Hola!! como andan??
hoy les traigo el relato de un encuentro que se dio hace varios meses entre Andres y yo. Les cuento para contextualizar que yo estoy casada y que con mi marido somos swinger. Andrés es el hombre de una pareja swinger con la que intercambiamos y en este relato cuento un encuentro entre él y yo solos. No puedo generalizar, pero me atrevo a decir que no es lo mas comun entre los swinger hacer encuentros de dos, si sucede, pero poco.
El titulo del post es tal porque por mucho tiempo fue una fantasia para los dos vernos solos alguna vez, y hasta cabia la posibilidad que no sucediera. El relato lo escribí al otro dia de que haya sucedido, no queria que se me escape ni un detalle. Espero que lo disfruten.
Ayer finalmente nos vimos con Andrés, él y yo solos, tremendo encuentro. Mucha expectativa y poca a la vez. A ver, si había expectativa, lógico, una mezcla de lo que yo imagino con comentarios que nos habíamos hecho que ya daban una tendencia. Pero los dos teníamos claro que hacer lo que surgiera en el momento iba a ser lo mejor.
Yo comencé a prepárame tempranito, tenia muchas cosas que hacer, algunas de rutina y otras de la ocasión. Yo me había comprado ropita especial para la ocasión cuando estuve en Buenos Aires que hay bastante variedad para elegir. Me puse un corset del lencería erótica, muy delicado, es un corpiño armado, y abajo tul bordado hasta la cintura, bien pegado al cuerpo y de ahí le salen las tiras portaligas que llegan a las medias negras con ligas de encaje, y una tanguita chiquita que venia haciendo juego. Arriba me puse un vestidito de lanilla estampado animal print con botas negras, un tapado gris y una bufanda. El pelo planchado, los ojos bien delineados de negro, aros largos con piedritas rojas y mucho Carolina Herrera 212.
Él se puso lo que yo quería. Hay una foto de él que me fascina, desde el momento en que la vi me quede omnubilada en el zoom del celular. Es de él en un evento para el que se vistó lindo y con ropa nueva. Le pedi que se pusiera esa ropa. Llevaba jeans azules gastaditos, camisa blanca rayadita finito, chaleco azul, zapatos marrones y una camperita marroncita sport que usa siempre. El pelito peinadito para arriba, con los pirinchos parados por su abundante pelo lacio, barba recortada, asi… que pincha un poquito y muy perfumado también; estaba hermosísimo!!!
Cuando estoy en frio, en casa tranquila, siempre pienso: ‘lo vamos a hacer despacio, vamos a disfrutar de cada momento’, y después se va todo al carajo y a los 5 minutos estamos cogiendo. Bueno, esta vez, en serio puedo decir que empezamos e hicimos todo despacio, disfrutando de cada segundo, pero intenso, y prendidos fuego como nunca.
Mi casa estaba sola, sin Ale, porque está en Mendoza, pero yo igual quería ir a un telo. Ya me había hecho la idea desde hacía mucho tiempo. Lo había pensando cuando supuestamente este encuentro se daría mucho más adelante. Porque hay que decirlo, realmente pasó muy pronto, por las circunstancias de los viajes, mios, de Alejandro, de Andrés, etc. Bueno, como todo con Andres y Vero, muy rápido; todo es muy rápido, cuando no terminaste de asimilar algo ya estamos dando un paso más. Adoro a esta pareja; me llevan y nos llevan más allá y cuando parece que llegaste, ya el más allá está más lejos.
Me pasó a buscar 22:20 y fuimos al hotel Kalium, la habitación era linda, tranqui, normal pero linda. Tenía una cama grande, dos silloncitos con una mesita, un yacuzzi, un baño normal y un espejo al costado de la cama, requisito mio. Es mas, íbamos a ir a L’eau vive, que es uno de los mas lindos de la ciudad, pero cuando llegamos preguntamos por los espejos y no tenían, asi que nos fuimos. Por ser lunes, los turnos eran dobles, de tres horas!!
En el viaje, mientras manejaba, me puso una mano en la pierna… y me estremeci, sentí entonces que la noche que nos esperaba iba a ser muy caliente.
Llegamos… en el estacionamiento ya nos besamos, suave pero desatando unas ganas contenidas por varios días.
