Christian apareció en la puerta de mi departamento, con helado. Cuando me dijo que no había conseguido cucuruchos, me sonreí y me imaginé para donde iba su cada vez más pervertida mente.
Lo hice pasar, y lo llevé de la mano hasta el comedor. Lo paré frente a una de las sillas y lo empujé en ella, haciéndolo caer sentado. Me monté sobre él y le acaricié el pelo mientras con mis labios rozaba sus mejillas.
Le dejé el torso desnudo. Fui acariciando sus hombros y brazos marcados. No le había prestado mucha atención hasta ese momento. Tenía lo suyo, el señor Christian. "Te gusta?", me preguntó casi balbuceando mientras mis dedos rozaban su piel. "Me encanta" le respondí llevando mi mano hasta su pija. "Y esta más".
Desabroché el jean y se lo bajé hasta los tobillos. Sin tocarle la pija, fui pasando mis manos por sus muslos, su pelvis, abdominales. De a poco, la verga fue creciendo hasta estar totalmente parada y lista para mi. Rocé mi lengua desde sus huevos pasando por todo el tronco hasta la cabeza. Abrí mi boca y me la tragué.
De a poco fui metiéndome más pija hasta que no pude más. Me faltaban unos dos dedos para meterla por completo. Agarré el helado que había dejado en la mesa y lo abrí. Me senté arriba de él nuevamente, y empecé a comer. A propósito, dejé caer un poco sobre su pecho. Christian se estremeció por el frío que pegaba contra su piel. "Perdón", le dije mientras bajaba mi cabeza para limpiarlo.
Le metí un lengüetazo y lo dejé limpio. Después, me arrodillé en frente suyo y le puse un poco en la mitad de la pija. Su pija se ponía más dura cuando tocaba el frío. Antes que se chorreara, puse mi boca abajo y sacando la lengua recibí la parte que me correspondía. Después, me metí la pija en la boca y limpié lo que quedaba.
"Este cucurucho me gusta más", le decía mientras repetía lo mismo que antes. Volví a meterme la pija en la boca para dejarle lustradita toda la poronga.
"Que poquito te falta para comerla toda", me dijo con la respiración bastante agitada. "Yo se como hacer para que te la tragues toda...". Me sacó el helado, agarró la cuchara y se llenó la pija desde la base hasta la cabeza.
Lo miré aceptando el desafío. Primero, saqué lo más grande con la lengua, pasándola por la extensión de su poronga desde abajo hasta arriba. Después, me metí la pija en la boca. Abría grande, metía y cerraba los labios mientras me la sacaba.
Cada vez iba más adentro. Hasta que llegó lo que hasta ese momento era mi tope. Sentí y me frené. La vez anterior, me había faltado un dedo casi. Esta vez eran dos. Capaz que estaba más caliente y la tenía un poco más grande. O simplemente yo no estaba acostumbrada.
Volví a sacar la cabeza, respiré profundo. Christian me agarró de los pelos y me dijo "Todavía tengo sucio... limpiame", llevando mi cabeza nuevamente hasta su pija. Tomé aire y empecé a clavarme la pija hasta la garganta. Cuando la sentí en el fondo me frené de nuevo.
Las manos de Christian me sostenía para que no saliera. Aguanté un poco, y moví apenas mi cabeza dejando entrar lo que faltaba. Mi nariz se estrelló contra la panza de él.
Ya le había encontrado la vuelta. Saqué la cabeza con una sonrisa de oreja a oreja. Volví a tomar aire y otra vez se la tragué. Primero, jugué pajeandolo y chupandosela solo hasta la mitad. Después, de golpe, bajé hasta abajo ahora sin ninguna dificultad. Seguí practicando y terminé con la chota enterrada hasta la garganta y yo apretando cada vez más mi cabeza contra su cuerpo.
"Sabía que una putita golosa como vos no se iba a resistir a eso", me dijo mientras yo apretaba mi nariz contra su panza. Cuando me quedé sin aire saqué despacio la pija y mientras lo pajeaba le limpiaba la saliva que aun tenía chorreando. "Soy re chanchita viste... me como todo el cucurucho", le decía haciendo pucherito antes de volver a metermela hasta el fondo.
