Placeres del Peru

A mis 18 años he comenzado a experimentar cosas que nunca imagine. Desde que tengo uso de razón yo y Claudia nos hemos criado como hermanos, ella es mi vecina y vive un piso arriba del mío. Pero la experiencia de la que hablo no la viví con ella sino con su madre quien hace unos días me hizo conocer los placers del Peru.

La señora Vilma tiene 40 años, es madre soltera y desde que tengo uso de razón ella se encargó sola del cuidado de Claudia. Como tenía que ir a trabajar, la señora siempre les decía a mis padres para que su hija se quedara conmigo después de las clases, ya luego ella pasaba a recogerla cuando salía de la chamba. Por eso digo que Claudia y yo nos criamos casi como hermanos. La señora Vilma siempre me trataba con cariño pero hace unos días atrás fue más cariñosa que de costumbre, regalándome los placers del Peru.



Todo empezó hace unas semanas atrás cuando ingrese a la universidad y fui a casa con toda mi mancha a celebrar este nuevo paso en mi vida. En mi casa estábamos tomando como vikingos y obvio Claudita estaba celebrando conmigo. A eso de las 7 de la noche yo ya estaba hecho, cuando de pronto suena el timbre de la casa. Era la señora Vilma quien me dice que le abra la puerta por que se le perdió su llave. Ahí comenzaría a descubrir los placers del Peru.

Baje a abrirle la puerta a la señora y ella me dice “Ingresaste a la universidad…te felicito hijo!!!” y me da un fuerte abrazo que me hizo sentir ese par de tetas enormes que tiene. Sentí que además de grandes las tenía duritas, entonces ni corto ni perezoso aproveche para ganarme alguito y la abrace bien fuerte cogiéndola de la cintura para sentir esas caderas gordas que tiene. Comenzaba a sentir los placers del Peru.

No lo había notado sino hasta ese momento pero la señora Vilma a pesar de sus 40 años tiene un cuerpo que a cualquier muchacho de mi edad podría excitar. Llenita pero no gorda, de seños grandes, redondos y por lo que pude sentir duros, de caderas gorditas, piernas largas y bien formadas y un señor culo como me gustan anchos y grandes como para morderlos toda la vida. Ella era sin saberlo uno de los placers del Peru.

Esa noche después de ese abrazo, que fue prolongado y pulseador para ambos, ya que debo reconocer que sentir ese par de tetas y acariciar casi asolapadamente sus caderotas me puso fierro que creo que la señora Vilma noto, ella me dijo “eres todo un hombrecito, tan buen mozo” y yo le dije “y usted es una mujer muy hermosa que todo hombrecito quisiera tener” y ella me sonrió muy coquetamente me dio un beso húmedo en la mejilla muy cerquita de mis labios y se fue dejándome ver su tremendo culo, uno de los placers del Peru.

placeres del Peru

El sábado que paso estaba solo en mi casa ya que mis padres habían salido a una reunión y Claudia bajo porque estaba aburrida sola también porque su madre aun no regresaba de trabajar y no podía salir. Así es que nos pusimos a ver una película en mi cuarto. Como a las 10 de la noche sonó el timbre de mi casa baje a abrir pensando que eran mis papas, abro la puerta y era la señora Vilma quien me dice “gracias, se me hizo un poquito tarde por que estuvimos celebrando el cumpleaños de una compañera y tomamos un poquito”.

No podía desaprovechar ese momento y cuando estaba pasando le dije “que bella estas hoy”, se rio de una forma coqueta, espero a que cierre la puerta y cuando se volteo hacia mi le dije “como quisiera besar tus lindos labios” y entonces se me lanzo y me comenzó a besar de manera apasionada. Nunca me habían besado de esa manera, mi muchachón se iba despertando entonces la pegue contra la pared para que lo sienta mientras tocaba sus nalgas. Al sentir mi pene duro lo comenzó a tocar, luego me dio la vuelta y me pego a mi contra la pared, me bajo el buzo y me lo empezó a chupar, que rico lo hacía. Empezaba a mostrarme los placers del Peru.

Me saco el buzo y el polo, ella se sacó todo lo de arriba y entonces la puse en posición contra la pared para sacarle su pantalón y dejarla en ese hilo dental verde que tenía. Puse su hilo a un costado y comencé a meterle mi lengua por toda la conchita. Gemía despacio para que no la escuchen, yo le metía mis dedos y mi lengua a full. Esa papa toda jugosa que veia me ponia más caliente, entonces se lo metí ahí en posición de perrito. La señora Vilma se volvía loca, respiraba profundo y aguantaba el gemido y los gritos, me decía “sigue amor sigue”.

Luego de un rato me senté en las escaleras y se puso a cabalgar como pudo, se dejó de mover un rato con la pieza adentro mientras yo lamia y mordía sus pezones. Entonces me dice “métemelo por atrás mi amor está bien lavado”, se puso en perro y se lo metí todo. Ahí comenzó a gemir un poco más fuerte y yo ya quería que salga todo antes que los vecinos del primer piso abran la puerta, hasta me vine dentro de su culo. Lo saque despacio y nos quedamos sentados un rato besándonos.

Fue un rico polvo, el mejor de mi vida. Puedo decir que con la señora Vilma estoy conociendo recién los placers del Peru y es mi deseo seguir disfrutando de ellos por mucho mucho tiempo más.