Bueno, volví para contarles un poco de cómo fueron variando mis gustos sexuales...
Empecé mi vida sexual a los 16, con el típico caso del primer noviecito, él era un chico bastante lindo, rubiecito, deportista y bastante simpático. La realidad es que tanto la primera vez como las siguientes, no me parecía la gran cosa, él no se caracterizaba digamos por tener una re pija, sería normal tirando a menos. Y el sexo era típico de primerizos, muy tosco, muy monótono.
Sin embargo, ya desde los 15 que ya me daba picos con mis amigas, algunos chapes a medida que fui creciendo y me iba animando a más, pero como mi novio de ése momento era un poco celoso de que "caliente a los pibes haciendo éso" no lo hacía tanto como quisiera. De todas formas no encontraba tanto placer en sí comiéndole la boca a mis amigas sino que era un poco, parte de un juego.
A los 18, después de casi 2 años de noviazgo con él terminamos, fue mútuo la realidad, él me dijo que no sentía que yo le dé bola (es cierto) y a mí la verdad que ya estaba por costumbre con él, pero ni sentía deseo sexual, ni afectivo casi. Desde ahí empecé a sentir cierto desinterés por los chicos, era la típica histérica que podías charlarle horas y horas, pero nunca ibas a concretar. Capaz algunos besos en un boliche, pero nunca más que éso.
A su vez, seguí con el tema de los chapes a mis amigas, nunca a desconocidas hasta ese entonces, sin embargo, el tema de andar sola hizo que me empiece a animar, todavía me acuerdo bien una noche en un boliche de Palermo, sobre Olleros y casi Libertador... Una chica me encaró y me empezó a hablar, re simpática, pelo castaño claro, arito en la nariz, unos labios hermosos y mucha onda. Yo no había entendido primero que lo que buscaba era "levantarme" y le charlé como si fuera una charla común con una amiga, cuando me percaté de lo que en realidad quería por sus gestos y por como se me acercaba, me corrió un escalofrío por todo el cuerpo, me empecé a calentar y me gustaba esa idea.
Para cuando me dí cuenta de éso, ya la tenía a ella partiéndome la boca. Me fue dando unos besos suaves pero con mucha lengua y caricias. Nos empezamos a abrazar y apretar entre nosotras como si nadie más existiera. Me había empezado a mojar y todo. Sinceramente fue algo casi revelador para mí.
Me sirvió mucho para despertar mi curiosidad, empecé a mirar videos de lesbianas en internet, me dí cuenta que éso me calentaba y mucho, siempre que los veía me terminaba tocando y acabándome como si fuera yo la protagonista. Decidí ir a un boliche gay y probar qué tal me iba. Fui varias veces a la famosa Plop! y me llevé muy buenas experiencias, pero siempre chapes. La realidad que a veces me iba desilusionada por éso, yo esperaba que pase algo más, pero no me animaba a proponerlo yo.
Un día fui a una fiesta de compañeros de la facu en una casa enorme de Olivos, muy buen ambiente y mucho alcohol, la verdad que la estaba pasando bárbaro, me pasó de rebotar toda la noche pibes, no me interesaban ni un poco. Se ve que fue bastante evidente porque en un momento se me acercó una morocha de muy buen cuerpo, más bajita que yo, dos tetas muy grandes naturales, una cara de diosa mal y una cinturita muy chiquita. Era preciosa! Sí era más grande que yo, hablando me enteré que se llamaba Nadia y tenía 28 años (yo tenía 19 en ese entonces). Empezamos a charlar y me tiró lo obvio:
- Nadia: Rechazaste chicos toda la noche, me parece que vos y yo queremos lo mismo...
- Yo: Ah si? Vos que queres?
- Nadia: A vos, lógico...
No llegué a contestar que me partió la boca de un beso, no me importó nada y la dejé seguir aún estando frente a mis compañeros de la facu (que no sabían nada de eso). Obvio como pasa siempre, te rodean chicos a decirte todo tipo de cosas, ni eso nos frenó... estuvimos un rato largo como locas a los besos. Me acuerdo bien que ella me separó y me susurró si no quería irme con ella a su depto a unas cuadras. No pude decir "sí", solamente afirmé con la cabeza, fue suficiente y salimos de ahí, caminamos buscando un taxi mientras frenábamos para volver a comernos a besos.