Me limpié la saliva que tenía acumulada y chorreando por mis labios. La pija de él estaba lustrada y brillante. La agarré con una mano y lo empecé a pajear. Dos sacudidas bastaron para que largara 3 chorros de leche que se estrellaron en su pecho.
Se levantó de golpe, subiéndose los pantalones y me llevó hasta la habitación. Me acostó, me besó, me acarició y me desnudó. De pronto se frenó. Metió sus manos en los bolsillos y vi como fue sacando un par de sogas. Sin decirme nada, agarró mis manos y las ató en el respaldo de la cama. Su rostro esbozaba una sonrisa. De solo imaginar lo que me esperaba, mi cuerpo se estremeció.
Agarró una cuchara bien cargada de helado y la fue desparramando por mi cuerpo, desde mi cuello, pasando por medio de mis pechos, mis tetas, hasta mi panza. Sentía como se iba derritiendo en mi piel caliente y se desparramaba por mi cuerpo. Cuando parecía que podía caerse algo a la cama, la lengua caliente de Christian empezó a lamerme toda.
Me dejó limpia. Pasó su lengua por todo mi cuerpo, mientras sus manos no se quedaban quietas. Sentir ese choque frío y de golpe la boca caliente me hacía volver loca. Me quise desatar varias veces, por instinto para agarrarlo pero estaba muy bien atada. Fuerte. Tan fuerte que me quedaron marcas difíciles de explicar en mis muñecas.
Se fue acomodando, despacio, entre mis piernas. Se metió una cucharada de helado en la boca y se enfrió la lengua. Me miró con una sonrisa perversa y se metió de una toda mi concha hirviendo en su boca fria. "Aaaaayyyy" grité. "Aaayyy", otra vez su lengua golpeaba mi clítoris con fuerza. "Freno?". "NO, seguíiiiiiaahahhhhh" no aguanté. Acabé ahí mismo.
Él quiso seguir chupándomela pero le supliqué que no lo hiciera. Estaba híper sensible. Se levantó y se paró al lado de mi cara. Me movió la cabeza y me puso la pija en la boca. Como pude, la fui chupando. Estaba durísima. Todavía tenía gusto a helado y leche de la acabada anterior.
Se acomodó de nuevo entre mis piernas, y apuntó la pija contra mi concha. La rozó un par de veces y la clavó sin piedad hasta el fondo. Gemí mordiéndome los labios, mientras mi espalda se arqueaba ante cada embestida de Christian. Primero suaves, después más fuertes, para terminar en una animalada bestial que hizo mover un metro la cama de lugar.
Yo seguía atada. Él me cogía como se le antojaba. Se tiraba encima, se arrodillaba y levantaba mis piernas, las juntaba en un lado, después en el otro. Yo no podía moverme ni hacer nada. Solo disfrutar.
Sus violentos embates se detenían cada tanto para chuparme la concha. Apretaba sus labios contra los míos y con su lengua golpeaba contra mi clítoris haciéndome delirar. Con esto, lograba aguantar más tiempo las embestidas y el ritmo bestial que tenía.
Cuando sentía que iba a acabar, frenaba, cambiaba de posición, me la chupaba o bajaba el ritmo. Me volvía loca. Acabé de nuevo, con él encima mientras un beso fogoso de lengua ahogaba mi grito de éxtasis.
"Por Dioss... no parés... no parés" le gritaba. "Que pendeja insaciable me encontré", decía él, tumbándose sobre mi para darme otra garchada animal. "Qué pendeja puta insaciable me encontré" repetía con cada penetración.
"Si te desato, me prometés que te portás bien", me dijo frenando casi por completo. No podía contestar, no me salían las palabras. Asentí con mi cabeza. Sin sacar su pija de adentro mío, me desató las dos manos. Cuando terminó, fue como haber liberado una fiera.
Lo empujé contra el otro borde de la cama. Me puse encima de él y casi sin las manos me metí la pija en mi concha, que de lo mojada que estaba, se la devoró sin problemas.
