Esta es la historia de Paula, una chica que a los 19 años la curiosidad la empieza a llevar por experiencias nuevas que cada vez resultan ser más intensas. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…
Capítulo 19: Chica fotogénica (Parte 2)
La situación se había desarrollado de manera muy extraña. Después de un tercer post con algo de material nuevo y unas fotos viejas no publicadas, me encontré con la sorpresa de que Nicolás y Lucila querían acostarse conmigo por más de que no sabían quién era la chica curiosa. Obviamente yo acepté, ya que la idea de repetir la noche del cumpleaños de él me encantaba y no quería perderme la oportunidad de volver a estar con ellos. Entonces acordamos en vernos y ese mismo día al medio día les confesé que era yo la chica de Poringa con la que se estaban hablando. La noticia los puso más que contentos a los dos. Después de unas copas, Nicolás no pudo contener su erección, la cual se hizo tan obvia que Lucila y yo decidimos darle un regalito en la cama como la vez anterior, con la única diferencia que en esta ocasión él se dedicó a sacar fotos de todo lo que iba pasando. Una vez que lo tuvimos a nuestra merced con su pija entre nuestras bocas, no se aguantó y preguntó:
- ¿Quién de las dos se va a dejar coger primero?
- Las invitadas van primero, obvio.- Dijo Lucila y me miró a mí con una sonrisa.
Yo le devolví la sonrisa y le regalé un beso bien fogoso y apasionado mientras Nico se bajaba de la cama y se terminaba de sacar la ropa. Después le pasó la cámara a su novia y yo lo obligué a recostarse sobre el colchón para sentarme sobre sus piernas una vez que lo hizo. De entrada me dediqué a saborear yo sola su pija, ya que antes la había compartido con Lucila y veo que el primer flash se hace notar. Pero la calentura que teníamos fue tanta que no me pude contener a sentarme sobre su enorme y gorda verga que entró en mi conchita mojada sin ningún problema.
Comencé a moverme lentamente por encima sus caderas, mientras él me miraba fijo y yo me dejaba llevar un poco por la situación. Su novia caminaba alrededor de la cama, sacando fotos de espalda y de frente y yo posaba moviendo mis manos y acariciando tanto mi cuerpo como el suyo. De a poquito fui subiendo el ritmo con el que me movía y Nicolás posó sus manos sobre mi cintura y empecé a sentir el placer de tener su pija hermosa en mi cuerpo.
Mis gemidos no tardaron en llegar ya que la cosa se puso más caliente. Él se levantó un poco, casi sentándose sobre el colchón y apoyó bien fuerte sus manos en mi cola para comenzar a cogerme de manera más dura a medida que su lengua pasaba por mis tetas. Su novia pareció fascinarse con la actitud que tomamos y comenzó a sacar una foto detrás de la otra, intentando captar todos y cada uno de los momentos del acto sexual. Pero la loca sexual que se había apoderado de mí la llamó y le dijo:
- Vení. Sumate. Nico tiene ganas de chuparte la conchita.- Y lo empujé nuevamente contra la cama para que volviera a quedar recostado sobre ella.
Lucila soltó la cámara apoyándola sobre la cama y se subió al colchón para sentarse por encima de su novio. De a poquito fue acomodándose sobre su cara hasta que su concha quedó bien frente al rostro de él. Yo no podía ver lo que sucedía, pero los gemidos de ella que llegaron instantes más tarde me lo dijeron todo, Nicolás le estaba dando placer con su lengüita a su novia. Eso me calentó tanto que comencé a moverme más rápido. Estiré mis manos y le toqué la cola a Lucila para después pegarle un chirlo y ella giró la cabeza y me lanzó una mirada cómplice y noté en su cara la felicidad que le producía su pareja con la boca.
Tomé la cámara y me animé a sacarle una fotito a la situación. Al ver que la imagen no se entendía tomé otra foto, esta vez alejando un poco la cámara y cuando la miré noté que era mucho más clara que la anterior. Se podía ver medio de costado a Lucila sentada sobre la cabeza de su novio que se perdía entre sus piernas y en la imagen se notaba como ella gozaba del momento apretándose las tetas y mirando al techo. Después tomé otra de su pija entrando a mi conchita, pero al igual que la primera no salió del todo bien.
