrió inocentemente, "Ni siquiera empecé.", y me apuntó con la
manguera.
"¡Bueno!" grité, tratando de alcanzar la manguera. Vamos a ver si te gusta.
Tomé la boquilla, pero ella se mantuvo firme. En la lucha subsiguiente ambos quedamos
completamente empapados. Finalmente ella recuperó el control y empezó a rociarme de nuevo.
Me agaché y doblé la manguera, cortando el flujo de agua. "¡Tregua!" le dije riendo.
Mientras nos mirábamos sonriendo, me di cuenta de que podía ver sus tetas a través de
la remera empapada tan claramente como si estuviera desnuda. Ante esa vista me puse
al palo instantáneamente.
Mirando su cara, vi que estaba tan hipnotizada por mis shorts como yo lo estaba por su remera.
Solté la manguera y ella me roció en la cara.
"Está bien," le grité. "Terminá de limpiar vos, yo me voy a duchar."
Necesitaba ir a hacerme una paja antes de que explotara.
Me di vuelta y salí entre corriendo a la casa.
En la ducha caliente, mientras me masajeaba la pija, mi mente estaba llena de imágenes del
pequeño cuerpo de mi mamá y sus exquisitas tetas. empecé a sacudir más rápido, cerca de acabar.
De repente, la puerta del baño se abrió. A través de la cortina translúcida de la ducha vi la
vaga silueta de mi mamá al entrar en el baño y cerrar la puerta.
"Apuráte" dijo, "estoy empapada."
"Es tu culpa" dije, mientras apresuradamente me enjuagaba la espuma de la entrepierna,
"ahora podés esperar tu turno."
"Al carajo" gritó. Entonces, para mi asombro, vi aclararse su forma a través de la cortina
mientras ella se desnudaba! Primero salió volando la remera, en seguida se sacó los shorts.
De repente me encontré mirando a su contorno desnudo y deseando que la cortina
fuera transparente y no translúcida.
Lo próximo que supe es que ella corrió la cortina y entró conmigo en la ducha.
"¡Hola!" dijo. Entonces, mirando hacia abajo, "Dios mío, que situación tenemos!"
"¡M-m-m-m-mamá!" Tartamudeé. "¿Qué estás haciendo?"
"Oh, vamos," dijo, "no es que nunca te hubiera visto desnudo antes".
"¿Pero qué hay con vos?"
"Ambos somos adultos, ¿no?", dijo sugestivamente. Como yo la miré horrorizado me dijo
"Vamos, Nico. Por años me estuviste mirando de reojo. Siempre me excitaba un poco. Entonces,
cuando volviste de la universidad así... bueno, solo soy humana... y estoy muy caliente. "
Amagué una protesta más: "¿Qué hay de papá?"
"No va a volver de jugar al golf por otras tres horas.", además, de alguna manera no creo que
le importe.
Ahora, ¿por que no me dejás que te de una mano? dijo, dando un paso adelante y agarrando
mi verga.
"Mmm, esto es agradable," susurró, acariciando mi pija "que tal un poco más jabón. Asi
resbala mejor. Que linda herramienta tenés, hijo. Es una lástima que no la agarré antes."
Eché la cabeza hacia atrás mientras su pequeña mano bailaba alrededor de mi verga.
Pronto todas mis protestas desaparecieron mientras cerraba los ojos mientras mi fantasía
favorita finalmente se hacía realidad.
"Ey, Nico", dijo con voz ronca, "¿por qué no me tocás un poco vos también?, no muerdo, por
lo menos, todavía no.
Todavía un poco aturdido extendí la mano hacia sus pechos y los enjaboné.
Los cubrí con mis manos, empujando, apretando, estrujando.
Me dediqué a jugar con los pezones y fui recompensado con un gemido largo y bajo.
"Oh, sí, jugá con mis tetas, jugá con las tetas de mamá, si...".
Su trabajo en mi pija continuó, ahora acelerando un poco, pero el ángulo en el que ella estaba
era un poco incómodo para su muñeca, por lo que cayó de rodillas y empezó a pajearme en serio,
mientras con la otra mano se metía un par de dedos en su concha.
Se me aflojaron las rodillas y me sentí que estaba por acabar.
"Sí", me dijo con urgencia, "acabá para mí, acabá para mama, vamos, acabá en la cara de mamá."
Gruñendo, obedecí a mi mamá al pie de la letra, descargando chorros de leche por toda su cara.
"Sí, sí, yo también me vengo" gritó.
Cuando nuestros orgasmos cedieron, ella se sentó en la bañera, el agua rociando su carne caliente,
y comenzó a sacar mi semen en su boca.
"Mmm, delicioso", dijo sonriendo "pero me gustaría probarlo de la fuente la próxima vez...".
Al instante, la pija se me paró de nuevo, como si no hubiera pasado nada.
"¿Qué tal ahora, mamá?"