Entramos en la habitacion, y despacio fuimos liberando nuestros deseos. Nos besamos mucho, diciendo todo lo que más podíamos con la lengua y los labios, cada tanto nos mirábamos, y yo sentía que con los ojos nos decíamos ‘no puedo creer que haya llegado finalmente este momento’. Nos fuimos sacando la ropa de a poco. Primero me sacó la bufanda… y jugó con ella. Comenzaron sus detalles dominantes que darían el indicio de una noche condimentada (ojo, solo condimentada) por ese juego. Me rodeó con la bufanda y me ató a él, unidos, nos seguimos besando y tocando mucho, por suerte, lento, pero no por eso dejando de demostrar desesperación por vivir todo. Sobre el vestido, puso sus manos en mi cintura y con los ojos cerrados comenzó a palpar mi ropa interior. Él sabía que yo quería que hiciera eso y resultó lo que esperaba, me exitó mucho que intente adivinar que tenía puesto. Fue bajando sus manos, hasta meterlas por debajo del vestido y tocar mis piernas y mi cola, sintió las tiritas portaligas, sintió mis nalgas descubiertas, subió por abajo del vestido y toco la delicada tela del corset. Yo le vi la cara, él con los ojos cerrados, hizo la cabeza hacia atrás y suspiró… solo me quedó imaginarme que le gustó mucho.
Las ropas empezaron a caer, yo ya estaba en ropa interior y él aun con la camisa abierta y los jeans puestos. Me pidió, un poco desesperado, que le desabrochara el pantalón… imagino porqué. Ahí adentro no había una pija, había un ladrillo con forma de pija, ahogado tras los botones y el cinturón. Se puso el bóxer que yo quería, uno rojo, muy chiquito, muy apretado y que le quedaba muuuuuy bien.
A él le gusta mucho “ir a ver” si estoy mojada, y esta vez, no dejó de hacerlo. Le gusta ver si estoy mojada cuando estamos en situación de calentura.
Caímos en la cama, a los besos, algo que nunca abandonamos. Me avisó que me iba a chupar la concha, me acosté boca arriba abierta de piernas. Corrió la tanguita, me acarició un poquito y sigilosamente como si no quisiese acercarse, pasó su lengua fugazmente por uno de los costados del clítoris, y acto seguido por el otro costado, pero casi ni me toco. En ese momento, se me vino a la mente uno de los mejores recuerdos de mi vida. El día que Hernán, siendo vírgenes, me paso la lengua por el clítoris y yo fui hasta el cielo y volví en menos de un segundo, uno de esos tantos recuerdos que siempre digo que no van a volver. Sentí que si puedo volver a vivir algo así, estaba tan caliente, tan deseosa de que me la chupe con furia, que al sentir esa rápida caricia tímida de su lengua, fue como nada y todo a la vez. Mori; para darme cuenta que estoy viva, más viva que nunca, viviendo la vida como nunca. Después si se abalanzó a chuparme con todas las ganas del mundo, mientras con su mano me metía los dedos y me hacía estallar con el fuerte roce que ejercía en mi punto g. Lo hizo un buen rato, me descolocó bastante, me dejó hecha un trapo pero con mas ganas de coger que antes.
Su turno, no? Bueno, su pija estaba más dura que otras veces, grande, gruesa y demasiado dura, daban ganas de morir ahogada con ella. Él parado en el piso y yo ‘en cuatro’ sobre la cama, de cola al espejo, procedí a hacer el mejor pete que pudiese hacer en mi vida; no creo haberlo logrado, pero le puse empeño. Mientras yo se la chupaba enérgicamente y me la metía toda en la boca, él podía mirar la escena protagonizada por mi orto en el espejo. Lo pajeé también, haciendo los movimientos circulares con la mano que ,al menos a Alejandro, le gustan mucho, mientras le chupo la parte de la pija que mi mano no puede sostener. Sin dudas le gustó, no se cuánto.
Mientras seguíamos embelesados en una previa golosamente interminable, dijo las palabras que dejarían mi mente chocando con el techo y a mi cabeza dando golpes contra el hormigón cual masoquista. Me dijo: ‘te voy a romper el orto’ y lo repitió de varias maneras ‘te voy a hacer la cola’, ‘voy a hacerte el culito, hoy si, pero sabes qué? Quiero que te duela un poquito’. Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh como me penetra hondo sin meterme la pija!!!!!!
