Por fin llegó el ante último capítulo, el recorrido que Matías y su prima empezaron en solitario va a terminar de la manera más orgiástica posible, y está pronto a llegar (el final ya está terminado)
Para mi desgracia, pensaba que este sea el final, dado que quedó tan largo, tendré que hacerlo en dos partes, pero descuiden, que el siguiente capítulo es el final.
Como siempre, les hago desfilar a las féminas de la historia en imágenes que pretenden ser ayuda memoria y a la vez incentivo, aunque la decisión final de como lucen está en sus cabezas
Sin más preámbulos pasamos al final de esta saga, que fue creciendo hasta este punto, espero que sea de su agrado, no se olviden de comentar, puntuar, lo que gusten
Gloria
Mónica
Julieta
Carolina
Zoey
Florencia
Lucrecia (por fin)
Matías sintió que habían sido muchos cambios para una casa, en tan poco tiempo. Notó las miradas como puñal por parte de Julieta y Mónica, dado que no las tomó en consideración para la escapada al hotel… las risitas de Carolina, Zoey y Lucrecia, que cada vez que pasaban cuchicheaban y le guiñaban un ojo. Si se reían por su “desmayo” estarían siendo injustas. Ninguna máquina funcionaba para siempre y su aparato sin hueso había dado todo por complacerlas. Por su parte los varones, Agustín y Santino pedían detalles de la escapada que no pasó desapercibida, y la recién llegada Gloria, coqueteaba con él a cada instante.
- ¿Así que saliste a conocer la ciudad? Qué raro de noche, Entre Ríos se disfruta más de día.
- Es más tranquilo para mi, necesitaba aire fresco, eh ¿Gloria no?
- Sí, como la canción, aunque no me la cantes porque me enojo.
- La noche estaba ideal… recorrimos la ciudad, vimos una película interesante.
- ¿A sí? ¿Una película? ¿Será un regalito que te dejaron en el árbol?
Fue a ese punto que decidió dirigir su atención. Su Julieta estaba muy distraída con la presencia de su padre y casi no le daba bola, Mónica y Santino no se separaban, Flor y Agus jugaban a la playstation como si no hubiera ocurrido nada sospechoso (había olvidado lo joven que seguía siendo su Flor) y Román, por su parte, como buen anfitrión estaba muy ocupado con los quehaceres y en atender a sus hermanas, pero Gloria estaba con el foco puesto en él…
- Exacto, creo que me la olvidé en el auto, voy a buscarla…
- Te acompaño. Me va a venir bien tomar aire, hay mucha gente acá.- Le susurró guiñándole un ojo…
Sin embargo, Román se metió sin darse cuenta que arruinaba un momento.
- En una horita comemos campeón, necesito que vayas a comprar un poco de leña y carbón para la noche, tenía menos de lo que creía y más tarde va a estar todo cerrado.
- Me parece perfecto. Ya mismo salgo.
- Te acompaño, me quedé sin… bueno, cosas de mujeres, tengo que comprar. ¿Me acercas al mercado?
- Claro, venden todo en el mismo lugar.- Román le había indicado antes el supermercado más cercano donde podía comprar los elementos ignífugos.
Mientras Román le ordenaba a Lucre que preparara la ensalada y Santino ponía la mesa (frente a la piscina) Matías terminó agradeciendo la salida al mercado ya que iba acompañado de Gloria.
- Que de gente para una casa, es grande pero tantas personas me asfixian. – Expresó Gloria bien acomodada en el asiento de al lado. Ni miraba el paisaje, solo a él…
- Y eso que se bajo gente, tres sobrinos de Mónica iban a venir, pero se fueron a Brasil o no sé dónde.
- Sí, me contó: Juan Cruz, Federico y Clara. Bueno, por un lado mejor… ya somos varios.
Matías se percató de que su celular había quedado en el auto toda la noche y había recibido varios
mensajes que en cada semáforo, leyó con entusiasmo.
Un número misterioso le había mandado un mensaje revelador por la noche, decía que tenía fotos de Román y él cogiendo con Julieta… había sido en la noche de la lencería erótica. Decía que se cobraría favores a cada hombre o esas fotos serían dadas a conocer a las personas equivocadas…
- ¿Qué carajo?
- ¿Todo bien? Esta en verde hace varios segundos.
- Sí, sí todo bien Gloria. – Acelerando a fondo, por suerte no había mucho tránsito por esas calles barriales.
Una vez que llegaron se dividieron. Mati fue por las bolsas de leña y carbón aunque estuvo más concentrado en conocer la culpable de esos mensajes. Sus dedos se movieron como patas de araña en cada instante que tenía en el trajín del mandado.
Por fin, mientras pagaba en la caja, se le rebeló la culpable del mensaje acosador: Lucrecia. Resultó ser más picarona de lo que creía.
“Sé todo lo que hicieron con Juli, vi bastante y mi papa me va tener que dejar jugar o le mando las fotos a mi mamá, y vos vas a tener que hacerme un favor o la mando a todos tus conocidos… ”
El emoji simpaticón lo alivió, quizás no era una amenaza sino un juego, se notaba que quería entrar en ese mundo a toda costa y estaba decidida a todo.
“Estoy en tus manos nena, lo que quieras, pero que esas fotos mías haciéndolo con Juli, no vean la luz… ”
“Sos todo un pillo Mati, te espero después de comer… ya veo donde. Pero me vas a tener que hacer un favorcito… Tus amigas Caro y Zoey me dijeron lo que te gusta hacer y para que sos bueno.”
- ¡Señor, faltan 40 pesos le dije! ¿Puede dejar el telefonito?
- Perdón, perdón, recibí una mala noticia… tome.- Le mintió al antipático cajero.
Pagando, salió con las cuatro bolsas, dos en cada mano, mientras Gloria lo esperaba en el auto y le abrió para que pusiera la carga.
- ¡Que fuerza, yo no pudo levantar ni una de esas!… lástima que estás tan distraído. – Le expresó cachonda acariciando su brazo inflado. Con tanto mensaje extorsivo había olvidado que estaba ante una gran oportunidad de pasarla bien con semejante rubia.
Adentro del auto, Gloria lo devoraba con la mirada y hasta le acariciaba la mano cuando ponía los cambios.
- Gloria, en la guantera creo que tengo un caramelo, fijate si queda alguno…
- No veo ninguno, pero encontré algo que conozco bien.- Tomando el DVD. – Yo a este lo conozco, tengo una copia ¿Te gustó lo que viste, Matías?
- Esta muy bien filmado, aunque me quede con ganitas de ver a alguien más…- Expresó acomodando el auto a la sombra, quitándose el cinturón, tomando a Gloria para besarla.
Era una mujer hermosa, candente, al nivel de Mónica, lo supo al segundo de tomarla en brazos, de vientre chato, senos firmes y turgentes, un perfume en su cuello que era como una droga. También tenía un espíritu de amante, lo supo con sus acalorados besos, sus caricias que le rayaron la espalda, y su mano metiéndose en su entrepierna.
- Vaya que soy afortunado, no puedo creer esto…- Expreso en un susurro intenso mientras sentía la mejilla húmeda y la lengua de Gloria acariciando su glande.
- Me encantan estas pijas sucias, que estuvo en tus primas y quién sabe más dónde.
Si le dijera que había eyaculado en dos vaginas, bocas y hasta colas hacía horas no sabía si la asustaría, ya que el olfato revelaba que antes de una mamada esa pija necesitaba un buen baño, aunque a la sucia mujer parecía no importarle. Le chupeteaba las bolas como si fueran de helado, sorbiendo la salada sudoración que las encubría con devoción.
- Ahora es mi turno, te voy a dar un motivo para actuar conmigo en la próxima película…
Tras besar su cuello le descubrió las tetas para succionarlas. Tenía unos pezones hermosos, inflados tanto por su forma mastoidea como sus sonoras succiones. Sus manos mientras se deleitaban con la hermosa sensación de una vagina depilada, metiendo sus dedos en su oquedad más húmeda, de una humedad que avivaba el fuego de su interior.
- Jesús, gracias Móni por presentarme semejante macho…- Dijo extasiada, tomándolo de su pelo corto y refregándolo en su concha como papel higiénico, pasando cada resquicio de su glamoroso sexo por su lengua y labios. Cada milímetro fue sorbido y lamido como si fuera un virgen ante la cara de Dios por primera vez.
Cuando quiso meterle dos dedos en el trasero, descubrió con asombro que llevaba bolas chinas en él…
- Ya me alertó de tus gustos y quiero estar preparada.
- Que rico, sos una mujer de armas tomar.- Dijo, y sin retirar las enormes “canicas” le metió dos dedos para dilatar el interior del orificio al máximo, frotando con delicadeza las paredes del culo.
- Mmmm que bruto, cuidado con mi colita, mmmm.
- A mi me parece que te gusta bastante.- Moviendo las bola china más próxima en el interior. Sentía las paredes estiradas contra sus dedos y la vagina humedecerse con su cálido néctar mientras le lamia la rayita de arriba a abajo…
- Vamos atrás, le voy a dar a esa conchita hermosa lo que se merece.
- ¿Sí? ¿Me la vas a meter toda bruto?- Dijo poniéndose en cuatro para pasar atrás. Matías la tomó de las nalgas y teniéndola así la retuvo sorpresivamente para darle chupones en la vulva y el ano.
- Que ricos estos besitos sorpresa, pero dale, quiero que me taladres hasta el apellido pendejo sucio.
No tardo en pasarse atrás con cierta dificultad y penetrarla como Dios manda, con las piernas abiertas como una “V” con el plus de sentir la habitación de al lado ocupada por el escandaloso juguete. Sin embargo, aunque todo iba de maravillas, su cuerpo empezaba a preocuparlo… Calambres en brazos y caderas, seguidos de un profundo mareo empezaron a distraerlo, cuando la sensación de esa vagina estrecha y las grandes esferas chinas rozando su glande debería ser el foco de atención.
¿Qué le ocurría? ¿Tras tantas victorias en su vehículo haría el ridículo ese día?
- Mmm no aflojes ahhh ahhh ahhh vamos, fuerte como recién… ¡fuerte como recién!- Exigió la rubia atenazándolo con sus piernas, aunque por más que lo apretara contra ella (y hasta sentía a su vagina impacientada, cerrándose como un puño mojado contra su falo), no daba más. No había con que darle: Estaba agotado.
- Cojeme como a tu primita, dale, dale como a ella y te dejo que me chupes el culo de nuevo y me lo rompas a pijazos, daleeee…
Pero pasados pocos minutos, se corrió unas míseras gotas en esa almejita tan apetecible, que como mínimo, merecía haber sido untada de su caviar. Quedó agotado, casi desmayado contra los esponjosos senos de la mujer, que se apiado y se dio cuenta de lo que ocurría.
- Creo, Gloria, que estoy muerto, no fue mi intención durar tan poco… y quería hacerte el doble de cosas, pero no doy más.
- Te viniste del hotel con esas dos mujeres, me temía que esto pasara.- Dijo con amabilidad, acariciándole el cabello.- No te preocupes, en Buenos Aires me vas a dar justa revancha. Quiero que te prepares para darme el tratamiento completo.
- Ni hablar, eso dalo por hecho.- Dijo besándola con devoción en el asiento trasero testigo mudo de las más grandiosas victorias.
Tras un beso inesperadamente largo, casi adolescente, la ayudo a vestirse y pasaron al asiento delantero.
- Me siento avergonzado, ayer no dure toda la noche y caí desmayado, hoy me pasa lo mismo ¡Justo en el día del strip poker!
- Vas a tener que comer como un toro y dormir como una vaca, no queda otra, no podes seguir así porque te vas a perder lo mejor.
