Dedicado a LaEmperatrix, mi Ama.
Hoy a la mañana, antes de levantarme, pensaba:
Que lindo sería que un primer encuentro fuese asi:
Primero tomar algo en una confiteria, y ya vencido el primer momento, promediando la charla, ella saca una bolsita de su cartera y me la da, diciendome que vaya al baño.
Cuando llego al baño, abro la bolsa y es una tanguita. Y se, sin que nadie me diga, que me tengo que cambiar ahi mismo.
Vuelvo a la mesa y ella me esta esperando con una sonrisa en la boca: "se te mete mucho, no?" me pregunta divertida.
Trato de que no se me vea la ereccion, y partimos al hotel...
...Ya ahi, ella me indica que vaya al baño y que vuelva vestida, (asi en femenino se dirige ya a mi), que vuelva vestida solo con lo que me dio hace un rato. Y remarca: solo eso.
En el baño, me miro en el espejo: esa tanguita no me cubre nada. Todo pugna por sobresalir y el tiempo no se me pasa mas: que estara haciendo ella?
Salgo del baño, deseoso y avergonzado a la vez... Aparecer casi desnudo ante una mujer que me espera vestida de manera sugerente, pero vestida.
Quiero acercarme y que ella me empiece a tocar, pero solo me hace parar cerca, mientras me evalua. Después, me hace sentar no muy cerca y comienza una charla...
Me empieza a preguntar por mi vida: si alguna vez me apoyo otro hombre, si alguna vez toque a otro, si miré algun miembro con ganas. Me indaga sobre cuánto tiempo hace que me gusta sentir por atrás... "por el culito" me dice y yo me deshago por dentro, aunque por fuera mi naturaleza tímida no demuestre lo exitado que la situacion me pone...
Me sigue indagando, mientras con una fusta me acaricia las piernas, cada vez mas cerca de mis zonas erógenas.
En un momento, imprevistamente, me dice que tiene un poco de calor, y se desnuda de la cintura para abajo, mostrando un pubis delicado: no te molesta que me quede en concha?, me tantea...
No puedo dejar de mirarla, pero ella me llama la atención: estamos conociéndonos y falta mucho para que llegue la etapa física.
Sigue su interrogatorio y se detiene en aspectos que ella considera importantes. Saca su teléfono y me muestra fotos como las que ella postea en P!. Me pregunta mi opinión acerca de ellas, y me cuenta qué cosas la exitan de esas imágenes. Mi sexo esta duro, y sin ser tocado aún...
Su fusta va llegando al triángulo de la tanga que ella me ordenó vestir. Dice que parezco una nena de 18, con la cola parada... una de esas nenas que desarrollan un cuerpo que les pide a gritos ser cogidas, que reclaman que las sometan y les abran el culo. Eso me dice, y yo asiento con la cabeza.
Putita, deletrea. Y sí... soy una de esas nenas que dice. De esas nenas un poco histéricas que les encantaría probar.
Me frota la fusta y de pronto me dice que estoy mojada... Que la telita tenue de la bombacha esta manchada con mi flujo. Y que cree que a ella le pasa algo parecido...
Se roza su entrepierna y saca los dedos mojados de flujo. Separa los dedos y el líquido lucha por aferrarse a ellos, haciendo un puente viscoso. Su olor dulce me llega y ella dice que sí, que "la tiene mojada".
Me ordena que me ponga de pie. Sus formas no son rudas, ni tajantes, son una mezcla de dulzura y seguridad: como una madre que guía a su cachorrito y sabe cuándo ponerse seria y cuando ser la más tierna del mundo..
Ya de pie, me hace acercarme. Puedo ver desde mi altura, el pelo rojizo y largo cayéndole por los hombros. Aún no he visto sus pechos, pero no me canso de adivinarlos bajo el top ajustado que lleva.
Con dos dedos, como sosteniendo un terrón de azúcar, agarra mi sexo, a través de la tela diminuta.
Como tenes la pija! me dice. Estás que explotás, no?
Igual, va a tener que esperar un poquito, esa pija... Porque yo empiezo por el culito. No te molesta, no?...
Sin esperar mi respuesta, me da un chirlo en la cola y una exclamación se me escapa sin remedio. Me mira a los ojos, con cara divertida y dice que se ve que me gusta mucho, que desde el primer segundo que me vio, aún enfundado como un oficinista más, se dio cuenta de mi naturaleza.
