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Compendio II
😅
A veces, me dice cosas que me dejan pensando y pensando…
Una de las cosas que más lata me da es no haber sido su polola de antes.
Siempre pienso que perdimos tanto tiempo siendo “solamente amigos” y a lo mejor, creen que estoy exagerando, si al final terminé igual siendo su polola, su primera mujer y ahora, su esposa y madre de sus hijas.
Pero es porque no entienden lo mucho, mucho que él me gusta.
😍
Lo encuentro tan bonito, que todavía me hace suspirar…
Con esos ojitos oscuros, que a veces son café y otras, parecen negritos…
Pero que me miran con tanta pasión de vida, que me hacen estremecer entre las piernas.
Su pelito negro, cortito, bien arreglado, que con sus enormes hombros y su pecho de superhéroe le dan un aire de militar y que me hacen sentir tan segura, porque pase lo que pase, sé que saltará a defenderme a mí y a mis pequeñas.
😆
Y bueno, también es tan listo, que siempre me hace sentir segura y me llena de ansiedad de estar con él…
Porque cada día que he vivido a su lado ha sido distinto e interesante…
Pero yo encuentro que su “lado más rico” es en el sexo.
😈
Porque simplemente, es magistral.
Tengo la suerte de tener uno que me da y me da y me da y no se cansa para nada.
Y pervertido, como él solito, que sabe sacarme la putita que llevo dentro, como también, el lado tierno y romántico, que me hace quererlo cada día más y más.
😕
Pero bueno, quedé confundida cuando me escribió que pudimos ser “pololos sin saberlo”…
Yo no le creía mucho, porque los 2 éramos bien “pájaros”… Pero ¿Tanto para no darnos cuenta que ya pololeábamos?
Cuando se lo pregunté, me dijo que cuando me conoció, no se sentía tan mal de no tener polola.
Pero cuando me dice esas cosas, las mejillas se me incendian…
😬 😬 😬
“¿Cómo me dices eso?... si yo no era la gran cosa… y además… yo sí quería ser tu polola.” Le pregunté, ya sintiendo que me empezaba a mojar cuando me veía ponerme el camisón que sé que lo vuelve loquito.
Entonces, él puso esa sonrisita confiada y linda, mirándome con esos ojos sabios de papá…
😏 😏 😏
“¿Y yo cambié mucho cuando empezamos a pololear? Porque me siento casi igual…”
Más preguntas complicadas…
😬 😬 😬
“¡No!... o sea, tú siempre has sido igual conmigo… pero yo…”
😠 😠 😠
Y me dio rabia conmigo misma, porque otra vez, todas esas trancas que tenía cuando le conocí, me volvieron y no me dejaban hablar.
Pero lo lindo fue que él no me dejó caer…
“Pero yo… ¿Qué?” preguntó, con una sonrisita burlona, pero igual tierna.
😊 😊 😊
“Yo nunca he sido una… “niña facilona”…” me costó mucho admitir.
Para variar, él se rió más fuerte y mis mejillas se hincharon.
😡 😡 😡
“¡Bueno, ruiseñor! Nadie lo ha dicho… e incluso, pasaron casi 2 años para que empezáramos a pololear.” Me dijo, haciéndome un cariñito en la cabeza.
😇 😇 😇
Y me ha costado un mundo reconocerlo, pero por él, sí me volví una “chica facilona”…
😏
Al principio, no quería enamorarme de él.
Quería mucho a la señora Rocío, mi vecina abuelita que me habló tanto, tanto de él y la respetaba mucho.
Pero en esa época, yo creía que todos los hombres a la edad de mi marido y más jóvenes incluso tomaban, fumaban y no escuchaban cuando una les pedía que no te pellizcaran la cola o te dieran un agarrón en el pecho, como algunas veces me pasó…
😕
Y lo más penca era que no solamente lo veía en mi casa, sino que me lo contaba mi prima o mis compañeras de curso en el colegio…
😆
Pero cuando los angelitos te salen al camino y te ponen en tu camino al chico con el que te corresponde pasar la vida, no hay caso…
XD
¡Y yo, de verdad, que le trataba de hacer el quite!
Mi mamá me mandaba a comprar huevos, ¡Paff! Que me lo encontraba en la calle…
Íbamos con mi hermana a la escuela… también estaba él, esperando la micro para ir a la universidad.
Salía en la noche a regar el jardín… él ya estaba afuera, con su tremendo montón de perritos, todos muy bien portados.
😭 😭 😭
Y cuando no le veía, me sentía terrible.
Porque ya lo extrañaba.
Y es que muchas veces, lo espiaba desde el jardín, cuando saludaba a la gente.