"Seguro, bebé," dijo, "pero primero tenés que hacer algo para mí."
"Lo que quieras",dije.
"Vení aca", me hizo señas, "chupame la concha."
Se sentó en el borde de la bañera y extendió sus largas y bronceadas piernas.
Me arrodillé entre ellas, el agua chorreandome por la espalda y apliqué técnicas de lengua a su
concha perfecamente depilada. Pronto tuve sus piernas enroscadas alrededor de mi cuello, sus manos tirando de mi pelo mientras me empujaba más al lugar del que salí (y, con suerte le entraría en poco tiempo!).
"Oh, Nico", gimió, "chupás conchas como un profesional, me estoy viniendo bebé. ¡Vamos, hacé acabar a tu madre!".
Y lo hice, como no. Sus piernas aplastaron mi cara en su entrepierna, su espalda se arqueó tanto que
tuve que sostenerla para que no cayera en el piso del baño. Sus fuertes gemidos resonaron en las paredes de azulejos.
Cuando se calmó, relajó su agarre sobre mí y pude reanudar la respiración normal.
"Eso fue lo mejor, bebé", suspiró.
Por entonces mi pija estaba dura como una roca. "¿Qué tal esa chupada de poronga ahora, le pregunté, de pie, así mi pija estaba al nivel de sus labios.
Ella me miró con una sonrisa soñadora y satisfecha en su rostro.
"Seguro hijo, pero vamos a secarnos y hacerlo bien en el dormitorio."
Le dije que eso estaba perfecto. Así que nos secamos con mucho amor el uno al otro y nos dirigimos al dormitorio principal.
Continuara...
encontré a mi mamá lavando su coche.
Con algo de culpa recordé que le había prometido hacer eso por ella antes del juego.
Corrí por el camino, dejé caer mis cosas y empecé a disculparme.
"Olvidate", dijo, "estoy bastante acostumbrada a tu cabeza vacía.
Honestamente, no sé cómo te va tan bien en la universidad."
Tomé una esponja y empecé a ayudarla. Era un día caluroso y húmedo y yo todavía tenía
puestos los pantalones cortos de nylon que había usado para jugar al tenis.
Me saqué la remera para broncearme un poco, y muy pronto mi pecho brillaba de sudor.
"Epa", dijo mi con tono de aprobación, "¿Estuviste haciendo ejercicio?.
Tenés un cuerpo bastante atlético.
Miré a mi mamá, sorprendido de que ella mencionara algo como eso. Estaba inclinada
sobre la auto, observándome con aprecio.
Ella también estaba vestida con pantalones cortos y una remera blanca bastante escotada,
que dejaba ver la parte superiorde de sus pequeñas pero bien formadas tetas.
Tratando de no mirar demasiado, murmuré algo sobre el gimnasio de la universidad,
y me concentré en el lavado.
Terminamos de lavar y comencé a recoger los baldes y esponjas mientras mamá manguereaba
el coche. Mientras movía la manguera de un lado a otro me roció inadvertidamente me roció.
"¡Ey!" grité, "me estás mojando!"
"Oh, en serio," ella sonrió inocentemente, "Ni siquiera empecé.", y me apuntó con la
manguera.
"¡Bueno!" grité, tratando de alcanzar la manguera. Vamos a ver si te gusta.
Tomé la boquilla, pero ella se mantuvo firme. En la lucha subsiguiente ambos quedamos
completamente empapados. Finalmente ella recuperó el control y empezó a rociarme de nuevo.
Me agaché y doblé la manguera, cortando el flujo de agua. "¡Tregua!" le dije riendo.
Mientras nos mirábamos sonriendo, me di cuenta de que podía ver sus tetas a través de
la remera empapada tan claramente como si estuviera desnuda. Ante esa vista me puse
al palo instantáneamente.
Mirando su cara, vi que estaba tan hipnotizada por mis shorts como yo lo estaba por su remera.
Solté la manguera y ella me roció en la cara.
"Está bien," le grité. "Terminá de limpiar vos, yo me voy a duchar."
Necesitaba ir a hacerme una paja antes de que explotara.
Me di vuelta y salí entre corriendo a la casa.
En la ducha caliente, mientras me masajeaba la pija, mi mente estaba llena de imágenes del
pequeño cuerpo de mi mamá y sus exquisitas tetas. empecé a sacudir más rápido, cerca de acabar.
De repente, la puerta del baño se abrió. A través de la cortina translúcida de la ducha vi la
vaga silueta de mi mamá al entrar en el baño y cerrar la puerta.
"Apuráte" dijo, "estoy empapada."
"Es tu culpa" dije, mientras apresuradamente me enjuagaba la espuma de la entrepierna,
"ahora podés esperar tu turno."
"Al carajo" gritó. Entonces, para mi asombro, vi aclararse su forma a través de la cortina
mientras ella se desnudaba! Primero salió volando la remera, en seguida se sacó los shorts.