Que ella tiene como un poder para detectar culitos hambrientos y conchitas curiosas. Y que yo era un muy buen espécimen de los primeros, que no tuviese miedo: que me iba a hacer la cola como nadie jamás me la haría nunca...
Despacio, comienza a bajarme la bombacha. Me siento raro viendo mis piernas un poco abiertas, un poco femeninas, con la tanga por las rodillas. Me da vuelta y mi cola queda a merced de ella. Por un momento no me hace nada. Siento el ruido de su celular al sacarme una foto. Me dice que le gustó mi culito y que se tento de retratarlo, pero que me quede tranquilo.
A ver, reclinate para adelante, me dice. Yo obedezco e inevitablemente, saco la cola para atrás, para equilibrarme... Me comienza a pasar un dedo por la raya, y me estremezco. Oigo un "mmmmm.... como te gusta"...
Me besa una nalga, con una ternura brutal. Y al mismo tiempo sumerge un dedo untado en algo que no sé qué es, pero hace que ese dedo se deslice en mi interior. Que rico agujerito, me dice, como si yo fuese una nena de apenas mayor, a la que están desvirgando de a poquito. Con su otra mano busca mi pene, mi pija como ella dice. Me pajea lento, muy lento, mientras me cuenta experiencias suyas...
De repente, cuando ya soy un animal caliente que empieza a jadear, ella me empieza a preguntar por algo que dije, de mi pasado...
Su tono es el de quien te invita a ir más allá, a atravesar el miedo y la inseguridad. Me habla de pijas y de conchas, asi, literalmente. Y yo pierdo la noción de cuántos dedos me penetran. Ella hace una pausa y yo me doy vuelta: está transformada, sus tetas bailan y su mirada es libidinosa. Se está calzando su arnés. Me lo muestra y sin hablar, me indica lo que yo ya sé que debo hacer: lamerlo.
"Como sabe chupar la putita!", me incita ella, moviendo su pelvis hacia adelante. "Te gusta que te cojan la boca, no?"
Todo ella es erótico, ardiente. Va metiéndose en cada agujero de mi cuerpo y de mi mente, porque sabe lo que me gusta. "Ponete, dale". Miro sin saber que hacer. "En 4, bebé!". Y ahi me tiene, con la cola que ay!, es golpeada con un chirlo severo... con la cola a su merced, digo...
Me agarra de las caderas y me dice que vea en el espejo cómo me la va a meter.. despacito y suave, porque dice que tengo el culito redilatado, de puras ganas. Aún así me duele un poco, pero ella me dice que no sea maricona, que me está entrando bien. Cada tanto me manotea la pija y me pajea. Cuando hace eso, su torso baja y me murmura cosas al oído que me darían verguenza repetir.
Después de un rato largo, en el que siento estrellar su pelvis contra mis testículos, para y me da vuelta. Ahora nos miramos y disfruto su mirada decidida. Puedo verla toda, su cuerpo y su arnés, las medias negras, las tetas de aureolas grandes. Me vuelve a penetrar y me la agarra: te pajeo yo, me dice. Seguimos en ese trance. Seguiría por horas, pero el culo ya me duele y su mano hace que me den ganas de acabar. Ella se da cuenta y acelera su mano.
Me va a matar: siento como si tuviese un toro adentro. Estoy acabando y me convulsiono, pero ella sigue cogiéndome. Veo que estoy largando chorros de leche y ella sale de mí y viene a lamerlos. Se llena todo lo que puede la boca con mi leche. No la traga: es solo para venir y darme el primer beso de nuestro encuentro. Porque una putita tiene que ir acostumbrándose al sabor de la leche, me dice cuando ya me recompongo...
Ahora es el turno de ella. Se tiende en la cama, en el borde. Se saca el arnés y me dice que vea el enchastre que tiene. Que la concha le quema y que quiere ver que tan bien uso la lengua. Me da mi tanguita, porque quiere ver como el hilo se me mete, asique me la pongo y me acerco a su pubis.. dale putito, me dice ahora. Yo chupo, lamo, despacito, incrementando de a poco el ritmo y la presion de mi lengua. Trato de no dejar area sin tocar. Bajo y llego a lamerle parte de la cola.. parece que voy bien.
Una mano mia sube y se dedica a esas tetas... Que lindo es darle placer a una Ama..
