Si bien apenas tengo un título terciario de preceptor y auxiliar docente, en el área de la docencia me siento bastante cómodo y algunos chicos, de vez en cuando, vienen a que les de una mano con alguna materia.
Una amiga, Milagros, debía química de quinto y no se podía egresar hasta que la rindiera bien.
Mili: Hola! necesito que me des una mano con una materia que me está matando.
yo:Hola linda. En qué necesitás ayuda?
Mili: Es química, no me dejan egresarme hasta que no la saque. Te pago lo que quieras.
yo: Pero no Mili, no va a hacer falta. Yo mañana no curso, asique date una vuelta por mi casa así vemos un poco y arrancamos.
Me dio el OK y quedamos en que pasaría por casa al día siguiente. Nos seguimos hablando, sin nada memorable.
Es de la costumbre de usar calzas bien apretadas. De esas que se les mete en la cola marcándole bien los cachetes y resaltando la conchita. Es imposible que cada vez que nos veamos evite relojearle bien el orto, hasta me ha sorprendido viéndola cuando se da vuelta de manera brusca, pero se que le encanta. Creo que a muchas le encanta esa sensación de sentirse observadas.
Cuando llegó a mi casa, con su calza bien pegadita a sus piernas y cola, con motivo de diario viejo, pasa al momento de abrirle la puerta nos saludamos con un beso y se adentra moviendo las caderas. Le digo que pase a mi comedor y vaya sacando las cosas.
Simplemente revisamos su carpeta y apuntes y nos pusimos de acuerdo los días que iba a venir.
No tiene grandes pechos, sino más bien que son chicos, pero la musculosa que llevaba con bastante escote, y el corpiño que se los levantaba, mostraban unas curvas que llamaron mi atención. Asique mientras le explicaba, mis ojos bajaban de los suyos a su pecho, ella lo notó asique cruzó los brazos apoyándolos sobre la mesa, lo que hacía que se les marcaran aún más. Como les dije, sé que le encanta saber que la están mirando.
Así pasaron un par de clases y entre ellas, los mensajes que me mandaba para sacarse alguna duda de la tarea que le dejaba para hacer.
Mili: Al final me vas a tener que cobrar! Con la mano que me estás dando.
yo: Nada corazón. Miralo como una gauchada de amigos. Además, qué te puede salir jaja.
Mili: jaja. y no lo sé. Lo que vos me pidas.Tal vez te pueda hacer una gauchada yo, jaja
yo: La verdad que lo debería pensar, si me lo decís así jaja.
Mili: jaja. No sabés!! Hoy volvía del centro, y siento que en el colectivo un zarpado me metió mano mal.
yo: Uh! No me digas!! Hay cada hijo de puta.
Mili: Sí, mal. Voy a tener que dejar de usar calzas 😞
yo: Nooo! con lo bien que te quedan... Es solo que sos unos zarpados hijos de puta que no pueden dejar la paja. Ven una cola como la tuya y se desesperan.
Mili: Te gustan mis calzas?
yo: En realidad me gusta cómo te dejan la cola jaja. No lo tomes a mal! Es solo que es inevitable mirarte.
Mili: De verdad me lo decís??
Yo lo sentí cortante, asique pensé que metí la pata mal.
yo: Sí linda. No me tomes como desubicado. Es que tenés un hermoso cuerpo.
Mili: No, nada que ver! Sé que te gusta, por eso con eso al menos te pago.
Esa noche misma me mandó unas fotos de su cola en calzas de varios colores.
yo: Me encanta cómo te quedan linda.
Mili: Qué bueno que te gusten! No me las sacarías??
Esa pregunta me descolocó, porque si bien se veía venir, no me la esperaba tan directa.
yo: Si estuviera allá, me encantaría ver qué hay debajo.
Mili: Me voy a bañar y tal vez te muestro.
A la vuelta me manda una foto con una tanguita hermosa.
yo: Mili! Me encanta esa tanga. Eso también me encantaría sacarte.
Mili: Ay sí. A mí me vuelve loca imaginarte que me la estás sacando. Mañana tengo clase, profe?
yo: Sí, alumna. La espero.
Me dormí pensando en las cosas que nos dijimos, porque seguimos fantaseando con cojer, pero no me imaginé en ningún momento que pasaría de la calentura y fantasía del rol alumna-profesor.
Llegó a mi casa, con calza negra y remera rosa. Apretados ambos. Pasó y nos saludamos con un beso cerca de la boca, para luego menearse hasta el comedor donde sacó sus cosas y comenzamos la clase.
