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Decisiones 4

Decisiones - 4

Seguía entretenido meneándomela, pero ya sin pensar en nadie concreto, solo por el mero hecho de descargar a gusto, a lo cual mi costilla no es que ayudase mucho, pues para que no me doliera debía de ir muy despacio y sabía que difícilmente conseguiría terminar, de hecho, desde que me la fisure, no había podido acabarlas más de dos o tres veces... No podía evitar pensar en que las tres chicas se habían ido a la otra casa con mis “hermanas” y su grupito, no quería ni imaginarme lo que les pudiesen contar sobre mi… Estaba pensando en todo esto cuando escuche una voz que me paralizo el corazón, rápidamente me guarde la polla dentro del bermudas de nuevo… o casi, ya que las prisas me provocaron el consiguiente ostión en mi costado, que no me lo permitió guardármela todo lo rápido que yo quería al dejarme sin resuello por un instante.

- Vaya, sí que estas entretenido Speed… además no te diré que me disguste lo que he visto… no está nada mal eso que tratas de guardar… -dijo socarrona Romy.

- Perdona, no pretendía… si llego a saber que venias… -me disculpe, colorado como un tomate, mientras trataba me volver a meter en su sitio mi polla apretando los dientes porque mi costilla me recordaba que eso de ir con prisas no era nada bueno para mí.

- Lo sé, lo sé –hizo un gesto quitando importancia-, si te hubieses dado cuenta no te hubiese sorprendido… Créeme que hubiese sido una autentica lastima haberme perdido eso… -se rio, haciendo que me pusiese aún más nervioso.

- Bueno, de todos modos lo siento… no es plan y…

Me quede pillado al ver como llegaba hasta donde estaba y se tumbaba junto a mí en la cama por el lado de mi costado bueno. Se situó como hacia algunas veces mi madre para hablar conmigo. De hecho y principal motivo por el que me quede sin habla, fue porque nada más colocarse, se giró un poco para mirarme, y su mano empezó a acariciarme el pecho, haciéndome cosquillas a la par que excitándome… lo que tratándose de Romy, no me resultaba nada saludable…

- Sabes… siempre me has parecido un tío guapo, tienes un buen cuerpo, estas bastante bueno Speed… pero…

- Vaya gracias… y sí, pero, existe un pero enorme entre los dos Romy… de modo que por favor… - al escucharme se colocó otra vez bien apartando la mano de mi tórax.

- Perdona, no pretendía… Oye Tony, siento lo que dije ante mi hermana en la piscina… y lamento no haberte dicho quién era… pero de haberlo sabido no me hubieses dejado ir contigo ninguna vez…

- No te preocupes, lo entiendo… y si, posiblemente de haber sabido que eras la hermana de Gata no hubiese andado contigo como lo he hecho. Hubiese sido una lástima, la verdad, porque me lo paso muy bien…

- Gracias, me alegro que no te hayas enfadado. Se me escapo, cuando la vi a ella y a Aby en ese plan…, bueno, no pude evitar hablar de ti… perdona.

- No pasa nada, lo entiendo, aunque ahora a ver cómo me quito de encima a tu hermana…

- Si –se rio-, eso te va a ser difícil, esta como obsesionada contigo, mi madre tenía razón, sabes, con ella cuando hablamos de esto eres monotema…

- Vaya, y yo que confiaba en que quien no parase de hablar de mi fueses tu –dije irónico, provocando sus risas-. Y dime, ¿qué tal con la otra gente?

- ¡¡¡Ahhh!!!, dices con tus “hermanas”… -se quedó un poco pensativa-. Oye una pregunta, ¿son tus hermanas o tus primas?, porque me hacen un lio, tan pronto te llaman de una forma como te llaman de otra.

- ¿Me han llamado “hermano”? –pregunte verdaderamente sorprendido.

- Si, y primo, me despistan… Bueno, ¿que sois?

- Somos primos, mis padres murieron y me criaron mis tíos hasta su divorcio, ahora estoy con mi tía, aunque para mí es como mi madre, siempre la llamo mamá.

- ¿Y tus primas?

- Bueno, eso es más difícil, no nos llevamos nada bien, supongo que cuando dijeron “hermano” mi “madre” estaría cerca… Para ellas solo soy “un intruso” al que querrían perder de vista. ¿Misterio resuelto? –le sonreí.

