Estuve haciendo unas compras, renovando un poco el vestuario; y uno de los rubros que le toque cambio fue "pijama". De verano, obviamente. Me compré un shorcito muy chico que me apreta toda la cola y una remerita musculosa que me llega arriba del ombligo. Muy de verano. La piba que atendía, me comentó que había una promoción que comprando un pijama te regalaban un cubre ojos, para dormir.
En el camino de vuelta se me encendió la morbosidad. Llegué a mi departamento y lo primero que hice fue ponerme el pijama y sacarme varias fotos de varios perfiles frente al espejo. Luego, se las mandé a Christian para mostrarle mi nueva adquisición. "Lo estrenamos?", fue todo el texto que envié junto a las fotos. Y además, le dije que venía con una pequeña sorpresita.
A las 10 de la noche de ese viernes ya estaba con el pijama puesto, esperando la llegada de Christian. Cuando sonó el timbre bajé así como estaba a abrirle. Abajo del shorcito no tenía puesto nada, por lo que la entangada en mi cola era mucho más notoria. Cuando me vio llegar (la puerta es de vidrio desde el piso hasta el techo) vi como se le abrieron los ojos mirando mi nueva compra.
"Te gusta?" le dije mientras lo saludaba y me daba vuelta para subir las escaleras. No tardó un segundo en tocarme el culo, con las dos manos, agarrándome bien las nalgas. Mientras subíamos, no perdía oportunidad en tocarme y tratar de bajarme un poco el short o subirme la remerita.
Sorpresa fue encontrar que abajo del short no tenía nada. Ahí me agarró contra la pared y me empezó a besar mientras metía su mano en mi concha y la otra en mis pechos. "Dale, vamos" le dije subiendo el piso que quedaba corriendo.
Al entrar al departamento, me tiró contra la puerta y nos dejamos llevar. Lo empecé a desnudar, mientras él me sacaba la poca ropa que tenía. Lo fui llevando hasta mi habitación, donde lo tiré en la cama. Lo terminé de desvestir, y lo dejé solo en boxer. Se notaba que tenía la pija bien parada.
Me subí arriba y mientras lo besaba refregaba mi concha contra el tronco duro de su verga. Los besos ahogaban mis gemidos. Sus manos se clavaron en mi cola. Cuando me levanté, noté el boxer todo húmedo, del roce de mi concha. "Mirá lo que hiciste", le dije llevándole sus dedos a mi concha. Me empezó a tocar y de a poco fue metiendo uno y dos dedos dentro mío.
Cuando me quise dar cuenta, estaba moviéndome con los dedos adentro como si estuviera cabalgando una pija. Me acordé la otra parte del plan que tenía para esa noche. Hacía unas semanas, Christian me había atado y sometido a su voluntad toda la noche. Ese día estaba con ganas de venganza.
Saqué de mi mesita de luz el cubre ojos. Mientras le contaba como había sido la promo, él intentaba levantarse para usarlo en mi. "Es mío. Lo estreno yo", le dije mientras lo empujaba de nuevo a la cama y le ordenaba quedarse quieto. Le cubrí los ojos, y cuando me aseguré que no estaba mirando, saqué un par de sogas.
Primero se sorprendió, pero después se fue dejando llevar. Le até las dos manos al respaldo de la cama. Empecé a rozar mis dedos por su cuerpo, desde los brazos hasta los muslos. Pasé mi mano por encima del boxer marcando el tronco de la pija, a esta altura, a punto de explotar.
Se lo bajé de un tirón, dejándolo totalmente desnudo. Seguí acariciándolo y besándolo hasta que llegué con mi boca a su cintura. De a poco, fui moviendo mi cabeza hasta su pija, pero solo besaba la zona alrededor. "Dale", me dijo. Me levanté y me senté encima suyo. "Hoy, hago lo que YO quiero. Vos te callás" le ordené. Sentí como se le ponía más dura la pija.
Volví a bajar, ahora si la agarré con una mano mientras le besaba la base del tronco. Con la lengua fui subiendo lustrándole toda la pija hasta que de golpe me la metí en la boca. Empecé a chuparle la cabeza, después fui bajando un poco más, la lubriqué bien, la escupí un par de veces, desparramé la saliva por el tronco y ahí si... tomé aire y me la tragué toda.
