Hola de nuevo amigos, como ya saben soy Adrián, un calenturiento sujeto que radica en México en la ciudad de Culiacán y como cada cierto tiempo vengo a compartir anécdotas sexuales sobre lo que ha sido mi vida sexual. Este día les voy a contar sobre una de las primeras mujeres hechas y derechas que me cogí, la sensual secretaria Yadira.
Todo comienza cuando yo tenía 15 años, ya por aquellas fechas había perdido mi virginidad con la que fue mi primera noviecita, no fue nada muy agradable para ella, ya que como les he dicho tengo un pene muy gordo y ya por aquella época había alcanzado un buen grosor, como consecuencia mi novia ya no quiso que la cogiera y se limitaba a masturbarme y darme alguna mamada si estaba de buen humor, yo que era muy inexperto no sabía convencerla. Por aquella época mis padres decidieron que no era bueno que un muchacho adolescente pasara sus tardes como un vago perdido en el ocio y me mandaron muy contra mi voluntad a clases de computación.
Muy a regaña dientes vi como mis tardes se convertían en sesiones de estudio de partes del equipo de cómputo y sistemas operativos. Por el lado positivo, había gente de todas edades en mi clase, conocí a un señor ya en sus 30 llamado Sergio, aprendí mucho de él. Sergio tenía un encanto innegable con las mujeres, sabía hablarles y hacerse gustar, era casado pero según él, solo cuando estaba con su esposa o tenía a su bebé en brazos, mientras no. De él aprendí lo importante que es tener confianza a la hora de acercarse a una mujer y que no se debe temer tocar, que si vez que una mujer se queja de dolor de cuello, sin pedir permiso debes ir y darle un masajito y otro montón de estrategias muy descaradas que sirvieron mucho. También conocí a Yadira, ella era la recepcionista y secretaria del instituto, era una mujer en mitad de sus veintes sumamente sensual, morena, labios gruesos, cabello largo y rizado que le caía por los hombros, un buen par de tetas y un espectacular culo. Yadi era una de las víctimas de los encantos de Sergio, siempre que él llegaba lo trataba muy bien y lo saludaba de modo muy efusivo.
En cierta ocasión estando en clases, sentí muchas ganas de orinar y pedí permiso para ir al baño. Había dos baños en el instituto, unos en la planta baja y otros al final de un tramo de escaleras en el segundo piso. El segundo piso solo se usaba por las mañanas ya que hay un mayor número de alumnos y personal. Por las tardes el lugar esta vacío y muy rara vez alguien sube. Quiso la suerte que ese día el baño del primer piso estuviera ocupado y no quedó más remedio que subir las escaleras y aliviar mi necesidad en el baño del segundo piso. Entre al baño y sin ponerle seguro a la puerta, libere a mi compañero y empecé una larga micción, como consecuencia del grosor de mi miembro, siempre que orino el sonido de la orina a alta presión cuando choca con el agua es muy escandaloso y siempre me ha causado gracia, así que al no haber nadie cerca estaba haciendo el mucho ruido. En eso estaba cuando de pronto se abre la puerta y se asoma Yadira. Viéndome en pleno acto de orinar, se disculpó y rápidamente cerró la puerta. Yo por mi parte termine, me guarde el pito algo avergonzado, pues aún era un adolescente más inocente que perverso. Me lave las manos y procedí a salir. Yadira estaba en el pasillo, me digo que había subido a usar el baño cuando escucho lo que pensó que era una fuga de agua y por eso había entrado sin preguntar al baño. Le dije que no tuviera cuidado y que no se preocupara, que eran cosas que pasaban. En ese momento iba a volver a clases, cuando Yadira me toma del brazo y me dice, espera un momento, acompáñame, hay algo que quiero comprobar. Me lleva por los pasillos, hasta un salón vació que esta al fondo, abre la puerta usando una llave, entramos y cierra la puerta con seguro. Yadi se