- No, para nada, veras… no estoy yo tan segura de eso que dices. Creo que tus “hermanas o primas” como prefieras, no son tan fieras como crees, lo cierto es que me dio la impresión de que te llamaron “hermano” sin pensarlo. Fue cuando te llamaron “primo” cuando sí que estaban plenamente conscientes de que lo hacían o decían, me parece que es más una pose que otra cosa… No sé, no me hagas caso, son cosas vuestras…

Decidí aceptar cambiar de tema, era algo muy espinoso como para ponerme a hablarlo tan alegremente. Romy estuvo contándome las últimas cosas que había estado haciendo, por donde se había movido y con quienes había ido. Me confesó que en un par de veces había coincidido con su hermana y su grupo, pero que no duro mucho junto a ellas, porque no se divertía como cuando estaba conmigo… En ese momento…

- ¿Cómo que cuando vas con él? –escuche la voz de Gata, solo un segundo después se apoyaba en el marco.

- Pues lo que has escuchado, en realidad no es que haya visto a Speed, es que he estado haciendo recorridos con él –dijo seria Romy.

- Me estás diciendo que has estado todo el tiempo con él, sabiendo como sabias las ganas que tenia de poder observarle, y nunca me lo has dicho… -pregunto Gata con voz de estar enfadándose por momentos.

- Sí, eso mismo es lo que he dicho. Y lo sabes porque nos has escuchado, sino tampoco te lo hubiese dicho, quiero seguir yendo con él, no me gusta cómo te mueves tú y tu grupo… no voy a correr el riesgo de no poder repetir más veces por irme de la lengua.

- Eres una judas… -dijo ya definitivamente enfadada.

- Pues yo creo que no Gata, tu hermana te ha contestado con total sinceridad. A ti te gusta hacer Parkour de una forma, y a tu hermana de otra diferente, a ella le gusta lo que a mí, divertirse, moverse por pura diversión, sin necesidad de tener que demostrarle nada a nadie. Tu solo piensas en ser la mejor, en quedar por encima de todos los demás…

- ¿Y eso que tiene de malo?, en cualquier deporte se trabaja para ser mejorar, para ser mejor que los demás… No sé porque el Parkour debería de ser diferente… ¿Es porque soy mujer?

- Yo no he dicho eso Gata, no pongas en mi boca cosas que no digo y menos lo que no pienso, tu hermana también es mujer y sin embargo me encanta ir con ella. Sobre lo otro, obviamente se procura mejorar, pero mi filosofía es diferente de la tuya, yo quiero ser mejor para y por mí, no porque el de al lado lo haga de muerte y tenga que matarme para llegar a superarle, paso de llegar ahí… El día que llegué a pensar eso, lo dejare en el acto…

- ¿De verdad haces Parkour? ¿haces todas esas locuras de saltar por todos sitios en la ciudad? ¿Saltas fachadas y todo eso? –pregunto Belén apareciendo por sorpresa tras Gata junto con Aby.

- Vaya… -la mire fijamente y para mi sorpresa vi “preocupación”-. Si Belén, eso es lo que hago cuando salgo, recorro la ciudad superando los obstáculos arquitectónicos de la forma en que considero más adecuada, y no, aun no se me ha perdido nada saltando al vacío entre edificios –algo que sabía no era del todo exacto.

- Es una locura, de todos modos es una locura, ¿mamá lo sabe?

- Desde que empezó –me sorprendió mi Madre apareciendo también-, lo sé desde el primer día.

- ¿Queda alguien más por entrar en la habitación? –pregunte escamado.

Para mi sorpresa, como contestación a mi pregunta entro también Laura seguida de los padres de Gata y Romy. Al vernos así tumbados, el padre de Romy hizo un comentario jocoso sobre la situación tan comprometida en que estábamos los dos, juntitos en la cama. Luego riéndose y haciendo reírse a los demás, me dijo que no sacaba la escopeta porque era consciente de que con la costilla, de querer hacer los dos alguna cosa “reprobable” mis gritos de dolor se hubiesen escuchado en varios kilómetros a la redonda como si fuese un sistema de alarma. A mí no me hizo gracia, pero Romy sí que se estuvo riendo un buen rato… era consciente de que ella lo hacía por la paja que me sorprendió haciéndome.

