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Una chica curiosa. Capítulo 12

Una chica curiosa. Capítulo 12

Esta es la historia de Paula, una chica que a los 19 años la curiosidad la empieza a llevar por experiencias nuevas que cada vez resultan ser más intensas. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…

Capítulo 12: Propuesta de cumpleaños (Parte 1)
   A diferencia de lo que yo pensaba, mi primera vez por la cola fue también la primera vez de Leonel, por lo que me sorprendió lo bien que lo hizo y lo mucho que me gustó. Al día siguiente lo sufrí un poco, pero no podía negar que me había gustado la experiencia y a pesar de que sabía que no era próximamente, tenía ganas de repetirla. Sin dudas me gustaba estar con él, tanto en la cama como no. La pasábamos muy bien juntos.
   Pero había algo que me hacía dudar de eso y eran las imágenes, los sueños y los pensamientos que de vez en cuando me invadían. Como ya me había pasado antes, tan solo unas noches después de estar con él, volví a soñar con que tenía sexo con una mujer. No tenía rostro, no sabía quién era, solo sabía que lo estaba disfrutando. Las miradas, también comenzaban a preocuparme. Cuando salimos con Leonel y algunos de sus amigos para festejar su cumpleaños, me crucé a una chica que me estuvo mirando toda la noche y cuando me vino a encarar en medio de todos los amigos de él, no supe que hacer.
   - Es que estás tan linda que hasta las mujeres te quieren.- Me dijo Leonel y después me besó.
   El problema era que él no sabía que una parte de mi mente se moría de ganas de decirle que sí a la chica y de besarla como lo había hecho anteriormente a la chica del baño. Me encantaba mirar de vez en cuando alguna hermosa mujer. Me daba cuenta de que lo hacía y de que sus cuerpos me llamaban mucho la atención. Y después de eso, venías las imágenes de recuerdos pasados. Yo besando una chica en el baño, yo tocándome pensando en Clara, yo teniendo sexo con Noemí…

   Julio llegó y el frío de las vacaciones era insoportable. Personalmente estaba muy emocionada con eso, ya que aproveché para verme mucho con Leo, tanto en su casa como en la mía. La relación avanzó bastante esos días y parecía que dentro de cualquier momento se podía llegar a poner un título. El sexo también evolucionó mucho. Cada vez era más salvaje, lo hacíamos con más ganas y nos animábamos a bordear nuevos horizontes. Empezábamos a comprender lo que le gustaba al otro y eso hacía que cada vez que estuviéramos juntos, fuese un momento increíble de placer. Y a pesar de que las miradas o los pensamientos sobre otras mujeres todavía seguían en mi cabeza, cada vez me convencía más de que me encantaba la pija. El problema llegó cuando un día recibí una propuesta muy poco esperada que hizo que toda mi cabeza se diera vueltas y que mi idea de comenzar una relación seria se tambaleara.
   Entré al palier de mi edificio y me crucé con Lucila. “¡Uy cagamos!” pensé yo recordando que la última vez que me la había cruzado me había dicho que sabía de lo mío con Nicolás y que no quería vernos juntos otra vez. Sin embargo, me saludó con una sonrisa y cuando me vio sacándome la campera me hizo un comentario irónico sobre lo agradable que estaba el clima. Yo sonreía y me paré al lado de ella a esperar que viniera el ascensor.
   - Disculpame ¿sabés?- Me dijo de golpe. Pero yo la miré desentendida y entonces agregó:- Por lo del otro día. Vos no tenés la culpa del novio que tengo.
   - ¡Ah!- Le dije yo recién ahí comprendiendo de qué me hablaba.- No pasa nada.
   - Es un idiota.- Siguió ella hablando como si nada.- O sea, yo lo amo y él me ama a mí. Pero a veces hace esas cosas que me vuelven loca.- No supe que decir por lo que me quedé callada. Llegó el ascensor, ella abrió la puerta y entramos las dos.- ¿Lo disfrutaste?- Preguntó y yo la miré fijo y no le respondí.- No me molesta tu respuesta. En serio te pregunto. ¿Lo disfrutaste?
   - Ehh… Sí.- Le respondí sintiéndome incómoda pero diciéndole la verdad.
   - ¿Lo volverías a hacer?
   - No.- Lo contesté enseguida sin dudarlo.
   - No importa que esté de novio. Hacé de cuenta que está soltero. ¿Lo volverías a hacer con él?- Insitió ella y como yo no le respondí volvió a preguntarme.- ¿Lo volverías a hacer con Nicolás si no hubiese problema?
   - Sí.- Le respondí yo y por suerte el ascensor llegó al 5to.
   Lucila abrió la puerta pero no salió. Se quedó ahí, mirándome fijo y pensando como decir lo que estaba a punto de decir. Fueron segundos, pero duró una eternidad.
   - Ahora en Agosto es el cumpleaños de Nicolás.- Empezó y por mi cabeza pasaron miles de cosas.- Quiero hacerle un buen regalo. Además del regalo físico obviamente.- Agregó como si no fuese obvio que hablaba de sexo.- Estuve pensando y es obvio que vos lo calentaste mucho porque si no, no se hubiese arriesgado a algo con vos viviendo en el mismo edificio.- Yo seguía callada, incómoda por la conversación, pero atenta a cada palabra.- Pensé que podía regalarle un trío. Vos, yo y él.
   Entonces se hizo un silencio total que duró nuevamente unos segundos, pero para mí fueron varios minutos. No sabía si era una especie de trampa, si era algo real, si solo me estaba haciendo una broma o si quería probarme a ver que respondía yo. “¿Me estás jodiendo verdad?” le pregunté sin entender, pero ella me respondió un “no” simple, pero rotundo.
   - ¿Hace un mes me dijiste que no querías verme ni cerca de él y ahora querés que hagamos un trío?- Le pregunté sin comprender. La idea se había cruzado por mi mente y había sido analizada a toda velocidad. “Hacelo” dijo mi yo extrovertida, pero la puritana desde lejos me dijo que no.
   - Bueno, si no querés no hay problema.- Dijo ella y salió del ascensor.- Solo para saber. Disculpá que te haya jodido.
   - No, no ¡para!- Le dije yo bloqueando la puerta para que esta no se cerrara y bajándome en el palier. Lucila se dio vuelta y pude ver una suspicaz sonrisa en su rostro.- ¿Cuál es tu idea?

