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Las eróticas aventuras de Lucas.
Charla con una prostituta.
Segundo polvo.
-¿Y?- Insistió Silvia- ¿Me vas a contar como debutaste con la amiga de tu mamá, la otra puta?-.
-Si, se llamaba Viviana- respondió Lucas mientras fumaba en la cama con Silvia, la sesentona prostituta. -Cuando volví del colegio ese día, mi mamá no estaba, seguro seguía trabajando, no quería pensar en eso-.
-No, obvio, seguro fue shokeante para vos, eras chico- interrumpió Silvia que se sentó en la cama, al lado de Lucas, dejando sus enormes y firmes tetas bien a la vista.
-Ese día no la volví a ver y al otro día no quise verla tampoco. Esperé en mi cuarto hasta que mi mamá se fue a bañar. Sabía que iba a tardar una eternidad en prepararse y ahí fue cuando me escape-.
-¿Te escapaste a dónde?- preguntó Silvia.
-Al departamento donde trabajaba mi mamá. Si quería hablar con Viviana, tenía que ir antes de que llegara ella-. Dijo Lucas.
-Entonces…-
-Llegué. Toqué la puerta como había hecho el día anterior. No me atendió nadie-.
-¿Y te fuiste así nomás?- preguntó la veterana.
-No, escuchaba ruidos adentro del departamento. Gritos, gemidos, el ruido de la cama moviéndose. Entonces esperé a que terminara. A decir verdad, no fue mucho- Lucas fumaba y miraba las tetas de Silvia, ya empezaba a pararse de nuevo su pija. -Cuando Viviana abrió la puerta para despedir a su cliente, se sorprendió al verme-.
-Me imagino la cara del cliente, seguro estaba tan sorprendido como ella- a Silvia le encantaba interrumpir.
-Si, se fue rápido. Viviana me sonrió y me pidió que pasara- Lucas sonrió solo con recordarlo -Obviamente estaba con su baby doll transparente que dejaba ver sus tetas, no tenía puestos los tacos, por lo que estábamos igual en estatura y su maquillaje estaba corrido. Pero esto no es todo, no tenía bombacha, y todo eso junto hizo que me pusiera durísimo-.
-Ya veo que te pone duro- respondió Silvia al ver que la enorme pija de Lucas empezaba a ponerse firme. La tomó con una de sus manos.
-Pasa- me dijo Viviana y me quedé en medio del departamento.
-Gracias- le dije, y me la quedé mirando de arriba abajo sin poder creerlo. Ya la pija me apretaba en el pantalón.
-Perdón por la facha- dijo Viviana mientras se acomodaba el pelo -Pasa a mi cuarto, quiero que veas donde trabajo, vas a entender mejor-.
Pasé al cuarto. Había una cama grande, desordenada, un mueble donde guardaba cosas, cosas que yo a mis cortos 15 años ni conocía.
Viviana cerró la puerta atrás mio, seguía igual de reveladora. Pasó delante mio, de frente, y con el estrecho espacio que había entre la cama y el mueble, no le quedó alternativa de rozar su boca con la mia y sus tetas contra mi cuerpo. No eran tan firmes como las imaginaba, pero su boca era carnosa y olía a cigarrillo. La hubiera besado en ese instante.
Viviana se sentó en la cama -Sentate- me pidió -¿Cómo te llamas?-.
-Lucas ¿Vos?-
-Vivi. Así que, Lucas… ¿Vos sos el hijo de Gisela?-.
-Si, bueno, no se llama Gisela, se llama Claudia. Gisela es el segundo nombre de mi mamá-.
La verdad es que balbuceaba. Estaba solo en un cuarto con una mujer de 40 años, semi desnuda, que se portaba super simpática conmigo.
-Mirá Lucas. Se que no te gustó descubrir lo que descubriste. Este es como cualquier otro trabajo. No hay nada malo en lo que hacemos. Le damos alegría a los hombres y cobramos bien por eso. ¿Vas a decirme que vos nunca disfrutaste de una buena alegría?- Preguntó Viviana.
-No- respondió Lucas, que ya no miraba a Viviana a la cara, sino que recorría todo su cuerpo.
-¿Cómo no? ¿Cuántos años tenés Lucas?-
-15-
-¿Qué? Parecés más grande. ¿15, seguro? Con razón sos virgen-.
Ahí me puse muy colorado, me había quedado sin palabras.
-Entonces no podés entender lo que digo- dijo angustiada Viviana y pensé que se iba a levantar y terminar nuestra charla, pero no.
Viviana se sacó la única prenda que la cubría, el baby doll transparente y pude ver sus hermosas tetas, de grandes pezones, iba a acabar ahí mismo.
-Mirá Lucas, nosotras no solemos hacer esto con chicos de tu edad, sos chico, pero… lo vas a entender mejor después-.
-Después de qué- preguntó Lucas.
-Después de esto- respondió Viviana.