- No queda otra opción… - Sentenció tras pensarlo en un semáforo.- Agarra el celular mientras manejo, escribí en el grupo que se retrase hasta mañana. Necesito un día de descanso. Nada más.
¿Podría lograrlo? Aunque Moni accedió a que se jugara el 1 de enero a la noche, ya que de todos modos estarían todos presentes, al llegar descubrió que sería muy difícil descansar. Esquivar el sexo un día en esa casa, con semejantes féminas, sería como esquivar las gotas de lluvia en un aguacero.
Ayudo a Román a preparar los chorizos y el vació, pero ver a Lucrecia en corpiño y una pollerita extremadamente corta de jean, no era bueno para sus neuronas recalcitradas y fundidas.
- ¡Pone los vasos Lucre, te dije!
- ¡Ya voy! Me estaba dando un chapuzón, hace como treinta grados.
- No te podes tirar cada dos segundos, pone la mesa… Esta piba.- Se quejó Román dándole una nalgada cuando paso.- Y dejá de mirarla tanto he, que no te vas a dar el gusto.
- Mira tío, contenerla va a ser como mantener a un puercoespín en una burbuja, algo me dice que vas a ceder.
- Noooo para nada, la voy a mandar con las amigas mañana. – Expresó dándole un golpecito al mentón.
Era increíble como de un día para otro sabía que un pariente se la quería tirar y lo aceptaba con humor - ¿Te enteraste que juegan mañana no?- Comento mientras ponían los chorizos y las morcillas en una fuente para servirse a los ansioso comensales.
- Si, va a ser mejor, tengamos una cena familiar, mañana va a ser mejor.
- Para mí me da igual, otra noche más para disfrutar.- Guiñándole un ojo.- Otra noche con la rubia o la morocha, voy a ver a cual le toca hoy.
En eso se percato de lo cachondo que estaba Román, que por su edad, debería haberle dado un infarto la primera noche, pero ahí estaba, cojiendo más que él cada noche.
- Decime la verdad ¿Tenes alguna píldora mágica? Porque la verdad, creo que voy a necesitar ayuda.
- ¿Vos ayuda? Se me cae un ídolo, yo porque soy viejo tomo una, pero vos… te puedo prestar, pero tene cuidado.
- Créeme que ya no me siento un superhéroe, casi me muero anoche… - No se animo a mencionar el episodio con Gloria, al menos se sentía más seguro. Un día de buen descanso y píldoras para complementar y nada podría salir mal.
- Vos también, desde que pisaste mi casa que estas de parranda. Vamos a servir, después te paso un paquete y te indico como se toma.
La cena tuvo un condimento único que no estaba ni en los deliciosos embutidos argentinos ni el vacío condimentado con chimi… Lucre, Zoey y Carolina, estaban sentadas enfrente, con la manzana más prohibida en el centro.
- Mati, se me cayó el celular por donde estas vos, búscalo.
- A ver.- Le dijo a Carolina casi sin darse cuenta del tono lascivo.- Encontró dicho teléfono, y decía “mira adelante”
Allí, debajo de la mesa, ni bien alzó la vista encontró el tesoro al final del arco iris. Lucrecia no solo llevaba una pollerita de jean obscenamente corta, tampoco tenía ropa interior, y le estaba presentando la vagina más virginal que había visto en mucho tiempo, comprable quizás a la de Julieta, aunque esta era más pulposa. Bastaron dos segundos para que tal visión divina le calcinara las últimas neuronas que le quedaban.
Una mano de Zoey levantó la pollerita para que viera mejor, mientras que Caro le abrió una piernita, una vagina nunca había sido presentada de forma tan hermosa antes
- Toma el teléfono, tene cuidad que son frágiles.
- Cuanto tardaste.- Le reprochó Carolina, aunque por la cara que puso, se dio cuenta de que se tomó su tiempo para tomar unas fotografías de tan preciosa vagina.
Y no quedó ahí, entre anécdotas intrascendentes y una comida deliciosa, el verdadero dialogo se daba bajo la mesa… con su pie desnudo acariciando la pierna suave como terciopelo de Lucrecia, subiendo más y más hasta acariciar las puertas y bisagras del cielo, con ella dedicándole una sonrisa de placer cuando llegó a su centro…
- ¿Esta rico el asado Lucre?- Preguntó cachonda Zoey.
- Es el mejor que probé en mi vida.
La muy turrita se acercaba más al plato para que el pie pudiera encontrar su sexo con mayor facilidad. El acto lascivo pasó desapercibido por los comensales, pero lo hizo durante tanto tiempo que su dedo pulgar quedó húmedo de sus jugos.
Decidió redoblar la apuesta, y mientras Antonia y Florencia repartían las casatas le mando una foto de otro tipo de “postre” Una obscena foto de su pija, de las que le gustaba mandarle a Julieta desde el baño de su trabajo…
“¿Te gusta? ¿Sabrás que hacer con este pedazo nena? Si queres te pudo enseñar”
A lo que le respondió…
“Me gusta mucho. Los videos ya me dieron muchas ideas, pero antes me vas a tener que hacer varios favores. Después de comer, a las 4 en mi pieza. Te espero.”
La nena era golosa, al parecer no iba a poder tener un día de descanso, sin dudarlo, no desaprovecharía semejante oportunidad de los dioses. Lucrecia, la figurita más difícil, era la que le faltaba a su álbum. La cantidad de jovencitas de 18 atraídas por su desempeño actoral era desopilante, nunca imagino que realizar un viejo sueño en video serviría para futuras conquistas, creyó en su momento, que algo así sería guardado bajo siete llaves.
Pero increíblemente, habría algo con lo que entretenerse antes de que llegaran las 4. Tras terminar de comer y ayudar a su hermana a limpiar los platos, los grandes, Román, Myriam y Antonia, se irían al centro de la ciudad a comprar los pasajes y regalos (las mujeres querían hacer regalos navideños tardíos)
- Yo también voy, tengo que comprar cosas…- Se sumó de último momento Arturo.- No tengo una malla decente ni fo… ni fo… fotos, voy a imprimir fotos.- Piloteó antes de decir la verdad.
- Si querido, veni tranquilo, de paso nos ayudas con las bolsas.- Expresó Myriam.
- Somos compradoras compulsivas y Román se pierde en el bar con la televisión y no nos ayuda.- Remató Antonia.
- Bueno vamos que el camino es largo. Vamos despacito hasta el estacionamiento donde tengo el auto que el día esta bárbaro.- Román, aunque tenía un par de vehículos los usaba rara vez. No le gustaba manejar, era más de caminar a la sombra, cosa rara en alguien de su edad y poder adquisitivo.
Algunas mañas el dinero nunca las borraría.
- Una tarde de shopping para los grandes, una tarde de piscina para nosotros.- Expresó Florencia guardando los últimos platos relucientes.
- Suena a divertido. Me viene muy bien un baño para relajarme.
- Vamos a ver si te relajas…- Le dijo al oído.- Julieta esta, rara. No se separa de su padre desde que llegó. Algo me dice que tiene el complejo de Elektra.
Matías ya lo había notado, siempre abrazada a él, siguiéndolo. Aunque Gustavo era un cerdo y no era precisamente la persona más fraternal del mundo se los veía juntos como si fueran una pareja, o una ninfa obnubilada por un fauno.
- ¿Sabes lo que me dijo? Se estuvo probando mallas frente a él encerrados en el baño, preguntándole cuales le gustaban más. Se desnudo frente a su papito una y otra vez y él eligió la más escandalosa… vamos a ver en qué termina la novelita.
- ¿La más atrevida como vos? – Le dijo antes de que se fuera a cambiar con una sonrisa.
En la piscina, ya estaban en el agua la parejita del momento, Julieta y Gustavo. Afuera, Mónica, Carolina y Zoey estaban tomando sol en topless boca abajo, con tangas tan minúsculas que daba lo mismo usarlas o no. La de Zoey incluso tenía los hilos de las caderas trasparentes. Gloria prefería estar al margen, tomando sol vestida en el extremo opuesto, expectante. Agustín leía un comic al lado de Santino (Liga de la Justicia Oscura, por cierto), con bebidas en la mesa. Matías se sentó a su lado.
- ¿Pega el sol primos? ¿Qué toman?- Dijo probando una bebida frutal a la que le habían echado alcohol. Había una mesa de playa con dos cubetas de hielo repletas de botellas de colores distintos.
- Estoy arrepentido de ponerme malla sin calzoncillo.- Le dijo Santino por lo bajo.- Hace quince minutos que tengo una tienda de campaña por culpa de estas tres hembras.
Matías observo a las mujeres, no les importaba enseñar los senos cuando tomaban sus bebidas o jugaban entre ellas. En especial a Moni, que ni siquiera los ocultaba del todo. Estaba apoyada sobre sus codos, con la espalda arqueada y sus senos se rebelaban bastante bien.
Por cierto, la relación madre e hijo estaba tan desvirtuada que Santi se refería a ellas como “hembras” aún con su mami entre ellas.
- Gustavo no sabe qué hacer, si mirar las tetas, o seguir jugando con Julieta.- Le dijo Agustín, que se hacía el que leía el comic pero en realidad ocultaba una erección con él. Fue una buena observación, dado que aunque jugaba con su hija ahogándola de mentiritas y tirándole agua, su vista se desviaba al trío de sirenas frente a él, de senos orgullosos y bamboleantes contra la toalla.
Matías, como siempre, hizo escuela marcándole el camino al resto…
- ¿Te paso protector Carolina? El sol esta fuerte y no te pusiste- Le preguntó a la más cercana a él, antes de que ella le diga que si, ya tenía el aceitoso protector en las manos. Luego les indico al resto que lo siguieran con una seña disimulada.
Santino se colocó a tras de Zoey para pasarle la oleaginosa sustancia.
- Pásamelo bien que me hecho una siestita.- Le expresó la pelirroja.- Por todos lados…- Guiñándole un ojo.
Agustín fue con Moni, que se acostó completamente.
- ¿Vos de nuevo? Que servicial que estas últimamente Agus.
- Vos relájate, tanto jugar jueguitos me dio dedos hábiles…
-Es una buena idea, me encanta el murmullo del viento en los árboles, el olor a agua y protector. Es como tener una porción de playa pero en la intimidad de un hogar.
Matías posó sus manos sobre la espalda desnuda de la castaña, una espalda que anoche había visto de múltiples formas. Su piel fue tomando color y temperatura al contacto con sus manos. Ella se corrió el cabello para facilitarle la labor.
En ello, llegó Florencia cambiada, y dispuesta a sumarse a la movida del topless y caricias desde el minuto cero.
- No sabía que iban a hacer eso, me viene bien para broncearme parejo.- Y ahí nomas, de pie, se saco la pieza superior para dejar sus melones familiares bamboleando de libertad, con los pezones duros de excitación.- Espero que no moleste…
- No jodes, manejo un taxi, me la paso viendo tetas en las protestas de las feministas.- Aclaró Gustavo, que nadaba con su hija en la espalda, hipnotizado tanto por esas tetas como con esa malla que le marcaba los labios vaginales. Florencia se sentó frente a ellos dejando sus tetas colgando, ni siquiera dejaba que sus cabellos negros se las ocultaran al sol y los espectadores.
- Igual por lo que vi no me vas a comparar con las feministas ¿No?
- Para nada, para nada.- Dijo bajándose los lentes y silbando por lo bajo. Decir que había perdido la compostura era poco.- Si vos te juntas con ellas te echarían porque te robarías la atención.
- No se vale, están todas en topless menos yo. ¿Puedo papa?- Se quejo Julieta acercándose al agua, tirando de la mano de Gustavo. Era tan menuda al lado del urso y peludo hombre que parecía la típica pareja gay del cazador y el oso.
