Hola! Después de un tiempo, vuelvo a comentar lo que me pasó hace relativamente poco, cuando volví a ir a Mendoza en camión.
Si recuerdan cómo terminó mi primer viaje a Mendoza, recordarán que Brian me mandó un mensaje que volvía a viajar, esta vez de Buenos Aires a Mendoza, pasando por Rosario. Bueno, al final, lamento decirlo, esa ocasión, por mas garra que le puse, quedó en la nada: tuve que viajar antes por temas laborales, y al final no coincidimos por un tiempo. Pero esto no lo iba a dejar pasar: Brian me había mostrado un camino que me había encantado. Entre él y su primo, me habían hecho ver qué era lo que realmente me gustaba (uno en un camión y otro en una cama, en San Nicolás). Me seguían gustando las mujeres, y los hombres en sí no me gustaban, pero disfrutaba tanto con una pija en el orto que no podía mas que seguir intentando reunirme con Brian.
Por suerte, sólo dos meses mas tarde pude hacer coincidir un viaje mío con un viaje de él. Arreglamos todo como una semana antes, y yo me preparé meticulosamente. Con la excusa ante mi señora de que quería arreglarme para las vacaciones de verano, me depilé por completo piernas y cola. Me dolió un montón, pero valdría la pena, pensaba yo.
Además, me fui a un sex shop, y me compré un juguetito, un abridor anal, así me podía bancar de forma razonable el vergón de Brian. Ese juguete, por supuesto, no se lo mencioné a mi esposa para nada.
Quedé un viernes que me pasaba a buscar. Yo a mi mujer le mandé una excusa de que ese día estaba mas barato el pasaje (lo compré por internet incluso), y me preparé la valija para quedarme unos días en Mendoza, aunque en realidad debía estar el lunes. Ustedes quizás se pregunten el porque de estos juegos y misterios, si podía simplemente quedar en Mendoza (donde vivía Brian), y juntarnos en un telo ahí, en lugar de vernos en la ruta y que me coja en el camión. La respuesta es simple: me recalentaba mucho mas la idea de ser un juguete sexual que la idea de ser un amante. El hecho de ser usado sexualmente en un camión (con sus incomodidades) me resultaba mas atractivo que hacerlo en una cama de hotel. Además, no se porqué, me parecía que le daba mas nivel a la situación de hacerlo en un hotel, le daba como mas formalidad. Y eso, aunque les parezca hipócrita, me parecía que era engañar en demasía a mi mujer. Si, no suena muy lógico, lo sé. Pero es lo que sentía.
Me tomé entonces el viernes a las 11 un taxi a la terminal de colectivos. Apenas llegué, guardé el ticket en la billetera (prueba), me bajé de ese taxi y me tomé otro, que pedí me dejara en la circunvalación. Al taxista no creo que le haya extrañado, porque por esa zona hay varias empresas. Pero yo no buscaba entrar en una empresa. Esperaba a un camionero.
Muy puntual, llegó el camión de Brian, tal como habíamos quedado (minuto mas, minuto menos). Me abrió la puerta, y yo sin dudar, subí de un salto (bueno, como pude en realidad), con el corazón desbocado y mi pija poniendose morcillosa.
-Buenas!!!-dije, y me salió medio bajito por los nervios.
-Que tal!-me responde él, mirándome de arriba a abajo, con una media sonrisa en el rostro.-Listo para divertirte?-Siii!!!!-le dije, y me tiré a manotear el bulto.
-Epa, epa!-me frena con una mano grandota.-No tan rápido! Se nota que estás impaciente, no? Pero tengo que manejar, tenemos que llegar a Mendoza hoy a las...-mira el reloj-8 de la noche. Así que tengo que manejar sin parar.-me dice, y me cortó la onda. No entendía que pasaba, habíamos quedado en que me pasaba a buscar, y yo entendí que era para que me garche sin parar. Pero bueno, le habría entendido mal. Era su trabajo, y no lo iba a arriesgar por una culeada. Me mordí un labio, y me senté bien derecho, aunque me sentí bastante pelotudo por los preparativos, y quizás haya hecho una mueca.
-Ayy, ayy, que pucherito me hace la nena!-se entra a reír Brian, mientras me despeina con una mano.
-No te preocupes, algo vamos a hacer. Ya tengo un plan. Pero me ahcés caso en todo, me entendés? -Mmm..si, si. Lo que digas.-le contesto, mi esperanza y mi pija de vuelta altas.
-Bueno, ahora dejame manejar un rato, así llegamos donde tenemos que llegar, y ahí vemos...-me dice, mirándome de reojo, riéndose todavía por mi reacción.
-Dale. Te molesta si trabajo un rato?-le pregunté, porque ya que no cogía, quería aprovechar el tiempo.-Dale nomás.-me responde.
Yo saco la laptop, y me puse a trabajar un rato. Habré estado una hora laburando, cuando me di cuenta que tenía baja la batería. Entonces abrí la mochila para sacar el cargador, y en eso se cae el consolador al piso.
-Upa! Te viniste preparado?-me dijo Brian entre sorprendido y divertido. No pude evitar sonreírme.-Eso y algo mas.-le dije, mientras veía el bulto de su entrepierna crecer.
