Anita Súper Caliente
Con El Sello De Placer y Morbo…
Hola ha todos gente porongueros, soy un chico con deseos de compartir mis historias y las de personas cerca a mí, con ustedes…. este como todos mis relatos esta hecho para ustedes para su disfrute, pero he de aclarar ciertas cosas, muchas de estas historias no son de mi autoría, otras si otras si lo son, otras fantasías que he tenidos yo o alguien cerca a mí, que me lo ha confesado, otras son reales pero no mías, relatos de otras personas que me lo confiesas y al final logro convencerlos de que me dejen publicarlos, claro con nombres y lugares diferentes para proteger su identidad, por este motivo es que no digo quien es quien, cual es mío o cual no, cual es real y cual no lo es, pienso que lo hace más interesante y hace pensar a la gente, son muchas las historias que tengo pero poco el tiempo para contar, espero que las que puedo publicar sean de su agrado, sin más que decir disfrútenlo.
Anita baya mujer. La conocí en una tienda de mascotas, yo trabajaba ahí temporalmente mientras continuaba mis estudios, yo tenía 25 y ella 19 ya bien desarrollada. Físicamente era una chica guapa, de 1.68 de altura, complexión delgada, tiene unas tetas pequeñas, firmes y deliciosas y un trasero tremendamente redondo y sexy. Al principio casi no hablaba con ella pero fue cuestión de un par de meses que empezáramos a salir juntos, primero en plan de amigos y poco a poco en algo más serio. Nos hicimos pareja y empezamos con los típicos besos y agarrones, a veces en el trabajo, en las bodegas o cuartos de servicio de la tienda. Llevábamos planeando coger durante algunos días y habíamos quedado ir a un motel de la ciudad un fin de semana pero el jueves anterior a ese sucedió algo inesperado, estaba en la parte de arriba de la tienda buscando algo cuando ella entró, estábamos solos y ella se portaba de un modo raro. Cuando me acerqué a ella me abrazó fuertemente y no dijo nada, yo comencé a besarla y a presionarla contra mí, en un momento bajé mis manos a su trasero y empecé a masajearla, ella gemía y se dejaba hacer.
--Haaaaaa, ha, ha, haaa, ha, ha, ha, ha, haaa, ha, haaaaaa.
De repente metí mi mano dentro de su pantalón y su calzoncito, por detrás, y alcancé a rozarle la vagina empapada, no era la primera vez que la tocaba así pues otras veces antes de dejarla en la puerta de su casa teníamos que subir 3 pisos de escaleras y ahí aprovechaba para masturbarla, un par de veces hasta el orgasmo, en esta ocasión teníamos más riesgo de ser descubiertos y ella estaba excitada y encantada al mismo tiempo. Seguimos un poco más hasta que oímos ruidos y nos separamos. En ese momento faltaban un par de horas para terminar el turno. Unos minutos después platicamos y me dijo que tenía muchísimas ganas, así que decidimos ir al hotel ese mismo día, durante el resto de la tarde nos la pasamos manoseándonos a cada oportunidad y fue bastante divertido en ciertas ocasiones, cómo cuando le levanté la blusa para acariciar sus pezones con la lengua y justo en ese momento escuchamos que subían por las escaleras. Ella tuvo que ocultarse mientras yo salía huyendo. Al fin salimos de trabajar y nos dirigimos al hotel más cercano que encontramos, nada más entrar comencé a besarla apasionadamente mientras la manoseaba toda. La desnudé hasta dejarla sólo con sus calzoncitos, color amarillo muy bonitos. Nunca le había visto sus tetitas completamente al aire y me encantó, debo decir que siempre me han gustado las mujeres de tetas pequeñas y Anita tenía unas tetas apenas visibles pero muy sabrosas y firmes. La acosté en la cama y comencé a pasarle la lengua por todos lados, ella solo gemía y se retorcía, al llegar a su vagina no le quité la ropa interior, sólo la hice a un lado y comencé a pasar mi lengua suavemente por esa rajita empapada. Ella me suplicó que la cogiera, entonces me puse un forro y me coloqué entre sus piernas, listo para embestirla. Mi pene comenzó a abrirse paso lentamente al principio, pues a pesar de la humedad ella estaba muy apretada, lo cual hacía que se sintiera increíblemente rico mientras la penetraba. Nos desnudamos totalmente y la puse en cuatro sobre la cama, la visión de sus nalgas y su vagina peludita escurriendo jugos era deliciosa, la tomé por la cadera y comencé a penetrarla así más y más duro, no pasó mucho tiempo hasta que ella comenzara a tener un orgasmo que la dejó medio inconsciente. Yo quería seguir pero ella decía que estaba adolorida, así que la acosté boca abajo y comencé a pasar mi lengua muy suavemente desde su clítoris hasta llegar a su colita. Pasaron unos 5 minutos así cuando ella me dijo que quería ser penetrada de nuevo, esta vez me acosté sobre la cama y ella comenzó a cabalgarme, en esa posición mi pene le llegaba hasta lo más profundo y ella gemía encantada mientras yo veía moverse esas tetitas pequeñas y de vez en cuando le daba unos jaloncitos en los pezones. Seguimos así un poco más hasta que empecé a sentir que me corría, se lo dije y ella se movió mucho más rápido, con lo que los dos acabamos casi al mismo tiempo. Nos quedamos en la cama durante un rato y luego nos dimos una ducha rápida. Esa fue nuestra primera vez juntos pero no la única.