Yo soñaba con que pasara. Esa amenaza hizo estallar todo en mi cuerpo. Miedo, deseo, tranquilidad de saber que finalmente lo que tanto vengo imaginando se va a dar!!!!!!!!! Ay si!! Y dependía de él... Yo no iba a pedírselo, podría, pero en nuestro juego, no corresponde, y me gusta que asi sea; no sólo me gusta, complace mis deseos que él tenga el control de lo que vamos a hacer.
Pero todavía no habíamos ni empezado con lo básico.
Yo estaba en cuatro y él se dispuso a cumplir sus propios deseos imaginando si serían tan, más, o menos deseados por mí. Me chupó la concha, si, de nuevo, corrió la tanga, y hundió su rostro en el medio de mis nalgas; intentando hundirse más, llegar más allá, endureció su lengua y me la metió en el orto. Desde mi punto de “no vista” donde todo lo que cuento es más sensación que otra cosa, me pareció que la metía un poquito, no mucho, suficiente para hacerme sentir en mi cuerpo y en mi mente lo que estaba pasando…. Su lengua en mi orto… es muy satisfactorio que él desee hacer eso conmigo.
Después se obsesionó con mis agujeros… Yo sentí dos dedos en cada uno, que entraban y salían continuamente, que locura de sensaciones, me gustaba mucho. Después me enteré que fueron dos deditos nomas, uno en cada uno. Se ve que todo estaba muy chiquito y apretaba mucho, se sintió muy exquisito.
Pero en un momento, no habría mano que alcanzara, mi cuerpo quería pija… y ahí nomás, agarró un forro y estando yo en cuatro me empezó a coger… que pedazo de pija que tiene, y como sabe usarla! Me cogía con fuerza, con ganas, con intensidad… me decía mucho con cada movimiento. Yo sentía… que descargaba un deseo alimentado por semanas de hot chat. No perdió la oportunidad de decirme que soy su putita y hacer que yo se lo diga, por si se me olvidaba. Y en ese rol, él se dejó llevar por su imaginación y varias veces, si la posición se prestaba, le parecía adecuado decirme lo bien que me vendría otra pija en ese momento. Realmente deseo cada vez más, tener dos pijas. Me nombro a un amigo suyo, dejándome claro que yo soy suya, su putita y que a ese tercero lo va a poner él. Esas cositas, que alimentan el jueguito, me gustan demasiado.
Despues estuve yo arriba…me moví como yo quise… y él me frenaba… me decía “tranquila”… yo le hacía caso unos segundos y volvía a lo mío, un poco más rápido, no mucho, no deja de costarme mover mi cuerpo de arriba abajo. Comencé a sudar… mi pelo molestaba un poco ahí encima de nosotros que insistíamos con besarnos mientras disfrutábamos de nuestros roces carnales. Me fui a buscar a la cartera una colita de pelo… y Andrés me siguió. Mientras revisaba en mi cartera, yo bastante inclinada hacia adelante, su pija deseosa me volvió a coger, de parado… Me gustó que no quisiese despegarse de mí, que quisiera seguir cogiéndome, en cada momento.
Volvimos a la cama… se sacó el forro ni se por qué. ¿será porque quería que le chupara un poco mas la pija? Bien hecho, porque eso hice, siempre tengo ganas de chuparla. Después seguimos con nuestro más importante cometido: cogeeeeeeer. Yo boca arriba y él encima mio y después él de rodillas. Me cogía a su ritmo, despacio para mi gusto. Me hacía sentir deseo y sufrimiento. Yo deseaba que me cogiera mas rápido y en la medida que no lo hacía, más ganas tenia de que lo hiciera, y cuando finalmente lo hacía, ufffff, sentía un placer exacerbado!!!!! Hasta que lo dijo, asi nomas, y me corrió por dentro calor y frio…. Deseo y miedo. Me dijo: te quiero hacer el orto!!! “Cuando?” Pregunté. “Ahora” me dijo. Y preguntó…. “¿Me dejas?” … qué pregunta capciosa… Si él no pide permiso…. Que mierda quería decir? Le dije que no! Y me agarró fuerte, sin importarle lo que una putita como yo tuviese para decir. Me recalcó que mi opinión no vale una mierda. Siempre en el jueguito, se entiende? Pero en mi cabeza, lo exagero, me siento una mierda por un segundo, y me caliento el doble.
