Agustina
En este relato está divido en 3 partes. Voy a completar parte de otros relatos más viejos. Si bien esos relatos más antiguos no son de lectura obligatoria, si alguno quiere leer toda la historia completa les dejo el orden cronológico de como sucedieron las cosas. Asi mismo, al final de cada parte de este relato está el link correspondiente a los relatos según este orden.
- PRIMERA PARTE (este relato)
- Cumple del primo de Juli
- SEGUNDA PARTE (este relato)
- Mi juguetito
- TERCERA PARTE (este relato)
- Reencuentro (Juli)
PRIMERA PARTE
Un día después de clases, me fui a la casa de Juli. No había tarea, ni nada que hacer, así que me fui a pasar la tarde de mi amiga. Sus padres trabajan, así que teníamos la casa sola para nosotras dos. Y a veces, si tenía suerte, estaba el hermano de ella con el que tenía varias revolcadas y nunca podía decirle que no.
Pero ese día la historia sería otra. El hermano no estaba, pero luego apareció el primito. Iba un año menos que nosotras, pero a otra escuela. Como ese día tenía doble turno, y el colegio está cerca de la casa de Juli, se apareció para ver si podía quedarse a comer para no volver a su casa.
Yo no lo conocía al nene, pero conectamos casi de inmediato. Noté que no paraba de mirarme. Yo, a propósito, buscaba cualquier excusa para levantarme y desfilar en mi uniforme tableado delante de él. Luego de almorzar, fuimos a living, escuchamos música y luego nos pusimos a jugar con la play del hermano un rato. Yo me senté al lado de Ale (Alejo, su nombre), lo más cerca que pude.
Mi primera intención era solo calentarle la pija. y bien que lo hice. Mientras jugaba, yo me levantaba la pollera del uniforme dejando ver cada vez más mis muslos. Él como podía, espiaba. Dejé casi toda mi pierna al aire. Sentía la respiración del nene agitarse. Eso me estaba empezando a calentar a mi también.
Julieta estaba sentada al lado mío y se moría de risa de como estaba calentando al primo. De pronto, ella se paró y nos dejó solos. Ale largó el control y se quedó mirándome. Yo acariciaba mi pierna, con una sonrisa en la cara.
El pendejo, totalmente bloqueado, no activaba, así que tomé la iniciativa. Primero, lo besé. Luego, me tiré encima suyo, quedando los dos acostados en el sillón. Tímidamente me abrazó, mientras yo le devoraba la boca.
Lo senté, y levantando mi pollerita, me puse encima suyo. Ahora si, se animó un poco y me agarró la cola fuerte mientras seguíamos chapando. Yo me movía franeleando mi concha contra el bulto de su pantalón que ya se notaba durísimo. "Vayan a mi pieza!", se sintió el grito de Juli. Me levanté y lo llevé arrastrando hasta la habitación de mi amiga. El nene me seguía con una sonrisita nerviosa en su cara de feliz cumpleaños.
Cerré la puerta, y lo tuve ahí paradito solito para mi. Iba a hacer debutar a un pendejo y eso me había calentado mucho. Lo tiré en la cama. Le saqué la chomba y le bajé el pantalón. Lo dejé en bolas, con la pija al palo. Yo me acosté al lado, cerca de su pija, y empecé a chuparsela.
Cuando la agarré, noté como se le endureció mucho más. Estaba temblando casi. Le pasé la lengua desde abajo hasta la cabeza un par de veces, y luego me la metí en la boca.
Le regalé un pete que ni en las mejores pajas de adolescente se habrá imaginado. Le amasaba las bolas, mientras bajaba y subía lubricando su verga. En mi boca juntaba saliva y la iba soltando sobre su tronco. La sacaba, lo pajeaba y volvía a chupar.
Le dejé la pija mojada y temblando. Me senté arriba. Acomodé la punta en mi concha y me la enterré. Yo estaba mojadísima. El pendejo no me había tocado un pelo, pero la situación me había re calentado. Empecé a moverme despacio, pero después me emocioné tanto que le pegué una cabalgada que movió toda la cama.
No aguantó mucho, lógico para su primera vez. Con vergüenza, me dijo que había acabado. "Ohhh nene nooo!" le dije haciendo pucherito. Me levanté y le agarré la pija. Le toqué las bolitas un poco, le di unos besos en la zona y al ratito otra vez, la pija al palo. "Dios no lo puedo creer!!" susurraba Ale mientras le daba el segundo pete de la tarde.
Esta vez me acosté y lo incité a que se tirara encima mío. Torpemente metió su pija y empezó a moverse. Desesperado, empezó a meterla y sacarla como si fuera la última vez. Yo, me manoseaba las tetas mientras el pendejo no me sacaba los ojos de encima. "Te gustan?", le decía mientras Ale seguía taladrando. Solo movió la cabeza asintiendo. "Quiero la leche acá", le dije marcando el espacio entre mis tetas.
Ale cerró los ojos, sacó la pija y la puso entre mis tetas, largando un chorrazo caliente de leche sobre ellas. "Estás re cargado ehh" le dije riendo, mientras de su pija seguía brotando leche sin parar. Le agarré la verga y pasé la lengua por la punta limpiando las últimas gotas de guasca.
