Hola, como estan?
Les cuento que yo tengo una fantasia muy recurrente. Es tan intensa para mi que decidí escribirla. Realmente seria bastante raro que te pase algo asi y supongo que si estuviese en una situacion como esa, no se si me la bancaria. Es una de las fantasias para que sean por siempre fantasias. La escribo como si me hubiese pasado, no veo otra forma de escribirlo. Espero que les guste.
Fui a la pileta de natación a la mañana, eran las 9:30 aproximadamente. Era un horario en el que me gustaba ir porque había poca gente, todos los andariveles estaban destinados a “pileta libre” asi que muchas veces nadaba casi sola.
Esa mañana, la pileta estaba casi vacia. Solo eramos tres. Un chico en el andarivel de al lado mio, otro chico a dos andariveles y yo. Estos chicos, por sus cuerpos y su nivel de nado parecían ser del equipo de natación del club. Yo muy alejada de la competición; simplemente nado para hacer ejercicio.
Habitualmente las series se terminan y se toma un descanso, del lado de las tarimas de donde se tiran los nadadores en la competición. Pero yo ese dia había decidido tomar los descansos del lado de enfrente. Yo venia relojeando al chico del andarivel de al lado, porque estaba realmente muy lindo. Adentro del agua mucho no se puede ver, pero se notaba un chico alto, de unos 27 años, con cuerpo de nadador, es decir, espalda muy ancha y muy musculoso, y además lindo, muy lindo. Asi que cada vez que él paraba, yo también paraba para poder mirarlo bien fijo, demostrándole mi interés pese a los 25 metros que nos separan.
Cuando termino de nadar, salgo de la pileta por el lado de las tarimas y a pocos metros de la pileta me pongo a elongar. Estiro mis piernas primero, coloco una de ellas arriba de una baranda y elongo. Estiro los brazos. Luego abro las piernas un poco, y me inclino con mi torso hacia adelante, tocando con las manos el piso. Me doy vuelta y veo como me está mirando sin disimular. Yo uso malla de dos piezas, pero no es nada sexy porque es deportiva. Creo que para ser tan temprano, con mi cuerpo en poses exuberantes, alcanzaba para atraer su atención. Como él no dejaba de mirarme, elongué un poquito mas, no sea cosa que me quede algún musculo tensionado.
Termino con eso, me envuelvo en la toalla y me voy a los vestuarios a ducharme. Además ya me estaba sintiendo un poquito trola haciendo tiempo ahí bajo su penetrante mirada y mi consentimiento a que me mire alevosamente.
Entro a la ducha, me saco la malla, la enjuago un poco para sacarle el cloro y la cuelgo en un costado. La sensibilidad generada por la calentura que me había dado este chabón y sus miradas hacían que deseara quedarme bajo la ducha, sintiendo las gotas y la fuerza del agua en mi pelo. Cerré los ojos y me dejé llevar; pensaba, imaginaba mientras el agua me corría por el cuerpo. Pensaba en la paja que me iba a hacer cuando llegara a mi casa y tuviese algún momento de intimidad.
Cuando vuelvo a abrir los ojos, lo veo a él mirándome por una rendija que había quedado entre la cortina de la ducha y los azulejos. Yo particularmente no había tenido mucho cuidado en cerrarla a la perfección porque el vestuario de mujeres estaba completamente vacio.
Cuando ve que lo miro, la cara se le transforma y toma gestos serios y furiosos. Abre la cortina intempestivamente:
-Que trola que sos, eh? Te pensas que no me di cuenta como me mostrabas el orto para que te lo mirara. Que estás buscando??
Me decía todo eso con mucho odio en su voz.
Me empuja contra la pared, dejando mi pecho tocando los azulejos. Con una mano me toca el orto, con la otra sujeta con fuerza uno de mis brazos y me dice al oído
-Queres pija, no?? Se nota que te hace falta un buena pija que te coja bien.
