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Liberando el Deseo de Caro 3: la aceptación

Los relatos anteriores de la serie
Parte 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/2935692/Liberando-el-Deseo-de-Caro-el-primer-encuentro.html
Parte 2: http://www.poringa.net/posts/relatos/2936333/Liberando-el-Deseo-de-Caro-parte-2-los-limites.html

Liberando el Deseo de Caro 3: la aceptación

En su vida, Caro había hecho muchas cosas difíciles. El mudarse sola, el pelearla diariamente, el bancarse a Tinchín. Pero pocas fueron como esperar, luego de la última sesión el próximo mensaje de Fer. Dolorida pero contenta, pasó la noche casi sin poder dormir. Lo único que hizo fue pedir Sushi por teléfono (el ayuno y el calor la tenían más cansada) y sintió que nunca pudo disfrutar tanto cada una de las piezas: el sashimi, el wasabi, todo se combinaba de una forma que jamás había experimentado.

A los dos días recibió el mensaje de su Dom, breve pero excitante.

"Sub, espero que te encuentres bien. Nuestro próximo encuentro va a ser determinante de cómo sigan las cosas. Te espero el miércoles en el lugar de siempre, a la hora nuestra. Seguí las mismas indicaciones que la última vez" fueron las instrucciones de él. Caro tembló de excitación: no podía pensar, no podía respirar de la mezcla entre miedo y calentura.

El fin de semana pasó como un sueño: lo tenía que ver sí o sí a Tinchín, luego de la semana pasada. No quería decirle aun lo que estaba pensando, pero al verla llegar con un ligero rengueo (su cuerpo aún guardaba las placenteras señales de su Sr.) y notarla pálida pero contenta, Tinchín solamente le preguntó "¿Ya se te pasó todo o me vas a contagiar?". Caro resolvió todo rápidamente: le dijo que tenía ganas de ir a ver la última de Star Wars y comer Sushi. Solamente cuándo se estaba volviendo sola a la casa ("me quiero ir a descansar, Tincho" le dijo dándose cuenta que ahora lo llamaba como sus amigos) reflexionó que había podido sacarse el tema, sin sufrir por su falta de falo. Tinchín era ya un amigo, aunque no lo supiera; ella tenía un hombre en su cabeza.

La semana pasó igual: cálida, rápida, una mezcla de imágenes. Caro se encontró esperando en la esquina del Telo a Fer, vestida esta vez con una pollera finita y una camisa, ambas de colores claros. Hacía demasiado calor para un vestido y tenía la impresión que hoy algo cambiaría en la vestimenta, sin saber por qué lo pensaba. Quizás la palabra "determinante", quizás el saber que ya estaba entregada.

Esta intuición se confirmó cuándo vio a Fer venir caminando de un garage ("¿qué auto tendrá?" pensó Caro) vestido de traje. El traje era un traje gris con rayas, con una corbata de gris más oscuro sobre una camisa blanca. Le daban la impronta de un actor en una peli de los años '50, lo cual le encantó a Caro.

Fer se paró y la miró de arriba a abajo. Con un breve beso en la mejilla, señaló de nuevo con su mano, de forma elegante que dejaría pasar a Caro y ambos ingresaron a su telo.

Las sensaciones


Caro estaba de nuevo mirando a la pared, excitándose mientras entraba en su espacio de sumisión. Su Sr. estaba detrás de ella mirándola.

"Muy despacio, sub, sacáte los zapatos, la camisa, el corpiño y la pollera" le dijo "pero sin darte vuelta". De nuevo música lenta, repetitiva sonó desde su celular. Caro empezó a bailar, dando pequeños meneos, lentamente dejándose entrar en la zona.

"Cuando estés lista, Sub, quiero que te inclines hacia adelante y apoyes tus manos en la pared, sin abrir los ojos". Caro sintió su pulso acelerarse. Terminando de sacarse el corpiño, se inclinó hacia la pared: con las piernas separadas, extendió su cuerpo para atrás sacando la cola levemente.

Sin mirar, escuchó a su Sr. moviéndose detrás de ella. Bruscamente, como a una muñeca, tomó la cadera de ella con una mano y con la otra mantuvo sus manos apoyadas. Tiró de su cola más para atrás, hasta que ella sintió que la apoyaba su pene: con sus piernas abrió la de ella. Caro se sentía como una mesa, como un objeto que se excitaba cada vez más.

Su Sr. la observó por minutos insoportables: Caro solo sentía latir su corazón, sentía como la posición incómoda la molestaba, pero la excitaba y como el pene de su Sr. latía junto a su vagina. Al cabo de unos minutos, su Sr. dijo "no abras los ojos" y tirando de su pelo la hizo arquear. Sosteniéndola de su pelo, Caro se encontró arqueada, apoyada contra su Sr. Sus manos no sabían que hacer y quedaron en el aire, hasta que su Sr. le dijo "acariciáte todo el cuerpo". Mientras Caro recorría sus pechos y su vagina, escuchó que su Sr. con la otra mano se sacaba algo.