Su pija seguía durísima. Se la toqué un rato, y como vi que no se le bajaba lo volví a tirar en la cama. Me senté arriba y otra vez, a cabalgarlo. Lo cogí duro un rato, pero esta vez, en lugar de acabar, se le bajó la pija. Después de eso, no hubo forma de levantarla. Nos levantamos y volvimos con Juli.
Él se fue al colegio y nos quedamos las dos solas. Esta fue la primera vez que lo violé al pendejo este. Si bien me siguió escribiendo, y pidiéndome un segundo encuentro, yo no le di bola. Estaba en otra, en general me cogía pibes más grandes y la emoción de desvirgar al nene se me había pasado.
Luego de un tiempo, fue su cumpleaños, tal como está contado en este otro relato. Yo no había ido al cumple. Juli si fue, y al parecer le picó el mismo bichito de violadora que a mi, y se garchó a un amigo de él. Pero nada es gratis. Recibí un mensaje de mi amiga pidiéndome un favor. Tenía que volver a garcharme a Ale (en el relato explico porqué).
SEGUNDA PARTE
El lunes le escribí. Si era por él, nos veíamos en ese mismo momento, pero yo quería tirarlo más para adelante, pero sin llegar al finde, ya que tenía chongo fijo para ver. El jueves quedamos en encontrarnos, a mitad de camino de nuestros dos colegios. De ahí, fuimos para su casa, ya que sus padres no estaban y el hermano tenía doble turno.
Compramos algo para comer, y luego, nos tiramos a ver tele. Pero la idea era otra. La tele quedó encendida y nosotros revolcándonos en el sillón. Le pregunté si en estos meses había cogido alguna otra vez. Me dijo que no, por lo que me imaginé otra vez un par de polvos express. Pero ya que estaba ahí, quería al menos acabar.
Me desnudé por completo, ya que él no lo había hecho, solo me tocaba por debajo de la remera; y me senté arriba suyo. Agarré sus manos y las puse en mis tetas. "Relajate", le dije al notarlo muy tenso. Empezó a amasarlas, acariciando los costados, rozando los pezones. Cerré mis ojos y empecé a suspirar con cada movimiento del pendejo.
"Te gusta?", me preguntó con voz nerviosa. "Siiii, seguí asi, dale!" lo incitaba yo, mientras rozaba mi clítoris contra su pierna. Lo desnudé a él, dejándolo solo en calzoncillos. Se notaba la erección que tenía. Se la acaricié un poco y volví a ponerme arriba para que siguiera tocándome.
- alguna vez tocaste una concha? - le pregunté mientras seguía rozándome las tetas
- A parte de la tuya, no
- La mía no la tocaste - le dije riéndome. - Vení
Me acomodé en el sillón, abrí mis piernas y le mostré toda mi concha. Él se quedó hipnotizado mirando como empezaba a tocarme. "Ayudame", le dije con una mano en mi conchita y otra en mis tetas. Agarré su mano y la puse en mi concha. Se la arrastraba de arriba a abajo, en círculos, apretando, rozando...
Yo gemía cada vez más. "Chupala", le dije como si fuese una orden. Primero, no entendió, pero luego acomodó su cabeza entre mis piernas. Se quedó mirando, como queriendo descubrir todo lo nuevo que tenía en frente. De a poco, se animó y sacando la lengua, empezó a rozar mi clítoris con ella.
"Ayy siii" gritaba yo mientras él iba tomando confianza. Por ser la primera vez, lo hizo bastante bien. Lo separé de mi un rato, agarré uno de sus dedos y lo chupé. Luego, hice que lo metiera dentro de mi conchita. Lo moví un rato y después lo saqué mostrándole lo mojado que estaba. Metí el dedo en la boca y se lo chupé como si fuese su verga.
Lo hice parar y lo terminé de dejar en bolas. Agarré su pija, que explotaba, y la empecé a chupar. Me la clavé hasta la garganta, la sacaba por la mitad y la volvía a clavar. La dejé súper lubricada. Ale tenía una cara de asombro y de no creer lo que estaba pasando. Después, me di vuelta arrodillándome en el sillón y levanté la cola. "Cogeme", le ordené.
Ale se acomodó y me la puso de una. "Despacio... despacio", le dije cuando vi que quería empezar a taladrar como loco. Empezó a acelerar de a poco. Ya se sentía el ruido de su cuerpo chocando contra el mío, cuando la sacó de golpe y me acabó en la cola. "Ay neneeee, hace cuanto no te pajeás???" le dije mientras seguía recibiendo chorros y chorros de leche que llegaron hasta mis hombros.
Volví a sentarme y abrir las piernas. Él había acabado, pero yo no. Así que me dispuse a disfrutar yo. Lo puse a chupármela de nuevo, hasta que terminó el trabajo. Me retorcí del placer cuando por fin vino el orgasmo deseado. Cuando se levantó, estaba empalmado de nuevo.