Yo quede perpleja por unos instantes, asustada incluso, no sabia que hacer. Pero sus manos me dieron la respuesta. Sin dejarme pensar demasiado, comenzó a tocarme todo el cuerpo mostrando posesión con la presión de sus gemas y no tuve mas remedio que arrojarme a la pasión que se estaba desenvolviendo.
Me tocaba la concha, el clítoris, rozaba mi ano con sus dedos; al mismo tiempo me tocaba las tetas, apretaba mis pezones y con la boca mordia mi cuello.
No soportando mas esa situación, se pone un forro, me indica que me incline hacia adelante con la mano y comienza a penetrarme con fuerza y ritmo. El agua seguía cayendo fuerte y el ruido tapaba un poco mis gemidos desaforados que emanaba mi cuerpo.
Me coje un buen rato asi, luego me alza en “upa”, me sostiene con los brazos por debajo de las piernas y me coje con fuerza, me levanta y me deja caer sobre su pija grande y gruesa que se mete hasta el fondo de mi concha.
Me habla al oído y me dice
-Putita, esto está tan bueno que tenemos compañía…
Doy vuelta mi cuello para ver y me encuentro con el compañerito del otro andarivel pajeandose con nuestra escena. Ufffff eso me puso re a full. No soy una mina de vivir esas cosas, pero en ese momento me sentía en estado irreconocible, me había dejado llevar por la situación, y todo lo que sucediera no iba a hacer otra cosa que exponenciar mi excitación. Solté un risa picara, lo miré en forma sensual, y seguí cojiendo con este chico como si nada.
A los segundos, siento una mano tocando la puertita de mi culo. Eran los deditos húmedos del compañerito que querían entrar ahí. Me metió un dedo, después dos, mientras el otro me cojia. Yo estaba muy caliente, ya me la veía venir y me excitaba por adelantado.
El chico que me coje le dice al compañerito como si yo no estuviese ahí:
-esta putita quiere pija, no le alcanza con una, vamos a dejarla bien rotita. Veni, vos cojele la concha porque el orto se lo hago yo.
Asi, como si fuera un paquete, se cambian. Y ahora es la pija del compañerito la que me coje, que si bien estaba bien de tamaño no era lo grande y gruesa que la del primero.
El compañerito me da unos minutos de cojida desaforada, él también, se nota, estaba necesitando una concha para desahogarse, mientras el otro me prepara bien el orto. Hasta que comienza, despacito a metérmela. Era la primera vez que me metían dos pijas a la vez. Del dolor que me estaba dando esa pijota en mi orto ya había dejado de sentir la otra pija en la concha. Comienza cojiendome despacito, le digo que me duele, sigue cojiendome despacito hasta que mis gemidos denotan que el dolor quedó atrás y que ahora solo siento placer. Me cojen entre los dos, me la meten hasta el fondo y yo me vuelvo loca. Que cosa mas espectacular tener dos pijas adentro mio. De pronto, las sensaciones acumuladas son muy fuertes, estoy viviendo el momento mas morboso de mi vida (hasta el momento al menos) que imaginé por muchísimos años. Me estoy volviendo loca de placer, estoy a punto de explotar, no puedo mas con lo que siento, y desato un orgasmo que retumba en las paredes de todo el club.
Ellos, al sentirme, se vuelven locos. El compañeriro acaba adentro del forro mientras me coje por la concha, mientras el otro, el que me cojia por orto me dice:
-trolita, yo te voy a acabar en las tetas.
Me saca la pija del orto y yo muy obediente, me pongo en cuclillas para que me acabe donde se le da la gana. Me larga su leche un poco en la cara, otro poco en el pelo y el resto en las tetas.
Un minuto después estabamos los tres, entre timidos y graciosos duchándonos.
-Cuando quieras putita, todos los miércoles a la mañana entrenamos- Dicen y se van luego de darme un besito casto en la boca.
Yo no puedo creer lo que pasó, termino de ducharme, y me voy.
Espero que les haya gustado.