Una vez subidas al taxi, no pudimos aguantarnos y como si fuera lo más normal del mundo, nos pusimos a chapar en el asiento de atrás, no me quiero ni imaginar lo que habrá pensado el taxista y su calentura. Habrá disfrutado ese viaje tanto como nosotras. Ya en su departamento, se me fueron todas las dudas, sabía que lo que más deseaba era ver ese cuerpo, disfrutar de ella.
Me ofreció tomar algo, pero mi ansiedad fue más grande y me tiré con ella a besarnos en el sillón del living, de a poco nos fuimos animando a más, sentía las manos de ella que me recorrían todo el cuerpo y la sensación que tuve fue inexplicable, nunca había estado tan caliente. Nos fuimos sacando muy despacio la ropa, terminamos las dos totalmente desnudas a los besos en ese sillón, nada nos frenaba. Ella me daba besos en el cuello e iba bajando, llegó a mis tetas y me las empezó a chupar, como nunca lo había hecho mi ex novio, una delicadeza, una imagen hermosa era verla ahí. Cada vez que la miraba me sonreía con mi pezón entre sus labios.
No tardó en seguir bajando y llegar a mi panza, fue dándome besitos muy lentamente, recorría mi pelvis y mis piernas. A esa altura yo sentía que estaba toda mojada, mis gemidos eran como súplicas de lo inevitable. No puedo describir con palabras la sensación que sentí cuando por fin su lengua se puso en mi conchita, cuando por primera vez sentí la lengua de una mujer acariciarme la conchita, como jugaba conmigo, como me entendía, como me hacía delirar...
Estuvo un rato largo así, yo revoleaba las piernas para todos lados mientras gemía como nunca, de vez en cuando se me escapaba algún que otro gritito. Me apretaba las tetas yo sola, le pedía que no pare, ella se daba cuenta y aumentaba el ritmo, no hizo falta más que toda esa escena para acabarme por primera vez. Sonreí y le dije que me tocaba a mí devolverle el favor... repetí todo como lo hizo ella, bajé despacito, me detuve en sus enormes tetas y fui lentamente por esa piel trigueña hasta llegar a su conchita, cuando la tuve ahí entendí todo. Qué manera de disfrutar, por favor, que lindo sabor tenemos las mujeres. No podía parar, había nacido para éso, me enloquecía, me calentaba tanto como si me lo haría a mi misma. En el único momento que me detuve fue cuando ella me sacó con la mano y me pidió que espere, fue a su pieza y volvió con un consolador, me pidió que se lo meta. Empecé un juego con mi lengua y el aparatito ése, tal como había visto en tantas películas, me excitaba verme en esa situación.
La noche siguió con nosotras dos yendo y viniendo, nos fuimos inclusive a su pieza y en la cama hicimos un 69 entre nosotras, todo fue algo increíble. Esa noche me dí cuenta que lo que a mí me gustaban eran las mujeres. Me acuerdo de habernos quedado dormidas, me levanté a la mañana con ella al lado mío desnuda, la empecé a besar despacio como si estuvieramos enamoradas... No bastó más que éso para despedirnos de la mejor manera, repitiendo lo de anoche una vez más. Para las 11am me fui de su casa y no volví a ser la misma.
Pasaron las semanas y empecé a sentir algo de nervios por creerme completamente lesbiana. Temía enfrentarme a la realidad de no ser "el común" de la gente. Asi que decidí que tenía que cogerme un chico. Salí a bailar un viernes SOLA, vestida muy trola, un top y una calza completamente apretada, me marcaba la cola y la conchita. Cualquiera que me viera se daba cuenta que esa noche quería que cojan.
Como se imaginarán, estaba bastante en pedo y rodeada de chicos que me ofrecían tragos, me chamuyaban, etc...
Fui rechazando varios hasta que uno de unos aprox 30 años se me acercó, me gustó pensar que tenía experiencia y me iba a tener ganas de un hombre otra vez. Me empezó a hablar y bien de puta, le mordí un poquito la oreja y le dije que si me quería coger, era ahora o nunca. No dudó ni un segundo, me tironeó del brazo y me sacó de ahí. Ni le había dado un beso, nada, pero ya estaba en su auto llegando al telo.