Me llevó hasta su habitación, y me volvió a coger. Me acosté en la cama, él se tiró encima mío y me la puso de una. "Cuando estés por acabar avisame", le dije. Tenía pensado dejarle un regalito para sus pajas. Después de un rato de penetrarme, la sacó y me dijo que ya casi estaba. Se notaba, porque la pija le latía de lo caliente que estaba.
Me senté en el borde de la cama, agarré su pija y lo empecé a petear. Se la chupé hasta que empezó a acabar. Cuando sentí la leche golpear contra mi garganta, tragué un poco y el resto lo empecé a escupir un poco en su pija, otro en mis tetas para luego desparramarla. Le pasé la lengua al tronco de la verga, aun dura y chorreante, hasta dejarla limpita.
Con mi mejor sonrisa me acosté en la cama mirando como Ale aún no podía moverse. Seguía con la boca abierta. Se fue a limpiar, y volvió al rato. "No te querés lavar?", me preguntó. "No, me gusta sentir la lechita sequita en la piel" le dije tocándome las tetas. Ale se tiró encima mío y empezamos a besarnos de nuevo.
Me manoseó toda. Esta vez, se animó a tocarme la concha y hasta me pajeó metiéndome los dedos. "Asiii asiiii", le decía mientras los movía a gran velocidad. "Chupala" le dije cuando no aguanté más. Se tiró entre mis piernas y me hizo acabar de nuevo.
Luego de descansar, me cambié para irme. Ale me quería convencer de quedarme para otro polvo, pero me tenía que ir. "Dejame que te haga la cola", me dijo. Me empecé a reír y le dije que ni en pedo. "Aprendé un poco, y después vemos". Igualmente, me dio lástima dejarlo tan caliente, así que le hice un pete y después si, volví a mi casa.
Si bien, nuevamente, insistía en volver a vernos, no le di bola. Mi parte del trato con Juli ya lo había cumplido. Pero, un sábado nos cruzamos en un boliche. Él con sus amigos, yo con mis amigas. Entre esos pibes estaba Seba, el pendejo que se cogía Julieta.
- Escuchame. Me quiero coger a mi juguetito (asi lo llamaba Juli a Seba) - Me quedé mirándola como diciendo "bueno, andá".
- La casa de mis tíos está sola... pero no da que vaya con.. - ya había entendido. La agarré del brazo y le dije "Vamos". Quería que yo me garchara al primo, para poder coger al otro pendejo en la casa de Ale, ya que no había nadie.
Ese relato, es este siguiente de aca: "Mi juguetito"
TERCERA PARTE
Llegamos los 4 a la casa de Ale. Luego de un rato, lo agarré de la mano al pendejo y me lo llevé para su habitación. Lo tiré en la cama y lo dejé en bolas. Me tiré encima, franeleamos un rato, le comí la boca y luego fui bajando por su cuerpo, besándolo, hasta llegar a su pija. Ya durísima, le pasé la lengua por el tronco y sin usar las manos me la metí en la boca. Se la chupé solo apretando mis labios contra la verga dura de Ale.
Me fui sacando la ropa despacio y dejándola tirada por el piso. Me di vuelta, me bajé la pollerita despacio dejándole descubrir la tanguita que tenía puesta. Cuando la vio, pegó un salto de la cama y me la arrancó. Desesperado, me acostó y sin ningún preámbulo empezó a chuparme la concha.
Demasiado bestia, pero me gustaba. No se si había practicado o simplemente recordaba muy bien nuestra última clase pero lo estaba haciendo muy bien. Sin que dijera nada, empezó a jugar con sus dedos en la entrada de mi vagina. Me fui retorciendo de placer con cada golpe de su lengua y cada embestida de su dedo.
No aguanté más, y le pedí que me cogiera. Como el buen alumno que era, se acomodó encima mío y me la metió. Así, de una hasta el fondo. Y empezó a cogerme. Despacio, controlando cada movimiento. De pronto aceleraba, después frenaba. La sacó, me dio vuelta y siguió penetrándome en 4, como a una perrita.
Lo hice frenar, y lo tiré en la cama. Me subí arriba y lo cabalgué como loca. Estaba re caliente. Me enterré la pija y me moví con ella adentro refregando mi clítoris contra su cuerpo. En pocos instantes, estallé en un orgasmo terrible. Mi grito se sintió en toda la casa. Me había olvidado que no estábamos solos, aunque los otros debían estar en lo mismo que nosotros.
Salí de encima de Ale y volví a acostarme. Él abrió mis piernas y siguió penetrándome con fuerza, desesperado. Ahora si, me estaba dando con todo. "Dale pendejo más fuerte más fuerte!" le gritaba yo. "Dame la leche nene dale".
Cuando me escuchó decir esto, sacó la pija para ponermela en la boca, pero no llegó a destino. Se chorreó antes, eyaculando en mi panza, mis tetas y un poco en mi cara. El resto, me lo metí en la boca y lo tragué.
Si había algo positivo que tenía que decir de Ale, era que a pesar de acabar rápido (lógico, por ser sus primeras veces tal vez), la pija se le ponía como un fierro al toque. Aunque esa vez había aguantado un poco más, al poco tiempo ya estaba listo para un segundo polvo. Se me tiró encima y me la clavó de una otra vez. Me garchó sin parar un rato largo, más fuerte, más despacio; se notaba que trataba de controlarse para no acabar.