😆 😆 😆
A todos les saludaba y le conocían y él siempre, muy cordial…
Con sus “¡Muy buenas tardes!”…
O “¿Cómo ha estado usted?”…
Y hasta sus disculpas eran de lo más tiernas…
“¿No le importa si le dejo? Porque tengo algo que hacer…”
Y hasta que la suerte me toca y me saluda también a mí…
😓
¡Y yo, un atado de nervios!
Nada más fácil que responder un “¡Hola!” con otro “¡Hola! ¿Cómo estás?” para empezar a conversar y finalmente conocernos…
Pero yo, si con suerte decía “¡Hola!”, algo más era como mucho…
Y lo que más envidia me daba era la tal Margarita, que fue la amiga de la infancia de mi marido.
😔 😔 😔
Porque se sentaban en la vereda del frente de mi casa a conversar (y yo, los espiaba desde mi jardín) y ella, tan tontorrona, para contar todo lo que hacía durante el día, mientras que el “Amor de mi vida” le escuchaba pacientemente la montonera de burradas que ella decía…
Yo le tenía tantas preguntas y me habría gustado poder hablarle tan tranquila o verme tan bonita como ella, para que él me mirara con tanta atención…
😋 😋 😋
¡Hasta que también me pasó!
Yo tenía mis chapitas en la mochila, pero también me daba vergüenza que la gente me mirara raro por ser otaku.
Pero era algo que me daba felicidad y una tremenda alegría y me ayudaba a olvidar un poco a los molestos amigos de mi papá…
¡Y cuando me enteré que él también lo era y que más encima, se moría de ganas de hablar con alguien de eso!...
😍 😍 😍
Y empezamos a hablar y hablar…
Siempre, muy simpático y respetuoso y lo notaba contento conmigo…
Lo que es yo, “feliz” es muy poco…
😂 😂 😂
Porque mientras más conversábamos, más bonito le encontraba, con su mirada tan bonita, siempre muy simpático, divertido y bromista y esa boquita tan preciosísima, que se me hacía agua la boca por besar.
Y ahí fue cuando me empecé a poner “facilona” con él, en campaña para que me besara.
😈 😈 😈
Aprovechaba de cantarle (y creo que de ahí, me gané su lindo apodo de “Ruiseñor” :D), porque no tenía celular o algo para tocar música y me parecía increíble que él, siendo chileno, nunca escuchara a “Los prisioneros”, “La Ley”, “Soda estéreo” o a “Fito Páez”…
Y le cantaba “Para amar” con todo mi corazón, porque eso estaba sintiendo y lo más hermoso era que a él le gustaba, porque “le ponía sentimiento en la canción…”
Y mis primeros momentos románticos con él empezaron ese invierno, con él abrazándome para que no pasara frio y muy pegaditos, compartiendo un par de audífonos para escuchar la misma música…
<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3<3
Y para mi santo, me regaló un reproductor de música…
😦 😦 😦
“¡Te lo cargué con toda la música que te gusta!” me dijo, con una carita tan bonita, cuando abrí mi regalo…
Y yo, era un mar de lágrimas…
😭 😭 😭
“¿Por qué?... si soy tu amiga, no más…” le pregunté, como si se me hubiera quebrado el corazón.
“¡Sí! Pero me gusta verte feliz…” me dijo…
Y me dio un abrazo precioso: me escondió entre sus brazos y me sentí por primera vez segura, abrazando a un hombre que me quería y que yo no quería soltar…
Él, muy comprensivo, me abrazó por mucho, mucho rato, hasta que no tuve más lágrimas en los ojos.
😊 😊 😊
Y para su cumpleaños o para navidad, le regalaba un chocolatito o un dulcecito, que al final, terminábamos comiendo entre los 2...
Pero lo más lindo era que él me decía…
“¿Sabes, Marisol? Si no tienes nada para regalarme, no importa. Con que me regales un abrazo, soy feliz…”
😍 😍 😍
Y a partir de entonces, me volví su “enfermera de abrazos”…
Porque cuando le iba mal en una asignatura o se sentía deprimido, me visitaba y me pedía que le abrazara.
Y yo, obviamente más que contenta…
Porque podía abrazarlo, subirle los ánimos y quererle en secreto.
Y así, nos fuimos conociendo más y más…
😓 😓 😓
Claro, me sentí pésimo al saber que le gustaban las mujeres pechugonas y yo era plana a morir…
“Entonces… ¿No me encuentras para nada bonita?” le pregunté, muy decepcionada.
😕
Pero él me sonrió.
“¡No, yo pienso que eres muy bonita! Tus ojos son preciosos y tienes una hermosa carita de ángel…”
“Pero… mis pechos…” Le reclamé, tomándolos por encima de mi ropa… aunque no había nada para agarrar.