-Uff.Me calentaste. A la mierda. Chupámela.-me dijo mientras se sacaba la chota del pantalón. No tenía ropa interior, y no estaba dura del todo, pero estaba ya linda y grande.
Me agaché como pude, y lo quise tomar entre mis manos, pero se adelantó, la aagarró fuerte bien de la base, y jugaba con ella, sacándola del alcance de mi boca, y pegándome cada tanto con ese pijón en los labios y en la cara. Yo me desesperaba por intentar atraparla con la boca.
-Viste como la calesita? Agarrá la sortija y tenés premio!-me larga, mientras me va pegando, cada ve con mas dificultad se veía porque al estar mas dura, no podía maniobrarla tanto. Aproveché en eso, la atrapé con mi boca, y no la dejé ir. El la suelta, y entonces aprovecho yo y la agarro fuerte con una mano, mientras que con la otra me bajaba el pantalón.
-Uff...dale, así, así...-me decía entre gemidos, mientras tenía una mano en el volante y otra en mi cabeza, acariciándome suavemente mientras yo trababa de devorar ese monstruo. Estaba algo traspirado, pero no tenía mal olor. Al contrario, me gustaba y me calentaba mas eso. Tenía un leve olor salado y algo de jabón, aunque no me detuve en pensar en eso demasiado mientras con ansias me metía todo lo que podía de esa pija en la boca. La chupaba, la mordía, le recorría el tronco con la lengua, me metía sus huevos en la boca, los chupaba y los largaba, y volvía a empezar desde arriba lamiendo la cabeza y después metiendomela en la boca, chupando poseído. Con el pantalón bajo, me mandé un dedo en el culo y después dos, recaliente.
-Que linda colita depilada, putito!-me dice, entre gemidos.
Al poco tiempo, sentí las convulsiones de Brian, , y que me apretaba la cabeza (sin necesidad, porque ni en pedo dejaba escapar esa leche), para llenarme la boca de su semen caliente, espeso y salado.
-Ahhh..ahhh...ahhh...-gemía, en un orgasmo que parecía no terminar. Un buen chorro de leche se me escapó de entre los labios, sin poder evitarlo. Pero cayó sobre sus marcados abdominales, así que después aproveché y termine de limpiarlo con la lengua.
Ahí reaccionó, y me miró.
-No.-me dice, y siento que me pega un cachetazo fuerte en la cola.
-Esperá. Todavía no te cojo. Tené un poco de paciencia, che.-me dijo, y yo me limpié las comisuras de leche, me recompuse un poco, y me senté como corresponde.
-Tené paciencia, y confiá en mi.-me dijo después, con una caricia en la pierna.
Agarró una toallita de la guantera, se limpió un poco y, después de una mirada de reojo y una sonrisa, me lo tiró a mi.-Tenés leche en el cuello.-Yo me reí un poco, aún caliente y confundido. Me limpié un poco, me terminé de aocmodar el pantalón, y esperé, aunque era difícil.
Pasó el tiempo, él iba manejando, cada tanto me tiraba una orden algo seca ("pasame esas galletitas", "cebame mate","acomodá un poco el espejito", etc), pero bastante en silencio. Me hubiera sentido peor si no fuera porque cada tanto me miraba de reojo (sin perder mucho de vista la ruta), y me tiraba una media sonrisa. Asi que me la banqué, y sólo hacía lo que el me decía. Intenté laburar un rato mas, pero no me podía concentrar, asi que cerré la laptop, guardé todo y me quedé callado.
En ese momento, como si fuera una señal, Brian tomó la radio de a bordo, e hizo una llamada.
-Central, central, aquí "Toto cero cinco". Cambio.-dijo por la radio, y me puse a escuchar, interesado en lo que decían. Se escuchaba bastante bien la radio, así que pude oír la respuesta: "-Acá Central. Que pasa, Moreno? Cambio"
-Estoy con un problema en las ruedas delanteras. No se si voy a tener que llamar al auxilio. Cambio.-contesta por la radio. Yo miraba extrañado, porque no había sentido ninguna avería, pero como no conozco mucho de vehículos, no dije nada. Se escuchó la contestación acto seguido:
-Recibido, Moreno. Necesita que llame? Usted anda cerca de...La Paz, no? Cambio.
-Afirmativo, Central. Creo que llego a La Paz. Llamen al Cholo.Cambio.-contesta Brian.
-Recibido, Moreno. Dice que llega en media hora, a la Shell de Autopista. Cambio.-se escucha desde la radio.-Negativo, Central. No llego. Paro en el antiguo parador.Cambio.-responde Brian, una vez mas. Yo a todo esto, no entendía nada.
-Ok, Moreno. Avisado. Cambio y fuera.-responde el operador.
A continuación me mira Brian, y me dice: -Ponete en bolas.
-Pero, pero no entiendo, que pasa?-le dije, mientras con dudas aún, me empezaba a desabrochar la camisa. La incertidumbre luchaba con la calentura, pero esta ganaba.
-Te dije que estaba todo arreglado. Eso si, a los mecánicos, que son amigos, les vas a pagar vos, Jejeje.-me dice, mientras se ríe. Yo todavía no entendía mucho, pero rápido me saqué los pantalones y la camisa, como él quería. Cuando me estaba por sacar las medias, me ordena: -Dejate las media, y ponete la corbata tambien.- Por supuesto, le obedecí.