Mili: No entiendo esta reacción.
yo: Dejame ver.
Me pongo de pie y me paro a su lado, tratando de resolverla, pero su escote me distrajo un poco, por lo que me hice como me demoraba en sacarla. En ese momento, mueve su brazo hacia mi entrepierna moviéndolo hacia arriba acariciando mi verga, que a esas alturas se había puesto gomosa.
Mili: Perdón, profe, no me dí cuenta de que estaba muy cerca.
yo: No hay problema, usted se merece un seguimiento bien de cerca.
Mili: Cójame.
No hizo falta más. Se notaba la tensión sexual que había entre nosotros. La tomo del brazo y nos besamos como a nadie. Tiré los cuadernos al piso y la senté sobre la mesa. Seguimos apretando, con su concha cerca de mi pija que estaba más que dura, para esos momentos. Meto mis manos por debajo de su remera y le desprendo el corpiño. Con un solo movimiento le saco las dos prendas, hago que me rodee con las dos piernas y la llevo a mi habitación. La tiré a la cama para sacarme la remera.
Mili: Esta cama ya está acostumbrada (entre jadeos)
yo: Algo así, hermosa.
Le saqué las zapatillas y comencé a bajarle la calza y luego su tanga, la de la foto. Me arrodillo al lado de la cama para levantarle las piernas. Comencé a besar ambos muslos hasta llegar a su conchita, ya se veían sus juguitos asomar. Paso mi lengua en un movimiento rápido, desde el periné hasta el clítoris, para juntarlos y relamerme, y llegar a tiempo para ver como se arquea en un jadeo profundo. Hundo mi boca en su calor y humedad, comienzo despacio, con círculos sobre su clítoris. Cierro mis labios en torno a él para succionar, mientras con mis manos acaricio sus pezones y sus pequeños pechos. Siento sus vaivenes invitando mi lengua a entrar. Le levanto sus piernas para que pueda lamer su cola con más libertad, hacer círculos en su esfínter y entrar algo, no mucho. Me pongo de pie y comienzo a desabrochar mi cinturón, mientras ella se sienta sobre el borde de la cama.
Mili: Déjeme a mí.
Me lo desprende y me baja pantalón y bóxer. Mi pija salta al momento que el elástico lo libera. Mi mira mientras con su mano se lo acerca a su boca, primero le pasa la lengua, lo levanta y desde los huevos me recorre hasta la punta, para mandarlo a la boca. Comienza despacio, cada vez más rápido. Su saliva aumenta y cae en un fino hilo, mojándole los muslos y los pechos a la vez que cabecea acompañada de su mano y muñeca. Después de darme una terrible mamada, se para y me besa en la boca. La doy vuelta y hago que se ponga en cuatro sobre la cama, mojados como estábamos no hizo falta de lubricante. Apunto mi pija y tomándola del pelo empujo hasta los huvos, para comenzar a cabalgarla, cada vez más rápido. Cacheteo sus nalgas que se ponen coloradas, nuestros cuerpos chocan y el ruido se junta a nuetras jadeos y sus gritos.
Mili: Deme más duro, Profe, por fa!!!!
Aumento la velocidad, mis manos abren sus nalgas para ir más profundo y cuelo mi pulgar por su culito, apretadito. Se lo escupo ("Sí papi!! Me mata...!") y mi dedo se va más adentro. Dado un momento, sale y me tira a la cama. Se arrodilla sobre ella y se manda mi verga una vez más, llenándome de saliva. Se sube sobre mí, dándome la espalda y comienza a moverse. De atrás hacia adelante, con las manos apoyadas frente a ella, dejándome ver su cola muy bien. Se pone en cuclillas y me cabalga más rápido, siento sus gemidos, más profundos con cada embestida. Se vuelve para cojerme frente a mí y mientras me besa, lleva mis manos a su cola. Amaso sus nalgas, y siento como se estremece, sus piernas aprietan y muerde mis labios mientras deja escapar un largo jadeo.
Mili: Acabe Profe, la quisiera en mi boca, por favor, no aguanto más.
yo: Arrodíllese ahora.
Me pongo de pié, ella se arrodilla y lleva su mano a su concha. Me pajea con la otra a la vez que me hace un pete que termina en mi orgasmo lechero, dejándole toda en la boca. Ella traga a la vez que sigue succionando, ahora más despacio.
Luego nos quedamos acostados, nos dimos una ducha juntos que terminó en otro pete.
Llamó a su hermano, ya que se nos hizo tarde, para que la pase a buscar.