Lo cierto es que todo el mundo en la habitación, juntitos, lo bueno que tuvo es que empezó a subir la temperatura y eso fue definitivo para que todo el mundo volviese por donde llegó. Durante unos quince minutos todos estuvieron hablando entre ellos, casi no dije ni pio, aunque reconozco que sí que le pegue algún que otro codazo a Romy por sus “gracias”, no hacía más que pinchar a su hermana, en cuanto podía metía el dedo en la herida de que hubiese estado conmigo sin decirle ni pio.

También me empecé a preguntar, cuanto tiempo tardaría mi madre en atar cabos, cinco meses antes había estado hablando con ella de una chica que me gustaba y que se estaba moviendo conmigo, aunque no dije nombres, que a cada noche que pasábamos juntos me gustaba más que la anterior. Lo cierto es que me hice muchas pajas mentales, me cole de mala manera y yo solito me lo organice todo. Me lo monte todo perfecto, pero perfecto para darme una leche de las que hacen época.

A los dos meses de eso la conversación con mi madre fue porque la chica en cuestión cuando le pedí salir me soltó el rollo típico de la buena amiga que no te ve como otra cosa y que para colmo, me fue a contar que ya tenía a alguien en mente y no yo precisamente… Como comprenderéis tras todas mis pajas mentales, eso fue un palo bastante grande, pero bueno, como de costumbre, puse buena cara y me centre en pasar página con mis sentimientos, enterrándolos en lo más profundo, sofocándolos y después expulsándolos de mí. Eso era algo bueno que tenía, en cuestión de amores no miraba de nuevo hacia atrás, consideraba que lo pasado en el pasado se quedaba, me desenamoraba tan rápido como lo hacía. Obviamente, esa chica era Romy, y me preguntaba cuanto tardaría mi madre en darse cuenta de ello… porque también tenía claro que se iba a dar cuenta.

Al final me quede solo de nuevo, con la ventana abierta, corriendo una brisilla que refresco la habitación y medio adormilado. Unos veinte minutos después subió mi madre, con quien por cierto y pese a todo, me moría de ganas de hablar…

- ¿Qué tal estas cielo?

- La verdad es que bastante bien, me ha dejado de doler, ahora es más molestia que otra cosa… Oye mamá… -dije dubitativo.

- Dime, que pasa…

- Está claro que sabias que la hija de tu compañera era Gata, pero… -me interrumpió.

- Y tú quieres saber cómo, ¿verdad? –asentí con la cabeza-. Ya… Mira, la verdad es que fue casualidad, estaba hablando con su hija por teléfono, con Romina, y menciono “Parkour”, como comprenderás eso hizo que mis orejas se pusieran en alerta –se rio-, y cuando colgó le pregunte, luego empezamos a hablar…

- Y supongo que disteis entre ambas con Gata y Speed, ¿no?

- Si, más o menos así fue, me comento que su hija mayor también lo hacía, que era conocida en el mundillo ese y que no hacía más que marearla con un tal “Speed”… No te haces una idea de la sorpresa cuando le pregunte si su hija era una tal “Gata” y me dijo que si, que así la llamaban… -me miraba socarrona.

- Lo supongo…

- Y cuando te diste el golpe, como se te veía un poco pachucho, se nos ocurrió daros… esta sorpresa… incluso le dije a Anna que le dijese a su hija donde podía encontrarte…

- ¿Y Gata no sospecho que su madre lo supiese?

- No, porque no se lo dijo su madre –me guiño un ojo riéndose…

- ¡¡Romy!!... será cabrona… -exclamé.

Empecé a atar cabos, cosas que hasta ese momento me habían pasado totalmente desapercibidas, como por ejemplo que Romy fue corriendo a abrazarme, pero no puso la cara de evidente sorpresa que si tenía Gata al verme allí, incluso ella y Aby tras quitarse los cascos demostraban una cara de asombro que no vi en Romy, aunque no me fije en ese instante. La cabrona si sabía que yo estaría allí, y seguro que iba relamiéndose por la sorpresa que recibiría su hermanita. Recordé entonces también las caras de mis hermanas cuando entraron en mi habitación y se enteraron de que hacía “Parkour”… con mucho tiento, le pregunte a mi madre…

- Mamá, y como lo están llevando mis hermanas con mis “amigas”…

- Con tus amigas te refieres a las tres, o quizá a alguna más concreta, venga, ¿dime? –me dio un golpecito en el muslo.

- Así que te diste cuenta, ¿no?