- Vos no Juli, que aprovechen la intimidad ellas. Vení sigamos nadando.- Expresó el gigante. Todo su cuerpo estaba cubierto de espantosos tatuajes, de figuras monstruosas pero en una calidad pésima, como hechos en un gulag durante una desafortunada estadía en Rusia.
Juli no se quedaría atrás. Tenía una tanguita preciosa color blanca, casi traslucida, que le remarcaba la empanadita como si no llevara nada puesto, y atrás, un escandaloso hilo dental que se le metía aunque tuviera un traserillo humilde. Arriba, sus pezones copito estaban inflados y resaltaban casi como si estuvieran al aire.
- No se vale, yo también voy a hacer topless y disfrutar de la intimidad.- Y sin avisar, se desato el bikini revelando los senos frente a su padre.- Ahora sí vamos a nadar.
- Estás atrevida he, no sé qué te pasó, te salvas por ser grande, sino te daba un cachetazo por puta.-
Como siempre, Gustavo era bastante tosco para hablar. Sin embargo, no parecía importarle tanto que su hija se le pegara al cuerpo con sus pechos al aire y mojados.
- ¿Qué pasa? Cubrime con tu cuerpo, además, si me habrás visto desnuda cuando me cambiaba, no te escandalices papito.- Dijo colgándose como una monita para darle un pico. El nivel de morbo subía y subía incontrolable.
El morbo iba en aumento, Matías lo había pensado antes y lo pensaba ahora más que nunca. Su Julieta, estaba irreconocible. Como si tantas rondas de perversión con él hubieran matado a la anterior Julieta dejado un cascarón repleto de perversión. Y lo peor, era que le gustaba… verla nadar con los pechos al aire de una punta a otra, con su padre acercándole bebidas con la mirada clavada en sus tetas era impagable.
- ¿Vos Gloria no te descubrís?
- Capaz que después, por ahora estoy bien a la sombra.- Le respondió de una rubia a otra.
Cuando Julieta nadó de un extremo a orto y se estiró para tomar una bebida ocurrió un accidente.
- ¡Huy la puta madre! Me volqué licuado en las tetas… está frío.- Acercándose a él.- Primo, vení, alcánzame una toalla.
- Tengo una idea mejor…- Así que ante la presencia de todos, valiente como era, le paso la lengua en todo el surco amarillento que el licuado había dejado hasta el pezón, erizando cada poro de esos senos con su contacto.
Ese fue el disparador que descontroló todo de la mejor manera… Zoey y Santino empezaron a besarse, arqueándose ella para enseñar las tetas, Mónica se puso boca arriba y tiró sobre ella a Agustín también para besarlo. Aprovechando su distracción, Florencia lo empujó al agua entre risas.
- Primo, hacia bastante que no eras cariñoso conmigo, me tenes bastante abandonada.- Expresó Juli abrazándolo, sintiendo el delicado roce de sus timbres contra los de él.
- Bueno, hay otras personas que te merecen también…- Mirando a Gustavo con cierto temor. Este se acercaba pero solo a la escalinata para salir.
- Me fumo un puchito mientras tomo sol, me cansé de nadar. Ustedes hagan lo que tengan que hacer...- Dijo como el dueño del pabellón, y ahí, a la vista de todos, se sacó la malla pelando la pija.- Me gusta broncearme parejo.
Ahora entendía porque Santino tenía semejante morcilla, el gen caprichoso venía de Gustavo, dueño de un matambre ajustado venoso y longo que debía llegar durmiente a los 17 centímetros. Lo que medía el suyo erecto.
- Mierda… - Susurró sin poder contener la admiración a semejante monumento. Le hubiera gustado nacer con algo así colgando, aunque podía ser malo para la espalda cargar con tanto peso.
- ¿Vos que esperas?- Le expresó la rubia pegada a él, manoseándole la polla por fuera- ¿No te unís al desnudo familiar?
Santino ya se estaba despojando de su prenda mientras Zoey le besaba el cuerpo e iba bajando, Agustín, por su parte, era acariciado en las nalgas por Mónica. Flor y Carolina se tiraron al agua pero esta vez, sin nada de nada, como Dios las trajo al mundo.
A pesar de la perversión, los sonido de goce de Santino, del besuqueó de Moni y los besos en sus pectorales de Julieta, no podía estar cojiendo cada 15 minutos, más sabiendo que en breve, alguien lo esperaba en la ventana que daba a la piscina, la habitación que vista desde abajo, parecía salida de Romeo y Julieta.
Matías se salió de la piscina desnudo, a pesar de extrañar a Julieta como a nada en el mundo. Con el pene colgando semierecto se posó frente a Gustavo tapándole la sombra.
- Quiero que me releves, quiero guardar energías para después.
Gustavo se bajó los lentes para verlo, como si fuera algo insignificante, una escoria que se interponía entre el sol y él. Así de imponente eran sus gestos.
- Muy bien, correte mariquita, yo tomo tu lugar. Cuídame la birra y el asiento enano.
Gustavo volvió a la piscina desnudo. Era increíble que se hundiera, cualquiera pensaría que se su pene flotante no lo dejaría tocar fondo. Julieta se mostró sorprendida, pero no superada, y se fue acercando a su padre con la pieza de debajo de su malla en la mano.
- Te extrañe mucho, pero mucho papito. Pasaron muchas cosas en tu ausencia, hay juegos nuevos…
- ¿Me tomas por boludo? Mira a tu vieja, esta curtiendo con un nene y el resto no se queda atrás, ya me cayó la ficha desde que pise esta casa, boludita.
- Entonces… no hay problema si…
- Vení, te voy a dar un correctivo pendeja putona.
Gustavo la sentó en la escalinata para tenerla frente a frente, solo así sus rostros quedaban empatados, y allí ocurrió un nuevo alineamiento de planetas, de galaxias… labios de padre e hija se encontraron ¡Y cómo se besaron! No fue un simple beso, más bien parecía que quería sacarle el esqueleto a Julieta por la boca. También manoseó sus tetas para comprobar el crecimiento de su retoño, y parecía complacido ya que empezó a mamar de ellas.
- Muy bien hijita, enseñale a papito lo que aprendiste este tiempo.- La alentó como toda una proxeneta Mónica.
La amiga de Mónica, Gloria, empezaba a tocarse la entrepierna disimuladamente, en completo silencio, sin duda tenía un dejo de voyeurismo demostrando que cada ser humano tenía gustos diferentes.
Su pene no podía quedar afuera de semejante orgía, pero si volvía a hacerlo sentía que moriría y cada segundo debía reservarlo para Lucrecia. Sintió envidia por Agustín, que se devoraba la vagina de Mónica desde debajo de ella… también por Santino, que hacía un 69 con Zoey ahogándola con su pollón de vez en cuando… hasta Flor la pasaba bien, envuelta con Carolina muy cerca de Julieta y
Gustavo. Las manos de ambas estaban perdidas bajo el agua…
- Veni tetona, quiero comerme esas gomas.- Florencia hizo caso y Gustavo le agarró una teta para chuparla como un poseso. Carolina hizo lo suyo con la otra enorme teta… no era la primera vez que Florencia tenía a dos seres humanos prendidos a sus senos, era lo que generaban semejantes melones.
- Chupan muy fuerte, despacio…- Se quejó indefensa ante esas bocas voraces que le estaban dejando los pechos blancos colorados de mansos chupones que le propinaban.
- Te las voy a mamar hasta sacártele leche pendejita putona.- Le expresó Gustavo, el rey del harem en ese momento.
- Mati, por favor unite…-Le rogó Julieta que masajeaba los músculos tatuados de su padre, deseosa de otros labios que la devorasen.
- No puedo… perdóname, esta vez voy a ser el espectador. Denme un buen show.
- Me parece bien, ahora te toca a vos mirar desde afuera.- Le dijo Mónica, sentada sobre la boca de
Agustín, que más que sufrirlo, lo gozaba sopleteando los orificios con estruendo.
La música de la excitación llegaba sus oídos mientras recorría a las parejas de baila alrededor y dentro de la piscina. Ahora Carolina le mamaba la pija a Agustín, que estaba desprotegido ante Móni que le tomaba las manos para que le exprimiera las tetas.
Zoey gemía como loca ante la embestida de Santino, que le mandó a guardar su cohete en el hangar con una dureza característica de él.
- ¡Me vas a desfondar con eso, bruto!
En el agua, Julieta se besaba con su padre estando acostada al borde, mientras Florencia, sobre ella, le lamía las tetas y descendía hacia su húmeda vagina…
Sin notarlo, tenía un mensaje en celular, y mientras Gustavo salía de la piscina para posicionar su polla en la boca de su hija, Matías decidió dejar de lado cantidad y calidad, por rareza. Así era Lucre, el perfume difícil de ese catálogo prohibido, la que lo llamaba como un sirena desde su habitación para quién sabe hacer qué… como un marinero griego, se dejó engatusar y abandonó el espectáculo del patio.
Sintió los sonidos del sexo apagarse en su mente dando lugar a las maderas crujientes de las escaleras, luego la puerta rechinando al abrirla, para embriagarse la piel de oscuridad. Por la ventana cerrada entraban finos rayos de luz que dibujaban una silueta que se le fue acercando, alta, portentosa, joven…
- Estoy harta de estar al margen, y me dijeron que la membrecía la das vos, Mati. - Le expresó en voz baja Lucre, abrazándolo en la oscuridad. Sentir un cuerpo tan joven y una vocecita como esa le trajo recuerdos del inicio de todo.- ¿Te gustó lo que viste bajo la mesa?
- Se me ocurren muchas maneras de hacerte entrar a mi círculo infernal.- Dijo y tomando las riendas, casi desesperado, la puso contra la pared y empezó a acariciarle la vulva, apoyándola contra el muro…- Y me encantó lo que había bajo tu pollerita de jean, la que tenés puesta ahora picarona.
- Vi tus videos, no doy más, quiero tenerte para mí ¿Te parezco apta? – Preguntó mientras el hombre le llenaba el cuello de besos y sentía su perfume prohibido.
- Por supuesto corazón, con la gracia con la que andas por ahí sin bombachita estás más que preparada…- Le susurró mientras encontraba su clítoris tan respingado mientras su boca se hacía agua. Con una mano le oprimía las tetas turgentes mientras en la tremenda frotada la pollerita se le subía al vientre dejándola desnuda de abajo.
- Mmmm ahí, tocame ahí Mati… ahí…- Dijo engolosinada en un suspiro, mientras le refregaba su trasero firme contra su miembro semierecto.
Nuestro protagonista no podía creer que en la oscuridad de esa habitación estaba poseyendo a la hija de Román, la única regla en esa casa sin reglas estaba por ser violada contra una pared… aunque se le ocurrió algo mejor.
- Veni, seguime nena, tengo un lugar mejor.- Aunque darle masa en su propia pieza era tentador una idea le hizo ruido hasta ganar la contienda.
- ¿Conoces mejor la casa que yo? ¿A dónde me llevas? – Preguntó Lucre que paseada por toda la casa en paños menores: Esa escandalosa pollerita de jean corta toda subida y un corpiño floreado.
La condujo como a una amante secreta a la habitación secreta de Román, la misma en la que le había hecho el anal a Florencia. Una habitación con una camilla de cuero pensada para hacer de todo sobre ella.
- Tírate acá, antes de comprar la mercadería la tengo que probar.- Dijo acostándola y besando sus labios. Se notaba lo tierna que era por la manera de besar a años luz de las formas pecaminosa del resto. Lucre aún era una frutita muy verde. Él con su lengua exploró su cavidad bucal para darle el golpe de horno que la joven pedía a gritos.