Se levanta, va a buscar gel y yo me quedé sentada, como una niña, en el borde de la cama. En serio tenía miedo, de que me doliera y de averiguar qué significaba para él que me tuviese que doler un poquito… ¿Qué sería para él “un poquito”?
El estaba parado al lado de la cama y yo en cuatro en el bordecito. Comenzó a tocarme, a meterme dedos para preparar bien la zona, que algo ya estaba preparada de antes, supongo. Me metió dos dedos, y los giraba adentro. Al ratito ya estaba intentando meterme su tremenda pija. Yo me puse en modo relax forzado, respiraba hondo y mi cabeza decía “relájate, relájate, relájate y gozaaaaaa”. Intentó meterla, la metió, me dolió… me moví hacia adelante alejándome con un “ay” quejoso. Afortunadamente ese dolorcito chiquito fue suficiente para nuestro morbo. Con cantidades industriales de gel, su pija volvió a intentar entrar y suavemente, apenas sintiendo una leve molestia, entró y fue entrando de poco, mas y mas. Yo no sabía cuánto, hasta que Andrés me dijo “sabes que ya la tenés toda adentro?”. Realmente no lo podía creer. Como había sido posible que esa pija tan gruesa entrase casi sin molestarme. Increíble y genial. El sexo comenzó a fluir, Andrés empezó a entrar y salir cada vez mas rápido. Ayyy que arremetidas más increíbles. Pero mas allá de como me coja… se que me la está metiendo por el orto, y eso es casi todo mi placer.
Cierro los ojos y “me veo” por detrás, me imagino lo que él ve, mis nalgas mullidas sostenidas por sus manos, y su pija gorda metiéndose por mi ano, ayyyy que imagen!!! Acompañando las sensaciones de una buena cogida. Una explosión en mi cerebro. Me cogió duro… si…. Como yo quería… no fue suave… me dio masa por el orto…, ay si, que placer. Realmente me siento ahogada, porque no encuentro las palabras para describir lo que siento. Realmente me gustó mucho ese momento de la noche, mucho como pocas veces algo me gusto tanto. Creo que el placer tenia que ver con que hace mucho tenía ganas de que me cogiera por el orto. Me lo dijo tantas veces, tan amenazante…. Tan él, poseyéndome con sus palabras a kilómetros de distancia. Y cuando realmente pasaba, sentí un placer que excedía lo que estaba pasando ahí, estaba saliendo un deseo guardado y acumulado por semanas.
Quería verle la cara de placer, la cara de que ahora soy más suya que antes; me di vuelta y me puse boca arriba, y seguimos cogiendo, disfrutando de vernos. Que carita de placer…. Es hermoso él y verlo asi, disfrutándome, es embriagador.
Me pregunta…. “Donde querés que te acabe?, en el cuerpo o en la boca?” ,”No se” respondo. “Elegí”, me ordena. Le respondí en el cuerpo, y me acercó la pija a la boca para acabar, haciendo lo que él quiere, dejándome una vez mas bien parada en mi lugar de putita que hace lo que le dicen y no lo que ella desea. Sus sonidos de orgasmo retumban hasta ahora en mi cabeza, como venidos del infierno… mientras mi boca se llenaba de su riquísima leche.
Realmente la pasamos muy bien. Yo se que él la pasó muy bien, pude sentirlo. Después de todo eso, estábamos gratamente sorprendidos, no se si imaginábamos que podía estar tan bueno. Tomamos champagne, comimos chocolate y fumamos; si, yo también fumé, en ese momento me gustó y lo disfruté. Charlamos el tiempo que nos quedaba, que no era mucho, que se yo, quedaba media hora mas o menos. Me estaba llevando a casa y queríamos seguir charlando, asi que pasó a casa a tomar un café y comer mas chocolate. Ahí ya estábamos tranquilos. Se fue a su casa y yo me fui a la camita a dormir y soñar.
