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Los pololos de mi hermana… (II)




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😐 😓 😰
Solamente, tenía una pregunta quemada en la cabeza…
“¿Te… gustó?”
Mi hermana como que me dio una sonrisa a la mitad.
“No mucho… duró poco… y yo no lo quería…” me dijo, otra vez colorada.
😊 😆 😂
¡Eso me puso muy contenta!
¡Porque veía de nuevo a mi hermanita querida, mi compañera de dormitorio, que todavía ama a mi marido!
Y había algo en la manera que me miraba y cómo jugaba con la servilleta entre sus dedos…
😇
Como si todavía le costará admitir que mi marido se lo hacía mejor…
“Es que… cuando tu esposo y yo corríamos… no sé… me gustaba más… ¿Me entiendes?” me dijo, hasta con una voz suave y tremendamente tierna, tocándose hasta el pelo de recordarlo…
😂
¡No me imaginaba que me contaría cómo lo vivió ella!
Mi marido me había contado su versión y a veces, lo ocupábamos como combustible en esas noches que queríamos hacer algo distinto…
Pero escuchar la versión de mi hermana me prendía ya mucho.
Ella decía que cuando salían a correr y llegaban al riachuelo de su lugar secreto, el corazón se le empezaba a acelerar…
💓 💓 💓
Y me contaba que hasta se empezaba a mojar solita…
Porque estaba con el chico que le gustaba, a solas, sin compartirlo con nadie y las piernas le flaqueaban…
Entonces, mi marido, que para ese tiempo, ya podía correr más rápido, la adelantaba y ella se empezaba a mojar más todavía, sabiendo lo que le esperaba a la meta.
Y claro, ella llegaba en segundo lugar, pero él, siempre muy galante, la esperaba con una tremenda sonrisa…
😃
Lo que más le gustaba a mi hermana es que él la tomaba de la cintura y la besaba suavemente en los labios, como si le hiciera cariñitos…
“Ahí… como que me apegaba hacia él… y me acariciaba el trasero… también.” me explicaba detalladamente mi hermanita, roja como jaiba, con una voz bien suavecita y su boquita súper brillante…
🤤 🤤
¡Yo estaba que empezaba a dedearme sola, porque podía imaginármelo todo!
Y claro, él le acariciaba los pechos, pero bien, bien despacio…
A mi hermana le gustaba mucho eso, porque los amigos de mi papá y el profesor de educación física siempre le manosearon violento y nunca la hicieron sentir ganas porque se los tocaran.
Pero eso no le pasaba con mi pololo…
😘 😘 😍 😆
Él le acariciaba los pechos bien despacio, con sus manos calientitas y mi hermanita contaba que le cargaba el cuerpo encima para que se los apretara más.
Que él trataba de contenerse, mientras que mi hermana puro que le quería meter la lengua en la boca y agarrarle su cosota en el pantalón…
😬 😬 😬
“¡Y cuando se le ponía dura, Mari!... ¡Ufff!” me decía, todavía colorada, pero con una sonrisa tremenda.
Y el vecino, ¿Qué les digo?...
El cuello todo doblado, con la cabeza mirando el techo, para escuchar mejor.
XD
Entonces, mi hermana se la empezaba a jalar, queriendo sacársela.
Me decía que si él se lo hubiese pedido, se la habría chupado hasta hacerlo acabar o le habría aceptado cualquier cosa.
Porque le encantaba mucho ese sentimiento de entregarse a alguien que de verdad quería…
Y escucharle decir eso, me aceleraba tremendamente el corazón…
💗 💗 💗
Porque veía en los ojitos de mi hermana que ella estaba igual que yo, obsesionada con su pene.
O sea, ella tenía también la misma frustración que tenía yo porque él usara siempre condones…
Cuando una lo único que quería era sentir su leche tibiecita por dentro.
Y que él te quisiera tanto y se aguantara toda esa tremenda calentura por una… ¡Ufff!
😫 😫 😫
Por eso le entendí tan bien cuando me decía que le restregaba la colita por encima de su cosa, para que se la metiera.
Porque era la única otra manera, aparte de chuparle, para tener su juguito dentro de una…
Pero claro, él se tomaba su tiempo…
😫 😩 😫 😩
Le levantaba la blusa, despacio, besándole los hombros, pero punteándole la colita y haciéndole siempre cariñitos.
Luego, le desabrochaba el sostén y le amasaba más los pechitos, súper delicado…
😲 😂 😲 😂
Y ahí, cuando mi hermana se mordía los dedos, deseando que le sacara las calzas y los calzoncitos, mi marido le besaba y le lamía los cachetes, haciendo que mi hermana chorreara mares…
Y lo que era peor para mí, es que mi hermana se restregaba un poco su cuerpo, imitando cómo lo hacía mi marido con ella.
Entonces, le sentía su cabecita enorme y tibiecita sobre su trasero y muy despacio, se la empezaba a enterrar…
XD
¡Mi hermana decía que sentía como un puntito ardiente, que más y más le empezaba a quemar, mientras se la metía con más fuerza!
Y la sacaba suave, pero después, le volvía a enterrar, más caliente y más adentro…
Y de nuevo, para afuera…
Y para más remate, le hacía lo mismo que me hace a mí…
Eso, de meterle sus largos y gorditos dedos por la conchita, mientras te la entierra y dedearte muy entusiasmado, mientras se la clavaba más adentro.
Mi hermana reconocía que él la dedeaba muchísimo mejor que yo, que mi mamá y que ella misma, incluso…
Al final, mi hermana se entregaba y le dejaba hacer lo que quisiera…
Entonces, le agarraba de los pechos y ella se sentía feliz, porque se la enterraba más adentro todavía.
😩 😫 😩 😫
Decía que en esos momentos, se sentía más mujer que nunca.
