Hace dos veranos atrás, nos fuimos de vacaciones a Carlos Paz, con mi marido, alquilamos
una casa chiica, con un jardincito y una pelopincho, llegamos un lunes a la mañana, y al rato
ya estabamos tomando mate a la orilla del lago san roque, me encantan las Sierras cordobe-
sas, me hace muy bien el aire, y Carlos Paz es una ciudad muy atractiva, cada verano que
voy aprovecho para ver todas las obras de teatro que puedo. La cuestión es que estabamos
tomando mate, y un muchacho de unos 20 años se nos sienta al lado, tenia puesto solo un
shorcito, muy buen lomo, trabajado, yo lo miraba disimuladamente, pero ustedes ya me cono-
cen y me estaba empezando a mojar, el muchacho miraba el lago fijamente, parecia pensa-
tivo, nos miramos con mi marido y el me hizo un gesto para que le convidara un mate, ´ que-
res un amargo ?´ le dije, el muchacho me miro, sonrio y estiro la mano para agarrer el mate.
Nos contó que se llamaba Kevin, que era maestro panadero y trabajaba en una importante
panaderia de la ciudad, pero ahora estaba de vacaciones, que tenia 21 años, era soltero, no
tenia familia, sus padres lo habian abandonado y vivia en una pensión, me parecio un encanto
de chico, y me moria de ganas por llevarmelo al chalecito, lo consulte con mi marido y lo invi-
tamos a comer, primero pasamos por el supermercado a comprar, un poco de todo, ´ si quieren
les hago unos fideos caseros, soy muy bueno cocinando´ nos dijo. Se puso a amasar, era un
maestro, claro, era maestro panadero, unas manos divinas, me mojaba toda mirando como
estrujaba la harina, rompia los huevos y los mezclaba, dejo descansar la masa , luego la estiro
y corto los fideos artesanalmente con un cuchillo, cuando quedaron listos, nos sentamos a
comer, estaban riquisimos, le pusimos un pesto que compramos en el super, charlamos un
poco de todo, era un muchacho muy educado, serio, yo estaba de los mas excitada y ya
fantaseaba con la idea de llevarlo a Sarandi y ponerle una panaderia en el local que tenemos
desocupado adelante de casa, terminamos de comer y mi marido se fue a dormir la siesta.
Me quede sola con el, lo miraba y me babeaba toda, ´ Yo no tengo familia, estoy muy solo,
te puedo llamar Tia Marta´, me dijo y yo me mori de amor, le dije que si, que nos podia llamar
Tia Marta y Tio Miguel, que chico tan dulce, casi se me cae un lagrimón. El se paro, tenia
un cuerpo precioso, nada de panza y pocos pelos en el pecho, ´ Tia, tenés una pileta en el
fondo ? ´ me pregunto y le dije que si, que se podia bañar si queria, fuimos para la pelopincho,
nos metimos adentro y Kevin me dijo, ´ Tia Marta, te molesta si me saco el short, lo que
pasa es que se va a mojar y prefiero que quede seco´, le dije que estaba bien, me agarraron
palpitaciones al ver esa poronga hermosa que tenia, ´ Tia Marta, me parece que te gusta mi
verga, no ? ´, me pregunto y yo senti mucha verguenza, podia ser mi nieto, timidamente le
dije que si, el me miraba libidinosamente, mientras se acariciaba la poronga, le dije que el
Tio Miguel podia venir y se iba a enojar con los dos, me sonrio y se sento al lado mio, ´ me
encantan las señoras maduras como vos, sabes ?´, yo no podia disimular la excitación y se la
empecé a acariciar, el me metio dos dedos en la vagina y yo le pedi que no hicieramos ruido,
para que no se despertara el Tio, ´ Te voy a cojer Tia´, me dijo y no alcancé a contestarle que
ya la tenia adentro, estuvimos un rato largo y finalmete me acabo en la boca, cuando volvimos
a la casa, Miguel seguia durmiendo, tomamos unos mates y Kevin se fue, me dijo que volvia
a la noche, se apareció a las 21hs con dos muzzarellas grandes, ´ las hice yo para ustedes,
mis tios preferidos´, nos dijo con ternura, ´ Gracias, sobrino´ le contestó Miguel, comimos,
tomamos unas cervezas y nos fuimos a dar una vuelta por el centro, lo invitamos a tomar
un helado, el le pasaba la lengua al cucurucho y me miraba con lujuria, yo hacia lo posible
para disimular la excitación que tenia, volvimos a casa y Kevin nos pidio si se podia quedar
a dormir, mi marido le dijo que no se enojara, pero no lo conocia lo suficiente y cuando tu-
vieramos mas confianza se iba a poder quedar, pero Kevin reacciono mal, ´ Tio Miguel, me
estas tomando de chorro ?´ pregunto enojado, mi marido le dijo que no,
´Esta bien Tio, no te hagas problemas me voy´ dijo Kevin ofendido y se fue sin saludar, nos
fuimos a dormir, no le hice ningun comentario a Miguel, apoye la cabeza y me quedé dormida.