Repentinamente algo cubrió sus ojos; Caro se sobresaltó, hasta que entendió, era su corbata. Su Sr. la empujó hasta aplastarla contra la pared; sosteniéndola mediante la presión que su ingle le ofrecía, liberó ambas manos para atarle la corbata a los ojos.

"Ahora, Sub, vas a tener cuidado, pero vas a guiarte por tu rienda" le dijo su Sr, tomando su pelo y mostrándole que era lo que quería decir. Tirando levemente de él, sin causarle mucho dolor, hizo que Caro empezara a caminar sin ver nada.

Caro estaba excitadísima; no podía entender como el simple hecho de caminar la ponía tan caliente. El no ver, el tener miedo de dónde ir, la desorientaba. Su Sr. la llevó a dónde creía que era el centro de la sala y tomándola de sus hombros la hizo dar vuelta.

Rápidamente, Caro se mareó y extendió sus brazos: ahí estaba su Sr. para llevarla hacia un costado del cuarto. Caro solo sentía: su olor, masculino, el piso, sus pequeños bamboleos.

La hizo apoyarse contra algo frío, a la altura de su cadera, algo de un material duro. Su Sr. la hizo darse vuelta y le dijo "comenzáte a tocar por encima de la bombachita".

Caro empezó a tocarse la mano derecha, apoyando su cola contra el material duro ("¿es el lavamanos? ¿Un mueble?" ) pero su señor le dijo "no, usá ambos dedos" y tomó su mano izquierda, la llevo a su boca, le chupó el dedo medio (la sensación del calor, de estar en la boca de su Sr. hizo a Caro detenerse un segundo) e hizo que Caro se metiera su dedo en su concha, corriendo la bombacha.

Caro sintió a su Sr. retroceder; seguramente estaba observándola. Luego oyó ese pequeño gruñido de satisfacción que emitía para aprobar algo y que se movía de nuevo cerca. Una boca se cerró sobre sus pechos, mordisqueándolos. Sentía la barba de su Sr. rascándole los pechos y sus manos jugando con sus caderas.

Lentamente, sin decir nada, su Sr. fue bajando...besó su estómago, mordió los huesos de sus caderas y de un tirón arrancó la bombacha de Caro, tirón que le dejó una marca en las piernas y otra mucho mayor en su memoria. Corriendo las manos, le dijo "tocáte tus pechos". Caro pensó que su Sr. se iba a arrodillar frente a ella para chuparla, pero no era ese el plan: levantándola como si no pesara, la hizo girar por el aire y la puso cabeza abajo en un lugar dónde sus piernas se quedaban apoyadas en algo de plástico.

("Estoy en el Jacuzzi cabeza abajo" alcanzó a pensar Caro)

Todo pensamiento huyó de ella cuándo su Sr. empezó a comerle la concha. No era unos lentos besos: su Sr. mordía sus labios, mordisqueaba su clítoris mientras sus dedos entraban en ella acariciando su punto G. Caro, sin poder ver, intentando mantener el equilibro y tocarse se sentía absorbida, desorientada. Cada tanto, su Sr. bajaba su lengua y jugaba con su cola: la cálida lengua entraba en su agujero mientras los dedos acariciaban su clítoris.

En un momento, sintió como su Sr, sosteniéndola para que no se cayera entró con ella a lo que debía ser el Jacuzzi. Ya no estaba en el sentido de sus piernas, sino que se arrodillaba frente a ella. Sintió el pecho de su Sr. aplastando sus piernas, sintió como mordía desde otro ángulo a su clítoris y sintió la tela del pantalón de su Sr. sobre su nariz. Al poco rato, sintió un sonido de un cierre y escuchó un "abrí la boca, Sub y dame placer". Caro solo pudo abrir la boca y fue penetrada por la pija de su Sr, mientras una mano de él entraba en su concha y los dedos de otra entraban en su culo. Penetrada por todos lados, al solo escuchar "veníte" sintió como la sangre que se agolpaba en su cabeza estallaba en olas de placer.

Caro casi no recuerda lo que sucedió luego; lo próximo que recuerda era estar acostaba de espaldas en la cama, con las piernas a la altura de sus orejas y siendo perforada por su Sr. Olas de placer surgían de su concha. "Finalmente me la está dando" llegó a pensar Caro, pero no pudo pensar mucho más; su Sr, habilidosamente mordía su cuello, mordisqueaba su oreja y no dejaba pasar ninguna oportunidad.

Caro sintió que su Sr. Salía, dejándole una sensación a vacío. Pero sintió sus manos y la orden "ponéte en cuatro" casi al mismo tiempo. Sin ver, intentó darse vuelta, pero su Sr la acomodó y siguió dándole, sin preguntarle nada y sin piedad. Caro sentía que sus brazos le temblaban y cayó de boca a lo que calculaba que era la cama. Desarmada por el placer, casi no podía sostenerse; al ver esto, su Sr. puso unos almohadones bajo ella y siguió dándole sin descansar. Cada tanto, golpeaba con una mano su cola y con la otra metía los dedos y los sacaba de su ano.

