Una tarde fui a visitar a una piba su casa, llegue y me recibió amablemente. Era una vieja amiga de la escuela así que era volver a verla y volver a revivir esos años de la escuela.
Me encontré con una petisa mucho mas desarrollada de aquella que cursaba un par de años mas abajo que el mío, mas flaca y con unas caderas bien acentuadas. Me sonrió con unos dientes mal formados pero brillantes, unos ojos grandes, color miel y pelo rojo rizado.
Pasamos para su casa, su padre arreglaba un viejo auto y su madre atendía en un kiosco. yo compre una picada como para charlar tranquilos, ella trajo una gaseosa. Charlamos de la vida que llevamos en esos años que estuvimos fuera de la escuela, ella la termino y yo arrancaba a estudiar en un terciario, y ambos sin pareja. Me hizo acordar que en aquel momento, en el que nos conocimos, yo salió con una amiga de ella.
Se nos paso rápido una hora, entre risas. A veces me encontraba con la mirada de ella, un tanto vergonzosa, mirándome la boca como deseosa o mordiéndose los labios mirándome el cuerpo. Ya se me estaba haciendo la hora de irme, tenia un largo camino de regreso hasta mi hogar y se hacia de noche.
En un momento, recuerdo a ver escuchado la puerta de la casa y ver la figura de la madre con cara de preocupada. Se paro al lado de la mesa, me miro y la miro fijo a ella luego diciendo: "Con papi nos tenemos que ir a comprar unos repuestos para el auto viejo, me haces la pata y cuidan un rato el kiosco? Coman unos helados de agua que hace calor". Me acuerdo de esos ojos mirándome como rogándome que me quedara para hacerle la pata.
Amo el helado y bueno, no me pude resistir a hacerle la para un rato mas. Nos dirigimos para donde estaba el padre de ella y para ayudarlo a levantar unas cosas del suelo, se agacho dejando la cola súper parada, una cola gorda y con un pantalón de tela deportiva que formaba un valle perfecto. Cuando se levanto, se dio vuelta y se puso toda colorada, era muy evidente que le miraba su figura, muy evidente que nos teníamos ganas.
Sus padres salieron en otro auto y nos encontramos en la puerta trasera del kiosco. La abrió, tomo mi mano y entramos. Me invito a sentarme en una silla que estaba situada en un lugar donde el publico no podría vernos, donde su madre se sentaba a coser mientras esperaba los clientes. Se dio vuelta, camino hacia la heladera, empino esa hermosa cola, corrió el vidrio y me dijo dándome las espaldas: "aunque era de agua, acá conmigo te podes comer lo que quieras". No podía quitar mis ojos de esa cola apretada, pero respondí: "elegirme uno, yo encantado de probar".
Vi un paquete volando de repente y lo agarre en el aire, era de agua. "por mirón te quedas con el de agua, pero se que te encanta el de uva". Se sentó a mi lado. Comenzábamos a hablas sobre cualquier cosa, estábamos nerviosos y mis ojos se focalizaban en su boca. Veía como ella se metía el helado de una forma muy erótica en la boca, a veces como jugando con su lengua. cuando termino de comerlo me dijo: "Te puedo abrazar".
Sus manos me cubrieron. Yo sentado y ella recostada encima mío, con su cabeza en mi hombro. Escuche un "Me gusta tu perfume, siempre usas ese Kevin que tanto me gusta, lo puedo oler?". Respondí: "Claro, disfrútalo". Lo que en un principio era una respiración profunda, se convirtió en varios besos suaves por mi cuello con labios fríos. "siempre me gustaste" y una suave lengua recorrió mi cuello. Mi piel se erizo de punta a punta y mi pene comenzaba a endurecerse.