Abriéndole las piernas, ahí, expuesta y presentada cual presente navideño, le vio la vulva en todo su prohibido esplendor, y vaya sorpresa se llevó cuando descubrió su virginidad.
- No puedo creerlo, voy a tener que chupar con cuidado entonces.
- ¿Te sorprende? ¿Es un problema?- Susurró traviesa con los ojos entrecerrados por el placer que le daban esos dedos abriéndole los labios.
- Al contrario.- Susurró tocando el delicado himen con sus yemas, sintiéndolo ceder bajo su presión.-
Esto te vuelve un plato aún más exquisito. – Y le estampó un chupón tan sonoro que resonó en toda la casa, lengüeteando su vagina cerrada y su clítoris como si fueran los primeros.
- No puedo creer que seas tan virgen…- Su himen cedía con cada chupón como si fueran delicadas alas de mariposa.
- Bueno, algo pasó, para aprobar el final el otro día, tuve que mostrar un poco de carne, nada más.
- ¿Nada más? ¿Vio semejante espectáculo y tu profe no hizo nada?- Preguntó incrédulo emergiendo de sus labios.
- Bueno, le enviaba fotos, era mayor… no importa.
- Quiero esas fotos. Son requerimiento para la membrecía. – Una vez que Lucrecia aceptó en compartir su pornografía prohibida, el hombre siguió con la degustación vaginal.
Sus manos le descubrieron las tetas para tironear sus hermosos pezones y juguetear con unos melones muy generosos para la edad que tenía. Tener sus zonas erógenas tan expuestas y bajo ataque la volvió loca en cuestión de segundos… bastaron pocos minutos de acción simultánea boca, dedos para que Matías sintiera un caudal ardiente desembocando en su mentón y labios.
Matías aprovechó para sorber el flujo que corría por la raya de su culo, aprovechando para chuparlo y apuñalarlo con su lengua. Tenía un perfecto asterisco nudoso
- Ahí no… se que te gusta pero no, está sucio.
Pero el hombre la tomo con sus brazos y oprimió su boca contra el ano sin importarle sus quejas, hasta que Lucrecia cedió y se relajo para dejarlo disfrutar de su otro orificio. El orificio con mala fama, reivindicado en cada episodio de sexo protagonizado por él.
- Mmm me lo estás lamiendo como a Julieta, no pensé que caerías ahí tan rápido.
- Sos tan prohibida que no sé si esto se va a poder aprovechar de nuevo.- Expresó estirando el hoyito con los dedos para meter su lengua mejor.
- Tan profundo no, no. Tan hondo no vayas…
Aunque no le hizo caso, y además de meter su lengua coló un dedo entero para sentir su ardiente interior.
- Para esto chupo culo, me genera estas cosas.- Explicó ensañándole la pija en todo su esplendor, latiendo de ganas de llenar alguna parte de su humanidad con semiente.
- ¿Chupaste antes?
- No, nunca ¿Me enseñas?
- Para eso estoy… Vos empeza con la lengua, con cuidado de no rozar con los dientes, ayúdate con las manos hasta que te sientas segura con la boca… así, muy bien nena, muy bien.- Expresó al verla lengüetear como gatita y llevarse el glande al final de la lengua.- Proba en tragarla después, cuando este segura o podes morder sin querer.
Lucrecia iba bien, tan bien que se puso tetas abajo para cabecear mejor, y el hombre se estiró para estrujar sus nalgas y seguir con el jugueteo anal, mientras la penetraba cada vez más profundo en su orificio oral
Para desgracia de ambos, cuando el hombre estaba por relajar esfínteres para soltar su bendición navideña, se escucharon pasos apresurados rumbo a la habitación.
- Rápido, veni acá, nos vamos a esconder.- Le indicó a la jovencita, que lo siguió asustada hasta un armario donde tenían las cajas con juguetes (no la clase de juguetes que se ven en Toy Story) y lencería sadomasoquista. Entre esas prendas se ocultaron a tiempo antes de que una pareja ingresara a la habitación secreta.
Se trataba de Zoey y nada más y nada menos que Mónica. No podía creer lo que veía a través de las finas rendijas de las puertas del armario con Lucrecia pegada a él.
- Veni puta hermosa, quiero hacerte chanchadas como en el video.- Soltó Zoey entre una maraña de cabellos negros y rojos entrelazados, hasta que los rojos bajaron a la australidad de la milf.
- A ver pendeja, haceme lo que quieras… ahah, ahah, ahaha, aaahh, ahahah.- Empezó a gemir como puta de una, ni bien la pelirroja empezó a lamerle la concha. Mónica tomo esos pelos ardientes para limpiarse la vulva con esa boca como le gustaba hacer a todos los afortunados de llegar a ese recóndito paraje.
Con lo sanguíneo que era, sumado a que estaba a punto de correrse, el pene de Matías estaba al palo, cual mástil de bandera. Y para alimentar el morbo, empezó a meterle un dedo en la cola a Lucrecia, que sin poder moverse estaba indefensa a su ataque anal.
Aunque no estaba seguro de si lo sufría o no, y aunque se meneaba despacio, procurando quedarse en silencio, de atrás hacia adelante entre las cajas. El anillito apretaba desde la uña hasta el nacimiento del anular. No le molestaba tampoco que acariciara las paredes internas con fervor, mientras le refregaba la polla por las nalgas.
En esa camilla Zoey y Móni tuvieron sexo lésbico ejemplar, unas tijeras frenéticas, ruidosas como maratón en chancletas. Con ambas vaginas, una roja y la otra depilada raspándose como lija una contra otra hasta que se corrieron chorreando todo el lugar.
Para desgracia del dúo, las mujeres no se iban. Presenciaron un 69 clásico y funcional, luego Zoey recibió gustosa la vagina sobre su boca cuando Móni se le sentó…
- Mati, sacame el dedo del culo por favor…- Susurró Lucre, aunque Mati no le hizo caso.
El hombre le puso una mano en la boca para que no hable, y tras chupar ese dedo prohibido con sabor a nena, siguió masturbándola en el clítoris. No daba más, estaba pensando en salir y cogerse a las tres a la vez de alguna forma.
Lucrecia dejo soltar un gemido filtrado entre su mano cuando llegó al orgasmo que le baño el placar, era imposible que las lesbianas no la escuchasen. Mónica abrió la puerta y los encontró, con él sentado y ella sobre él a upa.
- No lo puedo creer ¿Porqué no salieron tontos?- Expresó Móni.- Yo sabía que te estabas reservando para algo así hijo de puta…
- ¿Quiénes son? ¡Oh por Dios Lucre!- Se asustó Zoey- Pensé que tu viejo…
- Román no tiene que saber nada, nos escondimos pensando que podía ser el viejo, pero eran ustedes.
- No te preocupes, no decimos nada, obvio.- Se mostró compinche la pelirroja, con el rostro repleto de sustancias sexuales.
- ¡Sí, éramos nosotras y siguieron escondidos como si fuéramos yuta! Que boludo, vení para acá. – Lo sacó de allí la morocha- Lucre mirá y aprende…
- Algo aprendí, no salimos por las dudas, nada más.
Acto seguido, ocurrió algo que no pensó que ocurriría ni siquiera a esas instancias de perversión.
Tanto Zoey, como Móni, lo acostaron y empezaron a chupar la pija como las expertas que eran, mientras Lucre miraba atenta a su polla perderse en una boca y luego en otra.
Fue un delirio, cosas que había visto en pornografía se hacían realidad una a una, entre ellas, un pete con tres féminas, con Lucre en el medio y las otras en sus bolas y ano. Su piel ardía de placer cada vez que Móni tocaba el centro de su culo con su lengua o Zoey chupaba su escroto como si se alimentara de su aceitada piel. No tardó en correrse gracias a las enseñanzas que Mónica le daba a la castaña y bañó de leche ese rostro inocente y virginal, el único prohibido de ese lupanar de mala muerte…
- ¿Te gusta? Probalo, dale.- La alentó Zoey- Es un paso importante.
Lucre se quedó quieta con la lengua afuera mientras las gotas de su nariz y ojos bajaban hacia su boca. Mónica la ayudo llevando el semiente a la boca, y para sorpresa del trío, Lucre lo probó y lo tragó.
- No está tan feo como me contaron, no sé… aunque se vuelve viscoso.- Matías no pudo responder porque tanto Zoey como Mónica se turnaron para besarlo una y otra vez. Le encantaba tener a semejante mujeres tan ocupadas en complacerlo en todo sentido…
- Bueno, aunque te baño la cabeza esto no es un “bautismo” ¿Estás lista Lucre para entrar a la liga?- Le preguntó Móni enseñándole la polla alzada una vez más.- Sabes a lo que me refiero.
- No pensaba debutar así, con público… por otro lado, este calor que tengo no me lo puedo sacar de otra forma…- Y para su sorpresa, empezó a subir a la camilla con las patitas abiertas.
Lamentablemente, la acción debería interrumpirse una vez más y Matías maldijo a todo el panteón griego, los Dioses del Valhala y hasta los egipcios. Se escuchó la llegada de un auto y todos, en especial Lucrecia debían retomar sus lugares.
- Menos mal que no te sacaste nada, es una suerte.- Opinó la milf- Cualquier cosa estábamos nosotras dos con Matí, andate a tu cuarto, dale.
Lucre tras acomodarse la ropa interior y el corpiño salió hecha una luz antes de que se escuchara el sonido de las llaves en el picaporte.
- Mati, dejamos toda la ropa en la pileta afuera, somos unas boludas.- Se asusto Zoey aunque sin razón, ya que una vestida Julieta como una heroína llegaba para darles las prendas.
- A Carolina le llegó un mensaje de que su hermano estaba volviendo, no sabía que estaban acá, tomen, vístanse.
- Sos un sol hijita, gracias.
- Te zarpaste en buena Juli.
Hechos una luz, agradecidos a la rubia por su cordialidad, se vistieron para salir más o menos presentables de la habitación prohibida. Como espías, llegaron a las habitaciones a los costados del pasillo repartiéndose sin que nadie notara nada. El crimen perfecto había concluido, aunque Matías no había podido concretarlo del todo.
Ese episodio secreto con Lucrecia le inyectó tanta testosterona que podría violarse un toro hasta hacerlo llorar. La espera para el jodido strip poker fue eterna, le costó irse a dormir solo, sin su amada Julieta, más distante que nunca desde que todo empezó, conformándose con un beso húmedo de fin de año, a escondidas tras brindar por un año nuevo lleno de diversión.
Gracias por leer, en breve subiré el último capítulo
Mis otros capítulos:
I - http://www.poringa.net/posts/relatos/2848482/Jugando-con-su-primita.html
II - http://www.poringa.net/posts/relatos/2851819/Jugando-con-su-primita-Parte-II.html
III - http://www.poringa.net/posts/relatos/2851820/Jugando-con-su-primita-Parte-III.html
IV - http://www.poringa.net/posts/relatos/2881590/Jugando-con-su-primita-IV.html
V - http://www.poringa.net/posts/relatos/2884463/Jugando-con-su-primita-V.html
VI - http://www.poringa.net/posts/relatos/2888633/Jugando-con-su-primita-VI.html
VII - http://www.poringa.net/posts/relatos/2890367/Jugando-con-su-primita-VII.html
VIII - http://www.poringa.net/posts/relatos/2892208/Jugando-con-su-primita-VIII.html
IX - http://www.poringa.net/posts/relatos/2895157/Jugando-con-su-primita-IX.html
X - http://www.poringa.net/posts/relatos/2900751/Jugando-con-su-primita-X.html
XI - http://www.poringa.net/posts/relatos/2929753/Jugando-con-su-primita-XI.html
XII -http://www.poringa.net/posts/relatos/2947541/Jugando-con-su-primita-XII.html
Para mi desgracia, pensaba que este sea el final, dado que quedó tan largo, tendré que hacerlo en dos partes, pero descuiden, que el siguiente capítulo es el final.
