Vacaciones en Cancún 3
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A la mañana siguiente estaba desayunando, cuando vi por una cristalera que se acercaban Félix y Elena, los vi llegar tranquilamente, yo había escogido una de las mesas grandes para desayunar, pensando en los dos matrimonios amigos, pero vi que se ponían el desayuno y se sentaban lejos de mí, no dije nada porque sabía que me habían visto, sobre todo porque Elena me guiño un ojo y me sonrió. Supuse que era cosa de Félix, dejé que desayunaran tranquilos y si querían algo ya lo dirían.
Visto esto, una vez que desayune me marche en dirección a la playa, para ver si veía a las dos maduritas. Pero antes por si acaso me pase por la piscina, había solo una pareja. Pero de pronto me chisto Juan Diego, el camarero con el que hice amistad. Como estábamos los dos solos, podíamos hablar sin ningún peligro. Me contó que había tres mujeres y dos parejas que le habían tratado de sonsacar cosas de mi. Lógicamente le pregunte quienes habían sido. Dos de las mujeres eran las dos maduritas por los datos que me dio, la otra mujer y la pareja, no caía quienes podían ser. Pero todos se interesaron como quien no quería la cosa por saber si estaba solo o acompañado, si era un “profesional” o un huésped.
Cuando termino de contarme todo, tenía claro porque podía venir el interés, pero cuando ya me marchaba Juan Diego me aviso, de que, si venía a partir de las 12 seguro que estarían por ahí, ya que después de la playa pasaban por ahí, para darse un par de baños y tomarse alguna bebida. Me fui hacia la zona más apartada de la playa, donde habíamos estado la otra vez. Vi llegar nuevamente a la parejita, Elena y Félix, pero se quedaron a bastante distancia. Las dos maduritas se sentaron como la otra vez cerca. Y a los que no vi fue a Matias y Valentina, por lo que me dije que luego tendría que preguntar por ellos.
Notaba como ellas miraban, pero no decían nada. Me metí en el agua y estaba dispuesto a calentar el ambiente. Me toque con disimulo en el agua, nadie podía verme y cuando tenía media erección, salí del agua con mi bañador ajustado, sabiendo que se notaría bastante mi polla. Una de ellas miraba hacia donde estaba yo y la otra estaba boca abajo. Me di cuenta como le decía algo y la otra se sentó, aunque llevaban las gafas de sol, sabia de sobra donde miraban.
Cuando me senté en la tumbona, decidí romper yo el hielo y las dije… “Por lo que veo los dos aburridos sosos que tenéis por maridos os han dejado solas” una de ellas medio sonriendo me dijo… “Para ser tan joven, que malo que eres, mira que decir eso…” yo no deje pasar ni un segundo diciéndole… “Ves, si no fuera verdad me hubierais dicho que me equivocaba, pero no lo habéis hecho porque sabéis que tengo la razón. A todo esto, yo me llamo Carlos” me acerqué y les di la mano. La que llevaba la voz cantante que ra la rellenita dijo llamarse Manoli y la otra se llamaba Carmiña. Manoli era de Castilla-León y Carmiña gallega.
YO -No entiendo como os pueden dejar solas, habiendo tanto “buitre” suelto.
MANOLi -Si ya lo vemos y sobre todo jóvenes.
YO- De todas las edades, porque a vosotras seguro que os miran jóvenes, mayores…
MANOLI -Los mayores lo puedo llegar a entender, pero jóvenes…
YO -A mí, por ejemplo, me gustan más como vosotras que de mi edad.
CARMIÑA -Anda no digas disparates, si podemos ser tu madre. Si tengo hijos de tu edad o lo mismo mayores que tú.
MANOLI -Igual que yo.
YO -Y eso que importa. La culpa la tienen vuestros maridos. Que, si aquí en plena vacaciones no os hacen ni caso y prefieren el golf, en vuestra vida diaria seguro que os ignoran más aún. Tendréis que ser las típicas mujeres, amas de casa, cuidando los hijos… y ellos los marajás. Como si lo viera. (Las dos me escuchaban estupefactas) ¿O no? Por lo menos ser sinceras. Acabáis de cumplir 40 y ya os veis como ancianas. (Yo sabía de sobra que tenían más de esa edad, fue una galantería)
CARMIÑA-Jajaja, ¿Cuarenta? Yo ya tengo 47 años.
YO-Pues no los aparentas.
MANOLI- ¿Y a mí cuantos me echas?
YO-Pues así de pronto, no sé 4, 5… 6. Depende de i también. (Lo dije con todo el descaro del mundo)
MANOLI-Jajaja… me refiero a años.
YO-Ahhhh, pues 40, 42.
MANOLI -Me acabas de subir mi estima, voy a hacer 49.
YO -Pues como se suele decir estáis de pan y moja. Pero a todo esto no me habéis dicho nada a lo que dije de vuestros maridos y de vuestra vida.
MANOLI -Yo no te puedo hablar por Carmiña, porque la he conocido aquí. Pero con lo que respecta a mí, diré que te has acercado bastante.
CARMIÑA -Y yo te diré que, para ser tan jovencito, eres muy avispado, sabes mucho por lo que veo. Pero según tú y tu perspicacia… ¿Qué se supone que tendríamos que hacer?
YO - ¿Qué queréis, la versión sosa, la versión light o la versión carnal-erótica-festiva? (Se rieron las dos)
MANOLI - ¿Carmiña tu cual prefieres saber?
CARMIÑA -Pues mujer, ya puestas, las tres así hay variedad en elegir.
MANOLI -Pues eso, las tres.
YO -No sé, como decís que sois tan mayores…
MANOLI -Suelta ya, que no nos vamos a asustar.
YO -La sosa, pues hacer lo mismo que hacéis en vuestra vida normal, aburriros, pensar porque no cambian las cosas… La light, os quedáis las dos solas todos los días, cotilleáis de todo el mundo, decís que bueno que esta ese, le haría esto, aquello, lo otro… La carnal-erótica-festiva, voy a aprovechar la estancia aquí y me voy a tirar todo lo que se menea, a probar cosas nuevas y si se puede a realizar alguna fantasía… que seguro que habéis tenido más de una.
CARMIÑA -Reconócelo tú eres una jeta, un descarado, un… (Le corte porque se puso muy seria y muy estirada)
YO -No sé porque te escandalizas. ¿Sabes en que nos diferenciamos, además de lo que es obvio?
CARMIÑA -Si, en la edad.
YO -No, que eso no tiene nada que ver. En que yo soy más natural, no me asusta llamar a las cosas por su nombre y que no me da miedo enfrentarme a la realidad.
MANOLI -Ahora en serio. Habiendo chicas más jóvenes, como puede ser que alguien busque a unas maduritas. Por ejemplo, que puedes ver en nosotras.