acerca a mí y me dice muy sensualmente, tienes algo especial ahí abajo, en realidad al escuchar el sonido pensé que serias Sergio y por eso entre, había pensado en seducirlo, pero fue toda una sorpresa lo que alcance a ver, déjame que lo vea de cerca por favor. Sin pedir más permiso Yadira me bajo los pantalones con todo y ropa interior y tomo mi pene con sus manos, vaya, vaya dijo, mira nada más, que buena verga manejas niño. Sin esperar mucho, me empezó a dar una mamada muy rápida mientras me tomaba las manos y se las llevaba a sus pechos. Yo solo sentía la humedad y el calor de su boca experta recorrer toda mi verga, su cabeza subía y bajaba por mi falo, llegando siempre hasta el fondo, donde se detenía para estimularme apretando con la garganta. Era increíble. Qué barbaridad muchachito, tienes un muy buen juguetito entre las piernas y créeme que me gustaría mucho seguir jugando con él y enseñarte algunas cositas más pero no hay tiempo, así que por favor apúrate a terminar. Dicho lo cual se empleó a fondo y empezó a mamar con muchísimo frenesí y pasión mientras me miraba a los ojos y yo le apretaba las tetas, ya no pude más y me corrí como pocas veces lo había hecho. Yadira se bebió hasta la última gota y me dejo el pito limpiecito, sin hacer ascos, todo muy diferente de cómo fueron mis anteriores experiencias. Luego de esto se incorporó y me beso apasionadamente, cosa que yo aproveche para agarrarle sus nalgas, tranquilo me dijo, no hay tiempo vete a clases, a partir de hoy tu y yo vamos a ser muy buenos amigos. Volví a clases y nadie sospecho nada.
Pasaron unos días sin que pasara nada memorable y después un viernes a la hora de salida, Yadira me tendió una nota. Con su número de teléfono y un mensaje que decía llama. Fui a casa y cuando juzgue que ya estaría en casa la llame. Hola dijo su voz en el teléfono, Hola Yadi, soy Adrián, que alivio muchachito pensé que no llamarías. Como no iba a hacerlo, si me tienes con la verga bien parada cada que me acuerdo de lo del otro día. Mmmm ronroneo como gatita, que rico. Vamos a vernos mañana, ¿qué te parece? Me parece perfecto. Me dio su dirección e instrucciones sobre cómo llegar, citándome poco antes del mediodía. Al día siguiente le dije a mi madre que saldría a pasear y que volvería por la tarde, como había dejado de quejarme sobre el curso de computación y mis notas eran buenas, mi madre no puso ningún reparo y me dio algo de dinero. Salí de casa y me dirigí a casa de Yadira. Al llegar al lugar señalado, me encontré con una pequeña casa. Toque la puerta y al instante salió Yadira. Buenos días, pasa. Buenos días Yadi, que bonita casa. Gracias es poco pero es mía. Yadira cerró la puerta y dijo: Por fin llegaste, me siento completamente caliente desde lo del otro día y me muero por cogerte. Dicho lo cual me tomo de la mano y me llevo hasta su habitación. Me sentó en la cama y me dijo que me desvistiera. Mientras ella hacia lo mismo, ya estando desnudos, pude deleitarme el ojo ante el espectáculo de sus dos perfectos senos, grandes, duros, erguidos, con una aureola negra y el pezón erecto pidiendo a gritos ser mordido. Su vientre plano, digno de una mujer joven, su sexo con el vello alrededor de los labios recortado dejando un coqueto y muy sensual mostacho en la parte superior. Todo esto era más de lo que podía soportar, mi pene estaba en lo máximo, hinchado y latiente. Pero Yadira tomo el control de la situación y me empujo a la cama, montándome pero sin dejarse penetrar, me pregunto ¿eres virgen? Le respondí que no, que lo había hecho con una noviecita hace algunos meses, pero ya no se había repetido. Bien, entonces hay mucho que debes aprender, primero empezaremos por lo básico, dicho lo cual empezó a besarme, guiándome me enseño como besar y como debía mover la lengua. Cuando juzgo que era decente