Despacio, fui dejando que su pija me abriera la garganta. Cuando sentí que no podía más y las arcadas me hacían sacarla, tomé aire me relajé y la metí de un empujón hasta que mi nariz chocó con su abdomen.
Subí y bajé varias veces. Escupí la saliva que se me juntaba sobre su cabeza. A veces, la sacaba para toser un poco y volvía a mi trabajo. Mientras lo pajeaba, con mi lengua iba recorriendo otros lugares. Le besaba los muslos, le chupaba las bolas, y luego volvía a meterla en la boca.
En uno de esas idas y vueltas, bajé la lengua un poco más de lo habitual llegando hasta la parte baja, digamos, antes del ano. Noté como se retorció de placer al hacer eso. "Haceme de todo Juli...", me dijo entregándose completamente a mi voluntad. Recordé algunas cosas que había leído, algunos consejos que me habían dado pero no había probado.
Me acomodé a su lado, aun atado y sin poder ver nada, y seguí chupándole la pija mientras con una mano lo pajeaba. La otra mano, empezó a rozar sus piernas. De a poco, fui acercándome más a sus bolas. Cuando las agarré las amasé un buen rato, mientras seguía concentrada en mi pete.
Después, con un dedo empecé a hurgar y bajar un poco más, rozando la zona anal. Cada vez que pasaba la mano por ahí, aunque era solo un roce, Christian se doblaba de placer. Solito, dobló sus piernas dejándome acceso más fácil a la zona. Su pija me entraba cada vez más profunda, y mi mano llegaba más lejos. Sentir como gemía de placer, me encendió al punto de necesitar tocarme yo también.
Me acomodé sobre él, poniéndole mi concha en la cara, y yo seguir chupándosela. En cuanto sintió que estaba cerca, levantó la cabeza desesperado para lamerme la concha. Yo seguí peteando, ahora sin manos, para liberarlas y explorar las nuevas sensaciones de Christian. Pero no es fácil, cuando tenés un macho que te la chupa tan bien como él. No podía concentrarme.
Me mojaba cada vez más, mientras la lengua de Christian golpeaba fuerte mi clítoris. Yo movía mi cuerpo contra su boca, mientras trataba de seguir peteando. Me rendí. Me dejé llevar ante su lamida al punto tal que dejé caer mi cuerpo contra el suyo y lo dejé que me chupara la concha hasta que me hizo acabar.
Me dejó las piernas temblando un rato. Cuando me recuperé volví a ponerme a su lado. "Esto no era lo que yo quería..." le dije mientras recuperaba la respiración. Resignada, no podía evitar mi alma de putita sumisa. Agarré la pija y me la metí entera en la boca.
La sentía dura como una piedra, la tenía toda enterrada en mi garganta. Con la otra mano, de nuevo seguí tocándolo ahora ya sin descaro en el ano. Cada vez que rozaba la zona sentía como se le estremecía todo el cuerpo.
"Hoy quiero el 10", le dije sacando su verga de mi boca. Él siempre me decía que mis petes eran para un 9/9,50. Pero para llegar al 10 tenía que tragar. No soy muy amante de eso, pero ese día tenía una calentura tal que imaginarme el chorro de leche golpear en mi boca me ponía a mil.
Seguí chupándosela y pajeándolo; sin sacar el dedo de la entrada de su ano. De vez en cuando, soltaba toda la saliva que se me acumulaba en la boca y la dejaba caer sobre su tronco. "Ahiiiiii" gritó Christian. Desesperada, empecé a pajearlo más fuerte con la punta de la pija en mi boca. Apreté un poco el dedo que tenía en su cola y empecé a sentir chorros de leche golpear en mi garganta.
No paraba de salir nunca. Tragué un poco, escupí otro tanto y me dejé algo en la boca. Le destapé los ojos y lo hice ver, primero la guasca en mi boca. Luego, tragué y le mostré la boca toda limpita. "Así es un 10, profe?" le dije mientras me tiraba encima. "Zarpada... que zarpada que sos" me decía balbuceando. Yo estaba super caliente. Hacerme acabar como lo había hecho, solo me había aumentado las ganas de coger.
Me pidió que lo desate, pero aún quería seguir teniéndolo para mi. Y más luego de descubrir esta nueva arma a mi favor. Sin decirle nada, me acomodé encima de él y me senté en su cara. "Callate y chupá" le dije mientras lo agarraba de los pelos y le ponía la concha en su cara.