T.T
“¡Sí, Marisol! Pero tú no eres fea. Si te lo propones, podrías ganarte al chico que quisieras…” me trataba de consolar él…
😲 😲 😲
¡EL PROBLEMA ERA QUE YO LO QUERÍA A ÉL!
Pero pasaron más y más días…
Y rindió su examen de grado.
😆
Me sentí contenta y aproveché de darle 2 besos en las mejillas, porque él era un chico esforzado y se lo merecía.
“¿Y qué vas a hacer? ¿Vas a trabajar? ¿Te vas a tomar un tiempo libre?”
“Por ahora, no sé. Me gustaría relajarme… distraerme un poco…”
Y entonces, me miró con esos profundos ojos que me hacen derretir…
😬 😬 😬
“Marisol, ¿Te gustaría ir al cine conmigo?”
💓 💓 💓
Pum-pum, pum-pum, pum-pum…
Mi corazón, latiendo a mil por hora.
“¿Por qué me preguntas a mí?” le respondí, como una idiota…
😱 😱 😱
Y él puso una carita decepcionada…
“¿No quieres ir?”
“¡Nooo, si quiero ir!... pero… ¿Por qué no vas con una amiga?... ¿O alguien que tú quieras?...” le respondí, desesperada.
Y él volvió a sonreír tranquilo.
“Es que aparte de ti, no tengo a nadie más. Además, mis compañeros de la universidad ya no les gusta ir al cine conmigo, porque me rio mucho y esta vez, quiero celebrarlo con alguien que me agrade.”
💗 💗 💗
Me puse muy nerviosa, apretando mis piernas como loca, porque ya casi me hacía pipí…
“Entonces… ¿Sería como una cita?” le pregunté, con toda la ilusión del mundo en mi corazón.
Y él volvió a sonreír.
“¡Creo que sí!... pero no quiero aprovecharme de ti, si eso te preocupa. Solamente quiero ir contigo, como amigos…”
😭 😭 😭
Y yo, deseando todo lo contrario…
¡Figúrense!
Mi hermana me sugirió que viéramos una película de terror, para que así tuviera más excusas de abrazarle y de tocarle a oscuras.
Y me traté de arreglar bonita: una falda de mezclilla cortita, para mostrarle que al menos tenía piernas; una cartera que me prestó mi mamá, para verme más adulta y una sudadera blanca, que igual mostraba los poquitos pechos que tenía.
Y él, pasó a buscarme a mi casa, vistiendo muy elegante, con unos pantaloncitos color crema, zapatos negros y una camisa a cuadros…
“¡Vaya, Marisol! ¡Qué linda te ves!” me dijo, apenas me vio.
😬 😬 😬
“¡No es para tanto!... Solo quería verme bien para salir contigo.”
“Sí, pero… nunca pensé que te verías tan bien en mi primera cita…”
😳 😳 😳
“¿También es tu primera cita?”
Y él puso una carita de vergüenza…
“Sí, pero por favor, no te hagas muchas expectativas. No hablo mucho con mujeres y si necesitas algo, avísame, por favor.”
😍 😍 😍
Yo flotaba en una nube y aunque íbamos un poquito apretados por la gente (con él, abrazándome por la cintura :F), en una micro bien destartalada, apenas sentía los baches.
😕
Lo malo fue que cuando llegamos y hacíamos la fila para comprar las entradas y golosinas, él como que se alejó unos pasos de mí y me daba lata, porque pasábamos por grupos de chiquillas que igual lo miraban y me daba mucho miedo que me lo fueran a quitar (porque en esa época, sí que era celosa 😉 ).
Entonces, yo me acerqué a su lado, para que al menos supieran que él no andaba solo.
😊 😊
Y él, como que se asustó un poco, porque le enterré su hombro en mi plano pecho ( T.T), cosa que nunca había hecho antes.
Pero después, me miró tierno, tierno…
😍 😍
“¡Gracias por haber venido, Marisol! Sé que te debo estar sacando de la rutina, por salir con alguien como yo…” me dijo, con su mirada de niñito bueno y preocupado.
😬 😬 😬
“¡No, no! ¡Para nada! Sé que si me vieran mis amigas… me sentiría estupendo… porque pensarían que eres mi pololo.” Le dije, con las mejillas incendiadas.
Él me volvió a sonreír…
“¡Tal vez! Pero si un tipo te viera y le gustaras, a lo mejor no se atrevería a hablar contigo…”
“Bueno… sí… pero estos chicos no me gustan… y me hacen sentir incómoda cuando me miran. ¿Por qué no mejor me abrazas… y pretendemos que somos pololos, que vamos al cine?”