Como siempre, les hago desfilar a las féminas de la historia en imágenes que pretenden ser ayuda memoria y a la vez incentivo, aunque la decisión final de como lucen está en sus cabezas
Sin más preámbulos pasamos al final de esta saga, que fue creciendo hasta este punto, espero que sea de su agrado, no se olviden de comentar, puntuar, lo que gusten
Gloria
Mónica
Julieta
Carolina
Zoey
Florencia
Lucrecia (por fin)
Matías sintió que habían sido muchos cambios para una casa, en tan poco tiempo. Notó las miradas como puñal por parte de Julieta y Mónica, dado que no las tomó en consideración para la escapada al hotel… las risitas de Carolina, Zoey y Lucrecia, que cada vez que pasaban cuchicheaban y le guiñaban un ojo. Si se reían por su “desmayo” estarían siendo injustas. Ninguna máquina funcionaba para siempre y su aparato sin hueso había dado todo por complacerlas. Por su parte los varones, Agustín y Santino pedían detalles de la escapada que no pasó desapercibida, y la recién llegada Gloria, coqueteaba con él a cada instante.
- ¿Así que saliste a conocer la ciudad? Qué raro de noche, Entre Ríos se disfruta más de día.
- Es más tranquilo para mi, necesitaba aire fresco, eh ¿Gloria no?
- Sí, como la canción, aunque no me la cantes porque me enojo.
- La noche estaba ideal… recorrimos la ciudad, vimos una película interesante.
- ¿A sí? ¿Una película? ¿Será un regalito que te dejaron en el árbol?
Fue a ese punto que decidió dirigir su atención. Su Julieta estaba muy distraída con la presencia de su padre y casi no le daba bola, Mónica y Santino no se separaban, Flor y Agus jugaban a la playstation como si no hubiera ocurrido nada sospechoso (había olvidado lo joven que seguía siendo su Flor) y Román, por su parte, como buen anfitrión estaba muy ocupado con los quehaceres y en atender a sus hermanas, pero Gloria estaba con el foco puesto en él…
- Exacto, creo que me la olvidé en el auto, voy a buscarla…
- Te acompaño. Me va a venir bien tomar aire, hay mucha gente acá.- Le susurró guiñándole un ojo…
Sin embargo, Román se metió sin darse cuenta que arruinaba un momento.
- En una horita comemos campeón, necesito que vayas a comprar un poco de leña y carbón para la noche, tenía menos de lo que creía y más tarde va a estar todo cerrado.
- Me parece perfecto. Ya mismo salgo.
- Te acompaño, me quedé sin… bueno, cosas de mujeres, tengo que comprar. ¿Me acercas al mercado?
- Claro, venden todo en el mismo lugar.- Román le había indicado antes el supermercado más cercano donde podía comprar los elementos ignífugos.
Mientras Román le ordenaba a Lucre que preparara la ensalada y Santino ponía la mesa (frente a la piscina) Matías terminó agradeciendo la salida al mercado ya que iba acompañado de Gloria.
- Que de gente para una casa, es grande pero tantas personas me asfixian. – Expresó Gloria bien acomodada en el asiento de al lado. Ni miraba el paisaje, solo a él…
- Y eso que se bajo gente, tres sobrinos de Mónica iban a venir, pero se fueron a Brasil o no sé dónde.
- Sí, me contó: Juan Cruz, Federico y Clara. Bueno, por un lado mejor… ya somos varios.
Matías se percató de que su celular había quedado en el auto toda la noche y había recibido varios
mensajes que en cada semáforo, leyó con entusiasmo.
Un número misterioso le había mandado un mensaje revelador por la noche, decía que tenía fotos de Román y él cogiendo con Julieta… había sido en la noche de la lencería erótica. Decía que se cobraría favores a cada hombre o esas fotos serían dadas a conocer a las personas equivocadas…
- ¿Qué carajo?
- ¿Todo bien? Esta en verde hace varios segundos.
- Sí, sí todo bien Gloria. – Acelerando a fondo, por suerte no había mucho tránsito por esas calles barriales.
Una vez que llegaron se dividieron. Mati fue por las bolsas de leña y carbón aunque estuvo más concentrado en conocer la culpable de esos mensajes. Sus dedos se movieron como patas de araña en cada instante que tenía en el trajín del mandado.
Por fin, mientras pagaba en la caja, se le rebeló la culpable del mensaje acosador: Lucrecia. Resultó ser más picarona de lo que creía.
“Sé todo lo que hicieron con Juli, vi bastante y mi papa me va tener que dejar jugar o le mando las fotos a mi mamá, y vos vas a tener que hacerme un favor o la mando a todos tus conocidos… ”
El emoji simpaticón lo alivió, quizás no era una amenaza sino un juego, se notaba que quería entrar en ese mundo a toda costa y estaba decidida a todo.
“Estoy en tus manos nena, lo que quieras, pero que esas fotos mías haciéndolo con Juli, no vean la luz… ”
“Sos todo un pillo Mati, te espero después de comer… ya veo donde. Pero me vas a tener que hacer un favorcito… Tus amigas Caro y Zoey me dijeron lo que te gusta hacer y para que sos bueno.”
- ¡Señor, faltan 40 pesos le dije! ¿Puede dejar el telefonito?
- Perdón, perdón, recibí una mala noticia… tome.- Le mintió al antipático cajero.
Pagando, salió con las cuatro bolsas, dos en cada mano, mientras Gloria lo esperaba en el auto y le abrió para que pusiera la carga.
- ¡Que fuerza, yo no pudo levantar ni una de esas!… lástima que estás tan distraído. – Le expresó cachonda acariciando su brazo inflado. Con tanto mensaje extorsivo había olvidado que estaba ante una gran oportunidad de pasarla bien con semejante rubia.
Adentro del auto, Gloria lo devoraba con la mirada y hasta le acariciaba la mano cuando ponía los cambios.
- Gloria, en la guantera creo que tengo un caramelo, fijate si queda alguno…
- No veo ninguno, pero encontré algo que conozco bien.- Tomando el DVD. – Yo a este lo conozco, tengo una copia ¿Te gustó lo que viste, Matías?
- Esta muy bien filmado, aunque me quede con ganitas de ver a alguien más…- Expresó acomodando el auto a la sombra, quitándose el cinturón, tomando a Gloria para besarla.
Era una mujer hermosa, candente, al nivel de Mónica, lo supo al segundo de tomarla en brazos, de vientre chato, senos firmes y turgentes, un perfume en su cuello que era como una droga. También tenía un espíritu de amante, lo supo con sus acalorados besos, sus caricias que le rayaron la espalda, y su mano metiéndose en su entrepierna.
- Vaya que soy afortunado, no puedo creer esto…- Expreso en un susurro intenso mientras sentía la mejilla húmeda y la lengua de Gloria acariciando su glande.
- Me encantan estas pijas sucias, que estuvo en tus primas y quién sabe más dónde.
Si le dijera que había eyaculado en dos vaginas, bocas y hasta colas hacía horas no sabía si la asustaría, ya que el olfato revelaba que antes de una mamada esa pija necesitaba un buen baño, aunque a la sucia mujer parecía no importarle. Le chupeteaba las bolas como si fueran de helado, sorbiendo la salada sudoración que las encubría con devoción.
- Ahora es mi turno, te voy a dar un motivo para actuar conmigo en la próxima película…
Tras besar su cuello le descubrió las tetas para succionarlas. Tenía unos pezones hermosos, inflados tanto por su forma mastoidea como sus sonoras succiones. Sus manos mientras se deleitaban con la hermosa sensación de una vagina depilada, metiendo sus dedos en su oquedad más húmeda, de una humedad que avivaba el fuego de su interior.
- Jesús, gracias Móni por presentarme semejante macho…- Dijo extasiada, tomándolo de su pelo corto y refregándolo en su concha como papel higiénico, pasando cada resquicio de su glamoroso sexo por su lengua y labios. Cada milímetro fue sorbido y lamido como si fuera un virgen ante la cara de Dios por primera vez.
Cuando quiso meterle dos dedos en el trasero, descubrió con asombro que llevaba bolas chinas en él…
- Ya me alertó de tus gustos y quiero estar preparada.
- Que rico, sos una mujer de armas tomar.- Dijo, y sin retirar las enormes “canicas” le metió dos dedos para dilatar el interior del orificio al máximo, frotando con delicadeza las paredes del culo.
- Mmmm que bruto, cuidado con mi colita, mmmm.
- A mi me parece que te gusta bastante.- Moviendo las bola china más próxima en el interior. Sentía las paredes estiradas contra sus dedos y la vagina humedecerse con su cálido néctar mientras le lamia la rayita de arriba a abajo…
- Vamos atrás, le voy a dar a esa conchita hermosa lo que se merece.
- ¿Sí? ¿Me la vas a meter toda bruto?- Dijo poniéndose en cuatro para pasar atrás. Matías la tomó de las nalgas y teniéndola así la retuvo sorpresivamente para darle chupones en la vulva y el ano.
- Que ricos estos besitos sorpresa, pero dale, quiero que me taladres hasta el apellido pendejo sucio.
No tardo en pasarse atrás con cierta dificultad y penetrarla como Dios manda, con las piernas abiertas como una “V” con el plus de sentir la habitación de al lado ocupada por el escandaloso juguete. Sin embargo, aunque todo iba de maravillas, su cuerpo empezaba a preocuparlo… Calambres en brazos y caderas, seguidos de un profundo mareo empezaron a distraerlo, cuando la sensación de esa vagina estrecha y las grandes esferas chinas rozando su glande debería ser el foco de atención.
¿Qué le ocurría? ¿Tras tantas victorias en su vehículo haría el ridículo ese día?
- Mmm no aflojes ahhh ahhh ahhh vamos, fuerte como recién… ¡fuerte como recién!- Exigió la rubia atenazándolo con sus piernas, aunque por más que lo apretara contra ella (y hasta sentía a su vagina impacientada, cerrándose como un puño mojado contra su falo), no daba más. No había con que darle: Estaba agotado.
- Cojeme como a tu primita, dale, dale como a ella y te dejo que me chupes el culo de nuevo y me lo rompas a pijazos, daleeee…
Pero pasados pocos minutos, se corrió unas míseras gotas en esa almejita tan apetecible, que como mínimo, merecía haber sido untada de su caviar. Quedó agotado, casi desmayado contra los esponjosos senos de la mujer, que se apiado y se dio cuenta de lo que ocurría.
- Creo, Gloria, que estoy muerto, no fue mi intención durar tan poco… y quería hacerte el doble de cosas, pero no doy más.
- Te viniste del hotel con esas dos mujeres, me temía que esto pasara.- Dijo con amabilidad, acariciándole el cabello.- No te preocupes, en Buenos Aires me vas a dar justa revancha. Quiero que te prepares para darme el tratamiento completo.
- Ni hablar, eso dalo por hecho.- Dijo besándola con devoción en el asiento trasero testigo mudo de las más grandiosas victorias.
Tras un beso inesperadamente largo, casi adolescente, la ayudo a vestirse y pasaron al asiento delantero.
- Me siento avergonzado, ayer no dure toda la noche y caí desmayado, hoy me pasa lo mismo ¡Justo en el día del strip poker!
- Vas a tener que comer como un toro y dormir como una vaca, no queda otra, no podes seguir así porque te vas a perder lo mejor.