No había que obligarlo mucho para hacer eso. Abrió lo más que pudo la boca y empezó a chupar todo lo que tenía al alcance de la lengua.
"Asiii asiii" gritaba yo mientras lo agarraba cada vez más fuerte de los pelos. Solté una de mis manos y la llevé para atrás. La pija estaba aún media parada y chorreando leche. Me estiré un poquito más y volví a tocarle la cola. Mientras, él seguía con su trabajo.
"Siiiiiiiiii" grité cuando al fin, su lengua me sacaba el segundo orgasmo de la noche. Y eso que estaba atado. Cuando salí de encima suyo, vi que su pija estaba otra vez durísima. La agarré con la lengua y me la metí en la boca.
Cuando la terminé de poner bien dura, agarré la base del tronco y la apunté a mi concha. Entre mis flujos y la saliva de Christian estaba por demás de lubricada. Lo cabalgué largo rato. Me saqué las ganas de todas las veces que no me había dejado hacerlo.
Me senté derecha, moviendo mis caderas; tiré mi cuerpo hacia adelante levantando mi cuerpo sacando casi toda la pija y dejándome caer de golpe, me senté haciendo sentadillas, me puse de costado, me di vuelta y lo cabalgué de espaldas. Probé todas las posiciones posibles. Cabalgaba con tanta fuerza, que la cama no paraba de moverse. Pobres los vecinos de abajo. Y de los costados también.
Cuando ya no me daban las piernas, lo solté. Liberé una bestia. Se abalanzó sobre mi y agarrándome de los pelos me dio vuelta. Me puso en 4 y me la clavó de una. "Ayyy siiiii", le gritaba mientras me sacudía. Él estaba casi parado, yo con la cola paradita. Los ruidos de nuestros cuerpos chocando eran tapados por el de la cama que parecía esforzarse por no romperse ante toda esa bestialidad.
Cuando se le cansaron las piernas y se acostó en la cama, aproveché para volver a subirme encima suyo. "Te quiero cabalgar pija hasta que no se te pare más". Agarré sus manos arriba de su cabeza y empecé un mete y saca cada vez más fuerte. Estaba poseída. Agarré una de sus manos y me llevé un dedo a la boca. Lo lamí y lo lubriqué bien, para luego decirle que me lo metiera en la cola.
De inmediato, Christian obedeció. Yo estaba disfrutando la pija en mi concha y sus dedos en mi cola. Ya no hacía falta mucha dilatación para que me entraran dos dedos. La estaba entregando cada vez más seguido. Me dejé la pija clavada entera, mientras él movía los dedos y yo con movimientos cortitos me refregaba contra su cuerpo.
Mis piernas temblaron, mi cuerpo se estremeció y acabé otra vez. La pija de Christian quedó bañada con mis jugos. Cuando pude recuperar el habla largué un grito de placer para luego seguir cabalgando con fuerza.
El placer que sentía con esos dedos en la cola era tremendo. Necesitaba más. Me frené y me puse sola en 4, entregándome para que me reventara. Christian me agarró y me acostó como para hacer cucharita.
Primero, se puso a chuparme el ano desesperadamente, luego se acomodó atrás mío y empezó a buscar con la punta de la pija la entrada de mi colita dilatada. Con mi mano lo guie hasta que sentí como la cabeza de su verga empujaba en mi cola. Me fui acomodando y metiéndola hasta que me la devoré toda.
Empecé a moverme despacio. Christian me pasaba las manos por mis pechos, mi panza, luego empezó a pajearme. Yo deliraba. "Daleee" gritaba desencajada. Me la saqué de golpe y me puse en 4. "Dame más fuerte" le pedí, y él rápidamente me la enterró de una. Ya la tenía super abierta y esperando por su pija. "Aayyy siiii rompeme todaaa" le gritaba. Christian se agarró del respaldo de la cama y se empujaba con fuerza contra mi. Me estaba abriendo al medio, pero me encantaba.
Cuando no dio más, se paró en la cama, yo me di vuelta y que quedé arrodillada mirándolo de abajo. Le agarré la pija y se la empecé a lamer despacio. Lo pajeaba, mientras le pasaba la lengua por el glande.