   El sábado 15 de agosto, día exacto del cumpleaños de Nicolás, le dije a mis viejos que salía con las chicas y después de cambiarme y meter algo de ropa en una bolsa, salí a las apuradas de casa para bajarme en el piso 5to. Lucila me abrió la puerta después de mandarle un mensaje como habíamos quedado y a las apuradas me obligó a entrar en su pieza sin pasar por el living donde la puerta estaba cerrada y se escuchaba la tele prendida.
   - No tiene ni idea de la sorpresa que le preparamos.- Dijo ella mientras arrimaba la puerta de su pieza.- Vos cambiate tranquila que yo ya preparé todo.
   Ya había estado en esa habitación en el pasado, cuando tuvimos nuestra semana salvaje con Nicolás. Pero esa noche estaba distinta. Las cosas de Lucila habían tomado protagonismo, la ropa, el maquillaje y algunas fotos. Pero además en ese momento estaba todo adornado con algunos pétalos de rosa, una botella de champagne y una luz roja que iluminaba tenuemente la habitación. Frente a la cama había una silla y sobre la silla una soga. El plan que habíamos pensado, estaba empezando.
   Lucila salió de la pieza y volvió al living y escuché la voz de su novio que le preguntaba cuanto faltaba para su sorpresa y ella que le respondía que dentro de poquito. Entonces me saqué la ropa y la metí en la bolsa y me puse la tanga y el corpiño que había preparado para la ocasión. Casi cuando terminé de cambiarme entró ella e hizo lo mismo que yo poniéndose unas medias con liga, una cola less negra y un corpiño calado que le combinaba a la perfección.
   - ¿Estás lista?- Me preguntó.
   - Sí.- Le dije yo nerviosa pero segura.
   - Dale. Acostate que ahí vengo.- Agregó y salió de la pieza.
   El plan que teníamos pensado con Lucila para Nicolás era lo más raro que iba a hacer en mi vida. Lo veníamos hablando desde hacía semanas y sabíamos que le iba a encantar, ya que lo último que él se esperaba era ver a su novia y a su ex amante teniendo sexo en su cama mientras él, atado desde una silla, observaba todo. Cuando Lucila me dijo la idea, me sonó descabellada, pero después de pensarla comenzó a agradarme y le terminé diciendo que sí. Ella era una chica hermosa, alta y de piernas largas, cola bien parada, pancita chata y tetas firmes. Una carita preciosa, pelo morocho, ojos marrones, nariz chiquita y labios carnosos. Practicar con ella los días anteriores al cumpleaños de Nicolás, me había encantado. Sin dudas el sexo con otra mujer era algo fascinante.
   Me recosté sobre la cama y segundos más tarde escuché la voz de Nicolás que le decía a su novia lo linda que estaba y lo mucho que le gustaba ese conjunto que tenía puesto. “Igual hay otra sorpresita en la pieza amor” le dijo ella y él emocionado abrió la puerta y entró. Su primera reacción al verme recostada así vestida sobre la cama fue rara. Se le borró la sonrisa que tenía en el rostro y se dio media vuelta para ver a su novia que ella lo miraba con cara de seductora. Entonces él comprendió lo que estaba pasando y la besó a ella y le agradeció por el regalo.
   - ¡Que linda que estás Pau!- Dijo entonces girando hacia mí y acercándose a la cama.
   Pero Lucila lo frenó justo, lo tomó de la mano y lo llevó a la silla. “Sentate” le dijo sacando la soga y entonces él se dio cuenta de lo que iba a pasar. “Nooo” le dijo como sin poder dar crédito a lo que estaba sucediendo cuando ella empezó a entrecruzar la soga en su cuerpo. Le sacó la remera y el bóxer dejándolo totalmente desnudo y ya se notaba que su pija hermosa y grande comenzaba a ponerse durita. Una vez que estuvo totalmente atado, Lucila volvió a darle un beso y vino hacia la cama.