YO -Me pondría a decir cosas y no parar. Y lo que veo en vosotras. Pues que estoy convencido que hace mucho que no le dais una alegría a vuestro cuerpo. Y seguro que lo disfrutabais más que una jovencita y eso hace que el que tuviera la suerte de teneros disfrutaría mucho más. (Las dos se quedaron muy pensativas y sin saber que decir, al rato de haber un buen silencio)
MANOLI -Yo no sé esta, pero yo si tuvieras unos 10 o 12 años más, no te digo que me tentara, pero siendo tan joven…
CARMIÑA -Me pasa lo mismo que a ti, me daría complejo de asaltacunas. (Eso me disgusto un poco)
YO -Os propongo una cosa, pero con la condición de que aceptéis mi reto. Y que conste que no os comprometerá a nada. (Las dos se miraron)
MANOLI-CARMIÑA -Vale suelta esa proposición.
YO -Esta noche cuando lleguen vuestros “PRINCIPES AZULES” les decís que os habéis apuntando a la excursión nocturna del tour party (que duraba cerca de 5 horas y era una visita a los mejores clubes nocturnos) y como seguro que os dirán que ellos no van, nos quedamos bailando toda la noche en la sala de fiestas, así valorareis como soy y no por mi edad.
MANOLI -Si mi marido me manda al carajo, yo acepto, pero solo a bailar.
CARMIÑA -Yo igual.
YO -Pues ya está todo dicho, esta noche a las 11 en la sala de fiestas, si os dejan escapar. La que venga mejor vestida, tendrá mi primer baile.
MANOLI-CARMIÑA -Jajaja… que cara que tienes, pero vale.
Para dejarles hablar con tranquilidad y que se dijeran todo lo que tenían que decir, me despedí y me fui a la piscina. Cuando llegue había bastante gente. Vi como Juan Diego me hacia una discreta seña. Me acerque a pedir un zumo y mientras me lo preparaba, me dijo quién era la pareja y quien era la mujer. En un principio pensé que la pareja era un par de personas que tenían pinta de nórdicos, que estaban rojos como una gamba y Juan Diego me saco de mi error. Ya me indico mejor y mire con disimulo. Eran una pareja de unos treinta y pocos años, parecían ser mexicanos, los dos medirían sobre el 1,60, 1,65. Muy morenos ella con buenas tetas y un culo exagerado para lo que era el resto de su cuerpo, que era más bien delgado.
Luego la señora que pregunto, me la indico también. Pero estaba boca abajo y con la cabeza ladeada para el otro lado, solo podía ver un culo pequeñito y bien formado, que lo cubría una tanguita minúscula. De vez en cuando miraba por si se daba la vuelta, para poder verla mejor. Mientras hablaba a ratos con Juan Diego, siempre que el trabajo se lo permitía. Vi acercarse al hombre de la pareja, se puso pegado a mí, para pedir algo al camarero. El tío fue ingenioso y rápido entablo conversación conmigo, se llamaba Martin. Me confirmo lo que yo había pensado de México D.F. que estaba me dijo a más de 1600 Km. de allí. Nos contamos cosas de México y de España, hablamos de la excursión arqueológica que hice y como vio lo entusiasmado que me quedé, me conto de otros sitios que me dijo que eran auténticas maravillas. Cuando me toco ese tema, la verdad que le escuchaba con mucha atención. Hasta que disculpándose me dijo que me tenía que dejar, que había dejado a su esposa sola. Pero rápidamente me invito a ir donde estaba ella y seguir hablando, acepte inmediatamente.
Cuando llegamos junto a su mujer me la presento, se llamaba Gloria. De cerca era mucho más bonita. Tez muy morena, ojos oscuros, una melena bastante larga. Labios carnosos. Buenas tetas y por lo que se marcaba, debía de tener buenos pezones. Su mirada era penetrante y cuando me miro, yo hice lo mismo, ella aguanto, pero al final, fue ella quien retiro esa intensa mirada, pero me hizo tener como un escalofrió de placer. Ella hablaba poco, pero me confundía con su mirada. Empezó a hablar algo más cuando me contaron su viaje a España el año anterior, los lugares que visitaron, etc… tenía una voz muy dulce y se le notaba con timidez al hablar. Me entere que los dos trabajaban en la sanidad, con buenos puestos.
Pero la conversación ya no daba más de sí. Por lo que me levanté y me despedí, pero para dejar una puerta abierta, les dije que haber si coincidíamos en el restaurante o tomando una copa por la noche. Martin dijo que sería bonito, para seguir hablando.
Cuando mire a donde estaba la mujer sola, me la había perdido, ya no estaba. Me había despistado totalmente. Me fui donde Juan Diego y cuando le dije que la perdí, se rio y acercándose mucho a mí, me dijo que estaba en el aseo, por lo que pasaría por ahí. Ahora sí que estaba pendiente. Cuando por fin la vi me quedé trastocado. Era una autentica preciosidad, una figura perfecta, parecía igual de delicada que la porcelana, rubia, sus tetas eran pequeñas, pero se las veían muy firmes y apuntando hacia arriba. La miré y la sonreí, ella me devolvió la sonrisa, pero nada más.
Era de esas personas difíciles de calcular la edad, pero yo no diría que tenía más de 30 o 33 años. Vi que le daba un beso en la mejilla aun hombre mayor, se le veía con mucho estilo, poco pelo, muy blanco. Debería de estar cerca de los 70 años. Pero a pesar de eso se le veía bien conservado. Yo creía que sería el padre. Pero Juan Diego me saco de todas las dudas. Me dijo que eran matrimonio y que eran de Suecia.
Una vez saciada mi curiosidad me fui a averiguar lo que sucedía con Matias y Valentina. Logre hablar con Matias y me conto que todo el problema venia porque Valentina tenía problemas con la vesícula desde hacía un tiempo. Los médicos le decían que tenían que extirpársela, pero ella se resistía. Que de vez en cuando le sucedía y se ponía mal varios días, que luego se le pasaba, que le ocurría cuando se salía de su alimentación habitual.
Me subí a cambiarme para ir a comer. Mientras analizaba las posibilidades. Lo de Manoli y Carmiña, veía bastantes posibilidades con Manoli. Lo de la pareja de Gloria y Martin, no sabía exactamente lo que buscaban, si era por ser español y hablar de España o por otras cosas, lo decía por las miradas de ella. Y por último los suecos, estos, si me tenían totalmente despistado, pero ella me había gustado. Tenía que hacer bien la selección, porque de no hacerlo así, al final pudiera ser que me quedara a dos velas.
Cuando bajé a comer, vi que Gloria y Martin, se hicieron los encontradizos conmigo, nos saludamos y hablamos un momento, hasta que Martin me dijo ir a un restaurante a comer la comida típica de allí. Entramos y era tipo buffet, él nos mandó a sentarnos a su mujer y a mí, mientras el traía una variedad de comida para probar. Pensé que también era una disculpa para que estuviera a solas con su mujer. Pero poco le pude sacara ella, estaba como muy tímida. Fuimos comiendo de todo y la verdad que estaba todo bueno. Hasta que el empezó a comer con ganas, uno de los platos y yo hice lo mismo, prácticamente se me cayeron las lágrimas, los ojos se me saltaban la boca y la garganta me ardían. Eran unas enchiladas, picantes no, lo siguiente. Qué manera de picar y el tío mientras se las comía ni se inmutaba y a mi casi se me corta hasta la respiración. Ella se rio y tenía una sonrisa perfecta, que preciosidad. Pero ellos durante la comida y el rato que estuvimos juntos después, no dieron pie a nada, ni tampoco hubo ningún tipo de insinuación.