Espero que les haya gustado!!!
hoy les traigo el relato de un encuentro que se dio hace varios meses entre Andres y yo. Les cuento para contextualizar que yo estoy casada y que con mi marido somos swinger. Andrés es el hombre de una pareja swinger con la que intercambiamos y en este relato cuento un encuentro entre él y yo solos. No puedo generalizar, pero me atrevo a decir que no es lo mas comun entre los swinger hacer encuentros de dos, si sucede, pero poco.
El titulo del post es tal porque por mucho tiempo fue una fantasia para los dos vernos solos alguna vez, y hasta cabia la posibilidad que no sucediera. El relato lo escribí al otro dia de que haya sucedido, no queria que se me escape ni un detalle. Espero que lo disfruten.
Ayer finalmente nos vimos con Andrés, él y yo solos, tremendo encuentro. Mucha expectativa y poca a la vez. A ver, si había expectativa, lógico, una mezcla de lo que yo imagino con comentarios que nos habíamos hecho que ya daban una tendencia. Pero los dos teníamos claro que hacer lo que surgiera en el momento iba a ser lo mejor.
Yo comencé a prepárame tempranito, tenia muchas cosas que hacer, algunas de rutina y otras de la ocasión. Yo me había comprado ropita especial para la ocasión cuando estuve en Buenos Aires que hay bastante variedad para elegir. Me puse un corset del lencería erótica, muy delicado, es un corpiño armado, y abajo tul bordado hasta la cintura, bien pegado al cuerpo y de ahí le salen las tiras portaligas que llegan a las medias negras con ligas de encaje, y una tanguita chiquita que venia haciendo juego. Arriba me puse un vestidito de lanilla estampado animal print con botas negras, un tapado gris y una bufanda. El pelo planchado, los ojos bien delineados de negro, aros largos con piedritas rojas y mucho Carolina Herrera 212.
Él se puso lo que yo quería. Hay una foto de él que me fascina, desde el momento en que la vi me quede omnubilada en el zoom del celular. Es de él en un evento para el que se vistó lindo y con ropa nueva. Le pedi que se pusiera esa ropa. Llevaba jeans azules gastaditos, camisa blanca rayadita finito, chaleco azul, zapatos marrones y una camperita marroncita sport que usa siempre. El pelito peinadito para arriba, con los pirinchos parados por su abundante pelo lacio, barba recortada, asi… que pincha un poquito y muy perfumado también; estaba hermosísimo!!!
Cuando estoy en frio, en casa tranquila, siempre pienso: ‘lo vamos a hacer despacio, vamos a disfrutar de cada momento’, y después se va todo al carajo y a los 5 minutos estamos cogiendo. Bueno, esta vez, en serio puedo decir que empezamos e hicimos todo despacio, disfrutando de cada segundo, pero intenso, y prendidos fuego como nunca.
Mi casa estaba sola, sin Ale, porque está en Mendoza, pero yo igual quería ir a un telo. Ya me había hecho la idea desde hacía mucho tiempo. Lo había pensando cuando supuestamente este encuentro se daría mucho más adelante. Porque hay que decirlo, realmente pasó muy pronto, por las circunstancias de los viajes, mios, de Alejandro, de Andrés, etc. Bueno, como todo con Andres y Vero, muy rápido; todo es muy rápido, cuando no terminaste de asimilar algo ya estamos dando un paso más. Adoro a esta pareja; me llevan y nos llevan más allá y cuando parece que llegaste, ya el más allá está más lejos.
Me pasó a buscar 22:20 y fuimos al hotel Kalium, la habitación era linda, tranqui, normal pero linda. Tenía una cama grande, dos silloncitos con una mesita, un yacuzzi, un baño normal y un espejo al costado de la cama, requisito mio. Es mas, íbamos a ir a L’eau vive, que es uno de los mas lindos de la ciudad, pero cuando llegamos preguntamos por los espejos y no tenían, asi que nos fuimos. Por ser lunes, los turnos eran dobles, de tres horas!!
En el viaje, mientras manejaba, me puso una mano en la pierna… y me estremeci, sentí entonces que la noche que nos esperaba iba a ser muy caliente.
Llegamos… en el estacionamiento ya nos besamos, suave pero desatando unas ganas contenidas por varios días.