No era para nada feo él, estaba bastante trabajado su cuerpo, lo noté cuando me arrinconó a la pared y me empezó a comer la boca, seguí con sus besos, sin embargo no se comparaba con lo vivido semanas atrás. Hacía casi 2 años que no probaba una pija, admito que un poco de ganas me dió en ese momento y me arrodillé a él para chuparsela, cuando le bajé el pantalón me encontré con una pija bastante gordita, no muy larga. Se la empecé a tragar sin haberme sacado la ropa, él toscamente me sacó el top para dejarme las tetas al aire, yo lo seguía peteando y llenando de saliva para pajearlo a su vez. La calentura lo hizo apretarme bastante la cabeza a su pija para que me atragante, un poco sentirme una puta me gustaba, sentía que me mojaba con cada ahogada que me hacía. De todas formas no aguantó mucho y empezó a gritarme que se acababa, yo extrañaba mucho el sabor de la leche, le abrí la boquita y saqué mi lengua, obvio él no lo dudó y me llenó la boquita de su leche.
La tragué y me llevó a la cama, se terminó de sacar la ropa y me empezó a chupar la conchita, para nada parecido a lo que había vivido, para no dejarlo triste a los 5min le dije "no aguanto más, cogeme, quiero tu pija adentro" no era verdad, solamente que no quería que me la siga chupando, prefería que me coja.
Obvio que él se abalanzó al escuchar éso y me empezó a coger, ahí me dí cuenta que todo éso no era lo mismo. No me disgustaba, pero no sentía para nada lo que había sentido con Nadia. Para hacerlo volver a acabar, me subí sobre él y lo cabalgué como si fuera la máxima amante de las pijas. Se acabó en el forro, yo me bajé sin acabarme y le dije que si no le jodía, me tenía que ir.
Él estaba chocho, no pensó jamás haber tenido la noche que tuvo por más que haya sido corta.
Me dejó a unas cuadras de mi casa y se fué. Yo volví y me tiré a pensar... ¿Era lesbiana?
Bueno! Va a haber una segunda parte... no quiero que se haga tan extenso uno sólo para no omitir algunas partes que sé que les van a gustar. Pero es un poquito mi vida sexual resumida para ustedes!
Espero que lo hayan disfrutado y dejen puntos! 🙂
Empecé mi vida sexual a los 16, con el típico caso del primer noviecito, él era un chico bastante lindo, rubiecito, deportista y bastante simpático. La realidad es que tanto la primera vez como las siguientes, no me parecía la gran cosa, él no se caracterizaba digamos por tener una re pija, sería normal tirando a menos. Y el sexo era típico de primerizos, muy tosco, muy monótono.
Sin embargo, ya desde los 15 que ya me daba picos con mis amigas, algunos chapes a medida que fui creciendo y me iba animando a más, pero como mi novio de ése momento era un poco celoso de que "caliente a los pibes haciendo éso" no lo hacía tanto como quisiera. De todas formas no encontraba tanto placer en sí comiéndole la boca a mis amigas sino que era un poco, parte de un juego.
A los 18, después de casi 2 años de noviazgo con él terminamos, fue mútuo la realidad, él me dijo que no sentía que yo le dé bola (es cierto) y a mí la verdad que ya estaba por costumbre con él, pero ni sentía deseo sexual, ni afectivo casi. Desde ahí empecé a sentir cierto desinterés por los chicos, era la típica histérica que podías charlarle horas y horas, pero nunca ibas a concretar. Capaz algunos besos en un boliche, pero nunca más que éso.
A su vez, seguí con el tema de los chapes a mis amigas, nunca a desconocidas hasta ese entonces, sin embargo, el tema de andar sola hizo que me empiece a animar, todavía me acuerdo bien una noche en un boliche de Palermo, sobre Olleros y casi Libertador... Una chica me encaró y me empezó a hablar, re simpática, pelo castaño claro, arito en la nariz, unos labios hermosos y mucha onda. Yo no había entendido primero que lo que buscaba era "levantarme" y le charlé como si fuera una charla común con una amiga, cuando me percaté de lo que en realidad quería por sus gestos y por como se me acercaba, me corrió un escalofrío por todo el cuerpo, me empecé a calentar y me gustaba esa idea.
