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Los pololos de mi hermana… (I)



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😓
Lo que mi hermana me contó todavía no se me puede olvidar.
Y es que ni mi marido ni yo nos lo esperábamos, porque mal que mal, mi hermana sigue siendo una chica buena…
Y que tenga 3 pololos, es algo que me rompe tremendamente la cabeza.
😅
Les explico.
Me llevo 7 meses de diferencia con mi hermana, por lo que todavía tiene 21 años.
😆
Es mucho más bonita que yo, pero también, es más tímida.
Tiene ojitos verdes, como los míos; piel blanquita y sonrosada en las mejillas; unos labios bien carnosos y súper coquetos y una naricita chiquitita y muy, pero muy tierna.
Es un poquito más chiquitita que yo, con pelito negro bien, pero bien largo y brilloso y parece que heredó un poco los rulos que tenía mi papá.
XD
Pero su figura está bien cuidada.
Mi hermanita corre 2 veces a la semana, por lo que tiene unos muslos súper carnosos y duritos.
Y qué les digo de sus pechugas, que parecen verdaderos melones, comparados con los pequeños flancitos que le encantan tanto a mi marido, por lo que ella, con escote, se destaca tremendamente…
😂
Pero bueno, ese día, me preguntó si podíamos salir de paseo como hermanas.
Mi marido iba a ver ese día a mi cuñada, que estaba en la casa de verano de mis suegros, pero igual me dio permiso para que saliera con mi hermana a pasear.
😊
¡Igual, lo quiero tanto, tanto!
Porque él, muy inteligente, se le ocurrió invitar a mi mamá y a mi hermanita menor para que les acompañara a cuidar a nuestras hijas.
Yo no tenía idea que mi hermanita chica (de casi 9 años) andaba súper enamorada de uno de los sobrinos de mi marido.
😏
Pero lo mejor era mirar a mi mamá con mi esposo…
Yo sé que ella quiere mucho a Guillermo (el pololo que tiene ahora), pero otra cosa le pasa con el mejor de mis amigos.
Es que de cuando ya éramos pololos, él la trataba con el respeto y la galantería de una esposa de verdad y además, siempre ha cuidado de mi hermanita menor casi como si fuera hija suya, mayor razón por la que le acepté como esposo el día de mi cumpleaños (¡Hasta en eso es práctico! XD)
😆
Pero ya, saliendo de las ramas, salimos mi hermana y yo al centro comercial, para probar mi propia tarjeta de crédito, con los ahorros de mi práctica profesional.
Obvio que nos probamos ropa, nos compramos unas faldas, camisones para dormir, ropa interior y unos bikinis tipo hilo dental, que nos dejaban súper coquetonas para que nos manosearan y en el fondo, la pasamos recontra bien.
Pero nos cansamos de andar con tanta bolsa, nos dio hambre y fuimos al patio de comidas.
Y mientras nos comíamos los heladitos que compré, mi hermanita me empezó a contar…
😞
Igual no le fue fácil, porque su carita se puso así como muy arrepentida y es que ella sabía que lo que me iba a contar no me gustaría para nada.
“Mari, quería pedirte ayuda con un problema que tengo…” empezó ella.
“¡Claro! ¿En qué te puedo ayudar?”
“Por favor, no te enojes y escúchame primero. Tienes que prometerlo.”
😕
Yo no entendía mucho, pero pocas veces he visto así de seria y preocupada a mi hermana y hasta que no se lo prometí, no me quiso contar.
😬
Entonces, se puso más colorada todavía, pero aun así, se puso valiente y me lo contó…
“Lo que pasa… es que tengo… tres pololos…” dijo bien pausada mi hermana.
😳
“¿QUÉ?” le pregunté, olvidándome de lo que le prometí al vuelo y gritándolo súper fuerte.
“¡Marisol, por favor, cálmate!” me pidió mi hermana.
Pero igual que le pasó a mi marido cuando se lo conté, me vino como una tremenda decepción.
😕
Como les digo, mi hermana es muy bonita, pero para nada coquetona y mucho menos, es de andar con pololo tras pololo.
Así que me traté de calmar…
😓
Lo malo es que fui tan alharaca, que llamé la atención de un señor, de unos 35, 40 años, medio gordito y un poquito calvo, que estaba cuidando a sus hijitos y sentado a espaldas de mi hermana, mientras que la señora hacía la cola en un restaurant de comida rápida y se puso a sapearnos a nosotras, porque obvio, seguimos siendo lolitas y nada feas…
😤
Entonces, mi hermana me contó de Ramiro.