- ¿De qué te gusta Romy?, si, desde el primer momento –asintió.

- Vaya, ¿tanto se me nota?

- No, lo cierto es que no, o por lo menos no mucho, pero yo tengo ventaja, me dijiste que te gustaba alguien y que te dio calabazas, de modo que supongo que estaba pendiente por si era alguna de ellas… Instinto de madre supongo –dijo divertida.

- O ganas de cotillear, querrás decir –sonreí por mi parte.

- Bueno, también algo de eso, para que negarlo –soltó una carcajada cristalina.

- Y bien, entonces dime, ¿Qué tal con ella?

- Bueno, ya te dije que me dijo que no, así que estoy intentando superarlo, aunque no es fácil ya que suele andar conmigo. En cierto modo, creo que esto de la costilla en ese sentido me había venido bien…

- Hasta que yo te la he traído a casa… -dijo mi madre con una sonrisa.

- Bueno, algo así también. Creo que esta no será la última vez que recibiré visitas –suspire.

- ¿Lo dices por Gata, por Aby o por Romy?

- En realidad, creo que por las tres, me parece que me van a visitar alguna que otra vez…

- Venga anda, vamos a cenar dentro de nada, vete preparando cielo, te esperamos abajo ¿vale?

- Si, vale, ya voy mamá.

Cuando mi madre salió por la puerta estuve reuniendo el coraje necesario para levantarme. Lo malo de joderse una costilla es que esta te duele con cualquier movimiento que hagas, y levantarse es uno de los peores que puedes hacer, ya que todos los músculos del tórax se tensan y con la costilla por medio hace una gracia de narices. Me levante y quede encorvado, respirando con dificultad, aguantando el dolor, preparándome para el último movimiento, erguirme completamente cuando unas manos me sujetaron por uno de los brazos…

- Venga, deja que te ayude, avísame cuando vayas a incorporarte y apóyate en mí, venga Speed.

- Vale… venga vamos… -tire hacia arriba apretando los dientes.

- Ya estas completamente levantado, ahora vamos para abajo… -dijo sin soltarme el brazo, solo acomodándose mejor.

- Gracias por tu ayuda Gata, dime, ¿qué hacías por aquí arriba?

- He ido al baño, y me he pasado a ver qué tal estabas, te he visto y bueno… he pensado en ayudarte…

- Gracias de nuevo… -la mire un poco sorprendido, haciendo que se riese.

- Lo sé, lo sé, tengo fama de ser poco sociable con los tíos…

- Bueno, esa es una forma suave de decirlo… -sonreí-, venga… -dije poniéndome en marcha.

- Si, lo cierto es que soy muy borde, pero hazte una idea de la cantidad de gilipollas que tengo que aguantar todos los días, así que prefiero dejar las cosas claras desde el principio.

- Entiendo…

- Oye… ¿Tony no?

- Si, Tony…

- Bien, mira –se detuvo poniéndose frente a mí- se cómo estoy de buena, sé que gusto a todos los tíos, y se de sobra para que es para lo que les gusto… ¿Qué soy muy borde y casi una hija de puta?, sí, pero créeme, me da igual si con ello consigo que se limiten a babear desde lejos y no me den el coñazo intentando llevarme a echar un polvo…

- Como te dije, lo entiendo perfectamente, no hacía falta la aclaración –le sonreí poniéndome otra vez en marcha-, así que soy una especie de privilegiado, ¿no?

- Bueno, digamos que eres un caso especial…

- ¿Especial? –la mire sorprendido.

- Si –se rio-, creo que eres el único tío que siempre que me ve se escapa corriendo como si fuese el coco…

No le respondí, pero no pude evitar reírme con ella, lo que supuso unos bonitos latigazos de la costilla advirtiéndome que eso no era nada sano de hacer en mi situación. Cuando aparecimos en la piscina me encontré con una sorpresa, todos los amigos y novios del grupito de mis “hermanas” se habían marchado o les habían dado boleto, eso era algo que no tenía muy claro por algunas de las cosas y risas que estaba escuchando. Estaba allí todo el mundo, mi madre, sus amigos, Romy, Aby y mis “hermanas” con todo su grupito de amigas.