Ésta es una de las fotos que me mandó.-
Una amiga, Milagros, debía química de quinto y no se podía egresar hasta que la rindiera bien.
Mili: Hola! necesito que me des una mano con una materia que me está matando.
yo:Hola linda. En qué necesitás ayuda?
Mili: Es química, no me dejan egresarme hasta que no la saque. Te pago lo que quieras.
yo: Pero no Mili, no va a hacer falta. Yo mañana no curso, asique date una vuelta por mi casa así vemos un poco y arrancamos.
Me dio el OK y quedamos en que pasaría por casa al día siguiente. Nos seguimos hablando, sin nada memorable.
Es de la costumbre de usar calzas bien apretadas. De esas que se les mete en la cola marcándole bien los cachetes y resaltando la conchita. Es imposible que cada vez que nos veamos evite relojearle bien el orto, hasta me ha sorprendido viéndola cuando se da vuelta de manera brusca, pero se que le encanta. Creo que a muchas le encanta esa sensación de sentirse observadas.
Cuando llegó a mi casa, con su calza bien pegadita a sus piernas y cola, con motivo de diario viejo, pasa al momento de abrirle la puerta nos saludamos con un beso y se adentra moviendo las caderas. Le digo que pase a mi comedor y vaya sacando las cosas.
Simplemente revisamos su carpeta y apuntes y nos pusimos de acuerdo los días que iba a venir.
No tiene grandes pechos, sino más bien que son chicos, pero la musculosa que llevaba con bastante escote, y el corpiño que se los levantaba, mostraban unas curvas que llamaron mi atención. Asique mientras le explicaba, mis ojos bajaban de los suyos a su pecho, ella lo notó asique cruzó los brazos apoyándolos sobre la mesa, lo que hacía que se les marcaran aún más. Como les dije, sé que le encanta saber que la están mirando.
Así pasaron un par de clases y entre ellas, los mensajes que me mandaba para sacarse alguna duda de la tarea que le dejaba para hacer.
Mili: Al final me vas a tener que cobrar! Con la mano que me estás dando.
yo: Nada corazón. Miralo como una gauchada de amigos. Además, qué te puede salir jaja.
Mili: jaja. y no lo sé. Lo que vos me pidas.Tal vez te pueda hacer una gauchada yo, jaja
yo: La verdad que lo debería pensar, si me lo decís así jaja.
Mili: jaja. No sabés!! Hoy volvía del centro, y siento que en el colectivo un zarpado me metió mano mal.
yo: Uh! No me digas!! Hay cada hijo de puta.
Mili: Sí, mal. Voy a tener que dejar de usar calzas 😞
yo: Nooo! con lo bien que te quedan... Es solo que sos unos zarpados hijos de puta que no pueden dejar la paja. Ven una cola como la tuya y se desesperan.
Mili: Te gustan mis calzas?
yo: En realidad me gusta cómo te dejan la cola jaja. No lo tomes a mal! Es solo que es inevitable mirarte.
Mili: De verdad me lo decís??
Yo lo sentí cortante, asique pensé que metí la pata mal.
yo: Sí linda. No me tomes como desubicado. Es que tenés un hermoso cuerpo.
Mili: No, nada que ver! Sé que te gusta, por eso con eso al menos te pago.
Esa noche misma me mandó unas fotos de su cola en calzas de varios colores.
yo: Me encanta cómo te quedan linda.
Mili: Qué bueno que te gusten! No me las sacarías??
Esa pregunta me descolocó, porque si bien se veía venir, no me la esperaba tan directa.
yo: Si estuviera allá, me encantaría ver qué hay debajo.
Mili: Me voy a bañar y tal vez te muestro.
A la vuelta me manda una foto con una tanguita hermosa.
yo: Mili! Me encanta esa tanga. Eso también me encantaría sacarte.
Mili: Ay sí. A mí me vuelve loca imaginarte que me la estás sacando. Mañana tengo clase, profe?
yo: Sí, alumna. La espero.
Me dormí pensando en las cosas que nos dijimos, porque seguimos fantaseando con cojer, pero no me imaginé en ningún momento que pasaría de la calentura y fantasía del rol alumna-profesor.
Llegó a mi casa, con calza negra y remera rosa. Apretados ambos. Pasó y nos saludamos con un beso cerca de la boca, para luego menearse hasta el comedor donde sacó sus cosas y comenzamos la clase.
Mili: No entiendo esta reacción.
yo: Dejame ver.