Me levanté y le propuse a Lucila que se dedique a disfrutar ella de la pija de su novio y haciéndome caso fue bajando su cintura hasta tenerla adentro de su cuerpo. Me arrodillé al lado de la cama y me acerque a la boca de Nicolás y le encajé un beso bien apasionado. Entonces me quedé ahí, arrodillada contra el borde de la cama mirándolos coger con mucha pasión. Se notaba lo mucho que disfrutaban del sexo juntos, ella se movía de manera muy intensa, apretándose las lolas y poniendo caras de placer entre gemidos y él la observaba con fascinación y un poco de cara de baboso, mientras que sus manos se posaban sobre la cintura de ella y acompañaban todos los movimientos que daba.
Noté de golpe algo que no me había dado cuenta. Viéndolos disfrutar y gozar de esa manera me había calentado tanto que sin darme cuenta había metido una mano entre mis piernas y me había empezado a autocomplacer con mis dedos. Una risita pícara me salió de la boca provocando que Nicolás me mirara y para que no preguntara que había pasado lo besé. “Que putita que resultaste ser” me dijo después al oído y yo largué otra risita reafirmando lo que me decía y metí bien a fondo de mi concha uno de mis dedos. Él estiró su mano izquierda y se dedicó a jugar con mis tetas.
Después de un rato Lucila le pidió a su novio que se la cogiera en cuatro y ella se acomodó contra el borde de la cama y él se paró detrás de su cuerpo. Yo me subí gateando a la cama con la idea de ponerme frente a ella para que me practicara sexo oral, pero Nicolás tenía otros planes para mí y me ordenó que me pusiera en cuatro al igual que su novia bien al lado de ella. Yo obedecí sus palabras hasta quedar acomodada al lado de Lucila, quien me miraba jadeando y respirando a toda velocidad.
Comenzó cogiéndose a su novia, pero con una de sus manos me tocaba a mí. Yo veía la cara de placer que ponía Lucila y como sus manos se aferraban a las sábanas mientras que sentía como un dedo se abría camino por mi cuerpo y terminaba adentro de mi conchita toda húmeda. La imagen debía ser muy excitante para Nicolás porque se cogía a su novia con tanta fuerza que su cintura chocando contra la cola de ella provocaba un ruido bien seco y sus gemidos se transformaron en gritos. Mientras tanto su mano seguía manoseando mi cuerpo y sus dedos entraban y salían de mi concha.
Acto seguido me tocó a mí. Nicolás se acomodó detrás de mi cuerpo y metió toda su pija bien a fondo de mi conchita y comenzó a darme bien duro. El placer que sentí pasó de uno a mil en poco segundos y al igual que Lucila, no tardé en ponerme a gritar envuelta en una ola de placer y satisfacción que no me podía contener. Cerré los ojos y pude gozar de mi vecino cogiéndome de esa manera. Suponía que ella me debía mirar de la misma forma que yo lo había hecho antes. Suponía que él debía estar tocándola como me había tocado a mí. Suponía que mi cara debía ser la misma cara de placer que había puesto Lucila. Pero no lo sabía porque tenía los ojos completamente cerrados de lo mucho que estaba disfrutando.
- Ahora vamos a hacer unas fotitos.- Dijo Nicolás y se alejó unos instantes.
El primer flash salió disparado y nosotras nos miramos y nos empezamos a reír. “A ver Lu, levantate un poco más” le pidió él a ella, que se reacomodó sobre la cama antes de que el segundo flash se hiciera notar. Comenzó a sacar fotos desde distintos ángulos y nos pegaba chirlos, nos decía lo lindas que estábamos y hasta nos pidió que nos abriéramos los cachetes así salía una “muy linda foto de sus culos”. Después se animó a un poquito más.
- Y ahora voy a grabar un videíto.- Dijo y antes de que pudiera reaccionar ya estaba grabando.
Escuché el “pip” de la cámara y me quedé quietita y callada sin intenciones de decir nada.
- Miren lo que tengo acá.- Empezó relatándole a la cámara.- Esta es Luli, ya la conocen. Miren lo linda que está.- Dijo y le pegó un buen chirlo a su novia, el cual se hizo escuchar.- Y esta de acá. ¿Quién es? ¿Saben quién es? La chica curiosa es. Miren lo curiosa que es.- Dijo y me pegó un chirlo a mi también que me hizo saltar un poco de la cama.- Y ahora me las voy a coger un ratito a cada una.
Se paró detrás de mí y metió su pija adentro de mi conchita llegando bien a fondo y no pude evitar gemir. “Miren cómo le gusta a la muy putita” dijo Nicolás que seguía grabando el video mientras ponía una mano sobre mi espalda y comenzaba a cogerme bien duro. Yo no me pude contener y tuve que empezar a gemir, el hecho de que estuviesen grabando me hacía sentir una especie de estrella nuevamente, como lo había hecho la primera noche de fotos con Julieta. Pero ahora tenía que agregarle pasión y sonido, por lo que me aferré fuerte a las sábanas y me dediqué a lanzar gemidos mientras que la pija de Nicolás entraba y salía de mi conchita a gran velocidad.
