Salí del estadio con bronca, masticando nuevamente el sabor de la derrota. Después de tomarnos unas chelas con los muchachos cada uno en rumbo por su lado, recordé entonces que gracias a mi rebeldía de ir a ver jugar a mi selección por las eliminatorias al mundial, Maria mi novia se había enfadado conmigo. Justo ahora que toda esa adrenalina me abrió el apetito sexual, será motivo entonces para contactar con alguna de las kinesiologas a domicilio en Lima.
Llegue a mi cuarto cerca a las 11 de la noche, me di un baño y me puse a ver el abanico de opciones que me ofrecía la web. Entre al buscador, escribí “kinesiologas a domicilio en Lima” y el resultado fue más que satisfactorio: tenia frente a mis cerca de 70,000 opciones para elegir a la mujer que me acompañaría esa noche y que saciaría mis más recónditos y mórbidos deseos sexuales.
Particularmente me gusta la variedad al momento de elegir con quien tener mis encuentros sexuales. No me encasillo en un solo tipo de mujer, las he probado de todos los tamaños y colores si se puede decir de esa manera. Mientras buscaba entretenido a la elegida dentro del extenso ramillete de kinesiologas a domicilio en Lima, llamo mi atención una chica de mediana estatura, que anunciaba tener 20 añitos y darte un trato de pareja.
Mas allá de lo que prometía realizar dentro de su servicio, llamo mi atención el cuerpo de esta muchacha. Mostraba en sus fotos un par de pechos grandes con unos pezones de ensueño, no eran formados ni compactos pero que hermosos par de tetas que tenia esta mujer. No contento con este atributo, en otra imagen dejo al descubierto su tremendo culo que fue lo que finalmente me convenció de elegirla dentro de todas las kinesiologas a domicilio en Lima.
Llame a un número fijo que anunciaba y después de varias timbradas me contesto, tenía una voz dulce y un trato amable. Quedo en ir a mi cuarto en 45 minutos, tiempo más que suficiente para hacer un poco de estiramientos y ejercicios de brazos y piernas que me permita rendir de acuerdo a la ocasión. Luego de 40 minutos sonó el timbre de mi cuarto, abrí la puerta y ahí estaba ella, era la más bella de las kinesiologas a domicilio en Lima que haya visto en mi vida.
Después de volver en mí, la salude y la invite a pasar. Le pague lo acordado y le invite un trago. Sin más preámbulos empezó a besarme las mejillas y luego mi cuello, susurrando en mi oído “que rico que hueles” y pasando su lengua por mis orejas. Si salí del estadio algo excitado, esta mujer termino por encenderme. Nos desvestimos y me dejo apreciar, acariciar, sentir, besar y probar el exquisito cuerpo que se manejaba. Luego en la cama me regalo toda su experiencia adquirida como una de las kinesiologas a domicilio en Lima.
Después de media hora del mejor sexo de mi vida, me despidió con un beso que por poco me arranca la boca. Me dejo su número de celular y desde entonces cada vez que tengo la oportunidad de saciar mis necesidades sexuales con alguna de las kinesiologas a domicilio en Lima, recurro a la mejor y la llamo al número que me dejo.
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1 comentarios - Kinesiologas a Domicilio un nuevo servicio