Me despedí de ellos y me fui a descansar, porque la noche anterior descanse poco y como no sabría lo que sucedería esa noche, era mejor dormir una pequeña siesta. Dormí más de lo que yo esperaba, baje y cene. Cuando yo entraba a cenar, salían Manoli y Carmiña, que no saludaron. Iban con sus maridos. Di una vuelta por el complejo y luego me fui a la sala de fiestas.
Ya eran casi las doce de la noche y no aparecían, así que ya estaba yo fijándome en otras mujeres. Incluso ya tenía pensado que, de aparecer los suecos o los mexicanos, mis movimientos irían en esa dirección. Aparecieron los suecos, ella venía con un pantalón blanco apretadísimo, que realzaba el culo respingón que tenía, era como si no llevara nada debajo, ya que no se le notaba ropa interior y la rajita de su coñito se marcaba perfectamente, se notaba que no llevaba sujetador. Prácticamente estuvieron pegados a mi hablando. Si hubieran hablado en inglés, algo hubiera entendido, pero no entendí nada de lo que hablaban.
Se movieron y yo les seguí con la vista, cuando de pronto alguien chasco sus dedos casi en mi cara. Eran mis dos amigas. Manoli venía totalmente descocada y con un escote de vértigo, era imposible no mirarle las tetas. Carmiña venia más discreta, con un traje de chaqueta. Nos fuimos hacia una mesa y nos sentamos. En ese momento fue cuando Carmiña se quitó la chaqueta, me dejo también anonadado, que equivocación cuando yo decía que venía discreta. Llevaba una camisetita con unos tirantes finísimos, que hacían que sus tetas se notaran cuando se movía, no llevaba sujetador.
La música era muy movida, estuvimos bailando de una sola tacada como una hora. Donde aproveche para tocarlas, para rozarme con ellas y las dos se dejaron. No se podía decir que era por la bebida, porque no habían tomado todavía nada. Decidieron darse un respiro y volvimos a nuestro sitio, yo me senté en medio y ellas se rieron. Bailamos, nos reíamos, hablábamos con total libertad y empezó una conversación con mucha picardía, pero sin pasarse.
Ellas me preguntaban que quien iba más guapa. Lo decían en broma, pero yo sabía que tenía que tener cuidado con lo que respondía. Pero es que además las dos estaban de 10. Y así se lo hice saber. Como no estaban de acuerdo y querían una respuesta, yo les dije que ya solo quedaba para ser justo y poder decidir, como fueran de divertidas esa noche, que al final lo diría y se lo jure. Me fui al aseo, pero aproveché para tratar de que pusieran música lenta, pero me costó mucho.
Ahora si ya estaban un poco alegrillas con la bebida. Cuando sonó la primera canción, un montón de parejas salieron a bailar. Yo pedí una voluntaria y sorprendentemente fue Carmiña la primera que se levantó. Una vez en la pista, vi a los suecos bailando. Me puse de tal manera que pudiera ver la cara de ella y no le quitaba ojo, hasta que ella se dio cuenta y ninguno retiraba la mirada. Eso y tener entre los brazos a Carmiña, hizo que me fuese calentando y mi polla se pusiera en total plenitud, algo que debía estar notando Carmiña, que en un principio no hacía nada. Yo ante esa situación, me fui apretando más y ella lo admitía, para contonearse más.
Yo le hablaba con mi boca muy pegada su oreja, le decía desde lo bien que bailaba, hasta lo bien que olía, lo guapa y atractiva que estaba, que era toda una tentación. Ella no decía absolutamente nada y después de bailar varias canciones, dijo de volver que no le gustaba dejar sola a Manoli. Cuando nos íbamos a ir, le bese muy provocativamente el cuello y ella sonrió.
Nada más llegar extendí mi mano para invitar a la voluptuosa Manoli a bailar. La secuencia fue idéntica, yo bailaba mirando a la sueca y mientras me rozaba con Manoli, que esta desde el primer momento, se apretaba y se rozaba bien, no se cortaba. Cuando regresamos a la mesa, Manoli no se sentó y dijo que iba al aseo, Carmiña inmediatamente se levantó y se fue con ella.
Tardaron en regresar, imagine que estarían hablando del baile. Cuando llegaron ya estaba nuevamente la música a todo trapo. Por lo que se ve no les gusto porque preferían música lenta y casi sin preguntarme, decidieron ir a otro local donde sí se podía bailar. En el paseo al otro local, nos cruzamos con la pareja mexicana que iban al sitio de donde nosotros veníamos. Nos saludamos con una amable sonrisa.
El nuevo sitio estaba bastante oscuro, había bastante gente y todas parejas, yo vi un sitio libre, pero ellas dijeron que ese no y se fueron a uno de los sitios más apartados, decían por si asomaban sus maridos. Se tomaron otra copa y salimos Carmiña y yo a bailar, en un momento del baile, acerqué mi boca a la suya, vi un pequeño titubeo, pero al final nos morreamos de lo lindo. Estaba claro que no era yo solo el que estaba caliente. Pero cuando terminamos de bailar, note su nerviosismo. Nada más llegar ella se marchó al aseo y yo me quede con Manoli. Que estaba riéndose y me di cuenta que desde donde estaba ella se pudo ver algo.
No sé ni cómo ni de qué manera. Pero cuando me quise dar cuenta, estábamos Manoli y yo besándonos y tocándonos. Su coñito estaba chorreando. Y no se cortaba nada. Tocaba mi polla por encima del pantalón y me decía que se notaba una maravilla. Estábamos tan entusiasmados, que no nos enteramos de que ya estaba allí Carmiña, que estaba de pies mirándonos. No recompusimos y decía… “Estamos locas Manoli, aquí nos puede pillar todo el mundo, si ni os habéis enterado de que yo estaba aquí, esto es una locura, es un crio, puede ser nuestro hijo…” yo la corte porque si seguía así, al final se marcharían las dos. “Mira, solo tienes razón en una cosa, que hemos sido muy imprudentes al hacer esto en público, teníamos que haber sido más cautos. Pero eso tiene fácil solución” dije yo. Carmiña dijo que no me entendía. Lo que me dio pie a decir lo que ya traía pensado de antemano… “Os queda deambular por aquí cerca de tres horas más, hasta que lleguen los de la excursión nocturna, subiros a vuestras habitaciones y que vuestros “divertidos” y “simpáticos” maridos se pregunten como habéis llegado tan pronto. Pero… hay otra solución mejor, nos subimos a mi habitación y hacemos tiempo allí”
Carmiña con cara de alucinada dijo… “Si y ya de paso si quieres hacemos un trio, no te jode” si hay votación yo voto por el SI, dije. Manoli se dio una carcajada. Para luego añadir… “Podemos subir a su habitación y no tiene por qué pasar nada”
Una vez en mi habitación, puse música ambiental y las invité a bailar. Las dos estaban dudosas, además no sabían a quién se lo había dicho. Pero agarré de sus manos y las hice poner de pie, diciéndolas que allí podíamos bailar los tres juntos, que no llamaríamos la atención. No estaban muy por la labor, pero en un principio se dejaron hacer. Con cada brazo, yo las tenía agarradas por la cintura. Cuando noté que la tensión disminuía, fui bajando mis manos hasta tocar literalmente sus culos.
