Que calor, no se aguanta, y cuanto mas calor hace, mas cachonda me pongo, el sábado
a la tarde, sali a caminar sola por Av Mitre, me compre un helado y me senté a comerlo
en Plaza Alsina, le pasaba la lenguita al cucurucho y me imaginaba que era una poronga,
parece que alguien se dio cuenta, porque se me sentó al lado en el banco y me dijo :
´Señora, no quiero ser irrespetuoso, pero me encanta como le pasa la lengua al helado´,
era un muchacho muy elegante, vestido con traje y corbata, se peinaba con gomina y tenia
unos ojos marrones grandes preciosos, ´ pareces un cantante de tangos´, le dije, el se
sonrió y me contó que trabajaba de chofer en una remiseria de lujo y que los obligaban a
vestirse de traje, le conteste no se que pavada y segui chupando el helado y mirándolo
fijo, el muchacho se empezó a excitar y me dijo : ´ Señora, no me mire asi mientras chupa
el helado, porque voy a sacar la verga acá y nos van a echar de la plaza´, le sonreí, me
encantaba esa combinación tan elegante para vestirse y tan zarpado para hablar, era muy
apuesto, le convidé un poco de helado, el le pasaba la lenguita y me dijo ´ asi te voy a
chupar la concha´, yo le contesté que vayamos al grano, porque ya no podia mas de la
calentura y queria garchar, me invito a su auto, era un mercedes benz de lujo color blanco,
´este auto me lo da la empresa, es para llevar empresarios importantes, políticos, etc´, me
subí al Mercedes y el me dijo : ´ Tiene vidrios polarizados, no se ve nada de afuera´, nos
sonriemos y le dije : ´ O sea que podemos garchar tranquilos aca´, puso una música suave
me incliné y le empecé a chupar la poronga, era grande como me gustan a mi, el muchacho
estaba de lo mas excitado y mientras succionaba con la boca, sentí el pre-semén, le pedi
que no acabara porque queria que me cojiera, la lechita que iba saliendo estaba riquisima,
agridulce como me gusta a mi, eran gotitas calentitas que me ponian loca, el me metia los
dedos en la concha, que ya estaba toda mojada, de repente sono su celular, era su jefe
le decia que tenia que ir a buscar urgente a un empresario francés a un hotel de buenos
aires y llevarlo a una quinta en Moreno, ´ me acompañas ?´ me pregunto y le contesté que
si con la cabeza mientas seguia chupándole la verga, le desabroché bien el pantalón, para
poder chuparle los huevitos, le pedí que me diera su lechita y me la tragúe toda, en realidad
la mantuve en la boca unos segundos y la fuí tragando de a poquito, saboreando cada
gota, es algo que me encanta hacer, sobre todo si el semén es rico. ´ esperame acá que
ya vengo´ me dijo, recliné el asiento del Mercedes y me quedé descansando, disfrutando del
aire acondicionado y de una música suave, al rato vuelve al auto acompañado de un
hombre, tmuy bien vestido, era el empresario francés, se sentó en el asiento de atrás, habla-
ron en inglés entre ellos, y supongo que le dijo que yo era muy putita, porque el muchacho
me pidio que me sentara atrás con el empresario, y apenas lo hice, me sonrio y pelo la verga
para que se la chupara, a mi me parecio casi una falta de respeto, pero estaba tan, pero
tan caliente, que se la entré a chupar, no era tan linda como la del muchacho, pero estaba
bien paradita, el hombre me decia cosas en francés y yo le decia ´ wi´ que quiere decir ´si´,
supongo que me decia barbaridades, el muchacho seguia manejando y cada tanto miraba,
por el espejo retrovisor, el francés se puso un preservativo, me puso de costado, me levanto
la pollera y me entro a garchar, gritaba como loco en francés y me hizo acabar un par de
veces, ´ Martita, estamos en Retiro, bajate y tomate el 22 que va por Av, Mitre´, me dijo
el muchacho, los salude a los dos con un beso y me dio una tarjeta con su celular, ´En unos
dias tengo que ir a buscar a Ezeiza a unos empresarios italianos, si queres me podes
acompañar´, le dije que si, que me encantan los italianos, después me tome el 22 y me
volví a casa, era la primera vez que me garchaba a un francés.