Esta vez si, acabó en mi boca. Lo puse boca arriba y le chupé la pija hasta que acabó. Le mostré bien como su lechita entraba en mi boca y la hacía desaparecer. La verga de Ale seguía latiendo de la calentura. Ahora si, era momento de descansar un poco, pero sabía que la noche iba a ser larga.
Mientras nos quedamos tirados en la cama, en ese momento incómodo luego de un polvazo, Ale volvió a sugerir hacerme la cola. Tenía la idea fija, creo yo más por morbo y poder decirle a sus amigos que por otra cosa. "Mirá lo que compré, por si nos volvíamos a ver" me dijo dirigiéndose a uno de los cajones de su ropero. Sacó un pote de lubricante anal. Dudo que supiera mucho como usarlo, pero bueno.
Me había cogido bastante mejor que otras veces, así que decidí que le iba a dar el gusto. Además, hacía mucho que no me culeaban y estaba extrañando eso. Primero le hice chuparme la cola, pero no duró nada. No le gustó, así que siguió solo con los dedos. Se los llenó de saliva primero, lubricante después y me enchastró toda la cola.
Despacito, logró meterme 3 dedos. Yo estaba super caliente. Él ya estaba con la pija durísima de nuevo. Me di vuelta y le pedí que me la chupara. Obedientemente, se puso a lamer toda mi concha. Después de un rato, que me había dejado en punto de ebullición, volví a girar poniéndome en 4. "Dale", le dije parando mi cola. Con mis manos abrí las nalgas y sentí como Ale me volvía a meter 2 dedos en la cola.
Después, apuntó la pija y me la empezó a meter. "Ahhh siiii siii", gemía yo a medida que la pija del nene se iba abriendo paso en mi colita. Al sentir mis alaridos Ale se frenaba. Le dije que no parara hasta que entrara al fondo. "Hasta que no te choquen los huevos con mi concha no parés", le grité. De un empujón, me la enterró toda. Ahora si, despacio empezó a moverse. Movimientos cortos y profundos. Primero despacio, luego con más violencia. Ahí me empezó a gustar más.
Ale lo disfrutaba como loco. Pero no duró mucho. Mi cola aún estaba muy apretada y eso le jugó una mala pasada. Acabó adentro, sin sacar la pija. Sentía como le latía con cada chorro de leche.
Cuando terminó, la sacó. Lo senté en la cama y se la empecé a chupar. Se le estaba durmiendo ya, pero yo le pegué tal chupada que al rato la tuvo parada de nuevo. Ahora me tocaba a mi. Así como estaba, sentado, me puse encima suyo clavándome la pija en la concha. Estaba chorreando flujos desde hacía rato. Me empecé a mover, con la pija del pibe enterrada hasta el fondo.
Cada vez más rápido me movía adentro suyo. "No aguanto más", me dijo. Lo acosté y me puse a su lado. Agarré su pija desde la base para hacerle una paja hasta que lo hice acabar. Un par de chorros cayeron sobre su panza. Ya se había hecho de día. No se cuanto tiempo pasó, pero lo había hecho acabar 4 veces.
Nos tomamos un descanso y fuimos hasta la cocina. Ahí estaban Juli y Seba, su amigo. Parece que también estaban descansando. Desayunamos los 4 juntos, y luego de intercambiar miradas con mi amiga, supe que el día recién empezaba.
Lo quería dejar seco al nene, y yo no la podía dejar en banda así que tendría que hacer lo mismo con Ale. Avisé a mi casa que no volvía (la típica que hacíamos con Juli cuando pintaba garche, cada una avisaba que se quedaba en la casa de la otra), porque me volvía con Juli y me quedaba a dormir en su casa.
Nos dormimos un rato, y luego volvió cada uno a los suyo. Yo lo encerré al pendejo en su habitación y no salimos en toda la mañana. Ni paramos a almorzar. Se recuperaba de los polvos rapidísimo y me estaba empezando a encantar. Me hizo acabar un par de veces, con unas chupadas riquísimas. Me hizo la cola de nuevo y me lo cogí de mil maneras.
Todo terminó, cuando en ese último polvo no pudo acabar. Le hice un pete, una paja; pero no había caso. La pija la tenía como una piedra, pero no acababa. "Pará... pará... no puedo", me dijo. Me sentí realizada. Lo había dejado sin leche. Me pidió que parara porque le dolía la pija. Se tiró en la cama rendido y se quedó dormido. Yo me acosté a su lado también, no tan agotada, pero si bastante cansada.
Esa fue la última vez que nos vimos. Como dije, yo andaba en otra. Él me insistió un tiempo más, pero después se terminó cansando; creo que se puso de novio. Juli en cambio, si se volvió a encontrar con su juguetito varios años después. Ese encuentro está relatado en "Reencuentro con garche adolescente"
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Indice
En este relato está divido en 3 partes. Voy a completar parte de otros relatos más viejos. Si bien esos relatos más antiguos no son de lectura obligatoria, si alguno quiere leer toda la historia completa les dejo el orden cronológico de como sucedieron las cosas. Asi mismo, al final de cada parte de este relato está el link correspondiente a los relatos según este orden.