besando, dirigió mi cara y mis labios hacia sus pechos y me puso a chupar, besar y lamer, indicándome que mientras lo hacía, no dejara las manos quietas, siempre debía acariciar el resto del cuerpo, el sexo no se hace solo con la verga, me dijo, has de aprender a estimular bien el cuerpo de tu compañera, acariciando sus nalgas y su panochita Yadi me dijo que eso estaba mejor, pero que las mujeres se excitan también con otras partes, como los muslos, las piernas y las rodillas. Por lo cual mis manos reptaron por todas sus piernas, cuando Yadira juzgo que había sido suficiente se tendió junto a mí en la cama y abriendo sus piernas me atrajo hacia su ya muy húmeda panochita y me dijo ahora vas a aprender a mamar como un hombre de verdad, recuerdo que la idea no me atraía para nada, como les he dicho era la segunda vez que tenía sexo, pero me sentía aún más nervioso y excitado, ya que a diferencia de mi novia, Yadira era una mujer de verdad, hecha y derecha con mucha experiencia. Lo primero es acostumbrarse al aroma, huele bien, dijo ella mientras me restregaba su húmedo sexo en el rostro, el olor era diferente a todo lo que había visto antes, era embriagador, mi erección era muy violenta y el aroma hizo que se pudiera peor. Ahora da largas lamidas sin meter tu lengua y esto que sobre sale aquí, se llama clítoris, lo vas a acariciar con suavidad con la punta de tu lengua, entendido, asentí y me di a la tarea de lamer. En pocos segundos descubrí que era adicto al sabor del sexo femenino, lamia larga mente y durante unos segundos me detenía sobre su clítoris y lo movía de lado a lado con mi lengua, mientras Yadira con los ojos cerrados y sus dos manos en los pechos me decía: ASIIII CABRON, ASIIII. Entonces, por puro instinto, apreté su clítoris con mis labios y lo mordisquee con suavidad, cosa que hizo que Yadira se corriera lanzando gritos y apretándome la nuca con ambas manos como si tratara de meterme en su vagina. SU PUTA MADRE NIÑO, hiciste que me corriera como pocas veces, dicho lo cual me beso con pasión y colocándome nuevamente sobre la cama, me dijo ahora viene tu premio, se colocó sobre mí y tomando mi pene, se lo coloco en su entrada y me dijo, lo tienes gordísimo hijo de la chingada, pero ya verás que de aquí no sales sin que te haya cogido una hembra de verdad. Haciendo presión se metió toda mi reata mientras gemía. QUE SE SIENTE MUCHACHITO, EN ESTE MOMENTO ERES LA ENVIDIA DE MUCHOS CABRON, TE ESTAS COGIENDO A LA MÁS BUENOTA DE TODO EL INSTITUTO, A UNO DE LOS CULOS MÁS DESEADOS DE LA CIUDAD. Yadira movía las caderas de un lado hacia el otro y yo me limitaba a agarrarle las tetas y a gemir mientras decía que rico. La humedad, el calor de su panocha y toda la situación eran insoportablemente excitantes de modo que mientras le apretaba las tetas le dije: Yadira, voy a acabar. Rápidamente se desmonto y puso manos y boca a la obra, masturbando mi miembro al tiempo que chupaba con desenfreno, no pude más y me corrí con un gemido ahogado. Estaba cubierto de sudor, el corazón me latía desbocado y por un momento no supe ni quien era ni donde estaba. Yadira se tragó toda mi corrida, se arrastró hacia mí y me beso, pude sentir el sabor mezclado de mi semen y su vagina en mi boca, no me importo. Estuviste muy bien Adrián, nada mal para tu segunda vez y más para ser la primera vez que te coges a una hembra de verdad. Gracias me limite a decir. El aroma a sexo inundaba toda la habitación.
Yadira se convirtió en mi maestra sexual, tuvimos relaciones por más o menos un año, hasta que se casó con su novio y decidimos que ya no podíamos seguir jugando a los amantes. Ella me enseño casi todo lo que sé y le estoy muy agradecido. Guardo gratos recuerdos de ella que fue mi primer madura, la que me ayudo a tener seguridad e hizo posible muchas de mis posteriores experiencias.
