La pendeja partía la arena. No tenía una bikini puesta, tenía una micro tanga. Por un lado mi esposa con mis hijos y por el otro la pendeja que estaba terrible.
Todo el mundo que pasaba la miraba. Era un monumento al orto eso. La pendeja sabia q la miraban y sacaba más cola. De tetas venia normal. Pero ese ojete era para internarse 40 días ahí dentro.
Todos los días desde que llegamos era la misma ubicación nuestra y la misma de la pendeja con sus amigas.
En un momento mi señora se quedó cuidando a los nenes que estaban haciendo un castillo de arena y me fui al agua. Allí quería bajar un poco la calentura. Nos encontramos en el mar. En realidad yo no la había visto, pero como sin querer la cosa, la pendeja se quiso subir a una ola, y terminó revolcada al lado mío, la ayudé como pude y aproveché para mandarle mano por todos lados, le toqué la cola principalmente y un poco las tetas, y le pregunté si estaba bien. Ella solo atinó a decirme: ´´acá te haces el macho porque tu esposa no te vé…´´ Yo no podía creer lo caradura que era la piba, ´´Yo te vi como me miras la cola todos los días, parece que te gusta demasiado… al lado de la de tu mujer sin dudas´´
Yo no podía creer la pendeja hablando así, mientras yo seguía en el agua, ella volvía con sus amigas a tomar sol. Después de unos minutos volví con mi familia. Allí la pendeja que estaba tomando sol, se dio cuenta que la seguía mirando. Tanto me relojeaba, que se acomodaba la micro tanga a cada momento. Estuvo casi dos horas con ese jueguito. Ya empezaba a caer el sol y mi señora me pedía que ya volviéramos al depto. Los chicos ya estaban con un poco de frío. En un momento le dije, esperá que voy al bar a buscarme algo de tomar y regreso.
Yo no me había dado cuenta que la pendeja cuando vió que me levanté me siguió. Yo aproveché y había pasado primero por el baño. Cuando salí estaba la pendeja parada y me dice: ´´la verdad que me calienta que un tipo casado me mire, si queres y podés hacerte un tiempito, me ubicas acá´´. Me pasó un papelito donde tenía escrito un número de celular. Fui al bar, pedí mi trago y volví a buscar a mi familia.
Una vez en el depto, mi señora estaba bañando a los chicos, y yo estaba respondiendo unos whatsapp, cuando me acordé del papel, agendé el número como PEPE… no quería levantar sospechas por las dudas. Le mando un whatsapp, presentándome: ´´hola soy Carlos, el casado de la playa´´. La pendeja respondió al toque: ´´hola papito, quiero probarte todo, como te dije me calienta estar con un casado´´. Yo no podía creer lo que me estaba pasando. Quería ver hasta donde llegaba la pendeja. Le pregunté si podía zafar a cualquier hora, y me dijo que no tenía problemas, ya que con sus amigas no tenía historia. El tema era mi familia. Como zafar y quedar como un duque. Justo ese día había un partido en la TV, pero en el depto no teníamos contratado cable, solo había un DVD y con eso entreteníamos a los chicos. Mi señora estaba un poco cansada, ese día me dijo de comprar unas pizzas y comer allí. Le dije que quería ver el partido y que iba a salir aprovechar que ellos se quedaban a descansar.
Después de la cena, me cambié, y me fui a un bar en la peatonal, me senté y le escribí a la pendeja, le puse en que Bar estaba y que me iba a quedar allí a esperarla. A los 20 minutos, yo estaba entretenido con el partido, siento una mano que me toca el hombro, y me dicen al oído: ´´papi está interesante el partido?´´ Cuando giro, veo a la pendeja, que estaba hecha una diosa, una musculosa con un buen escote, y una pollerita tuvo bien cortita casi un centímetro debajo de la cola. Yo le dije que me iba a infartar de verla así...
Pedí la cuenta, pagué y nos fuimos a caminar a la playa. Nos contamos un par de cosas, entre ellas que la piba tenía 20 años, estudiaba psicología y vivía con una tía en Paraná, Entre Rios. Ya que los padres eran de un pueblo y ella quería estudiar. Novio formal había tenía 2. Y que con el estudio prefería la soltería, ya que siempre tenía 2 o 3 a quienes llamar. La pendeja la tenía RE clara… pero me confesó que nunca había estado con alguien casado y mayor de 30 años. Yo le comenté que tenía 34 años, casado con dos hijos, y trabajaba como vendedor de seguros.
Llegamos a la playa y nos sentamos a unos pocos centímetros del mar. Allí comenzamos a transar, era una batalla de lenguas y abrazos por todos lados. En un momento le digo, vamos a otro lado más reservado, acá nos pueden ver. Seguimos caminando y vimos un balneario que estaba cerrado, pero unas de las carpas estaban armadas, nos metimos allí y entre beso y beso, terminamos en un 69 furioso. La pendeja me estaba haciendo un pete, como nunca en mi vida había recibido uno. Era una maestra como lo hacía pese a su poca edad. Yo por mi parte le chupaba toda la conchita rosadita bien empapada que no paraba de fluir entre mis dedos y mi lengua. Hasta que no pude aguantar más y le llené la boca de leche. Dos minutos más y mi lengua se puso a full a chupar toda esa conchita, hasta que la pendeja me explotó en la boca. Terrible como acabó… Le pedí que me mostrara esa cola entangada que era un sueño poder tocarla y probarla.