Apoye mi mano en su cuello y comencé a besarla. Ella se abrió de piernas y se sentó arriba mío, sentí su nalgas aplastándome el pene, tenia demasiadas ganas de sacarlo y penetrar ese culo bien duro. Su lengua viajaba por mi boca, me mordía y se reía. Mis manos de a poco comenzaron a acariciar esa cola, era gorda, dura y perfecta. "parece que te estas calentando, me encantaría verlo" me dijo, yo le respondí "es toda tuya, hacerle lo que quieras. "bueno, párate y pélala", mi cabeza exploto.
Mientras me paraba, ella pego un vistazo para ver que no haya nadie. Me encontré parado frente a ella estando sentada, se me notaba por debajo el pantalón que la tenia re dura, era inocultable. Baje mi bragueta y salto para afuera sola. Sus ojos se abrieron grandes, no era una piba súper experimentada. La agarro la pelo despacio y le paso la puntita de la lengua por el glande. Se puso colorada y comenzó a chupar despacio y vergonzosa. "¿Pasa algo?" le pregunte. Se la saco de la boca, me miro a los ojos, se puso colorada y se tapo la cara: "Sos el primero que me inhibe, me calienta mucho eso pero no puedo". "Si quieres te ayudo" le dije rápidamente, se mordió los labios y asintió la cabeza.
La bese para que se tranquilice, le agarre todos esos rulos colorados con mi mano apoyada en su nuca y con mi otra mano agarre mi pene y comencé a pasárselo por los labios, ella lo besaba, lo acariciaba con su lengua, a veces chupaba el glande. "estas lista?" dije, "si amor" escuche. Empuje su cabeza suavemente meriendo la mitad de mi pene en su boca, ella comenzó a succionar fuerte. No entendía que me pasaba, me encantaba dominarla, ser su amo. Aumente el movimiento más rápidamente. Note que ella se estaba masturbando por encima del pantalón. Me miro con una luz especial y comenzó ella a chupar y mover su cabeza muy rápidamente, sentí mis piernas aflojarse.
Cuando estaba apunto de acabar le digo "guarda que me vengo" y ella se la saca de la boca, y escuche un "ufa". Me seguía tocando mientas ella masturbaba con las piernas bien abiertas, pero esta vez por debajo del pantalón, era un espectáculo la petiza. "¿Que te querías tomar la toda la leche?" le dije como en broma, siempre me decían las minas que le avisara. "si papi, dame toda la lechita" me dijo, riéndose eróticamente. Eso me lleno de un sentimiento explosivo, comencé a tocarme mas fuerte. ella me miraba con la boca abierta moviendo suave la lengua. En cuanto sentí que me venia, la agarre del cuello y le "enchufe" mi pene en su boca, me cubrió un placer nunca antes sentido hasta ese momento. Sentí como salto toda la leche dentro de su boca, era increíble. Ella comenzó a succionar, liberando mas placer y tomándose toda la leche. No podía dejarla así, saque mi pene que todavía estaba muy rígido, y seguí tocándome, inminentemente llegaba a otro orgasmo. "chupa que ahí más", comenzó a chuparme fuerte y en eso un chorro mas grande de leche llegaba, abrió los ojos sorprendida y hizo fuerza para tragar tanta cantidad. Note que su pantalón se mojaba y ella temblaba. Su mano no paraba de tocarla, cerro los ojos y soltó un gemido angelical. Reposo su cuerpo contra la silla.
"Estoy toda mojada, la próxima me imagino que me tocara a mi, no? ahora me tengo que pegar un baño antes de que vuelvan mis viejos". Sentimos la bocina del auto, ella se paro rápido y me pidió que me valla que ella arreglaba todo, mientras que sus padres entraban por el portón, yo salí por el kiosco. Le agarre la mano y la olí, ese olor a jugo vaginal era dulce y acido a la vez, ya lo quería probar. "Si la próxima me encargo yo. Bese sus labios con olor a semen y gusto alcalino, salí hacia la parada del colectivo. Ya era de noche.
2 comentarios - Mi primer relato- La señorita del kiosco.
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