Ahora estaba al mando yo. Me senté arriba de él, agarrando sus manos por encima de su cabeza. Empecé a moverme con la pija clavada. Después, a subir y bajar. Cada vez más fuerte. Tanto, que se me salió la pija un par de veces.
Una de las veces que lo tuve que soltar para metermela de nuevo, se liberó y me agarró de la cintura. Se aferró a mi y empezó a levantarse con fuerza enterrándome la pija. Su cuerpo golpeaba con violencia el mío, tanto que me levantaba por el aire con cada embestida.
Cuando se paró para recuperar fuerza en sus piernas, seguí moviéndome yo. "Que puta insaciable", me repetía mientras yo me movía acelerando el movimiento de mis caderas. Sus manos se agarraban fuerte de mi cola. Me pegaba chirlos para incitarme a seguir.
Sus manos fueron abriendo mis nalgas y metiéndose más adentro. Se llevó uno de sus dedos a la boca y lo llenó de saliva. Yo seguí cabalgando la pija, hasta que sentí su dedo rozar mi ano. Me frené, cerré mis ojos y levanté mi cabeza dejando expulsar un suspiro que delató como me gustaba eso.
Jugó un rato hasta que despacio fue metiendo un dedo en mi cola. Empecé a moverme para clavarme el dedo y la pija. "Aaayy siii", exclamaba mientras sentía como me penetraba por los dos agujeritos
- Te gusta por la cola, Juli? - me preguntó.
- Un poco... nunca probé - le dije, creando un personaje para seguir el juego.
- jaja, no me mientas... se nota que estás abierta... Además, mirá lo que es esta cola - me dijo mientras me pegaba un chirlo - esta cola debe comer pija como si nada
- Te juro... solo dedos... lengua. Me gusta, pero nunca me animé - decía entre gemidos.
- Ya te vas a animar... sola lo vas a pedir
Sacó el dedo de mi cola, y otra vez me garchó como una bestia, solo un rato, hasta que sacó la pija y sentí como me llenaba la cola de leche. Me quedé encima suyo, recuperando el aire. Cuando él se recuperó, me fue corriendo y fue escabulliéndose entre mis piernas.
Quedó acostado boca arriba, con la cabeza entre mis piernas... y mi concha en su boca. Tiraba la lengua hacia arriba para rozar mi concha, pero casi no llegaba. Lo hizo un par de veces hasta que me dejé caer sobre su cara y empecé a moverme, como hacía un rato sobre su pija, pero ahora sobre su boca. Su lengua iba escarbando y moviéndose por todos lados.
Cuando estuve a punto de explotar, lo agarré fuerte del pelo y apreté su cabeza más fuerte contra mi concha. Él entendió que estaba por acabar y aceleró lo más rápido que pudo su lengua. "ssiiiiii!" grité desahogándome en un orgasmo que me aflojó todo el cuerpo. Después de un rato, pude moverme y me dejé caer sobre el costado de la cama.
Christian se levantó y fue a buscar agua. Estuvimos un rato acostados en la cama, hasta que empezamos a manosearnos. Al rato, estábamos calientes de nuevo franeleándonos como dos adolescentes.
Esta vez, me dio vuelta y me puso de espaldas. Me amasó la cola, acarició mi espalda. Me levantó las caderas y me dejó en 4. Abrió bien mis nalgas y escupió en mi ano. Le pasó la lengua un par de veces, jugó un rato con los dedos, volvió a chuparla y después, me clavó un dedo.
Jugó un rato más, y sentí como hacía fuerza para meter otro. "No te creo nada que nunca te hicieron la cola", me decía mientras movía dos dedos adentro mío. Yo no podía decir nada. Y menos aun, después que con otro dedo me clavó la concha.
Me dejé caer un poco más sobre la cama, levantando más la cola, para que tuvieran mejor entrada los 3 dedos. Mi concha chorreaba. Ese dedo se movía con mucha facilidad.
Metió su pija en mi concha, agarrándome fuerte de las nalgas. Me apretaba y pegaba con cada embestida. Me agarró de los pelos y me garchó cada vez más violento. "Dale... más... más fuerte!!" gritaba yo, mientras él desesperado me empujaba cada vez más. La cama se movió otro metro más, pero en otra dirección.