Como no decían nada, mis manos fueron debajo de sus faldas. Lo hacía muy suavemente, para que ninguna se diese cuenta de lo que le hacía a la otra, aunque se lo pudiesen imaginar. Manoli me daba muchas facilidades era una mujer increíble. Carmiña no me las daba. Pero cuando logre tocar con el obstáculo de sus braguitas la entrada de coño, se le escapo un suspiro, que hizo que Manoli ya no se contuviera. Me giro la cabeza y nos besamos. Pero luego fui yo el que me gire y bese a Carmiña. Que me beso con rabia, con deseo. Cuando acabo de hacerlo, decía que estábamos locos.
La lleve hacia la cama y la intente desnudar, pero me lo impidió, porque quería las luces apagadas. Fui al baño, encendí la luz y deje la puerta medio cerrada, de tal manera que entrar una luz tenue y luego apague el resto de las luces. Una vez que ya estábamos desnudos todos, mi polla estaba que reventaba ante esas dos estupendas mujeres. Carmiña estaba todavía un poco reacia, hasta que mi lengua toco su clítoris, allí ya se dio por vencida.
Mientras yo le comía su coñito, Manoli no se quedó quieta, metió su cabeza entre mis piernas por detrás y me comía la polla con deleite. Sabía muy bien lo que se hacía. Se oían sus ruidos cuando me chupaba. La mo0dosita Carmiña dijo… “Necesito que me folles” lo decía con voz medio ronca. Pero antes de eso yo quería que interactuaran entre ellas, pero cuando lo intente las dos dijeron que, de eso nada, que sin tocarse. Me tumbe yo en la cama y Carmiña se empezó a sentar sobre mi polla, entraba muy bien, pero ella lo hizo muy lentamente, hasta que dio un gran suspiro, cuando la noto toda metida. Se mordía los labios y yo tocaba esas dos tetazas, aunque caídas deliciosas, con esos pezones durísimos.
Manoli nos miraba con cara de vicio. Le dije que se sentara sobre mi boca que quería comerle su coño, no se hizo de rogar. Era muy excitante sentir como gemían, pero más excitante fue cuando oí a Carmiña decir… “Manoli por favor, no, no… no sigas. Joder Manoli me estáis volviendo loca de placer” ya estaban interactuando, eso me puso más cachondo si cabe. Pero Carmiña decía que en esa posición no podía acabar. Nos tuvimos que mover quedando Manoli apoyada en el cabecero y por su cara muy excitada, pero contrariada porque le habían cortado el momento.
Carmiña se colocó a cuatro patas y me puse detrás, no me anduve con miramientos se la metí de un empujón, solo se oyó un sonoro… SIIIIIIIIII… mientras veía recostada a Manoli, toda voluptuosa, con esas inmensas tetas, sus piernas medio abiertas, su coño poblado de pelo, como hacía mucho que no veía y ella tocándose su coño, sus pezones y con cara de salida.
Me chupe bien un dedo y lo lleve al culo de Carmiña, preparado para sus protestas, pero no dijo nada y se lo metí, así hasta tres dedos, estaba clarísimo que ese culo era veterano ya. Hice una seña a Manoli de que se acercara y lo hizo mirándome, esperando que iba a hacer. Empuje a Carmiña para que su cara diera con el coño de Manoli, pero estuvo rápida y coloco sus manos. Pero volví a insistir y no pudo con mi fuerza. Cuando quiso quitarse fue Manoli quien le agarro la cabeza y la apretó contra su coño. Pero por lo que veía ella no hacía nada. Me pare y le di unos buenos azotes, que sonaron mucho, Hasta Manoli se quedó parada. Lo que hizo que Carmiña se pudiera incorporar un poco, le di otros buenos azotes, lo único que salió de su boca, además de algún gemido fue decirme que no me parara, que siguiera.
Mas que decir, ordene a Manoli que se diera la vuelta y se pusiera debajo, que iban a hacer un 69, esta vez ninguna dijo nada y obedecieron. Empezaron con timidez, pero al poquito rato se devoraban como fieras. Era un placer verlas así, de esa manera tan desaforada. Para que pudieran hacer un 69 mujer, saque mi polla y la empecé a meter por su culo, que pocas veces entro mi polla de esa manera en un culo. Esta vez el primero en correrse fui yo llenándole bien el culo. Luego se debieron de correr las dos a la vez porque se retorcían en la cama.
Me fui al baño a limpiarme y me acosté con ellas. Las dos se reían y decían que, si se lo llegan a contar, de que harían eso, no se lo hubieran creído. Carmiña se agacho y se puso a mamar mi polla, poco a poco fue creciendo en su boca y según pasaba eso, notaba su excitación. Yo mientras tocaba a Manoli, le estaba haciendo una paja y se me escapaba algún dedo hacia su culo, pero ella me quitaba la mano y me decía que por ahí no, que era muy grande y su culito muy pequeño. Notaba como se iba encendiendo, como cambio su forma de besar, estaba que explotaba, cuando creía que estaba al límite, quitaba mi dedo, eso le hacía ponerse frenética.
Quite a Carmiña de la mamada que me estaba haciendo y agarre a Manoli por las caderas, estaba boca arriba ella, le atraje hacia mí y se la metí hasta el fondo. Qué manera de gemir tenia, sus ojos estaban cerrados, se mordía los labios. Carmiña se había soltado del todo, se puso encima de ella, menudo contraste, Una toda depilada y la otra no. Mientras estaba disfrutando sentada en su boca, tocaba bien las tetas de ellas, veía como estiraba de sus pezones de una forma muy peculiar. Luego nos besábamos los dos desesperadamente. Esta vez fueron ellas las que primero que se corrieron. Yo sabía que ya había pasado mucho tiempo y se tendrían que ir.
Hice que Manoli me la mamara, lo hacía mejor que Carmiña. Quería correrme en su boca. Pero Carmiña no estaba dispuesta a quedarse mirando y también me la mamaba y me dijo que me colocara a cuatro patas, que lo pasaría bien, diciéndole a Manoli que siguiera con la mamada y ella se puso detrás de mí a comerme el culo, que salvaje era con su lengua. Joder con Carmiña, era una fiera. Me hicieron correr entre las dos de una manera desconocida. Carmiña cuando termino de oírme después de mi corrida, se acercó a Manoli y le beso en la boca, que la tenía llena de leche.
Mientras se vestían las dos, hablaban nerviosamente, decían desde que ya verían las agujetas que iban a tener, hasta que todo eso había sido una locura, que les había gustado mucho, que no sabían si al despertar se arrepentirían o… lo mismo queremos más y nos reímos los tres. Nos despedimos con unos besos muy castos.
