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Trio familiar en la isla cap 10

Hola! gracias por todo, nuevamente, disfrutemos de la historia

Volvimos tomados de la mano, como dos adolescentes enamorados. Adoraba a mi papito, las cosas que me había hecho y todavía podía sentir su verga enterrándose en mí, abriéndome la vagina, estirando mis carnes para acomodar la gruesa polla que tanto había deseado. Si él estaba conmigo ahora, si yo era como su noviecita, entonces de seguro él ya no miraría a nadie más y tampoco estaría dispuesto a coger con cualquier mujer, pues ahora tenía mi culito para él solo y para que pudiera gozar de mí. De reojo veía su verga sacudirse y me pareció deliciosa.
—Te la quiero mamar un ratito.

Sin pudor, en esa misma entrada a la aldea, en un rincón donde nadie nos viera, hice que papá se sentara y al instante empecé a mamar de él. Su pene ganó tamaño de nuevo, y se enterró en mi boca como si fuera una banana extrañamente grande. Tenerlo sólo para mí, degustarlo a tal grado que me parecía el puto paraíso en mi garganta, hizo que mi coño se mojara enseguida. De cuclillas como estaba, noté el fresco aire pasando entre mis nalgas, y luego un viento todavía más fuerte se desató y las primeras gotas de una tormenta cayeron. Papá se quería ir.
—Espera. Quiero que me eyacules en la boca —le rogué, ignorando el agua que nos empapaba. Miré que niños y madres corrían para taparse. Algunos me miraban de reojo, pero les daba igual que yo chupara como una loca.
Finalmente el semen se descargó en mi garganta. Ah… qué calientito que estaba. Lo tragué fácilmente y luego, muriéndonos de la risa, corrimos hasta refugiarnos en la casita que nos habían asignado. Por suerte estaba vacía, así que pude acostar a papá otra vez y volví a llevarme su pija a la boca, teniendo cuidado de que se le volviera a parar. Necesitaba, en serio, sentirla dentro de mí.

MARA

La tormenta nos había agarrado en pleno acto. Yo estaba jugando con mis niños cuando la lluvia empezó a caer y sus madres vinieron a buscarlos. Uno de ellos hasta se dignó en darme una nalgada a modo de despedida y yo le miré con el ceño fruncido. ¡Vaya chicos precoces! Cuando el último de ellos se fue, yo misma me encontré andando rápidamente para esconderme, y cuando pasaba por un callejón entre dos casitas, una mano me agarró el brazo y me arrastró al interior de una choza.
Se trataba de Tamir, el bronceado de rizos castaños que me quería como esposa.
—¿Estás bien?
—Sí, gracias. Me estaba mojando.
—Tú… vagina está mojada.
Al decir eso, me dieron ganas de que el chico me penetrara. No obstante tuve que abstenerme de él. Hacerlo significaría darle alas y no quería que se hiciera ilusiones conmigo. Así pues, opté por dejarlo de lado y me senté en la cama a mirar que la lluvia pasara. Tamir, incómodo, también se colocó al lado de mí y juntos guardamos silencio.
—¿En serio no quieres ser mi esposa?
—En serio. Perdón, pero puedes buscarte a alguien más.
Tamir frunció las cejas, enojado.
—Yo te daría muchas riquezas.
Eso sí que era interesante. La parte codiciosa de mí las quería, pero tampoco iba a juntarme con él por mero interés.
—Mira, Tamir. Hagamos una cosa. Podemos tener sexo cuando quieras, pero no seré tu esposa ¿vale?
—Es que yo quiero metértela sólo a ti.
—Pero no puedes, querido. Este coñíto se muere de hambre y quiere probar de todo.
Sonrió, triste.
—Bueno. Pero… quiero que tú vivir conmigo.
—¿En serio?
—¡Sí! Al menos… hasta que te vayas.
—Mmm… eso… podría ser divertido.
— Yo podría… compartirte con mi hermano.
—¿Tienes un hermano?
—Sí.