Les cuento que yo tengo una fantasia muy recurrente. Es tan intensa para mi que decidí escribirla. Realmente seria bastante raro que te pase algo asi y supongo que si estuviese en una situacion como esa, no se si me la bancaria. Es una de las fantasias para que sean por siempre fantasias. La escribo como si me hubiese pasado, no veo otra forma de escribirlo. Espero que les guste.
Fui a la pileta de natación a la mañana, eran las 9:30 aproximadamente. Era un horario en el que me gustaba ir porque había poca gente, todos los andariveles estaban destinados a “pileta libre” asi que muchas veces nadaba casi sola.
Esa mañana, la pileta estaba casi vacia. Solo eramos tres. Un chico en el andarivel de al lado mio, otro chico a dos andariveles y yo. Estos chicos, por sus cuerpos y su nivel de nado parecían ser del equipo de natación del club. Yo muy alejada de la competición; simplemente nado para hacer ejercicio.
Habitualmente las series se terminan y se toma un descanso, del lado de las tarimas de donde se tiran los nadadores en la competición. Pero yo ese dia había decidido tomar los descansos del lado de enfrente. Yo venia relojeando al chico del andarivel de al lado, porque estaba realmente muy lindo. Adentro del agua mucho no se puede ver, pero se notaba un chico alto, de unos 27 años, con cuerpo de nadador, es decir, espalda muy ancha y muy musculoso, y además lindo, muy lindo. Asi que cada vez que él paraba, yo también paraba para poder mirarlo bien fijo, demostrándole mi interés pese a los 25 metros que nos separan.
Cuando termino de nadar, salgo de la pileta por el lado de las tarimas y a pocos metros de la pileta me pongo a elongar. Estiro mis piernas primero, coloco una de ellas arriba de una baranda y elongo. Estiro los brazos. Luego abro las piernas un poco, y me inclino con mi torso hacia adelante, tocando con las manos el piso. Me doy vuelta y veo como me está mirando sin disimular. Yo uso malla de dos piezas, pero no es nada sexy porque es deportiva. Creo que para ser tan temprano, con mi cuerpo en poses exuberantes, alcanzaba para atraer su atención. Como él no dejaba de mirarme, elongué un poquito mas, no sea cosa que me quede algún musculo tensionado.
Termino con eso, me envuelvo en la toalla y me voy a los vestuarios a ducharme. Además ya me estaba sintiendo un poquito trola haciendo tiempo ahí bajo su penetrante mirada y mi consentimiento a que me mire alevosamente.
Entro a la ducha, me saco la malla, la enjuago un poco para sacarle el cloro y la cuelgo en un costado. La sensibilidad generada por la calentura que me había dado este chabón y sus miradas hacían que deseara quedarme bajo la ducha, sintiendo las gotas y la fuerza del agua en mi pelo. Cerré los ojos y me dejé llevar; pensaba, imaginaba mientras el agua me corría por el cuerpo. Pensaba en la paja que me iba a hacer cuando llegara a mi casa y tuviese algún momento de intimidad.
Cuando vuelvo a abrir los ojos, lo veo a él mirándome por una rendija que había quedado entre la cortina de la ducha y los azulejos. Yo particularmente no había tenido mucho cuidado en cerrarla a la perfección porque el vestuario de mujeres estaba completamente vacio.
Cuando ve que lo miro, la cara se le transforma y toma gestos serios y furiosos. Abre la cortina intempestivamente:
-Que trola que sos, eh? Te pensas que no me di cuenta como me mostrabas el orto para que te lo mirara. Que estás buscando??
Me decía todo eso con mucho odio en su voz.
Me empuja contra la pared, dejando mi pecho tocando los azulejos. Con una mano me toca el orto, con la otra sujeta con fuerza uno de mis brazos y me dice al oído
-Queres pija, no?? Se nota que te hace falta un buena pija que te coja bien.
