Ojala nuestros hijos pudieran quedarse pequeños para siempre, porque cuando crecen pueden convertirse en un dolor de cabeza. Mas aun si tienes una nena. Las hormonas, los novios, los pretendientes, las amigas, las peleas. En fin. A pesar de que Valentina era hija de padres separados, mi hija había obtenido buenas calificaciones en el colegio, era una chica centrada e inteligente.
A medida que los hijos van creciendo, uno se va dando cuenta de cosas. Yo por ejemplo note que para una chica de colegio, Valentina estaba creciendo muy rápido. Yo no me encargaba de comprar su ropa interior sin embargo su madre me comentaba cada tanto que le sorprendía ver como la muchacha de pronto empezó a usar una talla de brasier mayor a la de ella y eso que mi ex esposa era algo pechugona. De pronto un día me llego con la noticia de que Valentina tenia que usar una talla aún mayor y luego otra aún mayor. Para una chica de la delgada contextura de Valentina, la verdad es que sus senos se veían gigantes.
Incluso con mi ex esposa decidimos llevarla al médico para ver si esto era algo normal o respondía a un desorden hormonal. El doctor la chequeo y de toda su terminología medica llegue a la conclusión de que los quiso decir es que teníamos una hija tetona, eso era todo.
Con el pasar del tiempo, la condición de Valentina se empezó a volver incomoda, era cosa de todos los días ir por la calle y notar como infinidad de hombres e incluso mujeres se detenían a mirar los pechos de mi hija. Incluso yo como padre me había descubierto mas de una vez mirándolos. Y es que a diferencia de muchas mujeres de pechos grandes, Valentina no se acomplejaba, no se preocupaba por ocultarlos, no usaba cuellos de tortuga ni esas cosas, no tenía problemas en ir por la calle usando blusas que exponían cuantiosamente sus blancos pechos. Eso si, para su madre y para ella era un dolor de cabeza encontrar brasieres y ropa a su medida.
Incluso desde el colegio habíamos recibido llamados de atención pidiéndonos que intentásemos conseguir un uniforme de una talla mayor para Valentina, o que en su defecto le consiguiésemos un brasier tipo deportivo que cubra de mejor manera su pronunciado busto. Y es que a decir verdad, Valentina lucia despampanante en su uniforme, como había dicho, era una chica delgada. La falda a cuadros del uniforme cubría sus blancas y finas piernas. Sus caderas y cintura estaban acorde a su edad. Sin embargo al llegar a su pecho, su ropa de colegio parecía estar a punto de estallar. El botón que quedaba justo en su pecho sufría horrores por mantener su blusa cerrada. Y su largo cabello negro que caía sobre su pecho, lejos de ocultar, parecía acrecentar mas el tamaño de sus senos. Seguramente para los compañeros y profesores era imposible concentrarse con un bombón así en el aula.
En temas de convivencia familiar, a Valentina le correspondía dormir un fin de semana al mes en mi casa, era el acuerdo al cual habíamos llegado con su madre. Para desgracia de mi hija, hubo un mes en el que el fin de semana que me visito, coincidió con una reunión de mis amigos del trabajo. Prácticamente paso sola todo el día sábado. Y para cuando llegue completamente ebrio a casa la madrugada del domingo, ella ya se había dormido.
Estaba caliente, el licor me había alterado el sentido sexual, quería placer y lo quería ya. Encendí la laptop y entre a unas de esas salas de chat para encontrar alguna chica para vernos por cam y con suerte terminar masturbándonos. Escribía y escribía en la sala, pero nadie respondía un solo mensaje. Paso el tiempo y no conseguí nada, lejos de calmarme, no dejaba de sentirme caliente.
Una perversa idea me atravesó la mente. El alcohol en mis venas no me dejo siquiera considerar los pro y los contra, escribí el mensaje y lo envié.
* Alguien quiere ver a mi hija mientras duerme?
Complemente el primer mensaje con un segundo.
*Es colegiala y tiene tetas de infarto.
Con suerte pasaron 10 segundos y el buzón de mensajes ya estaba lleno. Al menos 25 hombres se habían interesado en la propuesta. Les explique a cada uno de ellos, como seria la dinámica del juego.
Yo crearía una conversación y videollamada múltiple. Todos podrían acceder a ella con dos condiciones, primera la condición era la de mostrarse también y la segunda era que durante la exhibición no habría penetración, y el que la solicitase seria expulsado.
Alisté todo, conecte una cámara inalámbrica a la laptop, prepare la conversación grupal, demoré algo de tiempo así que alguno interesados pensaron que se trataba de una farsa, para el momento del show, había 19 personas conectadas. Estaba tan ebrio que ni siquiera consideraba la opción de que mi hija pudiera despertarse.
