Dany se fue de golpe y me había dejado con la concha hirviendo y mis caderas levantadas.
Lo miré asombrada y tratando de recuperar el aire:
- Que hacés????
Me había dejado al borde del orgasmo y no sé como se había dado cuenta de eso, o le salió de pedo o lo había hecho a propósito. No lo sé.
Se quitó la camisa, los pantalones, zapatillas y se acercó a la cama. Lo agarré de un brazo y le hice perder el equilibrio y cayó arriba del colchón boca arriba. Crucé una pierna por arriba y le sujeté las muñecas contra la almohada. Era mi turno.
Froté mi conchita toda mojada aplastándole la pija contra su abdomen, la tenía durísima y le hice un jueguito que lo puso más caliente.
Con todo mi peso sobre sus muñecas no podía tocarme, entonces estiró su cuello para lamerme las tetas. Me agaché lo necesario para que me diera unas lindas chupaditas pero mi atención estaba en esa verga caliente que frotaba bajo mi concha. No sé quien sufría más, si él o yo aguantándome y no dejando que me penetrara.
Aflojé la presión en sus muñecas y no atinó a hacer nada, entonces acomodé una pierna y agarré su pija y empecé pasar su cabecita contra los labios de mi vagina mojándola con mis juguitos. Dany jadeaba y yo le movía las caderas jugando con su verga. Pero no me aguanté mucho más. La apoyé y me senté despacio en ese pedazo que fue entrando suave y delicioso.
Ay... esa cosa caliente me abría la concha y me hacía estremecer. Llegué hasta el fondo y volví a subir despacio. Lo hice un par de veces hasta que Dany empezó a mover sus caderas y metérmela más rápido. Apoyé mis manos sobre su pecho y le cabalgué la pija con todas mis ganas. Sentía que me entraba toda, toda... hasta lo más profundo y eso me volvía loca.
Me agarró de las nalgas y parecía manejar mis movimientos. Yo me incliné hacia adelante y busqué su boca enredando nuestras lenguas mientras me cogía a un ritmo frenético.
Por momentos levantaba su pelvis y me enterraba hasta el fondo y se quedaba un instante así con toda la pija dentro mío y me provocaba una sensación tremenda que me hacía dar un gritito, luego volvíamos a nuestro ritmo y sentía que me inundaba un fuego. Dura, cabezona y toda empapada era lo más delicioso que me estaba comiendo.
Dany paró un par de veces más mientras me agarraba las tetas, me comía la boca o acariciaba mis caderas. Entonces me incorporé, deseando darle rienda suelta a mi fuego y acabarle encima. No daba más.
Aumenté el ritmo y de pronto sentí que me corría... alcancé a sacarme la verga de la concha y un chorro dio contra el abdomen de Dany. Me froté la concha y vino más.
Sentí que se me aflojaba el cuerpo y él me agarró de la cintura.
- Ay... ay... ay... mirá lo que hacés, guacho!
Apoyé mis manos a un costado y Dany se escurrió de entre mis piernas y vino por atrás.
- No, esperá que...
No esperó, me volvió a meter la pija y me empezó a coger. Me agarraba los cachetes del culo y me los abría lo que me calentaba aún más.
La fuerza de mis brazos me abandonaron y quedé con la cara contra las sábanas. Dany no paraba, me manoseaba el culo, me agarraba las tetas, me frotaba el clítoris, me tenía en un estado de locura permanente.
No daba más... me venía el segundo y empecé a dar grititos. Puse una mano sobre su abdomen y lo aparté para sacar su pija y regalarle otros dos hermosos chorros de mi concha.
Estaba transpirada y mojada, exausta. Las sábanas mojadas con mis acabadas y Dany seguía con su verga tiesa.
- Acabá de una vez, boludo, no doy más...
- Bueno, pero ya sabés donde quiero.
Lo pajié un rato como para que me diera unos segundos y poder recuperarme.
- Donde?
Se apoyó en mi espalda y me susurró al oído
- En la colita
Lo miré y le sonreí
- Que guacho que sos...
- A si?? el guacho soy yo ahora?
Sentí su mano acariciando mi conchita toda mojada y al rato sus dedos buscaron el agujerito de mi culo. Dí un saltito y lo miré a los ojos como pidiendo explicaciones.
Escupió en mi cola y metió un dedo. Un pequeño dolorcito se mezcló con sensación de placer, después el dolor desaparecería o fue que el placer fue mayor, no lo sé... pero de solo acordarme me estoy tocando de nuevo!