Porque su bombeo era riquísimo y había todo ese aire de erotismo, de amor y de deseo, que la hacía sentir tremendamente caliente.
Aparte que él, como también lo hace conmigo, le decía cositas recontra lindas, como que “era una diosa” o que “él no se merecía estar con ella”, que más ricas hacían sus embestidas y le subían tremendamente el ego…
Y que cuando él acababa, la desbordaba de placer, sintiendo su lechecita caliente quemando su estómago y su cosa, tremendamente hinchada, dentro de ella.
Pasaban un ratito muy apegados y después, él se la sacaba despacio, dejándole un rico vacío en su interior.
Me contaba que le habría encantado chupársela, para dejársela limpiecita, pero él marchaba al rio, se mojaba un poquito y se limpiaba con la ropa para correr.
Mi hermana, en cambio, se sentía tremendamente contenta, sentándose en el tibio tronco de madera bajo su desnudo trasero, el vientecito fresco del atardecer que le calmaba la respiración y esa satisfacción de tener la leche del chico que tanto te gusta, dentro de ella.
Y cuando él volvía, la miraba con esos ojos lindísimos con los que me mira a mí, le daba unos cuantos besitos y más encima, le ayudaba a vestirse, para volver trotando por donde habían llegado…
😶 😶 😶
Me quedé mirándola bien callada, porque mi hermanita se veía bonita, pero de una manera diferente.
O sea, seguía siendo mi misma hermana, con la que le contaba lo mucho que estaba enamorada de mi marido y con la que me dedeaba las noches de calentura.
Pero nunca la había visto así, abiertamente enamorada de alguien.
Se veía como más adulta, o más decidida, algo que igual me impresionaba, porque mi hermana siempre fue súper dócil y yo tenía que defenderla.
😏 😏 😏
Pero claro, de tanto mirarle, igual le bajaba un poco la vergüenza, especialmente cuando estaba tanto tiempo en silencio.
Al caballero del lado también debió pasarle algo, porque cuando volvió su esposa con la comida, le preguntó que por qué no comía y estaba tan callado, por lo que se puso nervioso.
“¿Qué piensas?” me preguntó mi hermana, con una sonrisita incómoda.
“¡No, nada!... ¿Y qué pasó después con Ariel?” le dije, para seguir con la conversación.
Mi hermana volvió a sonreír como malula…
😈 😈 😈
Me contó que él se fue y la dejó sola.
¡El muy maricón hasta le apagó la luz y le cerró la puerta!
😡 😡 😡
Pero cuando ella se repuso, salió del baño y se metió al de mujeres.
Se sentó en la taza y botó todo lo que pudo, se lavó y arregló un poquito.
Después, volvió a la fiesta y encontró al pobrecito de Ramiro, que todavía dormía en la mesa, así que lo despertó y se fueron en un taxi hasta la casa de él.
No supo qué le pasó a Ariel o a dónde se fue, pero tampoco le importaba.
😆 😆 😆
Me contó que llegaron como a las 3 de la mañana a la casa de Ramiro y que por suerte, sus papás no son muy complicados con que ella durmiera en el dormitorio con su hijo.
Así que le fue sacando la ropa, como si Ramiro fuera un bebe, y ahí, le vio su paquete…
😋 😋 😋
Decía que se veía súper chiquitito, porque estaba como a menos de la mitad, pero no por eso, menos apetitoso y que ella, muy coqueta, le echó el cuerito para atrás y se la empezó a chupar mientras dormía.
Ramiro se empezó como a mover, de lo rico que chupaba mi hermanita, pero ella no dejaba que chuparle ni de sacar sus bolitas de su boca.
Le empezó a crecer más y más, que hasta le punteaba la pelotita de la garganta, pero ella me contaba que estaba muy contenta, porque tenía un sabor bien rico.
😂 😂 😂
Lo más chistoso fue que Ramiro se despertó y se dio cuenta de lo que pasaba y le trató de sacar la cabeza a mi hermana, porque iba a acabar.
Pero mi hermana, porfiada como ella sola, se la siguió chupando hasta llenarse la boca con su juguito, y por supuesto, tragárselo…
😬 😬 😬
“Claro… no fue tanto como el de Ariel… o mucho menos, como el de tu marido… pero estaba rico y bien calientito.” Me aclaró, toda colorada, pero ya patudamente en confianza.
Entonces, Ramiro le confesó que era la primera vez que se la chupaban y le dijo que era la mejor de las pololas, por lo que mi hermana se puso tan contenta, que se la chupó otra vez y se acostaron a dormir.
😴 😴 😴
Dice que eso igual les ayudó bastante en la relación, porque Ramiro no había tenido muchas pololas y le prendía bastante la idea de enseñarle todas las cosas que ella ya sabía, pero que no se atrevía a hacerlo todavía, porque le tendría que explicar dónde y con quién las había aprendido.
“Pero hacer el amor con él se volvió mucho mejor… y también, empezó a chuparme la conchita en agradecimiento.” me contó mi hermana, muy optimista.
😕
Lo malo, eso sí, es que Ariel también se puso a buscarla más y que ella, con lo caliente que estaba, igual se arrancaba con él en la universidad.
Casi siempre lo hacían en los baños o en las salas desocupadas, y como Ariel nunca usaba condones, se volvió habito entregarle la cola o chuparle hasta que se corriera un par de veces.
😯 😑 😔 😞 😣
Y lo que era peor, que Ariel conocía los horarios de ella y de Ramiro y varias veces, aprovechaba de meterse con mi hermana, mientras que su pololo seguía estudiando en la universidad…
“Y así fue cómo entró Martín también en mi vida…” dijo mi hermana, sonriendo con cara de mala…
😈
😉

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