Dice que es su “pololo oficial”. Lo conoció en su primer semestre y él era ayudante de una de sus materias.
Es un chico delgadito, de piel morena, alto, pelo castaño y súper arreglado, con una mirada de chico bueno y honesto, que mi hermana encontró tremendamente tierno desde que le conoció.
Me contó que él siempre fue bien atento con ella y a diferencia de los otros chiquillos, él le daba su espacio y no le molestaba tanto ni le preguntaba si andaba pololeando, por lo que le empezó a gustar pronto.
Lo que le gustó a mi hermana es que Ramiro siempre se vestía elegante para hacer clases.
Camisa, pantalón de vestir…
Parecía un profesor más joven.
😆
Y empezaron a salir. La llevaba al cine, a comer y a pasear (igual que lo hacía conmigo mi marido XD) y empezaron a pololear…
“Pero lo malo es que medio fome pololeando…” me dijo mi hermana, con una carita más decepcionada.
“¿Por qué?”
😟 😔 😞
“Es que se va casi siempre en puros besitos y abrazos… ¡Y ya soy mujer, Mari! ¡Necesito otras cosas!”
A todo esto, el caballero del lado trataba de pasar piola escuchando, pero igual me daba cuenta…
😒 😏
“¿Y… han tenido relaciones?” le pregunté, solo para ver qué hacía el caballero.
“¡Ese es el problema, Mari! ¡Es muy penca!…” me respondió mi hermana, sin siquiera pensarlo.
😦 😧 😨
(¡Al caballero, como que se le tensaron los hombros! XD)
“¡Oh! ¿Y por qué?”
Mi hermana como que la pensó un poco antes de responder…
“No es que la tenga chica o dure poco… la tiene “normalita”… y la paso bien con él… pero casi siempre tenemos sexo normal… tú me entiendes… posición de misionero, conmigo arriba y él agarrándome de las pechugas… pero no me hacía sexo oral… y tampoco me da por el trasero… así que por eso creo que me terminé metiendo con Ariel.” Me contó, muy decepcionada.
😂
Lo que encontré muy chistoso fue que justo llegó la esposa del caballero del lado, preguntándole qué iba a comer él y él, todo complicado, le dijo que quería una hamburguesa, pero su señora quería saber cuál de todas.
Entonces, él escogió una de las más caras (una que venía casi con todo y que obviamente, se iba a demorar un montón), pero lo único que quería era que su esposa se fuera y le dejara escucharnos.
😕 😔
Como mi hermana no se fijó en el caballero, me iba contando más y más de lo que le pasó con Ariel.
Habían hecho una fiesta bien grande en la universidad y para romper la rutina y para que conociera a más gente, Ramiro la llevó con él.
Me contaba que al igual que a mi esposo, a Ramiro no le gusta tomar, porque el alcohol lo deja lona al toque y tampoco le gusta bailar, por lo que estaban igual contentos, más que nada conversando…
Hasta que llegó Ariel a molestar a Ramiro.
“¡Vaya, Ramiro! ¿Esta es la pololita que te estás comiendo?” le preguntó de repente, ya medio tomado.
Me contaba que Ariel le pareció súper desagradable, porque le miraba descaradamente las pechugas, que igual mi hermana trataba de disimular por andar con su pololo.
Dice que es más alto que Ramiro y que mi marido, más o menos fortachón, con pelo largo y una cara media fea, como de viejo, con una quijada bien grande y de esas que les gusta tomar cerveza por barriles y para rematar, metalero.
Ramiro le contó después que eran compañeros de carrera y que también, hacía de ayudante en algunas asignaturas, pero era solo un conocido suyo.
Mi hermana me contó, eso sí, que Ariel sabía que Ramiro no le caían bien los tragos y que se aprovechó de eso para emborracharlo un poco, sirviéndole cerveza tras cerveza y así, poder estar con mi hermana más tranquilo.
“Oye, ¿Y tú bailas?” le empezó a preguntar, cuando Ramiro se empezaba a sentir mal de tanto trago y le bajaba como un sueño.
Ella quería quedarse cuidando a su pololo, pero Ariel la sacó a bailar.