* Buenas noches caballeros, para mostrar que esto es cierto, encenderé la cámara y mostrare a mi hija, posteriormente ustedes deberán hacer lo propio, ya saben las reglas.
Encendí la cámara y mostré a Valentina envuelta entre sus sabanas.
Uno a uno los hombres empezaron a encender sus cámaras, había desde jovencitos hasta hombres que eran mucho mayores que yo.
*Muestra algo de carne, no queremos ver las sabanas
Dijo uno de los espectadores. Con la webcam en mi mano izquierda empecé a remover las sabanas del cuerpo de Valentina. Su rostro, su negro cabello y su torso quedaron a la vista y fue entonces que sus pechos se volvieron el centro de atención, aun cubiertos por su fina pijama pero el tamaño era tal que era imposible no sentirse carnalmente atraído a ellos.
*Menudas tetas tiene la puta
*Son enormes
*Como me haría una paja rusa con esas tetas.
Me calentaba en sobremanera la forma en que se referían a Valentina. Me calentaba ver la manera en que sus preciosos senos habían vuelto locos a los espectadores.
*Danos mas por favor
Pedían desesperadamente los espectadores, mientras algunos ya sacaban sus pollas y empezaban a masturbarse mirando a mi hija. Acerque aún mas la cámara al torso de Valentina. De manera que su fina pijama transparentaba levemente sus aureolas. La conversación volvió a enloquecer.
*Que delicia
*Increíbles tetas para su edad
*Se ven muy suaves, a que no las tocas.
Dijo uno de los espectadores, ebrio como estaba decidí acariciar suavemente el pecho derecho de mi hija, efectivamente, eran lo mas suave que haya acariciado en mi vida. A pesar de lo grandes, sus pechos no denotaban flacidez, eran grandes y firmes. La sala enloquecía cada vez mas.
*A ver esos pezones.
Pidió uno de los espectadores de mayor edad, ya a esta altura había 20 vergas erectas a causa de mi tetona hija Valentina, 19 de los espectadores y yo, su inescrupuloso padre. Deje la cámara un momento sobre la cama y con mucha delicadeza deslicé hacia abajo la pijama de Valentina y sus pechos quedaron al aire.
Eran una obra de arte, sus pezones morenos se podían apreciar perfectamente a pesar de la oscuridad. Me resultaba increíble pensar que los pechos mas grandes que había visto en la vida eran los de mi hija.
El chat seguía en llamas, todos se masturbaban a la vez que yo les mostraba los gigantescos senos de Valentina desde todos los ángulos posibles. Sus pezones eran maravillosos, no pude evitar pellizcarlos con mucha delicadeza y fue allí cuando algunos de los espectadores eyacularon ante el espectáculo que el cuerpo de Valentina les había brindado.
*Que rico
*Si yo estuviera allí, ya me la habría follado a la puta
*Seguramente los compañeros del cole se la deben gozar a esa perra
El fenomenal cuerpo de mi nena sumado a la calentura y palabras de los chicos de la sala me hizo romper parcialmente una de las reglas. No penetraría a Valentina sin embargo empecé a masturbarme también.
Coloque la cámara de tal forma que encuadre mi verga y debajo de ella los gigantescos de pechos de Valentina. Esto fue bien agradecido por los espectadores que quedaban en la sala.
*Acabale encima.
*Llénala de leche.
El licor reprimía cualquier remordimiento por mis actos, al fin y al cabo la chica que allí estaba acostada podía ser mi hija, pero no dejaba de ser una mujer, una preciosa mujer con un enorme par de pechos que merecían ser llenados de mi leche.
Me costo mucho no gemir en medio de mi profundo orgasmo, apunte mi verga directamente a los senos de Valentina. Tres gruesas porciones de blanco liquido seminal atravesaron los pechos de mi hija, que inocentemente me había regalado la mejor paja de mi vida.
*Que buen lefazo
*Nada como unas tetas bañadas en leche
La conversación empezó a quedarse vacía una vez que gran parte de los presentes habían acabado también, los pocos sobrevivientes no pudieron contenerse al regalarles un primer plano de los pezones de mi hija brillantes por el blanco liquido que en ellos había caído.
Una vez terminada la conversación. Cerré la laptop y la deje en mi cuarto. Me lave mi verga rápidamente y volví al cuarto de mi hija para intentar dejarla "como la había encontrado". Decidí no limpiar sus pechos de mi semen así que únicamente coloque su blusa en su lugar y la cubrí con las sabanas.
Iba saliendo del cuarto de Valentina, estaba por cerrar la puerta cuando de pronto oí su voz decir:
-Papá.
...Continuará.
