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Hace 40 años las secuelas

Hace 40 años Las secuelas

Después de ese Setiembre cuando cumplí 18 años y Graciela había dado por concluida nuestra relación andaba apesumbrado, atontado, como se dice “como bola sin manija”; no podía concentrarme en nada, ni tenía ganas de hacer algo.

Para mis amigos más íntimos, esto no pasaba desapercibido y me preguntaba el porqué estaba así, situación que me ponía peor porque por mi mente pasaban todos los momentos excitantes que había vivido con ella, y que estaba convencido que no podría volver a sentir con otra mujer.

En el colegio la cosa no era mejor, si bien tenía algunas compañeras que estaban buenas no me daba para tirar la línea con ninguna, a pesar que sabía que Graciela con toda su generosidad les había contado con lujo de detalles nuestros encuentros amorosos y sexuales, y había creado la fama que era un amante perfecto en la cama.

Entre todas mis compañeras había una que resaltaba, Mirta, de piel blanca, ojos claros y pelo negro y un muy bello rostro, usaba unas minifaldas que permitían ver las hermosas piernas que tenía, de hecho siempre comentábamos entre los vagos este hecho: “si así son las vías como será la estación” esta era una frase distintiva cuando hablábamos de ella.

Se acercaba la fecha de la última fiesta para recaudar guita para el viaje de egresados, muchas ganas de ir solo no tenía, ni que me preguntaran por Graciela, especialmente las mujeres que habían pegado buena onda con ella. Hasta Mirta me preguntó si iba a ir a la fiesta, cosa que me sorprendió porque en realidad prácticamente nuestro trato era nulo. Para evitar todas las preguntas incomodas, les aclaré a varios que si iba, iba solo, puesto que Graciela no estaba en Mendoza. Y fui, al pedo, porque fue una noche de mierda, todo me molestaba, me sentía con ganas de correr hasta su casa, abrazarla, besarla y hacerle amor toda la noche, algo impensable.

Terminaron las clases, y todos preparando el viaje de egresados que sería a Mar del Plata en el mes de enero. Todavía no había decidido si ir o no, una por la situación, además andaba un poco cortado de guita y mi hermano mayor me había invitado a Chile a pasar unos días.

Faltaban pocos días para partir, ya había desistido de ir, y una tarde me llama Mirta para decirme que Cristina, otra compañera, no podía ir y vendía su estadía a la mitad de precio, que porque no se la compraba e iba con ellos. Esto me entusiasmo un poco dado que la guita me iba a alcanzar y seguramente sobrar.

Ya había arreglado con Cristina el tema, pero le pedí que no dijera nada por si me arrepentía a último momento. Llegó el momento de la partida y le pedí a mi vieja que llevara ella el bolso hasta la bodega del colectivo. Cuando subí al micro más de uno se sorprendió al verme, pero les dije que solo había ido a saludarlos y a desearles que se divirtieran mucho. Me senté en la última fila donde se sientan habitualmente los mas chantas y me puse a charlar, hasta que el ómnibus comenzó a moverse y me empezaron a decir que me bajara, no les di mucha bola y le dije que me bajaba enseguida en San Martín, seguíamos charlando y jodiendo sobre todas las salvajadas que iban a hacer en Mar del Plata.

Cuando pasamos San Martín (45 km de Mendoza) ya se dieron cuenta que no me iba a bajar, en eso se acercó Mirta y agarrándome de la mano me llevó a sentarme con ella. Empezaba a anochecer, y llegó la noche cerrada cuando estábamos en el Arco Desaguadero (límite entre Mza y San Luis) y extrañamente seguíamos hablando con Mirta, ya ni recuerdo que, sólo miraba su bello rostro y sus hermosas tetas aprisionadas entre su corpiño y su remera. Como a las 2 de la mañana el sueño nos vencía y decidimos dormir un rato, previo a esto le di un piquito; para mí casi una caricia, para ella era toda una experiencia nueva, porque a pesar de lo que yo pensaba: esta mina con esa cara y ese lomo debe tener una fila de amantes, la realidad era otra: no sólo era virgen, sino que además nunca había estado de novia, ni yo lo podía creer.

Los días en Mar del Plata eran agradables, nuestra relación no pasaba de ir de la mano o eventualmente algún beso, sin lengua por supuesto; si inexperiencia era total y no se animaba avanzar, especialmente por la presencia de nuestros compañeros. Por mi parte quería que la relación fuese un poco más fogosa pero ella le ponía frenos a todo mi ímpetu.

Faltaban 2 días para volver y la cosa no avanzaba, si bien me divertía, quería intimar más, porque hacía como 3 meses que no tenía sexo (Graciela me había mal acostumbrado en este tema) y Mirta era por demás apetecible. La cosa es que la invité a que nos fuéramos a bailar solos a un boliche del centro, después de muchas vueltas y seguramente consultarlo con sus compañeras acepto.

Esa noche fuimos Olimpo, cuando entramos no se veía nada de lo oscuro que estaba, nos movimos como podíamos hasta que llegamos a una zona de sillones y nos pudimos sentar, llegó una moza y nos tomo la orden: Gancia batido para los 2, estuvimos charlando un rato hasta que pusieron los lentos (que época aquella cuando ponían esos temas que permitían que los cuerpos se acercaran y uno comenzara con el chamullo), fuimos a bailar, y ya después de un par de temas apretados, sentía sus tetas apoyadas en mi pecho, y supongo que ella sentía mi verga toda parada en su vientre, en ese preciso instante le di el primer beso con lengua, juro que tal vez fue el mejor beso que me dieron en mucho tiempo, mientras la besaba sentía que me quemaba la garganta, una sensación inédita e indescriptible; un beso que se estiró por unos cuantos minutos, ninguno de los 2 estaba dispuesto a cortarlo, nos separábamos y a los 3 segundos estaban nuestros labios y lenguas buscándose, tan apretados que solo podía acariciar su espalda y su cola.

El nivel de excitación era terrible, cuando le pedí que fuéramos a un lugar más íntimo, se negó, me dijo que ella sabía muy bien mi historia, que sabía que yo tenía mucha experiencia en materia sexual pero que no estaba preparada para dar ese paso, que si no quería estar con ella, que lo entendía, pero que prefería que fuera un poco más lento todo; no supe que decir, por un lado tenía unas ganas terribles de cogerla y por otro ese beso había cambiado totalmente mi percepción ella. Tendría que esperar…….

2 comentarios - Hace 40 años las secuelas

chavalin
...Graciela me había mal acostumbrado en este tema...Pillastre!
kramalo
esta interesante...!! pero no hay que desmerecer a Esta chica, porque te pegó una frenada...ja!