No lo llegué a hacer 3 veces que un chorro espeso de leche cayó sobre mi cara. Abrí la boca grande, dejando que Christian me descargara todo. A medida que me tiraba la leche en la boca, dejaba caer un poco sobre mi cuerpo y el resto lo iba tragando. Aun estaba bien cargado el hijo de puta. Quedé con la cara llena de leche, mis labios chorreando semen sobre mis hombros y mis pechos.
Me fui a lavar un poco, y al rato volví. Él estaba tirado en la cama, con la pija dormida. Me acosté al lado y amagué a dormirme. Pero mi mano fue derecho a su pija. Empecé a acariciarle las bolas, un poco el tronco y luego bajaba a mi nuevo "descubrimiento". Christian me pidió que lo dejara descansar un poco, pero yo estaba con mi concha prendida fuego. Me había pegado dos polvazos impresionantes, pero seguía con muchas ganas. Le sonreí y seguí jugando, hasta que algunos minutos después se despertó otra vez.
Le chupé la pija de arriba a abajo. Literalmente, me lo seguí garchando hasta que no se le paró más la pija. No se qué me pasó ese día, pero estaba muy insaciable. Se fue al otro día, pasado el mediodía. Y casi ni dormimos.
A la tarde me dormí y casi sigo de largo hasta el domingo. Me desperté porque al moverme, la cama empezó a chillar. De tanto garche se había aflojado toda. Ahora cada vez que me acomodo un poco hace un ruido terrible que pareciera que en cualquier momento me caigo al piso. Lo peor, es que me recuerda a como se rompió y me caliento aun más. Lo cierto, es que la listita de Papá Noel tiene su primer pedido: cama nueva, súper reforzada.
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La historia completa:
#0 Mis 50 sombras
#1 Sometida y entregada
#2 Pagando deudas
#3 Atame y haceme tuya
#4 Suplicando que me hagan la cola
#5 Sacandome las ganas acumuladas
#7 Recibiendo regalos navideños
#8 Festejando San Valentín
#9 Polvazo inesperado con algo de morbo
#10 Nena con juguete nuevo
#11 Hasta el eXtremo
#12 Porno Star
#13 Esclava y sumisa
#14 Disfrutando el mundial
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Indice
En el camino de vuelta se me encendió la morbosidad. Llegué a mi departamento y lo primero que hice fue ponerme el pijama y sacarme varias fotos de varios perfiles frente al espejo. Luego, se las mandé a Christian para mostrarle mi nueva adquisición. "Lo estrenamos?", fue todo el texto que envié junto a las fotos. Y además, le dije que venía con una pequeña sorpresita.
A las 10 de la noche de ese viernes ya estaba con el pijama puesto, esperando la llegada de Christian. Cuando sonó el timbre bajé así como estaba a abrirle. Abajo del shorcito no tenía puesto nada, por lo que la entangada en mi cola era mucho más notoria. Cuando me vio llegar (la puerta es de vidrio desde el piso hasta el techo) vi como se le abrieron los ojos mirando mi nueva compra.
"Te gusta?" le dije mientras lo saludaba y me daba vuelta para subir las escaleras. No tardó un segundo en tocarme el culo, con las dos manos, agarrándome bien las nalgas. Mientras subíamos, no perdía oportunidad en tocarme y tratar de bajarme un poco el short o subirme la remerita.
Sorpresa fue encontrar que abajo del short no tenía nada. Ahí me agarró contra la pared y me empezó a besar mientras metía su mano en mi concha y la otra en mis pechos. "Dale, vamos" le dije subiendo el piso que quedaba corriendo.
Al entrar al departamento, me tiró contra la puerta y nos dejamos llevar. Lo empecé a desnudar, mientras él me sacaba la poca ropa que tenía. Lo fui llevando hasta mi habitación, donde lo tiré en la cama. Lo terminé de desvestir, y lo dejé solo en boxer. Se notaba que tenía la pija bien parada.
Me subí arriba y mientras lo besaba refregaba mi concha contra el tronco duro de su verga. Los besos ahogaban mis gemidos. Sus manos se clavaron en mi cola. Cuando me levanté, noté el boxer todo húmedo, del roce de mi concha. "Mirá lo que hiciste", le dije llevándole sus dedos a mi concha. Me empezó a tocar y de a poco fue metiendo uno y dos dedos dentro mío.
Cuando me quise dar cuenta, estaba moviéndome con los dedos adentro como si estuviera cabalgando una pija. Me acordé la otra parte del plan que tenía para esa noche. Hacía unas semanas, Christian me había atado y sometido a su voluntad toda la noche. Ese día estaba con ganas de venganza.