Tocaban reggaeton bien fuerte y aprovechando la oscuridad, la empezó a manosear y a bailar más apegado a ella…
😊 😬
“Y creo que así, me empecé a calentar…” reconoció mi hermana, toda avergonzada, tapándose las mejillas.
Decía que en esos momentos, no le importaba tanto el olor a cerveza y a porros de Ariel.
Los restregones de la cintura se le hacían más largos y más despacio, en especial, cuando lo hacía por su trasero.
Pero lo que más le prendía eran las cosas que Ariel le decía…
Que “era muy bonita y sexy”.
Que “¿Cómo andaba con un tipo como Ramiro, tan fome y serio?” y cosas así…
Y todas esas cosas la iban prendiendo más y más por dentro…
Mi hermana dijo que trató de arrancarse de Ariel con su calentura, para volver con Ramiro, pero él la tomó del brazo.
“¡Déjalo! ¡Está tranquilo!” le dijo, abrazándola por el cuello y hasta agarrándole una pechuga, pero ni siquiera pudo reaccionar bien cuando se la llevó.
😳 😓 😰 😱
Empecé a sentir como una angustia en el cuerpo, pero también, como que me estaba calentando y tuve que igual empezar a apretar las piernas.
Decía que igual alcanzó a ver a Ramiro, que estaba durmiendo en la mesa donde estaban, pero Ariel se la llevó del salón y la obligó subir las escaleras de la universidad, sin saber a dónde iban, pero imaginando lo que se le venía, porque esa parte estaba sola y más oscura y él aprovechaba de agarrarle el trasero y sobarle los pechos de manera descarada.
Y entraron al baño de hombres, donde la empezó a besar de una forma voraz…
Ella trataba de resistirse, pero Ariel tenía mucha fuerza y sus manos la seguían manoseando terriblemente.
😮
Seguía pensando en Ramiro, que estaba solito y todo eso…
Pero su cuerpo no reaccionaba para nada.
Y de repente, fue ella la que empezó a abrazar más y besarlo también…
😬 😬
Mi hermana me insistió mucho en que de verdad, Ariel no le gustaba…
Que pensaba en que lo había conocido esa misma noche y ya la estaba manoseando, dejando a Ramiro solo.
Pero eso sí, reconoció que lo necesitaba…
“¡Necesitaba tener sexo duro, Mari!... ¡Fuerte!... ¡De ese, que te dejan tremendamente cansada!” me contó, con una mirada encendida en calentura…
Aunque me molestaba bastante verla así, la entendía muy, pero muy bien…
😧 😕 😑 😔 😞
De verdad, que a mí me encanta hacer el amor con mi marido y la paso súper bien con él…
Pero yo me prendía un montón la noche anterior a que volviera de la mina.
🤤 🤤
No sé si habrá sido por mi calentura de no tener relaciones una semana o por saber que llegaba él todo ganoso por mí.
Pero yo, por más que me dedeara y me masturbara con el consolador, no podía sacarme esas ganas locas porque él me poseyera.
😞 😞 😞
Porque esos días eran devastadores para mí…
Era cosa de acostarnos y besarnos alocadamente.
De tirar la ropa y darnos agarrones y mordiscos como animales.
😭 😭 😭
¡Lo extrañaba mucho! ¡Era mi mejor amigo!
Y el sexo que teníamos era súper increíble…
😫 😖 😫 😖
Mi marido me tomaba de la cintura y la encajaba hasta el fondo, así, sin descanso…
Y yo, ahí, aguantando el dale que dale, sujetándome lo mejor que podía.
Y claro, él acababa y me dejaba pidiendo aire, pero un par de besos y partía el segundo round…
😩 😲 😩 😲
¡Me taladraba tremendamente en la cama y podía sentirlo cómo su cuerpecito sudoroso me aplastaba y me dejaba buena para nada!
Yo veía estrellas, angelitos, pajaritos…
Y las acabadas que me daba en la conchita eran fenomenales, que me desbordaban de juguito tibiecito y delicioso…
😲 😲 😲
Y cuando ya no tenía ganas para nada y lo único que me quedaba era pedir piedad, me agarraba de la cintura y me la encajaba fuertemente por la cola…
Y el gozo que sentía era magistral, porque me la enterraba hasta el alma…
🤤
Pero bueno, mi hermana me contó que Ariel hizo tocarle su cosa, que era un poquito más grande que la de Ramiro y que ella estaba como hipnotizada, tocándosela, mientras él chupeteaba como loco los pechos.