Me pongo de pie y me paro a su lado, tratando de resolverla, pero su escote me distrajo un poco, por lo que me hice como me demoraba en sacarla. En ese momento, mueve su brazo hacia mi entrepierna moviéndolo hacia arriba acariciando mi verga, que a esas alturas se había puesto gomosa.
Mili: Perdón, profe, no me dí cuenta de que estaba muy cerca.
yo: No hay problema, usted se merece un seguimiento bien de cerca.
Mili: Cójame.
No hizo falta más. Se notaba la tensión sexual que había entre nosotros. La tomo del brazo y nos besamos como a nadie. Tiré los cuadernos al piso y la senté sobre la mesa. Seguimos apretando, con su concha cerca de mi pija que estaba más que dura, para esos momentos. Meto mis manos por debajo de su remera y le desprendo el corpiño. Con un solo movimiento le saco las dos prendas, hago que me rodee con las dos piernas y la llevo a mi habitación. La tiré a la cama para sacarme la remera.
Mili: Esta cama ya está acostumbrada (entre jadeos)
yo: Algo así, hermosa.
Le saqué las zapatillas y comencé a bajarle la calza y luego su tanga, la de la foto. Me arrodillo al lado de la cama para levantarle las piernas. Comencé a besar ambos muslos hasta llegar a su conchita, ya se veían sus juguitos asomar. Paso mi lengua en un movimiento rápido, desde el periné hasta el clítoris, para juntarlos y relamerme, y llegar a tiempo para ver como se arquea en un jadeo profundo. Hundo mi boca en su calor y humedad, comienzo despacio, con círculos sobre su clítoris. Cierro mis labios en torno a él para succionar, mientras con mis manos acaricio sus pezones y sus pequeños pechos. Siento sus vaivenes invitando mi lengua a entrar. Le levanto sus piernas para que pueda lamer su cola con más libertad, hacer círculos en su esfínter y entrar algo, no mucho. Me pongo de pie y comienzo a desabrochar mi cinturón, mientras ella se sienta sobre el borde de la cama.
Mili: Déjeme a mí.
Me lo desprende y me baja pantalón y bóxer. Mi pija salta al momento que el elástico lo libera. Mi mira mientras con su mano se lo acerca a su boca, primero le pasa la lengua, lo levanta y desde los huevos me recorre hasta la punta, para mandarlo a la boca. Comienza despacio, cada vez más rápido. Su saliva aumenta y cae en un fino hilo, mojándole los muslos y los pechos a la vez que cabecea acompañada de su mano y muñeca. Después de darme una terrible mamada, se para y me besa en la boca. La doy vuelta y hago que se ponga en cuatro sobre la cama, mojados como estábamos no hizo falta de lubricante. Apunto mi pija y tomándola del pelo empujo hasta los huvos, para comenzar a cabalgarla, cada vez más rápido. Cacheteo sus nalgas que se ponen coloradas, nuestros cuerpos chocan y el ruido se junta a nuetras jadeos y sus gritos.
Mili: Deme más duro, Profe, por fa!!!!
Aumento la velocidad, mis manos abren sus nalgas para ir más profundo y cuelo mi pulgar por su culito, apretadito. Se lo escupo ("Sí papi!! Me mata...!") y mi dedo se va más adentro. Dado un momento, sale y me tira a la cama. Se arrodilla sobre ella y se manda mi verga una vez más, llenándome de saliva. Se sube sobre mí, dándome la espalda y comienza a moverse. De atrás hacia adelante, con las manos apoyadas frente a ella, dejándome ver su cola muy bien. Se pone en cuclillas y me cabalga más rápido, siento sus gemidos, más profundos con cada embestida. Se vuelve para cojerme frente a mí y mientras me besa, lleva mis manos a su cola. Amaso sus nalgas, y siento como se estremece, sus piernas aprietan y muerde mis labios mientras deja escapar un largo jadeo.
Mili: Acabe Profe, la quisiera en mi boca, por favor, no aguanto más.
yo: Arrodíllese ahora.
Me pongo de pié, ella se arrodilla y lleva su mano a su concha. Me pajea con la otra a la vez que me hace un pete que termina en mi orgasmo lechero, dejándole toda en la boca. Ella traga a la vez que sigue succionando, ahora más despacio.
Luego nos quedamos acostados, nos dimos una ducha juntos que terminó en otro pete.
Llamó a su hermano, ya que se nos hizo tarde, para que la pase a buscar.
Ésta es una de las fotos que me mandó.-
11 comentarios - La Alumna Particular
Esa cola es divina!
Besos...
Gracias por comentar y los puntos, amigo!