De repente me encontré mirando a su contorno desnudo y deseando que la cortina
fuera transparente y no translúcida.
Lo próximo que supe es que ella corrió la cortina y entró conmigo en la ducha.
"¡Hola!" dijo. Entonces, mirando hacia abajo, "Dios mío, que situación tenemos!"
"¡M-m-m-m-mamá!" Tartamudeé. "¿Qué estás haciendo?"
"Oh, vamos," dijo, "no es que nunca te hubiera visto desnudo antes".
"¿Pero qué hay con vos?"
"Ambos somos adultos, ¿no?", dijo sugestivamente. Como yo la miré horrorizado me dijo
"Vamos, Nico. Por años me estuviste mirando de reojo. Siempre me excitaba un poco. Entonces,
cuando volviste de la universidad así... bueno, solo soy humana... y estoy muy caliente. "
Amagué una protesta más: "¿Qué hay de papá?"
"No va a volver de jugar al golf por otras tres horas.", además, de alguna manera no creo que
le importe.
Ahora, ¿por que no me dejás que te de una mano? dijo, dando un paso adelante y agarrando
mi verga.
"Mmm, esto es agradable," susurró, acariciando mi pija "que tal un poco más jabón. Asi
resbala mejor. Que linda herramienta tenés, hijo. Es una lástima que no la agarré antes."
Eché la cabeza hacia atrás mientras su pequeña mano bailaba alrededor de mi verga.
Pronto todas mis protestas desaparecieron mientras cerraba los ojos mientras mi fantasía
favorita finalmente se hacía realidad.
"Ey, Nico", dijo con voz ronca, "¿por qué no me tocás un poco vos también?, no muerdo, por
lo menos, todavía no.
Todavía un poco aturdido extendí la mano hacia sus pechos y los enjaboné.
Los cubrí con mis manos, empujando, apretando, estrujando.
Me dediqué a jugar con los pezones y fui recompensado con un gemido largo y bajo.
"Oh, sí, jugá con mis tetas, jugá con las tetas de mamá, si...".
Su trabajo en mi pija continuó, ahora acelerando un poco, pero el ángulo en el que ella estaba
era un poco incómodo para su muñeca, por lo que cayó de rodillas y empezó a pajearme en serio,
mientras con la otra mano se metía un par de dedos en su concha.
Se me aflojaron las rodillas y me sentí que estaba por acabar.
"Sí", me dijo con urgencia, "acabá para mí, acabá para mama, vamos, acabá en la cara de mamá."
Gruñendo, obedecí a mi mamá al pie de la letra, descargando chorros de leche por toda su cara.
"Sí, sí, yo también me vengo" gritó.
Cuando nuestros orgasmos cedieron, ella se sentó en la bañera, el agua rociando su carne caliente,
y comenzó a sacar mi semen en su boca.
"Mmm, delicioso", dijo sonriendo "pero me gustaría probarlo de la fuente la próxima vez...".
Al instante, la pija se me paró de nuevo, como si no hubiera pasado nada.
"¿Qué tal ahora, mamá?"
"Seguro, bebé," dijo, "pero primero tenés que hacer algo para mí."
"Lo que quieras",dije.
"Vení aca", me hizo señas, "chupame la concha."
Se sentó en el borde de la bañera y extendió sus largas y bronceadas piernas.
Me arrodillé entre ellas, el agua chorreandome por la espalda y apliqué técnicas de lengua a su
concha perfecamente depilada. Pronto tuve sus piernas enroscadas alrededor de mi cuello, sus manos tirando de mi pelo mientras me empujaba más al lugar del que salí (y, con suerte le entraría en poco tiempo!).
"Oh, Nico", gimió, "chupás conchas como un profesional, me estoy viniendo bebé. ¡Vamos, hacé acabar a tu madre!".
Y lo hice, como no. Sus piernas aplastaron mi cara en su entrepierna, su espalda se arqueó tanto que
tuve que sostenerla para que no cayera en el piso del baño. Sus fuertes gemidos resonaron en las paredes de azulejos.
Cuando se calmó, relajó su agarre sobre mí y pude reanudar la respiración normal.
"Eso fue lo mejor, bebé", suspiró.
Por entonces mi pija estaba dura como una roca. "¿Qué tal esa chupada de poronga ahora, le pregunté, de pie, así mi pija estaba al nivel de sus labios.
Ella me miró con una sonrisa soñadora y satisfecha en su rostro.
"Seguro hijo, pero vamos a secarnos y hacerlo bien en el dormitorio."
Le dije que eso estaba perfecto. Así que nos secamos con mucho amor el uno al otro y nos dirigimos al dormitorio principal.
Continuara...
5 comentarios - Diversión en familia
Excelente 👏 👏 👏
Gracias por compartir 👍
Yo comenté tu post, la mejor manera de agradecer es comentando alguno de los míos...