Lo miré asombrada y tratando de recuperar el aire:
- Que hacés????
Me había dejado al borde del orgasmo y no sé como se había dado cuenta de eso, o le salió de pedo o lo había hecho a propósito. No lo sé.
Se quitó la camisa, los pantalones, zapatillas y se acercó a la cama. Lo agarré de un brazo y le hice perder el equilibrio y cayó arriba del colchón boca arriba. Crucé una pierna por arriba y le sujeté las muñecas contra la almohada. Era mi turno.
Froté mi conchita toda mojada aplastándole la pija contra su abdomen, la tenía durísima y le hice un jueguito que lo puso más caliente.
Con todo mi peso sobre sus muñecas no podía tocarme, entonces estiró su cuello para lamerme las tetas. Me agaché lo necesario para que me diera unas lindas chupaditas pero mi atención estaba en esa verga caliente que frotaba bajo mi concha. No sé quien sufría más, si él o yo aguantándome y no dejando que me penetrara.
Aflojé la presión en sus muñecas y no atinó a hacer nada, entonces acomodé una pierna y agarré su pija y empecé pasar su cabecita contra los labios de mi vagina mojándola con mis juguitos. Dany jadeaba y yo le movía las caderas jugando con su verga. Pero no me aguanté mucho más. La apoyé y me senté despacio en ese pedazo que fue entrando suave y delicioso.
Ay... esa cosa caliente me abría la concha y me hacía estremecer. Llegué hasta el fondo y volví a subir despacio. Lo hice un par de veces hasta que Dany empezó a mover sus caderas y metérmela más rápido. Apoyé mis manos sobre su pecho y le cabalgué la pija con todas mis ganas. Sentía que me entraba toda, toda... hasta lo más profundo y eso me volvía loca.
Me agarró de las nalgas y parecía manejar mis movimientos. Yo me incliné hacia adelante y busqué su boca enredando nuestras lenguas mientras me cogía a un ritmo frenético.
Por momentos levantaba su pelvis y me enterraba hasta el fondo y se quedaba un instante así con toda la pija dentro mío y me provocaba una sensación tremenda que me hacía dar un gritito, luego volvíamos a nuestro ritmo y sentía que me inundaba un fuego. Dura, cabezona y toda empapada era lo más delicioso que me estaba comiendo.
Dany paró un par de veces más mientras me agarraba las tetas, me comía la boca o acariciaba mis caderas. Entonces me incorporé, deseando darle rienda suelta a mi fuego y acabarle encima. No daba más.
Aumenté el ritmo y de pronto sentí que me corría... alcancé a sacarme la verga de la concha y un chorro dio contra el abdomen de Dany. Me froté la concha y vino más.
Sentí que se me aflojaba el cuerpo y él me agarró de la cintura.
- Ay... ay... ay... mirá lo que hacés, guacho!
Apoyé mis manos a un costado y Dany se escurrió de entre mis piernas y vino por atrás.
- No, esperá que...
No esperó, me volvió a meter la pija y me empezó a coger. Me agarraba los cachetes del culo y me los abría lo que me calentaba aún más.
La fuerza de mis brazos me abandonaron y quedé con la cara contra las sábanas. Dany no paraba, me manoseaba el culo, me agarraba las tetas, me frotaba el clítoris, me tenía en un estado de locura permanente.
No daba más... me venía el segundo y empecé a dar grititos. Puse una mano sobre su abdomen y lo aparté para sacar su pija y regalarle otros dos hermosos chorros de mi concha.
Estaba transpirada y mojada, exausta. Las sábanas mojadas con mis acabadas y Dany seguía con su verga tiesa.
- Acabá de una vez, boludo, no doy más...
- Bueno, pero ya sabés donde quiero.
Lo pajié un rato como para que me diera unos segundos y poder recuperarme.
- Donde?
Se apoyó en mi espalda y me susurró al oído
- En la colita
Lo miré y le sonreí
- Que guacho que sos...
- A si?? el guacho soy yo ahora?
Sentí su mano acariciando mi conchita toda mojada y al rato sus dedos buscaron el agujerito de mi culo. Dí un saltito y lo miré a los ojos como pidiendo explicaciones.
Escupió en mi cola y metió un dedo. Un pequeño dolorcito se mezcló con sensación de placer, después el dolor desaparecería o fue que el placer fue mayor, no lo sé... pero de solo acordarme me estoy tocando de nuevo!
2 comentarios - El Cordobés del Skype (parte 4)