FIN…
Con El Sello De Placer y Morbo…
Hola ha todos gente porongueros, soy un chico con deseos de compartir mis historias y las de personas cerca a mí, con ustedes…. este como todos mis relatos esta hecho para ustedes para su disfrute, pero he de aclarar ciertas cosas, muchas de estas historias no son de mi autoría, otras si otras si lo son, otras fantasías que he tenidos yo o alguien cerca a mí, que me lo ha confesado, otras son reales pero no mías, relatos de otras personas que me lo confiesas y al final logro convencerlos de que me dejen publicarlos, claro con nombres y lugares diferentes para proteger su identidad, por este motivo es que no digo quien es quien, cual es mío o cual no, cual es real y cual no lo es, pienso que lo hace más interesante y hace pensar a la gente, son muchas las historias que tengo pero poco el tiempo para contar, espero que las que puedo publicar sean de su agrado, sin más que decir disfrútenlo.
Anita baya mujer. La conocí en una tienda de mascotas, yo trabajaba ahí temporalmente mientras continuaba mis estudios, yo tenía 25 y ella 19 ya bien desarrollada. Físicamente era una chica guapa, de 1.68 de altura, complexión delgada, tiene unas tetas pequeñas, firmes y deliciosas y un trasero tremendamente redondo y sexy. Al principio casi no hablaba con ella pero fue cuestión de un par de meses que empezáramos a salir juntos, primero en plan de amigos y poco a poco en algo más serio. Nos hicimos pareja y empezamos con los típicos besos y agarrones, a veces en el trabajo, en las bodegas o cuartos de servicio de la tienda. Llevábamos planeando coger durante algunos días y habíamos quedado ir a un motel de la ciudad un fin de semana pero el jueves anterior a ese sucedió algo inesperado, estaba en la parte de arriba de la tienda buscando algo cuando ella entró, estábamos solos y ella se portaba de un modo raro. Cuando me acerqué a ella me abrazó fuertemente y no dijo nada, yo comencé a besarla y a presionarla contra mí, en un momento bajé mis manos a su trasero y empecé a masajearla, ella gemía y se dejaba hacer.
--Haaaaaa, ha, ha, haaa, ha, ha, ha, ha, haaa, ha, haaaaaa.
De repente metí mi mano dentro de su pantalón y su calzoncito, por detrás, y alcancé a rozarle la vagina empapada, no era la primera vez que la tocaba así pues otras veces antes de dejarla en la puerta de su casa teníamos que subir 3 pisos de escaleras y ahí aprovechaba para masturbarla, un par de veces hasta el orgasmo, en esta ocasión teníamos más riesgo de ser descubiertos y ella estaba excitada y encantada al mismo tiempo. Seguimos un poco más hasta que oímos ruidos y nos separamos. En ese momento faltaban un par de horas para terminar el turno. Unos minutos después platicamos y me dijo que tenía muchísimas ganas, así que decidimos ir al hotel ese mismo día, durante el resto de la tarde nos la pasamos manoseándonos a cada oportunidad y fue bastante divertido en ciertas ocasiones, cómo cuando le levanté la blusa para acariciar sus pezones con la lengua y justo en ese momento escuchamos que subían por las escaleras. Ella tuvo que ocultarse mientras yo salía huyendo. Al fin salimos de trabajar y nos dirigimos al hotel más cercano que encontramos, nada más entrar comencé a besarla apasionadamente mientras la manoseaba toda. La desnudé hasta dejarla sólo con sus calzoncitos, color amarillo muy bonitos. Nunca le había visto sus tetitas completamente al aire y me encantó, debo decir que siempre me han gustado las mujeres de tetas pequeñas y Anita tenía unas tetas apenas visibles pero muy sabrosas y firmes. La acosté en la cama y comencé a pasarle la lengua por todos lados, ella solo gemía y se retorcía, al llegar a su vagina no le quité la ropa interior, sólo la hice a un lado y comencé a pasar mi lengua suavemente por esa rajita empapada. Ella me suplicó que la cogiera, entonces me puse un forro y me coloqué entre sus piernas, listo para embestirla. Mi pene comenzó a abrirse paso lentamente al principio, pues a pesar de la humedad ella estaba muy apretada, lo cual hacía que se sintiera increíblemente rico mientras la penetraba. Nos desnudamos totalmente y la puse en cuatro sobre la cama, la visión de sus nalgas y su vagina peludita escurriendo jugos era deliciosa, la tomé por la cadera y comencé a penetrarla así más y más duro, no pasó mucho tiempo hasta que ella comenzara a tener un orgasmo que la dejó medio inconsciente. Yo quería seguir pero ella decía que estaba adolorida, así que la acosté boca abajo y comencé a pasar mi lengua muy suavemente desde su clítoris hasta llegar a su colita. Pasaron unos 5 minutos así cuando ella me dijo que quería ser penetrada de nuevo, esta vez me acosté sobre la cama y ella comenzó a cabalgarme, en esa posición mi pene le llegaba hasta lo más profundo y ella gemía encantada mientras yo veía moverse esas tetitas pequeñas y de vez en cuando le daba unos jaloncitos en los pezones. Seguimos así un poco más hasta que empecé a sentir que me corría, se lo dije y ella se movió mucho más rápido, con lo que los dos acabamos casi al mismo tiempo. Nos quedamos en la cama durante un rato y luego nos dimos una ducha rápida. Esa fue nuestra primera vez juntos pero no la única.
FIN…
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