Saqué de mi mesita de luz el cubre ojos. Mientras le contaba como había sido la promo, él intentaba levantarse para usarlo en mi. "Es mío. Lo estreno yo", le dije mientras lo empujaba de nuevo a la cama y le ordenaba quedarse quieto. Le cubrí los ojos, y cuando me aseguré que no estaba mirando, saqué un par de sogas.
Primero se sorprendió, pero después se fue dejando llevar. Le até las dos manos al respaldo de la cama. Empecé a rozar mis dedos por su cuerpo, desde los brazos hasta los muslos. Pasé mi mano por encima del boxer marcando el tronco de la pija, a esta altura, a punto de explotar.
Se lo bajé de un tirón, dejándolo totalmente desnudo. Seguí acariciándolo y besándolo hasta que llegué con mi boca a su cintura. De a poco, fui moviendo mi cabeza hasta su pija, pero solo besaba la zona alrededor. "Dale", me dijo. Me levanté y me senté encima suyo. "Hoy, hago lo que YO quiero. Vos te callás" le ordené. Sentí como se le ponía más dura la pija.
Volví a bajar, ahora si la agarré con una mano mientras le besaba la base del tronco. Con la lengua fui subiendo lustrándole toda la pija hasta que de golpe me la metí en la boca. Empecé a chuparle la cabeza, después fui bajando un poco más, la lubriqué bien, la escupí un par de veces, desparramé la saliva por el tronco y ahí si... tomé aire y me la tragué toda.
Despacio, fui dejando que su pija me abriera la garganta. Cuando sentí que no podía más y las arcadas me hacían sacarla, tomé aire me relajé y la metí de un empujón hasta que mi nariz chocó con su abdomen.
Subí y bajé varias veces. Escupí la saliva que se me juntaba sobre su cabeza. A veces, la sacaba para toser un poco y volvía a mi trabajo. Mientras lo pajeaba, con mi lengua iba recorriendo otros lugares. Le besaba los muslos, le chupaba las bolas, y luego volvía a meterla en la boca.
En uno de esas idas y vueltas, bajé la lengua un poco más de lo habitual llegando hasta la parte baja, digamos, antes del ano. Noté como se retorció de placer al hacer eso. "Haceme de todo Juli...", me dijo entregándose completamente a mi voluntad. Recordé algunas cosas que había leído, algunos consejos que me habían dado pero no había probado.
Me acomodé a su lado, aun atado y sin poder ver nada, y seguí chupándole la pija mientras con una mano lo pajeaba. La otra mano, empezó a rozar sus piernas. De a poco, fui acercándome más a sus bolas. Cuando las agarré las amasé un buen rato, mientras seguía concentrada en mi pete.
Después, con un dedo empecé a hurgar y bajar un poco más, rozando la zona anal. Cada vez que pasaba la mano por ahí, aunque era solo un roce, Christian se doblaba de placer. Solito, dobló sus piernas dejándome acceso más fácil a la zona. Su pija me entraba cada vez más profunda, y mi mano llegaba más lejos. Sentir como gemía de placer, me encendió al punto de necesitar tocarme yo también.
Me acomodé sobre él, poniéndole mi concha en la cara, y yo seguir chupándosela. En cuanto sintió que estaba cerca, levantó la cabeza desesperado para lamerme la concha. Yo seguí peteando, ahora sin manos, para liberarlas y explorar las nuevas sensaciones de Christian. Pero no es fácil, cuando tenés un macho que te la chupa tan bien como él. No podía concentrarme.
Me mojaba cada vez más, mientras la lengua de Christian golpeaba fuerte mi clítoris. Yo movía mi cuerpo contra su boca, mientras trataba de seguir peteando. Me rendí. Me dejé llevar ante su lamida al punto tal que dejé caer mi cuerpo contra el suyo y lo dejé que me chupara la concha hasta que me hizo acabar.
Me dejó las piernas temblando un rato. Cuando me recuperé volví a ponerme a su lado. "Esto no era lo que yo quería..." le dije mientras recuperaba la respiración. Resignada, no podía evitar mi alma de putita sumisa. Agarré la pija y me la metí entera en la boca.
La sentía dura como una piedra, la tenía toda enterrada en mi garganta. Con la otra mano, de nuevo seguí tocándolo ahora ya sin descaro en el ano. Cada vez que rozaba la zona sentía como se le estremecía todo el cuerpo.
