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Y que?


link: https://www.youtube.com/watch?v=0i0VmuIhrQA


Andabamos vagando sin rumbo por la noche. Caminábamos riéndonos de la mano. A veces nos dábamos ese pequeño lujo de vagabundear los fines de semana. Cuando todos andan tan emperifollados, nosotros salimos de entre casa a dar vueltas, fumarnos un porrito, sentarnos en cualquier lado a tomar algo y terminar borrachos y cojiendo en la madrugada.
Ella tiene el pelo castaño claro, un poco enrulado, ojos grises, muy delgada. Casi sin tetas, menuda. Me encanta. Yo cargo algún kilo de más, hago lo que puedo...
Era viernes alrededor de la 1.30. Ardía de ansias de cualquier cosa la ciudad. Todos un poco locos, un poco en pose, un poco borrachos. Todos un poco de algo y nada de nada.
Llevábamos más de tres horas por ahí. Me dijo que estaba un cansada, que quería tomar una cerveza.
Elegimos un bar cualquiera. Tocaba una banda de covers de Oasis, un bodrio. Por suerte terminó a los dos temas que llegamos. El lugar era bastante oscuro, con lámparas antiguas colgando entre telas del techo. Pusieron música electrónica cuando terminó la banda. Ella me invitó a bailar, sabe que a veces me engancho. Esta vez lo hice. Casi todas las mesas estaban ocupadas, algunos tomaban algo en la barra. Bailando unos pocos. Nos unimos al ritual de la danza. Estabamos re colgados. La música me fue llevando en un trance a una especie de no lugar. La veía bailar. Sus pequeñas manos corriéndose el pelo de la cara. Sus piernas flacas. su short de jean gastado, sus zapatillas All Star rojas. Su boca. Me empezaron a dar ganas de meterle la pija. Seguimos bailando. De repente veo en la barra sentado a un flaco de pelo largo, rubio, muy flaquito. Usaba una musculosa violeta bien pegada al cuerpo. Tomaba algo de color azul. No nos sacaba la vista de encima. Especialmente a ella. Me empezó a incomodar y se lo dije. Ella lo vió recién cuando se lo señalé. No pareció estar molesta. Hizo un gesto levantando los hombros como si no le importase y siguió bailando en la suya. A mi me quedó la paranoia. Lo veía por el rabillo del ojo verla sin ningún tipo de pudor. Ella a veces levantaba la vista también y cuando parecía que yo no miraba, sostenía los ojos en los suyos unos instantes. Intenté pensar en cualquier cosa, meterme en la música de nuevo pero no podía. Le dije que iba a buscar una cerveza y volvía. Al acercarme a la barra vi como bailaba viéndolo. Se movía y me calentaba verla calentarlo. El flaco se tiró hacia atrás disfrutando el show. Lo estaba gozando. Ella también. Lo más extraño era que yo también.
Con una cerveza y dos vasos volví a la pista. En realidad la tomamos del pico por turnos. Ella seguía haciéndole la corte. El flaco seguía tomando ese trago azul. Parecía que no les importaba mi presencia. Yo iba calentándome más y más con la situación. En un momento tomé su mano y la acerqué a mi pija dura. La acarició sobre el pantalón, sentí que me estremecía de placer. Ella lo hacía con la mirada fija en la cara de caliente del flaquito de la barra. Me calentó tanto que pensé que iba a acabar.
Fui al baño. Había cola. Tres flacos esperaban delante mío. Habré tardado unos quince minutos en total. Me puse a hablar de música con el que estaba delante mío. Me convidó un cigarrillo.
Al salir y volver a la pista me quedé petrificado. Ella le estaba comiendo la boca en medio de todos. Se apretaba contra el flaquito agarrándolo de la nuca y metiéndo su lengua hasta su tráquea. No supe qué hacer. El rubio le agarraba los cachetes del culo sin ningún pudor por quién los estuviese viendo. Ella se dejaba hacer y parecía querer más por como se apretaba a su cuerpo.