Cuando llegue observe algunas cosas, como dije estaban todas riéndose y comentando sobre los chicos, y no tenía muy claro escuchándolas si se habían ido por ellos mismos o les habían echado ellas. Otra cosa más fue la forma en que mis dos adorables “hermanas” me miraron, o más bien, como parecían estar mirando a Gata, esta iba con su brazo enlazado con el mío, yo al ver esas miradas provoque un “abrazo” más cercano entre ambos. Lo que pensaba es que esas miradas posiblemente tenían algo que ver con los chicos y el hecho de que ya no estuviesen. La última cosa de la que me di cuenta, fue de las miraditas que me echaban las amigas de mis “hermanitas”, creo que era la primera vez que no me miraban como si estuviese molestándoles.

Me encontré cenando con todo el mundo, habían preparado platos simples tipo raciones de las que todos probamos, reconozco que estuvo divertida la cena. Las amigas de mis “hermanas” y estas no hacían más que coser a preguntas a Gata, Romy y Aby, también en ello colaboraban mi madre y sus padres. Me estuve partiendo las tripas con Romy, cada vez que caía una pregunta sobre mí, se limitaba a ignorarla, fuese de quien fuese, incluida mi madre, solo que a esta le contestaba que ya lo sabía porque yo muy posiblemente ya se lo hubiese contado, para terminar está riéndose y admitiendo que sí, que ya lo sabía por mí.

Tanto en mis “hermanas”, como en sus amigas, igual que en Gata y Aby, cada vez se veía más frustración conmigo y con Romy, ya que ninguno de los dos hablábamos de “Parkour” o de por dónde nos solíamos mover cuando íbamos juntos. Cuando todos terminamos de cenar, se recogió todo lo de las mesas, apartando luego estas y sentándonos a charlar, ya que lo cierto es que la temperatura era increíblemente suave, casi diría que perfecta, por lo menos para mí. A los diez minutos de estar así, Romy se sentó a mi lado, pasando una pierna por encima de las mías y apoyando su cabeza en mi hombro, obviamente en el del costado bueno.

Vi que Belén tenía cara de póker cuando nos miraba a los dos, Laura miraba con una cara que no se si podría definirla como extraña, mi madre nos miraba y me sonreía irónica. Las amigas de mi hermana nos miraban a los dos de modo disimulado, parecía como si no quisiesen que mis dos “hermanas” se diesen cuenta de su repentino interés por mí, cosa por otro lado lógico dado que ellas sabían que nos llevábamos como el perro y el gato los tres. En un momento dado me entraron ganas de echar un pis y disculpándome con Romy le dije que tenía que ir a un recado… haciendo un mohín…

- ¿Necesitas que te ayude?

- No, muchas gracias, pero esto nadie puede hacerlo por mí –le dije dándole un golpecito en un hombro.

- Bueno, pero quizá te fuese más agradable si te la sujetasen, ¿no? –se rio…

- Romy, no tengas mala hostia, que si me haces reír me duele… -le sonreí aguantando las ganas de reírme con ella.

- Vale, está bien… seré buena… -puso cara maliciosa.

- Claro, cuando se hiele el infierno es cuando serás buena… so bruja…

Tanto sus padres como mi madre es estuvieron riendo un rato, al igual que las demás chicas, aunque mis “hermanas” parecían un poco forzadas al hacerlo. Me despedí de todo hasta un ratito, y con cuidado me dirigí al servicio de la planta de arriba, de ese modo si a alguien le entraba algún apretón tendría el de abajo libre, porque yo desde luego sabía que tardaría un poquito. Las escaleras fueron bien, el andar no estuvo mal, pero al final tuve que ir a lo más fácil, bermudas al suelo, mano a la pared para sostenerme y con mucho cuidado miccionar en el servicio… y que alivio sentí, por cierto, estaba que reventaba. Cuando termine estuve limpiándomela con papel, tire este y luego de la cadena… Entonces…

- Vaya, vaya Tony, sí que estas bien armado… quien lo diría… -escuché.

Volví la cabeza hacia la puerta para ver allí a quien me imaginaba por la voz, se trataba de Eva, una de las amigas de mis “hermanas”, una morenita de sobre 1.62cm, guapa y con un cuerpo la mar de apetecible. No se cortó ni medio pelo, es más, le echo todo el morro del mundo, estuvo recreándose en mi polla dado que no podía guardármela corriendo, lo de agacharme para subirme el bermudas dolía lo suyo y no era nada agradable de realizar. Hice lo único que podía hacer en esas circunstancias… ponerme un poco colorado, y echarle morro al asunto…

- Me alegro de que te guste lo que ves…

- Si, lo cierto es que me encanta… tienes una polla preciosa… -dijo acercándose y cogiéndomela con una mano-… ¡¡Uhmmm!! Y que dura se te está poniendo…

- Gracias a ti Eva… -le sonreí irónico a la par que infinitamente sorprendido con ella.