La sacó de golpe, me empujó a la cama dándome vuelta. Abrió mis piernas y volvió otra vez a chuparme la concha. Pocas veces se encuentra macho tan vicioso de chupar conchas, y eso es algo que siempre debe aprovecharse.
Apenas apoyó su lengua, me estremecí de tal manera que mis piernas se endurecieron y mi cuerpo se levantó quedando solo apoyada mi cabeza en la cama, y mis pies en sus hombros.
Él acompañó este movimiento, agarrándome fuerte de la cola mientras seguía lamiendo mi concha con desesperación. Cuando me soltó, mi cuerpo se desplomó sobre la cama. Sin dejarme tiempo a pensar siquiera, clavó su pija y siguió embistiéndome como un animal.
Se tiró encima y se agarró fuerte de mis hombros. Con su fuerza, empujaba mi cuerpo hacia abajo para que golpeara más fuerte contra su pija. "Donde querés que te acabe..." me dijo con la respiración entrecortada. Le pedí que me descargara todo en las tetas.
Por suerte, no aguantó mucho más. Me ardía la concha, literalmente. Sacó la pija y apuntó contra mis tetas. Se empezó a pajear, pero no acababa. Me levanté y le pedí que me dejara probar. Me senté en la cama, él se paró frente a mi y le empecé a pasar la lengua rodeando la cabeza.
Lo pajeaba mientras seguía jugando con la lengua y le sumé con la otra mano rozarle las bolas. Terminé el combo completo metiéndomela al fondo un par de veces. Quería asegurarme que eso que había conseguido antes no había sido una casualidad.
Cuando la saqué, empecé a rozarle el glande con la lengua, sin dejar de pajearlo. Sentí como la pija se puso más dura que nunca. Me tumbé sobre la cama y le dije "Dame la lechita" mientras me tocaba las tetas.
No terminé la frase que un chorro espeso de leche hirviendo se volcó sobre mi pecho. Seguí amasándome las tetas, mientras el semen se desparramaba por mi cuerpo. Con mis manos lo juntaba y me lo untaba en mi cuerpo.
Cuando terminé mi espectáculo, Christian se puso como para chuparmela de nuevo. Lo agarré de los pelos y lo acosté en la cama. "Basta... me hiciste mierda... basta" le supliqué. Nos acostamos un rato, hasta que nos recuperamos.
Cuando se levantó para irse, miré el desastre que era la cama. "Se supone que tengo que dormir acá?", le dije señalando el enjambre de sábanas que había quedado.
- No se, es tu cama... algo habrás hecho.
- Estuve atada... no pude hacer nada
- No te sentí quejarte mucho - dijo mientras se acercaba y me apretaba la cola, donde ya se notaban sus dedos marcados.
- Para nada...
- Te gustó?
- Obvio... y espero que se repita
Christian sonrió y se fue para la puerta. Ese hecho tonto, que venga, me garche y se vaya; me gustaba. Me calentaba. Era parte de un juego cada vez más excitante. Me sorprendió que no haya insistido mucho más con hacerme la cola.
Pensé que era parte de ese juego también. Me había dicho "sola lo vas a pedir"... y capaz, eso es lo que quería. Y como su buena putita sumisa en la que me estaba convirtiendo, lo iba a conseguir.
**************************
La historia completa:
#0 Mis 50 sombras
#1 Sometida y entregada
#2 Pagando deudas
#4 Suplicando que me hagan la cola
#5 Sacandome las ganas acumuladas
#6 Buscando el 10
#7 Recibiendo regalos navideños
#8 Festejando San Valentín
#9 Polvazo inesperado con algo de morbo
#10 Nena con juguete nuevo
#11 Hasta el eXtremo
#12 Porno Star
#13 Esclava y sumisa
#14 Disfrutando el mundial
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Indice
Lo hice pasar, y lo llevé de la mano hasta el comedor. Lo paré frente a una de las sillas y lo empujé en ella, haciéndolo caer sentado. Me monté sobre él y le acaricié el pelo mientras con mis labios rozaba sus mejillas.