XD
¡Sentía que se me acabaría el aire, antes de terminar mi pregunta!
Pero él aceptó y me abrazó por el hombro…
🤤 🤤 🤤
Me deshacía como helado…
Y me preguntó qué película veríamos…
😅
La verdad que me habría gustado ver una romántica con él, pero como mi hermana me aconsejó, elegí una de terror.
Como él me conocía bien, le pareció extraño, porque era demasiado violenta y era como la séptima u octava parte y yo no había visto ninguna de esas antes…
Pero igual aceptó…
😓
Y claro, a los primeros 10 minutos, yo estaba que me ponía a llorar, porque 2 chicos y una lola estaban en una trampa de vidrio con una sierra, que iba a cortar a uno de ellos, porque la chiquilla se había metido con ambos y tenían que decidir quién se iba a morir.
Como la chica cambiaba de bando, dependiendo de quien tuviera más fuerza, los chicos decidieron que ella muriera y la terminó cortando.
😲
Ya no quería ver más y me pasé el resto de la peli, apoyada a su hombro.
Pero él, en un gesto muy lindo de su parte, me tomó de la mano y me la apretó suavemente.
“¡No te preocupes, Marisol! Es solo una película y yo siempre te cuidaré para que nada te pase.” Dijo, haciéndome que por primera vez me sintiera muy, muy mojada.
😂
Lo gracioso fue que cuando salimos, él me dijo que no había visto ninguna de esas películas y que había salido tan confundido, que las empezaría a ver desde el principio…
Pero a partir de entonces, me trató diferente.
😆
Me abrazaba más y más y me hacía cariño en mi cabeza y estaba segura, segura que en poquito tiempo, me daría mi primer beso…
Hasta que empezó a trabajar.
😭
Paró de venir de un día para otro y se disculpó, diciendo que volvía muy hambriento y cansado.
Sentía que los días se hacían 3 veces más largos y lo extrañaba terriblemente y me daba mucho miedo que iba a perderlo…
😱 😱
Pero él, ante todo, seguía siendo mi mejor amigo y sin importarle que fui a verlo, muy tarde en la noche, para pedirle que me ayudara a estudiar para entrar a la universidad, aunque todavía me quedara un año para rendirla, aceptó sin problemas para ir a visitarme los sábados.
😇 😇
Y bueno, cada sábado, era como una cita para mí.
Porque él llegaba con sus libros, su regalito para mi mamá o mis hermanas y me seguía a mi dormitorio, para sentarse conmigo por 2 horas y ayudarme a estudiar, haciéndome cariño y abrazándome todo el tiempo.
😍 😍
Lo gracioso fue enterarme que mi mamá trataba de dejarnos solos y tranquilos, “por si acaso pasaba algo más con él”…
Aunque como él siempre ha sido muy respetuoso conmigo, nunca pasó.
😕 😕
Pero pasaba el tiempo y pasaba el tiempo y él seguía siendo solo mi amigo y yo, obviamente que quería más…
Y entonces, llegó esa tarde que no pude aguantar mis ganas.
😩
Me sentía cansada. Quería darme por vencida y él, me seguía animándome para que no me rindiera, como siempre ha sido conmigo.
Y sentía tanto dolor en mi cara, de todas las lágrimas porque él me seguía viendo solamente como una amiga, que ya no di más y cerré mis ojitos…
😚
Mi primer beso fue tan, pero tan penca.
Aparte de no ver su carita, lo único que hice fue darle un chupón en los labios y probar un poquito de su saliva.
De que me relajó, eso no tengo dudas, porque todas mis tensiones desaparecieron de un momento para otro.
😓
Pero después, me vino ese remordimiento de lo que había hecho…
“¡No!... o sea… disculpa… pero tú me caes tan bien… y quería darte las gracias por ayudarme…” le dije, con un miedo terrible que ya no quisiera ser más mi amigo.
Y él se veía tan confundido como yo, relamiéndose los labios…
“¡Espera un poco! ¡Tu boca sabe a limón!”
😘 😘 😘
Y siempre les diré a mis pequeñitas que el segundo beso que me dio su padre fue el mejor.
Porque él sí me metió la lengua en la boca y toda esa frustración de ser solamente amigos, se perdió rápidamente, de una manera que casi no me dejaba respirar.
😬 😬
Y bueno, con el tiempo, también me volvería su polola, le entregaría la virginidad de todo mi cuerpo, me volvería su prometida, su esposa y ahora, la madre de sus pequeñitas…
Pero sigo pensando que pudimos ser pololos un par de meses antes…
😉
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1 comentarios - Pololos… sin pololear…