- PRIMERA PARTE (este relato)
- Cumple del primo de Juli
- SEGUNDA PARTE (este relato)
- Mi juguetito
- TERCERA PARTE (este relato)
- Reencuentro (Juli)
PRIMERA PARTE
Un día después de clases, me fui a la casa de Juli. No había tarea, ni nada que hacer, así que me fui a pasar la tarde de mi amiga. Sus padres trabajan, así que teníamos la casa sola para nosotras dos. Y a veces, si tenía suerte, estaba el hermano de ella con el que tenía varias revolcadas y nunca podía decirle que no.
Pero ese día la historia sería otra. El hermano no estaba, pero luego apareció el primito. Iba un año menos que nosotras, pero a otra escuela. Como ese día tenía doble turno, y el colegio está cerca de la casa de Juli, se apareció para ver si podía quedarse a comer para no volver a su casa.
Yo no lo conocía al nene, pero conectamos casi de inmediato. Noté que no paraba de mirarme. Yo, a propósito, buscaba cualquier excusa para levantarme y desfilar en mi uniforme tableado delante de él. Luego de almorzar, fuimos a living, escuchamos música y luego nos pusimos a jugar con la play del hermano un rato. Yo me senté al lado de Ale (Alejo, su nombre), lo más cerca que pude.
Mi primera intención era solo calentarle la pija. y bien que lo hice. Mientras jugaba, yo me levantaba la pollera del uniforme dejando ver cada vez más mis muslos. Él como podía, espiaba. Dejé casi toda mi pierna al aire. Sentía la respiración del nene agitarse. Eso me estaba empezando a calentar a mi también.
Julieta estaba sentada al lado mío y se moría de risa de como estaba calentando al primo. De pronto, ella se paró y nos dejó solos. Ale largó el control y se quedó mirándome. Yo acariciaba mi pierna, con una sonrisa en la cara.
El pendejo, totalmente bloqueado, no activaba, así que tomé la iniciativa. Primero, lo besé. Luego, me tiré encima suyo, quedando los dos acostados en el sillón. Tímidamente me abrazó, mientras yo le devoraba la boca.
Lo senté, y levantando mi pollerita, me puse encima suyo. Ahora si, se animó un poco y me agarró la cola fuerte mientras seguíamos chapando. Yo me movía franeleando mi concha contra el bulto de su pantalón que ya se notaba durísimo. "Vayan a mi pieza!", se sintió el grito de Juli. Me levanté y lo llevé arrastrando hasta la habitación de mi amiga. El nene me seguía con una sonrisita nerviosa en su cara de feliz cumpleaños.
Cerré la puerta, y lo tuve ahí paradito solito para mi. Iba a hacer debutar a un pendejo y eso me había calentado mucho. Lo tiré en la cama. Le saqué la chomba y le bajé el pantalón. Lo dejé en bolas, con la pija al palo. Yo me acosté al lado, cerca de su pija, y empecé a chuparsela.
Cuando la agarré, noté como se le endureció mucho más. Estaba temblando casi. Le pasé la lengua desde abajo hasta la cabeza un par de veces, y luego me la metí en la boca.
Le regalé un pete que ni en las mejores pajas de adolescente se habrá imaginado. Le amasaba las bolas, mientras bajaba y subía lubricando su verga. En mi boca juntaba saliva y la iba soltando sobre su tronco. La sacaba, lo pajeaba y volvía a chupar.
Le dejé la pija mojada y temblando. Me senté arriba. Acomodé la punta en mi concha y me la enterré. Yo estaba mojadísima. El pendejo no me había tocado un pelo, pero la situación me había re calentado. Empecé a moverme despacio, pero después me emocioné tanto que le pegué una cabalgada que movió toda la cama.
No aguantó mucho, lógico para su primera vez. Con vergüenza, me dijo que había acabado. "Ohhh nene nooo!" le dije haciendo pucherito. Me levanté y le agarré la pija. Le toqué las bolitas un poco, le di unos besos en la zona y al ratito otra vez, la pija al palo. "Dios no lo puedo creer!!" susurraba Ale mientras le daba el segundo pete de la tarde.
Esta vez me acosté y lo incité a que se tirara encima mío. Torpemente metió su pija y empezó a moverse. Desesperado, empezó a meterla y sacarla como si fuera la última vez. Yo, me manoseaba las tetas mientras el pendejo no me sacaba los ojos de encima. "Te gustan?", le decía mientras Ale seguía taladrando. Solo movió la cabeza asintiendo. "Quiero la leche acá", le dije marcando el espacio entre mis tetas.
Ale cerró los ojos, sacó la pija y la puso entre mis tetas, largando un chorrazo caliente de leche sobre ellas. "Estás re cargado ehh" le dije riendo, mientras de su pija seguía brotando leche sin parar. Le agarré la verga y pasé la lengua por la punta limpiando las últimas gotas de guasca.