- ¿Te gusta?- Me preguntó.
- ¡Sí!- Le contesté yo sin dudarlo.- ¡Me encanta!
Ese comentario hizo que comenzara a cogerme aun más fuerte y que yo no pudiera evitar gritar del placer de sentir su enorme pija entrando por completo en mi cuerpo. “Miren como le gusta a la chica curiosa” dijo y siguió dándome bien duro agregando un chirlo en mi cola y después colocando nuevamente su mano sobre mi espalda. El placer que se sentía que me cogiera de esa forma era increíble y mucho más era saber que tenía a su novia a mi lado que me miraba con cara de fascinación y deseosa de que le llegara su turno.
- Ahora le toca a Luli.- Dijo después de un rato Nicolás y sacó su pija de mi cuerpo.- Primero abrite la conchita chica curiosa.- Me dijo a mí y yo estiré mis manos hacía mi cola y me abrí los cachetes sintiendo como los labios de mi concha se despegaban.- ¡Miren que linda conchita!- Dijo y no se pudo contener a meterme un dedo y moverlo de un lado al otro.
Después se paró detrás de Lucila, quien sonrió sabiendo que le llegaba su turno y dando una leve introducción como lo había hecho conmigo, metió su pija adentro de su concha y comenzó a cogérsela con todas sus fuerzas. Ella ya sabía cómo hacerlo, sabía la manera, el momento y la forma exacta de gemir. Nicolás habla con la cámara (“¡Miren cómo le gusta!” decía) y ella contestaba con un gemido que indicaba que le encantaba lo que estaba pasando. Él le pegaba chirlos, la tomaba del pelo, le decía cosas al oído, mientras todo quedaba registrado por la cámara.
- Y ahora una cogidita express a cada una de las chicas.- Dijo Nicolás hacia la cámara después de cogerse un buen rato a su novia.
Volvió a alejarse de nosotras dos para filmarnos y nos pidió que nos acercáramos aun más para quedar una pegada a la otra. “¡Que hermosos culos! ¿Verdad?” preguntó para los futuros videntes del video y entonces comenzó a meternos y sacarnos la pija alternamente primero a una y después a la otra. Comenzó metiéndome a la pija en la concha a mí, bien a fondo y de manera rápida, pero entonces la sacó y se corrió hasta quedar atrás de Lucila y repitió el mismo movimiento con ella. Así, nos fue cogiendo primero a una y después a la otra hasta que no se pudo aguantar más y comenzó a darme nuevamente bien duro a mí diciéndole a la cama lo puta que era y lo mucho que le gustaba mi cuerpo.
Terminó cortando el video después de varios minutos de filmación y nos miró diciéndonos que éramos unas putas hermosas. Lucila reaccionó primero y me tiró boca arriba sobre la cama y se acostó sobre mi cuerpo quedando nuestras piernas entrecruzadas. Nicolás, aprovechando que seguíamos contra el borde, tomó a su novia de la cintura y comenzó a cogérsela así como estaba. Yo pude ver la cara de ella de placer frente a mi rostro, sabiendo que su novio se la estaba dando con todas sus fuerzas por la concha. Aproveche para admirar su rostro pero a su vez para besarla por el cuello y todos lados. Nicolás se la cogía cada vez más rápido.
- ¡Voy a acabar!- Gritó.
Segundos más tarde pude sentir como el semen calentito de Nicolás caía sobre el cuerpo de Lucila y chorreaba desde este hasta el mío. Ella me miró con una sonrisa en los labios y me comió la boca con un beso muy apasionado. “Quédense ahí que saco unas fotitos” dijo él y mientras nosotras nos quedábamos en esa pose sentíamos como los flashes llegaban y nos motivó a volvernos un poquito más putas.
La noche terminó de una manera increíble, algo que nunca pensé que iba a suceder. Después de relajarnos un poco me limpié, me cambié y volví a mi departamento para recostarme en la cama con la consigna de que al día siguiente iba a volver a bajar para armar el post entre los tres. “Elegimos las mejores fotos y la rompemos” dijo Lucila y después me dio un beso para despedirse. Me acosté sobre la cama y rememorando cada uno de los momentos que habíamos vivido me fui quedando dormida. Sin duda me encantaba tanto la pija como la concha.
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