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Me haría muy feliz y me motivaría un montón a seguir escribiendo, el recibir sus valoraciones, opiniones, criticas y sugerencias sean cortas, extensas, positivas, negativas crueles o compasivas, me interesa mucho mejorar y sus opiniones son la principal forma de hacerlo.
A medida que los hijos van creciendo, uno se va dando cuenta de cosas. Yo por ejemplo note que para una chica de colegio, Valentina estaba creciendo muy rápido. Yo no me encargaba de comprar su ropa interior sin embargo su madre me comentaba cada tanto que le sorprendía ver como la muchacha de pronto empezó a usar una talla de brasier mayor a la de ella y eso que mi ex esposa era algo pechugona. De pronto un día me llego con la noticia de que Valentina tenia que usar una talla aún mayor y luego otra aún mayor. Para una chica de la delgada contextura de Valentina, la verdad es que sus senos se veían gigantes.
Incluso con mi ex esposa decidimos llevarla al médico para ver si esto era algo normal o respondía a un desorden hormonal. El doctor la chequeo y de toda su terminología medica llegue a la conclusión de que los quiso decir es que teníamos una hija tetona, eso era todo.
Con el pasar del tiempo, la condición de Valentina se empezó a volver incomoda, era cosa de todos los días ir por la calle y notar como infinidad de hombres e incluso mujeres se detenían a mirar los pechos de mi hija. Incluso yo como padre me había descubierto mas de una vez mirándolos. Y es que a diferencia de muchas mujeres de pechos grandes, Valentina no se acomplejaba, no se preocupaba por ocultarlos, no usaba cuellos de tortuga ni esas cosas, no tenía problemas en ir por la calle usando blusas que exponían cuantiosamente sus blancos pechos. Eso si, para su madre y para ella era un dolor de cabeza encontrar brasieres y ropa a su medida.
Incluso desde el colegio habíamos recibido llamados de atención pidiéndonos que intentásemos conseguir un uniforme de una talla mayor para Valentina, o que en su defecto le consiguiésemos un brasier tipo deportivo que cubra de mejor manera su pronunciado busto. Y es que a decir verdad, Valentina lucia despampanante en su uniforme, como había dicho, era una chica delgada. La falda a cuadros del uniforme cubría sus blancas y finas piernas. Sus caderas y cintura estaban acorde a su edad. Sin embargo al llegar a su pecho, su ropa de colegio parecía estar a punto de estallar. El botón que quedaba justo en su pecho sufría horrores por mantener su blusa cerrada. Y su largo cabello negro que caía sobre su pecho, lejos de ocultar, parecía acrecentar mas el tamaño de sus senos. Seguramente para los compañeros y profesores era imposible concentrarse con un bombón así en el aula.
En temas de convivencia familiar, a Valentina le correspondía dormir un fin de semana al mes en mi casa, era el acuerdo al cual habíamos llegado con su madre. Para desgracia de mi hija, hubo un mes en el que el fin de semana que me visito, coincidió con una reunión de mis amigos del trabajo. Prácticamente paso sola todo el día sábado. Y para cuando llegue completamente ebrio a casa la madrugada del domingo, ella ya se había dormido.
Estaba caliente, el licor me había alterado el sentido sexual, quería placer y lo quería ya. Encendí la laptop y entre a unas de esas salas de chat para encontrar alguna chica para vernos por cam y con suerte terminar masturbándonos. Escribía y escribía en la sala, pero nadie respondía un solo mensaje. Paso el tiempo y no conseguí nada, lejos de calmarme, no dejaba de sentirme caliente.
Una perversa idea me atravesó la mente. El alcohol en mis venas no me dejo siquiera considerar los pro y los contra, escribí el mensaje y lo envié.
* Alguien quiere ver a mi hija mientras duerme?
Complemente el primer mensaje con un segundo.
*Es colegiala y tiene tetas de infarto.
Con suerte pasaron 10 segundos y el buzón de mensajes ya estaba lleno. Al menos 25 hombres se habían interesado en la propuesta. Les explique a cada uno de ellos, como seria la dinámica del juego.
Yo crearía una conversación y videollamada múltiple. Todos podrían acceder a ella con dos condiciones, primera la condición era la de mostrarse también y la segunda era que durante la exhibición no habría penetración, y el que la solicitase seria expulsado.
Alisté todo, conecte una cámara inalámbrica a la laptop, prepare la conversación grupal, demoré algo de tiempo así que alguno interesados pensaron que se trataba de una farsa, para el momento del show, había 19 personas conectadas. Estaba tan ebrio que ni siquiera consideraba la opción de que mi hija pudiera despertarse.
* Buenas noches caballeros, para mostrar que esto es cierto, encenderé la cámara y mostrare a mi hija, posteriormente ustedes deberán hacer lo propio, ya saben las reglas.