Le dejé el torso desnudo. Fui acariciando sus hombros y brazos marcados. No le había prestado mucha atención hasta ese momento. Tenía lo suyo, el señor Christian. "Te gusta?", me preguntó casi balbuceando mientras mis dedos rozaban su piel. "Me encanta" le respondí llevando mi mano hasta su pija. "Y esta más".
Desabroché el jean y se lo bajé hasta los tobillos. Sin tocarle la pija, fui pasando mis manos por sus muslos, su pelvis, abdominales. De a poco, la verga fue creciendo hasta estar totalmente parada y lista para mi. Rocé mi lengua desde sus huevos pasando por todo el tronco hasta la cabeza. Abrí mi boca y me la tragué.
De a poco fui metiéndome más pija hasta que no pude más. Me faltaban unos dos dedos para meterla por completo. Agarré el helado que había dejado en la mesa y lo abrí. Me senté arriba de él nuevamente, y empecé a comer. A propósito, dejé caer un poco sobre su pecho. Christian se estremeció por el frío que pegaba contra su piel. "Perdón", le dije mientras bajaba mi cabeza para limpiarlo.
Le metí un lengüetazo y lo dejé limpio. Después, me arrodillé en frente suyo y le puse un poco en la mitad de la pija. Su pija se ponía más dura cuando tocaba el frío. Antes que se chorreara, puse mi boca abajo y sacando la lengua recibí la parte que me correspondía. Después, me metí la pija en la boca y limpié lo que quedaba.
"Este cucurucho me gusta más", le decía mientras repetía lo mismo que antes. Volví a meterme la pija en la boca para dejarle lustradita toda la poronga.
"Que poquito te falta para comerla toda", me dijo con la respiración bastante agitada. "Yo se como hacer para que te la tragues toda...". Me sacó el helado, agarró la cuchara y se llenó la pija desde la base hasta la cabeza.
Lo miré aceptando el desafío. Primero, saqué lo más grande con la lengua, pasándola por la extensión de su poronga desde abajo hasta arriba. Después, me metí la pija en la boca. Abría grande, metía y cerraba los labios mientras me la sacaba.
Cada vez iba más adentro. Hasta que llegó lo que hasta ese momento era mi tope. Sentí y me frené. La vez anterior, me había faltado un dedo casi. Esta vez eran dos. Capaz que estaba más caliente y la tenía un poco más grande. O simplemente yo no estaba acostumbrada.
Volví a sacar la cabeza, respiré profundo. Christian me agarró de los pelos y me dijo "Todavía tengo sucio... limpiame", llevando mi cabeza nuevamente hasta su pija. Tomé aire y empecé a clavarme la pija hasta la garganta. Cuando la sentí en el fondo me frené de nuevo.
Las manos de Christian me sostenía para que no saliera. Aguanté un poco, y moví apenas mi cabeza dejando entrar lo que faltaba. Mi nariz se estrelló contra la panza de él.
Ya le había encontrado la vuelta. Saqué la cabeza con una sonrisa de oreja a oreja. Volví a tomar aire y otra vez se la tragué. Primero, jugué pajeandolo y chupandosela solo hasta la mitad. Después, de golpe, bajé hasta abajo ahora sin ninguna dificultad. Seguí practicando y terminé con la chota enterrada hasta la garganta y yo apretando cada vez más mi cabeza contra su cuerpo.
"Sabía que una putita golosa como vos no se iba a resistir a eso", me dijo mientras yo apretaba mi nariz contra su panza. Cuando me quedé sin aire saqué despacio la pija y mientras lo pajeaba le limpiaba la saliva que aun tenía chorreando. "Soy re chanchita viste... me como todo el cucurucho", le decía haciendo pucherito antes de volver a metermela hasta el fondo.
Me limpié la saliva que tenía acumulada y chorreando por mis labios. La pija de él estaba lustrada y brillante. La agarré con una mano y lo empecé a pajear. Dos sacudidas bastaron para que largara 3 chorros de leche que se estrellaron en su pecho.