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A la mañana siguiente estaba desayunando, cuando vi por una cristalera que se acercaban Félix y Elena, los vi llegar tranquilamente, yo había escogido una de las mesas grandes para desayunar, pensando en los dos matrimonios amigos, pero vi que se ponían el desayuno y se sentaban lejos de mí, no dije nada porque sabía que me habían visto, sobre todo porque Elena me guiño un ojo y me sonrió. Supuse que era cosa de Félix, dejé que desayunaran tranquilos y si querían algo ya lo dirían.
Visto esto, una vez que desayune me marche en dirección a la playa, para ver si veía a las dos maduritas. Pero antes por si acaso me pase por la piscina, había solo una pareja. Pero de pronto me chisto Juan Diego, el camarero con el que hice amistad. Como estábamos los dos solos, podíamos hablar sin ningún peligro. Me contó que había tres mujeres y dos parejas que le habían tratado de sonsacar cosas de mi. Lógicamente le pregunte quienes habían sido. Dos de las mujeres eran las dos maduritas por los datos que me dio, la otra mujer y la pareja, no caía quienes podían ser. Pero todos se interesaron como quien no quería la cosa por saber si estaba solo o acompañado, si era un “profesional” o un huésped.
Cuando termino de contarme todo, tenía claro porque podía venir el interés, pero cuando ya me marchaba Juan Diego me aviso, de que, si venía a partir de las 12 seguro que estarían por ahí, ya que después de la playa pasaban por ahí, para darse un par de baños y tomarse alguna bebida. Me fui hacia la zona más apartada de la playa, donde habíamos estado la otra vez. Vi llegar nuevamente a la parejita, Elena y Félix, pero se quedaron a bastante distancia. Las dos maduritas se sentaron como la otra vez cerca. Y a los que no vi fue a Matias y Valentina, por lo que me dije que luego tendría que preguntar por ellos.
Notaba como ellas miraban, pero no decían nada. Me metí en el agua y estaba dispuesto a calentar el ambiente. Me toque con disimulo en el agua, nadie podía verme y cuando tenía media erección, salí del agua con mi bañador ajustado, sabiendo que se notaría bastante mi polla. Una de ellas miraba hacia donde estaba yo y la otra estaba boca abajo. Me di cuenta como le decía algo y la otra se sentó, aunque llevaban las gafas de sol, sabia de sobra donde miraban.
Cuando me senté en la tumbona, decidí romper yo el hielo y las dije… “Por lo que veo los dos aburridos sosos que tenéis por maridos os han dejado solas” una de ellas medio sonriendo me dijo… “Para ser tan joven, que malo que eres, mira que decir eso…” yo no deje pasar ni un segundo diciéndole… “Ves, si no fuera verdad me hubierais dicho que me equivocaba, pero no lo habéis hecho porque sabéis que tengo la razón. A todo esto, yo me llamo Carlos” me acerqué y les di la mano. La que llevaba la voz cantante que ra la rellenita dijo llamarse Manoli y la otra se llamaba Carmiña. Manoli era de Castilla-León y Carmiña gallega.
YO -No entiendo como os pueden dejar solas, habiendo tanto “buitre” suelto.
MANOLi -Si ya lo vemos y sobre todo jóvenes.
YO- De todas las edades, porque a vosotras seguro que os miran jóvenes, mayores…
MANOLI -Los mayores lo puedo llegar a entender, pero jóvenes…
YO -A mí, por ejemplo, me gustan más como vosotras que de mi edad.
CARMIÑA -Anda no digas disparates, si podemos ser tu madre. Si tengo hijos de tu edad o lo mismo mayores que tú.
MANOLI -Igual que yo.
YO -Y eso que importa. La culpa la tienen vuestros maridos. Que, si aquí en plena vacaciones no os hacen ni caso y prefieren el golf, en vuestra vida diaria seguro que os ignoran más aún. Tendréis que ser las típicas mujeres, amas de casa, cuidando los hijos… y ellos los marajás. Como si lo viera. (Las dos me escuchaban estupefactas) ¿O no? Por lo menos ser sinceras. Acabáis de cumplir 40 y ya os veis como ancianas. (Yo sabía de sobra que tenían más de esa edad, fue una galantería)
CARMIÑA-Jajaja, ¿Cuarenta? Yo ya tengo 47 años.
YO-Pues no los aparentas.
MANOLI- ¿Y a mí cuantos me echas?
YO-Pues así de pronto, no sé 4, 5… 6. Depende de i también. (Lo dije con todo el descaro del mundo)
MANOLI-Jajaja… me refiero a años.
YO-Ahhhh, pues 40, 42.
MANOLI -Me acabas de subir mi estima, voy a hacer 49.
YO -Pues como se suele decir estáis de pan y moja. Pero a todo esto no me habéis dicho nada a lo que dije de vuestros maridos y de vuestra vida.
MANOLI -Yo no te puedo hablar por Carmiña, porque la he conocido aquí. Pero con lo que respecta a mí, diré que te has acercado bastante.
CARMIÑA -Y yo te diré que, para ser tan jovencito, eres muy avispado, sabes mucho por lo que veo. Pero según tú y tu perspicacia… ¿Qué se supone que tendríamos que hacer?
YO - ¿Qué queréis, la versión sosa, la versión light o la versión carnal-erótica-festiva? (Se rieron las dos)
MANOLI - ¿Carmiña tu cual prefieres saber?
CARMIÑA -Pues mujer, ya puestas, las tres así hay variedad en elegir.
MANOLI -Pues eso, las tres.
YO -No sé, como decís que sois tan mayores…
MANOLI -Suelta ya, que no nos vamos a asustar.
YO -La sosa, pues hacer lo mismo que hacéis en vuestra vida normal, aburriros, pensar porque no cambian las cosas… La light, os quedáis las dos solas todos los días, cotilleáis de todo el mundo, decís que bueno que esta ese, le haría esto, aquello, lo otro… La carnal-erótica-festiva, voy a aprovechar la estancia aquí y me voy a tirar todo lo que se menea, a probar cosas nuevas y si se puede a realizar alguna fantasía… que seguro que habéis tenido más de una.
CARMIÑA -Reconócelo tú eres una jeta, un descarado, un… (Le corte porque se puso muy seria y muy estirada)
YO -No sé porque te escandalizas. ¿Sabes en que nos diferenciamos, además de lo que es obvio?
CARMIÑA -Si, en la edad.
YO -No, que eso no tiene nada que ver. En que yo soy más natural, no me asusta llamar a las cosas por su nombre y que no me da miedo enfrentarme a la realidad.
MANOLI -Ahora en serio. Habiendo chicas más jóvenes, como puede ser que alguien busque a unas maduritas. Por ejemplo, que puedes ver en nosotras.