- ¿Te gusta lo que te hago? –me susurro mientras empezaba a meneármela y ponía sus labios junto a mi oreja.

- Claro que me gusta… -respondí girándome hacia ella y metiendo mi mano bajo el pareo y la braguita de su bikini, encontrándome su sexo completamente mojado-, pero también me gusta participar en el juego…

- ¡¡¡Uhmmm!!! –se limitó a gemir cuando mi mano llego a su coñito, acariciándole la raja.

- Ya verás cómo esto te gusta… -le introduje dos dedos mientras lubricaba mi pulgar con el flujo que escapaba de su coño…

- Si, sigue por favor… no pares… -me pidió mientras seguía moviendo mi polla, con su otra mano se desato el nudo del pareo y empezó a quitarse la braguita.

- Te gusta, ¿verdad Eva? –al desaparecer el obstáculo de pareo y Braguita con el pulgar empecé a atacar suavemente su clítoris.

- ¡¡Agrrhhhhh!!, sigue cabrón… joder que bien que me lo haces… sigue… sigue…

- Y tú, no pares Eva, sigue meneándomela… venga… más rápido Eva…

Al final fue Eva la primera en correrse, casi se cae, se agarró a mí para evitarlo y la costilla me pego tal latigazo que se me pasaron todos los ardores en el acto… ¡¡¡Joder que dolor!!!, no os cuento la velocidad a la que se me encogió la polla. Eva se disculpó por según ella, “su torpeza”, y también por lo que me dijo, me pensaba compensar por ello. Ante mi asombro bajo la tapa del servicio sentándose rauda en ella, luego me coloco ante ella a base de pequeños tirones de mi polla, una vez estuve donde considero perfecto, mirándome a los ojos se metió mi polla en la boca, haciendo que viese perfectamente como desaparecía dentro. Luego empecé a notar como volvía de nuevo a crecer dentro de su boca centímetro a centímetro, en poco tiempo, apenas unos treinta y pocos segundos, la tuvo en todo su esplendor, el dolor pareció difuminarse convirtiéndose lentamente en placer, lo que no entendía era como podía habérsela tragado entera de ese modo sin ahogarse.

Cuando se la sacó, mi polla salió completamente cubierta de babas, vi como en un par de ocasiones mientras salía a Eva la dieron arcadas, pero logro controlarse. Una vez mi polla libre de su boca, esta empezó a lamerla, pasando su lengua por el tronco, enseñándome como recogía de nuevo su propia saliva y luego la extendía a lo largo de toda mi polla. No aguantaba ya mucho, hacia bastante que no me acostaba con nadie, y con la costilla las pajas resultaban problemáticas, incluso el 95% de ellas las tenía que abandonar por el dolor, de modo que cuando empezó a follarse la boca a toda velocidad con mi polla… Movía la cabeza rápidamente contra mi pubis para luego separarse corriendo y volver a empezar, en un momento dado le dije…

- Eva me voy a correr… quita… me corro… no aguanto más Eva… quita…

- Venga, suéltalo todo… Démelo, venga… córrete ya Tony…

Mantuvo la polla apuntando a su boca, una vez que el primer chorretón salió, vi como aprisionaba el Glande con sus labios, recibiendo los siguientes directamente en la boca. Cuando mi polla termino de dar espasmos y soltar su carga, se la sacó, para después abrir la boca mostrándome todo su contenido, luego se lo trago todo poniendo cara de satisfacción… Paso su lengua por sus labios para recoger cualquier resto que hubiese podido escapársele, y de seguido volvió a meterse mi cada vez más fláccida verga en la boca, usando la lengua para limpiarla bien limpita, dejándomela sin el menor rastro de leche en ella, luego se levantó y sin decir ni media palabra más, se marchó en dirección a donde estaban los demás, dejándome en el servicio sin entender nada de nada... pero eso sí, la mar de relajadito…

CONTINUARA

1 comentarios - Decisiones 4

pacovader
Nada mal la serie. Continúa por favor.