Se levantó de golpe, subiéndose los pantalones y me llevó hasta la habitación. Me acostó, me besó, me acarició y me desnudó. De pronto se frenó. Metió sus manos en los bolsillos y vi como fue sacando un par de sogas. Sin decirme nada, agarró mis manos y las ató en el respaldo de la cama. Su rostro esbozaba una sonrisa. De solo imaginar lo que me esperaba, mi cuerpo se estremeció.
Agarró una cuchara bien cargada de helado y la fue desparramando por mi cuerpo, desde mi cuello, pasando por medio de mis pechos, mis tetas, hasta mi panza. Sentía como se iba derritiendo en mi piel caliente y se desparramaba por mi cuerpo. Cuando parecía que podía caerse algo a la cama, la lengua caliente de Christian empezó a lamerme toda.
Me dejó limpia. Pasó su lengua por todo mi cuerpo, mientras sus manos no se quedaban quietas. Sentir ese choque frío y de golpe la boca caliente me hacía volver loca. Me quise desatar varias veces, por instinto para agarrarlo pero estaba muy bien atada. Fuerte. Tan fuerte que me quedaron marcas difíciles de explicar en mis muñecas.
Se fue acomodando, despacio, entre mis piernas. Se metió una cucharada de helado en la boca y se enfrió la lengua. Me miró con una sonrisa perversa y se metió de una toda mi concha hirviendo en su boca fria. "Aaaaayyyy" grité. "Aaayyy", otra vez su lengua golpeaba mi clítoris con fuerza. "Freno?". "NO, seguíiiiiiaahahhhhh" no aguanté. Acabé ahí mismo.
Él quiso seguir chupándomela pero le supliqué que no lo hiciera. Estaba híper sensible. Se levantó y se paró al lado de mi cara. Me movió la cabeza y me puso la pija en la boca. Como pude, la fui chupando. Estaba durísima. Todavía tenía gusto a helado y leche de la acabada anterior.
Se acomodó de nuevo entre mis piernas, y apuntó la pija contra mi concha. La rozó un par de veces y la clavó sin piedad hasta el fondo. Gemí mordiéndome los labios, mientras mi espalda se arqueaba ante cada embestida de Christian. Primero suaves, después más fuertes, para terminar en una animalada bestial que hizo mover un metro la cama de lugar.
Yo seguía atada. Él me cogía como se le antojaba. Se tiraba encima, se arrodillaba y levantaba mis piernas, las juntaba en un lado, después en el otro. Yo no podía moverme ni hacer nada. Solo disfrutar.
Sus violentos embates se detenían cada tanto para chuparme la concha. Apretaba sus labios contra los míos y con su lengua golpeaba contra mi clítoris haciéndome delirar. Con esto, lograba aguantar más tiempo las embestidas y el ritmo bestial que tenía.
Cuando sentía que iba a acabar, frenaba, cambiaba de posición, me la chupaba o bajaba el ritmo. Me volvía loca. Acabé de nuevo, con él encima mientras un beso fogoso de lengua ahogaba mi grito de éxtasis.
"Por Dioss... no parés... no parés" le gritaba. "Que pendeja insaciable me encontré", decía él, tumbándose sobre mi para darme otra garchada animal. "Qué pendeja puta insaciable me encontré" repetía con cada penetración.
"Si te desato, me prometés que te portás bien", me dijo frenando casi por completo. No podía contestar, no me salían las palabras. Asentí con mi cabeza. Sin sacar su pija de adentro mío, me desató las dos manos. Cuando terminó, fue como haber liberado una fiera.
Lo empujé contra el otro borde de la cama. Me puse encima de él y casi sin las manos me metí la pija en mi concha, que de lo mojada que estaba, se la devoró sin problemas.
Ahora estaba al mando yo. Me senté arriba de él, agarrando sus manos por encima de su cabeza. Empecé a moverme con la pija clavada. Después, a subir y bajar. Cada vez más fuerte. Tanto, que se me salió la pija un par de veces.
Una de las veces que lo tuve que soltar para metermela de nuevo, se liberó y me agarró de la cintura. Se aferró a mi y empezó a levantarse con fuerza enterrándome la pija. Su cuerpo golpeaba con violencia el mío, tanto que me levantaba por el aire con cada embestida.