   - Feliz cumple mi amor.- Le dijo y él nos sonrió.
   Ella se dio vuelta y me miró a mí. Lo mismo que habíamos hecho durante todos esos días sin que él se enterara, era lo que teníamos que hacer en ese momento, con la diferencia que ahora teníamos un espectador. Lucila comenzó a acariciarme suavemente el brazo, ella era la que llevaba las riendas del asunto y esa noche no iba a ser la excepción. Después acercó su rostro hacía el mío y me besó con sus labios gruesos. “¡Qué lindo!” se escuchó la voz de Nicolás que provenía de la silla. Yo cerré los ojos y me dejé llevar por el momento.
   Lucila me acostó boca arriba y ella se colocó a un lado mío. Nuestros brazos se entrecruzaron y a medida que seguíamos besándonos, nos tocábamos todo el cuerpo. Sus manos eran suaves, delicadas, pero a su vez eran muy intensas y erizaban toda mi piel cada vez que la recorrían. Pensar que hacía un poco más de medio año, me estaba acostando en esa misma cama con su pareja. ¡Y el ahora nos estaba mirando! Toda la situación era una locura.
   Comenzó a bajar su boca por mi cuerpo y sus labios se hicieron notar a cada segundo que transcurría. Me besó el cuello, los hombros, los brazos, el pecho y a los costados de la panza. Cada beso que daba me ponía más en ambiente y hacía que mi respiración se agitara. Sus manos se posaron fuertemente sobre mis tetas que estaban totalmente duras y comenzaron a masajearlas. Entonces escuché un gemido y segundos más tarde me di cuenta que provenía de mi boca. Lucila se había colocado encima de mí y mientras que sus dedos se divertían con mis pezones por encima del corpiño, sus labios besaban mi cintura.
   Me bajó la bombachita despacio y se dedicó a darme placer oral. Su lengua era muy activa a la hora del sexo y sabía usarla muy bien, de eso me había percatado. Era muy caliente la forma en la que me lamía la concha y como la besaba descontroladamente. Sus manos se seguían moviendo por todo mi cuerpo, desde mis rodillas hasta mi pancita, pasando por mis muslos, mi cintura y sobre todo mis caderas. Yo me aferraba fuertemente a la sábana con una mano y con la otra enredaba los pelos de su cabeza. Tenía los ojos cerrados y la boca entreabierta, por más de que a veces tenía que morderme los labios para contener un gemido ensordecedor.
   Ella subió después de entretenerse un rato entre mis piernas y dejarme toda mojada. Me besó y al oído me preguntó si me había gustado y casi en un susurro para que nuestro espectador no escuchara le dije que me había vuelto loca. Se sentó sobre mi cintura y mientras se desabrochaba el corpiño yo recorrí su cuerpo con mis manos. Una vez que sus tetas quedaron el libertad me levanté y se las empecé a besar mientras la abrazaba. Después de eso me atreví a mirar por detrás de su cuerpo y vi como Nicolás observaba con cara de fascinación la situación que se estaba dando frente a él. Le guiñé un ojo y seguí.
   Lucila se acostó sobre la cama y entendí que ahora me tocaba a mí. Me recosté sobre ella y después de unos besos apasionados, me dediqué a hacer el mismo recorrido que ella había hecho sobre mi cuerpo, primero cuello, después hombros y brazos y por último cintura. Una vez ahí le saqué la tanguita sin dar muchas vueltas y me metí entre sus piernas dispuesta a darle mucho placer oral.
   - ¡Que hermosa imagen! ¡Por Dios!- Escuché que gritó Nicolás al ver como su novia gemía de placer mientras yo le chupaba la concha.