Entramos en la habitacion, y despacio fuimos liberando nuestros deseos. Nos besamos mucho, diciendo todo lo que más podíamos con la lengua y los labios, cada tanto nos mirábamos, y yo sentía que con los ojos nos decíamos ‘no puedo creer que haya llegado finalmente este momento’. Nos fuimos sacando la ropa de a poco. Primero me sacó la bufanda… y jugó con ella. Comenzaron sus detalles dominantes que darían el indicio de una noche condimentada (ojo, solo condimentada) por ese juego. Me rodeó con la bufanda y me ató a él, unidos, nos seguimos besando y tocando mucho, por suerte, lento, pero no por eso dejando de demostrar desesperación por vivir todo. Sobre el vestido, puso sus manos en mi cintura y con los ojos cerrados comenzó a palpar mi ropa interior. Él sabía que yo quería que hiciera eso y resultó lo que esperaba, me exitó mucho que intente adivinar que tenía puesto. Fue bajando sus manos, hasta meterlas por debajo del vestido y tocar mis piernas y mi cola, sintió las tiritas portaligas, sintió mis nalgas descubiertas, subió por abajo del vestido y toco la delicada tela del corset. Yo le vi la cara, él con los ojos cerrados, hizo la cabeza hacia atrás y suspiró… solo me quedó imaginarme que le gustó mucho.
Las ropas empezaron a caer, yo ya estaba en ropa interior y él aun con la camisa abierta y los jeans puestos. Me pidió, un poco desesperado, que le desabrochara el pantalón… imagino porqué. Ahí adentro no había una pija, había un ladrillo con forma de pija, ahogado tras los botones y el cinturón. Se puso el bóxer que yo quería, uno rojo, muy chiquito, muy apretado y que le quedaba muuuuuy bien.
A él le gusta mucho “ir a ver” si estoy mojada, y esta vez, no dejó de hacerlo. Le gusta ver si estoy mojada cuando estamos en situación de calentura.
Caímos en la cama, a los besos, algo que nunca abandonamos. Me avisó que me iba a chupar la concha, me acosté boca arriba abierta de piernas. Corrió la tanguita, me acarició un poquito y sigilosamente como si no quisiese acercarse, pasó su lengua fugazmente por uno de los costados del clítoris, y acto seguido por el otro costado, pero casi ni me toco. En ese momento, se me vino a la mente uno de los mejores recuerdos de mi vida. El día que Hernán, siendo vírgenes, me paso la lengua por el clítoris y yo fui hasta el cielo y volví en menos de un segundo, uno de esos tantos recuerdos que siempre digo que no van a volver. Sentí que si puedo volver a vivir algo así, estaba tan caliente, tan deseosa de que me la chupe con furia, que al sentir esa rápida caricia tímida de su lengua, fue como nada y todo a la vez. Mori; para darme cuenta que estoy viva, más viva que nunca, viviendo la vida como nunca. Después si se abalanzó a chuparme con todas las ganas del mundo, mientras con su mano me metía los dedos y me hacía estallar con el fuerte roce que ejercía en mi punto g. Lo hizo un buen rato, me descolocó bastante, me dejó hecha un trapo pero con mas ganas de coger que antes.
Su turno, no? Bueno, su pija estaba más dura que otras veces, grande, gruesa y demasiado dura, daban ganas de morir ahogada con ella. Él parado en el piso y yo ‘en cuatro’ sobre la cama, de cola al espejo, procedí a hacer el mejor pete que pudiese hacer en mi vida; no creo haberlo logrado, pero le puse empeño. Mientras yo se la chupaba enérgicamente y me la metía toda en la boca, él podía mirar la escena protagonizada por mi orto en el espejo. Lo pajeé también, haciendo los movimientos circulares con la mano que ,al menos a Alejandro, le gustan mucho, mientras le chupo la parte de la pija que mi mano no puede sostener. Sin dudas le gustó, no se cuánto.
Mientras seguíamos embelesados en una previa golosamente interminable, dijo las palabras que dejarían mi mente chocando con el techo y a mi cabeza dando golpes contra el hormigón cual masoquista. Me dijo: ‘te voy a romper el orto’ y lo repitió de varias maneras ‘te voy a hacer la cola’, ‘voy a hacerte el culito, hoy si, pero sabes qué? Quiero que te duela un poquito’. Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh como me penetra hondo sin meterme la pija!!!!!!
