Suena el timbre. Lo estoy esperando.
Abro la puerta. Me ve vestido de mujer, como a él le gusta. Me excito con sus ojos, que me miran desde los pies a la cabeza. Me desea, se le nota entre las piernas.
Entra. Cierra la puerta mirándome. Tras el portazo, me toma la cara con las dos manos y me devora con un beso. Me envuelve la boca, me penetra con la lengua. Está excitado. Me hace estremecer. Lo abrazo y me envuelve en sus brazos. Me aprieta la cintura y la cola con sus grandes y fuertes manos. Su boca sigue devorando la mía. Me siento pequeña, indefensa. Me dejo…
Su espalda es ancha. Sus brazos, fuertes. Siento la barba de dos días rozándome la cara mientras me besa el cuello. Mi respiración se acelera. La de él también.
Baja las dos manos a mi cola y me la aprieta, abriéndomela. Mi minifalda tableada se levanta un poco. Me besa ahora por el pecho. Sabe que no hay tetas, que son mentira, pero acepta el trato. Me las chupa como si fueran reales, por encima del vestido. Sus manos bajan por mis piernas y suben de nuevo, ahora metiéndose debajo de mi pollerita. Estoy aferrada a su cuello, atrapada en sus brazos, dominada. Nada más puedo hacer que disfrutar de su virilidad avasallante, que tanto me gusta. Ahora llega a mi tanguita colaless, la toma con las manos por debajo del elástico y me la baja hasta quitármela. Exploto de placer; muero por ese hombre. Me devora con la mirada, las manos, la boca, con todo su cuerpo. Me entrego en absoluto, soy toda suya. Hace conmigo lo que quiere. Y lo dejo hacer. Me encanta que me haga.
Ahora, ya sin bombacha, sube por mis piernas y sus dedos buscan mi rincón privado. Lo encuentra. Sus dedos penetran en él. Los siento y me estremezco de nuevo, por enésima vez en apenas cinco minutos.
Con la otra mano se desabrocha el pantalón, se lo baja y me obliga a arodillarme. Le bajo los boxers y, entonces, delante de mí, amanece su sexo. Es duro y grande. Es sabroso. Lo miro golosa. Acaricio sus testículos. Siento sus jadeos. Con una mano lo agarra y me lo mete en la boca, con fuerza. Me toma la cabeza con las dos manos y me empuja hacia él. Siento su pija entrar en mi garganta. Estoy un poco agobiada, necesito retirarme un instante. El insiste. Me empuja. Hago fuerza para alejarme. Entonces cede. Su pija sale de mi boca embebda en mi saliva y yo, respiro jadeando. Me da tan solo un instante y vuelve a metérla en mi boca, hasta la garganta de nuevo. Me domina. Amo que lo haga.
Ahora saca de prepo su pija de mi boca otra vez para dejarme respirar. Me empuja y me mete entre sus piernas. Mis labios se apoyan en sus huevos. Mi lengua los lame con devoción. Son exquisitos. El mueve su pelvis sobre mi rostro. Amo eso. Me dice que soy su putita. Lo soy. Y él, mi macho.
Me toma de los brazos y, con fuerza, me lleva a la cama. Caigo sobre ella por el empujón. Me toma de las caderas y me levanta, para que apoye en el borde de la cama lasa rodillas. Apoyo mis codos también. Me levanta la pollera. Quedo desnuda, casi desnuda ante él. Mi cola está exhibida con total libertad, a su merced. Puede hacer con ella lo que quiera. Apoya su pija y, antes de que pueda gemir de nuevo, siento que me abre como a una flor. Su verga dura entra en mi ser abriéndose paso con violencia. Gimo, me duele, pero no mucho; más bien me gusta. El empuja y me penetra hsata llegar al fondo. Su pelvis golpea con fuerza mis nalgas en vaivenes acompasados. Siento su pija dura moverse dentro de mí. La mía tambiéns e pone dura, pero él no la toca. Me excita. Me coje. Me posee. Me hace suya. Soy su objeto sexual. Me disfruta. Amo que me disfrute.
Se inclina sobre mi espalda y me abraza. Su pechose apoya sobre mi espalda y siento que su cuerpo se apoya sobre el mío. Siento los brazos envolverme mientras su pija sigue apoderándose de mí desde adentro. Reclino la cabeza hacia atrás, para apoyarme sobre sus hombros. Me sostiene. Con ambas manos, tomo sus caderas y acompaño sus embestidas. El siente que le pido más. Le pido más. Me da más. Muy duro. Me coje con fuerza. Mis manos en sus caderas le dicen que lo disfruto. Sus brazos me aprietan y mi espalda sigue pegada a su pecho. Se mueve más rápido, más fuerte. Siento sus jadeos en mis oídos. Sé lo que va a suceder. Siento lo mismo. Siempre me lleva con él.
Se mueve más rápido, más fuerte. Es como que quisiera meterse entero dentro de mí. Me excita ysiento que voy a acabar. Gimo. Gime. Gemimos. Empuja y arremete hasta el fondo y, entonces, grita desesperado. Siento su pija latiendo dentro de mí y sé que está acabando. Exploto de placer delirante y también acabo. Grito. Grita. Gritamos.
Exhaustos, nos dejamos caer sobre la cama. Yo abajo. El arriba mío. Dentro mío. Intentamos calmar la respiracón. Nos cuesta.
Tan solo un rato, unos minutos, pero todavía siento su pija dentro mío, dura. Quiere más. Yo también quiero más.
Entonces, todo vuelve a comenzar.