Hoy a la mañana, antes de levantarme, pensaba:
Que lindo sería que un primer encuentro fuese asi:
Primero tomar algo en una confiteria, y ya vencido el primer momento, promediando la charla, ella saca una bolsita de su cartera y me la da, diciendome que vaya al baño.
Cuando llego al baño, abro la bolsa y es una tanguita. Y se, sin que nadie me diga, que me tengo que cambiar ahi mismo.
Vuelvo a la mesa y ella me esta esperando con una sonrisa en la boca: "se te mete mucho, no?" me pregunta divertida.
Trato de que no se me vea la ereccion, y partimos al hotel...
...Ya ahi, ella me indica que vaya al baño y que vuelva vestida, (asi en femenino se dirige ya a mi), que vuelva vestida solo con lo que me dio hace un rato. Y remarca: solo eso.
En el baño, me miro en el espejo: esa tanguita no me cubre nada. Todo pugna por sobresalir y el tiempo no se me pasa mas: que estara haciendo ella?
Salgo del baño, deseoso y avergonzado a la vez... Aparecer casi desnudo ante una mujer que me espera vestida de manera sugerente, pero vestida.
Quiero acercarme y que ella me empiece a tocar, pero solo me hace parar cerca, mientras me evalua. Después, me hace sentar no muy cerca y comienza una charla...
Me empieza a preguntar por mi vida: si alguna vez me apoyo otro hombre, si alguna vez toque a otro, si miré algun miembro con ganas. Me indaga sobre cuánto tiempo hace que me gusta sentir por atrás... "por el culito" me dice y yo me deshago por dentro, aunque por fuera mi naturaleza tímida no demuestre lo exitado que la situacion me pone...
Me sigue indagando, mientras con una fusta me acaricia las piernas, cada vez mas cerca de mis zonas erógenas.
En un momento, imprevistamente, me dice que tiene un poco de calor, y se desnuda de la cintura para abajo, mostrando un pubis delicado: no te molesta que me quede en concha?, me tantea...
No puedo dejar de mirarla, pero ella me llama la atención: estamos conociéndonos y falta mucho para que llegue la etapa física.
Sigue su interrogatorio y se detiene en aspectos que ella considera importantes. Saca su teléfono y me muestra fotos como las que ella postea en P!. Me pregunta mi opinión acerca de ellas, y me cuenta qué cosas la exitan de esas imágenes. Mi sexo esta duro, y sin ser tocado aún...
Su fusta va llegando al triángulo de la tanga que ella me ordenó vestir. Dice que parezco una nena de 18, con la cola parada... una de esas nenas que desarrollan un cuerpo que les pide a gritos ser cogidas, que reclaman que las sometan y les abran el culo. Eso me dice, y yo asiento con la cabeza.
Putita, deletrea. Y sí... soy una de esas nenas que dice. De esas nenas un poco histéricas que les encantaría probar.
Me frota la fusta y de pronto me dice que estoy mojada... Que la telita tenue de la bombacha esta manchada con mi flujo. Y que cree que a ella le pasa algo parecido...
Se roza su entrepierna y saca los dedos mojados de flujo. Separa los dedos y el líquido lucha por aferrarse a ellos, haciendo un puente viscoso. Su olor dulce me llega y ella dice que sí, que "la tiene mojada".
Me ordena que me ponga de pie. Sus formas no son rudas, ni tajantes, son una mezcla de dulzura y seguridad: como una madre que guía a su cachorrito y sabe cuándo ponerse seria y cuando ser la más tierna del mundo..
Ya de pie, me hace acercarme. Puedo ver desde mi altura, el pelo rojizo y largo cayéndole por los hombros. Aún no he visto sus pechos, pero no me canso de adivinarlos bajo el top ajustado que lleva.
Con dos dedos, como sosteniendo un terrón de azúcar, agarra mi sexo, a través de la tela diminuta.
Como tenes la pija! me dice. Estás que explotás, no?
Igual, va a tener que esperar un poquito, esa pija... Porque yo empiezo por el culito. No te molesta, no?...
Sin esperar mi respuesta, me da un chirlo en la cola y una exclamación se me escapa sin remedio. Me mira a los ojos, con cara divertida y dice que se ve que me gusta mucho, que desde el primer segundo que me vio, aún enfundado como un oficinista más, se dio cuenta de mi naturaleza.