Yo soñaba con que pasara. Esa amenaza hizo estallar todo en mi cuerpo. Miedo, deseo, tranquilidad de saber que finalmente lo que tanto vengo imaginando se va a dar!!!!!!!!! Ay si!! Y dependía de él... Yo no iba a pedírselo, podría, pero en nuestro juego, no corresponde, y me gusta que asi sea; no sólo me gusta, complace mis deseos que él tenga el control de lo que vamos a hacer.
Pero todavía no habíamos ni empezado con lo básico.
Yo estaba en cuatro y él se dispuso a cumplir sus propios deseos imaginando si serían tan, más, o menos deseados por mí. Me chupó la concha, si, de nuevo, corrió la tanga, y hundió su rostro en el medio de mis nalgas; intentando hundirse más, llegar más allá, endureció su lengua y me la metió en el orto. Desde mi punto de “no vista” donde todo lo que cuento es más sensación que otra cosa, me pareció que la metía un poquito, no mucho, suficiente para hacerme sentir en mi cuerpo y en mi mente lo que estaba pasando…. Su lengua en mi orto… es muy satisfactorio que él desee hacer eso conmigo.
Después se obsesionó con mis agujeros… Yo sentí dos dedos en cada uno, que entraban y salían continuamente, que locura de sensaciones, me gustaba mucho. Después me enteré que fueron dos deditos nomas, uno en cada uno. Se ve que todo estaba muy chiquito y apretaba mucho, se sintió muy exquisito.
Pero en un momento, no habría mano que alcanzara, mi cuerpo quería pija… y ahí nomás, agarró un forro y estando yo en cuatro me empezó a coger… que pedazo de pija que tiene, y como sabe usarla! Me cogía con fuerza, con ganas, con intensidad… me decía mucho con cada movimiento. Yo sentía… que descargaba un deseo alimentado por semanas de hot chat. No perdió la oportunidad de decirme que soy su putita y hacer que yo se lo diga, por si se me olvidaba. Y en ese rol, él se dejó llevar por su imaginación y varias veces, si la posición se prestaba, le parecía adecuado decirme lo bien que me vendría otra pija en ese momento. Realmente deseo cada vez más, tener dos pijas. Me nombro a un amigo suyo, dejándome claro que yo soy suya, su putita y que a ese tercero lo va a poner él. Esas cositas, que alimentan el jueguito, me gustan demasiado.
Despues estuve yo arriba…me moví como yo quise… y él me frenaba… me decía “tranquila”… yo le hacía caso unos segundos y volvía a lo mío, un poco más rápido, no mucho, no deja de costarme mover mi cuerpo de arriba abajo. Comencé a sudar… mi pelo molestaba un poco ahí encima de nosotros que insistíamos con besarnos mientras disfrutábamos de nuestros roces carnales. Me fui a buscar a la cartera una colita de pelo… y Andrés me siguió. Mientras revisaba en mi cartera, yo bastante inclinada hacia adelante, su pija deseosa me volvió a coger, de parado… Me gustó que no quisiese despegarse de mí, que quisiera seguir cogiéndome, en cada momento.
Volvimos a la cama… se sacó el forro ni se por qué. ¿será porque quería que le chupara un poco mas la pija? Bien hecho, porque eso hice, siempre tengo ganas de chuparla. Después seguimos con nuestro más importante cometido: cogeeeeeeer. Yo boca arriba y él encima mio y después él de rodillas. Me cogía a su ritmo, despacio para mi gusto. Me hacía sentir deseo y sufrimiento. Yo deseaba que me cogiera mas rápido y en la medida que no lo hacía, más ganas tenia de que lo hiciera, y cuando finalmente lo hacía, ufffff, sentía un placer exacerbado!!!!! Hasta que lo dijo, asi nomas, y me corrió por dentro calor y frio…. Deseo y miedo. Me dijo: te quiero hacer el orto!!! “Cuando?” Pregunté. “Ahora” me dijo. Y preguntó…. “¿Me dejas?” … qué pregunta capciosa… Si él no pide permiso…. Que mierda quería decir? Le dije que no! Y me agarró fuerte, sin importarle lo que una putita como yo tuviese para decir. Me recalcó que mi opinión no vale una mierda. Siempre en el jueguito, se entiende? Pero en mi cabeza, lo exagero, me siento una mierda por un segundo, y me caliento el doble.