- No queda otra opción… - Sentenció tras pensarlo en un semáforo.- Agarra el celular mientras manejo, escribí en el grupo que se retrase hasta mañana. Necesito un día de descanso. Nada más.
¿Podría lograrlo? Aunque Moni accedió a que se jugara el 1 de enero a la noche, ya que de todos modos estarían todos presentes, al llegar descubrió que sería muy difícil descansar. Esquivar el sexo un día en esa casa, con semejantes féminas, sería como esquivar las gotas de lluvia en un aguacero.
Ayudo a Román a preparar los chorizos y el vació, pero ver a Lucrecia en corpiño y una pollerita extremadamente corta de jean, no era bueno para sus neuronas recalcitradas y fundidas.
- ¡Pone los vasos Lucre, te dije!
- ¡Ya voy! Me estaba dando un chapuzón, hace como treinta grados.
- No te podes tirar cada dos segundos, pone la mesa… Esta piba.- Se quejó Román dándole una nalgada cuando paso.- Y dejá de mirarla tanto he, que no te vas a dar el gusto.
- Mira tío, contenerla va a ser como mantener a un puercoespín en una burbuja, algo me dice que vas a ceder.
- Noooo para nada, la voy a mandar con las amigas mañana. – Expresó dándole un golpecito al mentón.
Era increíble como de un día para otro sabía que un pariente se la quería tirar y lo aceptaba con humor - ¿Te enteraste que juegan mañana no?- Comento mientras ponían los chorizos y las morcillas en una fuente para servirse a los ansioso comensales.
- Si, va a ser mejor, tengamos una cena familiar, mañana va a ser mejor.
- Para mí me da igual, otra noche más para disfrutar.- Guiñándole un ojo.- Otra noche con la rubia o la morocha, voy a ver a cual le toca hoy.
En eso se percato de lo cachondo que estaba Román, que por su edad, debería haberle dado un infarto la primera noche, pero ahí estaba, cojiendo más que él cada noche.
- Decime la verdad ¿Tenes alguna píldora mágica? Porque la verdad, creo que voy a necesitar ayuda.
- ¿Vos ayuda? Se me cae un ídolo, yo porque soy viejo tomo una, pero vos… te puedo prestar, pero tene cuidado.
- Créeme que ya no me siento un superhéroe, casi me muero anoche… - No se animo a mencionar el episodio con Gloria, al menos se sentía más seguro. Un día de buen descanso y píldoras para complementar y nada podría salir mal.
- Vos también, desde que pisaste mi casa que estas de parranda. Vamos a servir, después te paso un paquete y te indico como se toma.
La cena tuvo un condimento único que no estaba ni en los deliciosos embutidos argentinos ni el vacío condimentado con chimi… Lucre, Zoey y Carolina, estaban sentadas enfrente, con la manzana más prohibida en el centro.
- Mati, se me cayó el celular por donde estas vos, búscalo.
- A ver.- Le dijo a Carolina casi sin darse cuenta del tono lascivo.- Encontró dicho teléfono, y decía “mira adelante”
Allí, debajo de la mesa, ni bien alzó la vista encontró el tesoro al final del arco iris. Lucrecia no solo llevaba una pollerita de jean obscenamente corta, tampoco tenía ropa interior, y le estaba presentando la vagina más virginal que había visto en mucho tiempo, comprable quizás a la de Julieta, aunque esta era más pulposa. Bastaron dos segundos para que tal visión divina le calcinara las últimas neuronas que le quedaban.
Una mano de Zoey levantó la pollerita para que viera mejor, mientras que Caro le abrió una piernita, una vagina nunca había sido presentada de forma tan hermosa antes
- Toma el teléfono, tene cuidad que son frágiles.
- Cuanto tardaste.- Le reprochó Carolina, aunque por la cara que puso, se dio cuenta de que se tomó su tiempo para tomar unas fotografías de tan preciosa vagina.
Y no quedó ahí, entre anécdotas intrascendentes y una comida deliciosa, el verdadero dialogo se daba bajo la mesa… con su pie desnudo acariciando la pierna suave como terciopelo de Lucrecia, subiendo más y más hasta acariciar las puertas y bisagras del cielo, con ella dedicándole una sonrisa de placer cuando llegó a su centro…
- ¿Esta rico el asado Lucre?- Preguntó cachonda Zoey.
- Es el mejor que probé en mi vida.
La muy turrita se acercaba más al plato para que el pie pudiera encontrar su sexo con mayor facilidad. El acto lascivo pasó desapercibido por los comensales, pero lo hizo durante tanto tiempo que su dedo pulgar quedó húmedo de sus jugos.
Decidió redoblar la apuesta, y mientras Antonia y Florencia repartían las casatas le mando una foto de otro tipo de “postre” Una obscena foto de su pija, de las que le gustaba mandarle a Julieta desde el baño de su trabajo…
“¿Te gusta? ¿Sabrás que hacer con este pedazo nena? Si queres te pudo enseñar”
A lo que le respondió…
“Me gusta mucho. Los videos ya me dieron muchas ideas, pero antes me vas a tener que hacer varios favores. Después de comer, a las 4 en mi pieza. Te espero.”
La nena era golosa, al parecer no iba a poder tener un día de descanso, sin dudarlo, no desaprovecharía semejante oportunidad de los dioses. Lucrecia, la figurita más difícil, era la que le faltaba a su álbum. La cantidad de jovencitas de 18 atraídas por su desempeño actoral era desopilante, nunca imagino que realizar un viejo sueño en video serviría para futuras conquistas, creyó en su momento, que algo así sería guardado bajo siete llaves.
Pero increíblemente, habría algo con lo que entretenerse antes de que llegaran las 4. Tras terminar de comer y ayudar a su hermana a limpiar los platos, los grandes, Román, Myriam y Antonia, se irían al centro de la ciudad a comprar los pasajes y regalos (las mujeres querían hacer regalos navideños tardíos)
- Yo también voy, tengo que comprar cosas…- Se sumó de último momento Arturo.- No tengo una malla decente ni fo… ni fo… fotos, voy a imprimir fotos.- Piloteó antes de decir la verdad.
- Si querido, veni tranquilo, de paso nos ayudas con las bolsas.- Expresó Myriam.
- Somos compradoras compulsivas y Román se pierde en el bar con la televisión y no nos ayuda.- Remató Antonia.
- Bueno vamos que el camino es largo. Vamos despacito hasta el estacionamiento donde tengo el auto que el día esta bárbaro.- Román, aunque tenía un par de vehículos los usaba rara vez. No le gustaba manejar, era más de caminar a la sombra, cosa rara en alguien de su edad y poder adquisitivo.
Algunas mañas el dinero nunca las borraría.
- Una tarde de shopping para los grandes, una tarde de piscina para nosotros.- Expresó Florencia guardando los últimos platos relucientes.
- Suena a divertido. Me viene muy bien un baño para relajarme.
- Vamos a ver si te relajas…- Le dijo al oído.- Julieta esta, rara. No se separa de su padre desde que llegó. Algo me dice que tiene el complejo de Elektra.
Matías ya lo había notado, siempre abrazada a él, siguiéndolo. Aunque Gustavo era un cerdo y no era precisamente la persona más fraternal del mundo se los veía juntos como si fueran una pareja, o una ninfa obnubilada por un fauno.
- ¿Sabes lo que me dijo? Se estuvo probando mallas frente a él encerrados en el baño, preguntándole cuales le gustaban más. Se desnudo frente a su papito una y otra vez y él eligió la más escandalosa… vamos a ver en qué termina la novelita.
- ¿La más atrevida como vos? – Le dijo antes de que se fuera a cambiar con una sonrisa.
En la piscina, ya estaban en el agua la parejita del momento, Julieta y Gustavo. Afuera, Mónica, Carolina y Zoey estaban tomando sol en topless boca abajo, con tangas tan minúsculas que daba lo mismo usarlas o no. La de Zoey incluso tenía los hilos de las caderas trasparentes. Gloria prefería estar al margen, tomando sol vestida en el extremo opuesto, expectante. Agustín leía un comic al lado de Santino (Liga de la Justicia Oscura, por cierto), con bebidas en la mesa. Matías se sentó a su lado.
- ¿Pega el sol primos? ¿Qué toman?- Dijo probando una bebida frutal a la que le habían echado alcohol. Había una mesa de playa con dos cubetas de hielo repletas de botellas de colores distintos.
- Estoy arrepentido de ponerme malla sin calzoncillo.- Le dijo Santino por lo bajo.- Hace quince minutos que tengo una tienda de campaña por culpa de estas tres hembras.
Matías observo a las mujeres, no les importaba enseñar los senos cuando tomaban sus bebidas o jugaban entre ellas. En especial a Moni, que ni siquiera los ocultaba del todo. Estaba apoyada sobre sus codos, con la espalda arqueada y sus senos se rebelaban bastante bien.
Por cierto, la relación madre e hijo estaba tan desvirtuada que Santi se refería a ellas como “hembras” aún con su mami entre ellas.
- Gustavo no sabe qué hacer, si mirar las tetas, o seguir jugando con Julieta.- Le dijo Agustín, que se hacía el que leía el comic pero en realidad ocultaba una erección con él. Fue una buena observación, dado que aunque jugaba con su hija ahogándola de mentiritas y tirándole agua, su vista se desviaba al trío de sirenas frente a él, de senos orgullosos y bamboleantes contra la toalla.
Matías, como siempre, hizo escuela marcándole el camino al resto…
- ¿Te paso protector Carolina? El sol esta fuerte y no te pusiste- Le preguntó a la más cercana a él, antes de que ella le diga que si, ya tenía el aceitoso protector en las manos. Luego les indico al resto que lo siguieran con una seña disimulada.
Santino se colocó a tras de Zoey para pasarle la oleaginosa sustancia.
- Pásamelo bien que me hecho una siestita.- Le expresó la pelirroja.- Por todos lados…- Guiñándole un ojo.
Agustín fue con Moni, que se acostó completamente.
- ¿Vos de nuevo? Que servicial que estas últimamente Agus.
- Vos relájate, tanto jugar jueguitos me dio dedos hábiles…
-Es una buena idea, me encanta el murmullo del viento en los árboles, el olor a agua y protector. Es como tener una porción de playa pero en la intimidad de un hogar.
Matías posó sus manos sobre la espalda desnuda de la castaña, una espalda que anoche había visto de múltiples formas. Su piel fue tomando color y temperatura al contacto con sus manos. Ella se corrió el cabello para facilitarle la labor.
En ello, llegó Florencia cambiada, y dispuesta a sumarse a la movida del topless y caricias desde el minuto cero.
- No sabía que iban a hacer eso, me viene bien para broncearme parejo.- Y ahí nomas, de pie, se saco la pieza superior para dejar sus melones familiares bamboleando de libertad, con los pezones duros de excitación.- Espero que no moleste…
- No jodes, manejo un taxi, me la paso viendo tetas en las protestas de las feministas.- Aclaró Gustavo, que nadaba con su hija en la espalda, hipnotizado tanto por esas tetas como con esa malla que le marcaba los labios vaginales. Florencia se sentó frente a ellos dejando sus tetas colgando, ni siquiera dejaba que sus cabellos negros se las ocultaran al sol y los espectadores.
- Igual por lo que vi no me vas a comparar con las feministas ¿No?
- Para nada, para nada.- Dijo bajándose los lentes y silbando por lo bajo. Decir que había perdido la compostura era poco.- Si vos te juntas con ellas te echarían porque te robarías la atención.
- No se vale, están todas en topless menos yo. ¿Puedo papa?- Se quejo Julieta acercándose al agua, tirando de la mano de Gustavo. Era tan menuda al lado del urso y peludo hombre que parecía la típica pareja gay del cazador y el oso.