Cuando la lluvia pasó, acepté que Tamir me llevara a su casa, que era más grande que todas las demás. Su papá era algo así como el sacerdote de la tribu, por lo que era muy bien respetado. Su familia constaba de su madre, una voluptuosa mujer de tetas grandes y aureolas redondas, una hermanita de 14 años, muy parecida a él, una de 18, morena y de pecas en la cara, y su hermano famoso era un hombretón de casi dos metros, fornido y con una pija colgándole entre las piernas sencillamente deliciosa. Sin erección, debía de medir al menos unos nueve o diez centímetros, y era muy gruesa, con grandes huevos sostenidos debajo. Iba pintada con algunas pocos tintes azules y negros, por lo que sólo se veía su balancear.
Nos echamos todos en lo que sería la sala, con las piernas flexionadas sobre almohadas y alrededor de una fogata sobre la cual había un comal y estaban asando carne y verduras. Olía muy rico. Nindy, la hermana menor de Tamir, me estaba mirando con una bonita sonrisa de curiosidad y sus dos pequeños hoyuelos se marcaron felizmente. Por otro lado, Andra, la mayor, sólo estaba allí con los brazos cruzados debajo de los pechos y una expresión beligerante y poco cordial. La madre, Anin, era más bondadosa y me estaba contando algunas buenas cualidades de su hijo. Por otro lado, Ambor, el padre y sacerdote, estaba metido en un estado de duermevela, según me dijo la pequeña Nindy, hablando con los espíritus para bendecir la cena.
—Entonces tú… esposa de mi hermano —preguntó Nindy —. ¿Hijos?
—¿Ah? —me ruboricé —. No, no, pequeña.
—Entonces ¿qué haces aquí? —cuestionó Andra, la mayor —. Lárgate.
—¡No la molestes! — le gritó la pequeña Nindy. Para tener una apariencia inocente, tenía el dibujo de una calavera en el abdomen y otra más en la pierna derecha. Andra, como la típica hermana mayor, llevaba el pelo amarrado con broches de oro y grandes aretes de jade.
—No hables, mocosa.

— ¡Mamá!
—Tranquilas… —gruñó Anin, y me ofreció un plato con carne asada —. Nindy, pequeña ¿puedes ir a traer el licor?
Nindy se levantó enseguida y volvió con una jarra y algunos cuencos. Respetuosamente sirvió un poco de licor a toda la familia, hasta para ella, y luego se acomodó feliz junto a mí. Al otro lado de comal, la hermana mayor miraba con celos y desaprobación la forma en la que Nindy se estaba queriendo hacer mi amiga. Yo fruncí las cejas. Iba a ser una larga noche. Me pregunté ¿qué estaría haciendo mi hermanastra?

DANIELA

Me dolía la mandíbula de tanto chupar la polla de papá. Ya no le salía semen. Había agotado la lechita de él, por lo que después de beber lo último, me recosté a la altura de sus caderas para jugar inocentemente con sus huevos y llevarme su pene distraídamente a mi boca de vez en cuando.
En ese momento entró Bárbara. Traía un vestido corto y se lo quitó enseguida frente a nosotros. Se exprimió el cabello y al verme allí, sonrió.
—Anda ¿le has estado comiendo la polla a papá?
—Sí —le gruñí. Ella se aproximó y se sentó con nosotras.
—¿Me dejas probarla un poco?
—No…
—Si —dijo papá, feliz.
— ¡¿Qué?! ¡Padre…!
—Anda, Daniela. No seas así. Estamos en esta isla para tener mucha diversión.
Molesta, vi cómo Bárbara se burlaba de mí y luego, abriendo su gran boca, se comió la verga de mi padre. La mujer la engulló hasta la base. Vi cómo su garganta se inflaba al tener semejante cosa entre sus dientes. Papá suspiró. La saliva de Bárbara goteó y resbaló por los huevos..
—Ay… qué rica está —dijo después de sacarla lentamente, y me la ofreció —. Tu turno.
—¿Por qué no me la chupan las dos?
—Esa parece buena idea —dijo Bárbara, guiñándome. Yo fruncí las cejas, pero acepté. No quería que la saliva de esa mujer estuviera en contacto con el miembro de mi papi. Así que rápidamente lo recorrí con la lengua y me lo metí a la boca.
Los celos que experimenté por lo que Bárbara le estaba haciendo a mi padre, sólo sirvieron para que me esmerara más en hacer que él volviera a eyacular para mí. Caliente no estaba, pero sí muy molesta de que él hubiese preferido tenerlos a las dos que tenerme sólo a mí. También me indignaba hasta más no poder. Por otro lado, él estaba feliz de la vida, con los ojos cerrados y acariciándonos la cabeza a las dos mientras jadeaba de placer.
La lengua de Bárbara, llena de saliva, se deslizaba por todo el largo y grueso de la verga de Leandro, mientras yo, abajo, mordía suavemente sus huevos y hundía la cara entre ellos. Ya había dejado húmeda toda esa parte e intercambiaba miradas ceñudas con la mujer adulta, que parecía haberse dado cuenta ya de lo que sentía por ello. De alguna manera me alegró que supiera que la odiaba.
—Papi, voy a montar un rato —antes de que nadie me respondiera, subí y me clavé la verga de papá. El gimió. Apreté la conchita con fuerza y luego, apoyándome contra su pecho, le empecé a dar de sentones fuertes.