Se levanta, va a buscar gel y yo me quedé sentada, como una niña, en el borde de la cama. En serio tenía miedo, de que me doliera y de averiguar qué significaba para él que me tuviese que doler un poquito… ¿Qué sería para él “un poquito”?
El estaba parado al lado de la cama y yo en cuatro en el bordecito. Comenzó a tocarme, a meterme dedos para preparar bien la zona, que algo ya estaba preparada de antes, supongo. Me metió dos dedos, y los giraba adentro. Al ratito ya estaba intentando meterme su tremenda pija. Yo me puse en modo relax forzado, respiraba hondo y mi cabeza decía “relájate, relájate, relájate y gozaaaaaa”. Intentó meterla, la metió, me dolió… me moví hacia adelante alejándome con un “ay” quejoso. Afortunadamente ese dolorcito chiquito fue suficiente para nuestro morbo. Con cantidades industriales de gel, su pija volvió a intentar entrar y suavemente, apenas sintiendo una leve molestia, entró y fue entrando de poco, mas y mas. Yo no sabía cuánto, hasta que Andrés me dijo “sabes que ya la tenés toda adentro?”. Realmente no lo podía creer. Como había sido posible que esa pija tan gruesa entrase casi sin molestarme. Increíble y genial. El sexo comenzó a fluir, Andrés empezó a entrar y salir cada vez mas rápido. Ayyy que arremetidas más increíbles. Pero mas allá de como me coja… se que me la está metiendo por el orto, y eso es casi todo mi placer.
Cierro los ojos y “me veo” por detrás, me imagino lo que él ve, mis nalgas mullidas sostenidas por sus manos, y su pija gorda metiéndose por mi ano, ayyyy que imagen!!! Acompañando las sensaciones de una buena cogida. Una explosión en mi cerebro. Me cogió duro… si…. Como yo quería… no fue suave… me dio masa por el orto…, ay si, que placer. Realmente me siento ahogada, porque no encuentro las palabras para describir lo que siento. Realmente me gustó mucho ese momento de la noche, mucho como pocas veces algo me gusto tanto. Creo que el placer tenia que ver con que hace mucho tenía ganas de que me cogiera por el orto. Me lo dijo tantas veces, tan amenazante…. Tan él, poseyéndome con sus palabras a kilómetros de distancia. Y cuando realmente pasaba, sentí un placer que excedía lo que estaba pasando ahí, estaba saliendo un deseo guardado y acumulado por semanas.
Quería verle la cara de placer, la cara de que ahora soy más suya que antes; me di vuelta y me puse boca arriba, y seguimos cogiendo, disfrutando de vernos. Que carita de placer…. Es hermoso él y verlo asi, disfrutándome, es embriagador.
Me pregunta…. “Donde querés que te acabe?, en el cuerpo o en la boca?” ,”No se” respondo. “Elegí”, me ordena. Le respondí en el cuerpo, y me acercó la pija a la boca para acabar, haciendo lo que él quiere, dejándome una vez mas bien parada en mi lugar de putita que hace lo que le dicen y no lo que ella desea. Sus sonidos de orgasmo retumban hasta ahora en mi cabeza, como venidos del infierno… mientras mi boca se llenaba de su riquísima leche.
Realmente la pasamos muy bien. Yo se que él la pasó muy bien, pude sentirlo. Después de todo eso, estábamos gratamente sorprendidos, no se si imaginábamos que podía estar tan bueno. Tomamos champagne, comimos chocolate y fumamos; si, yo también fumé, en ese momento me gustó y lo disfruté. Charlamos el tiempo que nos quedaba, que no era mucho, que se yo, quedaba media hora mas o menos. Me estaba llevando a casa y queríamos seguir charlando, asi que pasó a casa a tomar un café y comer mas chocolate. Ahí ya estábamos tranquilos. Se fue a su casa y yo me fui a la camita a dormir y soñar.
Espero que les haya gustado!!!
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Besos