"Hoy quiero el 10", le dije sacando su verga de mi boca. Él siempre me decía que mis petes eran para un 9/9,50. Pero para llegar al 10 tenía que tragar. No soy muy amante de eso, pero ese día tenía una calentura tal que imaginarme el chorro de leche golpear en mi boca me ponía a mil.
Seguí chupándosela y pajeándolo; sin sacar el dedo de la entrada de su ano. De vez en cuando, soltaba toda la saliva que se me acumulaba en la boca y la dejaba caer sobre su tronco. "Ahiiiiii" gritó Christian. Desesperada, empecé a pajearlo más fuerte con la punta de la pija en mi boca. Apreté un poco el dedo que tenía en su cola y empecé a sentir chorros de leche golpear en mi garganta.
No paraba de salir nunca. Tragué un poco, escupí otro tanto y me dejé algo en la boca. Le destapé los ojos y lo hice ver, primero la guasca en mi boca. Luego, tragué y le mostré la boca toda limpita. "Así es un 10, profe?" le dije mientras me tiraba encima. "Zarpada... que zarpada que sos" me decía balbuceando. Yo estaba super caliente. Hacerme acabar como lo había hecho, solo me había aumentado las ganas de coger.
Me pidió que lo desate, pero aún quería seguir teniéndolo para mi. Y más luego de descubrir esta nueva arma a mi favor. Sin decirle nada, me acomodé encima de él y me senté en su cara. "Callate y chupá" le dije mientras lo agarraba de los pelos y le ponía la concha en su cara.
No había que obligarlo mucho para hacer eso. Abrió lo más que pudo la boca y empezó a chupar todo lo que tenía al alcance de la lengua.
"Asiii asiii" gritaba yo mientras lo agarraba cada vez más fuerte de los pelos. Solté una de mis manos y la llevé para atrás. La pija estaba aún media parada y chorreando leche. Me estiré un poquito más y volví a tocarle la cola. Mientras, él seguía con su trabajo.
"Siiiiiiiiii" grité cuando al fin, su lengua me sacaba el segundo orgasmo de la noche. Y eso que estaba atado. Cuando salí de encima suyo, vi que su pija estaba otra vez durísima. La agarré con la lengua y me la metí en la boca.
Cuando la terminé de poner bien dura, agarré la base del tronco y la apunté a mi concha. Entre mis flujos y la saliva de Christian estaba por demás de lubricada. Lo cabalgué largo rato. Me saqué las ganas de todas las veces que no me había dejado hacerlo.
Me senté derecha, moviendo mis caderas; tiré mi cuerpo hacia adelante levantando mi cuerpo sacando casi toda la pija y dejándome caer de golpe, me senté haciendo sentadillas, me puse de costado, me di vuelta y lo cabalgué de espaldas. Probé todas las posiciones posibles. Cabalgaba con tanta fuerza, que la cama no paraba de moverse. Pobres los vecinos de abajo. Y de los costados también.
Cuando ya no me daban las piernas, lo solté. Liberé una bestia. Se abalanzó sobre mi y agarrándome de los pelos me dio vuelta. Me puso en 4 y me la clavó de una. "Ayyy siiiii", le gritaba mientras me sacudía. Él estaba casi parado, yo con la cola paradita. Los ruidos de nuestros cuerpos chocando eran tapados por el de la cama que parecía esforzarse por no romperse ante toda esa bestialidad.
Cuando se le cansaron las piernas y se acostó en la cama, aproveché para volver a subirme encima suyo. "Te quiero cabalgar pija hasta que no se te pare más". Agarré sus manos arriba de su cabeza y empecé un mete y saca cada vez más fuerte. Estaba poseída. Agarré una de sus manos y me llevé un dedo a la boca. Lo lamí y lo lubriqué bien, para luego decirle que me lo metiera en la cola.
De inmediato, Christian obedeció. Yo estaba disfrutando la pija en mi concha y sus dedos en mi cola. Ya no hacía falta mucha dilatación para que me entraran dos dedos. La estaba entregando cada vez más seguido. Me dejé la pija clavada entera, mientras él movía los dedos y yo con movimientos cortitos me refregaba contra su cuerpo.