Para cuando me dí cuenta de éso, ya la tenía a ella partiéndome la boca. Me fue dando unos besos suaves pero con mucha lengua y caricias. Nos empezamos a abrazar y apretar entre nosotras como si nadie más existiera. Me había empezado a mojar y todo. Sinceramente fue algo casi revelador para mí.
Me sirvió mucho para despertar mi curiosidad, empecé a mirar videos de lesbianas en internet, me dí cuenta que éso me calentaba y mucho, siempre que los veía me terminaba tocando y acabándome como si fuera yo la protagonista. Decidí ir a un boliche gay y probar qué tal me iba. Fui varias veces a la famosa Plop! y me llevé muy buenas experiencias, pero siempre chapes. La realidad que a veces me iba desilusionada por éso, yo esperaba que pase algo más, pero no me animaba a proponerlo yo.
Un día fui a una fiesta de compañeros de la facu en una casa enorme de Olivos, muy buen ambiente y mucho alcohol, la verdad que la estaba pasando bárbaro, me pasó de rebotar toda la noche pibes, no me interesaban ni un poco. Se ve que fue bastante evidente porque en un momento se me acercó una morocha de muy buen cuerpo, más bajita que yo, dos tetas muy grandes naturales, una cara de diosa mal y una cinturita muy chiquita. Era preciosa! Sí era más grande que yo, hablando me enteré que se llamaba Nadia y tenía 28 años (yo tenía 19 en ese entonces). Empezamos a charlar y me tiró lo obvio:
- Nadia: Rechazaste chicos toda la noche, me parece que vos y yo queremos lo mismo...
- Yo: Ah si? Vos que queres?
- Nadia: A vos, lógico...
No llegué a contestar que me partió la boca de un beso, no me importó nada y la dejé seguir aún estando frente a mis compañeros de la facu (que no sabían nada de eso). Obvio como pasa siempre, te rodean chicos a decirte todo tipo de cosas, ni eso nos frenó... estuvimos un rato largo como locas a los besos. Me acuerdo bien que ella me separó y me susurró si no quería irme con ella a su depto a unas cuadras. No pude decir "sí", solamente afirmé con la cabeza, fue suficiente y salimos de ahí, caminamos buscando un taxi mientras frenábamos para volver a comernos a besos.
Una vez subidas al taxi, no pudimos aguantarnos y como si fuera lo más normal del mundo, nos pusimos a chapar en el asiento de atrás, no me quiero ni imaginar lo que habrá pensado el taxista y su calentura. Habrá disfrutado ese viaje tanto como nosotras. Ya en su departamento, se me fueron todas las dudas, sabía que lo que más deseaba era ver ese cuerpo, disfrutar de ella.
Me ofreció tomar algo, pero mi ansiedad fue más grande y me tiré con ella a besarnos en el sillón del living, de a poco nos fuimos animando a más, sentía las manos de ella que me recorrían todo el cuerpo y la sensación que tuve fue inexplicable, nunca había estado tan caliente. Nos fuimos sacando muy despacio la ropa, terminamos las dos totalmente desnudas a los besos en ese sillón, nada nos frenaba. Ella me daba besos en el cuello e iba bajando, llegó a mis tetas y me las empezó a chupar, como nunca lo había hecho mi ex novio, una delicadeza, una imagen hermosa era verla ahí. Cada vez que la miraba me sonreía con mi pezón entre sus labios.
No tardó en seguir bajando y llegar a mi panza, fue dándome besitos muy lentamente, recorría mi pelvis y mis piernas. A esa altura yo sentía que estaba toda mojada, mis gemidos eran como súplicas de lo inevitable. No puedo describir con palabras la sensación que sentí cuando por fin su lengua se puso en mi conchita, cuando por primera vez sentí la lengua de una mujer acariciarme la conchita, como jugaba conmigo, como me entendía, como me hacía delirar...
Estuvo un rato largo así, yo revoleaba las piernas para todos lados mientras gemía como nunca, de vez en cuando se me escapaba algún que otro gritito. Me apretaba las tetas yo sola, le pedía que no pare, ella se daba cuenta y aumentaba el ritmo, no hizo falta más que toda esa escena para acabarme por primera vez. Sonreí y le dije que me tocaba a mí devolverle el favor... repetí todo como lo hizo ella, bajé despacito, me detuve en sus enormes tetas y fui lentamente por esa piel trigueña hasta llegar a su conchita, cuando la tuve ahí entendí todo. Qué manera de disfrutar, por favor, que lindo sabor tenemos las mujeres. No podía parar, había nacido para éso, me enloquecía, me calentaba tanto como si me lo haría a mi misma. En el único momento que me detuve fue cuando ella me sacó con la mano y me pidió que espere, fue a su pieza y volvió con un consolador, me pidió que se lo meta. Empecé un juego con mi lengua y el aparatito ése, tal como había visto en tantas películas, me excitaba verme en esa situación.