YO -Me pondría a decir cosas y no parar. Y lo que veo en vosotras. Pues que estoy convencido que hace mucho que no le dais una alegría a vuestro cuerpo. Y seguro que lo disfrutabais más que una jovencita y eso hace que el que tuviera la suerte de teneros disfrutaría mucho más. (Las dos se quedaron muy pensativas y sin saber que decir, al rato de haber un buen silencio)
MANOLI -Yo no sé esta, pero yo si tuvieras unos 10 o 12 años más, no te digo que me tentara, pero siendo tan joven…
CARMIÑA -Me pasa lo mismo que a ti, me daría complejo de asaltacunas. (Eso me disgusto un poco)
YO -Os propongo una cosa, pero con la condición de que aceptéis mi reto. Y que conste que no os comprometerá a nada. (Las dos se miraron)
MANOLI-CARMIÑA -Vale suelta esa proposición.
YO -Esta noche cuando lleguen vuestros “PRINCIPES AZULES” les decís que os habéis apuntando a la excursión nocturna del tour party (que duraba cerca de 5 horas y era una visita a los mejores clubes nocturnos) y como seguro que os dirán que ellos no van, nos quedamos bailando toda la noche en la sala de fiestas, así valorareis como soy y no por mi edad.
MANOLI -Si mi marido me manda al carajo, yo acepto, pero solo a bailar.
CARMIÑA -Yo igual.
YO -Pues ya está todo dicho, esta noche a las 11 en la sala de fiestas, si os dejan escapar. La que venga mejor vestida, tendrá mi primer baile.
MANOLI-CARMIÑA -Jajaja… que cara que tienes, pero vale.
Para dejarles hablar con tranquilidad y que se dijeran todo lo que tenían que decir, me despedí y me fui a la piscina. Cuando llegue había bastante gente. Vi como Juan Diego me hacia una discreta seña. Me acerque a pedir un zumo y mientras me lo preparaba, me dijo quién era la pareja y quien era la mujer. En un principio pensé que la pareja era un par de personas que tenían pinta de nórdicos, que estaban rojos como una gamba y Juan Diego me saco de mi error. Ya me indico mejor y mire con disimulo. Eran una pareja de unos treinta y pocos años, parecían ser mexicanos, los dos medirían sobre el 1,60, 1,65. Muy morenos ella con buenas tetas y un culo exagerado para lo que era el resto de su cuerpo, que era más bien delgado.
Luego la señora que pregunto, me la indico también. Pero estaba boca abajo y con la cabeza ladeada para el otro lado, solo podía ver un culo pequeñito y bien formado, que lo cubría una tanguita minúscula. De vez en cuando miraba por si se daba la vuelta, para poder verla mejor. Mientras hablaba a ratos con Juan Diego, siempre que el trabajo se lo permitía. Vi acercarse al hombre de la pareja, se puso pegado a mí, para pedir algo al camarero. El tío fue ingenioso y rápido entablo conversación conmigo, se llamaba Martin. Me confirmo lo que yo había pensado de México D.F. que estaba me dijo a más de 1600 Km. de allí. Nos contamos cosas de México y de España, hablamos de la excursión arqueológica que hice y como vio lo entusiasmado que me quedé, me conto de otros sitios que me dijo que eran auténticas maravillas. Cuando me toco ese tema, la verdad que le escuchaba con mucha atención. Hasta que disculpándose me dijo que me tenía que dejar, que había dejado a su esposa sola. Pero rápidamente me invito a ir donde estaba ella y seguir hablando, acepte inmediatamente.
Cuando llegamos junto a su mujer me la presento, se llamaba Gloria. De cerca era mucho más bonita. Tez muy morena, ojos oscuros, una melena bastante larga. Labios carnosos. Buenas tetas y por lo que se marcaba, debía de tener buenos pezones. Su mirada era penetrante y cuando me miro, yo hice lo mismo, ella aguanto, pero al final, fue ella quien retiro esa intensa mirada, pero me hizo tener como un escalofrió de placer. Ella hablaba poco, pero me confundía con su mirada. Empezó a hablar algo más cuando me contaron su viaje a España el año anterior, los lugares que visitaron, etc… tenía una voz muy dulce y se le notaba con timidez al hablar. Me entere que los dos trabajaban en la sanidad, con buenos puestos.
Pero la conversación ya no daba más de sí. Por lo que me levanté y me despedí, pero para dejar una puerta abierta, les dije que haber si coincidíamos en el restaurante o tomando una copa por la noche. Martin dijo que sería bonito, para seguir hablando.
Cuando mire a donde estaba la mujer sola, me la había perdido, ya no estaba. Me había despistado totalmente. Me fui donde Juan Diego y cuando le dije que la perdí, se rio y acercándose mucho a mí, me dijo que estaba en el aseo, por lo que pasaría por ahí. Ahora sí que estaba pendiente. Cuando por fin la vi me quedé trastocado. Era una autentica preciosidad, una figura perfecta, parecía igual de delicada que la porcelana, rubia, sus tetas eran pequeñas, pero se las veían muy firmes y apuntando hacia arriba. La miré y la sonreí, ella me devolvió la sonrisa, pero nada más.
Era de esas personas difíciles de calcular la edad, pero yo no diría que tenía más de 30 o 33 años. Vi que le daba un beso en la mejilla aun hombre mayor, se le veía con mucho estilo, poco pelo, muy blanco. Debería de estar cerca de los 70 años. Pero a pesar de eso se le veía bien conservado. Yo creía que sería el padre. Pero Juan Diego me saco de todas las dudas. Me dijo que eran matrimonio y que eran de Suecia.
Una vez saciada mi curiosidad me fui a averiguar lo que sucedía con Matias y Valentina. Logre hablar con Matias y me conto que todo el problema venia porque Valentina tenía problemas con la vesícula desde hacía un tiempo. Los médicos le decían que tenían que extirpársela, pero ella se resistía. Que de vez en cuando le sucedía y se ponía mal varios días, que luego se le pasaba, que le ocurría cuando se salía de su alimentación habitual.
Me subí a cambiarme para ir a comer. Mientras analizaba las posibilidades. Lo de Manoli y Carmiña, veía bastantes posibilidades con Manoli. Lo de la pareja de Gloria y Martin, no sabía exactamente lo que buscaban, si era por ser español y hablar de España o por otras cosas, lo decía por las miradas de ella. Y por último los suecos, estos, si me tenían totalmente despistado, pero ella me había gustado. Tenía que hacer bien la selección, porque de no hacerlo así, al final pudiera ser que me quedara a dos velas.
Cuando bajé a comer, vi que Gloria y Martin, se hicieron los encontradizos conmigo, nos saludamos y hablamos un momento, hasta que Martin me dijo ir a un restaurante a comer la comida típica de allí. Entramos y era tipo buffet, él nos mandó a sentarnos a su mujer y a mí, mientras el traía una variedad de comida para probar. Pensé que también era una disculpa para que estuviera a solas con su mujer. Pero poco le pude sacara ella, estaba como muy tímida. Fuimos comiendo de todo y la verdad que estaba todo bueno. Hasta que el empezó a comer con ganas, uno de los platos y yo hice lo mismo, prácticamente se me cayeron las lágrimas, los ojos se me saltaban la boca y la garganta me ardían. Eran unas enchiladas, picantes no, lo siguiente. Qué manera de picar y el tío mientras se las comía ni se inmutaba y a mi casi se me corta hasta la respiración. Ella se rio y tenía una sonrisa perfecta, que preciosidad. Pero ellos durante la comida y el rato que estuvimos juntos después, no dieron pie a nada, ni tampoco hubo ningún tipo de insinuación.
