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Con la profe milf en la facu

Hoy les traigo un nuevo relato. Resulta que hace rato que vengo cursando los sabados en la facu. Habitualmente uno pensaría que esto es lo peor que le podría pasar a cualquier ser humano. Tener que levantarse a las 7:30am todos los sábados para tener que ir a la facultad a escuchar que le hablen de números. Pero, en este caso en particular, había un condimento especial que hacía que no fuera tan grave, de hecho no solo no era grave sino que terminaba yendo gustoso a la facultad. Ese condimento especial tenía nombre y apellido, edad y era del sexo femenino. Resultó que la profe de la materia tenía ciertos rasgos que la hacían muy atractiva, sumado al hecho que era la profe de la cátedra en la facultad y eso me ratoneaba mucho. Esta mujer con todas las letras, alrededor de cuarentis, algunos más algunos menos, pelo castaño por los hombros, flequillo, braquets, labios carnosos, busto retocado, abdomen plano, parte posterior prominente y fanática del deporte, todo este combo de mujer hizo de todas las mañanas de mis sábados durante un año, muy muy amenas. Típica profe milf que sabe que está buena y cada vez que puede se aprovecha de esta situación. En caso de que a alguien le suene el teléfono en clase exigía chocolate como compensación, contaba de sus encuentros divertidos con el perro mientras que todos nos la imaginabamos en su ropa de entrecasa tendida en el patio lista para recibirnos. En fin, hasta aquí no mucho más que una típica fantasía con una profesora de físico imponente y actitud agradable. Pasaban los sábados y todos seguíamos embobados disfrutando de cada oportunidad que ella se daba vuelta para anotar en el pizarrón y de cada vez que alguien le preguntaba algo y ella se apoyaba con sus brazos en el banco y sacaba cola, dejando su parte posterior al alcance de la mano y su prominente escote a la vista del que preguntaba, una combinación letal.

Todo el año se siguieron dando este tipo de situaciones y en cada oportunidad que teníamos de hablar de su vida personal, aprovechabamos para sacarle el tema e intentar desnudarla con la vista mientras escuchabamos sus relatos. Uno de los últimos sábados del año, ya con una cierta confianza, ella en medio de la clase se va en dirección al baño y yo interna y rápidamente pensé en ver hasta donde llegaría su buena predisposición. Nuestra aula estaba en un extremo del pasillo mientras que los baños estaban al otro lado, por lo que ella salió del aula y para cuando transitaba la mitad del pasillo, salí yo y dejé que escuchara mis pasos. Ella sin detenerse, volteó su torso desacomodando su flequillo en su frente para notar que era yo quién salió de la clase. Se le esbosó una pequeña sonrisa en el rostro, obviamente sin saber lo que yo intentaría. En el otro extremo del pasillo, los baños de hombres y mujeres poseen las puertas enfrentadas, en cierto punto los mejitorios se encuentran a la vista de la gente que pase por la entrada de los baños. Cuestión, para cuando yo llegué al baño, ella ya había ingresado al suyo, podía escuchar sus movimientos. Esperé a que saliera del box y cuando comenzó a lavarse las manos, ese fué mi pie para escabullirme. Entré y me quedé mirandola fijamente en silencio. Ella estaba retocandosé el pelo frente al espejo, con su figura escultural que tan loco me tenía. Al instante que entré, me vió y siguió acomodandosé como si no estuviera ahí, comenzó a mirarme en el reflejo del espejo. Giré mi vista hacia el espejo para darme cuenta de esto y cuando nuestras miradas se conectaron, me dijo "pensé que no te ibas a animar a entrar". Mi corazón casi explotó, mi sangre empezó a fluir mucho más rápidamente, parecía irreal la situación. Yo no entraba en mi asombro por su comentario, pero sin decir nada comencé a entornar la puerta. Ella me interrumpe y me dice "dejá dejá, dejala abierta. Si nos tienen que escuchar nos van a escuchar". Ahí comprendí que no era el único que había estado fantaseando con ese momento. Con la puerta abierta y con un fuego que me corría por el cuerpo, me acerqué hasta ella por atrás, la tomé por el abdomen y me acerqué a su cuello mientras ella veía toda la situación a través del reflejo del espejo como si fuera espectadora. Mis palabras susurradas en su oído fueron "venga conmigo profe" y sin oponer resistencia alguna se dejó ser empujada hasta el interior del box del medio. En esos dos pasos del espejo al box, no más de un metro de distancia que pareció un milenio por la cantidad de imágenes y pensamientos que pasaron por mi cabeza en esos segundos. Finalmente, luego de todo un año de fantasía, toda esa imaginación estaba haciendose realidad. El final de la historia lo dejo para su imaginación, así como yo me lo imaginé durante un año. Les aseguro que todo lo que me imaginé, se quedó corto frente a esa experiencia con la profe en esa situación en particular. Una experiencia que quedará en mi recuerdo de por vida, por lo que fué y por su historia previa. Un encanto de mujer realmente

2 comentarios - Con la profe milf en la facu

narutito87
muy bueno lastima que quede con ganas de saber que tan loquita era la profe 😀