   Lucila sabía darle un toque de acting al asunto, gimiendo de manera especial, moviendo su cuerpo de forma frenética y tocándose por todos lados con intensidad. Su conchita, bien marcadita y sobresalida del resto de su cuerpo era algo inimaginable. Durante nuestros días de práctica previos al cumpleaños se la había chupado mucho, pero nunca como lo estaba haciendo en ese momento. Usaba mucho mi lengua, tal como ella lo había hecho sobre mí y recorrí bastante sus piernas con mis manos. Entonces ella me pidió que me ayudara con los dedos, de la misma forma que me lo había pedido cuando ensayábamos y yo obedecí, llevando dos de mis deditos hacía su concha mojada y metiéndoselos con suavidad en el cuerpo.
   Ella emitió un grito de placer muy excitante que me volvió loca y Nicolás dijo algo que no llegué a comprender ya que nuevamente me encontraba chupándole los labios de la conchita a Lucila con bastante rapidez. Mis dedos entraban y salían de su cuerpo y ella se movía como loca. Mi lengua pasaba muy rápidamente por su clítoris de un lado al otro y sentía como vibraban sus piernas cada vez que lo hacía. Estábamos muy calientes.
   Me levanté y volví a recostarme sobre su cuerpo y nos besamos con ganas. Nuestros labios estaban húmedos y con sabor al cuerpo de la otra, pero no nos importaba porque estábamos muy calientes. Me senté al lado de ella y las dos nos acomodamos contra el respaldar, quedando bien de frente a Nicolás que no podía creer todo lo que estaba pasando frente a su rostro. Lucila le preguntó si le gustaba lo que estábamos haciendo y él le contestó que le encantaba, pero que quería que lo desatemos así se sumaba a la cama con nosotras.
   - Todavía no mi amor.- Le respondió ella y se apretó fuerte las tetas.- Todavía no.
   Tal como habíamos planeado, comenzamos a tocarnos el cuerpo de manera muy sensual, muy caliente, con el fin de excitar más aun al público. Lucila se enfocó mucho en su pecho y en sus tetas, que estaban totalmente duras y con los pezones pardos. Mientras tanto yo me dedicaba a tocarme la conchita con una mano y la pancita y la cintura con la otra. Entonces empezamos a gemir las dos al mismo tiempo, en una especie de suspiros suaves pero bien intensos.
   - ¡Suéltenme ya!- Gritó Nicolás.- ¡Que no se dan una idea de lo que las quiero coger!
   Pero nosotras ignoramos su comentario y nos seguimos tocando. Nuestros suspiros ya se habían convertido en gemidos claros y eso nos motivaba aun más a seguir tocándonos. Yo tenía la conchita muy mojada y me animé a llevarme los deditos a la boca y saborear un poco de mi cuerpo. Lucila se apretaba fuerte su pezón derecho mientras que con la otra mano se acariciaba el clítoris con ganas.
   - En serio. ¡Dejenme participar!- Insistió él.- ¡Miren como me pusieron la pija!
   Y nosotras, como si nada, nos seguimos tocando. Yo volví con mis dos manos a mis piernas y mientras con una me acariciaba los muslos, con la otra me colaba un dedito dándome placer a mi misma. Tenía la boca entreabierta y de ella salían gemidos de placer. Miraba fijo a Nicolás que no sabía para donde dirigir sus ojos. Su novia al lado mío no paraba de gozar con sus manos sobre su propio cuerpo. El calor de la habitación hacía que nuestros cuerpos transpiraran a pesar de que el frío viento del invierno golpeaba contra la ventana.
   - ¡¡Suéltenme!!


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EL PROFESOR PARTICULAR (FANTASIA)

2 comentarios - Una chica curiosa. Capítulo 12

exiliado-40 +1
aaaaaaaaaaaaaaaaa no me podes dejar asi nooooooooooooooooooooooooooooooooooo impresionante quiero ese regalo yoooooooo +5
HistoriasDe +1
Jajaja sería re lindo regalo no?
exiliado-40
@HistoriasDe si viene de vos si