Me despedí de ellos y me fui a descansar, porque la noche anterior descanse poco y como no sabría lo que sucedería esa noche, era mejor dormir una pequeña siesta. Dormí más de lo que yo esperaba, baje y cene. Cuando yo entraba a cenar, salían Manoli y Carmiña, que no saludaron. Iban con sus maridos. Di una vuelta por el complejo y luego me fui a la sala de fiestas.
Ya eran casi las doce de la noche y no aparecían, así que ya estaba yo fijándome en otras mujeres. Incluso ya tenía pensado que, de aparecer los suecos o los mexicanos, mis movimientos irían en esa dirección. Aparecieron los suecos, ella venía con un pantalón blanco apretadísimo, que realzaba el culo respingón que tenía, era como si no llevara nada debajo, ya que no se le notaba ropa interior y la rajita de su coñito se marcaba perfectamente, se notaba que no llevaba sujetador. Prácticamente estuvieron pegados a mi hablando. Si hubieran hablado en inglés, algo hubiera entendido, pero no entendí nada de lo que hablaban.
Se movieron y yo les seguí con la vista, cuando de pronto alguien chasco sus dedos casi en mi cara. Eran mis dos amigas. Manoli venía totalmente descocada y con un escote de vértigo, era imposible no mirarle las tetas. Carmiña venia más discreta, con un traje de chaqueta. Nos fuimos hacia una mesa y nos sentamos. En ese momento fue cuando Carmiña se quitó la chaqueta, me dejo también anonadado, que equivocación cuando yo decía que venía discreta. Llevaba una camisetita con unos tirantes finísimos, que hacían que sus tetas se notaran cuando se movía, no llevaba sujetador.
La música era muy movida, estuvimos bailando de una sola tacada como una hora. Donde aproveche para tocarlas, para rozarme con ellas y las dos se dejaron. No se podía decir que era por la bebida, porque no habían tomado todavía nada. Decidieron darse un respiro y volvimos a nuestro sitio, yo me senté en medio y ellas se rieron. Bailamos, nos reíamos, hablábamos con total libertad y empezó una conversación con mucha picardía, pero sin pasarse.
Ellas me preguntaban que quien iba más guapa. Lo decían en broma, pero yo sabía que tenía que tener cuidado con lo que respondía. Pero es que además las dos estaban de 10. Y así se lo hice saber. Como no estaban de acuerdo y querían una respuesta, yo les dije que ya solo quedaba para ser justo y poder decidir, como fueran de divertidas esa noche, que al final lo diría y se lo jure. Me fui al aseo, pero aproveché para tratar de que pusieran música lenta, pero me costó mucho.
Ahora si ya estaban un poco alegrillas con la bebida. Cuando sonó la primera canción, un montón de parejas salieron a bailar. Yo pedí una voluntaria y sorprendentemente fue Carmiña la primera que se levantó. Una vez en la pista, vi a los suecos bailando. Me puse de tal manera que pudiera ver la cara de ella y no le quitaba ojo, hasta que ella se dio cuenta y ninguno retiraba la mirada. Eso y tener entre los brazos a Carmiña, hizo que me fuese calentando y mi polla se pusiera en total plenitud, algo que debía estar notando Carmiña, que en un principio no hacía nada. Yo ante esa situación, me fui apretando más y ella lo admitía, para contonearse más.
Yo le hablaba con mi boca muy pegada su oreja, le decía desde lo bien que bailaba, hasta lo bien que olía, lo guapa y atractiva que estaba, que era toda una tentación. Ella no decía absolutamente nada y después de bailar varias canciones, dijo de volver que no le gustaba dejar sola a Manoli. Cuando nos íbamos a ir, le bese muy provocativamente el cuello y ella sonrió.
Nada más llegar extendí mi mano para invitar a la voluptuosa Manoli a bailar. La secuencia fue idéntica, yo bailaba mirando a la sueca y mientras me rozaba con Manoli, que esta desde el primer momento, se apretaba y se rozaba bien, no se cortaba. Cuando regresamos a la mesa, Manoli no se sentó y dijo que iba al aseo, Carmiña inmediatamente se levantó y se fue con ella.
Tardaron en regresar, imagine que estarían hablando del baile. Cuando llegaron ya estaba nuevamente la música a todo trapo. Por lo que se ve no les gusto porque preferían música lenta y casi sin preguntarme, decidieron ir a otro local donde sí se podía bailar. En el paseo al otro local, nos cruzamos con la pareja mexicana que iban al sitio de donde nosotros veníamos. Nos saludamos con una amable sonrisa.
El nuevo sitio estaba bastante oscuro, había bastante gente y todas parejas, yo vi un sitio libre, pero ellas dijeron que ese no y se fueron a uno de los sitios más apartados, decían por si asomaban sus maridos. Se tomaron otra copa y salimos Carmiña y yo a bailar, en un momento del baile, acerqué mi boca a la suya, vi un pequeño titubeo, pero al final nos morreamos de lo lindo. Estaba claro que no era yo solo el que estaba caliente. Pero cuando terminamos de bailar, note su nerviosismo. Nada más llegar ella se marchó al aseo y yo me quede con Manoli. Que estaba riéndose y me di cuenta que desde donde estaba ella se pudo ver algo.
No sé ni cómo ni de qué manera. Pero cuando me quise dar cuenta, estábamos Manoli y yo besándonos y tocándonos. Su coñito estaba chorreando. Y no se cortaba nada. Tocaba mi polla por encima del pantalón y me decía que se notaba una maravilla. Estábamos tan entusiasmados, que no nos enteramos de que ya estaba allí Carmiña, que estaba de pies mirándonos. No recompusimos y decía… “Estamos locas Manoli, aquí nos puede pillar todo el mundo, si ni os habéis enterado de que yo estaba aquí, esto es una locura, es un crio, puede ser nuestro hijo…” yo la corte porque si seguía así, al final se marcharían las dos. “Mira, solo tienes razón en una cosa, que hemos sido muy imprudentes al hacer esto en público, teníamos que haber sido más cautos. Pero eso tiene fácil solución” dije yo. Carmiña dijo que no me entendía. Lo que me dio pie a decir lo que ya traía pensado de antemano… “Os queda deambular por aquí cerca de tres horas más, hasta que lleguen los de la excursión nocturna, subiros a vuestras habitaciones y que vuestros “divertidos” y “simpáticos” maridos se pregunten como habéis llegado tan pronto. Pero… hay otra solución mejor, nos subimos a mi habitación y hacemos tiempo allí”
Carmiña con cara de alucinada dijo… “Si y ya de paso si quieres hacemos un trio, no te jode” si hay votación yo voto por el SI, dije. Manoli se dio una carcajada. Para luego añadir… “Podemos subir a su habitación y no tiene por qué pasar nada”
Una vez en mi habitación, puse música ambiental y las invité a bailar. Las dos estaban dudosas, además no sabían a quién se lo había dicho. Pero agarré de sus manos y las hice poner de pie, diciéndolas que allí podíamos bailar los tres juntos, que no llamaríamos la atención. No estaban muy por la labor, pero en un principio se dejaron hacer. Con cada brazo, yo las tenía agarradas por la cintura. Cuando noté que la tensión disminuía, fui bajando mis manos hasta tocar literalmente sus culos.