Cuando se paró para recuperar fuerza en sus piernas, seguí moviéndome yo. "Que puta insaciable", me repetía mientras yo me movía acelerando el movimiento de mis caderas. Sus manos se agarraban fuerte de mi cola. Me pegaba chirlos para incitarme a seguir.
Sus manos fueron abriendo mis nalgas y metiéndose más adentro. Se llevó uno de sus dedos a la boca y lo llenó de saliva. Yo seguí cabalgando la pija, hasta que sentí su dedo rozar mi ano. Me frené, cerré mis ojos y levanté mi cabeza dejando expulsar un suspiro que delató como me gustaba eso.
Jugó un rato hasta que despacio fue metiendo un dedo en mi cola. Empecé a moverme para clavarme el dedo y la pija. "Aaayy siii", exclamaba mientras sentía como me penetraba por los dos agujeritos
- Te gusta por la cola, Juli? - me preguntó.
- Un poco... nunca probé - le dije, creando un personaje para seguir el juego.
- jaja, no me mientas... se nota que estás abierta... Además, mirá lo que es esta cola - me dijo mientras me pegaba un chirlo - esta cola debe comer pija como si nada
- Te juro... solo dedos... lengua. Me gusta, pero nunca me animé - decía entre gemidos.
- Ya te vas a animar... sola lo vas a pedir
Sacó el dedo de mi cola, y otra vez me garchó como una bestia, solo un rato, hasta que sacó la pija y sentí como me llenaba la cola de leche. Me quedé encima suyo, recuperando el aire. Cuando él se recuperó, me fue corriendo y fue escabulliéndose entre mis piernas.
Quedó acostado boca arriba, con la cabeza entre mis piernas... y mi concha en su boca. Tiraba la lengua hacia arriba para rozar mi concha, pero casi no llegaba. Lo hizo un par de veces hasta que me dejé caer sobre su cara y empecé a moverme, como hacía un rato sobre su pija, pero ahora sobre su boca. Su lengua iba escarbando y moviéndose por todos lados.
Cuando estuve a punto de explotar, lo agarré fuerte del pelo y apreté su cabeza más fuerte contra mi concha. Él entendió que estaba por acabar y aceleró lo más rápido que pudo su lengua. "ssiiiiii!" grité desahogándome en un orgasmo que me aflojó todo el cuerpo. Después de un rato, pude moverme y me dejé caer sobre el costado de la cama.
Christian se levantó y fue a buscar agua. Estuvimos un rato acostados en la cama, hasta que empezamos a manosearnos. Al rato, estábamos calientes de nuevo franeleándonos como dos adolescentes.
Esta vez, me dio vuelta y me puso de espaldas. Me amasó la cola, acarició mi espalda. Me levantó las caderas y me dejó en 4. Abrió bien mis nalgas y escupió en mi ano. Le pasó la lengua un par de veces, jugó un rato con los dedos, volvió a chuparla y después, me clavó un dedo.
Jugó un rato más, y sentí como hacía fuerza para meter otro. "No te creo nada que nunca te hicieron la cola", me decía mientras movía dos dedos adentro mío. Yo no podía decir nada. Y menos aun, después que con otro dedo me clavó la concha.
Me dejé caer un poco más sobre la cama, levantando más la cola, para que tuvieran mejor entrada los 3 dedos. Mi concha chorreaba. Ese dedo se movía con mucha facilidad.
Metió su pija en mi concha, agarrándome fuerte de las nalgas. Me apretaba y pegaba con cada embestida. Me agarró de los pelos y me garchó cada vez más violento. "Dale... más... más fuerte!!" gritaba yo, mientras él desesperado me empujaba cada vez más. La cama se movió otro metro más, pero en otra dirección.
La sacó de golpe, me empujó a la cama dándome vuelta. Abrió mis piernas y volvió otra vez a chuparme la concha. Pocas veces se encuentra macho tan vicioso de chupar conchas, y eso es algo que siempre debe aprovecharse.
Apenas apoyó su lengua, me estremecí de tal manera que mis piernas se endurecieron y mi cuerpo se levantó quedando solo apoyada mi cabeza en la cama, y mis pies en sus hombros.