- Vos no Juli, que aprovechen la intimidad ellas. Vení sigamos nadando.- Expresó el gigante. Todo su cuerpo estaba cubierto de espantosos tatuajes, de figuras monstruosas pero en una calidad pésima, como hechos en un gulag durante una desafortunada estadía en Rusia.
Juli no se quedaría atrás. Tenía una tanguita preciosa color blanca, casi traslucida, que le remarcaba la empanadita como si no llevara nada puesto, y atrás, un escandaloso hilo dental que se le metía aunque tuviera un traserillo humilde. Arriba, sus pezones copito estaban inflados y resaltaban casi como si estuvieran al aire.
- No se vale, yo también voy a hacer topless y disfrutar de la intimidad.- Y sin avisar, se desato el bikini revelando los senos frente a su padre.- Ahora sí vamos a nadar.
- Estás atrevida he, no sé qué te pasó, te salvas por ser grande, sino te daba un cachetazo por puta.-
Como siempre, Gustavo era bastante tosco para hablar. Sin embargo, no parecía importarle tanto que su hija se le pegara al cuerpo con sus pechos al aire y mojados.
- ¿Qué pasa? Cubrime con tu cuerpo, además, si me habrás visto desnuda cuando me cambiaba, no te escandalices papito.- Dijo colgándose como una monita para darle un pico. El nivel de morbo subía y subía incontrolable.
El morbo iba en aumento, Matías lo había pensado antes y lo pensaba ahora más que nunca. Su Julieta, estaba irreconocible. Como si tantas rondas de perversión con él hubieran matado a la anterior Julieta dejado un cascarón repleto de perversión. Y lo peor, era que le gustaba… verla nadar con los pechos al aire de una punta a otra, con su padre acercándole bebidas con la mirada clavada en sus tetas era impagable.
- ¿Vos Gloria no te descubrís?
- Capaz que después, por ahora estoy bien a la sombra.- Le respondió de una rubia a otra.
Cuando Julieta nadó de un extremo a orto y se estiró para tomar una bebida ocurrió un accidente.
- ¡Huy la puta madre! Me volqué licuado en las tetas… está frío.- Acercándose a él.- Primo, vení, alcánzame una toalla.
- Tengo una idea mejor…- Así que ante la presencia de todos, valiente como era, le paso la lengua en todo el surco amarillento que el licuado había dejado hasta el pezón, erizando cada poro de esos senos con su contacto.
Ese fue el disparador que descontroló todo de la mejor manera… Zoey y Santino empezaron a besarse, arqueándose ella para enseñar las tetas, Mónica se puso boca arriba y tiró sobre ella a Agustín también para besarlo. Aprovechando su distracción, Florencia lo empujó al agua entre risas.
- Primo, hacia bastante que no eras cariñoso conmigo, me tenes bastante abandonada.- Expresó Juli abrazándolo, sintiendo el delicado roce de sus timbres contra los de él.
- Bueno, hay otras personas que te merecen también…- Mirando a Gustavo con cierto temor. Este se acercaba pero solo a la escalinata para salir.
- Me fumo un puchito mientras tomo sol, me cansé de nadar. Ustedes hagan lo que tengan que hacer...- Dijo como el dueño del pabellón, y ahí, a la vista de todos, se sacó la malla pelando la pija.- Me gusta broncearme parejo.
Ahora entendía porque Santino tenía semejante morcilla, el gen caprichoso venía de Gustavo, dueño de un matambre ajustado venoso y longo que debía llegar durmiente a los 17 centímetros. Lo que medía el suyo erecto.
- Mierda… - Susurró sin poder contener la admiración a semejante monumento. Le hubiera gustado nacer con algo así colgando, aunque podía ser malo para la espalda cargar con tanto peso.
- ¿Vos que esperas?- Le expresó la rubia pegada a él, manoseándole la polla por fuera- ¿No te unís al desnudo familiar?
Santino ya se estaba despojando de su prenda mientras Zoey le besaba el cuerpo e iba bajando, Agustín, por su parte, era acariciado en las nalgas por Mónica. Flor y Carolina se tiraron al agua pero esta vez, sin nada de nada, como Dios las trajo al mundo.
A pesar de la perversión, los sonido de goce de Santino, del besuqueó de Moni y los besos en sus pectorales de Julieta, no podía estar cojiendo cada 15 minutos, más sabiendo que en breve, alguien lo esperaba en la ventana que daba a la piscina, la habitación que vista desde abajo, parecía salida de Romeo y Julieta.
Matías se salió de la piscina desnudo, a pesar de extrañar a Julieta como a nada en el mundo. Con el pene colgando semierecto se posó frente a Gustavo tapándole la sombra.
- Quiero que me releves, quiero guardar energías para después.
Gustavo se bajó los lentes para verlo, como si fuera algo insignificante, una escoria que se interponía entre el sol y él. Así de imponente eran sus gestos.
- Muy bien, correte mariquita, yo tomo tu lugar. Cuídame la birra y el asiento enano.
Gustavo volvió a la piscina desnudo. Era increíble que se hundiera, cualquiera pensaría que se su pene flotante no lo dejaría tocar fondo. Julieta se mostró sorprendida, pero no superada, y se fue acercando a su padre con la pieza de debajo de su malla en la mano.
- Te extrañe mucho, pero mucho papito. Pasaron muchas cosas en tu ausencia, hay juegos nuevos…
- ¿Me tomas por boludo? Mira a tu vieja, esta curtiendo con un nene y el resto no se queda atrás, ya me cayó la ficha desde que pise esta casa, boludita.
- Entonces… no hay problema si…
- Vení, te voy a dar un correctivo pendeja putona.
Gustavo la sentó en la escalinata para tenerla frente a frente, solo así sus rostros quedaban empatados, y allí ocurrió un nuevo alineamiento de planetas, de galaxias… labios de padre e hija se encontraron ¡Y cómo se besaron! No fue un simple beso, más bien parecía que quería sacarle el esqueleto a Julieta por la boca. También manoseó sus tetas para comprobar el crecimiento de su retoño, y parecía complacido ya que empezó a mamar de ellas.
- Muy bien hijita, enseñale a papito lo que aprendiste este tiempo.- La alentó como toda una proxeneta Mónica.
La amiga de Mónica, Gloria, empezaba a tocarse la entrepierna disimuladamente, en completo silencio, sin duda tenía un dejo de voyeurismo demostrando que cada ser humano tenía gustos diferentes.
Su pene no podía quedar afuera de semejante orgía, pero si volvía a hacerlo sentía que moriría y cada segundo debía reservarlo para Lucrecia. Sintió envidia por Agustín, que se devoraba la vagina de Mónica desde debajo de ella… también por Santino, que hacía un 69 con Zoey ahogándola con su pollón de vez en cuando… hasta Flor la pasaba bien, envuelta con Carolina muy cerca de Julieta y
Gustavo. Las manos de ambas estaban perdidas bajo el agua…
- Veni tetona, quiero comerme esas gomas.- Florencia hizo caso y Gustavo le agarró una teta para chuparla como un poseso. Carolina hizo lo suyo con la otra enorme teta… no era la primera vez que Florencia tenía a dos seres humanos prendidos a sus senos, era lo que generaban semejantes melones.
- Chupan muy fuerte, despacio…- Se quejó indefensa ante esas bocas voraces que le estaban dejando los pechos blancos colorados de mansos chupones que le propinaban.
- Te las voy a mamar hasta sacártele leche pendejita putona.- Le expresó Gustavo, el rey del harem en ese momento.
- Mati, por favor unite…-Le rogó Julieta que masajeaba los músculos tatuados de su padre, deseosa de otros labios que la devorasen.
- No puedo… perdóname, esta vez voy a ser el espectador. Denme un buen show.
- Me parece bien, ahora te toca a vos mirar desde afuera.- Le dijo Mónica, sentada sobre la boca de
Agustín, que más que sufrirlo, lo gozaba sopleteando los orificios con estruendo.
La música de la excitación llegaba sus oídos mientras recorría a las parejas de baila alrededor y dentro de la piscina. Ahora Carolina le mamaba la pija a Agustín, que estaba desprotegido ante Móni que le tomaba las manos para que le exprimiera las tetas.
Zoey gemía como loca ante la embestida de Santino, que le mandó a guardar su cohete en el hangar con una dureza característica de él.
- ¡Me vas a desfondar con eso, bruto!
En el agua, Julieta se besaba con su padre estando acostada al borde, mientras Florencia, sobre ella, le lamía las tetas y descendía hacia su húmeda vagina…
Sin notarlo, tenía un mensaje en celular, y mientras Gustavo salía de la piscina para posicionar su polla en la boca de su hija, Matías decidió dejar de lado cantidad y calidad, por rareza. Así era Lucre, el perfume difícil de ese catálogo prohibido, la que lo llamaba como un sirena desde su habitación para quién sabe hacer qué… como un marinero griego, se dejó engatusar y abandonó el espectáculo del patio.
Sintió los sonidos del sexo apagarse en su mente dando lugar a las maderas crujientes de las escaleras, luego la puerta rechinando al abrirla, para embriagarse la piel de oscuridad. Por la ventana cerrada entraban finos rayos de luz que dibujaban una silueta que se le fue acercando, alta, portentosa, joven…
- Estoy harta de estar al margen, y me dijeron que la membrecía la das vos, Mati. - Le expresó en voz baja Lucre, abrazándolo en la oscuridad. Sentir un cuerpo tan joven y una vocecita como esa le trajo recuerdos del inicio de todo.- ¿Te gustó lo que viste bajo la mesa?
- Se me ocurren muchas maneras de hacerte entrar a mi círculo infernal.- Dijo y tomando las riendas, casi desesperado, la puso contra la pared y empezó a acariciarle la vulva, apoyándola contra el muro…- Y me encantó lo que había bajo tu pollerita de jean, la que tenés puesta ahora picarona.
- Vi tus videos, no doy más, quiero tenerte para mí ¿Te parezco apta? – Preguntó mientras el hombre le llenaba el cuello de besos y sentía su perfume prohibido.
- Por supuesto corazón, con la gracia con la que andas por ahí sin bombachita estás más que preparada…- Le susurró mientras encontraba su clítoris tan respingado mientras su boca se hacía agua. Con una mano le oprimía las tetas turgentes mientras en la tremenda frotada la pollerita se le subía al vientre dejándola desnuda de abajo.
- Mmmm ahí, tocame ahí Mati… ahí…- Dijo engolosinada en un suspiro, mientras le refregaba su trasero firme contra su miembro semierecto.
Nuestro protagonista no podía creer que en la oscuridad de esa habitación estaba poseyendo a la hija de Román, la única regla en esa casa sin reglas estaba por ser violada contra una pared… aunque se le ocurrió algo mejor.
- Veni, seguime nena, tengo un lugar mejor.- Aunque darle masa en su propia pieza era tentador una idea le hizo ruido hasta ganar la contienda.
- ¿Conoces mejor la casa que yo? ¿A dónde me llevas? – Preguntó Lucre que paseada por toda la casa en paños menores: Esa escandalosa pollerita de jean corta toda subida y un corpiño floreado.
La condujo como a una amante secreta a la habitación secreta de Román, la misma en la que le había hecho el anal a Florencia. Una habitación con una camilla de cuero pensada para hacer de todo sobre ella.
- Tírate acá, antes de comprar la mercadería la tengo que probar.- Dijo acostándola y besando sus labios. Se notaba lo tierna que era por la manera de besar a años luz de las formas pecaminosa del resto. Lucre aún era una frutita muy verde. Él con su lengua exploró su cavidad bucal para darle el golpe de horno que la joven pedía a gritos.