Los golpes en la cola revivieron a Caro: el dolor leve la hizo reaccionar y volver a intentar levantarse, lo cuál fue la señal para que su Sr. la llevara al borde de la cama y la hiciera recostarse boca abajo con las piernas paradas afuera. Tomándola de atrás, con los brazos estirados, continuó con unos pijazos que hicieron que Caro rápidamente perdiera fuerzas...al poco tiempo, todo el cuerpo le temblaba, le dolían los hombros y las piernas no la sostenían.

Al ver esto, su Sr. la hizo girar tan rápido que se mareó. "Sentáte" fue la orden y Caro se desplomó, semisentada, semicaída, al lado de la cama.

"Ahora, ahora podés acabar" le dijo su Sr.mientras con sus dedos buscaba el clítoris hinchado que Caro escondía entre sus piernas apretadas. Un par de toques rápidos y Caro se dejó caer al suelo lentamente. Mientras temblaba y gemía su orgasmo, un líquido cálido mojó sus pechos y su cara: su Sr. estaba acabando también. "Abrí la boca y limpiáme" le dijo...Caro casi no podía, se ahogaba, pero alcanzó a pasar la lengua y tragar ese líquido amargo que la llenaba de placer. Lo último que oyó conscientemente fue "muy bien Sub...ahora podés descansar un rato" y la sensación de ser levantada en sus fuertes brazos.

La aceptación


Caro abrió los ojos; la corbata había desaparecido y se vio con su cabeza reposando en el pecho desnudo de su Sr. quién en algún momento había terminado de desvestirse, pero no lo recordaba. Este estaba descansando, pero alerta. Cuándo sintió que Caro despertaba, le sonrió y le dijo "Caro, salimos de tu espacio".

Caro sonrió y le dijo "nunca creí que se podía sentir esto...estoy tan...vacía de cosa que duelen y llena de calor...¿eso tiene sentido?".

Fer sonrió "sí, eso es que has logrado someterte totalmente. Ahora estás lista para empezar a ser una Sub. Por eso, en este momento, fuera del espacio, quiero que tomes una decisión. ¿Vas a ser mi Sub y dejar que te entrene formalmente? Esta relación es muy fuerte...ya sabés que querés ser una Sub, pero quizás quieras probar con otros. Pero si aceptás ser mi Sub...voy a tener derecho sobre toda tu vida. Y vos me vas a tener que hacer caso, como acá, pero en toda dimensión de tu existencia. A cambio, yo te voy a guiar y a enseñar a tener placer en todo momento. Por supuesto, siempre podés desobedecerme una sola vez y eso, como ahora, termina con la relación; siempre tenés esa opción y no hay un compromiso indefinido. Cada día, cada escena reafirma nuestro deseo ¿Qué decís?"

Caro sintió como su pulso se aceleraba, pero una vocecita alcanzó a decir "es lo que más deseo".

Fer sonrió y le dijo "cerrá los ojos".

Caro lo oyó caminar por el cuarto y al poco tiempo, lo oyó volver. Se sentó y acariciando su espalda le puso...¿Algo en el cuello?

Caro oyó un click y a su Sr. diciendo "ahora podés abrir los ojos".

Caro abrió los ojos y al mirarse a un espejo vio un choker que la adornaba.

Su Sr. le dijo "Cuándo tengas el choker, vas a estar en el espacio de Sumisión. Tu nombre de sumisa va a ser Flor. Cuándo yo diga algo como 'vení Flor' te vas a poner el choker y serás sumisa. Esto no significa que no me hagas caso fuera de esas situaciones, pero el choker va a ser la señal que estás bajo mi control total...¿se entendió Flor?"

Caro, no Flor, asintió con su cabeza "Si, mi Señor".

Su Sr. sintió una sonrisa surgir "muy bien, Flor, muy bien. Ahora vení y bailá para mí mientras te tocás" dijo y puso en su celular música.

Flor caminó con la cabeza baja y empezó a bailar tocándose, sintiendo como las olas de placer hacían a su cuerpo moverse, mientras su Sr. decía "Ahora, mi sumisa Flor, vamos a empezar tu entrenamiento en serio...esto es lo que vas a hacer para la próxima..."

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Estimad@s:
Varias personas me preguntaron lo mismo: ¿son esta serie de relatos como Caro se volvió Flor y soltó su deseo reales? Yo creo que podríamos definirlos como semi-autobiográficos. Es algo adaptado de mi experiencia al entrenar a una mujer, con algunos detalles cambiados como el nombre y algunas cuestiones físicas, para salvaguardar la identidad. Por otro lado, me di cuenta luego del primero que en realidad estaba haciendo una introducción demasiado larga, por lo que abrevié muchas conversaciones. Pero la secuencia, las escenas, etc. Son reales y las descripciones de sensaciones surgen de lo que esa persona me comentó de su experiencia conmigo.

Ahora, puedo seguir escribiendo sobre el entrenamiento (que justo en ese punto empezó realmente) pero quería preguntarles a ustedes ¿les interesa? Quizás sea demasiado orientado a Dom/Sub y prefieran que escriba de experiencias más vanilla.

Mr.F

3 comentarios - Liberando el Deseo de Caro 3: la aceptación

docdac
no tengo puntos pero los relatos son geniales, sutiles, de buen gusto, sigue asi!!