Yo quede perpleja por unos instantes, asustada incluso, no sabia que hacer. Pero sus manos me dieron la respuesta. Sin dejarme pensar demasiado, comenzó a tocarme todo el cuerpo mostrando posesión con la presión de sus gemas y no tuve mas remedio que arrojarme a la pasión que se estaba desenvolviendo.
Me tocaba la concha, el clítoris, rozaba mi ano con sus dedos; al mismo tiempo me tocaba las tetas, apretaba mis pezones y con la boca mordia mi cuello.
No soportando mas esa situación, se pone un forro, me indica que me incline hacia adelante con la mano y comienza a penetrarme con fuerza y ritmo. El agua seguía cayendo fuerte y el ruido tapaba un poco mis gemidos desaforados que emanaba mi cuerpo.
Me coje un buen rato asi, luego me alza en “upa”, me sostiene con los brazos por debajo de las piernas y me coje con fuerza, me levanta y me deja caer sobre su pija grande y gruesa que se mete hasta el fondo de mi concha.
Me habla al oído y me dice
-Putita, esto está tan bueno que tenemos compañía…
Doy vuelta mi cuello para ver y me encuentro con el compañerito del otro andarivel pajeandose con nuestra escena. Ufffff eso me puso re a full. No soy una mina de vivir esas cosas, pero en ese momento me sentía en estado irreconocible, me había dejado llevar por la situación, y todo lo que sucediera no iba a hacer otra cosa que exponenciar mi excitación. Solté un risa picara, lo miré en forma sensual, y seguí cojiendo con este chico como si nada.
A los segundos, siento una mano tocando la puertita de mi culo. Eran los deditos húmedos del compañerito que querían entrar ahí. Me metió un dedo, después dos, mientras el otro me cojia. Yo estaba muy caliente, ya me la veía venir y me excitaba por adelantado.
El chico que me coje le dice al compañerito como si yo no estuviese ahí:
-esta putita quiere pija, no le alcanza con una, vamos a dejarla bien rotita. Veni, vos cojele la concha porque el orto se lo hago yo.
Asi, como si fuera un paquete, se cambian. Y ahora es la pija del compañerito la que me coje, que si bien estaba bien de tamaño no era lo grande y gruesa que la del primero.
El compañerito me da unos minutos de cojida desaforada, él también, se nota, estaba necesitando una concha para desahogarse, mientras el otro me prepara bien el orto. Hasta que comienza, despacito a metérmela. Era la primera vez que me metían dos pijas a la vez. Del dolor que me estaba dando esa pijota en mi orto ya había dejado de sentir la otra pija en la concha. Comienza cojiendome despacito, le digo que me duele, sigue cojiendome despacito hasta que mis gemidos denotan que el dolor quedó atrás y que ahora solo siento placer. Me cojen entre los dos, me la meten hasta el fondo y yo me vuelvo loca. Que cosa mas espectacular tener dos pijas adentro mio. De pronto, las sensaciones acumuladas son muy fuertes, estoy viviendo el momento mas morboso de mi vida (hasta el momento al menos) que imaginé por muchísimos años. Me estoy volviendo loca de placer, estoy a punto de explotar, no puedo mas con lo que siento, y desato un orgasmo que retumba en las paredes de todo el club.
Ellos, al sentirme, se vuelven locos. El compañeriro acaba adentro del forro mientras me coje por la concha, mientras el otro, el que me cojia por orto me dice:
-trolita, yo te voy a acabar en las tetas.
Me saca la pija del orto y yo muy obediente, me pongo en cuclillas para que me acabe donde se le da la gana. Me larga su leche un poco en la cara, otro poco en el pelo y el resto en las tetas.
Un minuto después estabamos los tres, entre timidos y graciosos duchándonos.
-Cuando quieras putita, todos los miércoles a la mañana entrenamos- Dicen y se van luego de darme un besito casto en la boca.
Yo no puedo creer lo que pasó, termino de ducharme, y me voy.
Espero que les haya gustado.
14 comentarios - Trio inesperado en la pileta