Como no decían nada, mis manos fueron debajo de sus faldas. Lo hacía muy suavemente, para que ninguna se diese cuenta de lo que le hacía a la otra, aunque se lo pudiesen imaginar. Manoli me daba muchas facilidades era una mujer increíble. Carmiña no me las daba. Pero cuando logre tocar con el obstáculo de sus braguitas la entrada de coño, se le escapo un suspiro, que hizo que Manoli ya no se contuviera. Me giro la cabeza y nos besamos. Pero luego fui yo el que me gire y bese a Carmiña. Que me beso con rabia, con deseo. Cuando acabo de hacerlo, decía que estábamos locos.
La lleve hacia la cama y la intente desnudar, pero me lo impidió, porque quería las luces apagadas. Fui al baño, encendí la luz y deje la puerta medio cerrada, de tal manera que entrar una luz tenue y luego apague el resto de las luces. Una vez que ya estábamos desnudos todos, mi polla estaba que reventaba ante esas dos estupendas mujeres. Carmiña estaba todavía un poco reacia, hasta que mi lengua toco su clítoris, allí ya se dio por vencida.
Mientras yo le comía su coñito, Manoli no se quedó quieta, metió su cabeza entre mis piernas por detrás y me comía la polla con deleite. Sabía muy bien lo que se hacía. Se oían sus ruidos cuando me chupaba. La mo0dosita Carmiña dijo… “Necesito que me folles” lo decía con voz medio ronca. Pero antes de eso yo quería que interactuaran entre ellas, pero cuando lo intente las dos dijeron que, de eso nada, que sin tocarse. Me tumbe yo en la cama y Carmiña se empezó a sentar sobre mi polla, entraba muy bien, pero ella lo hizo muy lentamente, hasta que dio un gran suspiro, cuando la noto toda metida. Se mordía los labios y yo tocaba esas dos tetazas, aunque caídas deliciosas, con esos pezones durísimos.
Manoli nos miraba con cara de vicio. Le dije que se sentara sobre mi boca que quería comerle su coño, no se hizo de rogar. Era muy excitante sentir como gemían, pero más excitante fue cuando oí a Carmiña decir… “Manoli por favor, no, no… no sigas. Joder Manoli me estáis volviendo loca de placer” ya estaban interactuando, eso me puso más cachondo si cabe. Pero Carmiña decía que en esa posición no podía acabar. Nos tuvimos que mover quedando Manoli apoyada en el cabecero y por su cara muy excitada, pero contrariada porque le habían cortado el momento.
Carmiña se colocó a cuatro patas y me puse detrás, no me anduve con miramientos se la metí de un empujón, solo se oyó un sonoro… SIIIIIIIIII… mientras veía recostada a Manoli, toda voluptuosa, con esas inmensas tetas, sus piernas medio abiertas, su coño poblado de pelo, como hacía mucho que no veía y ella tocándose su coño, sus pezones y con cara de salida.
Me chupe bien un dedo y lo lleve al culo de Carmiña, preparado para sus protestas, pero no dijo nada y se lo metí, así hasta tres dedos, estaba clarísimo que ese culo era veterano ya. Hice una seña a Manoli de que se acercara y lo hizo mirándome, esperando que iba a hacer. Empuje a Carmiña para que su cara diera con el coño de Manoli, pero estuvo rápida y coloco sus manos. Pero volví a insistir y no pudo con mi fuerza. Cuando quiso quitarse fue Manoli quien le agarro la cabeza y la apretó contra su coño. Pero por lo que veía ella no hacía nada. Me pare y le di unos buenos azotes, que sonaron mucho, Hasta Manoli se quedó parada. Lo que hizo que Carmiña se pudiera incorporar un poco, le di otros buenos azotes, lo único que salió de su boca, además de algún gemido fue decirme que no me parara, que siguiera.
Mas que decir, ordene a Manoli que se diera la vuelta y se pusiera debajo, que iban a hacer un 69, esta vez ninguna dijo nada y obedecieron. Empezaron con timidez, pero al poquito rato se devoraban como fieras. Era un placer verlas así, de esa manera tan desaforada. Para que pudieran hacer un 69 mujer, saque mi polla y la empecé a meter por su culo, que pocas veces entro mi polla de esa manera en un culo. Esta vez el primero en correrse fui yo llenándole bien el culo. Luego se debieron de correr las dos a la vez porque se retorcían en la cama.
Me fui al baño a limpiarme y me acosté con ellas. Las dos se reían y decían que, si se lo llegan a contar, de que harían eso, no se lo hubieran creído. Carmiña se agacho y se puso a mamar mi polla, poco a poco fue creciendo en su boca y según pasaba eso, notaba su excitación. Yo mientras tocaba a Manoli, le estaba haciendo una paja y se me escapaba algún dedo hacia su culo, pero ella me quitaba la mano y me decía que por ahí no, que era muy grande y su culito muy pequeño. Notaba como se iba encendiendo, como cambio su forma de besar, estaba que explotaba, cuando creía que estaba al límite, quitaba mi dedo, eso le hacía ponerse frenética.
Quite a Carmiña de la mamada que me estaba haciendo y agarre a Manoli por las caderas, estaba boca arriba ella, le atraje hacia mí y se la metí hasta el fondo. Qué manera de gemir tenia, sus ojos estaban cerrados, se mordía los labios. Carmiña se había soltado del todo, se puso encima de ella, menudo contraste, Una toda depilada y la otra no. Mientras estaba disfrutando sentada en su boca, tocaba bien las tetas de ellas, veía como estiraba de sus pezones de una forma muy peculiar. Luego nos besábamos los dos desesperadamente. Esta vez fueron ellas las que primero que se corrieron. Yo sabía que ya había pasado mucho tiempo y se tendrían que ir.
Hice que Manoli me la mamara, lo hacía mejor que Carmiña. Quería correrme en su boca. Pero Carmiña no estaba dispuesta a quedarse mirando y también me la mamaba y me dijo que me colocara a cuatro patas, que lo pasaría bien, diciéndole a Manoli que siguiera con la mamada y ella se puso detrás de mí a comerme el culo, que salvaje era con su lengua. Joder con Carmiña, era una fiera. Me hicieron correr entre las dos de una manera desconocida. Carmiña cuando termino de oírme después de mi corrida, se acercó a Manoli y le beso en la boca, que la tenía llena de leche.
Mientras se vestían las dos, hablaban nerviosamente, decían desde que ya verían las agujetas que iban a tener, hasta que todo eso había sido una locura, que les había gustado mucho, que no sabían si al despertar se arrepentirían o… lo mismo queremos más y nos reímos los tres. Nos despedimos con unos besos muy castos.
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