Abriéndole las piernas, ahí, expuesta y presentada cual presente navideño, le vio la vulva en todo su prohibido esplendor, y vaya sorpresa se llevó cuando descubrió su virginidad.
- No puedo creerlo, voy a tener que chupar con cuidado entonces.
- ¿Te sorprende? ¿Es un problema?- Susurró traviesa con los ojos entrecerrados por el placer que le daban esos dedos abriéndole los labios.
- Al contrario.- Susurró tocando el delicado himen con sus yemas, sintiéndolo ceder bajo su presión.-
Esto te vuelve un plato aún más exquisito. – Y le estampó un chupón tan sonoro que resonó en toda la casa, lengüeteando su vagina cerrada y su clítoris como si fueran los primeros.
- No puedo creer que seas tan virgen…- Su himen cedía con cada chupón como si fueran delicadas alas de mariposa.
- Bueno, algo pasó, para aprobar el final el otro día, tuve que mostrar un poco de carne, nada más.
- ¿Nada más? ¿Vio semejante espectáculo y tu profe no hizo nada?- Preguntó incrédulo emergiendo de sus labios.
- Bueno, le enviaba fotos, era mayor… no importa.
- Quiero esas fotos. Son requerimiento para la membrecía. – Una vez que Lucrecia aceptó en compartir su pornografía prohibida, el hombre siguió con la degustación vaginal.
Sus manos le descubrieron las tetas para tironear sus hermosos pezones y juguetear con unos melones muy generosos para la edad que tenía. Tener sus zonas erógenas tan expuestas y bajo ataque la volvió loca en cuestión de segundos… bastaron pocos minutos de acción simultánea boca, dedos para que Matías sintiera un caudal ardiente desembocando en su mentón y labios.
Matías aprovechó para sorber el flujo que corría por la raya de su culo, aprovechando para chuparlo y apuñalarlo con su lengua. Tenía un perfecto asterisco nudoso
- Ahí no… se que te gusta pero no, está sucio.
Pero el hombre la tomo con sus brazos y oprimió su boca contra el ano sin importarle sus quejas, hasta que Lucrecia cedió y se relajo para dejarlo disfrutar de su otro orificio. El orificio con mala fama, reivindicado en cada episodio de sexo protagonizado por él.
- Mmm me lo estás lamiendo como a Julieta, no pensé que caerías ahí tan rápido.
- Sos tan prohibida que no sé si esto se va a poder aprovechar de nuevo.- Expresó estirando el hoyito con los dedos para meter su lengua mejor.
- Tan profundo no, no. Tan hondo no vayas…
Aunque no le hizo caso, y además de meter su lengua coló un dedo entero para sentir su ardiente interior.
- Para esto chupo culo, me genera estas cosas.- Explicó ensañándole la pija en todo su esplendor, latiendo de ganas de llenar alguna parte de su humanidad con semiente.
- ¿Chupaste antes?
- No, nunca ¿Me enseñas?
- Para eso estoy… Vos empeza con la lengua, con cuidado de no rozar con los dientes, ayúdate con las manos hasta que te sientas segura con la boca… así, muy bien nena, muy bien.- Expresó al verla lengüetear como gatita y llevarse el glande al final de la lengua.- Proba en tragarla después, cuando este segura o podes morder sin querer.
Lucrecia iba bien, tan bien que se puso tetas abajo para cabecear mejor, y el hombre se estiró para estrujar sus nalgas y seguir con el jugueteo anal, mientras la penetraba cada vez más profundo en su orificio oral
Para desgracia de ambos, cuando el hombre estaba por relajar esfínteres para soltar su bendición navideña, se escucharon pasos apresurados rumbo a la habitación.
- Rápido, veni acá, nos vamos a esconder.- Le indicó a la jovencita, que lo siguió asustada hasta un armario donde tenían las cajas con juguetes (no la clase de juguetes que se ven en Toy Story) y lencería sadomasoquista. Entre esas prendas se ocultaron a tiempo antes de que una pareja ingresara a la habitación secreta.
Se trataba de Zoey y nada más y nada menos que Mónica. No podía creer lo que veía a través de las finas rendijas de las puertas del armario con Lucrecia pegada a él.
- Veni puta hermosa, quiero hacerte chanchadas como en el video.- Soltó Zoey entre una maraña de cabellos negros y rojos entrelazados, hasta que los rojos bajaron a la australidad de la milf.
- A ver pendeja, haceme lo que quieras… ahah, ahah, ahaha, aaahh, ahahah.- Empezó a gemir como puta de una, ni bien la pelirroja empezó a lamerle la concha. Mónica tomo esos pelos ardientes para limpiarse la vulva con esa boca como le gustaba hacer a todos los afortunados de llegar a ese recóndito paraje.
Con lo sanguíneo que era, sumado a que estaba a punto de correrse, el pene de Matías estaba al palo, cual mástil de bandera. Y para alimentar el morbo, empezó a meterle un dedo en la cola a Lucrecia, que sin poder moverse estaba indefensa a su ataque anal.
Aunque no estaba seguro de si lo sufría o no, y aunque se meneaba despacio, procurando quedarse en silencio, de atrás hacia adelante entre las cajas. El anillito apretaba desde la uña hasta el nacimiento del anular. No le molestaba tampoco que acariciara las paredes internas con fervor, mientras le refregaba la polla por las nalgas.
En esa camilla Zoey y Móni tuvieron sexo lésbico ejemplar, unas tijeras frenéticas, ruidosas como maratón en chancletas. Con ambas vaginas, una roja y la otra depilada raspándose como lija una contra otra hasta que se corrieron chorreando todo el lugar.
Para desgracia del dúo, las mujeres no se iban. Presenciaron un 69 clásico y funcional, luego Zoey recibió gustosa la vagina sobre su boca cuando Móni se le sentó…
- Mati, sacame el dedo del culo por favor…- Susurró Lucre, aunque Mati no le hizo caso.
El hombre le puso una mano en la boca para que no hable, y tras chupar ese dedo prohibido con sabor a nena, siguió masturbándola en el clítoris. No daba más, estaba pensando en salir y cogerse a las tres a la vez de alguna forma.
Lucrecia dejo soltar un gemido filtrado entre su mano cuando llegó al orgasmo que le baño el placar, era imposible que las lesbianas no la escuchasen. Mónica abrió la puerta y los encontró, con él sentado y ella sobre él a upa.
- No lo puedo creer ¿Porqué no salieron tontos?- Expresó Móni.- Yo sabía que te estabas reservando para algo así hijo de puta…
- ¿Quiénes son? ¡Oh por Dios Lucre!- Se asustó Zoey- Pensé que tu viejo…
- Román no tiene que saber nada, nos escondimos pensando que podía ser el viejo, pero eran ustedes.
- No te preocupes, no decimos nada, obvio.- Se mostró compinche la pelirroja, con el rostro repleto de sustancias sexuales.
- ¡Sí, éramos nosotras y siguieron escondidos como si fuéramos yuta! Que boludo, vení para acá. – Lo sacó de allí la morocha- Lucre mirá y aprende…
- Algo aprendí, no salimos por las dudas, nada más.
Acto seguido, ocurrió algo que no pensó que ocurriría ni siquiera a esas instancias de perversión.
Tanto Zoey, como Móni, lo acostaron y empezaron a chupar la pija como las expertas que eran, mientras Lucre miraba atenta a su polla perderse en una boca y luego en otra.
Fue un delirio, cosas que había visto en pornografía se hacían realidad una a una, entre ellas, un pete con tres féminas, con Lucre en el medio y las otras en sus bolas y ano. Su piel ardía de placer cada vez que Móni tocaba el centro de su culo con su lengua o Zoey chupaba su escroto como si se alimentara de su aceitada piel. No tardó en correrse gracias a las enseñanzas que Mónica le daba a la castaña y bañó de leche ese rostro inocente y virginal, el único prohibido de ese lupanar de mala muerte…
- ¿Te gusta? Probalo, dale.- La alentó Zoey- Es un paso importante.
Lucre se quedó quieta con la lengua afuera mientras las gotas de su nariz y ojos bajaban hacia su boca. Mónica la ayudo llevando el semiente a la boca, y para sorpresa del trío, Lucre lo probó y lo tragó.
- No está tan feo como me contaron, no sé… aunque se vuelve viscoso.- Matías no pudo responder porque tanto Zoey como Mónica se turnaron para besarlo una y otra vez. Le encantaba tener a semejante mujeres tan ocupadas en complacerlo en todo sentido…
- Bueno, aunque te baño la cabeza esto no es un “bautismo” ¿Estás lista Lucre para entrar a la liga?- Le preguntó Móni enseñándole la polla alzada una vez más.- Sabes a lo que me refiero.
- No pensaba debutar así, con público… por otro lado, este calor que tengo no me lo puedo sacar de otra forma…- Y para su sorpresa, empezó a subir a la camilla con las patitas abiertas.
Lamentablemente, la acción debería interrumpirse una vez más y Matías maldijo a todo el panteón griego, los Dioses del Valhala y hasta los egipcios. Se escuchó la llegada de un auto y todos, en especial Lucrecia debían retomar sus lugares.
- Menos mal que no te sacaste nada, es una suerte.- Opinó la milf- Cualquier cosa estábamos nosotras dos con Matí, andate a tu cuarto, dale.
Lucre tras acomodarse la ropa interior y el corpiño salió hecha una luz antes de que se escuchara el sonido de las llaves en el picaporte.
- Mati, dejamos toda la ropa en la pileta afuera, somos unas boludas.- Se asusto Zoey aunque sin razón, ya que una vestida Julieta como una heroína llegaba para darles las prendas.
- A Carolina le llegó un mensaje de que su hermano estaba volviendo, no sabía que estaban acá, tomen, vístanse.
- Sos un sol hijita, gracias.
- Te zarpaste en buena Juli.
Hechos una luz, agradecidos a la rubia por su cordialidad, se vistieron para salir más o menos presentables de la habitación prohibida. Como espías, llegaron a las habitaciones a los costados del pasillo repartiéndose sin que nadie notara nada. El crimen perfecto había concluido, aunque Matías no había podido concretarlo del todo.
Ese episodio secreto con Lucrecia le inyectó tanta testosterona que podría violarse un toro hasta hacerlo llorar. La espera para el jodido strip poker fue eterna, le costó irse a dormir solo, sin su amada Julieta, más distante que nunca desde que todo empezó, conformándose con un beso húmedo de fin de año, a escondidas tras brindar por un año nuevo lleno de diversión.
Gracias por leer, en breve subiré el último capítulo
Mis otros capítulos:
I - http://www.poringa.net/posts/relatos/2848482/Jugando-con-su-primita.html
II - http://www.poringa.net/posts/relatos/2851819/Jugando-con-su-primita-Parte-II.html
III - http://www.poringa.net/posts/relatos/2851820/Jugando-con-su-primita-Parte-III.html
IV - http://www.poringa.net/posts/relatos/2881590/Jugando-con-su-primita-IV.html
V - http://www.poringa.net/posts/relatos/2884463/Jugando-con-su-primita-V.html
VI - http://www.poringa.net/posts/relatos/2888633/Jugando-con-su-primita-VI.html
VII - http://www.poringa.net/posts/relatos/2890367/Jugando-con-su-primita-VII.html
VIII - http://www.poringa.net/posts/relatos/2892208/Jugando-con-su-primita-VIII.html
IX - http://www.poringa.net/posts/relatos/2895157/Jugando-con-su-primita-IX.html
X - http://www.poringa.net/posts/relatos/2900751/Jugando-con-su-primita-X.html
XI - http://www.poringa.net/posts/relatos/2929753/Jugando-con-su-primita-XI.html
XII -http://www.poringa.net/posts/relatos/2947541/Jugando-con-su-primita-XII.html
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