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Las eróticas aventuras de Lucas.
Charla con una prostituta.
Segundo polvo.
-¿Y?- Insistió Silvia- ¿Me vas a contar como debutaste con la amiga de tu mamá, la otra puta?-.
-Si, se llamaba Viviana- respondió Lucas mientras fumaba en la cama con Silvia, la sesentona prostituta. -Cuando volví del colegio ese día, mi mamá no estaba, seguro seguía trabajando, no quería pensar en eso-.
-No, obvio, seguro fue shokeante para vos, eras chico- interrumpió Silvia que se sentó en la cama, al lado de Lucas, dejando sus enormes y firmes tetas bien a la vista.
-Ese día no la volví a ver y al otro día no quise verla tampoco. Esperé en mi cuarto hasta que mi mamá se fue a bañar. Sabía que iba a tardar una eternidad en prepararse y ahí fue cuando me escape-.
-¿Te escapaste a dónde?- preguntó Silvia.
-Al departamento donde trabajaba mi mamá. Si quería hablar con Viviana, tenía que ir antes de que llegara ella-. Dijo Lucas.
-Entonces…-
-Llegué. Toqué la puerta como había hecho el día anterior. No me atendió nadie-.
-¿Y te fuiste así nomás?- preguntó la veterana.
-No, escuchaba ruidos adentro del departamento. Gritos, gemidos, el ruido de la cama moviéndose. Entonces esperé a que terminara. A decir verdad, no fue mucho- Lucas fumaba y miraba las tetas de Silvia, ya empezaba a pararse de nuevo su pija. -Cuando Viviana abrió la puerta para despedir a su cliente, se sorprendió al verme-.
-Me imagino la cara del cliente, seguro estaba tan sorprendido como ella- a Silvia le encantaba interrumpir.
-Si, se fue rápido. Viviana me sonrió y me pidió que pasara- Lucas sonrió solo con recordarlo -Obviamente estaba con su baby doll transparente que dejaba ver sus tetas, no tenía puestos los tacos, por lo que estábamos igual en estatura y su maquillaje estaba corrido. Pero esto no es todo, no tenía bombacha, y todo eso junto hizo que me pusiera durísimo-.
-Ya veo que te pone duro- respondió Silvia al ver que la enorme pija de Lucas empezaba a ponerse firme. La tomó con una de sus manos.
-Pasa- me dijo Viviana y me quedé en medio del departamento.
-Gracias- le dije, y me la quedé mirando de arriba abajo sin poder creerlo. Ya la pija me apretaba en el pantalón.
-Perdón por la facha- dijo Viviana mientras se acomodaba el pelo -Pasa a mi cuarto, quiero que veas donde trabajo, vas a entender mejor-.
Pasé al cuarto. Había una cama grande, desordenada, un mueble donde guardaba cosas, cosas que yo a mis cortos 15 años ni conocía.
Viviana cerró la puerta atrás mio, seguía igual de reveladora. Pasó delante mio, de frente, y con el estrecho espacio que había entre la cama y el mueble, no le quedó alternativa de rozar su boca con la mia y sus tetas contra mi cuerpo. No eran tan firmes como las imaginaba, pero su boca era carnosa y olía a cigarrillo. La hubiera besado en ese instante.
Viviana se sentó en la cama -Sentate- me pidió -¿Cómo te llamas?-.
-Lucas ¿Vos?-
-Vivi. Así que, Lucas… ¿Vos sos el hijo de Gisela?-.
-Si, bueno, no se llama Gisela, se llama Claudia. Gisela es el segundo nombre de mi mamá-.
La verdad es que balbuceaba. Estaba solo en un cuarto con una mujer de 40 años, semi desnuda, que se portaba super simpática conmigo.
-Mirá Lucas. Se que no te gustó descubrir lo que descubriste. Este es como cualquier otro trabajo. No hay nada malo en lo que hacemos. Le damos alegría a los hombres y cobramos bien por eso. ¿Vas a decirme que vos nunca disfrutaste de una buena alegría?- Preguntó Viviana.
-No- respondió Lucas, que ya no miraba a Viviana a la cara, sino que recorría todo su cuerpo.
-¿Cómo no? ¿Cuántos años tenés Lucas?-
-15-
-¿Qué? Parecés más grande. ¿15, seguro? Con razón sos virgen-.
Ahí me puse muy colorado, me había quedado sin palabras.
-Entonces no podés entender lo que digo- dijo angustiada Viviana y pensé que se iba a levantar y terminar nuestra charla, pero no.
Viviana se sacó la única prenda que la cubría, el baby doll transparente y pude ver sus hermosas tetas, de grandes pezones, iba a acabar ahí mismo.
-Mirá Lucas, nosotras no solemos hacer esto con chicos de tu edad, sos chico, pero… lo vas a entender mejor después-.
-Después de qué- preguntó Lucas.
-Después de esto- respondió Viviana.
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