Todo comienza cuando yo tenía 15 años, ya por aquellas fechas había perdido mi virginidad con la que fue mi primera noviecita, no fue nada muy agradable para ella, ya que como les he dicho tengo un pene muy gordo y ya por aquella época había alcanzado un buen grosor, como consecuencia mi novia ya no quiso que la cogiera y se limitaba a masturbarme y darme alguna mamada si estaba de buen humor, yo que era muy inexperto no sabía convencerla. Por aquella época mis padres decidieron que no era bueno que un muchacho adolescente pasara sus tardes como un vago perdido en el ocio y me mandaron muy contra mi voluntad a clases de computación.
Muy a regaña dientes vi como mis tardes se convertían en sesiones de estudio de partes del equipo de cómputo y sistemas operativos. Por el lado positivo, había gente de todas edades en mi clase, conocí a un señor ya en sus 30 llamado Sergio, aprendí mucho de él. Sergio tenía un encanto innegable con las mujeres, sabía hablarles y hacerse gustar, era casado pero según él, solo cuando estaba con su esposa o tenía a su bebé en brazos, mientras no. De él aprendí lo importante que es tener confianza a la hora de acercarse a una mujer y que no se debe temer tocar, que si vez que una mujer se queja de dolor de cuello, sin pedir permiso debes ir y darle un masajito y otro montón de estrategias muy descaradas que sirvieron mucho. También conocí a Yadira, ella era la recepcionista y secretaria del instituto, era una mujer en mitad de sus veintes sumamente sensual, morena, labios gruesos, cabello largo y rizado que le caía por los hombros, un buen par de tetas y un espectacular culo. Yadi era una de las víctimas de los encantos de Sergio, siempre que él llegaba lo trataba muy bien y lo saludaba de modo muy efusivo.
En cierta ocasión estando en clases, sentí muchas ganas de orinar y pedí permiso para ir al baño. Había dos baños en el instituto, unos en la planta baja y otros al final de un tramo de escaleras en el segundo piso. El segundo piso solo se usaba por las mañanas ya que hay un mayor número de alumnos y personal. Por las tardes el lugar esta vacío y muy rara vez alguien sube. Quiso la suerte que ese día el baño del primer piso estuviera ocupado y no quedó más remedio que subir las escaleras y aliviar mi necesidad en el baño del segundo piso. Entre al baño y sin ponerle seguro a la puerta, libere a mi compañero y empecé una larga micción, como consecuencia del grosor de mi miembro, siempre que orino el sonido de la orina a alta presión cuando choca con el agua es muy escandaloso y siempre me ha causado gracia, así que al no haber nadie cerca estaba haciendo el mucho ruido. En eso estaba cuando de pronto se abre la puerta y se asoma Yadira. Viéndome en pleno acto de orinar, se disculpó y rápidamente cerró la puerta. Yo por mi parte termine, me guarde el pito algo avergonzado, pues aún era un adolescente más inocente que perverso. Me lave las manos y procedí a salir. Yadira estaba en el pasillo, me digo que había subido a usar el baño cuando escucho lo que pensó que era una fuga de agua y por eso había entrado sin preguntar al baño. Le dije que no tuviera cuidado y que no se preocupara, que eran cosas que pasaban. En ese momento iba a volver a clases, cuando Yadira me toma del brazo y me dice, espera un momento, acompáñame, hay algo que quiero comprobar. Me lleva por los pasillos, hasta un salón vació que esta al fondo, abre la puerta usando una llave, entramos y cierra la puerta con seguro. Yadi se acerca a mí y me dice muy sensualmente, tienes algo especial ahí abajo, en realidad al escuchar el sonido pensé que serias Sergio y por eso entre, había pensado en seducirlo, pero fue toda una sorpresa lo que alcance a ver, déjame que lo