Mis nalgas hacían plas plas contra sus muslos. Todo mi cuerpo temblaba. Sentía el grosor de la pija clavarse dolorosamente dentro de mis carnes. Me mordí el labio inferior y me sobé las grandes tetas, pellizcando mis pezones que ya empezaban a arder por el efecto de la penetración.
Bárbara, sin embargo, no se quedó atrás, y se sentó sobre la cara de mi padre. Él, feliz, no perdió tiempo en abrirle los labios con las manos y hundir su lengua en la estrecha abertura de ella. La mujer gimió y se empezó a acariciar el cuello y los pechos, que los tenía tan grandes como ubres. Contesté moviendo más las caderas, en círculo, trabada en una pelea por un hombre contra esa maldita mujer.
Ella rió sardónicamente al verme y se echó para atrás. Las manos de papá, que antes jugaban con mis piernas, se posaron sobre los dos melones de Bárbara y le pellizcaron las puntas con renombrada fuerza. Al parecer mis sentones no eran suficientes.
—Quítate un momento —le dije a Bárbara, y cuando ella lo hizo, me apresuré a dejar caer el culo en la cara de mi padre, para formar con él un bonito 69. Ahh. Al fin pude tener la verga para mí sola, y también su boca.
Bárbara se quedó allí de pie, con el peso apoyado sobre una pierna y los brazos cruzados. Estaba molesta, visiblemente molesta conmigo y no tardó en irse detrás de mí. Al instante sentí la fuerte penetración de sus dedos en mi coño. Grité un momento ante la brutal irrupción. A esto, la mojada lengua de mi papá presionaba mi clítoris con más fuerza de la habitual. Notaba todo mi útero arder, todas mis fibras nerviosas completamente encendidas, y me dejé llevar al consumir el pene entero en mi boca, hasta el fondo de mi garganta.

Padre me hizo quitar. Casi me empujó. En seguida, Bárbara se tumbó sobre la cama y se abrió las piernas todo lo que su esbelta anatomía le permitió. Padre, ignorándome, se acomodó y dirigió toda su tranca en la floja hendidura de la mujer, que se tragó todo el miembro de un solo movimiento.
Pese a que mi coño chorreaba, yo ya no quería seguir viendo. Molesta, lancé una maldición y salí, completamente desnuda, de la choza. La tormenta me mojó más de lo que ya estaba, y caminé sin rumbo por la aldea, buscando otro lugar en el qué refugiarme. La cara me ardía a pesar del frío y del viento. No había nadie por los alrededores. El cielo estaba encapotado y los truenos retumbaban por sobre mi cabeza. Ni papá ni Bárbara salieron a buscarme.

MARA

—La tormenta está muy fuerte —dijo Nin, la hermana pequeña de Tamir. Las dos estábamos mirando por la ventana cómo los rayos iluminaban la noche —¿También llueve donde vives?
—En todo el mundo llueve —le pregunté y la miré con interés —¿Sabes? Para tener 14años, hablas muy bien el español.
La niña rió encantadoramente y se pasó un mechón de pelo detrás de la oreja.
—La señora Bárbara dice que soy la mejor alumna de la escuelita.
—Pues con razón.
—¿Vas a casarte con mi hermano? Si lo haces, toda mi familia te dará muchas cosas y nosotras podremos ser hermanas.
—Pues… no lo sé…
—Él te hará muy feliz.
Le acaricié la espalda a Nin.
—Lo sé. Le quieres mucho ¿verdad?
—Quiero a todos mis hermanos.
—Suertuda. Yo no tengo hermanos. Sólo Daniela, pero es mi hermanastra.
En eso, una fuerte y fría brisa entró. Nin y yo nos cubrimos con los brazos.
—Ven —le dije —. Mejor vamos a ponernos ropa, que andar desnudas con éste frío no es bueno para la salud.
Fui al cuarto de Nin, que amablemente me había ofrecido su cama. Las paredes, que eran gruesas y revestidas de barro y arcilla, lograban mantener la pieza aislada del agua y una chimenea en un rincón daba bastantito calor. Me prestó uno de sus vestiditos, que me quedó muy corto, obviamente. Ella se puso sólo una falda y luego me tendió un abrigo de piel.
—¿Quieres escuchar un cuento de terror? —me preguntó, sentándose frente a mí con las piernas flexionadas.
—Sí. Sería interesante.