Encendí la cámara y mostré a Valentina envuelta entre sus sabanas.
Uno a uno los hombres empezaron a encender sus cámaras, había desde jovencitos hasta hombres que eran mucho mayores que yo.
*Muestra algo de carne, no queremos ver las sabanas
Dijo uno de los espectadores. Con la webcam en mi mano izquierda empecé a remover las sabanas del cuerpo de Valentina. Su rostro, su negro cabello y su torso quedaron a la vista y fue entonces que sus pechos se volvieron el centro de atención, aun cubiertos por su fina pijama pero el tamaño era tal que era imposible no sentirse carnalmente atraído a ellos.
*Menudas tetas tiene la puta
*Son enormes
*Como me haría una paja rusa con esas tetas.
Me calentaba en sobremanera la forma en que se referían a Valentina. Me calentaba ver la manera en que sus preciosos senos habían vuelto locos a los espectadores.
*Danos mas por favor
Pedían desesperadamente los espectadores, mientras algunos ya sacaban sus pollas y empezaban a masturbarse mirando a mi hija. Acerque aún mas la cámara al torso de Valentina. De manera que su fina pijama transparentaba levemente sus aureolas. La conversación volvió a enloquecer.
*Que delicia
*Increíbles tetas para su edad
*Se ven muy suaves, a que no las tocas.
Dijo uno de los espectadores, ebrio como estaba decidí acariciar suavemente el pecho derecho de mi hija, efectivamente, eran lo mas suave que haya acariciado en mi vida. A pesar de lo grandes, sus pechos no denotaban flacidez, eran grandes y firmes. La sala enloquecía cada vez mas.
*A ver esos pezones.
Pidió uno de los espectadores de mayor edad, ya a esta altura había 20 vergas erectas a causa de mi tetona hija Valentina, 19 de los espectadores y yo, su inescrupuloso padre. Deje la cámara un momento sobre la cama y con mucha delicadeza deslicé hacia abajo la pijama de Valentina y sus pechos quedaron al aire.
Eran una obra de arte, sus pezones morenos se podían apreciar perfectamente a pesar de la oscuridad. Me resultaba increíble pensar que los pechos mas grandes que había visto en la vida eran los de mi hija.
El chat seguía en llamas, todos se masturbaban a la vez que yo les mostraba los gigantescos senos de Valentina desde todos los ángulos posibles. Sus pezones eran maravillosos, no pude evitar pellizcarlos con mucha delicadeza y fue allí cuando algunos de los espectadores eyacularon ante el espectáculo que el cuerpo de Valentina les había brindado.
*Que rico
*Si yo estuviera allí, ya me la habría follado a la puta
*Seguramente los compañeros del cole se la deben gozar a esa perra
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Coloque la cámara de tal forma que encuadre mi verga y debajo de ella los gigantescos de pechos de Valentina. Esto fue bien agradecido por los espectadores que quedaban en la sala.
*Acabale encima.
*Llénala de leche.
El licor reprimía cualquier remordimiento por mis actos, al fin y al cabo la chica que allí estaba acostada podía ser mi hija, pero no dejaba de ser una mujer, una preciosa mujer con un enorme par de pechos que merecían ser llenados de mi leche.
Me costo mucho no gemir en medio de mi profundo orgasmo, apunte mi verga directamente a los senos de Valentina. Tres gruesas porciones de blanco liquido seminal atravesaron los pechos de mi hija, que inocentemente me había regalado la mejor paja de mi vida.
*Que buen lefazo
*Nada como unas tetas bañadas en leche
La conversación empezó a quedarse vacía una vez que gran parte de los presentes habían acabado también, los pocos sobrevivientes no pudieron contenerse al regalarles un primer plano de los pezones de mi hija brillantes por el blanco liquido que en ellos había caído.
Una vez terminada la conversación. Cerré la laptop y la deje en mi cuarto. Me lave mi verga rápidamente y volví al cuarto de mi hija para intentar dejarla "como la había encontrado". Decidí no limpiar sus pechos de mi semen así que únicamente coloque su blusa en su lugar y la cubrí con las sabanas.
Iba saliendo del cuarto de Valentina, estaba por cerrar la puerta cuando de pronto oí su voz decir:
-Papá.
...Continuará.
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Me haría muy feliz y me motivaría un montón a seguir escribiendo, el recibir sus valoraciones, opiniones, criticas y sugerencias sean cortas, extensas, positivas, negativas crueles o compasivas, me interesa mucho mejorar y sus opiniones son la principal forma de hacerlo.
Comentarios Destacados
9 comentarios - Mientras Valentina duerme, otros se masturban
Saludos desde Colombia