vea de cerca por favor. Sin pedir más permiso Yadira me bajo los pantalones con todo y ropa interior y tomo mi pene con sus manos, vaya, vaya dijo, mira nada más, que buena verga manejas niño. Sin esperar mucho, me empezó a dar una mamada muy rápida mientras me tomaba las manos y se las llevaba a sus pechos. Yo solo sentía la humedad y el calor de su boca experta recorrer toda mi verga, su cabeza subía y bajaba por mi falo, llegando siempre hasta el fondo, donde se detenía para estimularme apretando con la garganta. Era increíble. Qué barbaridad muchachito, tienes un muy buen juguetito entre las piernas y créeme que me gustaría mucho seguir jugando con él y enseñarte algunas cositas más pero no hay tiempo, así que por favor apúrate a terminar. Dicho lo cual se empleó a fondo y empezó a mamar con muchísimo frenesí y pasión mientras me miraba a los ojos y yo le apretaba las tetas, ya no pude más y me corrí como pocas veces lo había hecho. Yadira se bebió hasta la última gota y me dejo el pito limpiecito, sin hacer ascos, todo muy diferente de cómo fueron mis anteriores experiencias. Luego de esto se incorporó y me beso apasionadamente, cosa que yo aproveche para agarrarle sus nalgas, tranquilo me dijo, no hay tiempo vete a clases, a partir de hoy tu y yo vamos a ser muy buenos amigos. Volví a clases y nadie sospecho nada.
Pasaron unos días sin que pasara nada memorable y después un viernes a la hora de salida, Yadira me tendió una nota. Con su número de teléfono y un mensaje que decía llama. Fui a casa y cuando juzgue que ya estaría en casa la llame. Hola dijo su voz en el teléfono, Hola Yadi, soy Adrián, que alivio muchachito pensé que no llamarías. Como no iba a hacerlo, si me tienes con la verga bien parada cada que me acuerdo de lo del otro día. Mmmm ronroneo como gatita, que rico. Vamos a vernos mañana, ¿qué te parece? Me parece perfecto. Me dio su dirección e instrucciones sobre cómo llegar, citándome poco antes del mediodía. Al día siguiente le dije a mi madre que saldría a pasear y que volvería por la tarde, como había dejado de quejarme sobre el curso de computación y mis notas eran buenas, mi madre no puso ningún reparo y me dio algo de dinero. Salí de casa y me dirigí a casa de Yadira. Al llegar al lugar señalado, me encontré con una pequeña casa. Toque la puerta y al instante salió Yadira. Buenos días, pasa. Buenos días Yadi, que bonita casa. Gracias es poco pero es mía. Yadira cerró la puerta y dijo: Por fin llegaste, me siento completamente caliente desde lo del otro día y me muero por cogerte. Dicho lo cual me tomo de la mano y me llevo hasta su habitación. Me sentó en la cama y me dijo que me desvistiera. Mientras ella hacia lo mismo, ya estando desnudos, pude deleitarme el ojo ante el espectáculo de sus dos perfectos senos, grandes, duros, erguidos, con una aureola negra y el pezón erecto pidiendo a gritos ser mordido. Su vientre plano, digno de una mujer joven, su sexo con el vello alrededor de los labios recortado dejando un coqueto y muy sensual mostacho en la parte superior. Todo esto era más de lo que podía soportar, mi pene estaba en lo máximo, hinchado y latiente. Pero Yadira tomo el control de la situación y me empujo a la cama, montándome pero sin dejarse penetrar, me pregunto ¿eres virgen? Le respondí que no, que lo había hecho con una noviecita hace algunos meses, pero ya no se había repetido. Bien, entonces hay mucho que debes aprender, primero empezaremos por lo básico, dicho lo cual empezó a besarme, guiándome me enseño como besar y como debía mover la lengua. Cuando juzgo que era decente besando, dirigió mi cara y mis labios hacia sus pechos y me puso a chupar, besar y lamer, indicándome que mientras lo hacía, no dejara las manos