Al otro dia, esperaba encontrarlo en el lago, pero no apareció, tampoco volvio a casa.
tres dias después, estabamos mateando a la orilla del lago, y se nos acercó un muchacho
que vendia pastelitos de membrillo, le compramos dos, y se nos puso a charlar, nos conto
que era de catamarca y que venia los veranos a Carlos Paz para trabajar durante la tempo-
rada, tomo unos mates con nosotros y lo invite a almorzar a nuestro chalecito, el muchacho
encantado, mientras ibamos caminando para la casa, le dije a Miguel que no sea rudo con
este muchacho, que se notaba que era honesto y trabajador y podiamos invitarlo a dormir
en casa, asi se ahorraba la pensión.
una casa chiica, con un jardincito y una pelopincho, llegamos un lunes a la mañana, y al rato
ya estabamos tomando mate a la orilla del lago san roque, me encantan las Sierras cordobe-
sas, me hace muy bien el aire, y Carlos Paz es una ciudad muy atractiva, cada verano que
voy aprovecho para ver todas las obras de teatro que puedo. La cuestión es que estabamos
tomando mate, y un muchacho de unos 20 años se nos sienta al lado, tenia puesto solo un
shorcito, muy buen lomo, trabajado, yo lo miraba disimuladamente, pero ustedes ya me cono-
cen y me estaba empezando a mojar, el muchacho miraba el lago fijamente, parecia pensa-
tivo, nos miramos con mi marido y el me hizo un gesto para que le convidara un mate, ´ que-
res un amargo ?´ le dije, el muchacho me miro, sonrio y estiro la mano para agarrer el mate.
Nos contó que se llamaba Kevin, que era maestro panadero y trabajaba en una importante
panaderia de la ciudad, pero ahora estaba de vacaciones, que tenia 21 años, era soltero, no
tenia familia, sus padres lo habian abandonado y vivia en una pensión, me parecio un encanto
de chico, y me moria de ganas por llevarmelo al chalecito, lo consulte con mi marido y lo invi-
tamos a comer, primero pasamos por el supermercado a comprar, un poco de todo, ´ si quieren
les hago unos fideos caseros, soy muy bueno cocinando´ nos dijo. Se puso a amasar, era un
maestro, claro, era maestro panadero, unas manos divinas, me mojaba toda mirando como
estrujaba la harina, rompia los huevos y los mezclaba, dejo descansar la masa , luego la estiro
y corto los fideos artesanalmente con un cuchillo, cuando quedaron listos, nos sentamos a
comer, estaban riquisimos, le pusimos un pesto que compramos en el super, charlamos un
poco de todo, era un muchacho muy educado, serio, yo estaba de los mas excitada y ya
fantaseaba con la idea de llevarlo a Sarandi y ponerle una panaderia en el local que tenemos
desocupado adelante de casa, terminamos de comer y mi marido se fue a dormir la siesta.
Me quede sola con el, lo miraba y me babeaba toda, ´ Yo no tengo familia, estoy muy solo,
te puedo llamar Tia Marta´, me dijo y yo me mori de amor, le dije que si, que nos podia llamar
Tia Marta y Tio Miguel, que chico tan dulce, casi se me cae un lagrimón. El se paro, tenia
un cuerpo precioso, nada de panza y pocos pelos en el pecho, ´ Tia, tenés una pileta en el
fondo ? ´ me pregunto y le dije que si, que se podia bañar si queria, fuimos para la pelopincho,
nos metimos adentro y Kevin me dijo, ´ Tia Marta, te molesta si me saco el short, lo que
pasa es que se va a mojar y prefiero que quede seco´, le dije que estaba bien, me agarraron
palpitaciones al ver esa poronga hermosa que tenia, ´ Tia Marta, me parece que te gusta mi
verga, no ? ´, me pregunto y yo senti mucha verguenza, podia ser mi nieto, timidamente le
dije que si, el me miraba libidinosamente, mientras se acariciaba la poronga, le dije que el
Tio Miguel podia venir y se iba a enojar con los dos, me sonrio y se sento al lado mio, ´ me
encantan las señoras maduras como vos, sabes ?´, yo no podia disimular la excitación y se la
empecé a acariciar, el me metio dos dedos en la vagina y yo le pedi que no hicieramos ruido,
para que no se despertara el Tio, ´ Te voy a cojer Tia´, me dijo y no alcancé a contestarle que
ya la tenia adentro, estuvimos un rato largo y finalmete me acabo en la boca, cuando volvimos
a la casa, Miguel seguia durmiendo, tomamos unos mates y Kevin se fue, me dijo que volvia
a la noche, se apareció a las 21hs con dos muzzarellas grandes, ´ las hice yo para ustedes,
mis tios preferidos´, nos dijo con ternura, ´ Gracias, sobrino´ le contestó Miguel, comimos,
tomamos unas cervezas y nos fuimos a dar una vuelta por el centro, lo invitamos a tomar
un helado, el le pasaba la lengua al cucurucho y me miraba con lujuria, yo hacia lo posible
para disimular la excitación que tenia, volvimos a casa y Kevin nos pidio si se podia quedar
a dormir, mi marido le dijo que no se enojara, pero no lo conocia lo suficiente y cuando tu-
vieramos mas confianza se iba a poder quedar, pero Kevin reacciono mal, ´ Tio Miguel, me
estas tomando de chorro ?´ pregunto enojado, mi marido le dijo que no,
´Esta bien Tio, no te hagas problemas me voy´ dijo Kevin ofendido y se fue sin saludar, nos
fuimos a dormir, no le hice ningun comentario a Miguel, apoye la cabeza y me quedé dormida.
Al otro dia, esperaba encontrarlo en el lago, pero no apareció, tampoco volvio a casa.
tres dias después, estabamos mateando a la orilla del lago, y se nos acercó un muchacho
que vendia pastelitos de membrillo, le compramos dos, y se nos puso a charlar, nos conto
que era de catamarca y que venia los veranos a Carlos Paz para trabajar durante la tempo-
rada, tomo unos mates con nosotros y lo invite a almorzar a nuestro chalecito, el muchacho
encantado, mientras ibamos caminando para la casa, le dije a Miguel que no sea rudo con
este muchacho, que se notaba que era honesto y trabajador y podiamos invitarlo a dormir
en casa, asi se ahorraba la pensión.
6 comentarios - Confesiones de una mujer madura (23)
nada como cogerse una buena madura