Abro la puerta. Me ve vestido de mujer, como a él le gusta. Me excito con sus ojos, que me miran desde los pies a la cabeza. Me desea, se le nota entre las piernas.
Entra. Cierra la puerta mirándome. Tras el portazo, me toma la cara con las dos manos y me devora con un beso. Me envuelve la boca, me penetra con la lengua. Está excitado. Me hace estremecer. Lo abrazo y me envuelve en sus brazos. Me aprieta la cintura y la cola con sus grandes y fuertes manos. Su boca sigue devorando la mía. Me siento pequeña, indefensa. Me dejo…
Su espalda es ancha. Sus brazos, fuertes. Siento la barba de dos días rozándome la cara mientras me besa el cuello. Mi respiración se acelera. La de él también.
Baja las dos manos a mi cola y me la aprieta, abriéndomela. Mi minifalda tableada se levanta un poco. Me besa ahora por el pecho. Sabe que no hay tetas, que son mentira, pero acepta el trato. Me las chupa como si fueran reales, por encima del vestido. Sus manos bajan por mis piernas y suben de nuevo, ahora metiéndose debajo de mi pollerita. Estoy aferrada a su cuello, atrapada en sus brazos, dominada. Nada más puedo hacer que disfrutar de su virilidad avasallante, que tanto me gusta. Ahora llega a mi tanguita colaless, la toma con las manos por debajo del elástico y me la baja hasta quitármela. Exploto de placer; muero por ese hombre. Me devora con la mirada, las manos, la boca, con todo su cuerpo. Me entrego en absoluto, soy toda suya. Hace conmigo lo que quiere. Y lo dejo hacer. Me encanta que me haga.
Ahora, ya sin bombacha, sube por mis piernas y sus dedos buscan mi rincón privado. Lo encuentra. Sus dedos penetran en él. Los siento y me estremezco de nuevo, por enésima vez en apenas cinco minutos.
Con la otra mano se desabrocha el pantalón, se lo baja y me obliga a arodillarme. Le bajo los boxers y, entonces, delante de mí, amanece su sexo. Es duro y grande. Es sabroso. Lo miro golosa. Acaricio sus testículos. Siento sus jadeos. Con una mano lo agarra y me lo mete en la boca, con fuerza. Me toma la cabeza con las dos manos y me empuja hacia él. Siento su pija entrar en mi garganta. Estoy un poco agobiada, necesito retirarme un instante. El insiste. Me empuja. Hago fuerza para alejarme. Entonces cede. Su pija sale de mi boca embebda en mi saliva y yo, respiro jadeando. Me da tan solo un instante y vuelve a metérla en mi boca, hasta la garganta de nuevo. Me domina. Amo que lo haga.
Ahora saca de prepo su pija de mi boca otra vez para dejarme respirar. Me empuja y me mete entre sus piernas. Mis labios se apoyan en sus huevos. Mi lengua los lame con devoción. Son exquisitos. El mueve su pelvis sobre mi rostro. Amo eso. Me dice que soy su putita. Lo soy. Y él, mi macho.
Me toma de los brazos y, con fuerza, me lleva a la cama. Caigo sobre ella por el empujón. Me toma de las caderas y me levanta, para que apoye en el borde de la cama lasa rodillas. Apoyo mis codos también. Me levanta la pollera. Quedo desnuda, casi desnuda ante él. Mi cola está exhibida con total libertad, a su merced. Puede hacer con ella lo que quiera. Apoya su pija y, antes de que pueda gemir de nuevo, siento que me abre como a una flor. Su verga dura entra en mi ser abriéndose paso con violencia. Gimo, me duele, pero no mucho; más bien me gusta. El empuja y me penetra hsata llegar al fondo. Su pelvis golpea con fuerza mis nalgas en vaivenes acompasados. Siento su pija dura moverse dentro de mí. La mía tambiéns e pone dura, pero él no la toca. Me excita. Me coje. Me posee. Me hace suya. Soy su objeto sexual. Me disfruta. Amo que me disfrute.
Se inclina sobre mi espalda y me abraza. Su pechose apoya sobre mi espalda y siento que su cuerpo se apoya sobre el mío. Siento los brazos envolverme mientras su pija sigue apoderándose de mí desde adentro. Reclino la cabeza hacia atrás, para apoyarme sobre sus hombros. Me sostiene. Con ambas manos, tomo sus caderas y acompaño sus embestidas. El siente que le pido más. Le pido más. Me da más. Muy duro. Me coje con fuerza. Mis manos en sus caderas le dicen que lo disfruto. Sus brazos me aprietan y mi espalda sigue pegada a su pecho. Se mueve más rápido, más fuerte. Siento sus jadeos en mis oídos. Sé lo que va a suceder. Siento lo mismo. Siempre me lleva con él.
Se mueve más rápido, más fuerte. Es como que quisiera meterse entero dentro de mí. Me excita ysiento que voy a acabar. Gimo. Gime. Gemimos. Empuja y arremete hasta el fondo y, entonces, grita desesperado. Siento su pija latiendo dentro de mí y sé que está acabando. Exploto de placer delirante y también acabo. Grito. Grita. Gritamos.
Exhaustos, nos dejamos caer sobre la cama. Yo abajo. El arriba mío. Dentro mío. Intentamos calmar la respiracón. Nos cuesta.
Tan solo un rato, unos minutos, pero todavía siento su pija dentro mío, dura. Quiere más. Yo también quiero más.
Entonces, todo vuelve a comenzar.
6 comentarios - Todo vuelve a comenzar
De lujo 👏 👏 👏
Gracias por compartir 👍
Yo comenté tu post, la mejor manera de agradecer es comentando alguno de los míos.