-Así me gusta, que seas obediente.-me dijo, mientras me acariciaba los pezones, y me sobaba un poco el pecho. Como estaba pasado de peso, tenía un poco de tetas. No pude evitar gemir. Hice ademán de tirarme hacia su pija, pero me frenó de nuevo, y me dijo: -Paciencia. Ya llegamos.
Y era cierto: en menos de cinco minutos, llegamos a una desviación del camino por el cual salió de la autopista, y llegamos a un parador abandonado. Una estación de servicio que estaba cerrada, se ve, sin funcionar hace tiempo, pero aún se veía el cemento de los pisos, y un techo oxidado. La autopista se veía a casi un kilómetro, con las luces que se empezaban a ver ya de lejos en el atardecer de Mendoza.
Apenas paramos, me agarró de la corbata y me tiró hacia su entrepierna, bruscamente. Como pude, abrí el cierre del pantalón y dejé salir su verga fláccida aún, pero que no permanecería así por mucho: me la metí entera en la boca (así era la única manera, mientras estaba casi muerta), y al momento empezó a crecer, tan de golpe que me golpeó un diente y me hizo doler. Igual sólo la saqué un poco, y seguí chupando mientras sentía sus dedos jugar en mi culo, preparándome. Mientras yo le chupaba la verga, dejándola completamente ensalivada, él me tiró un poco de gel y me metió el abridor que yo tenía ya preparado en la mano, de golpe. Mi culo protestó un momento mientras el juguete plástico se hundía en mí, pero en poco tiempo se acostumbro al intruso.
Seguimos jugando así, yo con su pija en la boca, el con mi consolador en el orto, cuando se ven unas luces y se escucha ruido de llantas afuera. Yo me salí de golpe, y empecé a buscar mis ropa, pero Brian me gritó: -Quieto!
Se acomodó la pija en el pantalón como pudo, y bajó del camión. Yo asustado me cubrí un poco con mis ropas, no sabiendo que pasaba pero sin querer desobedecer la orden, y escucho que me llaman de afuera.-
-Bajá, trolín!-la voz de Brian llamando. Medio tapado con mis ropas hechas un bollo, bajé como pude del camión, y vi que había una camioneta grande, que tenía pintado un nombre que no pude ver bien del todo, pero decía algo así como "Auxilio".
Apenas bajé, Brian se acerca a mi y me empuja hacia la luz de los faros de la camioneta, sacándome la ropa de las manos. -Ponete bien derecho, que te vean!.
Lleno de verguenza, hice lo que me decía. Ahí se escuchó un silbido, y vi perfilarse contra la luz dos siluetas. Cuando se acercaron mas, vi que era un tipo grande, de cincuenta o sesenta años, un poco panzón, pero grandote, y un petiso joven, morocho, que tendría alrededor de veinte.
-Bueno, bueno. Espero que lo que cuenta el Brian sea verdad, porque quiero cobrar hoy, eh?-dice el viejo, mientras se acaricia la chota por sobre el pantalón.
-Si, tengo algo de plata.-respondo, sin saber que decir.
Se acerca de golpe, furibundo, y me agarra de los pelos.-Que plata ni ocho cuartos, hoy te vamos a romper bien el orto, entendiste??-me dice, y yo casi llorando asentí con la cabeza.
-Así me gusta.-dice, y se va a la cabina de la camioneta (una tipo Van), y ahí habla por radio:-Central, si, tiene las dos ruedas rotas, y ademas tiene problemas en el tablero eléctrico. Hasta mañana no llega, porque no tengo el respuesto acá. Si, mañana seguro. Cambio.-y ahí recién entendí que se había puesto de acuerdo con estos (los mecánicos) para hacer una parada de unas horas con una buena excusa. La gratitud que me invadió por lo que estaba dispuesto a hacer por mis gustos, me relajó, y empecé a mirar la situación con otros ojos: esto era exactamente lo que me gustaba, y Brian lo sabía.
El joven abrió la puerta de la camioneta, la del costado, y me mostró que había un colchon medio sucio y un par de almohadas. No me importó el estado de precariedad de todo, sólo ahí caí en la cuenta que tendría tres pijas para mi toda la noche (o lo que aguante). Primero lo agarré a Brian del cinturón, y lo traje de golpe mientras me sentaba en la camioneta. La bajé el cierre de golpe, y me metí su poronga semi parada en la boca para endurecerla. No me llevó mucho dejarla dura, mojada por completo con mi saliva.
Mientras estaba en eso, veía de reojo que el joven se sacaba el pantalón, quedándose en camisa nomás. Portaba una poronga gruesa pero corta, que empezó a manosearse solo como para prepararla. El viejo, apenas terminó de hablar, se pasó para atrás de la Van, y no esperó a desvestirse: se bajó el cierre y me apoyó la pija venosa, gruesa aunque fláccida entonces (y mas chica que la de Brian) en la cara. Como estaba ocupado con una mas grande y que me gustaba mas, sólo hice una pausa, me escupí la mano y empecé a pajearlo despacio, un poco para endurecer su poronga y otro poco para limpiarla de restos de mugre si hubiera (igual estaban limpios por suerte, aunque con un ligero olor a grasa de auto).