Mis piernas temblaron, mi cuerpo se estremeció y acabé otra vez. La pija de Christian quedó bañada con mis jugos. Cuando pude recuperar el habla largué un grito de placer para luego seguir cabalgando con fuerza.
El placer que sentía con esos dedos en la cola era tremendo. Necesitaba más. Me frené y me puse sola en 4, entregándome para que me reventara. Christian me agarró y me acostó como para hacer cucharita.
Primero, se puso a chuparme el ano desesperadamente, luego se acomodó atrás mío y empezó a buscar con la punta de la pija la entrada de mi colita dilatada. Con mi mano lo guie hasta que sentí como la cabeza de su verga empujaba en mi cola. Me fui acomodando y metiéndola hasta que me la devoré toda.
Empecé a moverme despacio. Christian me pasaba las manos por mis pechos, mi panza, luego empezó a pajearme. Yo deliraba. "Daleee" gritaba desencajada. Me la saqué de golpe y me puse en 4. "Dame más fuerte" le pedí, y él rápidamente me la enterró de una. Ya la tenía super abierta y esperando por su pija. "Aayyy siiii rompeme todaaa" le gritaba. Christian se agarró del respaldo de la cama y se empujaba con fuerza contra mi. Me estaba abriendo al medio, pero me encantaba.
Cuando no dio más, se paró en la cama, yo me di vuelta y que quedé arrodillada mirándolo de abajo. Le agarré la pija y se la empecé a lamer despacio. Lo pajeaba, mientras le pasaba la lengua por el glande.
No lo llegué a hacer 3 veces que un chorro espeso de leche cayó sobre mi cara. Abrí la boca grande, dejando que Christian me descargara todo. A medida que me tiraba la leche en la boca, dejaba caer un poco sobre mi cuerpo y el resto lo iba tragando. Aun estaba bien cargado el hijo de puta. Quedé con la cara llena de leche, mis labios chorreando semen sobre mis hombros y mis pechos.
Me fui a lavar un poco, y al rato volví. Él estaba tirado en la cama, con la pija dormida. Me acosté al lado y amagué a dormirme. Pero mi mano fue derecho a su pija. Empecé a acariciarle las bolas, un poco el tronco y luego bajaba a mi nuevo "descubrimiento". Christian me pidió que lo dejara descansar un poco, pero yo estaba con mi concha prendida fuego. Me había pegado dos polvazos impresionantes, pero seguía con muchas ganas. Le sonreí y seguí jugando, hasta que algunos minutos después se despertó otra vez.
Le chupé la pija de arriba a abajo. Literalmente, me lo seguí garchando hasta que no se le paró más la pija. No se qué me pasó ese día, pero estaba muy insaciable. Se fue al otro día, pasado el mediodía. Y casi ni dormimos.
A la tarde me dormí y casi sigo de largo hasta el domingo. Me desperté porque al moverme, la cama empezó a chillar. De tanto garche se había aflojado toda. Ahora cada vez que me acomodo un poco hace un ruido terrible que pareciera que en cualquier momento me caigo al piso. Lo peor, es que me recuerda a como se rompió y me caliento aun más. Lo cierto, es que la listita de Papá Noel tiene su primer pedido: cama nueva, súper reforzada.
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La historia completa:
#0 Mis 50 sombras
#1 Sometida y entregada
#2 Pagando deudas
#3 Atame y haceme tuya
#4 Suplicando que me hagan la cola
#5 Sacandome las ganas acumuladas
#7 Recibiendo regalos navideños
#8 Festejando San Valentín
#9 Polvazo inesperado con algo de morbo
#10 Nena con juguete nuevo
#11 Hasta el eXtremo
#12 Porno Star
#13 Esclava y sumisa
#14 Disfrutando el mundial
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Indice
14 comentarios - #6 Buscando el 10
Buen relato, van 9 puntos
Ese tipo de "sorpresas" son las que valen la pena y te aseguran una noche de aquellas con final MUY FELIZ...jajaja!!
FELICITACIONES linda, excelente y muy caliente relato!!
Besos
LEO
Espero con ansias tu proximo relato querida!!
Besos 💋
LEO
Tus vecinos nunca te dijeron nada o sea onda un comentario
Encima en los depa se escucha lo de al lado
Pero bueno ni da pagar telo teniendo lugar
Van puntos por que te hicieron la cola
Q grossa no debe haber cosa mas linda q ser tu esclavo.
gracias por pasar!
gracias por pasar!