La noche siguió con nosotras dos yendo y viniendo, nos fuimos inclusive a su pieza y en la cama hicimos un 69 entre nosotras, todo fue algo increíble. Esa noche me dí cuenta que lo que a mí me gustaban eran las mujeres. Me acuerdo de habernos quedado dormidas, me levanté a la mañana con ella al lado mío desnuda, la empecé a besar despacio como si estuvieramos enamoradas... No bastó más que éso para despedirnos de la mejor manera, repitiendo lo de anoche una vez más. Para las 11am me fui de su casa y no volví a ser la misma.
Pasaron las semanas y empecé a sentir algo de nervios por creerme completamente lesbiana. Temía enfrentarme a la realidad de no ser "el común" de la gente. Asi que decidí que tenía que cogerme un chico. Salí a bailar un viernes SOLA, vestida muy trola, un top y una calza completamente apretada, me marcaba la cola y la conchita. Cualquiera que me viera se daba cuenta que esa noche quería que cojan.
Como se imaginarán, estaba bastante en pedo y rodeada de chicos que me ofrecían tragos, me chamuyaban, etc...
Fui rechazando varios hasta que uno de unos aprox 30 años se me acercó, me gustó pensar que tenía experiencia y me iba a tener ganas de un hombre otra vez. Me empezó a hablar y bien de puta, le mordí un poquito la oreja y le dije que si me quería coger, era ahora o nunca. No dudó ni un segundo, me tironeó del brazo y me sacó de ahí. Ni le había dado un beso, nada, pero ya estaba en su auto llegando al telo.
No era para nada feo él, estaba bastante trabajado su cuerpo, lo noté cuando me arrinconó a la pared y me empezó a comer la boca, seguí con sus besos, sin embargo no se comparaba con lo vivido semanas atrás. Hacía casi 2 años que no probaba una pija, admito que un poco de ganas me dió en ese momento y me arrodillé a él para chuparsela, cuando le bajé el pantalón me encontré con una pija bastante gordita, no muy larga. Se la empecé a tragar sin haberme sacado la ropa, él toscamente me sacó el top para dejarme las tetas al aire, yo lo seguía peteando y llenando de saliva para pajearlo a su vez. La calentura lo hizo apretarme bastante la cabeza a su pija para que me atragante, un poco sentirme una puta me gustaba, sentía que me mojaba con cada ahogada que me hacía. De todas formas no aguantó mucho y empezó a gritarme que se acababa, yo extrañaba mucho el sabor de la leche, le abrí la boquita y saqué mi lengua, obvio él no lo dudó y me llenó la boquita de su leche.
La tragué y me llevó a la cama, se terminó de sacar la ropa y me empezó a chupar la conchita, para nada parecido a lo que había vivido, para no dejarlo triste a los 5min le dije "no aguanto más, cogeme, quiero tu pija adentro" no era verdad, solamente que no quería que me la siga chupando, prefería que me coja.
Obvio que él se abalanzó al escuchar éso y me empezó a coger, ahí me dí cuenta que todo éso no era lo mismo. No me disgustaba, pero no sentía para nada lo que había sentido con Nadia. Para hacerlo volver a acabar, me subí sobre él y lo cabalgué como si fuera la máxima amante de las pijas. Se acabó en el forro, yo me bajé sin acabarme y le dije que si no le jodía, me tenía que ir.
Él estaba chocho, no pensó jamás haber tenido la noche que tuvo por más que haya sido corta.
Me dejó a unas cuadras de mi casa y se fué. Yo volví y me tiré a pensar... ¿Era lesbiana?
Bueno! Va a haber una segunda parte... no quiero que se haga tan extenso uno sólo para no omitir algunas partes que sé que les van a gustar. Pero es un poquito mi vida sexual resumida para ustedes!
Espero que lo hayan disfrutado y dejen puntos! 🙂
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