Brian no tardó en largarme un buen lechazo en la garganta que casi me hace atragantar. Cuando acabó con buenos gemidos, abrió la puerta trasera de la van, se sacó el pantalón y se puso a fumar un pucho mientras veía el espectáculo que daba yo.
El viejo (el Cholo) me agarró de los pelos, y me hizo subir al colchón.-Ponete en cuatro, putito!-me dijo, mientras me daba un cachetazo en la cola, no muy amablemente. El mas joven (Nacho), sólo se rió un poco, mientras se acomodaba para que se la chupara a él mientras el viejo se ponía detrás mío, tirándome de la corbata. la verdad es que estaba muy caliente yo. No había acabado nunca, y tenía el hoyo preparado para que me cojan, pero el viejo se tomaba todo el tiempo del mundo. Debe haber tomado un viagra o algo, porque la tenía re dura sin que se la chupara, y me puerteaba constantemente mientras yo saboreaba la otra verga. Me tiró un poco de vaselina que le pasó Brian a su pedido, y movía la cabeza de su pija alrededor de mi ojete, sin meterla. Estuvo así un rato largo, y yo cada vez mas desesperado por que me coja, hasta que empece a mandar mi cola para atrás, intentando hacer entrar el pito ese adentro mío. Eso le causó mucha risa al viejo y a Nacho, y lo comentaron a Brian, que también se reía.
-Pero mirá vos que trola golosa cómo le gusta la pija!!!-se reían los tres, y yo sin ser cogido aún. Empecé a gemir un poco de la calentura sin poder evitarlo, y ahí fue cuando el viejo se inclinó sobre mí, y me dijo al oído:-Vas a tener pija de sobra ahora.-y sin otro aviso, me la hundió hasta el fondo de un saque. Me cortó la respiración por un segundo, pero se ve que el viejo sabía, porque ahí nomás acabé en seco. Del placer casi le muerdo la pija al otro, la tuve que sacar un momento. Y a todo esto el viejo no se movía aún.
Sólo momentos después se empezó a mover, despacio pero con mucha cancha, entrando hasta el fondo, dejándola un poco ahí, saliendo muy despacio y después adentro hasta el final de un solo golpe poderoso pero suave. La tenía clarísima el Cholo, y encima tenía un aguante de la puta madre. Me cogió como media hora, en la cual Nacho acabó (me quiso acabar en la cara), y se puso Brian a que se la chupe de nuevo, acostado en la Van, yo lamiendo el tronco al ritmo de las sacudidas que me daba el Cholo. El viejo hijo de puta me hacía doler a veces, y también me chirleaba cada tanto, pero era muy bueno. Acabé una vez mas sin tocarme antes de sentir la lecha del viejo bien adentro mío.
No me dieron descanso: apenas salió el viejo se puso detrás Nacho. Su pija no tan larga la compensaba con grosor y su falta de experiencia (se notaba) la compensó con ganas: me cogió rápido por unos diez minutos antes de acabarme afuera, por toda la espalda, una vez mas, mientras yo seguía laburando la pija de con mi lengua. Ya a esa altura estaba cansado yo, pero faltaba Brian cogerme y no me lo quería perder. Se puso atrás mío, y me dejó tirarme un poco hacia adelante para descansar los brazos, aunque el Cholo aprovechó para meterme su pija fláccida en la boca una vez mas. Seguro el viejo había tomado algo, porque enseguida cobró fuerzas y dureza esa poronga rodeada de pelos grises, y tuve que aguantarme que prácticamente me cogiera la boca mientras brian me daba tranqui por atrás. La pija de brian como les dije era la más grande que vi hasta ahora, pero estaba ya mi culo acostumbrado,asi que sólo sentía mucho placer mientras el bombeaba y bombeaba. Acabé una vez mas, pajeandome un poco esta vez.
Me cogió hasta acabarme dentro, y después el viejo me hizo sentar arriba de el, mientras me agarraba las tetas, y le chupaba la pija a Nacho. Ya muchas ganas no tenía yo, pero era el pago por haber hecho esta maniobra y no me gusta tener deudas, así que los dejé bien secos a los dos. Al final al viejo le tuve que hacer una paja porque no acababa, que estuve como media hora mas.
Creo que era mas de la medianoche cuando se fueron los dos. Yo quedé cubierto de leche, con el culo reabierto y que no me podía tener en pié, las medias rotas y la corbata un desastre de semen chorreado. Brian me tiró una toalla húmeda y una botella de agua, y me limpié como pude, antes de irme a dormir un rato en la cabina.
Me despertó temprano con una puerteada en el culo con su pija embardunada en vaselina, y me cogió largo rato antes de acabar dentro. Yo no pude llegar para nada, estaba agotado, sólo me quedé boca abajo gozando del momento y la situación. Me cambié cuando terminó, y me dejó en la ciudad, en un hotel que tenía reservado. Como me había limpiado mas o menos, el olor a semen se sentía, pero por suerte el conserje no me dijo nada. Me bañe, y me dormí un día entero. El dulce sueño del cansancio del placer.
A la semana volví a Rosario, para encontrarme con una sorpresa muy fea: mi señora había encontrado un teléfono mío viejo, en el cual estaban las fotos que me habían mandado de San Nicolás y yo como un boludo no había borrado. Pero lo que pasó ahí se los cuento otro dia.
