He conocido chicas escorts Iquitos que viven en Lima, cerca de 3 charapitas y con las 3 fueron buenos polvos. Algunas hasta ni me cobraban ya que me ganaba su cariño y a otras les pagaba menos de lo que usualmente cobraban. De la charapita que voy a relatarles la hice mi mujer por unos 3 o 4 meses.
A esta chibola de las escorts Iquitos, la hice mi flaca porque no quería que me cobre por hacerlo con ella. Era un mujerón, una blanquiñosa de ojos chinos, cabellos oscuros y un cuerpo que resaltaba por donde pasaba.
Yo era asiduo de ir a los chongitos de la ciudad y ahí las conocí a las 3 en tiempos distintos. En unos de los fines de semana de este año la conocí a ella. Estaba borracho en el “anaconda”, este chongito se caracterizaba por traer a las chicas escorts Iquitos, cerca de las 3 de la mañana y la veo a la china parada sin clientes. Creo que ese día ya estaba cansado y sin leche pues ya había entrado a mojar antes.
Me metí al cuarto con la charapita y empezó a sacarme la ropa. La flaca no dejaba de mirarme, entonces me di cuenta que le gustaba pues no me considero feo y creo que hasta jale con las escorts Iquitos tengo. Así que empiezo a botar mi poca energía que me quedaba con esta representante de las escorts Iquitos y la flaca la gozo.
Quedamos en vernos al día siguiente y nos vimos por Plaza Norte. Algo me acordaba de ella en mi borrachera, así que la pude reconocer y nos fuimos a tomar algo por el centro comercial. Ella me miraba como chibola templada y yo solo quería meterla al hotel. Esta escorts Iquitos estaba bien rica, era espectacular, era alta, bonita y se bestia a la moda.
Después de unos cuantos traguitos le dije para entrar al hotel. Lleve dinero porque tenía que pagar el telo y fácil me cobraba o de mi parte yo le daba su propina. Entramos y apenas cierro la puerta me puse cariñoso, meloso y nos echamos a la cama, nos miramos y besamos. Y que rico tiraba esta escorts Iquitos, me hacia el amor sin exagerar, se entregaba completa al sexo y yo aprendía de su experiencia, disfrutaba de su energía.
Así pues esto de vernos se hizo cotidiano, nos veíamos dos veces a la semana y yo solo me encargaba de pagar el telo. Y cuando nos amábamos lo hacíamos en la ducha, en la cama, en la silla, en la mesa y hasta mirando a la calle. Como una buena escorts Iquitos me enseño muchas cosas y yo fui un alumno aplicado porque ahora que tengo una pareja estable, recibo buenos comentarios de ella.
Mi maestra en al arte amatorio fue esta charapita. Aún recuerdo cuando la masturbaba, ella me enseño a masturbar a una mujer, donde tocar, donde besar, donde chupar. Había ocasiones donde se me vestía de doctora, de colegiala y en que poses se me ponía la escorts Iquitos. Aprendí que lo importante no es venirse sino disfrutarlo sin medir el tiempo. Un polvo a veces duraba más de media hora y en algunas ocasiones ella quería que terminara en su boca o en su espalda. Fue rico y muy apasionado mientras duro y hoy ya con pareja solo me queda recordarla como lo que fue: mi maestra en el arte amatorio nada más.
A esta chibola de las escorts Iquitos, la hice mi flaca porque no quería que me cobre por hacerlo con ella. Era un mujerón, una blanquiñosa de ojos chinos, cabellos oscuros y un cuerpo que resaltaba por donde pasaba.
Yo era asiduo de ir a los chongitos de la ciudad y ahí las conocí a las 3 en tiempos distintos. En unos de los fines de semana de este año la conocí a ella. Estaba borracho en el “anaconda”, este chongito se caracterizaba por traer a las chicas escorts Iquitos, cerca de las 3 de la mañana y la veo a la china parada sin clientes. Creo que ese día ya estaba cansado y sin leche pues ya había entrado a mojar antes.
Me metí al cuarto con la charapita y empezó a sacarme la ropa. La flaca no dejaba de mirarme, entonces me di cuenta que le gustaba pues no me considero feo y creo que hasta jale con las escorts Iquitos tengo. Así que empiezo a botar mi poca energía que me quedaba con esta representante de las escorts Iquitos y la flaca la gozo.
Quedamos en vernos al día siguiente y nos vimos por Plaza Norte. Algo me acordaba de ella en mi borrachera, así que la pude reconocer y nos fuimos a tomar algo por el centro comercial. Ella me miraba como chibola templada y yo solo quería meterla al hotel. Esta escorts Iquitos estaba bien rica, era espectacular, era alta, bonita y se bestia a la moda.
Después de unos cuantos traguitos le dije para entrar al hotel. Lleve dinero porque tenía que pagar el telo y fácil me cobraba o de mi parte yo le daba su propina. Entramos y apenas cierro la puerta me puse cariñoso, meloso y nos echamos a la cama, nos miramos y besamos. Y que rico tiraba esta escorts Iquitos, me hacia el amor sin exagerar, se entregaba completa al sexo y yo aprendía de su experiencia, disfrutaba de su energía.
Así pues esto de vernos se hizo cotidiano, nos veíamos dos veces a la semana y yo solo me encargaba de pagar el telo. Y cuando nos amábamos lo hacíamos en la ducha, en la cama, en la silla, en la mesa y hasta mirando a la calle. Como una buena escorts Iquitos me enseño muchas cosas y yo fui un alumno aplicado porque ahora que tengo una pareja estable, recibo buenos comentarios de ella.
Mi maestra en al arte amatorio fue esta charapita. Aún recuerdo cuando la masturbaba, ella me enseño a masturbar a una mujer, donde tocar, donde besar, donde chupar. Había ocasiones donde se me vestía de doctora, de colegiala y en que poses se me ponía la escorts Iquitos. Aprendí que lo importante no es venirse sino disfrutarlo sin medir el tiempo. Un polvo a veces duraba más de media hora y en algunas ocasiones ella quería que terminara en su boca o en su espalda. Fue rico y muy apasionado mientras duro y hoy ya con pareja solo me queda recordarla como lo que fue: mi maestra en el arte amatorio nada más.
4 comentarios - Historia erótica escorts Iquitos