Su pija seguía durísima. Se la toqué un rato, y como vi que no se le bajaba lo volví a tirar en la cama. Me senté arriba y otra vez, a cabalgarlo. Lo cogí duro un rato, pero esta vez, en lugar de acabar, se le bajó la pija. Después de eso, no hubo forma de levantarla. Nos levantamos y volvimos con Juli.
Él se fue al colegio y nos quedamos las dos solas. Esta fue la primera vez que lo violé al pendejo este. Si bien me siguió escribiendo, y pidiéndome un segundo encuentro, yo no le di bola. Estaba en otra, en general me cogía pibes más grandes y la emoción de desvirgar al nene se me había pasado.
Luego de un tiempo, fue su cumpleaños, tal como está contado en este otro relato. Yo no había ido al cumple. Juli si fue, y al parecer le picó el mismo bichito de violadora que a mi, y se garchó a un amigo de él. Pero nada es gratis. Recibí un mensaje de mi amiga pidiéndome un favor. Tenía que volver a garcharme a Ale (en el relato explico porqué).
SEGUNDA PARTE
El lunes le escribí. Si era por él, nos veíamos en ese mismo momento, pero yo quería tirarlo más para adelante, pero sin llegar al finde, ya que tenía chongo fijo para ver. El jueves quedamos en encontrarnos, a mitad de camino de nuestros dos colegios. De ahí, fuimos para su casa, ya que sus padres no estaban y el hermano tenía doble turno.
Compramos algo para comer, y luego, nos tiramos a ver tele. Pero la idea era otra. La tele quedó encendida y nosotros revolcándonos en el sillón. Le pregunté si en estos meses había cogido alguna otra vez. Me dijo que no, por lo que me imaginé otra vez un par de polvos express. Pero ya que estaba ahí, quería al menos acabar.
Me desnudé por completo, ya que él no lo había hecho, solo me tocaba por debajo de la remera; y me senté arriba suyo. Agarré sus manos y las puse en mis tetas. "Relajate", le dije al notarlo muy tenso. Empezó a amasarlas, acariciando los costados, rozando los pezones. Cerré mis ojos y empecé a suspirar con cada movimiento del pendejo.
"Te gusta?", me preguntó con voz nerviosa. "Siiii, seguí asi, dale!" lo incitaba yo, mientras rozaba mi clítoris contra su pierna. Lo desnudé a él, dejándolo solo en calzoncillos. Se notaba la erección que tenía. Se la acaricié un poco y volví a ponerme arriba para que siguiera tocándome.
- alguna vez tocaste una concha? - le pregunté mientras seguía rozándome las tetas
- A parte de la tuya, no
- La mía no la tocaste - le dije riéndome. - Vení
Me acomodé en el sillón, abrí mis piernas y le mostré toda mi concha. Él se quedó hipnotizado mirando como empezaba a tocarme. "Ayudame", le dije con una mano en mi conchita y otra en mis tetas. Agarré su mano y la puse en mi concha. Se la arrastraba de arriba a abajo, en círculos, apretando, rozando...
Yo gemía cada vez más. "Chupala", le dije como si fuese una orden. Primero, no entendió, pero luego acomodó su cabeza entre mis piernas. Se quedó mirando, como queriendo descubrir todo lo nuevo que tenía en frente. De a poco, se animó y sacando la lengua, empezó a rozar mi clítoris con ella.
"Ayy siii" gritaba yo mientras él iba tomando confianza. Por ser la primera vez, lo hizo bastante bien. Lo separé de mi un rato, agarré uno de sus dedos y lo chupé. Luego, hice que lo metiera dentro de mi conchita. Lo moví un rato y después lo saqué mostrándole lo mojado que estaba. Metí el dedo en la boca y se lo chupé como si fuese su verga.
Lo hice parar y lo terminé de dejar en bolas. Agarré su pija, que explotaba, y la empecé a chupar. Me la clavé hasta la garganta, la sacaba por la mitad y la volvía a clavar. La dejé súper lubricada. Ale tenía una cara de asombro y de no creer lo que estaba pasando. Después, me di vuelta arrodillándome en el sillón y levanté la cola. "Cogeme", le ordené.
Ale se acomodó y me la puso de una. "Despacio... despacio", le dije cuando vi que quería empezar a taladrar como loco. Empezó a acelerar de a poco. Ya se sentía el ruido de su cuerpo chocando contra el mío, cuando la sacó de golpe y me acabó en la cola. "Ay neneeee, hace cuanto no te pajeás???" le dije mientras seguía recibiendo chorros y chorros de leche que llegaron hasta mis hombros.
Volví a sentarme y abrir las piernas. Él había acabado, pero yo no. Así que me dispuse a disfrutar yo. Lo puse a chupármela de nuevo, hasta que terminó el trabajo. Me retorcí del placer cuando por fin vino el orgasmo deseado. Cuando se levantó, estaba empalmado de nuevo.
Me llevó hasta su habitación, y me volvió a coger. Me acosté en la cama, él se tiró encima mío y me la puso de una. "Cuando estés por acabar avisame", le dije. Tenía pensado dejarle un regalito para sus pajas. Después de un rato de penetrarme, la sacó y me dijo que ya casi estaba. Se notaba, porque la pija le latía de lo caliente que estaba.