Si recuerdan cómo terminó mi primer viaje a Mendoza, recordarán que Brian me mandó un mensaje que volvía a viajar, esta vez de Buenos Aires a Mendoza, pasando por Rosario. Bueno, al final, lamento decirlo, esa ocasión, por mas garra que le puse, quedó en la nada: tuve que viajar antes por temas laborales, y al final no coincidimos por un tiempo. Pero esto no lo iba a dejar pasar: Brian me había mostrado un camino que me había encantado. Entre él y su primo, me habían hecho ver qué era lo que realmente me gustaba (uno en un camión y otro en una cama, en San Nicolás). Me seguían gustando las mujeres, y los hombres en sí no me gustaban, pero disfrutaba tanto con una pija en el orto que no podía mas que seguir intentando reunirme con Brian.
Por suerte, sólo dos meses mas tarde pude hacer coincidir un viaje mío con un viaje de él. Arreglamos todo como una semana antes, y yo me preparé meticulosamente. Con la excusa ante mi señora de que quería arreglarme para las vacaciones de verano, me depilé por completo piernas y cola. Me dolió un montón, pero valdría la pena, pensaba yo.
Además, me fui a un sex shop, y me compré un juguetito, un abridor anal, así me podía bancar de forma razonable el vergón de Brian. Ese juguete, por supuesto, no se lo mencioné a mi esposa para nada.
Quedé un viernes que me pasaba a buscar. Yo a mi mujer le mandé una excusa de que ese día estaba mas barato el pasaje (lo compré por internet incluso), y me preparé la valija para quedarme unos días en Mendoza, aunque en realidad debía estar el lunes. Ustedes quizás se pregunten el porque de estos juegos y misterios, si podía simplemente quedar en Mendoza (donde vivía Brian), y juntarnos en un telo ahí, en lugar de vernos en la ruta y que me coja en el camión. La respuesta es simple: me recalentaba mucho mas la idea de ser un juguete sexual que la idea de ser un amante. El hecho de ser usado sexualmente en un camión (con sus incomodidades) me resultaba mas atractivo que hacerlo en una cama de hotel. Además, no se porqué, me parecía que le daba mas nivel a la situación de hacerlo en un hotel, le daba como mas formalidad. Y eso, aunque les parezca hipócrita, me parecía que era engañar en demasía a mi mujer. Si, no suena muy lógico, lo sé. Pero es lo que sentía.
Me tomé entonces el viernes a las 11 un taxi a la terminal de colectivos. Apenas llegué, guardé el ticket en la billetera (prueba), me bajé de ese taxi y me tomé otro, que pedí me dejara en la circunvalación. Al taxista no creo que le haya extrañado, porque por esa zona hay varias empresas. Pero yo no buscaba entrar en una empresa. Esperaba a un camionero.
Muy puntual, llegó el camión de Brian, tal como habíamos quedado (minuto mas, minuto menos). Me abrió la puerta, y yo sin dudar, subí de un salto (bueno, como pude en realidad), con el corazón desbocado y mi pija poniendose morcillosa.
-Buenas!!!-dije, y me salió medio bajito por los nervios.
-Que tal!-me responde él, mirándome de arriba a abajo, con una media sonrisa en el rostro.-Listo para divertirte?-Siii!!!!-le dije, y me tiré a manotear el bulto.
-Epa, epa!-me frena con una mano grandota.-No tan rápido! Se nota que estás impaciente, no? Pero tengo que manejar, tenemos que llegar a Mendoza hoy a las...-mira el reloj-8 de la noche. Así que tengo que manejar sin parar.-me dice, y me cortó la onda. No entendía que pasaba, habíamos quedado en que me pasaba a buscar, y yo entendí que era para que me garche sin parar. Pero bueno, le habría entendido mal. Era su trabajo, y no lo iba a arriesgar por una culeada. Me mordí un labio, y me senté bien derecho, aunque me sentí bastante pelotudo por los preparativos, y quizás haya hecho una mueca.
-Ayy, ayy, que pucherito me hace la nena!-se entra a reír Brian, mientras me despeina con una mano.
-No te preocupes, algo vamos a hacer. Ya tengo un plan. Pero me ahcés caso en todo, me entendés? -Mmm..si, si. Lo que digas.-le contesto, mi esperanza y mi pija de vuelta altas.
-Bueno, ahora dejame manejar un rato, así llegamos donde tenemos que llegar, y ahí vemos...-me dice, mirándome de reojo, riéndose todavía por mi reacción.
-Dale. Te molesta si trabajo un rato?-le pregunté, porque ya que no cogía, quería aprovechar el tiempo.-Dale nomás.-me responde.
Yo saco la laptop, y me puse a trabajar un rato. Habré estado una hora laburando, cuando me di cuenta que tenía baja la batería. Entonces abrí la mochila para sacar el cargador, y en eso se cae el consolador al piso.
-Upa! Te viniste preparado?-me dijo Brian entre sorprendido y divertido. No pude evitar sonreírme.-Eso y algo mas.-le dije, mientras veía el bulto de su entrepierna crecer.
-Uff.Me calentaste. A la mierda. Chupámela.-me dijo mientras se sacaba la chota del pantalón. No tenía ropa interior, y no estaba dura del todo, pero estaba ya linda y grande.