De repente dejaron de besarse y ella miró hacia donde estaba yo. Reconocí enseguida su cara de calentura. Me miró y dejó firme sus ojos en los míos. Después agarró al flaco de la mano y se lo llevó hacia la puerta de salida.
Sin entender demasiado los seguí con rumbo a la calle. Salieron casi corriendo, yo detrás. Caminaban rápido por la vereda. Unos cincuenta metros más allá, ella se detuvo y lo empezó a besar nuevamente. Caminaba, la veía caliente en brazos de otro y la pija se me endureció como hacía mucho no lo hacía. Caliente, desatada, con ganas de pija, la veía y quería cojerla ahí mismo. Cuando llegué a su lado, ella me agarró de la mano y me atrajo hacia los dos. Me empujó de la nuca hacia sus bocas y nos fundimos en un beso de tres. Nuestras lenguas se cruzaron. Sentí las manos de los dos abrazándome, atrayéndome hacia si. Se movían calientes tocándose y tocándome sin pudores. Los agarré a ambos por el culo. Me parecieron tan iguales, tan pequeños y apetitosos, tan parecidos y tan disfrutables que les dije que quería culearlos a los dos.
Se rieron y me besaron nuevamente con ganas.
Nos tomamos un taxi. Ella se sentó entre ambos y fuimos en silencio. En realidad no sabíamos quién carajos era éste rubiecito que ibamos a cojer. No nos importaba. A él tampoco. Bajamos y en el pasillo nos fuimos franeleando hasta llegar a la puerta de nuestro departamento. Ella nos acercó a los dos y nos bajó las braguetas. Sacó las pijas y las empezó a lamer una a la vez. Su cara chupando dos pijas era hermosa. Empezó a rozarlas y pasarles la lengua. Sentía una intensísima sensación de placer al sentir del roce de su glande en el mío y la lengua entre las dos pijas. Me acerqué al flaco y lo besé intensamente.
Entramos y nos desnudamos. En la cama éramos una masa de tres sin forma. Piernas, brazos, cuellos, lenguas, pies, sexos. Olores entremezclados de placer. Gemidos. Apagamos las luces. Preferimos cojernos a oscuras. Sentir la piel de los demás, calientes, deseosas de otras pieles que se entremezclan cojiendo.
Primero ella se subió sobre mi pija y me empezó a cabalgar como loca. El flaco se puso detrás de ella y empezó a chuparnos el culo a ambos mientras cojíamos. Agarraba sus pequeñas tetas. Después se levantó y lo guió a él sobre mi. Se empaló solo haciendo agrandar su culo de a poco hasta que se la enterró hasta los huevos. Ella le chupaba la pija mientras yo lo cogía. Caliente y a los gritos, acabó derramándose sobre mi panza y su boca. Yo quería más y la hice poner en cuatro y la empalé por el ojete. El a mi lado me chupaba los pezones. Le di tanto en el orto que terminé yéndome dentro suyo.
Seguimos. Los cojí a ambos varias veces. Nos besamos, tocamos, compartimos los flujos en interminables besos y caricias. Me chuparon la pija y el culo. Les chupe el culo a los dos, tan iguales, tan diferentes, tan excitantes. Los volví a cojer. Vi como el flaco la cojía en cuatro y ella delirando de placer. Sentí sus gemidos y me hizo calentar tanto que me hice una paja delante de su cara, acabándole en los cachetes.
La vi acabar varias veces, la vi tragándose su leche satisfecha. La vi chuparle la pija, la vi como le comía la concha. La vi abriéndose el culo con ambas manos y rogándole que la parta en dos porque no aguantaba más de la calentura. Al final de casi todo la vi sonriéndome con la boca llena de semen y sentí que la quería como nunca.
La mañana nos encontró dormidos y entrelazados.
El flaco se levantó y se vistió preparándose para irse.
- Me llamo Luis Alberto.- se presentó.

13 comentarios - Y que?

paycarlos
Un derrame de leche impresionante qie buena historia.
paspadohastalos
que se derrame nomas!
InvisibleT
Culo
paspadohastalos
leche
InvisibleT
@paspadohastalos bisexual
Martinr94
Buenisimo el relato! Van puntos!!
paspadohastalos
gracias por el comentario y los puntos
lochudo
Uffff loco caliente intenso interminable. ...genial