Él acompañó este movimiento, agarrándome fuerte de la cola mientras seguía lamiendo mi concha con desesperación. Cuando me soltó, mi cuerpo se desplomó sobre la cama. Sin dejarme tiempo a pensar siquiera, clavó su pija y siguió embistiéndome como un animal.
Se tiró encima y se agarró fuerte de mis hombros. Con su fuerza, empujaba mi cuerpo hacia abajo para que golpeara más fuerte contra su pija. "Donde querés que te acabe..." me dijo con la respiración entrecortada. Le pedí que me descargara todo en las tetas.
Por suerte, no aguantó mucho más. Me ardía la concha, literalmente. Sacó la pija y apuntó contra mis tetas. Se empezó a pajear, pero no acababa. Me levanté y le pedí que me dejara probar. Me senté en la cama, él se paró frente a mi y le empecé a pasar la lengua rodeando la cabeza.
Lo pajeaba mientras seguía jugando con la lengua y le sumé con la otra mano rozarle las bolas. Terminé el combo completo metiéndomela al fondo un par de veces. Quería asegurarme que eso que había conseguido antes no había sido una casualidad.
Cuando la saqué, empecé a rozarle el glande con la lengua, sin dejar de pajearlo. Sentí como la pija se puso más dura que nunca. Me tumbé sobre la cama y le dije "Dame la lechita" mientras me tocaba las tetas.
No terminé la frase que un chorro espeso de leche hirviendo se volcó sobre mi pecho. Seguí amasándome las tetas, mientras el semen se desparramaba por mi cuerpo. Con mis manos lo juntaba y me lo untaba en mi cuerpo.
Cuando terminé mi espectáculo, Christian se puso como para chuparmela de nuevo. Lo agarré de los pelos y lo acosté en la cama. "Basta... me hiciste mierda... basta" le supliqué. Nos acostamos un rato, hasta que nos recuperamos.
Cuando se levantó para irse, miré el desastre que era la cama. "Se supone que tengo que dormir acá?", le dije señalando el enjambre de sábanas que había quedado.
- No se, es tu cama... algo habrás hecho.
- Estuve atada... no pude hacer nada
- No te sentí quejarte mucho - dijo mientras se acercaba y me apretaba la cola, donde ya se notaban sus dedos marcados.
- Para nada...
- Te gustó?
- Obvio... y espero que se repita
Christian sonrió y se fue para la puerta. Ese hecho tonto, que venga, me garche y se vaya; me gustaba. Me calentaba. Era parte de un juego cada vez más excitante. Me sorprendió que no haya insistido mucho más con hacerme la cola.
Pensé que era parte de ese juego también. Me había dicho "sola lo vas a pedir"... y capaz, eso es lo que quería. Y como su buena putita sumisa en la que me estaba convirtiendo, lo iba a conseguir.
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La historia completa:
#0 Mis 50 sombras
#1 Sometida y entregada
#2 Pagando deudas
#4 Suplicando que me hagan la cola
#5 Sacandome las ganas acumuladas
#6 Buscando el 10
#7 Recibiendo regalos navideños
#8 Festejando San Valentín
#9 Polvazo inesperado con algo de morbo
#10 Nena con juguete nuevo
#11 Hasta el eXtremo
#12 Porno Star
#13 Esclava y sumisa
#14 Disfrutando el mundial
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Indice
17 comentarios - #3 Atame y haceme tuya
Voy a probar lo del helado y el cambió de temperatura.
Y lo del macho q le gusta chupar concha, tmb abría q ver a las mujeres q no les gusta el sexo oral, me paso de salir cn chicas a las q le tenía q pedir por favor q me dejarán y no siempre pasaba.
Tonces uno pierde un poco el interés y la cancha.
No te parece q hay q tenerlo en cuenta???
Besooo
lo del cambio de temperatura es excelente, probalo.. no tiene que ser helado, puede ser un cubito de hielo 😉
Claroo, pero tmb es x aquéllas q no les gusta, o les da cosaa
gracias por pasar
Van muchos pts!
De que gustos los helados? Jajaja
gracias por pasar
Besos y puntos!
Van 9 puntos
gracias por pasar!
gracias por pasar!