Me agaché como pude, y lo quise tomar entre mis manos, pero se adelantó, la aagarró fuerte bien de la base, y jugaba con ella, sacándola del alcance de mi boca, y pegándome cada tanto con ese pijón en los labios y en la cara. Yo me desesperaba por intentar atraparla con la boca.
-Viste como la calesita? Agarrá la sortija y tenés premio!-me larga, mientras me va pegando, cada ve con mas dificultad se veía porque al estar mas dura, no podía maniobrarla tanto. Aproveché en eso, la atrapé con mi boca, y no la dejé ir. El la suelta, y entonces aprovecho yo y la agarro fuerte con una mano, mientras que con la otra me bajaba el pantalón.
-Uff...dale, así, así...-me decía entre gemidos, mientras tenía una mano en el volante y otra en mi cabeza, acariciándome suavemente mientras yo trababa de devorar ese monstruo. Estaba algo traspirado, pero no tenía mal olor. Al contrario, me gustaba y me calentaba mas eso. Tenía un leve olor salado y algo de jabón, aunque no me detuve en pensar en eso demasiado mientras con ansias me metía todo lo que podía de esa pija en la boca. La chupaba, la mordía, le recorría el tronco con la lengua, me metía sus huevos en la boca, los chupaba y los largaba, y volvía a empezar desde arriba lamiendo la cabeza y después metiendomela en la boca, chupando poseído. Con el pantalón bajo, me mandé un dedo en el culo y después dos, recaliente.
-Que linda colita depilada, putito!-me dice, entre gemidos.
Al poco tiempo, sentí las convulsiones de Brian, , y que me apretaba la cabeza (sin necesidad, porque ni en pedo dejaba escapar esa leche), para llenarme la boca de su semen caliente, espeso y salado.
-Ahhh..ahhh...ahhh...-gemía, en un orgasmo que parecía no terminar. Un buen chorro de leche se me escapó de entre los labios, sin poder evitarlo. Pero cayó sobre sus marcados abdominales, así que después aproveché y termine de limpiarlo con la lengua.
Ahí reaccionó, y me miró.
-No.-me dice, y siento que me pega un cachetazo fuerte en la cola.
-Esperá. Todavía no te cojo. Tené un poco de paciencia, che.-me dijo, y yo me limpié las comisuras de leche, me recompuse un poco, y me senté como corresponde.
-Tené paciencia, y confiá en mi.-me dijo después, con una caricia en la pierna.
Agarró una toallita de la guantera, se limpió un poco y, después de una mirada de reojo y una sonrisa, me lo tiró a mi.-Tenés leche en el cuello.-Yo me reí un poco, aún caliente y confundido. Me limpié un poco, me terminé de aocmodar el pantalón, y esperé, aunque era difícil.
Pasó el tiempo, él iba manejando, cada tanto me tiraba una orden algo seca ("pasame esas galletitas", "cebame mate","acomodá un poco el espejito", etc), pero bastante en silencio. Me hubiera sentido peor si no fuera porque cada tanto me miraba de reojo (sin perder mucho de vista la ruta), y me tiraba una media sonrisa. Asi que me la banqué, y sólo hacía lo que el me decía. Intenté laburar un rato mas, pero no me podía concentrar, asi que cerré la laptop, guardé todo y me quedé callado.
En ese momento, como si fuera una señal, Brian tomó la radio de a bordo, e hizo una llamada.
-Central, central, aquí "Toto cero cinco". Cambio.-dijo por la radio, y me puse a escuchar, interesado en lo que decían. Se escuchaba bastante bien la radio, así que pude oír la respuesta: "-Acá Central. Que pasa, Moreno? Cambio"
-Estoy con un problema en las ruedas delanteras. No se si voy a tener que llamar al auxilio. Cambio.-contesta por la radio. Yo miraba extrañado, porque no había sentido ninguna avería, pero como no conozco mucho de vehículos, no dije nada. Se escuchó la contestación acto seguido:
-Recibido, Moreno. Necesita que llame? Usted anda cerca de...La Paz, no? Cambio.
-Afirmativo, Central. Creo que llego a La Paz. Llamen al Cholo.Cambio.-contesta Brian.
-Recibido, Moreno. Dice que llega en media hora, a la Shell de Autopista. Cambio.-se escucha desde la radio.-Negativo, Central. No llego. Paro en el antiguo parador.Cambio.-responde Brian, una vez mas. Yo a todo esto, no entendía nada.
-Ok, Moreno. Avisado. Cambio y fuera.-responde el operador.
A continuación me mira Brian, y me dice: -Ponete en bolas.
-Pero, pero no entiendo, que pasa?-le dije, mientras con dudas aún, me empezaba a desabrochar la camisa. La incertidumbre luchaba con la calentura, pero esta ganaba.
-Te dije que estaba todo arreglado. Eso si, a los mecánicos, que son amigos, les vas a pagar vos, Jejeje.-me dice, mientras se ríe. Yo todavía no entendía mucho, pero rápido me saqué los pantalones y la camisa, como él quería. Cuando me estaba por sacar las medias, me ordena: -Dejate las media, y ponete la corbata tambien.- Por supuesto, le obedecí.