La pendeja me pidió que vayamos al depto que compartía con las amigas, que no iba a haber nadie y podíamos coger sin problemas. Llegamos y ella cerró con llave desde adentro, por las dudas que alguna amiga llegase. Nos volvimos a matar a lenguas, era impresionante como me transaba. Terminamos con otro 69 en la cama, hasta que no aguanté y la puse en 4 en la cama. Le pegué una chupada de orto impresionante, la piba nunca había tenido una experiencia así. La volvía loca. Su conchita no dejaba de fluir y mi lengua seguía en su magnífico culito. Así como estaba de empapada me la empecé a coger. Gritaba como loca. Estaba poseída. Era un orgasmo tras otro. La pendeja era multiorgásmica, y después de estar 20 minutos, quería acabar, me la pidió en la boca de nuevo y se la volví a llenar.
Nos dimos un baño y yo le decía que me tenía loco. Nunca había visto un culo tan divino como el de ella. Volvimos bajo la ducha a besarnos. En un momento que le estaba mandando mano a ese orto divino, le pregunté si era virgen de allí. Me dijo que había intentado una vez pero que le hicieron tan mal que tuvo que ir al médico por eso. Le pregunté si tenía algún tipo de gel, y me dijo que no. Asique volvimos a la cama, y terminamos de coger otra vez. Esta vez me cabalgó ella, y en menos de 15 minutos me hizo explotar otra vez.
De coger 1 vez por semana con mi esposa, a 3 polvos en un par de horas… terminé muerto. Nos volvimos a bañar y la acompañe al bar donde la esperaban sus amigas. Yo volví al depto donde mi familia ya estaba dormida. Al otro día no me podía levantar, estaba muerto.
La pendeja no la vi al otro día en la playa, me llamó la atención. Cuando volvemos a la noche al depto, le escribo y me dice que una amiga había tomado demasiado y la tuvieron que internar. Se había agarrado un coma alcohólico y que tuvieron que llevarla a un hospital más complejo en otra ciudad, y que estaban yendo los padres de esa chica para buscarlas y volverse a Entre Rios. Me pidió disculpas por no poder despedirse. Yo le dije que no había problema y que entendía la situación, y le confirmé que en la empresa donde yo trabajo, tiene sedes en Entre Rios. Que en cualquier momento iba a ir para allá con cualquier excusa.
Todo el mundo que pasaba la miraba. Era un monumento al orto eso. La pendeja sabia q la miraban y sacaba más cola. De tetas venia normal. Pero ese ojete era para internarse 40 días ahí dentro.
Todos los días desde que llegamos era la misma ubicación nuestra y la misma de la pendeja con sus amigas.
En un momento mi señora se quedó cuidando a los nenes que estaban haciendo un castillo de arena y me fui al agua. Allí quería bajar un poco la calentura. Nos encontramos en el mar. En realidad yo no la había visto, pero como sin querer la cosa, la pendeja se quiso subir a una ola, y terminó revolcada al lado mío, la ayudé como pude y aproveché para mandarle mano por todos lados, le toqué la cola principalmente y un poco las tetas, y le pregunté si estaba bien. Ella solo atinó a decirme: ´´acá te haces el macho porque tu esposa no te vé…´´ Yo no podía creer lo caradura que era la piba, ´´Yo te vi como me miras la cola todos los días, parece que te gusta demasiado… al lado de la de tu mujer sin dudas´´
Yo no podía creer la pendeja hablando así, mientras yo seguía en el agua, ella volvía con sus amigas a tomar sol. Después de unos minutos volví con mi familia. Allí la pendeja que estaba tomando sol, se dio cuenta que la seguía mirando. Tanto me relojeaba, que se acomodaba la micro tanga a cada momento. Estuvo casi dos horas con ese jueguito. Ya empezaba a caer el sol y mi señora me pedía que ya volviéramos al depto. Los chicos ya estaban con un poco de frío. En un momento le dije, esperá que voy al bar a buscarme algo de tomar y regreso.
Yo no me había dado cuenta que la pendeja cuando vió que me levanté me siguió. Yo aproveché y había pasado primero por el baño. Cuando salí estaba la pendeja parada y me dice: ´´la verdad que me calienta que un tipo casado me mire, si queres y podés hacerte un tiempito, me ubicas acá´´. Me pasó un papelito donde tenía escrito un número de celular. Fui al bar, pedí mi trago y volví a buscar a mi familia.