quietas, siempre debía acariciar el resto del cuerpo, el sexo no se hace solo con la verga, me dijo, has de aprender a estimular bien el cuerpo de tu compañera, acariciando sus nalgas y su panochita Yadi me dijo que eso estaba mejor, pero que las mujeres se excitan también con otras partes, como los muslos, las piernas y las rodillas. Por lo cual mis manos reptaron por todas sus piernas, cuando Yadira juzgo que había sido suficiente se tendió junto a mí en la cama y abriendo sus piernas me atrajo hacia su ya muy húmeda panochita y me dijo ahora vas a aprender a mamar como un hombre de verdad, recuerdo que la idea no me atraía para nada, como les he dicho era la segunda vez que tenía sexo, pero me sentía aún más nervioso y excitado, ya que a diferencia de mi novia, Yadira era una mujer de verdad, hecha y derecha con mucha experiencia. Lo primero es acostumbrarse al aroma, huele bien, dijo ella mientras me restregaba su húmedo sexo en el rostro, el olor era diferente a todo lo que había visto antes, era embriagador, mi erección era muy violenta y el aroma hizo que se pudiera peor. Ahora da largas lamidas sin meter tu lengua y esto que sobre sale aquí, se llama clítoris, lo vas a acariciar con suavidad con la punta de tu lengua, entendido, asentí y me di a la tarea de lamer. En pocos segundos descubrí que era adicto al sabor del sexo femenino, lamia larga mente y durante unos segundos me detenía sobre su clítoris y lo movía de lado a lado con mi lengua, mientras Yadira con los ojos cerrados y sus dos manos en los pechos me decía: ASIIII CABRON, ASIIII. Entonces, por puro instinto, apreté su clítoris con mis labios y lo mordisquee con suavidad, cosa que hizo que Yadira se corriera lanzando gritos y apretándome la nuca con ambas manos como si tratara de meterme en su vagina. SU PUTA MADRE NIÑO, hiciste que me corriera como pocas veces, dicho lo cual me beso con pasión y colocándome nuevamente sobre la cama, me dijo ahora viene tu premio, se colocó sobre mí y tomando mi pene, se lo coloco en su entrada y me dijo, lo tienes gordísimo hijo de la chingada, pero ya verás que de aquí no sales sin que te haya cogido una hembra de verdad. Haciendo presión se metió toda mi reata mientras gemía. QUE SE SIENTE MUCHACHITO, EN ESTE MOMENTO ERES LA ENVIDIA DE MUCHOS CABRON, TE ESTAS COGIENDO A LA MÁS BUENOTA DE TODO EL INSTITUTO, A UNO DE LOS CULOS MÁS DESEADOS DE LA CIUDAD. Yadira movía las caderas de un lado hacia el otro y yo me limitaba a agarrarle las tetas y a gemir mientras decía que rico. La humedad, el calor de su panocha y toda la situación eran insoportablemente excitantes de modo que mientras le apretaba las tetas le dije: Yadira, voy a acabar. Rápidamente se desmonto y puso manos y boca a la obra, masturbando mi miembro al tiempo que chupaba con desenfreno, no pude más y me corrí con un gemido ahogado. Estaba cubierto de sudor, el corazón me latía desbocado y por un momento no supe ni quien era ni donde estaba. Yadira se tragó toda mi corrida, se arrastró hacia mí y me beso, pude sentir el sabor mezclado de mi semen y su vagina en mi boca, no me importo. Estuviste muy bien Adrián, nada mal para tu segunda vez y más para ser la primera vez que te coges a una hembra de verdad. Gracias me limite a decir. El aroma a sexo inundaba toda la habitación.
Yadira se convirtió en mi maestra sexual, tuvimos relaciones por más o menos un año, hasta que se casó con su novio y decidimos que ya no podíamos seguir jugando a los amantes. Ella me enseño casi todo lo que sé y le estoy muy agradecido. Guardo gratos recuerdos de ella que fue mi primer madura, la que me ayudo a tener seguridad e hizo posible muchas de mis posteriores experiencias.
2 comentarios - Yadira la secretaria