Me senté en el borde de la cama, agarré su pija y lo empecé a petear. Se la chupé hasta que empezó a acabar. Cuando sentí la leche golpear contra mi garganta, tragué un poco y el resto lo empecé a escupir un poco en su pija, otro en mis tetas para luego desparramarla. Le pasé la lengua al tronco de la verga, aun dura y chorreante, hasta dejarla limpita.
Con mi mejor sonrisa me acosté en la cama mirando como Ale aún no podía moverse. Seguía con la boca abierta. Se fue a limpiar, y volvió al rato. "No te querés lavar?", me preguntó. "No, me gusta sentir la lechita sequita en la piel" le dije tocándome las tetas. Ale se tiró encima mío y empezamos a besarnos de nuevo.
Me manoseó toda. Esta vez, se animó a tocarme la concha y hasta me pajeó metiéndome los dedos. "Asiii asiiii", le decía mientras los movía a gran velocidad. "Chupala" le dije cuando no aguanté más. Se tiró entre mis piernas y me hizo acabar de nuevo.
Luego de descansar, me cambié para irme. Ale me quería convencer de quedarme para otro polvo, pero me tenía que ir. "Dejame que te haga la cola", me dijo. Me empecé a reír y le dije que ni en pedo. "Aprendé un poco, y después vemos". Igualmente, me dio lástima dejarlo tan caliente, así que le hice un pete y después si, volví a mi casa.
Si bien, nuevamente, insistía en volver a vernos, no le di bola. Mi parte del trato con Juli ya lo había cumplido. Pero, un sábado nos cruzamos en un boliche. Él con sus amigos, yo con mis amigas. Entre esos pibes estaba Seba, el pendejo que se cogía Julieta.
- Escuchame. Me quiero coger a mi juguetito (asi lo llamaba Juli a Seba) - Me quedé mirándola como diciendo "bueno, andá".
- La casa de mis tíos está sola... pero no da que vaya con.. - ya había entendido. La agarré del brazo y le dije "Vamos". Quería que yo me garchara al primo, para poder coger al otro pendejo en la casa de Ale, ya que no había nadie.
Ese relato, es este siguiente de aca: "Mi juguetito"
TERCERA PARTE
Llegamos los 4 a la casa de Ale. Luego de un rato, lo agarré de la mano al pendejo y me lo llevé para su habitación. Lo tiré en la cama y lo dejé en bolas. Me tiré encima, franeleamos un rato, le comí la boca y luego fui bajando por su cuerpo, besándolo, hasta llegar a su pija. Ya durísima, le pasé la lengua por el tronco y sin usar las manos me la metí en la boca. Se la chupé solo apretando mis labios contra la verga dura de Ale.
Me fui sacando la ropa despacio y dejándola tirada por el piso. Me di vuelta, me bajé la pollerita despacio dejándole descubrir la tanguita que tenía puesta. Cuando la vio, pegó un salto de la cama y me la arrancó. Desesperado, me acostó y sin ningún preámbulo empezó a chuparme la concha.
Demasiado bestia, pero me gustaba. No se si había practicado o simplemente recordaba muy bien nuestra última clase pero lo estaba haciendo muy bien. Sin que dijera nada, empezó a jugar con sus dedos en la entrada de mi vagina. Me fui retorciendo de placer con cada golpe de su lengua y cada embestida de su dedo.
No aguanté más, y le pedí que me cogiera. Como el buen alumno que era, se acomodó encima mío y me la metió. Así, de una hasta el fondo. Y empezó a cogerme. Despacio, controlando cada movimiento. De pronto aceleraba, después frenaba. La sacó, me dio vuelta y siguió penetrándome en 4, como a una perrita.
Lo hice frenar, y lo tiré en la cama. Me subí arriba y lo cabalgué como loca. Estaba re caliente. Me enterré la pija y me moví con ella adentro refregando mi clítoris contra su cuerpo. En pocos instantes, estallé en un orgasmo terrible. Mi grito se sintió en toda la casa. Me había olvidado que no estábamos solos, aunque los otros debían estar en lo mismo que nosotros.
Salí de encima de Ale y volví a acostarme. Él abrió mis piernas y siguió penetrándome con fuerza, desesperado. Ahora si, me estaba dando con todo. "Dale pendejo más fuerte más fuerte!" le gritaba yo. "Dame la leche nene dale".
Cuando me escuchó decir esto, sacó la pija para ponermela en la boca, pero no llegó a destino. Se chorreó antes, eyaculando en mi panza, mis tetas y un poco en mi cara. El resto, me lo metí en la boca y lo tragué.
Si había algo positivo que tenía que decir de Ale, era que a pesar de acabar rápido (lógico, por ser sus primeras veces tal vez), la pija se le ponía como un fierro al toque. Aunque esa vez había aguantado un poco más, al poco tiempo ya estaba listo para un segundo polvo. Se me tiró encima y me la clavó de una otra vez. Me garchó sin parar un rato largo, más fuerte, más despacio; se notaba que trataba de controlarse para no acabar.