-Así me gusta, que seas obediente.-me dijo, mientras me acariciaba los pezones, y me sobaba un poco el pecho. Como estaba pasado de peso, tenía un poco de tetas. No pude evitar gemir. Hice ademán de tirarme hacia su pija, pero me frenó de nuevo, y me dijo: -Paciencia. Ya llegamos.
Y era cierto: en menos de cinco minutos, llegamos a una desviación del camino por el cual salió de la autopista, y llegamos a un parador abandonado. Una estación de servicio que estaba cerrada, se ve, sin funcionar hace tiempo, pero aún se veía el cemento de los pisos, y un techo oxidado. La autopista se veía a casi un kilómetro, con las luces que se empezaban a ver ya de lejos en el atardecer de Mendoza.
Apenas paramos, me agarró de la corbata y me tiró hacia su entrepierna, bruscamente. Como pude, abrí el cierre del pantalón y dejé salir su verga fláccida aún, pero que no permanecería así por mucho: me la metí entera en la boca (así era la única manera, mientras estaba casi muerta), y al momento empezó a crecer, tan de golpe que me golpeó un diente y me hizo doler. Igual sólo la saqué un poco, y seguí chupando mientras sentía sus dedos jugar en mi culo, preparándome. Mientras yo le chupaba la verga, dejándola completamente ensalivada, él me tiró un poco de gel y me metió el abridor que yo tenía ya preparado en la mano, de golpe. Mi culo protestó un momento mientras el juguete plástico se hundía en mí, pero en poco tiempo se acostumbro al intruso.
Seguimos jugando así, yo con su pija en la boca, el con mi consolador en el orto, cuando se ven unas luces y se escucha ruido de llantas afuera. Yo me salí de golpe, y empecé a buscar mis ropa, pero Brian me gritó: -Quieto!
Se acomodó la pija en el pantalón como pudo, y bajó del camión. Yo asustado me cubrí un poco con mis ropas, no sabiendo que pasaba pero sin querer desobedecer la orden, y escucho que me llaman de afuera.-
-Bajá, trolín!-la voz de Brian llamando. Medio tapado con mis ropas hechas un bollo, bajé como pude del camión, y vi que había una camioneta grande, que tenía pintado un nombre que no pude ver bien del todo, pero decía algo así como "Auxilio".
Apenas bajé, Brian se acerca a mi y me empuja hacia la luz de los faros de la camioneta, sacándome la ropa de las manos. -Ponete bien derecho, que te vean!.
Lleno de verguenza, hice lo que me decía. Ahí se escuchó un silbido, y vi perfilarse contra la luz dos siluetas. Cuando se acercaron mas, vi que era un tipo grande, de cincuenta o sesenta años, un poco panzón, pero grandote, y un petiso joven, morocho, que tendría alrededor de veinte.
-Bueno, bueno. Espero que lo que cuenta el Brian sea verdad, porque quiero cobrar hoy, eh?-dice el viejo, mientras se acaricia la chota por sobre el pantalón.
-Si, tengo algo de plata.-respondo, sin saber que decir.
Se acerca de golpe, furibundo, y me agarra de los pelos.-Que plata ni ocho cuartos, hoy te vamos a romper bien el orto, entendiste??-me dice, y yo casi llorando asentí con la cabeza.
-Así me gusta.-dice, y se va a la cabina de la camioneta (una tipo Van), y ahí habla por radio:-Central, si, tiene las dos ruedas rotas, y ademas tiene problemas en el tablero eléctrico. Hasta mañana no llega, porque no tengo el respuesto acá. Si, mañana seguro. Cambio.-y ahí recién entendí que se había puesto de acuerdo con estos (los mecánicos) para hacer una parada de unas horas con una buena excusa. La gratitud que me invadió por lo que estaba dispuesto a hacer por mis gustos, me relajó, y empecé a mirar la situación con otros ojos: esto era exactamente lo que me gustaba, y Brian lo sabía.
El joven abrió la puerta de la camioneta, la del costado, y me mostró que había un colchon medio sucio y un par de almohadas. No me importó el estado de precariedad de todo, sólo ahí caí en la cuenta que tendría tres pijas para mi toda la noche (o lo que aguante). Primero lo agarré a Brian del cinturón, y lo traje de golpe mientras me sentaba en la camioneta. La bajé el cierre de golpe, y me metí su poronga semi parada en la boca para endurecerla. No me llevó mucho dejarla dura, mojada por completo con mi saliva.
Mientras estaba en eso, veía de reojo que el joven se sacaba el pantalón, quedándose en camisa nomás. Portaba una poronga gruesa pero corta, que empezó a manosearse solo como para prepararla. El viejo, apenas terminó de hablar, se pasó para atrás de la Van, y no esperó a desvestirse: se bajó el cierre y me apoyó la pija venosa, gruesa aunque fláccida entonces (y mas chica que la de Brian) en la cara. Como estaba ocupado con una mas grande y que me gustaba mas, sólo hice una pausa, me escupí la mano y empecé a pajearlo despacio, un poco para endurecer su poronga y otro poco para limpiarla de restos de mugre si hubiera (igual estaban limpios por suerte, aunque con un ligero olor a grasa de auto).