a la tarde, sali a caminar sola por Av Mitre, me compre un helado y me senté a comerlo
en Plaza Alsina, le pasaba la lenguita al cucurucho y me imaginaba que era una poronga,
parece que alguien se dio cuenta, porque se me sentó al lado en el banco y me dijo :
´Señora, no quiero ser irrespetuoso, pero me encanta como le pasa la lengua al helado´,
era un muchacho muy elegante, vestido con traje y corbata, se peinaba con gomina y tenia
unos ojos marrones grandes preciosos, ´ pareces un cantante de tangos´, le dije, el se
sonrió y me contó que trabajaba de chofer en una remiseria de lujo y que los obligaban a
vestirse de traje, le conteste no se que pavada y segui chupando el helado y mirándolo
fijo, el muchacho se empezó a excitar y me dijo : ´ Señora, no me mire asi mientras chupa
el helado, porque voy a sacar la verga acá y nos van a echar de la plaza´, le sonreí, me
encantaba esa combinación tan elegante para vestirse y tan zarpado para hablar, era muy
apuesto, le convidé un poco de helado, el le pasaba la lenguita y me dijo ´ asi te voy a
chupar la concha´, yo le contesté que vayamos al grano, porque ya no podia mas de la
calentura y queria garchar, me invito a su auto, era un mercedes benz de lujo color blanco,
´este auto me lo da la empresa, es para llevar empresarios importantes, políticos, etc´, me
subí al Mercedes y el me dijo : ´ Tiene vidrios polarizados, no se ve nada de afuera´, nos
sonriemos y le dije : ´ O sea que podemos garchar tranquilos aca´, puso una música suave
me incliné y le empecé a chupar la poronga, era grande como me gustan a mi, el muchacho
estaba de lo mas excitado y mientras succionaba con la boca, sentí el pre-semén, le pedi
que no acabara porque queria que me cojiera, la lechita que iba saliendo estaba riquisima,
agridulce como me gusta a mi, eran gotitas calentitas que me ponian loca, el me metia los
dedos en la concha, que ya estaba toda mojada, de repente sono su celular, era su jefe
le decia que tenia que ir a buscar urgente a un empresario francés a un hotel de buenos
aires y llevarlo a una quinta en Moreno, ´ me acompañas ?´ me pregunto y le contesté que
si con la cabeza mientas seguia chupándole la verga, le desabroché bien el pantalón, para
poder chuparle los huevitos, le pedí que me diera su lechita y me la tragúe toda, en realidad
la mantuve en la boca unos segundos y la fuí tragando de a poquito, saboreando cada
gota, es algo que me encanta hacer, sobre todo si el semén es rico. ´ esperame acá que
ya vengo´ me dijo, recliné el asiento del Mercedes y me quedé descansando, disfrutando del
aire acondicionado y de una música suave, al rato vuelve al auto acompañado de un
hombre, tmuy bien vestido, era el empresario francés, se sentó en el asiento de atrás, habla-
ron en inglés entre ellos, y supongo que le dijo que yo era muy putita, porque el muchacho
me pidio que me sentara atrás con el empresario, y apenas lo hice, me sonrio y pelo la verga
para que se la chupara, a mi me parecio casi una falta de respeto, pero estaba tan, pero
tan caliente, que se la entré a chupar, no era tan linda como la del muchacho, pero estaba
bien paradita, el hombre me decia cosas en francés y yo le decia ´ wi´ que quiere decir ´si´,
supongo que me decia barbaridades, el muchacho seguia manejando y cada tanto miraba,
por el espejo retrovisor, el francés se puso un preservativo, me puso de costado, me levanto
la pollera y me entro a garchar, gritaba como loco en francés y me hizo acabar un par de
veces, ´ Martita, estamos en Retiro, bajate y tomate el 22 que va por Av, Mitre´, me dijo
el muchacho, los salude a los dos con un beso y me dio una tarjeta con su celular, ´En unos
dias tengo que ir a buscar a Ezeiza a unos empresarios italianos, si queres me podes
acompañar´, le dije que si, que me encantan los italianos, después me tome el 22 y me
volví a casa, era la primera vez que me garchaba a un francés.
12 comentarios - Confesiones de una mujer madura ( 26)