Una vez en el depto, mi señora estaba bañando a los chicos, y yo estaba respondiendo unos whatsapp, cuando me acordé del papel, agendé el número como PEPE… no quería levantar sospechas por las dudas. Le mando un whatsapp, presentándome: ´´hola soy Carlos, el casado de la playa´´. La pendeja respondió al toque: ´´hola papito, quiero probarte todo, como te dije me calienta estar con un casado´´. Yo no podía creer lo que me estaba pasando. Quería ver hasta donde llegaba la pendeja. Le pregunté si podía zafar a cualquier hora, y me dijo que no tenía problemas, ya que con sus amigas no tenía historia. El tema era mi familia. Como zafar y quedar como un duque. Justo ese día había un partido en la TV, pero en el depto no teníamos contratado cable, solo había un DVD y con eso entreteníamos a los chicos. Mi señora estaba un poco cansada, ese día me dijo de comprar unas pizzas y comer allí. Le dije que quería ver el partido y que iba a salir aprovechar que ellos se quedaban a descansar.
Después de la cena, me cambié, y me fui a un bar en la peatonal, me senté y le escribí a la pendeja, le puse en que Bar estaba y que me iba a quedar allí a esperarla. A los 20 minutos, yo estaba entretenido con el partido, siento una mano que me toca el hombro, y me dicen al oído: ´´papi está interesante el partido?´´ Cuando giro, veo a la pendeja, que estaba hecha una diosa, una musculosa con un buen escote, y una pollerita tuvo bien cortita casi un centímetro debajo de la cola. Yo le dije que me iba a infartar de verla así...
Pedí la cuenta, pagué y nos fuimos a caminar a la playa. Nos contamos un par de cosas, entre ellas que la piba tenía 20 años, estudiaba psicología y vivía con una tía en Paraná, Entre Rios. Ya que los padres eran de un pueblo y ella quería estudiar. Novio formal había tenía 2. Y que con el estudio prefería la soltería, ya que siempre tenía 2 o 3 a quienes llamar. La pendeja la tenía RE clara… pero me confesó que nunca había estado con alguien casado y mayor de 30 años. Yo le comenté que tenía 34 años, casado con dos hijos, y trabajaba como vendedor de seguros.
Llegamos a la playa y nos sentamos a unos pocos centímetros del mar. Allí comenzamos a transar, era una batalla de lenguas y abrazos por todos lados. En un momento le digo, vamos a otro lado más reservado, acá nos pueden ver. Seguimos caminando y vimos un balneario que estaba cerrado, pero unas de las carpas estaban armadas, nos metimos allí y entre beso y beso, terminamos en un 69 furioso. La pendeja me estaba haciendo un pete, como nunca en mi vida había recibido uno. Era una maestra como lo hacía pese a su poca edad. Yo por mi parte le chupaba toda la conchita rosadita bien empapada que no paraba de fluir entre mis dedos y mi lengua. Hasta que no pude aguantar más y le llené la boca de leche. Dos minutos más y mi lengua se puso a full a chupar toda esa conchita, hasta que la pendeja me explotó en la boca. Terrible como acabó… Le pedí que me mostrara esa cola entangada que era un sueño poder tocarla y probarla.
La pendeja me pidió que vayamos al depto que compartía con las amigas, que no iba a haber nadie y podíamos coger sin problemas. Llegamos y ella cerró con llave desde adentro, por las dudas que alguna amiga llegase. Nos volvimos a matar a lenguas, era impresionante como me transaba. Terminamos con otro 69 en la cama, hasta que no aguanté y la puse en 4 en la cama. Le pegué una chupada de orto impresionante, la piba nunca había tenido una experiencia así. La volvía loca. Su conchita no dejaba de fluir y mi lengua seguía en su magnífico culito. Así como estaba de empapada me la empecé a coger. Gritaba como loca. Estaba poseída. Era un orgasmo tras otro. La pendeja era multiorgásmica, y después de estar 20 minutos, quería acabar, me la pidió en la boca de nuevo y se la volví a llenar.
Nos dimos un baño y yo le decía que me tenía loco. Nunca había visto un culo tan divino como el de ella. Volvimos bajo la ducha a besarnos. En un momento que le estaba mandando mano a ese orto divino, le pregunté si era virgen de allí. Me dijo que había intentado una vez pero que le hicieron tan mal que tuvo que ir al médico por eso. Le pregunté si tenía algún tipo de gel, y me dijo que no. Asique volvimos a la cama, y terminamos de coger otra vez. Esta vez me cabalgó ella, y en menos de 15 minutos me hizo explotar otra vez.
De coger 1 vez por semana con mi esposa, a 3 polvos en un par de horas… terminé muerto. Nos volvimos a bañar y la acompañe al bar donde la esperaban sus amigas. Yo volví al depto donde mi familia ya estaba dormida. Al otro día no me podía levantar, estaba muerto.
La pendeja no la vi al otro día en la playa, me llamó la atención. Cuando volvemos a la noche al depto, le escribo y me dice que una amiga había tomado demasiado y la tuvieron que internar. Se había agarrado un coma alcohólico y que tuvieron que llevarla a un hospital más complejo en otra ciudad, y que estaban yendo los padres de esa chica para buscarlas y volverse a Entre Rios. Me pidió disculpas por no poder despedirse. Yo le dije que no había problema y que entendía la situación, y le confirmé que en la empresa donde yo trabajo, tiene sedes en Entre Rios. Que en cualquier momento iba a ir para allá con cualquier excusa.
4 comentarios - La pendeja de mar de ajo