Que ella tiene como un poder para detectar culitos hambrientos y conchitas curiosas. Y que yo era un muy buen espécimen de los primeros, que no tuviese miedo: que me iba a hacer la cola como nadie jamás me la haría nunca...
Despacio, comienza a bajarme la bombacha. Me siento raro viendo mis piernas un poco abiertas, un poco femeninas, con la tanga por las rodillas. Me da vuelta y mi cola queda a merced de ella. Por un momento no me hace nada. Siento el ruido de su celular al sacarme una foto. Me dice que le gustó mi culito y que se tento de retratarlo, pero que me quede tranquilo.
A ver, reclinate para adelante, me dice. Yo obedezco e inevitablemente, saco la cola para atrás, para equilibrarme... Me comienza a pasar un dedo por la raya, y me estremezco. Oigo un "mmmmm.... como te gusta"...
Me besa una nalga, con una ternura brutal. Y al mismo tiempo sumerge un dedo untado en algo que no sé qué es, pero hace que ese dedo se deslice en mi interior. Que rico agujerito, me dice, como si yo fuese una nena de apenas mayor, a la que están desvirgando de a poquito. Con su otra mano busca mi pene, mi pija como ella dice. Me pajea lento, muy lento, mientras me cuenta experiencias suyas...
De repente, cuando ya soy un animal caliente que empieza a jadear, ella me empieza a preguntar por algo que dije, de mi pasado...
Su tono es el de quien te invita a ir más allá, a atravesar el miedo y la inseguridad. Me habla de pijas y de conchas, asi, literalmente. Y yo pierdo la noción de cuántos dedos me penetran. Ella hace una pausa y yo me doy vuelta: está transformada, sus tetas bailan y su mirada es libidinosa. Se está calzando su arnés. Me lo muestra y sin hablar, me indica lo que yo ya sé que debo hacer: lamerlo.
"Como sabe chupar la putita!", me incita ella, moviendo su pelvis hacia adelante. "Te gusta que te cojan la boca, no?"
Todo ella es erótico, ardiente. Va metiéndose en cada agujero de mi cuerpo y de mi mente, porque sabe lo que me gusta. "Ponete, dale". Miro sin saber que hacer. "En 4, bebé!". Y ahi me tiene, con la cola que ay!, es golpeada con un chirlo severo... con la cola a su merced, digo...
Me agarra de las caderas y me dice que vea en el espejo cómo me la va a meter.. despacito y suave, porque dice que tengo el culito redilatado, de puras ganas. Aún así me duele un poco, pero ella me dice que no sea maricona, que me está entrando bien. Cada tanto me manotea la pija y me pajea. Cuando hace eso, su torso baja y me murmura cosas al oído que me darían verguenza repetir.
Después de un rato largo, en el que siento estrellar su pelvis contra mis testículos, para y me da vuelta. Ahora nos miramos y disfruto su mirada decidida. Puedo verla toda, su cuerpo y su arnés, las medias negras, las tetas de aureolas grandes. Me vuelve a penetrar y me la agarra: te pajeo yo, me dice. Seguimos en ese trance. Seguiría por horas, pero el culo ya me duele y su mano hace que me den ganas de acabar. Ella se da cuenta y acelera su mano.
Me va a matar: siento como si tuviese un toro adentro. Estoy acabando y me convulsiono, pero ella sigue cogiéndome. Veo que estoy largando chorros de leche y ella sale de mí y viene a lamerlos. Se llena todo lo que puede la boca con mi leche. No la traga: es solo para venir y darme el primer beso de nuestro encuentro. Porque una putita tiene que ir acostumbrándose al sabor de la leche, me dice cuando ya me recompongo...
Ahora es el turno de ella. Se tiende en la cama, en el borde. Se saca el arnés y me dice que vea el enchastre que tiene. Que la concha le quema y que quiere ver que tan bien uso la lengua. Me da mi tanguita, porque quiere ver como el hilo se me mete, asique me la pongo y me acerco a su pubis.. dale putito, me dice ahora. Yo chupo, lamo, despacito, incrementando de a poco el ritmo y la presion de mi lengua. Trato de no dejar area sin tocar. Bajo y llego a lamerle parte de la cola.. parece que voy bien.
Una mano mia sube y se dedica a esas tetas... Que lindo es darle placer a una Ama..
11 comentarios - Encuentro con mi Ama (EMPRTX)
Sublime.
Te adoro!!!!!!
Gracias por compartir!!!
Te extraño,donde estas???