—¿Van a contar cuentos? —la hermana mayor entró. Ella todavía estaba desnuda. No le importaba el frío —¿les molesta si oigo?
—No, puedes sentarte aquí —le hice a un lado. Ella se acomodó el pelo y se sentó. Miramos a Nin. Me pareció que los tatuajes que tenía en las piernas y en el torso brillaban. Se sumergió en una especie de trance con los ojos cerrados, y empezó su relato.
—Hace mucho tiempo existió una doncella, que en una noche de lluvia como la de hoy, salió de su aldea para buscar a su verdadero amor. Se llamaba Minal, y era muy hermosa, de cabello dorado y piel blanca. Corrió, en medio del bosque, por largos tramos, a la vista de espíritus lujuriosos que la seguían a ella. Profanar el cuerpo de una chica virgen ofrece energías muy fuertes…
—Otra vez esa historia aburrida —comentó Andra.
—Déjala terminar.
—Gracias. Entonces, como todos querían…
Estalló un trueno. La brisa se filtró por una ventana y agitó las flamas de la fogata. En eso entró la madre de Tamir. Venía agitada.
—¡Mara! ¡Tu… tu… ¿cómo se dice en español…? Tú hermana está herida. ¡Alguien la lastimó!
Eso fue todo lo que pude escuchar. Desesperada, abandoné el cuarto de Nin y corrí, bajo la lluvia, en compañía de Tamir y de sus padres, al sitio donde estaba Daniela. En efecto, era ella. Y papá también estaba allí. Mi hermanastra estaba en el piso, inconsciente y con algunos moretones en la cara.

******

No!! qué le ha pasado a Daniela!! alguien seguramente le ha profanado ese hermoso cuerpecito, jaja y la pobre de Mara en la vista de las hermanas de Tamir. ¿qué dicen? yo creo que debería de quedarse en la isla ¿verdaD?

12 comentarios - Trio familiar en la isla cap 10

lucasmaxi779 +1
@hammer30 logré leér tus 10 relatos y me excitó mucho, seguí con más así quiero saber como termina tu relato.
hammer30
gracias por leerme! espero sigas al pendente jeje
pablooo_2 +1
Muy buen capitulo!!!

Me encantó la escena con el papá... y que celosa esta muchacha!!!
hammer30
ay jajaj pues ya ves como se poenn de calientes cuando tiene la pija cerca!
4trujillo52 +1
ufff que celosa la nena; aun no entiende el juego!! se come al padre y le histeriquea con las otras chicas; ja aunque la hermana se lleva los medallones de machos, junto a la MILF; pues ahora, que le paso a la nena??. buenisimo, van puntos.
hammer30
jaja si, ya lo hice todo contra todos y menos mal que tienen aguante XD, porque de lo contrario no habría mas historia.
jorvac164 +1
Esto se esta poniendo mas que bueno.Parece que el 2017 le han dado nuevos bríos a la flía. Yo por mi parte te envío 10 y saludos desde Puerto Madryn!.Nos vemos en el próximo relato!
hammer30
gracias por tus puntitos! jeje este año vengo inspirada! saludos desde méxico!
Yosoy277 +1
Relatazo como siempre hermosa!
hammer30 +1
Gracias hermoso! jaja
juans333 +1
genia espero toda la semana esto!!!!!!
hammer30
de verdad? me alegra saber que les está gustando mucho!
xxxdios +1
Muy bueno Gracias
hammer30 +1
De nada, gracias a ti por leer
leito626 +1
Pero los Aldeanos son feos bro :v
hammer30
ajaja no me digas
CA20 +1
vaya que mal, esperamos el próximo relato con ansias jaja. Gracias por compartir!
hammer30
de nada,! gracias a ti por leer
Si-Nombre
Hay esta Daniela no ha comprendido todavía de que se trata vivir y con todos los dones que le ha regalado la vida para ser muy feliz.... Gracias por compartir!!!!
AquiLuis
Excelenteeeeee, que buena sagaaaa...!!!!, gracias gracias capo
diegotk18
vaya vaya que rica historia