Esta vez si, acabó en mi boca. Lo puse boca arriba y le chupé la pija hasta que acabó. Le mostré bien como su lechita entraba en mi boca y la hacía desaparecer. La verga de Ale seguía latiendo de la calentura. Ahora si, era momento de descansar un poco, pero sabía que la noche iba a ser larga.
Mientras nos quedamos tirados en la cama, en ese momento incómodo luego de un polvazo, Ale volvió a sugerir hacerme la cola. Tenía la idea fija, creo yo más por morbo y poder decirle a sus amigos que por otra cosa. "Mirá lo que compré, por si nos volvíamos a ver" me dijo dirigiéndose a uno de los cajones de su ropero. Sacó un pote de lubricante anal. Dudo que supiera mucho como usarlo, pero bueno.
Me había cogido bastante mejor que otras veces, así que decidí que le iba a dar el gusto. Además, hacía mucho que no me culeaban y estaba extrañando eso. Primero le hice chuparme la cola, pero no duró nada. No le gustó, así que siguió solo con los dedos. Se los llenó de saliva primero, lubricante después y me enchastró toda la cola.
Despacito, logró meterme 3 dedos. Yo estaba super caliente. Él ya estaba con la pija durísima de nuevo. Me di vuelta y le pedí que me la chupara. Obedientemente, se puso a lamer toda mi concha. Después de un rato, que me había dejado en punto de ebullición, volví a girar poniéndome en 4. "Dale", le dije parando mi cola. Con mis manos abrí las nalgas y sentí como Ale me volvía a meter 2 dedos en la cola.
Después, apuntó la pija y me la empezó a meter. "Ahhh siiii siii", gemía yo a medida que la pija del nene se iba abriendo paso en mi colita. Al sentir mis alaridos Ale se frenaba. Le dije que no parara hasta que entrara al fondo. "Hasta que no te choquen los huevos con mi concha no parés", le grité. De un empujón, me la enterró toda. Ahora si, despacio empezó a moverse. Movimientos cortos y profundos. Primero despacio, luego con más violencia. Ahí me empezó a gustar más.
Ale lo disfrutaba como loco. Pero no duró mucho. Mi cola aún estaba muy apretada y eso le jugó una mala pasada. Acabó adentro, sin sacar la pija. Sentía como le latía con cada chorro de leche.
Cuando terminó, la sacó. Lo senté en la cama y se la empecé a chupar. Se le estaba durmiendo ya, pero yo le pegué tal chupada que al rato la tuvo parada de nuevo. Ahora me tocaba a mi. Así como estaba, sentado, me puse encima suyo clavándome la pija en la concha. Estaba chorreando flujos desde hacía rato. Me empecé a mover, con la pija del pibe enterrada hasta el fondo.
Cada vez más rápido me movía adentro suyo. "No aguanto más", me dijo. Lo acosté y me puse a su lado. Agarré su pija desde la base para hacerle una paja hasta que lo hice acabar. Un par de chorros cayeron sobre su panza. Ya se había hecho de día. No se cuanto tiempo pasó, pero lo había hecho acabar 4 veces.
Nos tomamos un descanso y fuimos hasta la cocina. Ahí estaban Juli y Seba, su amigo. Parece que también estaban descansando. Desayunamos los 4 juntos, y luego de intercambiar miradas con mi amiga, supe que el día recién empezaba.
Lo quería dejar seco al nene, y yo no la podía dejar en banda así que tendría que hacer lo mismo con Ale. Avisé a mi casa que no volvía (la típica que hacíamos con Juli cuando pintaba garche, cada una avisaba que se quedaba en la casa de la otra), porque me volvía con Juli y me quedaba a dormir en su casa.
Nos dormimos un rato, y luego volvió cada uno a los suyo. Yo lo encerré al pendejo en su habitación y no salimos en toda la mañana. Ni paramos a almorzar. Se recuperaba de los polvos rapidísimo y me estaba empezando a encantar. Me hizo acabar un par de veces, con unas chupadas riquísimas. Me hizo la cola de nuevo y me lo cogí de mil maneras.
Todo terminó, cuando en ese último polvo no pudo acabar. Le hice un pete, una paja; pero no había caso. La pija la tenía como una piedra, pero no acababa. "Pará... pará... no puedo", me dijo. Me sentí realizada. Lo había dejado sin leche. Me pidió que parara porque le dolía la pija. Se tiró en la cama rendido y se quedó dormido. Yo me acosté a su lado también, no tan agotada, pero si bastante cansada.
Esa fue la última vez que nos vimos. Como dije, yo andaba en otra. Él me insistió un tiempo más, pero después se terminó cansando; creo que se puso de novio. Juli en cambio, si se volvió a encontrar con su juguetito varios años después. Ese encuentro está relatado en "Reencuentro con garche adolescente"
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Indice
18 comentarios - Me recibí de maestra con un nene
gracias por pasar!
solo relatos
gracias por pasar!
Buen post, van diez puntos
gracias por pasar!
Es como esas películas que al final te muestran lo que pasó en el medio y entendés todo. Van 10.
espero que disfrutes los proximos
gracias por pasar! 😉
QUIERO SER TU ALUMNO, ME ACEPTAS???????