“¡Cómemela!” le dijo, cuando la sintió dura y la obligó a que se arrodillara.
Ella no sabía bien qué hacer, pero estaba recontra prendida y se la metió a la boca.
😲 😭
Me contó que le dio mucho asco, porque olía hediondo a pipi y a transpiración, pero cuando ella trataba de sacarla de su boca, Ariel le afirmaba la cabeza.
“Entonces… se la empecé a chupar con más ganas…” dijo mi hermana, igual con vergüenza, pero moviéndose así como cuando una se calienta tremendamente y te cuesta aguantarte y con una mirada malula, como si le hubiese gustado un montón también...
😞
Ariel le decía que era una buena chupadora, porque se llegaba a meter hasta los huevos en su boca y que cuando iba a acabar, él quería correrse afuera, pero ella misma lo sujetó del trasero y se lo tragó, sin desperdiciar nada.
“¡Qué suerte tiene Ramiro! ¡Eres una puta que se lo traga todo!” le dijo Ariel.
Y ahí, mi hermana pensó que durante todo el tiempo que llevaban juntos, nunca le había comido el pene a Ramiro.
No que no le tuviera ganas, porque decía que su pene es bonito…
Pero hasta lo que pasó con Ariel, nunca se le había ocurrido.
Ella pensó que eso era todo y la dejaría irse, pero él la apretó por el pecho hacia la pared.
“¡No te puedes ir sin que te la meta!” le dijo Ariel, sin dejarle mover…
😳 😳 😳
“Pero… ¿Tienes condones?” le preguntó mi hermana, preocupadísima.
“No. Nunca uso…” le respondió, volteándola hacia la pared.
Mi hermana estaba terriblemente preocupada, porque con Ramiro lo había hecho siempre con condones y aunque se tomaba las pastillas, no quería arriesgarse a tener un hijo con alguien como Ariel.
“Mejor… métela por detrás…” le dijo mi hermana, inteligentemente y pensando bien rápido, antes que se la encajara por la conchita…
(Aunque conociéndola cómo es con mi marido, lo más seguro que tenía unas ganas tremendas XD)
“¿Qué?” preguntó él, sin poder creerle.
“Que la metas por detrás. No quiero serle infiel a Ramiro, ni que me dejes embarazada si no tienes condones…” le respondió mi hermana.
😅
“¡Yo sabía que no iba a resistirse!” me dijo mi hermana, con una sonrisa de malula tremenda, sabiendo que su trasero es fenomenal...
El caballero de al lado, entonces, hizo como que se le caía una servilleta y se agachaba a recogerla. Miró como para ver el trasero de mi hermana y me vio a mí…
Era un hombre morenito, medio peladito y con cara de picarón, que no sé por qué su cabeza me recordaba al pulgar de mi pie, con su enorme frente.
Se puso muy colorado y sudoroso cuando le sonreí y le di un guiño.
😉
Entonces, mi hermana me contó que Ariel se afirmó de la cintura y se la metió de un solo golpe.
Casi ni la sintió, porque la encontraba bien delgadita, pero cuando empezó a hincharse más y a calentarse todo, con unas movidas que la sacudían entera y que recién, recién, ella empezaba a disfrutar, siente que Ariel se descarga dentro de ella y se desinfla otra vez…
Pensó que con eso se quedaría tranquilo, pero cuando la sacó y lo vio, estaba rojo de furia…
😡 😡 😡
Le preguntó quién le había roto el trasero primero, para matarlo…
“Y obvio que no le podía responder que fue tu esposo…” me dijo la muy patuda, sin levantar una ceja…
😉

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1 comentarios - Los pololos de mi hermana… (I)

pepeluchelopez +1
Huy huy esa parte sera la más difícil en su vida sexual, nada es igual cuando se acostumbra a la calidad y después se carece de ello
metalchono +1
😆 Sí, pero igual, son sus primeros pololeos y como me dijo mi primita hace un tiempo, una tiene que besar algunos sapos antes de encontrar al principe... y que lo que me pasó a mí fue de suerte. ☺️ Como sea, quedó más tranquila después de ese día... ¡Que lo pases súper! 😤