Brian no tardó en largarme un buen lechazo en la garganta que casi me hace atragantar. Cuando acabó con buenos gemidos, abrió la puerta trasera de la van, se sacó el pantalón y se puso a fumar un pucho mientras veía el espectáculo que daba yo.
El viejo (el Cholo) me agarró de los pelos, y me hizo subir al colchón.-Ponete en cuatro, putito!-me dijo, mientras me daba un cachetazo en la cola, no muy amablemente. El mas joven (Nacho), sólo se rió un poco, mientras se acomodaba para que se la chupara a él mientras el viejo se ponía detrás mío, tirándome de la corbata. la verdad es que estaba muy caliente yo. No había acabado nunca, y tenía el hoyo preparado para que me cojan, pero el viejo se tomaba todo el tiempo del mundo. Debe haber tomado un viagra o algo, porque la tenía re dura sin que se la chupara, y me puerteaba constantemente mientras yo saboreaba la otra verga. Me tiró un poco de vaselina que le pasó Brian a su pedido, y movía la cabeza de su pija alrededor de mi ojete, sin meterla. Estuvo así un rato largo, y yo cada vez mas desesperado por que me coja, hasta que empece a mandar mi cola para atrás, intentando hacer entrar el pito ese adentro mío. Eso le causó mucha risa al viejo y a Nacho, y lo comentaron a Brian, que también se reía.
-Pero mirá vos que trola golosa cómo le gusta la pija!!!-se reían los tres, y yo sin ser cogido aún. Empecé a gemir un poco de la calentura sin poder evitarlo, y ahí fue cuando el viejo se inclinó sobre mí, y me dijo al oído:-Vas a tener pija de sobra ahora.-y sin otro aviso, me la hundió hasta el fondo de un saque. Me cortó la respiración por un segundo, pero se ve que el viejo sabía, porque ahí nomás acabé en seco. Del placer casi le muerdo la pija al otro, la tuve que sacar un momento. Y a todo esto el viejo no se movía aún.
Sólo momentos después se empezó a mover, despacio pero con mucha cancha, entrando hasta el fondo, dejándola un poco ahí, saliendo muy despacio y después adentro hasta el final de un solo golpe poderoso pero suave. La tenía clarísima el Cholo, y encima tenía un aguante de la puta madre. Me cogió como media hora, en la cual Nacho acabó (me quiso acabar en la cara), y se puso Brian a que se la chupe de nuevo, acostado en la Van, yo lamiendo el tronco al ritmo de las sacudidas que me daba el Cholo. El viejo hijo de puta me hacía doler a veces, y también me chirleaba cada tanto, pero era muy bueno. Acabé una vez mas sin tocarme antes de sentir la lecha del viejo bien adentro mío.
No me dieron descanso: apenas salió el viejo se puso detrás Nacho. Su pija no tan larga la compensaba con grosor y su falta de experiencia (se notaba) la compensó con ganas: me cogió rápido por unos diez minutos antes de acabarme afuera, por toda la espalda, una vez mas, mientras yo seguía laburando la pija de con mi lengua. Ya a esa altura estaba cansado yo, pero faltaba Brian cogerme y no me lo quería perder. Se puso atrás mío, y me dejó tirarme un poco hacia adelante para descansar los brazos, aunque el Cholo aprovechó para meterme su pija fláccida en la boca una vez mas. Seguro el viejo había tomado algo, porque enseguida cobró fuerzas y dureza esa poronga rodeada de pelos grises, y tuve que aguantarme que prácticamente me cogiera la boca mientras brian me daba tranqui por atrás. La pija de brian como les dije era la más grande que vi hasta ahora, pero estaba ya mi culo acostumbrado,asi que sólo sentía mucho placer mientras el bombeaba y bombeaba. Acabé una vez mas, pajeandome un poco esta vez.
Me cogió hasta acabarme dentro, y después el viejo me hizo sentar arriba de el, mientras me agarraba las tetas, y le chupaba la pija a Nacho. Ya muchas ganas no tenía yo, pero era el pago por haber hecho esta maniobra y no me gusta tener deudas, así que los dejé bien secos a los dos. Al final al viejo le tuve que hacer una paja porque no acababa, que estuve como media hora mas.
Creo que era mas de la medianoche cuando se fueron los dos. Yo quedé cubierto de leche, con el culo reabierto y que no me podía tener en pié, las medias rotas y la corbata un desastre de semen chorreado. Brian me tiró una toalla húmeda y una botella de agua, y me limpié como pude, antes de irme a dormir un rato en la cabina.
Me despertó temprano con una puerteada en el culo con su pija embardunada en vaselina, y me cogió largo rato antes de acabar dentro. Yo no pude llegar para nada, estaba agotado, sólo me quedé boca abajo gozando del momento y la situación. Me cambié cuando terminó, y me dejó en la ciudad, en un hotel que tenía reservado. Como me había limpiado mas o menos, el olor a semen se sentía, pero por suerte el conserje no me dijo nada. Me bañe, y me dormí un día entero. El dulce sueño del cansancio del placer.
A la semana volví a Rosario, para encontrarme con una sorpresa muy fea: mi señora había encontrado un teléfono mío viejo, en el cual estaban las fotos que me habían mandado de San Nicolás y yo como un boludo no había borrado. Pero lo que pasó ahí se los cuento otro dia.
4 comentarios - Con un camionero (II) (Relato Gay)